NO ERA TAN OSCURA LA EDAD MEDIA
Por LITA PÉREZ CÁCERES
Se podría presentar a José Antonio Alonso Navarro diciendo simplemente que es un español, profesor de inglés y de literatura, pero no le haríamos justicia a sus saberes, por tanto le pedimos que él mismo nos cuente quién es.
–Háblame de tu vocación, ¿por qué elegiste la lengua inglesa para estudiar todo sobre tus doctorados y especializaciones?
– En mi casa, desde que éramos pequeños, tanto mi padre como mi madre trataron de inculcarnos, de modo especial, el gusto por los idiomas. Pensaban que para entender una cultura determinada es fundamental conocer la lengua, que la gesta y forja. No hay mejor manera de entender una cultura que a través de la lengua.
– Entonces, desde muy pequeño tu oído se acostumbró a otras lenguas…
– Mi padre hablaba inglés y mi madre alemán, de modo que con ellos, tanto mis hermanos como yo, pudimos adentrarnos desde pequeños en el mundo de las lenguas y sus diferentes aspectos culturales. En mi caso, yo me incliné enseguida por el inglés, que aprendí rápidamente a nivel nativo con la ayuda de mi padre.
Quise ser filólogo, por eso me decidí por estudiar filología inglesa en la Universidad Complutense de Madrid (España) y posteriormente doctorarme cum laude en la Universidad de A Coruña (España). Yo soy licenciado en filología inglesa por la Universidad Complutense de Madrid (España) y soy doctor cum laude en filología inglesa por la Universidad de A Coruña (España). Mi especialidad gira en torno a la literatura medieval inglesa y a la traducción de clásicos medievales ingleses en sus diferentes géneros.
– ¿Por qué viniste a Paraguay y hace cuántos años residís aquí?
– Vine por primera vez desde 1998 hasta el 2003, y desde el 2013 hasta hoy. La primera vez vine invitado por una universidad paraguaya privada para crear, primero, un departamento de lenguas modernas y, después, un departamento de relaciones internacionales. En ese período conocí a una paraguaya que me engatusó y me robó el corazón. Cuando regresé a Europa para retomar mis actividades, me llevé allí conmigo a la que hoy en día es mi esposa. Con ella me casé en la bella, cosmopolita y cultural Málaga. Regresé al Paraguay invitado nuevamente por una universidad paraguaya para ejercer de profesor de humanidades y lenguas modernas y llevar a cabo funciones de gestión y administración educativa. Me apetecía mucho volver a Paraguay y a mi esposa también. En la actualidad, trabajo en la Universidad del Norte como coordinador lingüístico y literario y como profesor de humanidades.
– Ahora queremos saber qué te decidió por la literatura de la Edad Media y también por textos escritos en inglés antiguo, pocos conocidos.
– Al cumplir quince años, aproveché mi dominio del inglés para comenzar a leer los clásicos ingleses de la Edad Media como Chaucer (autor de obras como el “Cuento de Canterbury”, “La casa de la fama”, “El parlamento de las aves”, “El libro de la duquesa”, etc.), Thomas Malory (“La muerte de Arturo”) y otros. Pero al leerlos, hallé un inglés algo diferente del inglés moderno, era el denominado middle english, con peculiaridades lingüísticas diferentes (fonéticas, gramaticales, sintácticas) a las del inglés estándar actual y, además, con seis dialectos diferentes según su área geográfica de aparición. Eso me sedujo hasta tal punto que desde entonces hasta la fecha presente no he dejado de leer y traducir textos medievales ingleses que incluyen toda una amplia gama de géneros literarios. He traducido yo creo que bastante, pero no suficiente, pues espero seguir traduciendo textos medievales ingleses todo el tiempo que pueda.
– ¿Me harías un resumen del último que publicaste?
– Te hago una lista de algunos de ellos: “Sir Gowther”, “El credo de Pedro el Labrador (versos 1-883)”, poemas medievales ingleses de corte religioso (mariano), “La visión de Tundal”, “El espíritu de Guy, la flor y la hoja”, “El caballero Owain”, “El caballero Cleges”, etc. Ahora acabo de traducir y ya me lo están pidiendo dos universidades, “El caballero Degaré”.
“El caballero Degaré” es la historia de un caballero abandonado al cuidado de un ermitaño que resulta ser el hijo de un ser sobrenatural procedente del “Mundo de las Hadas” y de una princesa mortal. Al crecer, este decide iniciar la búsqueda de su padre y de su madre, al tiempo que, para ganar la posesión y el amor de una princesa, tiene que combatir con caballeros esforzados y aguerridos.
– Tal parece que tu opinión de la Edad Media difiere del concepto generalizado que se tiene de esa época…
Sí, en efecto. A lo largo de la historia siempre se ha tenido un concepto erróneo e injusto de la Edad Media, concepto gestado también por los renacentistas que vieron en ella una época oscura y bárbara por haberla vinculado siempre a un sistema teocrático y teocentrista. Esto hizo que los hombres del Renacimiento buscasen las glorias y gestas culturales de la Antigua Grecia y la Antigua Roma y dejaran de lado una época vista como yerma, infecunda y oscurantista. Donde el temor de Dios, el temor a perder el alma y condenarse en el infierno para la eternidad, el temor al Pantocrátor, es decir, a un Dios autoritario, intransigente e intolerante, siempre estuvo presente. Y aunque hay algo de cierto en todo esto, no hay que olvidar que la Edad Media fue, en realidad, un período muy rico en términos de cultura y ciencia.
– ¿También de la ciencia? Parece increíble.
– Sí, hubo muchos descubrimientos científicos y los aportes literarios que se dieron desde el siglo V d.C. hasta el siglo XV d.C. Pongo como ejemplos la riqueza de los manuscritos iluminados y la gran cantidad de textos pertenecientes a géneros literarios diferentes que se escribieron durante la Edad Media: textos devocionales, sermones, homilías, textos de visión, anales y crónicas históricas, textos administrativos y otros de toda clase de género.
– ¿Hubo inventos?
– Muchísimos, entre ellos no hay que olvidar que en la Edad Media se inventaron la pólvora, los relojes mecánicos, la imprenta, las gafas con lentes convexas (a finales del siglo XIII), la máquina de hilar, el cañón, la pintura al óleo, el cálculo matemático mediante el uso de números negativos, el ácido sulfúrico y nítrico, el proceso de evaporación, condensación y sublimación, los molinos de viento, las funciones trigonométricas, las potencias de binomios, los globos aerostáticos con aire caliente, los observatorios astronómicos, el globo terráqueo a escala, las cartas marítimas, el horno alto, etc., y que las universidades aparecieron en Europa en la Edad Media procedentes de los studia generalia, y estas de las escuelas catedralicias. Las universidades más antiguas fueron las de Bolonia en Italia, Salamanca en España, París en Francia y Oxford en Inglaterra. El concepto de biblioteca pública se inventó también en la Edad Media. En 1452 la biblioteca de Malatesta Novello en Cesena (Italia) permitió el acceso libre a las personas para que pudieran leer libros de manera gratuita. En la Edad Media se creó, asimismo, el concepto de diplomático de embajada y se llevaron a cabo muchos de los viajes marinos que dejaron una honda impronta en la humanidad.
– Tus publicaciones son valiosas como novelas costumbristas, reflejan el modo de vida de la humanidad en aquellos años, a la vez que derrumban estereotipos muy arraigados.
– Todos los textos que traduzco reflejan, en especial, valores, valores inherentes al ser humano como la fortaleza ante la desgracia, el amor al prójimo, el amor a la familia, la lealtad, la fidelidad a nuestros ideales, el amor a Dios, la esperanza, la lucha contra el mal y la adversidad.
– ¿Tenés algún plan literario con esta línea que has elegido?
– Me gustaría seguir la misma línea traductológica traduciendo romances medievales ingleses. Son tan didácticos como entretenidos. En este sentido, debo decir que queda aún mucho por traducir y comentar desde el punto de vista filológico.
¿Qué hacían las mujeres en la Edad Media?
¿Hubo alguna feminista curiosa por saber si las mujeres de la Edad Media tenían libertad y podían opinar libremente?
Sí, hay muchas personas que me han preguntado acerca del papel de las mujeres en la Edad Media, en especial si hubo mujeres que quisieron trascenderse culturalmente. En este sentido, sí, hubo mujeres que realizaron grandes aportes a la cultura, mujeres que rompieron moldes, clichés y estereotipos y lucharon muy duramente contra una sociedad patriarcal heredada fundamentalmente de Grecia y Roma. Destaco mujeres como Cristina de Pizan (Pisan), Marie de Francia o Hildegarda de Bingen. Cristina de Pizan (Pisan) dijo lo siguiente: “Si alguna mujer aprende tanto como para escribir sus pensamientos, que lo haga y que no desprecie el honor, sino más bien que lo exhiba en vez de exhibir ropas finas, collares o anillos…”. Cuando enviudó con 25 años, Cristina de Pizan (o Pisan) decidió permanecer sola y dedicarse a escribir. Una de sus obras feministas o precursoras del feminismo más destacadas es la “Ciudad de las mujeres” (1405), obra en la que se opone a la subordinación que tenía la mujer al varón en esa época. Hildegarda de Bingen fue una mística visionaria y llevó a cabo estudios de ciencias naturales y medicina, y llegó a describir nuevas especies de animales. Una mujer valiente que hizo lo que hizo sin importarle la opinión ni de hombres ni mujeres.
Y quiero destacar, por otro lado, a las famosas trobairitz, o mujeres trovadoras que tuvieron la valentía de hacer alusiones directas y explícitas al deseo carnal en sus composiciones sin complejos ni traumas psicológicos. Una de esas trovadoras destacadas fue María de Ventardorn, quien defendió la igualdad del hombre y la mujer en la relación amorosa. Y acabo con Marie de France (o María de Francia), una escritora del siglo XII nacida en Francia (seguramente Normandía) de la que sabemos muy poco. Parece que vivió y escribió en la Inglaterra del rey Enrique II. En algunos escritos suyos, que reciben el nombre de “Lais”, María de Francia defiende a través de sus personajes femeninos que estas tomen la iniciativa en las relaciones amorosas, algo improcedente entonces. Asimismo, aboga por el amor verdadero; es decir, por el amor libre no supeditado a intereses ni económicos, ni políticos ni sociales. Y hubo muchas más mujeres que realmente no quisieron condicionar su vida solamente al papel de madres y esposas. Desde aquí las rendimos un sincero homenaje.
Fuente: www.lanacion.com.py
Domingo, 21 de Junio de 2020
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