UN LINGÜISTA RUSO EN PARAGUAY
Por LITA PÉREZ CÁCERES
Hace muchos años que los ciudadanos rusos nos tomaron como hermanos. Ellos participaron en la Guerra del Chaco, incluso ofrendando sus vidas y entre otras acciones fundaron las facultades de Ingeniería y de Ciencias Exactas. Hoy hablaremos de un ruso que ama a Ucrania –país donde se crió y estudió– y que vive en nuestro país soñando con radicarse definitivamente aquí. Él es lingüista, profesor de lengua y cultura rusa, profesor de español y tiene una cultura vastísima. Se llama Igor Yurievich Protsenko, habla casi todos los idiomas eslavos y ama y admira nuestro bilingüismo.
–¿Como se produjo su venida a Paraguay y desde dónde lo hizo?
–En el 2014 Rusia empezó la guerra contra Ucrania. Cuando las tropas rusas comenzaron a bombardear mi barrio, eso fue la última gota para mí. Empecé a buscar dónde, cómo escaparme. Un amigo mío que se mudó a Kiev, pero estaba viviendo en un rincón que estaba alquilando, no me podía ayudar. Mis amigos de Ucrania, de España, mis parientes de Rusia, mi país natal, ni mi hermano que vive en Hamburgo, ni respondieron a mis mensajes. Yo había terminado la traducción de “El invierno de Gunter” y, pensando que ya no tenía nada que perder, escribí una carta al Dr. Juan Manuel Marcos, rector de la Universidad del Norte y autor de la novela “El invierno de Gunter”. Me contestó en media hora “Que vengas”.
–¿Cuál fue su primera impresión de Asunción?
–Llegué a Asunción después de un largo viaje el 17 de setiembre del 2014. Me gusta viajar en avión. Lo único que recuerdo que lo más económico era: Kiev-París-Buenos Aires-Asunción.
–¿Fue muy triste la despedida?
–Me despidieron dos amigos en el aeropuerto de Kiev, eran mis amigos íntimos: Tarás Moskaliuk y Vladislava Nedotopa. Todos sabíamos que yo me iba para siempre. Era una despedida con lágrimas, risas, champán y mucha tristeza… perdimos todo lo que tuvimos.
–¿Usted estaba muy triste cuando llegó a Asunción?
–No tanto, porque tuve una escala de 36 horas en Buenos Aires. Pude elegir otras opciones, pero no, sin saber qué me esperaba en el futuro tomé la decisión de quedarme en BA para poder conocer esta ciudad. Llegué a BA por la tarde, al día siguiente un guía me organizó una gira panorámica … Estaba muy nervioso. Sabía que venía a una Terra Incógnita para mi… ¿Qué me espera? ¿Si me van a entender? ¿Cómo tengo que empezar mi trabajo?… Y el guía, el chico inmigrante de Rusia, Maxim Lemos, fantástica persona, me dijo que los paraguayos tienen la fonética diferente, la [r] paraguaya es totalmente diferente de todos los hispanohablantes de la región y de España, primeramente. Él me explicó que los paraguayos son bilingües, español-guaraní, y eso deja la huella en gramática y, primero, en léxico, en el uso de las palabras tradicionales de la península, en el significado. Me asusté. Al otro día, dos horas antes de irme al aeropuerto Maxim llegó a mi hotel y me dijo: “No te preocupes, todo va a estar bien. Los paraguayos son muy buena gente. Te van a ayudar. Con ellos te vas a sentir tranquilo”. ¿Y qué suerte me esperaba? En la ventanilla de la Aduana oigo: “Igor”. No puedo creer. ¿Mi nombre? Aquí, en la distancia de más de 12.000 km… ¿Igor?
–¿Y qué pasó?
–Resultó que me esperaban y me ayudaron Alejandra Yuchimiyuk, funcionaria de la Universidad del Norte (sus padres son descendientes de Ucrania) y el Dr. José Antonio Alonso Navarro, madrileño. Él empezó a hablar conmigo en castellano clásico. Veo que entiendo, que me entienden a mí y me tranquilicé un poco.
NUEVA VIDA
Me llevaron al hotel. Y no me dejaron sólo por casi un mes, cuidándome. Agradezco infinitamente al Dr. Marcos por entender que llegué de la zona de la guerra. Al escuchar los fuegos artificiales o petardos estaba buscando el refugió, cuando a las 5 de la madrugada los vendedores de chipa pasaron por las calles gritando: “Chipa, chipa… chipa so’o, mbeju, sopa…” ponía la almohada a mi cabeza para no oír el ruido, para olvidar la guerra. Con la ayuda de ellos encontré un departamento y empecé a trabajar en la Facultad de Periodismo de esa institución. Recuerdo mi primera clase, yo estaba temblando de verdad. Es que ya había notado que el español de los paraguayos es diferente. Pasaba cada segundo sudando, intentando no mostrar mis miedos y dudas a los alumnos.
–¿Que fue lo que más lo extrañó?
–Percibí que cuando los llamaba utilizando el vosotros, se sorprendían y hasta se enojaban. Yo no conocía las formas de acentuación de los verbos (en la última sílaba) y tendencia de monoptonguización en la conjugación de los verbos en presente e imperativo: tú, tenés, andá, tomá, acostá, etc… Y esa forma de voseo para mí totalmente desconocida: vos sos (¿qué es eso?, pensaba), vení un poco (¿y eso?… Vení en vez de ven o venga y qué significa en este caso “un poco”). Me costó mucho acostumbrarme. Recuerdo que en una de las primeras clases hablamos de literatura paraguaya y yo, hablando de las complicaciones para los europeos entender y traducir las obras paraguayas, porque los autores usan muchas palabras regionales, en nuestro caso, guaranismos…
–Luego que se acostumbró, ¿se sintió bien en Paraguay?
–Sí, muy bien, conocí mucha gente buena. Además, tuve la posibilidad de viajar por Europa y por otras regiones de América Latina, presentando la obra del rector y la cultura paraguaya en general. Gracias a la universidad dos veces pude encontrarme con mis amigos de Ucrania para pasar con ellos las fiestas del fin del año. Un papel muy importante en mi vida jugó mi colega, mi amiga, la profe Lita Pérez Cáceres. Compartimos con ella las clases, escuché absorbiendo cada palabra, cada figura de su habla. Estaba apuntando todo lo que decía. Era una escuela de la literatura, lenguaje y de la vida paraguaya. Por lo que agradezco infinitamente a mi querida profe y amiga. Gracias a ella yo aprendí lo que es la literatura paraguaya. Cuando el Ministerio de Cultura de Rusia me invitó a dictar un ciclo de conferencias sobre Paraguay, su cultura, literatura, situación lingüística, un tercio de los materiales saqué de los apuntes de las clases de Lita Pérez y en las conferencias estuvieron presentes casi 550.000 personas de Rusia, Ucrania, Letonia, España, Israel, Turquía.
BARRETT EN RUSIA
Después de mis conferencias las obras de Rafael Barrett se empiezan a traducir en el Instituto de América Latina de la Academia de las Ciencias de Rusia (Dra. Tatiana Medvedeva). Barrett es español, pero se inspiró en las tierras guaraníticas, el Paraguay, para crear sus mejores obras. La gente me pregunta dónde se puede encontrar las obras de Gabriel Casaccia (son pocas, pero quieren leer), de Josefina Plá… Las chicas están enamoradas, sobre todo de un cuento “Todo comenzó en su espejo” (acá se llama “El espejo y el canasto”).
Las obras de los escritores modernos como Maribel Barreto, Chiquita Barreto, Guido Rodríguez de Alcalá y, por supuesto, de Lita, provocan interés enorme en Europa. Y ahora siendo franco, sin falsa modestia: me reconocen como el más destacado latinoamericanista en Ucrania y Rusia. Y eso gracias a la tarea que desarrollé como docente aquí. Me encontré con gente que me mantiene feliz, me inspira a vivir y crear. Mis amigas Clara Cáceres, Nimia Zotelo. Otra amiga íntima con la que compartimos todo, ella es para mí un enlace con el mundo eslavo porque es polaca y hace muchos años que vive en Paraguay. A ella puedo llamarla por la noche no para llorar sino para compartir alegrías, la Mg. Kristina Pisera. Y no olvido a Gabriel Lombardo (mi amigo paraguayo, vecino que habla el ruso perfectamente y siempre me ayuda en las correcciones de mis artículos).
–¿Cuál es su profesión?
–Tengo tres diplomas de enseñanza superior. Especialista. Filólogo. Profesor de lengua y literatura rusa. Magíster. Profesor de dos lenguas y literaturas (español, inglés). Doctor en Filología. Especialidad: Lingüística Histórico-Comparativa y Tipológica (español-ucraniano).
–¿En cuántos congresos de Lingüística ha participado desde Paraguay?
–En total, tengo 55 publicaciones científicas (2 monografías, 3 traducciones y 3 manuales inclusive). Desde el 2014, cuando llegué a Paraguay, publiqué 22 artículos y una monografía.
–¿Qué opina de nuestro bilingüismo?
–Me dedico a estudiar este tema. Me encanta. Es el único país, por lo menos en toda América latina, donde el bilingüismo consideramos como equilibrado y folclórico. Como entiendo, los paraguayos estudian, llevan negocios, desarrollan las relaciones diplomáticas en español, pero aman, odian y pelean en guaraní. Me encanta oír en la calle a la gente hablar en jopara. Hay una polémica, si tiene derecho a existir este jopara. Para mí es inevitable si dos lenguas conviven juntos y tienen el mismo valor, antes o después aparecerá la mezcla.
Qué lindo suena radio so’o – ‘rumores’ y en el mismo momento chipa so’o que no tiene nada que ver con el proceso de hablar. Eso me encanta. Recordamos el dicho de Márquez que dijo: “Al español, le espera el futuro del latín. Del español aparecerán varias lenguas”. Estamos observando este proceso. Y eso me encanta. Para mí, como lingüista, es importantísimo, respeto infinitamente a los paraguayos por guardar la lengua de sus raíces, el guaraní. En la lengua se refleja la historia del pueblo. En el guaraní se concentra toda la sabiduría de los indígenas. En la formación de las palabras, la semántica del guaraní concentra toda la sabiduría de aceptación del mundo de los antecedentes de los paraguayos. Por supuesto, eso deja su huella en el español. Las palabras españolas cambian su semántica, se usan en las formas totalmente diferentes del español de España u otras regiones del mundo hispanohablante.
–¿Se nota en los modismos?
–En primer lugar, eso se nota en los modismos: andar atrás (dos acciones que tienen las direcciones diferentes: adelante y por atrás se reúnen en un mismo modismo). O lo que mencioné antes un poco, por ejemplo, vení un poco, etc. Me encanta oír a los jóvenes hablar en la lengua de sus bis bisabuelos, leer en Facebook mensajes usando guaraní para reflejar sus emociones. Este bilingüismo es único en el mundo. Ojalá me encuentre con un experto que me pueda guiar en mis investigaciones. Quiero descubrir Paraguay para todo el mundo no solamente como un país del fútbol, sino desde el punto de vista de su cultura. Y la lengua, siendo parte, refleja la cultura del pueblo.
QUIÉN ES PROTSENKO
"Mi amiga, la jefa del Departamento de las Lenguas Romances, profesora de francés, Dra. Elena Mikina, me invitó a trabajar en una de las más prestigiosas universidades de Ucrania, Universidad Nacional de Donetsk. Acepté y encabecé el Departamento de Español como segunda lengua extranjera en esa universidad. Dicté clases de español para varias carreras, desde filología hasta sociología, psicología y las carreras jurídicas; las clases de lingüística comparativa, de civilización. Obtuve certificados y encabecé el Centro DELE (Diploma de Español Como Lengua Extranjera) en Ucrania Sudoriental. Sigo siendo docente del Departamento de Lenguas Romances y Literatura Extranjera. Realizo mi trabajo postdoctoral en esta misma universidad. Mis materias son civilización de España y América latina y la traducción. Soy tutor de 9 alumnos que realizan sus investigaciones científicas.
El año pasado, 2019, me invitaron a trabajar como profesor invitado a una de las más importantes universidades rusas: Universidad Federal del Sur de Rusia en la ciudad de Rostov del Don, con colegas de allá nos conocimos mucho antes de la guerra. Me contrataron como docente para este año escolar (2020 – 2021) que empezó el 1 de setiembre en Ucrania y Rusia. Entonces, además de ser docente de la Universidad Nacional Vasyl Stus de Donetsk (en Vinnytsa) en Ucrania, soy docente de la Universidad Federal del Sur de Rusia de Rostov del Don y soy tutor de dos magíster y 4 alumnos del grado en esta misma universidad. A partir de setiembre del 2020 empecé a trabajar como docente para los alumnos de la Universidad de La Habana. La Universidad Federal del Sur de Rusia inauguró su sede en Cuba. Colegas aprovechan mi estancia en América Latina para mejorar el proceso educativo para los cubanos y para los docentes de Rusia, tomando en consideración la diferencia en la hora. Y ahora, me quedé desempleado en Paraguay. Sufro mucho. A mí me gustaría seguir dando clases. Podría compartir con alumnos tantos conocimientos que tengo, con mucho gusto volvería a trabajar, podría hacer más, mucho más.
Profesor Igor Yurievich Protsenko en Europa.DESPEDIDA. Al dejar Ucrania, lo acompaña su amigo periodista emérito de Ucrania, Taras Moskaliyuk. Igor dice que tuvieron 30 años de amistad y que lo ayudó cuando estuvo muy enfermo, lo que no pudo hacer él estando lejos. Taras falleció hace 5 años.
Fuente: www.lanacion.com.py
Domingo, 25 de Octubre de 2020
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