POESÍA FEMENINA : LA DÉCADA DEL 70 AL 80 Y HASTA HOY
Ensayo de JOSEFINA PLÁ
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LA DÉCADA DEL 70 AL 80 Y HASTA HOY
Todavía durante la década de los sesenta han seguido apareciendo en la Prensa poemas sueltos de firmas que pertenencen a promociones muy anteriores pero que persisten en la tónica coral: LIDIA KALLSEN DE TORRES (autora de la letra de un himno escolar, distinguido en el exterior, según noticias); ALCIRA VEIA DE GARCÍA KINEN. Y al comenzar la siguiente década -del 70 al 80- e inclusive hasta hoy -corroborando la ley de inercia- dan a conocer su obra éditamente algunas de esas escritoras que habían venido apareciendo con mayor o menor frecuencia -nunca con mucha continuidad- inclusive desde cuarenta años atrás; pero que siempre postergaron su edición en libro. Hecha ésta a su hora habría permitido ubicarlas eventualmente, con más seguridad y exactitud para su propia definición, y una posibilidad mayor de perspectiva al crítico. Se trata en algún caso de ediciones realizadas por parientes que han deseado tener un testimonio concreto de la personalidad de la poetisa. Dos nombres la ya mencionada ALCIRA VEIA DE GARCÍA KINEN y BRÍGIDA M. DE BARUDI, éditas, la primera en 1977, la segunda en 1981; ésta pertenecía a más reciente generación.
También en esta década aparece breve ANTOLOGÍA de NOEMÍ NAGY (1914) catedrática de la Universidad Nacional y colaboradora en la Prensa local. Son finos poemas escritos originalmente en italiano y traducidos (edición bilingüe).
Las poetisas más jóvenes surgidas en esta década, algunas casi al filo de la nueva, poseen un ímpetu y una ansiedad de expresión que su propia edad -sus oportunidades de vivir- frenan inevitablemente. La ansiedad de amar, "el amor al amor", constituyen como casi siempre sello de estas vocaciones jóvenes. En alguna no obstante, una sensibilidad excesiva apresura etapas e infunde a sus versos adolescentes una nota agudamente vivencial que es un toque de alerta crítico. El gran peligro que acecha a estas jóvenes vocaciones es creer que la vida se improvisa y olvidar que en poesía, como en la vida, "es preciso morir para seguir viviendo".
Dentro de estos últimos años se dan a conocer algunas poetisas de las cuales alguna ya se había manifestado en la década anterior pero sólo en la poesía infantil y que por fin se resuelven a dama la luz sus experiencias de mayor dimensión.
LILIAN NAPOUT. Aunque uruguaya, aquí asentada desde largos años, formando hogar, y dando aquí los frutos de su carne y con ellos los de sus vivencias, creemos puede formar parte de esta enumeración. Por su edad pertenecería a la generación del 60, pero se hace conocer tarde, como tantas otras. Ha escrito poemas infantiles: es periodista hábil, pero también al escribir de lo hondo femenino lo hace con una total seguridad de recursos, y sus 50 poemas conllevan los delicados matices de una herida sensibilidad, cebada en el recuerdo.
GLADYS CARMAGNOLA, se hizo conocer también al comienzo por su poesía infantil (en la cual destacó por su espontaneidad) dentro de la década del sesenta y aún después; pero ha hecho su aparición como poetisa de femenina madurez en fecha muy reciente. Profundamente mujer en cuanto esta palabra supone de ternura, de sutilezas del sentimiento, de generosidad, y sobre todo, capacidad de dación, se expresa con sencillez, que no le impide alcanzar profundidad y desenvuelta gracia. Su signo poético lleva ese signo complementario del cual hablamos a propósito de RENÉE FERRER. Gladys se siente, no opositora, rival o competidora del hombre en su aventura eterna y efímera; sino su complemento, su mitad desgajada en ansiosa búsqueda de los puntos de fusión.
Junto a estas poetisas jóvenes aún pero cuya anunciación debió realizarse en la década anterior, se agrupan otras que podrían constituir parte de la que se ha llamado ya generación del 70. Entre ellas, han publicado títulos:
LOURDESPÍNOLA (LOURDES ESPÍNOLA WIEZELL DE CARLISLE) firma fundiendo nombre y apellido. Escribe una poesía onírica -más bien que metafísica- cimbrada, en su primer libro, en un sistema cerrado de presencias arcangélicas, símbolos de estados espirituales -la revelación del ser hombre es la revelación del poeta- Hay en esta poetisa sustancial arranque, poder de proyección casi ectoplásmica de las imágenes.
MIRIAM GIANNI, que incluyó algunos poemas suyos en una breve antología tripartita en 1977 y editó después una plaqueta con tres poemas, ofrece rasgos de sensibilidad y cierta gracia captora de lo fugaz. Las reminiscencias iniciales se desvanecen y su poesía se ahonda en sus últimas producciones en las que prefiere formas tradicionales como el soneto; desgraciadamente sólo presentes en páginas volanderas del periodismo cotidiano.
MARTA ELINA PEREIRA OLMEDO es una joven vocación -su primer poemario se publicó en 1977-. Se halla en el momento difícil -difícil en toda vocación al nivel iniciático- en que el paso próximo puede suponer el despegue airoso o el íntimo desengaño. Ingenuidad y fervor son su sello.
ALICIA CAMPOS CERVERA publica su primer poema a los veinte años pero sólo recientemente se resuelve a publicar un breve poemario, en el que un auténtico amargor existencial da paso eventualmente a un lampo de ternura o emoción; su nota dominante, sin embargo, es la ironía.
Otras poetisas jóvenes no se han lanzado aún a la aventura del primer libro: entre ellas están
NILA LÓPEZ, GLADYS CASACCIA, EUGENIA GARAY, AMANDA PEDROZO, unificadas en sus distintos rumbos por una auténtica ansiedad de hacerse sentir. Aunque no tienen publicado libro alguno, reservamos un lugar para ellas en esta antología a título de presentación, en un ámbito donde el tiempo ha de ser el árbitro insobornable de valores y de actitudes ante la creación.
GLADYS CASACCIA se anuncia con poemas en los cuales se hace presente un potencial cuya liberación puede llevarla mucho más allá de lo que ya sus poemas señalan como personalidad de acuciantes perfiles.
EUGENIA GARAY, muestra en su poesía la huella, nunca despreciable, de las formas tradicionales, en las que la expresión apoya una sensibilidad profunda, a cuyo rescate se abre lentamente.
NILA LÓPEZ es sin duda la que más fuerte arremete contra los tópicos de ensueño y de timidez asignados por tanto tiempo a la poesía femenina; se anuncia impetuosa, despojándose de prejuicios y utilizando el filo más duro de la piedra-verbo para golpear la sensibilidad lectora. Una auténtica rebeldía estremece los poemas aún poco numerosos de esta poetisa, publicados, como los de las otras mencionadas, en suplementos o revistas locales. En la misma línea rebelde de reivindicación se coloca
AMANDA PEDROZO, aunque en ésta la trepidación rebelde se halla atemperada por una sutil melancolía y una contenida ternura, en un equilibrio no fácil y que permite presentir un feliz futuro poético.
Cierra esta recensión, por derechos de decanato, aunque no exactamente por la fecha, ya que su último libro apareció en 1975, Dora Gómez Bueno. El último poemario continúa la línea inicial de la poetisa, ingenua, espontánea y vital; aunque sus temas han derivado desde su penúltimo libro a meridianos menos sáficos, y se han hecho más reflexivos, tendiendo hacia lo descriptivo, en ocasiones.
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En pocos aspectos como en la poesía de pluma de mujer se hace patente al que entra en el campo del análisis de los cómo y porqués de esta literatura, el desamparo en que por décadas se ha mantenido esta lírica, librada a la conjugación de sus propios elementos, en un penoso girar de noria sobre la misma huella. Sin embargo, la perseverancia de unas pocas ha conseguido abrir brecha en el muro aislador, y hoy ya el nombre de algunas de estas escritoras es objeto de atención en el exterior.
Si el camino de la liberación en la literatura ha venido siendo difícil para la mujer siempre, no hay razón para pensar que hubiese de ser más expedito para la mujer paraguaya. Debemos sin embargo confesar que para ésta los inconvenientes y obstáculos lían sido excepcionalmente duros. Tal vez en pocas cosas como en la poesía -otra vez- pueda apreciarse lo trabajoso que el camino de la liberación integral viene siendo para la mujer paraguaya. La admirable mujer paraguaya, que si durante muchísimo tiempo retrasó su aparición en las letras, no estuvo durante ese tiempo ociosa: estuvo reconstruyendo una nación.
Fuente:
VOCES FEMENINAS EN LA POESÍA PARAGUAYA
Edición de JOSEFINA PLÁ
Colección Poesía, 7
© Josefina Plá
Alcándara Editora
Edición al cuidado de C.V. M.; J.M.G.S. y M.A.F.
Diseño gráfico: Miguel Ángel Fernández
Viñeta: Carlos Colombino
Tiraje de 750 ejemplares
Inscripción solicitada a la Agencia Española del ISBN
Hecho el depósito que establece la Ley 94
Se acabó de imprimir el 28 de setiembre de 1982
en los talleres gráficos de Editora Litocolor
Asunción, Paraguay.
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