PRIMERAS LETRAS
Autor: GILBERTO RAMÍREZ SANTACRUZ
Ilustraciones: HÉCTOR A. NUREÑA YAFACC
Editorial: NOUS Producciones
Año: 1981
Asunción - Paraguay
Prólogo
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Poema 1
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Poema 2
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Poema 3
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Poema 4
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Poema 5
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Poema 6
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Poema 7
La hora de la muerte
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Poema 8
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Poema 9
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Poema 10
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Poema 11
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Poema 12
A quién escribes poeta
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Poema 13
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Poema 14
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Poema 15
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Poema 16
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Poema 17
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Poema 18
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Poema 19
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Poema 20
Epitafio anónimo
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Poema 21
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Poema 22
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Poema 23
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Poema 24
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Poema 25
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Poema 26
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Poema 27
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Poema 28
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Poema 29
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Poema 30
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Poema 31
La plegaria de Judas
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Poema 32
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Poema 33
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Poema 34
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Poema 35
Sentimientos porteños
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Poema 36
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Poema 37
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Poema 38
Li - ber - tad
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Poema 39
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Poema 40
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Poema 41
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Poema 42
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Poema 43
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Poema 44
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Poema 45
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Poema 46
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Poema 47
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Poema 48
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Poema 49
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Poema 50
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Poema 51
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Poema 52
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Poema 53
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Poema 54
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Poema 55
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Poema 56
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Poema 57
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Poema 58
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Poema 59
Insomnio
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Poema 60
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Poema 61
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Poema 62
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Poema 63
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Poema 64
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Poema 65
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Poema 66
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Poema 67
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Poema 68
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Poema 69
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Poema 70
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Poema 71
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Poema 72
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Poema 73
Identidad
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Poema 74
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Poema 75
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Poema 76
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Poema 77
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Poema 78
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Poema 79
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Poema 80
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Poema 81
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Poema 82
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Poema 83
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Poema 84
Prólogo
La función que le ha correspondido a la poesía sufrió variaciones con el tiempo. Modificaciones lógicas, dado el entorno, las diferentes sociedades y momentos históricos en que le ha tocado vivir.
En algunas épocas tuvo un carácter educativo, en otras la misión consistía en lograr un corolario estético, a veces debió exaltar los valores que sostenían ese momento histórico.
Actualmente, sobrevive en un mundo absorbido y alienado por los valores materiales, matizado por el confort y la comodidad y alejado, en forma sostenida, de lo espiritual.
Tal vez su función sea, hoy, la de mostrarnos a los hombres lo que no queremos ver. Allí se puede encontrar, quizás, el motivo de su confinamiento. Sin ningún tipo de apoyo oficial, cargando sobre sus hombros el rótulo de «no vendible» que lleva a que las editoriales la esquiven en forma notable, la poesía sigue igualmente edificándose, terca e inexorable. Porque aunque los hombres quieran olvidar la poesía, la poesía no olvida a los hombres. Sigue edificándose, tratando de mostrar una nueva percepción, alejada -o demasiado cerca- de este horizonte diario entumecido de costumbre y conformismo. Por todo esto, para publicar, poesía hoy, hay que ser dueño de una cierta dosis de valentía. Gilberto Ramírez Santacruz nació hace 21 años en Paraguay, un pueblo que sigue llevando a cuestas, que sigue desbordándolo. Viene de un lugar que tiene el «lomo resignado», que debió subsistir a «espaldas del siglo XX»; un sitio donde las esperas son inverosímiles y las postergaciones rigurosas.
Éste, su primer libro de poemas -recopilación de un trabajo que ya tiene seis años de duración- se explica por sí solo.
Está allí, exhalando su mensaje humanístico, dejando traslucir por sus poros un cielo ancho y maduro.
Ramírez Santacruz sabe o presiente, que las ideas suelen alejar a los hombres y que los sentimientos los acercan; allí apunta con su poesía escrita «con una mano áspera y temblorosa», amparada en el coraje de la inocencia.
Su poesía está delineada en los contornos de la realidad -casi siempre ardua y difícil- conjugada con su mundo interior: más idealizado y lírico. Por eso mismo sus poemas que rozan la angustia, siempre dejan un trasfondo de esperanza. La esperanza no conformista, sino como un modo de estar presente, como método para poder seguir... «La esperanza es un viento que propaga la vida».
Camilo Sánchez
a mis padres
a mis hermanos
a mis amigos
a mis «enemigos»
a todo(s)
a nadie
Poema 1
Estas Primeras Letras son los testimonios
de mi silencio interrumpido
por un grito más poderoso que afloró
desesperado
como alguien que no quiere perder el tren 5
en mis labios despegados
como con punta de un puñal ciego
y esputadas por una pluma conmovida
sobre el papel inmaculado de tintas
bajo mi pulso salvaje e indomable 10
Estas Primeras Letras son los susurros fríos
de mi alma de avispero agitado
por un visitante de mirada sádica
trasnochado
como un lobo cimarrón y caníbal 15
que me hizo saltar fuera de mi piel
hasta sentir la necesidad de mis huesos
y volver con una valija de dolores
goteando lágrimas en cada paso
envueltas en palabras impermeables. 20
Estas Primeras Letras son las huellas tibias
de mi mano de mariposa herida
por una dulce rosa al tocarla
que entre los pétalos guardaba espinas
afiladas que esperando estaban 25
como nidos abandonados1
Y las sombras de caricias rechazadas
que llueven entre mis dedos
en aguas amargas y resignadas
sobre el campo infinito de la poesía. 30
Poema 2
Vengo de un pueblo de cuya alforja
se le ha sustraído el tiempo,
hace más de cien años
y subsistió a espaldas de este Siglo Veinte.
Traigo mi alma de remanso, tempranamente 5
enturbiada, cubierta de esperas inverosímiles
y postergaciones rigurosas,
en manos de culpables sin rostros.
Vengo de un pueblo que piensa
que está viviendo una guerra bíblica, 10
constantemente, sin percatarse
de que esa guerra había terminado hace un siglo.
Traigo el alma despoblada de libros
y cubierta de silencios y lluvias mudas
riquezas éstas que escasean tanto como la verdad 15
en las ciudades actuales, mundo de cementos.
Vengo de un pueblo de mirada boscosa
y nuca encallecida y quemada
tiene las entrañas ardientes
y el lomo resignado. 20
Traigo el alma rasguñada fatalmente
por la vida que no pude concretarla
y un beso apresurado en los labios secos,
que permanecen húmedos en silencio.
Vengo de un pueblo apesadillado 25
que desea despertar en algún momento
y traigo un alma desterrada
que sueña regresar un día.
Poema 3
Me preguntas si soy poeta
te contesto que no me llamo así
porque conocí a muchos con ese nombre
y todos no tienen nada en común conmigo,
salvo la pasión de escribir. 5
Pero ellos hilvanan renglones de frases
-con acento de originalidad y fantasía-
colgadas mágicamente de las estrellas,
escritas con una mano suave y racional
leídas con una voz grave y dura 10
publicadas a los cuatro vientos cantores,
que no entiende el hombre que está solo,
la mujer que está sumida en su derrota
el joven que sueña y no puede despertar,
la muchacha que está enamorada 15
y yo que -fui a la Escuela más que muchos-
no aprendí a gustar de la «Estética».
En cambio, mis versos son ingenuos
-exentos de preciosísimos oníricos-
con palabras tiradas al azar en el papel 20
escritos con una mano áspera y temblorosa,
leídos con una voz quebrada y gutural
pero fácil de entenderse (son banales)
Cuando mis versos requieran un diccionario
para ser comprendidos habrán dejado de ser míos. 25
Poema 4
Mis sueños, eternos y desesperados,
pueriles, juveniles y seniles,
se nutren del vaho de tu mirada celestina,
de la fragancia de tu pelo de hierba
la sonrisa espontánea de tus labios 5
y de los pimpollos de tu pecho de rosa
Las curvas de la montaña, allá a lo lejos,
se asemejan a la cintura de la guitarra...
y la guitarra es un plagio de tu geografía:
un mundo inundado de melodía; profana: 10
¡Qué guitarrero no sueña en desgranar tus cuerdas
y a qué poeta no inspiraría un poema!
Un ciego sueña en la más titilante estrella
un mudo sueña en la más dulce melodía
un loco sueña en la más absurda fantasía 15
un poeta sueña en la más perfecta poesía,
y yo, simplemente, en tus besos, Muchacha
Poema 5
Algo habita mi pecho en silencio
siento como un eucalipto sediento
escucho como un quejido acallado
siento como un nudo asfixiante,
siento como un hambre inapagable. 5
Algo puebla mi espalda en silencio
siento como un pedregal intransitable
siento como un mundo a cuestas
siento como una mirada muy pesada
siento como la cobija de una sombra2 10
Algo inunda los surcos de mi frente
siento como un río de lágrimas en flor
siento como una cerrazón sin mañana
siento como una bandera sin patria
o como un campo en dónde se derrama el sol 15
Algo usurpa la quietud de mi alma
siento como un tic ingobernable
siento como una necesidad sin consuelo
siento como una noche sacudida
o como un espejo enturbiado. 20
Algo ocupa el recinto de mi soledad
siento como un aire espeso que espanta
siento como una compañía alevosa
o como una amistad contradictoria
siento como un arco que me dispara 25
Algo abraza implacablemente a mi vida
siento como una mirada que me empuja
siento como un aguijón que me atraviesa
siento como una llama que me devora
siento como un dolor insaciable. 30
Poema 6
Antes decía:
«Ya el mundo comienza a incendiarse»,
cuando veía al fuego en el crepúsculo
devorar los bordes del cielo.
Ahora digo: 5
«Parece que la ciudad se está apagando»,
cuando sobrevuelo en un avión
-pájaro de alas duras-
y todo lo que se ve es humo.
Antes decía: 10
«Los brazos son la puerta del amor»,
cuando veía a uña pareja enamorada
fundirse en un inseparable abrazo.
Ahora digo:
«Los semáforos son la puerta de hoy», 15
cuando impide un ansiado encuentro
en la cruel vereda de enfrente.
Antes y ahora La angustia es la misma
Antes y ahora El pobre es el mismo
Antes y ahora: el grito del hombre 20
es el mismo como el silencio de Dios.
Poema 7
La hora de la muerte
La amarillez de mis hojas
de árbol en primavera
provoca el presentimiento
de otoño que florece en mi alma
La palidez de mi rostro 5
se sanó en la juventud
provoca el presentimiento
del mal que anida mi voz
La acidez de mi canto
de gorrión en la mañana 10
provoca el presentimiento
del llanto que ignora mi corazón.
La mudez de mi grito
de trueno en la tormenta
provoca el presentimiento 15
de paz imperceptible del niño
La calidez de mi invierno
antártico en la noche oscura
provoca el presentimiento
de fuego que respira mi soledad. 20
La aridez de mis cumbres
de montaña volcánica
provoca el presentimiento
de pradera que divida mi fe.
La avidez por mis sueños 25
de poeta melancólico
provoca el presentimiento
de mendigo que acuna mi realidad.
Poema 8
El sol cayó incendiado,
misericordioso astro
y su ausencia cubrió el mundo;
una mano callosa y trémula
cuelga la luna allá en lo alto 5
y una llovizna
sorpresiva como la muerte,
moja las alas a un pájaro
y salpica el alma al poeta
que escribe estos versos: 10
«Quisiera perderme un día
en la inmensidad de tus ojos
o encontrarme solamente,
escrito, sobre tu cuerpo de papel
quisiera cantarte siempre, 15
aun desafinando y ronco,
para que mi voz, suplicante,
se refugie en tu pecho
quisiera tenerte callada,
pura como una muñeca 20
y que, entre las ramas de mis brazos,
te pierdas para siempre»
Se extinguió la vela
alguien ensució la luna
no está más o ¿se robaron? 25
El poeta dejó su oscuro cuarto
y prefirió confundirse con la noche.
Poema 9
El árbol se inclina todos los días
sobre el espejo del río
para asegurarse de algo:
de que todavía existe.
La luna busca desesperadamente, 5
con sus ojos sin distancia
por lo menos un charco:
para verse reflejada
El sol corre a la noche más fría
con sus pies sin tiempo, 10
para darle todo, todo:
una luz tropical.
El pajarito más pequeño de todos
agita sus mágicas alas
para sentir una sola cosa: 15
que todavía puede volar
El perro lame a su perpetuo dueño
y recibe un montón de patadas
y una vez más comprende:
que todo sigue con normalidad. 20
Poema 10
La paz es un silencio armonioso
que apaga hasta el horrísono trueno
por eso un alma en paz puede
quebrantar el mundo en guerra
la noche es el color del silencio 5
y el silencio, el grito de la paz,
pero hay muchas paces más
por ejemplo, el río más caudaloso
tiene infaltablemente un remanso;
el viento más impío y arrasado 10
tiene indispensablemente una brisa;
una madre pobre y hambrienta
tiene un regazo para el hijo cansado;
un árbol en la vera del camino
tiene una sombra para el caminante; 15
un amigo leal y confidente
siempre tiene palabras sin pronunciar
y el amor puro e inteligente
tiene un lugar para el inocente odio.
La paz es una canción muda 20
que acalla al silencio irrespirable.
Hay muchas paces3 más que habitan
el mundo como duendes ciegos,
pero la única verdadera
y la más profunda es la muerte. 25
Poema 11
La ausencia de tus caricias fatales
hablan en cicatriz sobre mi piel,
la presencia de tu mirada eterna
repiquetea lluviosa en mi alma,
la espera es un grito interminable, 5
la llegada es una canción inaudible,
la promesa es una hoja arrancada
por el viento otoñal del amor
y las lágrimas son nubes derretidas
de un cielo irrefutable. 10
Toda la nostalgia de un sol pasado
pronto, se carcome a sí misma
cuando tropieza con sus huesos raídos,
cuando aspira su aliento quemado,
cuando silba su pecho agujereado, 15
cuando empalidece su sombra ennegrecida
cuando sangra su rostro surcado,
cuando siente sus venas vacías
como un fémur sin médula,
cuando lamenta el «no poder» 20
y la garganta es un locutorio inútil.
Poema 12
A quién escribes poeta
¿A quién escribes poeta
si no escribes a los que ignoran
el misterio de la libertad?
¡Cuántos hermanos olvidaron
la luminosidad del día 5
en la obscuridad perpetua
de las celdas subterráneas!
¿A quién escribes poeta
si no escribes a los que escriben
con el arado -cada día- 10
en el cuaderno de la tierra:
los que abren surcos sobre el suelo
como el trueno abre en el cielo
para sepultarse con vida?
¿A quién escribes poeta 15
si no escribes a los cansados
en la nuca: de estar uncidos
al yugo de la inamovible
carreta de la opresión?
Soy uno de ellos y ruégote, 20
escribas siempre sobre nosotros.
¿A quién escribes poeta
si no escribes a los que lloran,
a los sin voz, a los gorriones?
Son ellos los que necesitan; 25
empero, tú escribes cosas
-tal vez, ni tú mismo entiendas-
para los vientrudos eruditos.
¿A quién escribes poeta
si no escribes renunciando 30
al putrefacto yugo, y secular,
que nos ase diariamente?
Escribe, Poeta, y construiremos
otro yugo, pero no importado,
de nuestra mismísima selva. 35
Escribe, Poeta, escribe...
Poema 13
Simplemente, adoro:
tus ojos enlutados,
tu boca llena de besos,
tu pecho en capullos
y tus piernas en flor 5
Simplemente, adoro:
tu mirada tibia,
tus cabellos frescos,
tu rostro de santa
y tu alma de mujer 10
Simplemente, adoro:
tu ternura de madre,
tu caricia salvaje,
tu amor mitológico
y tu entrega absoluta 15
Simplemente, adoro:
tu compañía eterna,
tu sonrisa infinita
tu paciencia de acero
y tu serenidad diaria 20
Simplemente, adoro:
tu cuerpo lleno de músicas,
tu abrazo contundente,
tu rencor efímero
y tus besos sin tiempo 25
Simplemente, adoro:
tu raro universo;
mi sueño es habitarlo
contigo y por siempre,
SIMPLEMENTE... 30
Poema 14
Nunca supe por qué siempre sospecho
que mi alma se parece a un nido,
sencillo y extremadamente, bondadoso,
porque acuna sin prejuicios extraños
mi poco vivir y mucho pecar; 5
porque acoge, incondicionalmente, todas
mis incertidumbres en su ligero hoyuelo;
porque cobija, estoicamente, mis dolores
acarreados por aguijones del azar
porque hamaca, tiernamente, a mis versos 10
como polluelos hasta que aprenden a volar;
porque acurruca a mis fríos pensamientos
que están desnudos y desesperados
porque cuida de mis ciegas tentaciones
como una madre generosa y desinteresada 15
aun sabiendo que todos partirán
y el mañana es sinónimo de la soledad.
Nunca supe por qué siempre sospecho
que mi alma se parece a un nido
y mi soledad a una consonante 20
sin la vocal: porque no puede formar
una sílaba como yo no conformo
una pareja sin la mujer amada.
Poema 15
Pueblo del Siglo Veinte:
tiempo de computadoras,
de robots y viajes espaciales,
de abominables guerras
y de las palabras Economía, 5
VIOLENCIA, Sexo, HAMBRE,
Política, TRAICIÓN y Muerte.
Pueblo del Siglo Veinte:
fetos, niños, adolescentes,
juventud, adultos y ancianos, 10
destruyamos una selva
-pensando en la salvación de las otras-
y construyamos infinitas guitarras,
encordadas con las fibras de nuestras almas
y formaremos una hueste redentora. 15
Pueblo del Siglo Veinte:
una vez hechas las guitarras,
compondremos una canción,
trueno de almas sísmicas,
y arrasaremos el mundo 20
entonando con la voz a cuelo:
«Queremos un planeta mejor
hoy o nunca y no mañana;
haremos todo con canción
y contra el pecho las guitarras». 25
Poema 16
La boca es una herida del alma,
tajo que en vez de sangrar canta
o en vez de gritar calla;
la boca es una herida del alma
huella de un puñal milagroso, 5
que permanece abierta y curada
pero sin poder cerrarse nunca
La lluvia es una lágrima sin ojos,
llanto que en vez de llorar ríe;
o en vez de inundar riega; 10
la lluvia es una lágrima sin ojos,
agua de una fuente torrentosa,
que jamás podrá detenerse
porque no tiene párpados para hacerlo
La vida es una flor sin miel, 15
jazmín que en vez de perfumar enluta
o en vez de alegrar entristece;
la vida es una flor sin miel,
margarita absurda y otoñal,
que en vano espera al Picaflor 20
porque ahora no es el Tiempo
y la muerte es una cicatriz de la eternidad.
Poema 17
Mi amor
no4 fue sino una góndola
que llega a tu vida de puerto
y pasó un día
sin dejar huellas 5
en tu alma de agua
Mi amor
no fue sino un relámpago
que abrió tu amor de cielo
en mil pedazos una noche 10
y momentos después
sin herida alguna
la oscuridad unánime
Mi amor
no fue sino una mirada 15
que acechó tu amor de multitud
efímeramente
como un parpadeo
en la luz perpetua de tus ojos
Mi amor 20
no fue sino un suspiro
para toda tu respiración
y solo una estrella
para tu amor de galaxia.
Poema 18
Últimamente:
me disfrazo de Arlequín,
con mi careta de alegría,
para que me dejen estar un momento
en el Circo de un pueblo cualquiera 5
o me visto de Espantapájaros,
crucifijo de alas duras,
para que los zafados gorriones
se entretengan burlándose de mí
Últimamente: 10
me convierto en fantasma,
sombra ridícula y silenciosa,
para que, desapercibido,
pueda habitar entre la gente;
o me envejezco con canas de rocío, 15
Mesopotamia de nieves absurdas,
para que, en la Plaza Otoñal,
me acepten los jubilados
Últimamente,
me transformé en muchas criaturas nuevas; 20
fui lo que no pude, no puedo y no podré ser nunca
Últimamente,
no quise saber nada de mí mismo
y me perdí en la maraña de los demás
todo por divorciarme de ti: Soledad. 25
Poema 19
Nominalista es este mundo,
casi todo tiene nombre
o alias para nombrarlo:
todas las calles tienen nombres,
de inolvidables hombres, 5
de todas las regiones del planeta,
con oscuras y remotas historias
Nominalista es éste mundo,
casi todo tiene nombre
o alias para nombrarlo: 10
los niños más desgraciados
tienen envidiables nombres;
el perro más desamparado,
alguna vez, tuvo un nombre;
el pueblo más insignificante, 15
sin figurar en el mapa, tiene un nombre
y la muchacha más olvidada
que hace mucho amé, tiene un nombre
Nominalista es este mundo,
casi todo tiene nombre 20
o alias para nombrarlo:
desde el animal más microscópico
hasta el más gigantesco;
entonces, esta angustia mía ¿cómo se llamará?
Poema 20
Epitafio anónimo
Descansa, plácidamente,
con tus pies desnudos y callosos
de trajinar tantos caminos;
descansa, dulcemente,
con tus ojos de llantos 5
por llorar un amor pérfido;
descansa, solemnemente,
con tu pecho conmovido
y corazón doliente.
Descansa, sólo descansa 10
si es que tus sueños eternos,
tus gritos enmudecidos,
tus canciones calladas,
tus poemas inescritos,
tu libertad reprimida 15
tus alas sin vuelo,
tus silencios desoídos,
tus días de prisionero,
y tus noches sin luna
te dejan... te dejan descansar. 20
Descansa, sólo descansa
con tus alas sin vuelo,
con tu vida pasada,
en tu silencio perpetuo.
Poema 21
Siento la humedad de la luna
en mi alucinación
busco en el inmenso cielo
la estrella más buena y dulce
hurgo en mi quimera y encuentro 5
la pena más pesada.
Llamo y no escucha la piedra
pronuncio un nombre -Inocencia-
y me trae tristeza
¿Quién soy yo? -me pregunto- 10
Nadie me responde
solo el viento recibe respuestas
entre las hojas
Danza el colibrí, excitadamente,
suplicando un poco de néctar a la flor 15
pero la abeja había llegado primero
amanece el lóbrego pueblo
con sus habitantes-esclavos,
con su clima calcinante
Canta a voz en cuello el pobre 20
como si su pobreza fuese natural
y su sufrimiento; normal
un niño pide regalo a los Reyes Magos,
y no recibe ni un consuelo
entonces, la triste resignación. 25
Poema 22
Hay un solo camino
-solamente uno-
para todos los caminantes:
todos los que caminan por miedo a la inercia;
todos los que serpentean por cobardía; 5
todos los que cojean simulando elegancia;
todos los que caminan con los pies descalzos,
sintiendo arenillas y todo el pedregal;
todos los que caminan gracias al viento;
todos los que caminan por unanimidad 10
y todos los que caminan por una desgracia
como aquellos pájaros desalados
que se volvieron, por vivir, caminantes
Hay un solo camino
-solamente uno- 15
para todos los caminantes:
no todos pueden llegar al final,
no todos fueron buenos caminantes
como el que fue capaz de soportar:
los pisotones distraídos y torpes; 20
la indiferencia humillante y ciega
la sed quemante en los labios heridos;
el hambre brutal del estómago sin fondo;
los ojos sedientos de lágrimas;
el cuerpo y también el alma embarrados 25
bajos los pies que pasan y pasan sin parar
sin embargo... ¡to do en si len cio!
Hay un solo camino
-solamente uno-
y muchos caminantes. 30
La «d» aprendí delirando una noche
La «e» aprendí entonando una canción
La «s» aprendí soportando dolores
La «e» aprendí esquivando traiciones
La «s» aprendí sufriendo en silencio 35
La «p» aprendí pensando en el mañana
La «e» aprendí escogiendo un amigo
La «r» aprendí recordando mi pueblo
La «a» aprendí apaciguando mi pecho
La «c» aprendí caminando siempre 40
La «i» aprendí insultando al odio
La «o» aprendí olvidando cachetadas
La «n» aprendí negando la guerra
y la palabra: DE SES PE RA CIÓN
aprendí en pos de la libertad. 45
Poema 23
La «l» aprendí luchando en la vida
la «i» aprendí izando mi juventud
la «b» aprendí buscando justicia
la «e» aprendí edificando la paz
la «r» aprendí robando una flor 5
la «t» aprendí tocando guitarra
la «a» aprendí amando a ciegas
la «d» aprendí domando mi alma.
Y la Palabra íntegra: L I B E R T A D
la aprendí estando en una celda. 10
Poema 24
La soledad me espantó del cuartucho
que en un tiempo fue templo y eroteca
y la puerta me vomitó a la calle
borracho de pecho volcánico,
lavas escurridizas y diluvianas, 5
e inunde con las huellas de mis pies
las veredas generosas de la ciudad
Mi peregrinación fue desahuciante
-peregrino sin fe alguna-
porque el camino estaba lleno de muertes 10
-muecas de mi alma huérfana-
tres pájaros muertos y la tarde gris
-color de mi mirada huidiza y fatal-
y las penas me pesaban cada vez más
El camino: tres pájaros muertos; 15
un gorrión, pichón desnudo e inocente,
derribado de algún nido inhóspito;
una tórtola, petisa de caminar coqueta
con alas resquebrajadas en una plaza
y una paloma, la pureza hecho carne, 20
arrojada sin herida en un baldío
Todos se enterraron en mis ojos,
cementerio voraz de imágenes
Como en la vida, todo es partida
y el regreso jamás tuvo sentido. 25
Poema 25
No tengo herida que me estremezca
ni dolor extraño que me aflija;
sin embargo, sólo bastó un escurrir de párpados
para que mi mundo se empape de lágrimas
No siento pena alguna en mi pecho 5
ni derrota que me atormente el alma;
sin embargo, sólo bastó un suspiro inesperado
para que en mi pecho erupcione un volcán
No tengo idea alguna que me pueda decepcionar
ni ambición inútil que me haga llorar 10
sin embargo, en mi garganta revienta un grito
que se confunde con el silencio de Dios.
Poema 26
Hoy nuevamente estoy en mi Pueblo.
Después de ambular por el mundo,
olvidando que había dejado todo
en mi pueblo de infancia y fantasía:
olvidando que en él quedó mi llanto 5
de cuando aún era ángel y gorrión;
olvidando que en él dejé mi canto
de cuando aún tenía mi propia Voz;
olvidando que en él dejé mi sueño
de esclavo cuando aún podía dormir... 10
Nada traje conmigo cuando cargué
mi valija sin fondo y cruel:
todo quedó, a pesar de mi atascado
equipaje de gritos y silencios.
Hoy como otrora caminando solo 15
por las calles -ésta vez - despobladas
pero llenas de ecos fríos y ausencias.
¿Dónde estarán sus habitantes, mis hermanos?
¿Tendrán techos, Pan y tendrán pueblo?
Tal vez, se convirtieron en golondrinas 20
y se fueron buscando nuevo horizonte,
para volver cuando cambie éste Mal Tiempo
que es poco apacible para ellas.
Sólo quedó el arroyo y su puente
y sus aguas cansadas de conmoverse 25
ante la soledad que nunca conoció,
y dice: «Nadie viene a beber... nadie.
Ni los niños vienen a zambullirse,
hasta los peces se fueron hacia el mar».
Ya se inclina el sol y yo solo, como nunca, 30
sobre el arroyo que corre cimbreante.
Mientras, en mi memoria gira todo
el pasado que quisiera hacerlo presente
y futuro; hoy, mañana y siempre.
Escucho el grito quemado de los boyeros, 35
siento el cansancio salado de los labriegos
y veo la sonrisa amuecada de toda mi infancia
que jamás podré llevarla de aquí,
ni borrarla para no volver más.
Todo quedará aquí nada llevaré, 40
Adiós, Pueblito mío, prometo que volveré,
pero con el Tiempo Bueno en las manos.
Poema 27
Puedo ir gritando ¡libertad!
y sin la ayuda de nadie,
hasta llegar a ser libre;
empero, no soy capaz
de llamarte por tu nombre. 5
Puedo ir gritando ¡justicia!
sin importarme ningún ser,
hasta conseguir el poder
para borrar la injusticia;
pero sin decir tu nombre. 10
Puedo ir luchando con todos,
sin que puedan detenerme,
hasta que me quede inerme;
pero ¡cuán! difícil es
pronunciar tu leal nombre. 15
Puedo ir soñando por siempre,
sin que logren despertarme,
para ignorar la miseria
que amordaza a los hombres;
todo sin saber tu nombre. 20
Poema 28
Luna
que alumbraste las noches
de mi infancia campesina
y poblaste el cielo contaminado
de mi adolescencia urbana. 5
Luna
que inspiraste a muchos poetas
por ser límpida e inocente
y acompañaste a muchos solitarios
desamparados en la oscuridad. 10
Luna
que alucinaste a perros y sapos
con tu belleza lejana e inabrazable
y guiaste a muchos perdidos
en sus caminatas por el cosmos. 15
Luna
que habitas, eterna, en mis poemas
de fantasma desvelado
y comulgas siempre a mi grito
de cantor desesperado. 20
Luna, última virgen mía,
bautizada cruelmente
por unas manos fangosas
igualada estás a nosotros
ya tu himen también está roto. 25
Sátiro declarado el Hombre.
La vida es una violación misma
y el hombre es un hijo bastardo del mundo.
Poema 29
Mi historia es la misma que la del sol,
remota eterna, vieja y apagada;
mi destino es el mismo que el de su brillo,
titilante, efímero, pálido pero real;
mi corazón es el mismo que el del sol, 5
late ardiendo constantemente
Mi historia es la misma que la del río,
lejana, surgente, fresca y fontanal;
mi destino es el mismo que el de sus olas,
desesperante, por la inmensidad del mar; 10
mi corazón es el mismo que el del río,
revoltoso, encauzado hacia el mar, sin querer
Mi historia es la misma que la del mundo,
hipotética, patética y -sobre todo- tétrica;
mi destino es el mismo que el de su ser, 15
arbitrario, libertino y -sobre todo- incierto;
mi corazón es el mismo que el de su volcán,
abismal, carbonizante, rojo y fangoso5
Es posible que mi pasado haya sido mejor
o posiblemente mi futuro pueda ser peor; 20
sin embargo, de una cosa estoy seguro:
entre lo mejor del pasado y lo peor del futuro,
caben todas mis tristezas presentes
Mi historia es como la Historia misma,
como todo, una idea. Es decir, inexistente. 25
Poema 30
Eres como una noche muy iluminada,
muy apacible y tormentosa,
tus estrellas están no sé dónde,
tus luciérnagas son invisibles
y la luna se oculta en tus ojos 5
Eres como una noche sin fantasmas,
sin duendes ni leyendas
eres una noche, simplemente
Eres inabrazable como el mar
y eres, a veces, como una gota 10
que me ahoga sin saciarme la sed
Eres la gaviota sin alas
de mi sueño mediterráneo
y sufrimiento altiplano
Eres tantas y tantas cosas: 15
por ejemplo, en tu tristeza
se ve la mueca del Universo;
en tu alegría ingenua,
la Fe perdida de la Humanidad
Con tu muerte se fue el miedo 20
y yo que te quiero tanto
ni siquiera sé quién eres.
Poema 31
La plegaria de Judas
Yo, Judas, que te ha traicionado, Señor
y te sigo traicionando día a día:
con mi sed insaciable de tierra seca,
con mi hambre interminable de lobo,
con mi hipocresía eterna de cobarde, 5
con mi razón irracional de ser humano,
te suplico, de bruces sobre mi tumba, Señor
que tengas la misericordia infinita
de mí como nadie podrá tenerme
Yo, Judas, que te ha entregado, Señor, 10
y te sigo entregando noche a noche:
con mi mirada opaca de sol apagado,
con mi indiferencia ante la injusticia,
con mi fragilidad ante las tentaciones,
con mi suciedad ante tus ojos, Señor, 15
te suplico, con mi corazón en las manos,
que tengas la paciencia y la piedad
que sólo, Tú, Señor, puedes ofrecerme
Yo, Judas, que después me arrepentí, Señor,
y me sigo arrepintiendo día y noche: 20
con mi llanto incontenible de vergüenza,
con mi fuerza inútil de gusano,
con la ceguera de mis ojos,
con las monedas que no necesitaba,
te suplico, por el niño que fui, Señor, 25
que tengas la bondad de persuadirme
de esta determinación que he tomado.
Poema 32
Mi Pueblo es todo un poema:
sus fronteras están demarcadas,
hacia las alturas, al cielo;
y abajo, la tierra interminable
los cuatro vientos indómitos 5
que lo circundan rebozan de verdes
-vaho de campos y selvas en plenitud,
y grises de nubes revoltosas,
encarnados en aguas de su arroyuelo.
Mi Pueblo es todo un poema: 10
su vida está destrozada por dos
heridas, abiertas de par en par:
una calle única que parte su cuerpo
lazariento, con caminantes sin futuro;
y el éxodo de sus hijos queridos 15
que arrancó de su alma la tenue luz
de esperanza que acunaba en secreto,
pájaros que una vez emplumados
volaron para no regresar jamás.
Mi Pueblo es todo un poema: 20
en la frente tiene escrita
la sentencia de su destino
y en su historia, la condena
irrevocable de un criminal:
las arrugas que cobijan su mirada 25
contienen lágrimas cuajadas para llorar
y los hermanos campesinos «rebeldes»
-sepultados vivos sobre el arroyo-
siguen pidiendo ¡Justicia!, no sé a quién.
Mi Pueblo es todo un poema: 30
Oh, Pueblo mío, si tan sólo
constituyeras un punto -negrito-
en el prestigioso Mapamundi.
Poema 33
Sobre las cuerdas de mi angustia
galopa un dolor de pies distraídos
y tiemblo estremecido
en el filo de mi desesperación.
El sonido se despedaza en silencio... 5
y una vez incubado en mi alma
se ramifica como un cáncer
fatal y calladamente: y la muerte
es un himno al silencio.
Las calles son las venas de la ciudad, 10
por donde fluye -pasmada - la sangre
en forma de espantapájaros,
que con el tiempo desembocará
-conmovida- en la muerte.
¿Será cierto que la muerte es el mar 15
en dónde desembocan los ríos de sangre?
El amor es una patria sin fronteras
que está ubicado, geográficamente,
entre un abrazo y un apretón de manos
y entre una mirada y un beso... 20
Pero, la única verdad demostrable
en todos los momentos: es la tristeza.
Poema 34
a Camilo Sánchez
El poeta
es una guitarra:
con una caja de resonancia, el cuerpo;
con unas cuerdas infinitas, el alma;
pero con una sola diferencia: 5
se ejecuta a sí mismo.
El poeta
moldea su cuerpo frágil,
afina sus cuerdas mudas
y de un suspiro escapa: 10
la poesía.
Como la guitarra,
con madera salvaje
y sedas sonoras
se revienta: en melodía. 15
Poema 35
Sentimientos porteños
Una garúa engañosa,
simulando invierno,
golpea mi caja de recuerdos
y pone candados a mi cofre de olvidos.
Siento tu «adiós», nuevamente, 5
de aquel invierno que fue un día
y me hace sentir de mil maneras:
me siento como un Buenos Aires
sin tango, sin bohemios, sin obelisco;
me siento como la Plaza de Mayo 10
sin palomas, en una tarde gris;
me siento como el bandoneón sin Troilo,
en una noche de cantina en la Boca;
me siento como el tango huérfano,
empedernido, sin Gardel ni Manzi; 15
me siento como el sísmico subterráneo
que añora el traqueteo del tranvía;
me siento como el barrio de San Telmo,
carcomido por la demolición «urbanizadora»;
me siento como las calles empedradas 20
que están llenas de ausencias...
y me siento como el Buenos Aires de hoy
mentiroso, hipócrita y aburguesado,
sabiendo que tu «adiós», mi verdad,
quedó en el pasado, me dejo llevar 25
por este Tiempo Loco, sin compasión.
Poema 36
Acurrucado en una esquina sin regazo
de un paso subterráneo
sepultado
en una noche antártica e inhumana.
Acompañado por dos cajas de ballenitas 5
separándolo del mundo
en soledad
duerme como un gorrión mojado.
En una estación de eterno «adiós»
pernocta desnudado por la gente 10
en cuclillas
con la cabeza clavada en el pecho.
Sencillamente
duerme en silencio
para qué despertarlo 15
tal vez esté soñando en mil cosas
cosas que despierto jamás las tendrá
quizás esté andando en la «bici»
o remontando barriletes
o aprendiendo a escribir en la escuela 20
o viviendo en una casa como todos
o durmiendo en una cama como cualquiera
o creyendo en los Reyes Magos
o cantando una canción desconocida
o mirando un mundo bueno y distinto 25
o sintiendo una alegría infinita y real
o sonriendo simplemente
porque olvida su hambre en ese instante
porque no siente el frío del invierno
porque ahí no existe la indiferencia 30
porque olvida todo lo que no tiene
porque olvida que está solo y durmiendo.
Quisiera paralizar todo el universo
no permitir que los trenes cargados
lo sigan aplastando más y más 35
detener el tiempo en cualquier lugar
juntar todo el viento en mi bolsillo
apagar la mirada de la gente que acecha
su figura y lo hiere cruelmente
parar todo lo móvil y lo inmóvil. 40
Todo... para que nunca se despierte... en la miseria.
Poema 37
La sombra, deliberadamente,
empaña el muro de color inocente
como el implacable tatuaje de sufrimiento
en la frente quemada del labriego.
El sol, incógnito como siempre, 5
muestra solamente su faz crepitante
¿Cómo será la otra, su reverso?
¡O acaso desconoce las opciones azarosas
de cara y ceca, moneda corriente
entre los niños que rifan la suerte! 10
El rocío desborda un pétalo
y gotea en secreto, silenciosamente;
todo el mundo asiste con la indiferencia,
sólo un ermitaño poeta, extático,
advierte el espectáculo y lo disfruta. 15
Las vías paralelas parecen unirse
a lo lejos y un tren, viboreante,
las desune bajo sus chirriantes ruedas;
los brazos humanos se han alargado
de tanto desplegar, como alas de gorrión, 20
para invocar a Dios y sin volar nunca;
y la angustia reboza en mis ojos
como sangre en labios de una herida
y mi mirada se proyecta en sombra
sobre el muro de color inocente. 25
Poema 38
Li - ber - tad
El lago, suavemente,
lame sus veras.
El río, ligeramente,
lame sus riberas.
El mar, brutalmente, 5
lame sus peñas.
El perro, inocentemente,
lame a su dueño.
El sol, diariamente,
enciende su farol. 10
La luna, todas las noches,
acuna al pantano.
Las madres, diariamente,
pierden a sus hijos.
Los obreros, diariamente, 15
se crucifican por el pan.
Un niño haraposo y cara sucia,
una tarde de invierno en el puerto,
pregunta a su padre, mendigo y maloliente:
- ¿Qué es Li - ber - tad? -deletreando, 20
afanosamente, el nombre de un barco.
-¿Qué puede saber de libertad un hombre
que nunca fue esclavo? -contestó el padre
con los ojos perdidos en la lejanía del mar.
Poema 39
Las dudas son inquilinas
de mi alma inhóspita
y las rabias, una fruta
entre mis dientes rabiosos.
Mis puños se han cerrado, 5
implacablemente, al apretón
de manos amigas
y a mis ojos todo es gris.
Mis labios se han cicatrizado,
herida de boca curada, 10
y la sonrisa es inconcebible
y los besos resultan absurdos.
Los abrazos me asfixian,
humareda de tizones,
y las caricias me duelen 15
sobre mi piel lacerada.
Mi mirada se ha opacado,
rendija acechante y cruel,
y mis hombros ya están viejos
para soportar tantas penas. 20
Mi existencia es un álbum
de ausencias y adioses
y estos versos son resabios
de mis suspiros intermitentes
y los desengaños que, últimamente, 25
se han multiplicado en mi pecho.
Poema 40
La amplia avenida:
poblada de automóviles
-con sus bocinazos sordos-
brisa verde, olor a pastos,
y una sirena que llora, 5
sin llanto, por alguien
pero no por el perro
tirado en la cuneta
como un perro cualquiera.
Un niño pondera, boquiabierto 10
desde un colectivo sin chofer,
y por un momento
se detuvo el tiempo
en aquellos ojos sin espacio
del niño anónimo: 15
un perro tirado en la cuneta
con las tripas
desparramadas al azar.
Un barrendero lo recoge
sin saber que era un ángel. 20
«Hay hombre que muere como perro
y perro que vive como hombre»,
dijo un borracho una vez.
Poema 41
Los viajes interminables de todos los días
en tren, ida y vuelta, hacia el trabajo;
apretujados como corderos en un acoplado
que van al matadero para no volver más.
Todo parece -y es- trágico, dramático 5
y macabro, pero también tiene sus encantos
cosas terriblemente románticas y dulces,
como aquella Muchacha -entre unos centenares
de ojos rabiosos que a uno lo acechan-
de ojos llenos de paz y labios heridos. 10
En el trabajo las mismas hojas de ayer
y el mismo árbol de siempre: árbol y hojas
sin otoño ni retoño: i - n - e - r - c -i - a...
El capataz que rezonga por oficio.
El portero que mira como un gato 15
sin ver en los ojos los propios horcones.
El patrón que putea por ser el patrón
o porque pidieron aumentos los Muchachos.
Pero también tiene su polo positivo
como el Abuelo que nos invita, a escondidas, 20
con un mate o con algún sanwichito.
Y están también las cachetadas que no son
de los viajes ni de la fábrica,
sino de la Calle y la casa: los amigos
que se ven sólo cuando brilla el sol, 25
enemigos que nacen con el crepúsculo
y amigos-enemigos que uno tiene simultáneamente
cuando hay un eclipse, ya sea de sol o de luna;
y el alquiler que está por llegar y no perdona
y los sábados que invitan a las parrandas 30
y los sueños que están tristes y muertos
como una guitarra sin cuerdas.
Poema 42
a Patricia Oppenheimer
Te conozco sin conocerte
como conozco a la muerte,
porque te siento cerca,
porque te pienso un poema
que espera ser escrito; 5
porque te imagino una hoja seca
que sueña con una gota de rocío.
Te conozco sin conocerte
como conozco a la luna,
porque te siento amiga, 10
porque te pienso una lágrima
que añora un pañuelo;
porque te imagino un horizonte
que anhela una mirada.
Te conozco sin conocerte 15
como conozco a Alfonsina,
porque te siento mujer,
porque te pienso una guitarra
que calla una canción;
porque te imagino un campo 20
que ignora un alambrado.
Mientras, todos éstos los imagino,
tu voz se hace carne en mi alma,
y recuerdo que te dije: «La vida,
es una herida que siempre duele». 25
Poema 43
El ciego pregona su desgracia
-al compás de su bastón saltarín-
y pide una limosna de indemnización
como culpando a la gente de su miseria.
El lustrabotas se pinta a sí mismo 5
-gorrión de pies descalzos y cantor-
simulando zapatos de mil caminos
que quiere brillar bajo el cepillo.
El linyera trajina sus aceras
-ritualmente todos los días- 10
y busca un milagro en los tachos
herrumbrados y sin contenido alguno.
El poeta urde sin aguja ni hilo
-tarántula laboriosa y estúpida-
y su tramaje -invisible- atrapa 15
las palabras para su menú de monstruo.
El rico se deleita en su riqueza
-Alí Babá anticuado y ciego-
y se desespera pensando en la muerte.
No obstante, la luna -barrilete 20
sin cola de mi desvelo- tirita
alegremente en lo infinito
y se derrama conmovida
sobre el pantano sin dimensión.
Poema 44
En esta tarde hipócrita de abril:
pienso qué hubiera sido de mí
si yo fuera un árbol deshojado,
esperando a la lejana primavera
y sin tener pies para caminar; 5
siento, mientras voy caminando
sin destino pero apresurado,
que en mi alma está lloviendo,
siento, al doblar esta esquina
desplumada de historias (modernizada), 10
que en la punta de mi melancolía
está posando una trémula mariposa;
imagino, al extender una anciana
la mano necesitada de monedas,
que el sol está llorando a solas 15
al negársele las nubes abrazar
al mundo con su noche de luz;
siento, al beber un vaso de lluvia
en un bar altruista de Buenos Aires,
que un niño triste se ha instalado, 20
sin saber -desde siempre- en mi corazón.
En esta tarde hipócrita de abril:
pienso que lo único que hice en mi vida
que valió la pena fue caminar,
y siento que lo único que me queda 25
por hacer, después de este poema, es llorar.
Poema 45
Mis manos hacendosas
ignoran la suavidad de las tuyas
y la sabiduría de tu piel;
mis manos silenciosas
desconocen la calidez de las tuyas 5
y la espesura de tu pelo;
mis manos candorosas
imaginan la caricia de las tuyas
y las cimas de tu pecho;
mis manos laboriosas 10
no conocen el huerto de las tuyas
y los límites de tu cuerpo;
mis manos estudiosas
no saben la escritura de las tuyas
y el idioma de tus ojos; 15
mis manos temblorosas
no comprenden la blancura de las tuyas
y la perfección de tus piernas.
Mis manos te ignoran.
No saben nada, ni tu nombre. 20
Nunca te habían visto,
siempre han estado solas;
pero te imaginan un poema
mientras juguetean juntas
entre las cuerdas de mi guitarra. 25
Poema 46
Golpeando puertas y puertas
me paso los días, últimamente,
-como regalando cachetadas-
en busca de un trabajo.
Todas las puertas se abren 5
como bocas de un solo labio
y se cierran rechinando
de indiferencia.
De tanto golpear, inútilmente,
mi mano -ya encallecida- 10
adquirió un ritmo y un compás;
y, de tanto pedir y pedir
a la nada, mi corazón musita
una amarga canción.
¡Cuánto duele extender la mano 15
y pedir! Si duele el pedir
¿¡Cuánto más dolerá el dar!?
No hay trabajo para mi oficio
porque en los diarios piden
para todos los quehaceres, 20
menos para mí. ¡Qué raro!
Hubo tantos -en otros tiempos-
de mi oficio que trabajaron,
aunque la mayoría murieron
de hambre. 25
¿O será que en esta época el mundo
ya no necesita de poetas?
Poema 47
Una mesa con un mantel sangriento
un pocillo de café amargo,
hiel de esta soledad irremediable
y una tarde que se despide triste.
En contraste, un murmullo de besos 5
provoca una pareja en una mesa vecina
y estos codos gastados que se clavan,
cruelmente, en la piel de la madera.
Y pienso que la soledad es un pájaro
sin alas que ha olvidado el vuelo; 10
y la caricia es un garabato
que utiliza un lenguaje universal;
y la retórica es una sentina de palabras
que respira hediondamente;
y la luna es la hostia del mundo 15
que espera una boca incontaminada;
y la noche es un cuervo hambriento
que acecha tenebrosamente;
y la amistad es una parábola
que todavía no se ha escrito; 20
y la mujer es una luciérnaga apagada
que se venga en pleno sol;
y la reunión en una mesa de café
es un rito telúrico bastante ambiguo
y «la poesía es el último refugio del alma» 25
como dijo un poeta alguna vez.
Poema 48
La palabra es la flor del6 silencio,
el silencio es un campo monótono
y la música es el fruto del alma.
El día es la mirada acuosa del sol,
el sol es un barrilete incendiado 5
y la noche es la sombra de la luz.
La caricia es el sueño de la piel,
la piel es un horizonte sin montañas
y las manos son dos mariposas cansadas.
El otoño es la pesadilla de la primavera, 10
la primavera es la sonrisa del Universo
y la cigarra es un juglar absurdo.
La lluvia es una diosa para el desierto,
el desierto es un hombre hecho arenas
y la esperanza es un viento que propaga la vida. 15
La muchacha es la flor de la mujer,
la mujer es una alborada impensable
y el amor es un amanecer sin crepúsculo.
Poema 49
En muchas oportunidades he comprobado que:
en mi puño estaba herméticamente cautivado el sol,
en mi pecho agonizaba silente un caballo cansado,
en mi alma trajinaba un gusano de pies espinosos,
en mi espalda estaba tatuado el Arco Iris sin poder mirarlo, 5
en mi pulmón anidaba un gorrión que respiraba una canción herida,
en mis ojos se refugiaba despavorida la noche todos los días
y mis labios eran la sombra de una llaga de mi conciencia pasmada.
En muchas oportunidades he comprobado que:
mi infancia mediterránea conocía el mar como conoce mi adolescencia, 10
la bronca se enroscaba como una serpiente en mis entrañas,
la alienación eran un concepto que pateaba en mis sienes,
la pobreza era un poema popular y anónimo,
la política era un monstruo que baboseaba sangre,
la justicia del hombre era una pesadilla para Dios 15
y el poeta era una mariposa ebria y de alas resquebrajadas.
En muchas oportunidades he comprobado que:
por mis venas fluían lágrimas sucias e irredimibles,
la cuenca de mis manos era una laguna de aguas estancadas,
mis brazos eran dos tentáculos pulposos y abominables, 20
la muerte se parecía en su ceguera a una ramera gratuita,
la guitarra era un fantasma que se alimentaba de penas,
mis pies eran dos clavos que caminaban sobre el vientre de una mujer7
y me niego rotundamente a considerarme un loco.
Poema 50
La poesía hay que buscarla
en la mirada indescifrable de un loco
como buscando una flor en el mar.
La poesía hay que buscarla
en el parto del ojo que lanzará una lágrima bastarda 5
como buscando una fuente a la lluvia.
La poesía hay que buscarla
en los segundos divinos que dura el orgasmo
como buscando la abuela en una muchacha impoluta de tiempos.
La poesía hay que buscarla 10
en el límite que une y separa a la muerte de la vida
como buscando la brisa en un torbellino.
La poesía hay que buscarla
en los ojos tirados de un perro callejero
como buscando caricia en la yema de las espinas. 15
La poesía hay que buscarla
en la tristeza del hombre y en la comicidad del mono
como buscando explicar quién es quién.
La poesía hay que buscarla
en la sangre de una palabra mordida por el alma 20
como buscando el grito en un silencio verdadero.
La poesía hay que buscarla
en las manos demiurgas de un dios suicida
y en el alma apuñalada de un hombre cobarde.
Poema 51
Quiero agujerear la lona del futuro
y espiar lo que espera impaciente
detrás del biombo de este presente
que se empaca ensangrentado de miedo
como un traidor ante su conciencia herida, 5
como una cigarra ante su cáscara obsoleta
y perpetuarme en esta noche desteñida
por la luna que llueve unánimemente.
Quiero candadear la puerta del pasado
y olvidar lo que llora desconsolado 10
a espalda de este día de cadáver aún tibio
que se apagó y dejó de ser hoy
como deja de ser una mirada en un parpadeo,
como se extingue la vela en un soplo,
como desaparece la distancia en un beso 15
o como pierde actualidad una flor tempranera.
Estoy entre dos puertas obscuras:
una, ya abierta como apuñalada
que sangra caprichosamente,
negándose a la misericordiosa cicatriz, 20
la otra, todavía cerrada como un regalo sin dueño
o como los labios vírgenes de una muchacha
que espera el momento del Momento.
Y comprendí que el pasado y el futuro,
a la sombra de los árboles gramaticales, 25
no existen: porque el pasado cuando existió
era hoy y el futuro cuando exista será también hoy8.
Poema 52
A flor de piel llevo
la herrumbre de unas cadenas olvidadas,
las cicatrices improbables de unos dolores soterrados
y en la mirada -indeleble- la noche herida
y en el alma, el día casi apagado. 5
A flor de piel llevo
el reflejo de la sangre prostituida de mi raza,
la sombra de una caricia no consumada
y en el pelo el encrespamiento de látigos remotos
y en los labios, la floración de un tajo del alma. 10
A flor de piel llevo
tatuado el mimetismo de la época vivida,
la huella de la inclemencia de tantos soles
y en las manos -imperdonable- la infancia triste empuñada
y en la espalda, las ilusiones averiadas. 15
A flor de piel llevo
la presencia umbrosa del miedo sembrado,
el cutis teñido por la penumbra de la miseria
y en el pecho una guitarra acallada hace siglos
y en la garganta, una piedra que no se ablanda. 20
Poema 53
a Julio Mafud, maestro
Como hombre es más sencillo que el pan,
más humilde que una noche sin estrellas,
más sincero que un apretón de manos,
más sereno que un remanso en calma
y más simple que un vaso de agua. 5
Confieso que en un ser humano
siempre me ha llamado la atención
más que la profundidad de su inteligencia
¡la transparencia de su alma sencilla!
De sus labios cansados escapan 10
mandamientos humanos de sed y hambre
y de su silencio, su saber sin palabras.
Su memoria conforma una enciclopedia
de autor anónimo que -tal vez-
nunca conozca la publicación. 15
Sus palabras son capaces
de desnudar una mentira
como pelando una cebolla9
hasta toparse con la verdad.
Transporta muy cuidadosa e infaltablemente 20
una valija como si en ella llevara
su mundo armónico que no cabe en el nuestro.
Así es mi maestro, sin muchas vueltas
y quizás para su sorpresa, de quien aprendí
verdades y sin darse cuenta siquiera. 25
Es un científico por religión
que respeta la ignorancia del discípulo
y un maestro por vocación
que vive encorvado de tantas sabidurías
como un árbol lleno de frutas. 30
Poema 54
Mientras haya un gorrión sin alpiste
y un hombre sin pan habrá guerra
(Porque el hambre es la guerra misma)
Mientras hayan soldados en los cuarteles
y sacerdotes en las iglesias habrá guerra 5
(Porque la vida corre por las calles)
Mientras hayan cárceles apretujadas de hombres
y hogares abandonados habrá guerra
(Porque la privación del sol es injustificable)
Mientras hayan rejas duras que forjar 10
y pañuelos empapados que escurrir habrá guerra
(Porque la justicia es un duende sin corazón)
Mientras hayan adultos que van silenciosos
y niños que viven llorando habrá guerra
(Porque la indiferencia es una madre sorda) 15
Mientras hayan ladrones con credencial
y víctimas anónimas habrá guerra
(Porque el poder es un ciego peligroso)
Mientras hayan imperios todopoderosos
y pueblos miserables habrá guerra 20
(Porque la opresión es una carreta sin ruedas)
Mientras hayan militares adiestrados
y pueblos ignorantes habrá guerra
(Porque el cansancio es un camino infalible)
Mientras hayan armas para matar 25
y amos para sentenciar habrá guerra
(Porque la piedad es una costumbre ya abolida)
Y la igualdad es una utopía apasionante
Poema 55
Estoy pensando cómo armar un poema,
un poema a partir de la nada
porque mi ánimo, extrañamente,
está ahogado en soles fosforescentes
y este domingo cuya tarde melodiosa 5
está -pletóricamente- salpicada por una llovizna.
La gente anónimamente cubre la ciudad
y sus pasos son latidos de mis sienes mansas.
Mi alegría en una tumba sin nombre
que existe subrepticiamente de mi angustia. 10
La desesperanza es tan común, entre los pobres
como la tristeza en mis poemas.
La ausencia del sol es innotable
¡cuántas veces me ha quemado los párpados
y sin verlo siquiera! 15
La plaza es una dimensión insólita.
Un señor, con su vozarrón ahuecado,
revienta en su cuello las palabras de Dios.
Un linyera, con su vestimenta en jirones,
abanica su testa al negársele una limosna. 20
Una pareja, gorriones de labios adhesivos,
se injertan en un beso interminable.
Un niño, ángel vencido por el viento,
duerme en un banco sin sábana ni almohada
y yo, en otro, desintegrándome en palabras 25
para darle una forma a mi alma de piedra.
Poema 56
Han pasado siglos y siglos,
el agua corre y corre juguetona
debajo del eterno puente.
Han pasado siglos y siglos,
el sol brilla y brilla 5
calcinante
allá en lo más alto.
Han pasado siglos y siglos,
el Hombre vive y muere
inocente 10
en el lodozal sin luna.
Han pasado siglos y siglos,
yo espero y espero
el mañana
que todos soñamos. 15
Han pasado siglos y siglos
y seguiré esperando,
¡qué importa!
si total no esperar es morir.
Poema 57
El cuerpo
una pared húmeda
levantada verticalmente
en invierno.
El alma 5
viento en calma
en la tormenta nocturna
del timón.
El cuerpo
cáscara de cigarra 10
apenas llega el verano
queda solo.
El alma
paloma diurna
vaga bajo el sol 15
secretamente.
El cuerpo
maceta sin flores
inútilmente se riega
no florece. 20
El alma
en un suspiro se libera
de la celda ardiente de piedra.
Poema 58
El que vive en soledad,
acorralado por las penas
o encerrado entre rejas
encuentra en un vaso de agua
la compañía y la libertad. 5
El caminante sin rumbo
descansando un día
o soñando caricia
encuentra en un vaso de agua
todo el camino del mundo. 10
El enfermo sin esperanzas,
antes del «adiós», pide
un vaso de agua fresca
y descubre la vida -fluyente-
en cada trago que da. 15
El agua es lo único que se necesita
en esta sequía de la vida terrenal.
Poema 59
Insomnio
Son las doce en punto de la noche.
Todos duermen. Todos muertos.
¡Cuántos te ignoran, Lluvia!
No te oyen que estás bajando,
mansamente, del infinito. 5
¿Por qué no me duermo?
No lo sé. Probablemente,
porque la lluvia quiere
que alguien la escuche,
por lo menos uno. 10
¡Justo yo!, el elegido a parar orejas:
y mi voz y mi canto
y mis quejas y mi llanto
quién los escucha, ¿quién?
quién los escucha, ¿quién?... ¿eh? 15
Son las doce y cinco minutos,
ahora sí me dormiré,
ya sé lo que me faltaba:
Mi Padrenuestro...
Poema 60
El hombre está solo en el mundo
como la luna entre las estrellas,
como un liquen entre las nieves,
como una fuente en medio del desierto
y desnudo como un hueso tirado. 5
La soledad es eterna en el hombre
como una cicatriz en la piel.
Dos hombres juntos no están acompañados
sino son dos soledades juntas.
El hombre está solo en el mundo 10
como la Biblia entre los libros,
como la gaviota entre las nubes,
como el cigarrillo entre los dedos
y desnudo como un árbol chamuscado.
Los ojos del hombre son un pilón 15
que riega el campo árido del sufrir
y la mejilla sedienta de la herida.
El hombre mira y trajina hacia adelante
sin esquivar un instante sus ojos
e ignora por completo su propia espalda. 20
El hombre está solo en el mundo
como una isla en medio del mar,
como una lágrima entre carcajadas,
y desnudo como un puñal sin vaina.
Poema 61
¡Qué noche tendría misterios!
¡Quién se sentiría cansado!
¡Quién te acallaría el criterio
teniendo a alguien a tu lado!
¡Qué vida sería amarga! 5
¡Qué osado sería el llanto!
¡Qué espera sería larga
teniendo a alguien a tu lado!
¡Qué día verías oscuro!
¡Qué pájaro estaría encerrado! 10
¡Qué envidia tendría la luna
teniendo a alguien a tu lado!
¡Cómo no creer en la vida
teniendo a alguien a tu lado!
¡Cómo no regalar la risa 15
teniendo a alguien a tu lado!
¡Qué canciones serían agrias!
¡Qué silencio sería amargo!
¡Qué alma sería solitaria
teniendo a alguien a tu lado! 20
¡Qué herida entristecería!
¡Qué sueño sería lejano!
¡Qué piedra te perturbaría
teniendo a alguien a tu lado!
¡Qué es uno solo en el mundo! 25
¡Qué es un alma sin amado!
¡Cómo serías vagabundo
teniendo a alguien a tu lado!
Poema 62
La tierra,
seca y polvorienta,
se abre en heridas profundas
como una prostituta
a la lluvia. 5
La hoja,
triste y amarillenta,
se deshoja, fácilmente,
como regalada
al viento. 10
Jesucristo,
un Dios de dioses,
se entregó, humildemente,
como un cualquiera
al hombre. 15
Poema 63
Escribe poeta
por todos aquellos que no saben escribir,
habla por todos aquellos que ignoran hablar,
sueña la vida por los que no saben vivir.
Escribe poeta 5
por todos aquellos que no saben el sentir,
canta por todos aquellos que ignoran cantar,
vive la vida por los que mueren al mentir.
Escribe poeta
por todos aquellos que no saben más que oír, 10
escucha también por los que ignoran escuchar,
mira la luz por los que no saben su latir.
Escribe poeta
por todos aquellos que se callan al sufrir,
calma a todos aquellos que ignoran el gozar, 15
sucumbe tu ser por todos, no dejes pudrir.
Escribe poeta
por todos aquellos que ignoran la libertad
y demuestra a los esclavos sueltos su fingir,
di que la esclavitud no es encadenar. 20
Escribe poeta
por todos aquellos que ignoran la riqueza
y -fundamentalmente- aconseja el vivir,
haz saber que la vida no es pobreza.
Poema 64
Como se traga una cápsula
tragué una lágrima
sin masticarla
sin sentirla
todo sin tener garganta alguna. 5
Poema 65
Cierro la puerta
como la tapa de un libro,
mi nariz inunda un perfume familiar
y mi mirada de noche sin luna
fue absorbida por un día encendido 5
de tiza diluida en piel y cama,
porque una muchacha estaba en mi lecho
derramada como el cielo en la lluvia.
Sentí pesada la ropa
al dar el primer paso inconscientemente 10
y al acercarme hacia el fuego
mi pecho exhibía en relieve su corazón,
mis labios temblaban conmocionados,
mis manos crepitaban de ansiedad,
mi piel adquiría postura de vuelo 15
y el placer era tan inmenso
que en mi cuerpo no quedaba un sitio
para mi alma.
Dos brazos como imanados
me atraen hacia la vórtice 20
que obnubila mis ojos con su rostro
y alumbra mis entrañas con sus brasas
y mis zapatos no fueron obstáculos
para internarme en la sombra blanca
de la sábana y enrojecernos 25
como dos varas de metal a punto de disolverse.
Poema 66
Tal, vez
nunca me escuches: «te amo»
pero fíjate siempre muy bien
en la intensidad de mis besos.
Quizás 5
nunca me escuches: «te quiero»
pero fíjate siempre muy bien
en mis regocijos inmensos.
Tal vez
nunca diga: «te necesito» 10
pero fíjate siempre muy bien
en la eternidad de mis abrazos.
Quizás
nunca me escuches: «te añoro»
pero fíjate siempre muy bien 15
cómo estoy cuando juntos estamos.
Poema 67
¿Por qué sólo se escribe cuando se siente?
¿Por qué no cuando se es piedra como yo ahora?
Todo el espacio vacío que sigue es mi Poema
de Piedra: todo el vacío que llena mi alma.
Como si despertara de un letargo o recién nacido 5
como un toro afiebrado siento arder la sangre en mí
y como una herida el dolor de las penurias.
Ahora sí llenaré con toda mi alma el vacío del papel.
Poema 68
Si venimos de algún lugar
¿cuándo hemos venido?
Si vamos a otro lugar
¿cuándo iremos, digo?
Si vivimos para morir 5
¿cuándo habrá de terminar?
Si vivimos para vivir
¿cuándo habrá de comenzar?
Si nacemos para sufrir
¿cuándo habremos de gozar? 10
Si nacemos para gemir
¿cuándo habremos de cantar?
Si somos por el azar
¿cuándo se nos demostrará?
Si somos de un soñar 15
¿cuándo se nos despertará?
¿Cuándo... cuándo...?
Poema 69
La noche ha cubierto,
bajo sus alas de cuervo,
la inocencia de una niña
que nunca vio a la luna;
sólo un grito alucinado 5
fue la prueba del placer
El charco más sucio y negro
espera anochecer con ansiedad
para que cuando la luna salga,
inocentemente blanca, ensuciarla 10
como se ensucia la niña en un grito.
Poema 70
El hambre se devora a sí mismo:
el tuétano tiene hambre de hueso,
el hueso tiene hambre de carne,
la carne tiene hambre de venas,
las venas tienen sed de sangre, 5
la sangre tiene hambre de piel,
la piel tiene hambre de caricia,
la caricia tiene hambre de manos,
las manos tienen hambre de trabajo,
el trabajo tiene hambre de hombre, 10
el hombre tiene hambre de tiempo,
el tiempo tiene hambre de Dios
y Dios se ha quedado sin estómago.
El hambre es una paradoja.
Todo aquel que tiene hambre 15
se satisface devorándose a sí mismo.
El hombre tiene hambre de tiempo,
el hombre se alimenta de tiempo,
sin saber que se devora a sí mismo.
Yo tengo hambre de poesía, 20
yo me alimento de poesía,
pero acepto que ella me succione
y no la vida como a muchos.
El hambre se devora a sí mismo.
Poema 71
Estoy expuesto frente a ti...
desnudo y taciturno en la sombra,
con las suciedades de la tierra,
con la sed de un yuyo del desierto
y con el hambre de una fiera en trampa. 5
Estoy expuesto frente a ti...
serpenteando por miedo a no encontrar nada,
con la palidez oscurecida por mi piel calcinada,
con la frente arrugada de tanto alzar la vista
y con los brazos en alto de ignorar la verdad. 10
Estoy expuesto frente a ti,
viviendo la miseria en donde me hallo inmerso,
con el ancla inamovible de la vida,
con la espera infinita del mañana
y con la inapagable añoranza del ayer. 15
Poema 72
Enamorarse
significa estar dispuesto a cantar
como los pájaros
en todas las primaveras.
Enamorarse 5
significa estar dispuesto a esperar
como los árboles
desnudo, el verdor del retoño.
Enamorarse
significa estar dispuesto a ser abrigo 10
como el eterno cielo
en la noche más fría del invierno.
Enamorarse
significa estar dispuesto a ser causa
como todos los locos 15
de las burlas más crueles.
Enamorarse
significa estar dispuesto a gritar
a la mudez del mundo
la verdad del amor. 20
Enamorarse
significa estar dispuesto a callar
como silenciosas piedras
los desengaños azarosos.
Enamorarse 25
significa saber que en la noche más negra
existe un infinito sol
y en la hora más amarga, un Dios.
Poema 73
Identidad
El pájaro sólo sabe que le gusta volar.
El viento sólo sabe que le gusta correr.
El pájaro no es pájaro cuando no puede volar.
El viento no es viento cuando no puede correr.
El hombre sólo sabe que le gusta la libertad. 5
El hombre no es hombre cuando no tiene libertad.
Poema 74
El poeta no canta solo,
cantan en su voz los truenos prohibidos,
los gritos sepultados con fuego,
las palabras no permitidas,
los murmullos rezagados 5
y las canciones deslenguadas.
El poeta no llora solo,
lloran en su alma los pechos rasgados,
las heridas amortajadas,
los dolores de bocas cosidas 10
y las lágrimas atragantadas
en tantas miradas anónimas.
El poeta no vuela solo,
vuelan en sus alas los eslabones rotos,
los pájaros de plumas cercenadas, 15
los hombres de pies engrillados,
los huracanes encadenados
y las esperanzas derribadas.
El poeta no escribe solo,
escriben en su pulso los llantos analfabetos, 20
los arados sin tintas,
los cuchillos de puntas gastadas,
los obreros desarmados (sin lápices)
y todas las penas inexpresables.
El poeta no canta, no llora, 25
no vuela, no escribe solo,
pero vive y muere ignorado.
Poema 75
La angustia es el principio de todas las cosas.
Seguramente, Dios inundado hasta el hartazgo
de la déspota soledad que acompaña y desespera,
de la mirada inútil hacia el horizonte inexistente,
de la eternidad que no concibe los tiempos verbales, 5
de la unánime geografía del vacío que puebla,
de la sobriedad del concierto del impenetrable silencio,
de la pasividad inquebrantable que padecen sus manos,
de la mudez irrompible que clausura sus labios taciturnos
de la solemnidad de su existencia de demiurgo sin obras, 10
de la convivencia miserable a solas con la nada
creó el cielo con sus noches pecosas de estrellas,
creó la tierra con sus días bañados con haces de oro,
creó el mar con sus olas revoltosas y charlatanas,
creó el viento con sus soplos bondadosos e impíos, 15
creó la lluvia con sus gotas generosas y límpidas,
creó las flores y salieron alegres y hermosas,
creó los animales y lo ignoraron como creador,
creó así el Universo con deseos de compartir su angustia,
creó al hombre -por último- y lo hizo muy triste, 20
como con carne de su propia tristeza sin tiempo,
creyendo aliviar su angustia de niño huérfano.
¡Craso error! Con el hombre ha multiplicado su angustia.
Luego, arrepentido, creó al mono payaso.
La angustia es el principio de todas las cosas. 25
¿Y qué angustia habrá hecho nacer a Dios?
Poema 76
Posiblemente, el fin del mundo
llegue un día cualquiera
o una noche como tantas otras,
simulando rutina en su rostro
y en su alma escrito el Apocalipsis 5
con letras de fuego, inexorablemente.
Mientras, todo igual como siempre:
el labriego recorre su chacra,
sonriendo de inmensa alegría
al constatar que su trigo ha madurado; 10
el pastor apacigua su rebaño,
pensando que mañana también lo hará;
la mujer preñada ni imagina
que nunca verá al niño en libertad;
los enamorados arden en un beso 15
como si éste fuese el primero;
los encadenados padecen y lloran
sin saber que es por último día;
si es de noche nadie verá más al sol
y si es de día nadie verá más a la luna. 20
Al mundo le sorprenderá esperando
la paz que sueña y no la realiza;
y a mí, casi seguro, en el momento
de colocar un punto aparte a algún poema triste.
Poema 77
El frío me aguardaba
desesperado, en todas las esquinas
mi piel tiritaba febrilmente
humeando, como una brasa mojada
mi pecho era un ángel irrumpido 5
de algún nido que ha florecido entre las nubes,
unas lágrimas chapaleaban
secretamente, mi mirada
mis pies presumidos se negaban
a desandar el itinerario trazado 10
por sus propias huellas,
el libro de un poeta olvidado
agonizaba en mi mano sudorosa,
las veredas parecían estrecharse
bajo los balcones vanidosos, 15
la ausencia del sol envolvía todo
hasta el alma de la ciudad,
la tarde estaba sucia de cara
más bien se parecía a una noche desteñida,
ya mis bolsillos había usurpado el invierno 20
a pesar de la resistencia de mis manos,
cuando me refugié en un bar de aliento tibio
con el tuétano transpirado,
con unas palabras impacientes en el pulso
y una lapicera sin sangre entre mis dedos. 25
Poema 78
Mi tristeza es imperceptible entre la multitud,
guijarros sin brújula y rodantes,
como las vibraciones de una hoja entre las ramas.
Mis brazos conmemoran cotidianamente
aquellos círculos que trazamos -sin papel- 5
con nuestros abrazos mutuos y simultáneos,
en la noche dura de nuestro encuentro prohibido.
Tengo una deuda que agota mi vocabulario
Perdón: es la palabra que le debo al sol,
por negarlo en varias noches ante la luna 10
pero supe alguna vez el llorar y el reír,
con todos sus paisajes intransferibles: en plenitud:
he llorado con el alma ametrallada en las manos,
he reído con el corazón en vuelo auténtico
y a punto de escaparse de las rejas de mi garganta 15
a menudo, para desafilar el puñal de mi angustia
debo despuntar las aristas de mis sueños irresignables
o debo inventar drenajes con la yema de mi índice llagado
para que cambie de aguas mi ser de pozo hervido
o simplemente asisto a la congregación de mis huesos 20
conjurados, en el receptáculo de mi pecho generoso
todos los caminos me conducen a la vida
incluso la muerte, y me obliga a pensar
que ella es una herida incurable
e incicatrizable como un espejo roto 25
y que la poesía tiene algo, un defecto: La Palabra.
Poema 79
a mis padres
Padre y madre
yo soy la esquina de sus calles,
la intersección de sus líneas,
la desembocadura de sus ríos,
el foco eléctrico de sus signos opuestos 5
que espera encenderse una noche.
Padre
yo soy la voz de tu silencio decretado,
la angustia de tu orfandad como hijo,
la carne de tu alegría como padre 10
y la sangre de tu herida como hombre
que tirita pensando en la coagulación.
Madre
yo soy tu alma encarnada sin huesos,
la tristeza de tus meses de embarazo, 15
la alegría de tus caricias sin retaceos
y los recuerdos de mi residencia en tu vientre
que han hecho de mí una guitarra doliente.
Padre y madre
yo soy los callos de sus hombros vencidos, 20
la sombra de sus figuras sobrehumanas,
el reverso de sus alegrías escasas,
y todas las revoluciones de vuestras sienes
que nadie ha podido apaciguarlas.
Poema 80
a mis hermanos
Nacimos con los pies desnudos
en un pueblo descalzo,
sentimos la tierra roja ardiendo
bajo nuestras plantas verdes,
vivimos entre duendes burlados 5
en libros escolares
y crecimos como hierbas clandestinas
a la sombra de un maizal
del labriego omnipotente
desenredando las telarañas 10
de nuestros sueños arrinconados,
alimentando nuestras alas
con trenes haraposos
y andenes de esperas inútiles,
inventando hogueras voraces 15
con leñas de nuestras ilusiones marchitas
trabajando con nuestras manos tibias
haciendo zapatos de cueros salvajes
para nunca venderlos
o trocarlos como era en el Principio, 20
clavando con la suela curtida
el cuero de nuestras propias almas
o remendando jirones del tiempo
con pieles de nuestras angustias
o embistiendo a la miseria 25
con leznas y trinchetas en las manos
y tachuelas oxidadas en el alma.
Fuimos y somos zapateros de corazón
pero nunca pudimos hacer ninguno
que se parezca al zapato de Van Gogh. 30
Poema 81
a mis amigos
De sus noches sin cobija
de sus días sin cielo
de sus gritos olvidados
de sus soledades de hijos
de sus cansancios de obreros 5
de sus razones no pronunciadas
de sus labios sellados, amigos
surgen enfurecidos mis versos.
De sus pechos invadidos
de sus miradas sin sol 10
de sus hombros humillados
de sus creencias violadas
de sus nombres omitidos
de sus frentes ensuciadas
de sus planes rezagados, amigos 15
surgen irreverentes mis versos.
De sus penas innominadas
de sus manos no calificadas
de sus silencios heridos
de sus deseos no cristalizados 20
de sus llantos anónimos
de sus decepciones diarias
de sus vidas tristes, amigos
brotan orgullosos mis versos.
Poema 82
a mis «enemigos»
Mi poesía padece de sencillez,
sufre de ortodoxia
y gateará siempre como un niño.
Pero se jacta de llevar la frente limpia,
de no embadurnarse las manos 5
en colores de sangre inocente,
de no vender ideas corroídas,
de dioses muertos,
de odios disfrazados,
de cadenas importadas 10
y reniegos acobardados.
Mi poesía tiene gangrena
en sus huesos carcomidos
e ignorancia en el alma.
Pero se jacta de llevar el pecho libre, 15
de no mancharse los labios
con palabras colorantes,
con adulonerías vomitivas,
con zafadurías absurdas,
con rebeldías capciosas, 20
con apologías domésticas
y favoritismos criollos.
Mi poesía no reconoce enemigos
pero se declara amiga
del hombre que siente. 25
Y nada más.
Poema 83
a todo(s)
Escribo para los que caminan
a espalda de este sol insoslayable,
para los que quedaron atrás
por no dejar el corazón empeñado,
para los que no supieron gritar 5
ante la cara embarrada del silencio,
para los que ríen en lo hondo
y lloran en sus rostros rajados,
para los que cantan por fuera
y crujen los dientes en lo profundo. 10
Escribo para los que miran
sin ver la gama de colores (la vida),
para los que se desesperan
ante el fuego del amanecer,
para los que se ensimisman 15
en un andén que sueña con trenes,
para los que transitan
con un desengaño bajo el brazo,
para los que se desangran el alma
con el aguijón de la indiferencia. 20
Escribo para los que mueren
viviendo entre horizontes de cemento,
para los que nunca pudieron
desplegar las alas de la libertad,
para los que siempre han sufrido 25
la fiebre inapagable de la marginación,
para los que nunca obsequiaron
y recibieron perdón
y a todos aquellos que creen.
Poema 84
a nadie
Mis versos existen a espalda de todo(s)
no necesitan del aire para respirar
ni precisan de lectores para subsistir,
no necesitan del sol para alumbrarse
ni de la luna para mirarlos, 5
no necesitan de libros para publicarse
ni precisan de críticos para justificarlos,
no necesitan de nadie para existir
ni precisan de mí para caminar.
Mis versos existen a espalda de todo(s) 10
no necesitan de antologías prodigiosas
ni precisan de ediciones brillantes,
no necesitan de altavoces feriales
ni precisan de ensayos eruditos
para poblar el vacío del espacio, 15
para latir negando al reloj,
para callar sin molestar al silencio,
para susurrar ignorando al viento.
Mis versos existen a espalda de todo(s)
no necesitaron poeta para nacer 20
ni precisaron diccionario para escribir,
no necesitaron de sueños para brotar
ni arrepentimientos para inspirar
sino un pecho de bronquios torturados,
un alma de espinas enraizadas, 25
unas manos crispadas de soledad
y un hombre que llora en palabras.
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