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JESÚS RUIZ NESTOSA

  LA GUERRA DE LOS GUARANÍES (XI) - Está todo lleno de contrabando - Por JESÚS RUIZ NESTOSA - Domingo, 18 de Junio de 2017


LA GUERRA DE LOS GUARANÍES (XI) - Está todo lleno de contrabando - Por JESÚS RUIZ NESTOSA - Domingo, 18 de Junio de 2017

LA GUERRA DE LOS GUARANÍES (XI)

«Está todo lleno de contrabando»

 

Por JESÚS RUIZ NESTOSA

 

 

jesus.ruiznestosa@gmail.com

 

Sobre uno de los documentos escritos por el misionero jesuita José Cardiel (Laguardia, Álava, España, 1704-Faenza, Bolonia, Italia, 1782), que a mediados del siglo XVIII fue párroco en reducciones como las de San Ignacio, San Cosme y Damián y Santiago Apóstol, entre otras.

La carta y relación de «Medidas para reducir a la vida racional y cristiana a los indios infieles...» podría sugerir la enumeración de una serie de consejos y actividades piadosas con el objeto de cristianizar a los indígenas. Sin embargo, se convierte en un documento valioso por la relación que hace el padre José Cardiel S.J. (1704-1782) (atribuida, ya que al documento le falta la parte en que tendría que ir la firma) de su viaje por el territorio sudamericano hasta el estrecho de Magallanes, por tierra. También se convierte en una referencia de primera mano sobre la forma en que vivían los indígenas y también los españoles de la colonia, los problemas del contrabando practicado por los portugueses con el beneplácito de Lisboa y las pobres defensas militares a cargo de raleadas fuerzas. Esto explica que con frecuencia hayan tenido que recurrir a los ejércitos de indígenas guaraníes que bajaban, apresuradamente, de los pueblos de las Reducciones.

El autor de este informe señala: «Advierto que en esta gobernación hay dos presidios [aquí la palabra se utiliza como guarnición de soldados que se ponía en las plazas, castillos y fortalezas para su custodia y defensa] y otro en Montevideo. Con estos dos juntos hay 16 compañías de soldados, 8 de infantería y 8 de dragones divididos por mitad: y además de esto va una compañía de artilleros y otra de inválidos. Dicen los capitanes que ninguna de ellas está completa y que aunque entre todas debían tener mil soldados, según el orden del rey, no llegan a 800. Son muy pocos los que asientan plaza; porque los de aquí repugna mucho a estar sujetos, y los que vienen de España vienen todos para mercaderes» (1).

Además de poner en evidencia la desorganización en la defensa militar de aquellas ciudades. El informe se ocupa también en describir las condiciones de la vida en la Colonia del Santísimo Sacramento, que terminaría siendo uno de los puntos centrales del conflicto que se iba desarrollando sin que nadie pudiera contenerlo. De esta manera lo describe: «No tienen licencia sus vecinos para tener sementeras ni huertas. Es contrabando toda vitualla; y mucho más el sacar de ella algo para nuestras tierras. Para estorbar este ilícito comercio tenemos 150 soldados en las cercanías de esta plaza; los 20 en varios parajes expuestos a contrabandos, y los restantes en el Real; y además de eso hay otros pocos soldados para el mismo fin por agua en dos garandumbas*» (2).

Luego entra de lleno en el tema del contrabando: «No obstante basta guardia por agua y tierra, se despacha siempre toda la carga de ropa, fierro de tantos navíos, y está todo lleno de contrabando y no se coge la vigésima parte de ellos. Es tanta la ganancia de los contrabandistas que en cosas menudas lo que en la colonia compran por diez, aquí lo venden ya por ciento y en cosas de más monta como sedas suelen ganar 30 o más por 100. En qué consiste tan frecuente comercio ilícito, no obstante la multitud de guardias, no me toca a mí el decirlo. Este comercio tiene arruinados a muchos de esta ciudad y de más arriba, y ricos a otros. Es como el juego: en que muchos unos se pierden y otros ganan» (3).

Es de suponer que el volumen del contrabando era muy grande y pesaba de manera muy negativa en la economía colonia. Calcula el padre Cardiel que este comercio ilícito les podría reportar ganancias de hasta «cincuenta y cien mil pesos, dicen los prácticos en esta materia» para señalar más adelante que «la carga con que vuelven tantos navíos es cuero, quesos, sebo, grasa y lo más, plata» (4).

Entre las conclusiones que se apuntan en este documento sobre el efecto negativo de este comercio ilegal es que «el único medio para la conversión de tantas naciones es tener nuestro dinero con que poderles dar de comer, de vestir y con que poder pagar nuestros jornaleros para hacerles sus casas y sus sementeras» (5).

Insiste en el tema del contrabando: «Afirman los inteligentes que son muchos millones los que se desaguan al año por esta vía. Afírmanme otros, que en Lisboa hacen muchísima estimación de este comercio por la mucha riqueza que les da, no sólo en plata sellada, sino también labrada de que está muy escasa esta ciudad cuando antiguamente estaba muy abundante según afirman todos los de edad; aun los caudales que hay aquí de docientos y de trescientos mil pesos que no son muy pocos, dicen que casi totalmente son en géneros y no en plata por el desagüe de la colonia. De tan exorbitante saca de plata claro es que se sigue un grandísimo daño a la corona. No obstante habrá quienes digan sea lícito en conciencia este comercio por no tener esta, ni las otras ciudades de arriba con que valerse de lo necesario, sino por la colonia, a causa de que no venía de España sino tal o cual navío y a veces en muchos años, ninguno, y por vender sus géneros, al doble que los portugueses. Dirá alguno que con que poner más guardias y añadir castigos a los contrabandistas se remediaría todo. No es así, que acá estamos muy lejos de la cabeza; antes bien algunos dicen que si hubiera menos guardias habría menos contrabando. El castigo que se da a los contrabandistas es quitarles la hacienda y el barco o carruaje y dejarlos en tierra con solo su vestido. Ni jamás se han remediado ni jamás se remediarán estas ni otras cosas semejantes de por acá con estos medios. Son muchos los despoblados y es mucha la distancia de la cabeza para poder averiguar las culpas y por esto paso el miedo a ellas» (6).

Notas 

1. Leg. 1202,28. Archivo de España de la Compañía de Jesús en Alcalá de Henares.

2. Ibdm.

* «Par. Embarcación grande a manera de balsa, que se usaba para conducir carga siguiendo la corriente de los ríos» (Diccionario de la RAE).

3. Leg. 1202,28. Archivo de España de la Compañía de Jesús en Alcalá de Henares.

4. Ibdm.

5. Ibdm.

6. Ibdm.

 

 

 

Fuente: Suplemento Cultural de ABC Color - Página 4

Domingo, 18 de Junio de 2017

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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