INMIGRANTES ANTIVACUNAS Y EL SARAMPIÓN

Por ALFREDO BOCCIA PAZ

@mengoboccia

Éramos el único país del Cono Sur que no había presentado casos de la afección, cuyos brotes están aumentando en todo el mundo.

Como hace ya un cuarto de siglo que veníamos haciendo bien las cosas en cuanto a vacunación y vigilancia sanitaria, y casi nadie vio un caso de sarampión, es posible que muchos consideren irrelevante esta reaparición.

Sin embargo, se trata de una infección viral muy contagiosa que afecta sobre todo a la infancia y que en ciertos casos puede complicarse e, incluso, ser mortal.

No existe ningún tratamiento antiviral específico. Dos dosis de la vacuna previenen la enfermedad, pero la cobertura mundial de la inmunización ha venido disminuyendo debido en parte a la falta de acceso, pero también a un creciente escepticismo acentuado por los movimientos antivacunas durante la pandemia de Covid-19.

El doctor Guillermo Sequera advirtió que a nivel nacional la cobertura desciende sostenidamente. Hoy solo cuatro de cada diez niños tienen aplicada la segunda dosis. Pero agregó algo más: en la zona de Itapúa, donde apareció el caso referido, existe una creciente población de migrantes de Europa del Este que se niega a vacunar por motivos religiosos o de convicción personal. Son comunidades extranjeras de mayor poder económico que la población local y que “imponen sus propias reglas, sin interesarse por el resto”, aseveró.

En sus países, esa negativa ocasiona brotes grandes de sarampión que se diseminan por Europa, solo que las robustas estructuras de salud estatal de esos lares, mantienen controlada la situación. Pero su expansión en Paraguay podría ser calamitosa.

Reflexionar sobre este tema tiene el sesgo inevitable de ser tildado de xenofóbico o poco respetuoso de los derechos humanos. Lejos de mí, esas intenciones.

La inmigración es siempre bienvenida. Siempre sostuve que una de las anclas culturales que nos atan al atraso es nuestro aislamiento del mundo.

Pasa que asistimos ahora a una oleada de inmigrantes provenientes de Alemania y otros países abiertamente negacionistas, antivacunas y de ultraderecha. El tema ha merecido más atención en la prensa europea que en la local, pero es evidente que han elegido al Paraguay como refugio ideal para quienes sueñan con vivir sin impuestos, sin mandatos sanitarios, sin musulmanes, sin 5G y sin vacunas. Aquí, sugieren en redes sociales europeas, encontrarán el encanto de la anomia, de la falta de reglas; algo que los agobia en las supuestas dictaduras de las que desean escapar.

Centenares de esas familias se asentaron en la zona de Colonias Unidas y Colonia Independencia, lugares con larga tradición de inmigración europea, generando una verdadera burbuja inmobiliaria. Comparten una agresiva oposición a las vacunas y frecuentes actitudes supremacistas.

El otro polo de asentamiento es el proyecto Paraíso Verde, una suerte de inmenso barrio cerrado de más de quinientas hectáreas situado a unos kilómetros de Caazapá, administrado por el argentino-alemán Juan Buker, devenido en influyente dirigente cartista del departamento. Esta “comunidad autónoma”, en la que el secretismo es la rutina, alberga a alemanes y austriacos contrarios a la vacunación.

La reaparición del sarampión interpela a las autoridades sanitarias sobre la necesidad de volver a conseguir las tasas altas de vacunación del pasado. El Estado debe proteger el interés general. Erradicar el sarampión fue un logro admirable y costoso para los paraguayos. La ignorancia y el fanatismo conspiranoico de este tipo de inmigración no pueden poner en riesgo la vida de nuestros niños.

Fuente: ULTIMA HORA (ONLINE)

www.ultimahora.com

Sección OPINIÓN

Sábado, 18 de Febrero de 2023

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