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HERIB CABALLERO CAMPOS

  EL PROCESO DE LA INDEPENDENCIA DEL PARAGUAY 1780-1813, 2010 (Por HERIB CABALLERO CAMPOS)


EL PROCESO DE LA INDEPENDENCIA DEL PARAGUAY 1780-1813, 2010 (Por HERIB CABALLERO CAMPOS)

EL PROCESO DE LA INDEPENDENCIA DEL PARAGUAY 1780-1813

Por HERIB CABALLERO CAMPOS

COLECCIÓN LA GRAN HISTORIA DEL PARAGUAY, 4

© Editorial El Lector

Director Editorial: Pablo León Burián

Coordinador Editorial: Bernardo Neri Farina

Director de la Colección: Herib Caballero Campos

Diseño de portada: Celeste Prieto

Diseño Gráfico: César Peralta G.

Corrección: Nidia Campos

Portada: Intimación a Velazco de Jaime Bestard.

Museo Casa de la Independencia.

Hecho el depósito que marca la Ley 1328/98

I.S.B.N. 978-99953-1-093-6

Esta edición consta de 15 mil ejemplares,
 
Asunción-Paraguay, 2010
 
 

CONTENIDO
 
PRÓLOGO
 
INTRODUCCIÓN
 
-. ESTADO Y SOCIEDAD A FINES DEL: ANTIGUO RÉGIMEN: Las Reformas Borbónicas/ La Intendencia/ Pedro Melo de Portugal/ Joaquín de Alós y Brú/ Lázaro de Ribera y Espinoza de los Monteros/ La Población/ La Sociedad/ Costumbres y Control Social.
 
LA SITUACIÓN ECONÓMICA: Yerba Mate/ La Real Renta de Tabacos y Naipes/ La industria naval/ La fábrica de Cables y Calabrotes/ Consideraciones Finales
 
EL PROCESO DE LA INDEPENDENCIA: Cuestiones Ideológicas/ El gobierno de Bernardo de Velasco/ Las Invasiones Inglesas/ Los gobiernos interinos de Gutiérrez y Giannini/ La Rebelión del 2 de Mayo de 1808/ La Crisis Monárquica de 1808/ Las noticias llegan a Asunción/ La elección del diputado asunceno/ La Crisis en Buenos Aires/ El Cabildo Abierto del 24 de julio de 1810/ La junta de Guerra/ La Invasión de Belgrano/ La Batalla de Paraguay/ La Batalla de Tacuary/ Los Conatos Independentistas/ El Carlotismo/ La Revolución de mayo de 1811/ Los Consocios del Gobierno/ La Elección de los Diputados/ La deposición de Velasco
 
ENTRE LA AUTONOMÍA Y LA INDEPENDENCIA: La Junta General de 1811/ La Junta Superior Gubernativa/ La Nota del 20 de julio de 1811/ El Tratado del 12 de octubre de 1811/ El Primer Triunvirato Yegros, Caballero y De la Mora/ El Segundo Triunvirato Yegros, Caballero y Francia/ La Situación Regional/ La Misión Herrera/ La Convocatoria al Congreso General/ El Congreso General de 1813/ Del Vecino al Ciudadano
 
LOS LÍDERES DE LA INDEPENDENCIA
 
UN PROCESO PROLONGADO: CONSTRUIR LA NACIÓN
 
BIBLIOGRAFÍA/ EL AUTOR
 
 

PRÓLOGO
 
En lo particular, me emociona ver los primeros libros de La Gran Historia del Paraguay, esta extraordinaria colección que abarca toda la memoria de nuestro país en 20 libros con una alta calidad de contenido -gracias a sus escogidos autores- y de singular belleza estética, pese al precio muy accesible al que llegan al público.
 
Nos congratulamos con Pablo León Burián de haber elegido a Herib Caballero Campos para dirigir esta colección. Es un historiador joven, con un acendrado sentido profesional, desprovisto de prejuicios y portador de una evidente honestidad intelectual.
 
Estas mismas virtudes se pueden notar de manera palmaria en esta obra escrita por él, Proceso de la independencia para-guaya 1780 -1813, el cuarto libro de la serie.
 
En él, Herib describe una época que siempre ha despertado el interés de los estudiosos de nuestra historia pero que pocas veces fue puesta en conocimiento del lector común de una forma sencilla y clara, lúcidamente comprensible.
 
Aquí, el lector tiene la estupenda oportunidad de conocer los prolegómenos de la independencia del Paraguay, para así entender en profundidad cómo se dio la gesta, por qué se dio, que significó la misma, qué cosas cambiaron con ella.
 
Hay un apasionante proceso que precede a la acción de la noche del 14 de mayo de 1811 que Herib Caballero relata como si fuera una historia coloquial pero fundada en datos e informes inequívocos, irrefutables.
 
El libro arranca desde las célebres reformas borbónicas que determinaron cambios sustantivos en el modo de gobierno en las colonias españolas en América, con la creación del régimen de intendencias.
 
Un hecho destacable en este libro es que el autor, al mismo tiempo de exhibir una relevante profusión de datos e informaciones oficiales que hacen a lo que llamaríamos "la gran” historia, también descubre aspectos llamativos de la vida cotidiana en el Paraguay, y más específicamente en Asunción, en aquellos años que antecedieron a la independencia.
 
"Entre las principales disposiciones podemos observar que Melo de Portugal en 1778 recordaba a los vecinos y habitantes que estaba prohibido el uso de disfraces, que debían denunciar a los vagabundos y holgazanes y además que estaba penado el ocultar a los esclavos e indios fugados ya sea de sus amos o comunidades".
 
"Alós dispuso que ninguna persona diga blasfemia alguna, que no viva amancebada y sea alcahuete ni hechicero".
 
Este libro de Herib Caballero suma información a las ya tenidas sobre la época merced a obras clásicas como las de Efraím Cardozo, Julio César Chaves o Fulgencio R. Moreno, entre otros. Para ello, nuestro autor acude a nuevas fuentes descubiertas posterior a las obras de los citados historiadores.
 
Recuerdo que en los tiempos del colegio, esta etapa histórica del Paraguay inmediatamente previa a la independencia, nos parecía sumamente aburrida y hasta difícil de comprender. Pero leyendo ahora PROCESO DE LA INDEPENDENCIA PARAGUAYA 1780 -1813, presentado tal como lo presenta Caballero Campos, es como si de pronto se desvelaran los acontecimientos merced a una descripción atractiva que anima a la lectura y favorece la aprehensión de lo expuesto.
 
Este libro es eficazmente didáctico y será de notable utilidad para el ciudadano común que desea comprender mejor una parte sustantiva de nuestro proceso histórico. Y ni qué decir para los jóvenes estudiantes y para los docentes de historia, que podrán abrevar aquí, con seguridad y placer, como si lo hicieran en la más cristalina de las fuentes.
 
 

INTRODUCCIÓN
 
Este libro pretende ubicar al lector en ese complejo proceso que inició la construcción del Paraguay como una entidad estatal independiente, pese a que la historiografía tradicional sostiene que los paraguayos constituían una nación -en la concepción liberal- antes de los acontecimientos de 1811, hoy en día las investigaciones recientes nos indican que igualmente como muchos países en Europa y en América el proceso de construir el estado e inventar la nación fue posterior a 1811.
 
En 1783 Don Pedro Abarca de Bolea, Conde de Aranda, Político y Embajador de España en París, presentó un dictamen secreto al Rey Carlos III a consecuencia de la Independencia de las Colonias Británicas, hoy Estados Unidos de América, consideraba que en unos años más España podría perder sus posesiones en América, por ese motivo sugirió al rey que "... se desprenda de todas las posesiones del continente de América, quedándose únicamente con las islas de Cuba y Puerto Rico en la parte septentrional y algunas que más convengan en la meridional, con el fin de que ellas sirvan de escala o depósito para el comercio español. Para verificar este vasto pensamiento de un modo conveniente a la España se deben colocar tres infantes en América: el uno rey de México, el otro del Perú y el otro de lo restante de Tierra Firme, tomando Vuestra Majestad el título de emperador. Las condiciones de esta grande cesión pueden consistir en que los tres soberanos y sus sucesores reconocerán a Vuestra Majestad y a los príncipes que en adelante ocupen el Trono español por suprema cabeza de la familia".
 
Según el Plan de Aranda, el Rey de Nueva España debería pagar anualmente una contribución en marcos de plata en pasta o en barras, el del Perú en oro y el de Tierra Firme, productos coloniales principalmente en Tabaco. El Plan no se tuvo en cuenta, pero la idea sobre lo que sucedería con las posesiones españolas en América no cambia, cita Lucena Giraldo que tres años después, Aranda sostuvo "Me he llenado la cabeza de que la América Meridional se nos irá de las manos".
 
Pero Aranda no era el único que se daba cuenta de que las Reformas Borbónicas no fueron suficientes para asegurar el dominio de Madrid sobre su portentoso imperio, el Primer Intendente de Venezuela José de Abalos en 1781 escribió que "... exasperados los ánimos de los habitantes se aumente en ellos el encono o la diferencia que les es natural, pues todos los americanos tienen o nacen con ellos una aversión ojeriza grande a los españoles en común, pero más particularmente a los que vienen con empleos principales, por parecerles que les corresponden a ellos de justicia...", Dicha percepción de la identidad criolla frente a la Europea fue observado también por Félix de Azara en el Paraguay y el Río de la Plata, en ese sentido escribió que los funcionarios espaòoles europeos que ocupaban cargos eran "... hombres a quienes sus desarreglos han hecho pobres y vienen con ansia de adquirir y de continuarlos sin peligro. Así sucede que atienden a sus fines y que las leyes no tienen cumplimiento, y por consiguiente hay disgusto general que tarde o temprano tendrá sus resultas", para lo cual propuso "...que la mitad de los empleados de gobierno y real-hacienda fuesen americanos" y con esto tomarían parte en la conservación del gobierno y disminuiría el odio que tienen a los europeos que, aunque aquí es poca cosa, por lo general es tal que los hijos aborrecen mortalmente a sus padres sin más motivo que el ser europeos".
 
Hemos expuesto estas informaciones para comprender en el largo plazo el desarrollo de este proceso que concluyó con la independencia de la América Española casi treinta años después.
 
Evidentemente las rivalidades, las disposiciones adoptadas por la política centralista de los Borbones y otros factores contribuyeron a que la crisis de la monarquía hispánica en 1808, desencadenara la descomposición de un imperio inmenso con más de doscientos cincuenta años de duración en poco menos de dos décadas.
Dicho proceso es el que desarrollaremos en este libro comprendiendo en primer lugar la situación del Estado y la Sociedad provincial paraguaya a fines del régimen español, por sobre todo a partir de las denominadas Reformas Borbónicas.
 
Posteriormente describiremos la situación económica, en lo que hace a los principales productos de la economía paraguaya y la relación de ésta con el mercado regional rioplatense y alto peruano.
 
Una vez comprendido el contexto en el cual se desarrolló el proceso de la independencia procederemos a la descripción y vinculación del proceso iniciado hacia 1808, indagando sobre las características particulares del proceso paraguayo, que le llevaron a desarrollar su proceso en el contexto continental.
 
Finalmente nos ocuparemos del período 1811-1813, durante el cual la todavía Provincia del Paraguay se debatía entre la independencia, la fidelidad o el autonomismo, proceso que concluiría con la decisión de un numeroso congreso general, que convirtió al Paraguay en el primer país de América del Sur en proclamar la República.
 
Así mismo agradezco a Pablo León Burian la confianza para desarrollar este trabajo, con el fin a dar nuevas miradas al pasado de nuestro país. – EL AUTOR
 

LA SITUACIÓN ECONÓMICA
 
En este capítulo nos referiremos a los aspectos productivos que nos darán una visión panorámica sobre los principales oficios y rubros que ocupaban a la población de la época y que significa la subsistencia de la propia Provincia en el mercado regional.

YERBA MATE
 
La Yerba Mate fue el principal rubro de exportación de la provincia desde el siglo XVII. A partir del decreto de libre comercio de 1778, dicho comercio se incrementó no sólo por la superación de las trabas comerciales, sino por sobre todo por la capitalización que recibió dicho rubro a partir de la inversión de comerciantes porteños que tenían a sus habilitados en Asunción, pues aún se cobraba un 10% de impuestos en Santa Fe por cada zurrón de yerba mate del Paraguay.
 
En ese sentido la producción fue aumentando considerablemente en 1781 el historiador THOMAS WHIGHAM informa que se produjeron 125271, cantidad que aumenta dos años después a 247290 arrobas anuales.
 
La yerba antes de la implantación de la Real Renta de tabacos era la principal moneda de la tierra. Incluso después muchos habitantes pagaban aún sus deudas con yerba mate. La principal mercadería traída de Buenos Aires a cambio de yerba eran ropas y enseres para el hogar. Por ese motivo Juan Francisco de Aguirre escribió que era "el género más apreciable del comercio y sobre el que recae regularmente el expendio de los efectos".
 
Según Rafael Eladio Velázquez en 1799 trabajaban en los yerbales 48 empresarios, 28 capataces y 359 peones que extraían el producto de los yerbales naturales de la región comprendida entre Curuguaty San Pedro y Concepción. Es por ese motivo que también eran conocidos los yerbales como minas.
 
Debido al número creciente de endeudados y los conflictos originados por dichas deudas es que el gobernador JOAQUÍN DE ALÓS dispuso un período durante el cual se pudiese poner en orden el tema de las deudas tanto de los capataces como de los peones a los habilitadores los cuales eran los que financiaban la recolección de la yerba.
 
Sostiene Whigham que dicha faena era sumamente agotadora, encima "el viaje era difícil, generalmente, un baqueano indio era mandado a la zona algunas semanas antes de enviarse los trabajadores para buscar yerbales explotables. Después de su regreso podía comenzar la expedición. Los únicos animales capaces de cruzar esteros y montes eran los bueyes y mulas, que ayudaban a transportar provisiones, yerba y hombres. La amenaza constante de las serpientes, tigres e insectos venenosos hacía el viaje no sólo duro sino peligroso". Como medida de protección usaban cueros de ovejas en piernas y brazos y además debían cuidarse del ataque de los indígenas monteses.
 
Luego de semejante expedición debían iniciar el proceso de levantar el campamento, el tatakua e iniciar el laboreo de la yerba que duraba entre tres y cuatro meses.
 
Los principales beneficiarios de la producción yerbatera eran los comerciantes de Buenos Aires que llegaban a ganar según Carlos Mayo hasta un 90% sobre el precio que les cobraban sus habilitados.

LA REAL RENTA DE TABACOS Y NAIPES
 
En el marco de las Reformas Borbónicas, era necesario acrecentar los ingresos de la Monarquía para sufragar los gastos de la defensa del continente americano. En este sentido la corte estableció una política orientada a proveer los recursos sin aumentar los impuestos, por lo que se estableció la Real Renta de Tabacos y Naipes, bajo la premisa de que el "vicio debía tributar".
 
La Real Renta fue estableciéndose en los diversos Virreinatos, al Río de la Plata le llegó el turno en 1778. El Primer director de la Real Renta fue Francisco de Paula Sanz, quien era un válido del todopoderoso Ministro de Indias José de Gálvez, principal impulsor de las reformas en América.
 
Paula Sanz emprendió un tremendo viaje por todos los dominios del Río de la Plata para establecer el monopolio real sobre la provisión de tabaco y naipes. En este sentido se decidió que la Provincia, la cual podía proveer el tabaco necesario para todo el Virreinato, era la del Paraguay, por ese motivo Sanz se dirigió al Paraguay en marzo de 1779.
 
Luego de enfrentar una resistencia por parte del Cabildo de Asunción, y de consultas realizadas, Sanz estableció la Renta de Tabacos el 1 de mayo de 1779. La Real Renta de tabacos se asentó en el ex-colegio de los jesuitas. Estableció que la misma compraría la arroba de tabaco de hoja a 14 reales y los de pito a 10 reales la arroba. El precio se pagaría en monedas de plata que a partir de ese momento ingresarían en forma sistemática a la economía provincial paraguaya.
 
Pero además la Real Renta insistió en la elaboración del tabaco negro torcido, que era más consumido en toda la Península. Dicho producto era principalmente elaborado en el Brasil, por lo que representaba una sangría de recursos hacía Portugal. De acuerdo a una experiencia anterior en época del gobernador Sant Just, se procedió a la puesta en marcha en una Factoría en San Lorenzo, y en diversos pueblos de indios como Yaguarón, Itá y otros. Para tal efecto fueron contratados maestros portugueses hábiles en la fabricación de dicho producto. Pero las condiciones de transporte por el río hasta Buenos Aires, la larga espera para reembarcar rumbo a la península ibérica, hicieron que la mayor parte de la producción se perdiera, por lo que se ordenó parar su producción en 1788.
 
Además al año siguiente el Virrey Marqués de Loreto limitó la recolección anual entre 8.000 y 9.000 arrobas de tabaco en rama. Dicha medida obligó a muchos cosecheros a buscar otros rubros rentables que no estuvieran condicionados por el monopolio real. La producción cayó a niveles muy bajos que no lograron recuperarse el nivel de la cosecha de 1786 hasta el año 1810.
 
En dichas circunstancias además el aprovisionamiento del tabaco en los estancos del Virreinato fue mermando lo que prohijó al contrabando. En 1796 el Gobernador LÁZARO DE RIBERA, publicó un bando castigando el delito de contrabando, estableciéndose como castigo al contrabandista de tabaco el destierro a las Islas Malvinas.
 
Pero el tabaco era un producto muy requerido no sólo por los adultos sino también por los niños que lo mascaban con gran gusto. Es por eso motivo que el nuevo Director de la Real Renta de Tabacos, Don Francisco Ortega y Barrón se trasladó en carácter de Visita al Paraguay, en diciembre de 1800. Estableció por Bando que los que celebren contratas con la Renta para proveer como mínimo 25 arrobas de tabaco en rama serán exonerados del Servicio Militar, que era una de las principales cargas de todos los pobladores. Inmediatamente tanto cosecheros como no cosecheros de tabaco se inscribieron como Contratantes de la Renta.
 
Dicha excepción generó la protesta airada del gobernador Lázaro de Ribera y de gran parte del Cabildo. Era evidente, sostenía Ribera que con dicha medida los pocos soldados quienes no eran exonerados deberían llevar toda la carga de hacer las guardias en los presidios a lo largo del Río Paraguay por períodos cada vez más largos arruinándolos.
 
Como ejemplo está la queja del comandante de Artillería García Rodríguez de Francia, quien denunció al gobernador que varios de los miembros del cuerpo a su cargo se negaron a alistarse para suplir a la Guardia en el Fuerte Borbón por estar exonerados como matriculados en la Real Renta de Tabacos, entre ellos los hermanos Antonio y José Fretes que se dedican a traer ganado al abasto de la ciudad. Por otro lado Juan Bautista Acosta se dedica a la producción de ladrillos y así otros ejemplos de personas que se matricularon como cosecheros, compraban a terceros el tabaco con tal de verse librados de la pesada carga de custodiar la provincia a su propia "costa y minsión".
 
El Defensor General de Pobres del Cabildo de Asunción, Juan Bautista Achard denunciaba en un escrito en el año 1804 que "... lo más robusto, lo más florido y lo mejor de los vecinos, todos están matriculados en la Real Renta de Tabaco" y que la mayor parte de ellos eran ricos que se matricularon para librarse de "las fatigas militares" sin plantar ni elaborar tabacos que lo compraban o permutaban para cumplir con su contrata.
 
Desde el punto de vista de la producción, la misma aumentó considerablemente durante la primera década del siglo XIX, llegando en el año 1810 a 54610 arrobas, siendo interrumpida la producción durante las invasiones inglesas, pues informaba José de Elizalde que muchos cosecheros se escondieron en los montes para evitar ser movilizados para luchar contra los ingleses, pues temían que su exoneración no les sirviese
 
Pero a pesar de medidas adoptadas, el contrabando aumento considerablemente, por esa razón además que la producción había bajado a tan sólo 4447 arrobas, motivó a la Dirección de la Renta a solicitar al Virrey Hidalgo de Cisneros la prohibición a la libre comercialización del tabaco en la jurisdicción de la Intendencia del Paraguay. En ese sentido las protestas fueron generalizadas, pues de ese modo se creía se estaba sancionando a toda la provincia. El gobernador Velasco era contrario a dicha idea pues consideraba que sería "...un manantial de tristes resultados...".
 
El Cabildo de Asunción en fecha 10 de febrero de 1810 elevó su protesta formal afirmando que la Dirección de la Renta se encontraba "...mal enterada del verdadero estado de este negocio y de las causas de retraso de la Renta, de la del contrabando, del comercio interior, compras y ventas, no siendo extraño que con antecedentes tan equivocados, e injuriosos a este vecindario y Cabildo no se atiene con los remedios de males tan graves por la real negociación. Se hace contrabando: Si Sor se hace ¿pero quien, como lo hace ó lo han hecho? ...".
 
Era evidente que el monopolio estaba agonizando, por eso no es de extrañar que entre las primeras medidas adoptadas por el Congreso General del 17 de junio de 1811, se dispusiese "...quedará extinguido el Estanco del Tabaco quedando de libre Comercio como otros cualquier fruto y producciones de esta Provincia". Disponiéndose además que el tabaco el cual se encontrase en los depósitos de la renta serían utilizados para liquidar las deudas contraídas con las tropas en la Guerra contra Buenos Aires.
 

LA INDUSTRIA NAVAL
 
A partir de 1796 se había incentivado la construcción de barcos mercantes por parte de la corona española. A ese efecto se le exoneraba una reducción en un tercio de los impuestos que debían cobrarse a las mercaderías transportadas en su primer viaje.
 
En este parte se fundamenta las investigaciones del historiador norteamericano Jerry Cooney sobre este aspecto pocas veces conocido del desarrollo económico del Paraguay a comienzos del siglo XIX.
 
En este sentido la idea de establecer astilleros fue apoyada por el gobernador Lázaro de Ribera y por los miembros del Cabildo quienes en su mayor parte eran comerciantes ligados con los comerciantes porteños.
 
El primero en encargar la construcción de un barco fue Casimiro Francisco de Necochea, de origen vasco, quien era un prominente comerciante porteño y miembro del Cabildo.
 
En 1796 se trasladaron los maestros Francisco de Oliden y Manuel Alcorta con cinco carpinteros de ribera al Puerto de Angostura, lugar que consideraron propicio para la construcción y posterior botadura de los barcos a ser construidos.
 
Dos años después estaba construida una fragata con capacidad de bodega de 470 toneladas, en 1799 dicho barco ya realizó viajes hasta Cádiz incluso.
 
De tal forma entusiasmo a los miembros del comercio de Buenos Aires, Montevideo y mismo Asunción, que varios se encargaron de mandar construir sus propios barcos, es así que en 1801 Ribera informó a sus superiores que en total se habían construido una cantidad considerable de embarcaciones en los puertos de Angostura, Villeta, San Antonio, Asunción, Concepción, Ñeembucú y Alfonso.
 

TABLA: BARCOS CONSTRUIDOS A FINES DEL SIGLO XVIII
 
Tipo de Embarcación/ Cantidad
 
Fragata: 6
 
Bergantín: 8
 
Cacheramarine: 1
 
Sumaca: 5
 
Total: 20
 
Esta experiencia naval dejó de ser explotada, dejándose la oportunidad de lograr un aumento de los ingresos de la Provincia.
 

LA FÁBRICA DE CABLES Y CALABROTES
 
Otro aspecto vinculado con la industria naval fue el establecimiento de una Real Fábrica de Cables y Calabrotes en Asunción. Dicha fábrica tuvo como antecedente en las pruebas realizadas por Félix de Azara con el caraguatá que ya era utilizado por los indígenas. Recomendó este marino que podía ser utilizada dicha planta para la elaboración de lienzos, lonas, y cables.
 
Debido a la necesidad de cuerdas para la flota de guerra española estacionada en el puerto de Montevideo --informa Cooney--, se solicitó un sustituto del cáñamo para cambiar las cuerdas viejas. En ese sentido el Virrey Melo de Portugal ordenó al gobernador Lázaro de Ribera que mandase elaborar ocho a diez sogas de güembé a seis o siete pulgadas y debían ser calafateadas las mismas con fibra de caraguatá.
 
Las primeras muestras estuvieron listas en abril de 1797. Pero a pesar de no ser tan resistentes como las que requerían los barcos de guerra, la producción de cuerdas se ordenó en forma sistemática a partir de 1798. El encargado de la fabricación fue el capitán de milicias Antonio Sánchez, hasta su fallecimiento en 1809. A pesar de que Ribera pretendió insistir con la producción de las cuerdas de caraguatá, las mismas no pudieron reemplazar la calidad obtenida con los años por las de güembé.
 
Tras la muerte de Sánchez, se hizo cargo de la fábrica Don Tomás Ortega Fernández, quien dirigió la Fábrica hasta que en el momento de la independencia en 1811, la misma dejó de funcionar.
 

CONSIDERACIONES FINALES
 
A fines del período de dominación española, está claro que la Provincia del Paraguay se encontraba en un proceso de crecimiento económico, acrecentado por las medidas que favorecieron el comercio intrarregional, por sobre todo la introducción de la moneda metálica posibilitó la acumulación de capital.
 
Un nuevo dinamismo cobró la economía colonial con el establecimiento de pulperías, negocios con productos importados, al igual que boticas y otros que favorecieron el surgimiento de un nuevo grupo social, el cual hizo que sus hijos estudiaran en el Real Colegio Seminario de San Carlos. Ese grupo social desarrollará la identidad de criollos o españoles americanos, que tendrán un fuerte sentimiento de pertenencia a su patria.
 
Por otro lado la cercanía del poder virreinal de Lima a Buenos Aires permitió una mejoría en la resolución de cuestiones administrativas, que de hecho se vieron agilizadas con la Ordenanza de Intendentes la cual permitió a los gobernadores adquirir nuevas atribuciones que mejoraron la administración.
 
Pero a la vez dicha cercanía implicó un aumento de control en los diversos aspectos de la administración que a la larga sería en algunas ocasiones origen de conflictos y reclamos frente a decisiones adoptadas en Buenos Aires, y afectaban los intereses de los miembros de la élite capitular asuncena.
 
Todos estos factores como veremos tendrán su consecuencia en el proceso de independencia que se originó en la crisis monárquica de 1808.
 

UN PROCESO PROLONGADO: CONSTRUIR LA NACIÓN
 
A partir de los acontecimientos de 1811 en adelante, se emprendió la empresa de construir una nación, el Paraguay. En este sentido creemos que dicho proceso se vio facilitado por las características geográficas y por sobre todo por la particularidad lingüística, pues el guaraní era el idioma hablado por todos.
 
Dicho proceso de la construcción de la nación se irá consolidando a lo largo de los años y por sobre todo mediante diversos mecanismos similares a los aplicados en los demás lugares del mundo en donde la nación de tipo liberal o estado nación se fue organizando como modelo ideal de las sociedades políticas.
 
Son diversos los mecanismos utilizados con el fin de lograr dicho objetivo, además el camino no fue fácil pues durante los primeros cuarenta años las relaciones con Buenos Aires y otras provincias fueron sumamente difíciles.
 
En este sentido debemos ser conscientes de que la existencia del Paraguay como nación independiente no es un hecho natural sino que es el resultado de la decisión de miles de personas que expresaron su voluntad a través de las Asambleas que se organizaron a lo largo de todo el territorio durante el mes de septiembre de 1813 y que finalmente expresarían su voluntad en el Congreso reunido en Asunción desde el 30 de septiembre hasta el 12 de octubre de 1813.
 
Lamentablemente las actas de dichas elecciones y los nombres de la gran mayoría de los diputados de dicha solemne Asamblea se han perdido.
 
Dicha fecha debe ser incorporada como trascendental, pues debemos conmemorar la decisión de los diputados del Paraguay que en ese día si bien no explícitamente, decidieron que la Provincia ya no esperase de Buenos Aires, la voluntad de construir una federación entre iguales y así mismo constituyó un gobierno que gobernaría sus destinos sin necesidad a recurrir a la legitimidad del rey cautivo, con lo que el Paraguay en dicho acto se independizaba de España y de Buenos Aires.
 
Queda claro que las principales reivindicaciones comerciales de la Junta Paraguaya fueron ignoradas por los gobiernos de Buenos Aires, actitud que finalmente llevaría de la autonomía inicial a la independencia, comprendiendo que dicha decisión no fue intempestiva ni automática, sino que fue el resultado de una consciente resolución de los líderes paraguayos, que lograron imponer su punto de vista ante la evidencia de los hechos.
 
El proceso posterior estará marcado por una serie de factores que determinarán el devenir de la naciente república, pero los mismos serán analizados en el siguiente volumen de la Gran Historia del Paraguay.
 

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ARTÍCULOS EN MEDIOS PERIODÍSTICOS:
 
 
 
1- El domingo conoceremos más del proceso de nuestra independencia, artículo del 27 de abril de 2010, en el diario ABC COLOR
 
“El Proceso de la Independencia del Paraguay 1780-1813”, de Hérib Caballero Campos, es el libro número 4 de La Gran Historia del Paraguay, que será puesto en circulación el próximo domingo, con los ejemplares de ABC Color, a un costo de 20.000 guaraníes, incluyendo el ejemplar del periódico.
 
El autor señala que esta obra pretende ubicar al lector en el complejo proceso que inició la construcción del Paraguay “como una entidad estatal independiente”.
 
En la introducción de su obra, Caballero afirma que pese a que la historiografía tradicional sostiene que los paraguayos constituían una nación -en la concepción liberal- antes de los acontecimientos de 1811, hoy en día las investigaciones recientes nos indican que al igual que muchos países en Europa y en América, “el proceso de construir el Estado e inventar la nación fue posterior a 1811”.
 
El autor, en este volumen, traza un amplio contexto histórico de la independencia del Paraguay y luego procede a la descripción y vinculación del proceso iniciado hacia 1808, indagando sobre las características particulares del caso paraguayo en el contexto continental.
 
Finalmente Caballero Campos se ocupa del período 1811-1813, durante el cual la todavía Provincia del Paraguay se debatía entre la independencia, la fidelidad o el autonomismo, proceso que concluiría con la decisión de un numeroso congreso general, que convirtió al Paraguay en el primer país de América del Sur en proclamar la República.
 
 
Texto lúcido
 
En el prólogo del libro, Bernardo Neri Farina señala que Caballero Campos describe una época que siempre ha despertado el interés de los estudiosos de nuestra historia, “pero que pocas veces fue puesta en conocimiento del lector común de una forma sencilla y clara, lúcidamente comprensible”.
 
Agrega Farina que leyendo “El Proceso de la Independencia del Paraguay 1780-1813”, el lector tiene “la estupenda oportunidad de conocer los prolegómenos de la independencia del Paraguay, para así entender en profundidad cómo se dio la gesta, por qué se dio, que significó la misma, qué cosas cambiaron con ella”.
 
El libro arranca desde las célebres reformas borbónicas que determinaron cambios sustantivos en el modo de gobierno en las colonias españolas en América, con la creación del régimen de intendencias. Un hecho destacable en este libro -expresa Bernardo Neri Farina en el prólogo- es que el autor, al mismo tiempo de exhibir una relevante profusión de datos e informaciones oficiales que hacen a lo que llamaríamos “la gran” historia, también descubre “aspectos llamativos de la vida cotidiana en el Paraguay, y más específicamente en Asunción, en aquellos años que antecedieron a la independencia”.
 
El prologuista manifiesta que este libro es eficazmente didáctico y será de notable utilidad para el ciudadano común que desea comprender mejor una parte sustantiva de nuestro proceso histórico. “Y ni qué decir para los jóvenes estudiantes y para los docentes de historia, que podrán abrevar aquí, con seguridad y placer, como si lo hicieran en la más cristalina de las fuentes”, concluye Farina.

 
 
 

El Abrazo del Cnel. Cavañas y Manuel Belgrano

Batalla de Tacuary el 9 de marzo de 1811.

Fuente: www.independenciaparaguaya.com

 
 
 
2- Hérib Caballero narra cómo se incubó nuestra independencia, artículo del 28 de abril de 2010, en el diario ABC COLOR
 
Este domingo aparecerá el cuarto libro de los 20 que componen La Gran Historia del Paraguay, la extraordinaria colección bibliográfica editada por El Lector y distribuida por ABC Color. Esta vez aparecerá “El Proceso de la Independencia del Paraguay 1780-1813”, escrito por el historiador Hérib Caballero Campos.
 
El autor, en una entrevista, presenta detalles de su obra y la estructura en la que basa su relato histórico.
 
-Si el libro trata de la independencia del Paraguay, ¿por qué se inicia en 1780?
 
-Porque ya a fines del siglo XVIII se percibía en las diversas esferas de la monarquía española que era necesario realizar unos cambios en la forma de administrar los dominios americanos y para transformar la sociedad. Además, en el Paraguay, desde 1780, se producirán cambios con respecto al territorio, a la integración de la población y, sobre todo, los cambios serán económicos.
 
-¿Cuál era la situación del Paraguay a fines de la colonia?
 
-El Paraguay comienza a integrarse económicamente de una forma más decidida con el resto de la región, debido a dos medidas: el establecimiento del Virreinato del Río de la Plata y el Decreto de Libre Comercio de 1778.
 
-¿De qué forma contribuyeron dichas medidas a esa integración regional?
 
-En el caso del Virreinato, la cercanía del poder administrador que a partir de 1776 se estableció en Buenos Aires permitió realizar una serie de acciones que favorecieron dicho comercio. Por otro lado, el Decreto de Libre Comercio fue una medida que levantó muchas de las trabas que entorpecían el comercio interprovincial, con el fin de asegurar el intercambio entre la metrópoli y cada una de las provincias. Dicha medida forma parte de las denominadas Reformas Borbónicas.
 
-¿En qué consistieron las Reformas Borbónicas?
 
-En una serie de medidas administrativas y económicas que pretendieron asegurar el centralismo de la monarquía, característica de los Borbones, que era la familia que reinaba en España desde 1700 y era la misma que gobernaba en Francia. Los Borbones estaban inspirados por el denominado Despotismo Ilustrado, que implicaba un acatamiento total a la autoridad real; por eso tomaron una serie de disposiciones para asegurar dicha visión del poder, incluso en provincias periféricas como el Paraguay.
 
-En ese marco, ¿qué cambios se produjeron en el Paraguay?
 
-En primer lugar, el levantamiento de la sisa y arbitrio que pagaban los productos paraguayos en Santa Fe. Por otro lado, se instauró la Real Renta de Tabacos y naipes, institución mediante la cual se introdujo la moneda metálica de plata que sustituyó a la yerba mate y el tabaco como unidades monetarias. En lo político, apareció la figura del intendente, que fue un funcionario vinculado directamente a la Corona e implementó una serie de cambios en la lógica del poder local, por la cantidad de atribuciones que se le confirieron.
 
-¿Los intendentes acumularon mucho poder?
 
-Estos intendentes tenían atribuciones militares, en la justicia, además del gobierno y, por supuesto, en las cuestiones impositivas de la Real Hacienda. Además se delegó en él el vice patronato sobre la Iglesia de su jurisdicción. En términos prácticos, además, el intendente le restó bastante autonomía a los Cabildos, pues se le confirió la presidencia de dicho cuerpo municipal que durante casi dos siglos fue el símbolo del poder de las oligarquías criollas locales. Por eso, para muchos autores, la independencia tiene como una de sus causas la pérdida de poder por parte de las élites criollas en manos de funcionarios peninsulares que además estaban muy vinculados a la familia real. En el caso paraguayo, tanto Pedro Melo de Portugal como Joaquín de Alós, Eustaquio Giannini y Bernardo de Velasco eran nobles en diversos niveles.
 
-¿Cómo fue la labor de estos intendentes?
 
-En general, si vemos el crecimiento de la provincia, el celo que pusieron en desarrollar algunos aspectos poco tradicionales de la economía y desde la óptica monárquica, obviamente fueron muy eficientes. En el caso de Lázaro de Ribera, tuvo una serie de inconvenientes con el Cabildo, pero era parte de su personalidad, pues incluso tuvo una serie de disputas bastante agrias con sus propios superiores. Pero el Cabildo tuvo que someterse en varias ocasiones a las disposiciones adoptadas por el intendente, lo que las más de las veces generó enfrentamientos con el Cabildo.Esos enfrentamientos se dieron por varias causas, incluso cuando Velasco fue llamado para colaborar en la defensa contra las invasiones inglesas, el Cabildo de Asunción le pidió que se quedara.
 
-¿Qué ocurrió durante las invasiones inglesas?
 
-Durante las invasiones inglesas, primero a Buenos Aires y luego a Montevideo, en los años 1806 y 1807, se produjo un debilitamiento de la figura virreinal, pues fueron los criollos comandados por Santiago de Liniers quienes organizaron y lograron reconquistar primero Buenos Aires y finalmente Montevideo.
 
27 de Abril de 2010.

 
 
 
 
 
 
3- Libro presenta certera visión sobre nuestra independencia, artículo del 29 de abril de 2010, en el diario ABC COLOR
 
“El Proceso de la Independencia del Paraguay 1780-1813”, escrito por el historiador Hérib Caballero Campos, cuarto libro de La Gran Historia del Paraguay, colección editada por El Lector y distribuida por ABC Color, presenta una visión amplia y certera sobre los sucesos de los primeros años del siglo XIX que desembocan en la independencia de América. Este libro aparecerá el próximo domingo.
 
En esta parte de la entrevista, Caballero Campos hace un compendio de los sucesos que arrancan con la invasión francesa a España y culminan con la gesta del 14 y 15 de mayo.
 
–¿Cómo se inicia el proceso de la independencia americana?
 
–Era evidente que la posición del imperio español era débil, pues la mayor parte de la defensa de los dominios americanos estaba en manos de milicias locales. Por lo tanto, el dominio efectivo del control de las armas era relativo. Pero los criollos eran aún buenos súbditos del Rey, hasta que se produce la abdicación de Carlos IV en su hijo Fernando, quien es obligado por Napoleón a volver a abdicar en su padre, quien le entrega, bajo amenazas, la corona a Bonaparte, quien designa como nuevo Rey de España a su hermano, José Bonaparte, el célebre Pepe Botella. Dicha situación no es aceptada ni en España ni en América.
 
–¿Cuándo llega al Paraguay la noticia del apresamiento del Rey Fernando VII?
 
–La Cédula Real emanada de la Junta Suprema Central fue recibida oficialmente en Asunción el 10 de setiembre de 1808. Desde ahí empieza a movilizarse el aparato burocrático para proceder a la Jura de solemnidad.
 
–¿Qué ocurrió en el Paraguay?
 
–El entonces gobernador interino, Manuel Gutiérrez, tuvo que urgir el juramento solemne que se había retrasado porque siempre era una gran fiesta dicha celebración. Ante el ungimiento, el Cabildo de Asunción juró su fidelidad al rey Fernando VII, prisionero de Napoleón, el 16 de octubre de 1808. Un dato llamativo es que el Alcalde más importante de la ciudad era el doctor José Gaspar Rodríguez de Francia.
 
–¿Francia, el líder de la independencia, encabezó la jura de fidelidad al Rey?
 
–Sí, él formaba parte de la élite capitular asuncena, al igual que muchos de los principales líderes de la independencia nacional. Eso fue así en toda América, con cierta excepción en Haití y en México.
 
–¿Qué pasó para que Francia pasara de fiel vasallo a líder independentista?
 
–Francia, al igual que todos, era un español americano, y por lo tanto la visión de la monarquía como unidad política aún seguía vigente. Además, la Junta Suprema Central les había prometido a los americanos participación en el gobierno, que era la exigencia de las élites criollas luego de las reformas borbónicas.
 
–¿Por qué en 1810 cambió esa posición?
 
A fines de 1810, el ejército español recibió una dura derrota en Ocaña, por lo que los franceses casi controlan toda la Península Ibérica. Las noticias que llegan a América son poco alentadoras y los menos leales proponen que se le reconozca al hermano de Napoleón como legítimo Rey. Ante dicha situación comienzan a instalarse juntas fundadas en el viejo concepto español del pactismo.
 
–¿En que consiste el pactismo?
 
–Era una filosofía del siglo XVI español representada por Vitoria, Suárez y Mariana, que sostenían que la soberanía provenía de Dios a través del pueblo o comunidad, y que este se lo delegaba al Rey. Por lo tanto, ante la ausencia del Rey, la soberanía volvía al pueblo. Debemos entender que el pueblo eran los españoles americanos; para nada se pensaba en los indígenas o en la población de origen africano.
 
–¿Qué ocurrió en el Paraguay?
 
–En Buenos Aires se formó una Junta el 25 de mayo de 1810, que pretendió que todas las provincias integrantes del Virreinato se subordinaran a la misma. Mediante enviados y correspondencia, se comunicaron con el gobernador Velasco, que ante dicha situación y con apoyo del Cabildo, convocó a un Cabildo Abierto, que el 24 de julio de 1810 decidió su lealtad al Consejo de Regencia, que funcionaba en el sur de España.
 
–¿Cuál fue la posición del Paraguay en esa circunstancia?
 
–Mantener buena correspondencia con Buenos Aires, armar a la provincia ante la posibilidad de un ataque portugués y mantenerse fiel al Rey a través de su Consejo de Regencia.
 
–¿Qué medidas adoptó Buenos Aires?
 
–Primero, a través de varios agentes, intentó organizar conatos golpistas para derrocar al gobernador Velasco, pero dichos planes fueron descubiertos. Y Luego decidió enviar una expedición armada al mando del vocal Manuel Belgrano, a fines de 1810.
 
–¿Y los paraguayos, qué hicieron?
 
–Se organizó una milicia de casi 6.000 hombres, pero sin ningún armamento importante; solo unos cuantos cañones. Se dejó que Belgrano avanzase sin encontrarse con el calor popular.
 
28 de Abril de 2010 - Fuente: www.abc.com.py
 
 
 

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