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IRINA RÁFOLS

  DESDE EL INSOMNIO, 2005 - Poemario de IRINA RÁFOLS


DESDE EL INSOMNIO, 2005 - Poemario de IRINA RÁFOLS

DESDE EL INSOMNIO

Poemario de IRINA RÁFOLS

 

Diseño de tapa: Cecilia Rivarola

© Irina Ráfols

© Arandurã Editorial

Asunción-Paraguay

Telefax (595 21) 214 295

ISBN 99925-45-69-0

Junio de 2005 (146 páginas)

 

 PRÓLOGO

DE CÓMO EL INSOMNIO SE TORNA EN REALIDAD

Dentro de la poesía paraguaya encontramos un nutrido grupo de jóvenes autoras que está permitiendo su evolución desahogada y se van añadiendo a la nómina donde figuraban como islas en sus comienzos Josefina Plá, Ida Talavera de Francia o Dora Gómez Bueno de Acuña, entre otras. El denominador común de las actuales es su carácter urbano y sus contenidos íntimos; el predominio de los temas relativos a la ciudad es una de sus diferencias con respecto a las autoras de generaciones anteriores. Entre ellas -y no cito nombres para no olvidar a nadie- nos ha sorprendido gratamente Irina Ráfols: una autora activa que participa en talleres, promueve actos literarios y es redactora de la revista Arte y Cultura, bajo la dirección del escritor y crítico Victorio Suárez.

Nacida en Montevideo (Uruguay), comenzó a escribir poesía con apenas once años. Después se trasladó a Buenos Aires y finalmente a Asunción, ciudad que la acogió con cariño y en la que se imbricó e implicó en su vida cultural. Es autora de un libro de cuentos publicado en julio de 2004, donde se aprecia su capacidad para captar situaciones extraordinarias dentro de lo cotidiano. Su título, ESPERANDO EN UN CAFÉ, nos invita a vivir diecinuevecuentos dotados de una tenue mezcla de ironía y gravedad, donde lo metafísico se mezcla con la situación "normal". Algunos de ellos son viajes en el tiempo para criticar el pensamiento dominante, como "El venerable, lento, eterno y largo Consejo de Ancianos"; otros son juegos ingeniosos y de final sorpresivo, como "La loca"; defensas feministas como "La burka", o contraposiciones irónicas como "Los desconocidos", ingenioso cuento donde su primera mitad está narrada por una mujer y la segunda por un hombre, acostados en la misma cama y en el que ambos se interrogan acerca de la personalidad del otro; cuentos misteriosos detectivescos como "El imposible y extraño caso de William Fernández", aunque en el libro destaque un cuento de forma experimental como es "Pecado de idea original", con un maravilloso personaje, Oliverio, que encarna la resistencia a una globalización gubernamentalizada, donde el Estado es el único ente autorizado para editar libros (¿narrará este retrato la antesala de la historia de Farenheit 451 de Ray Bradbury?), y con una situación cautivadora como es la del diálogo entre el Excelentísimo y el protagonista. Esperando en un café es un buen conjunto de relatos de una escritora que demuestra saber narrar, escribir correctamente y contarnos historias interesantes.

Ahora tienen Vds. un poemario que les permite disfrutar de nuevo con las palabras de esta escritora: Desde el insomnio. Al comienzo, Irina Ráfols abre un acta en la que da fe del sentido que tiene la poesía para ella. Su pluma está entregada como un "dulce sacrificio" en estos tiempos donde la lírica consuma un acto heroico porque la sociedad no cree en el espíritu. Su interior no se altera ante las "contiendas" exteriores. El verso es una consecuencia del instinto de supervivencia en un mundo que no confía en las esencias inmateriales y una expresión de libertad de la voz interior. Aboga por "la fuerza de la rima, casi olvidada", porque la considera "un arco firme para disparar la flecha de la esencia poética", junto a la musicalidad y el ritmo. La poesía es como una libélula que se posa donde le place y no debe someterse a convencionalismos, aunque se adapte formalmente a la rima y a sus formas. Tras estos conceptos, vaticina que todo fue creado para recrearse y que las diferencias nos enriquecen porque afortunadamente todos no somos iguales. "La libertad del espíritu es posible" -nos dice-, y ello significa que el lector debe poseer también un amplio concepto de la libertad para comprender que los poemas que va a leer o escuchar están sujetos a la interpretación individual de las circunstancias.

La poesía de Irina Ráfols es personal. Los versos están repletos de reflexiones sobre sus preocupaciones, la mayor parte de ellas espirituales: la muerte, el dolor, el discurrir del tiempo, la bondad, la inquietud, etc. Son conceptos abstractos que la autora intenta atrapar y expresar las consecuencias tras su aparición súbita en la vida. El título, DESDE EL INSOMNIO, sugiere que se nos va a hablar de asuntos que le quitan el sueño a la autora. Ya en el primer poema, "Y vi morir a un sueño", la enunciación es despectiva con la idea preconcebida de la muerte: no creeen la "nobleza del dolor" porque es injusto y el porvenir o es una ilusión o un misterio que carece de presencia tácita o real. En ocasiones, Ráfols asocia elementos naturales a su expresión, con un aire neorromántico innato, hasta encontrar la imagen metafórica irracional ("Horrores de lluvia mordiendo a las piedras"). La tormenta, del poema así titulado, posee un poder destructor y es consecuencia de la furia existente en la tierra. La lluvia interior ("Tengo una profunda pena") es silenciosa y hace desplomarse al sol porque la pena es enorme y está representada por metáforas aparentemente absurdas como "Bailan en sus redes las peras colgadas".

Sin embargo, los poemas de Irina Ráfols no son complejos. No existe voluntad de acercarse a iniciados únicamente. Intenta que sean inteligibles pero utilizando la expresión irracional, en apariencia inconexa con el referente real, para describir sensaciones personales. Es su reacción al escaso espacio que el mundo le deja para moverse en libertad ("Todos los lugares") porque todos quieren vivir aunque los lugares estén a rebosar. Los preceptos y los traumas han "engañado y vislumbrado al mundo", y el amor es la víctima de ellos. El pervertido subconsciente descontrola "hasta agitar el orden de la mente" ("Subconsciente") y ante ello se rebela la voz enunciadora. Por ello, es necesario sentir el interior, gozarlo sin dejarse llevar por verdades absolutas que impidan nuestro derecho a vivir. Así, con un sentido metafísico, la muerte es un cambio: la vida es un sendero que nos lleva. Estas resonancias manriqueñas ("Nuestras vidas son los ríos que van a dar a la mar", decía D. Jorge), son en realidad reflejo de la esperanza en un mañana más saludable y forjado en la espiritualidad individual. "El tiempo" es un breve poema donde se aprecia la frustración por lo que nunca se tendrá por ahora a medida que pasa ese bufón perfecto del destino. Por todo ello, Ráfols parece haber concebido su universo poético desde las sensaciones que le permiten analizar la vida contemplada.

Así, quiere hablarnos "de verdades y mentiras, de las filosofías que deambulan enervando nuestra calma" ("La candidez") y enseñarnos a huir de ellas por falsas. En la dimensión interna se pierden la pena y los dolores y, en esta tesitura, es preferible imprecar al receptor de las palabras pronunciadas para que se le regalen flores. La irreverencia es patente en "Himno existencial", con la reiterada frase de "¡Abajo los dioses!", justificada por reproducir iconos falsos y por haber robado la verdadera abstracción reflexiva interior para sustituirla por la sombra incubada de la ceguera. Este poema, uno de los más extensos del libro, es una defensa del entendimiento y de la cordura frente a la irracionalidad, de la religión, en la mayor parte impelida por las inquisitoriales pragmáticas religiosas. Y no hay que tener temor a ser uno mismo, a esquivar la contaminación ideológica y sentimental: la valentía forjada desde el interior contrae consecuencias positivas en las situaciones complejas.

Es la muerte otro de los problemas que más preocupan a la autora. Así se desprende de una parte importante de los poemas de Desde el insomnio. Sobre todo, elinterrogante sobre el proceso que adviene después de la muerte, una "noche que cala con su negrura". En "Él está muerto" el dolor de la joven agonizante al comprobar que "aquel amor que apareció un momento" ha fallecido es sublime a pesar de estar rodeado de espectros que golpean la cara pálida. Esta problemática existencial se une a la definición de los valores de elementos de la Naturaleza, -casi siempre expresión de fuerza vital. El viento es la voz del tiempo, procedente de lo arcano, de la intangibilidad. Es un secreto de una naturaleza inasible y provocadora de las sensaciones más diversas y dispersas.

Poemas llenos de imprecaciones e interrogantes como "Duerme no más" plantean un incremento de nuestras dudas existenciales. El hablante lírico no quiere reconocer el motivo del lamento de los padres y por ello alienta su rebeldía ante la muerte cuando pretende refugiarse en el ataúd con el cadáver de su amada. El sueño es una preocupación: la necesidad de dormir ante los hijos del miedo y del daño de "Ala de águila". Pero son la soledad y el individualismo los conceptos que asustan: "Autismo" es un ejemplo del encuentro del estado perfecto donde uno descansa de sí mismo.

Uno de los poemas más intensos del libro es "¡Muero por mi patria!". No es una ofrenda al héroe de Cerro Corá, sino un canto a los niños que fallecieron luchando por él, como se demuestra en el último verso. Su fantasma se levantó de su tumba cuando los críticos lanzaron su voz contra el mariscal. Pero a Irina no le interesa tanto el referente histórico sino el recuerdo del sacrificio infantil, inútil, y olvidado por los polemistas. Es el mismo martirio inane del toro en "Fiesta taurina" (menos mal que muchísimos millones de españoles obviamos este espectáculo, a pesar de la imagen falsa que nuestra televisión internacional ofrece de España repetidamente, como imagino que otros tantos británicos no serán muy amantes de la caza del zorro).

Hay poemas ingeniosos como "El esqueleto", del que es una pena que el título nos permita adivinar el interlocutor con quien está hablando la voz lírica. Lo mismo que "Idilio matemático", magníficos versos que simbolizan la unión entre la ciencia y la literatura gracias al sentimiento. Es una reivindicación de la humanidad del saber y de la estética por medio del amor consumado.

Iniciando cada sección del poemario, aparecen citas, que corresponden a grandes figuras femeninas de la literatura que destacaron por su lucha en defensa de la mujer frente a una sociedad machista coercitiva: Emily Dickinson, Juana de Ibarbourou, Virginia Woolf, Gabriela Mistral, Alfonsina Storni. En la sección final aparecen los versos "Aúllan solamente dioses lobos/ que sólo esperan separados...", de la propia autora. De esta manera se produce su identificación con las grandes voces de la literatura feminista, así como expresa su deseo de formar parte de esta pléyade.

No sabemos si Irina Ráfols, aunque prosiga con su ascendente trabajo, llegará a estar a la altura de estas autoras geniales. Sin embargo, sí que nos brinda laconfianza en que la literatura publicada en Paraguay y pensada para los paraguayos, aunque sea universal como la suya, tenga cada día más valores y más esperanzas de futuro.

J. VICENTE PEIRÓ

Abril de 2005

 

 

DOY FE...

de que entrego la esencia de mi pluma como un dulce sacrificio, ya que la poesía en nuestro tiempo se consuma como un acto heroico: ofrece la desnudez del espíritu a una sociedad que ya no cree en él,

de que mi propio interior es sagrado como un santuario, inalcanzable para cualquier sentencia o credo,

de que la libertad del espíritu es una elección que de vez en cuando suscita contiendas con lo de afuera,

de que no intento adecuarme al ambiente literario, sino sobrevivir con mi forma, y que la forma se impregna de la huella, del vestigio de la voz interior,

de que invoco a la fuerza de la rima, casi olvidada, porque la considero un arco firme para disparar la fecha de la esencia poética,

de que la música y el ritmo no se le pueden negar al que quiera cantar,

de que todos estamos a la sombra de los grandes maestros, de que soy dueña de los arrebatos de mi inspiración,

de que mi musa errabundea en la época que quiere: tanto en el presente como en el pasado, sin negar los cambios del futuro,

de que ningún tema, ninguna razón, ninguna filosofa, ninguna regla, religión, o escuela, está fuera del panorama de la perspectiva, del fenómeno de la interpretación; todo fue creado para recrearse,

de que no somos, afortunadamente, iguales, de que las diferencias nos enriquecen,

de que nuestras certezas, si se sacuden un poco del polvo convencional, siempre esconden alguna duda, algún conflicto,

de que la verdadera ilusión es pensar que se pueda masificar a la humanidad,

de que es una alucinación del desvarío de una mente dormida creer que una verdad, cualquiera que esta sea, pueda erigirse como tirana y ser impuesta a los otros, de que la poesía no tiene cédula de identidad, cotizo una libélula se posa en el hombro del que a ella se le antoja, y adopta la orientación y el significado en la creatividad del poeta, como la arcilla en las manos del alfarero, y que se aparta de la arrogancia del canon petrificado de la moral que diagnostica si es buena o mala. Puede agradar o desagradar, o pasar indiferente ante el gusto; se pueden juzgar los actos de la humanidad, pero no se puede juzgar el espíritu de la humanidad,

de que acerca del caudal del espíritu no está nada determinado,

de que acerca de la libertad del espíritu, todavía no hay alambrados ni parcelas,

de que acerca de la libertad del espíritu, no existen límites para sentir, pensar, o imaginar. No, no existen. Impulsos de un fenómeno interior que se libera, y como otro sentido oculto me permite involucrarme en el mundo, un mundo caótico, incierto, que de a momentos tiene el brillo de una estrella fugaz; invoco a la poesía para invitar al que lo desee a creer que la libertad del espíritu, contra todo obstáculo, es posible.

IRINA RÁFOLS

Fernando de la Mora, 2005, Paraguay

 

 

SEÑUELOS Y MARIPOSAS

 

"La naturaleza, en su faceta más irracional,

ha trazado con tinta invisible en las paredes

de la mente una premonición ".

Virginia Woolf

 

SEÑUELOS

Veo tus señuelos en todas las cosas,

¡entre las espinas han nacido rosas!

 

Ríos enroscados entre bosques verdes,

jugando contigo bajo el sol ardiente.

 

Lianas, enredaderas y mariposas,

Eros marmolados entre las baldosas.

 

Gotas de rocío de flores durmientes,

sueños esparcidos entre la corriente.

 

Visiones de un ángel mordido en la boca,

derramando magia en lo que mira y toca.

 

Tu cuerpo de río se volvió torrente,

caí en tu marea y me ahogué lentamente.

 

Altar de las manos que se desboca

(lo que bebí de tu cuerpo vuelto copa).

 

¡Ah, los besos vertidos como agua de fuente,

y las risas nacidas del alma riente!

 

¡Todo lo ofrecen tus manos ansiosas,

como hacen las flores a las mariposas!

 

Amor que esparces tu simiente

como agua surgida de una fuente.

 

Me llegas impulsado como el viento en las hojas,

¡y veo tus señuelos en todas las cosas!

 

 

EN ESTA HORA OSCURA

En esta hora oscura mientras todos duermen,

miro atentamente la noche desde mi ventana.

Un rayo de luna que entró corriendo,

se tropezó y cayó de bruces en mi cama.

 

Yo veo ese espíritu escondido,

esa energía mística, esa alma,

que se destila de todo el universo;

igual que se destila del corazón, la lágrima.

 

La Vida se desliza a estas horas

furtivamente por las paredes de las casas,

como un hada temiendo de ser vista.

¡Mas yo sé qué pasas!,

y te espero mientras todos duermen;

como un gato fisgón que está de caza.

 

SIENTE TU INTERIOR

Siente tu interior. Adentro yace todo.

Lo que se mueve y lo que se aquieta,

tu neblina, tu sol, y tu tormenta,

mira: adentro yace todo.

Tus entusiasmos y tus desvelos,

y todo el humanismo de la tierra,

más todo el divinismo de los cielos.

 

La vida, el mundo, la existencia;

empieza donde nace tu presencia,

acaba donde tu alma se termina.

 

Nada te condena o te destina.

Aprende a utilizar como una ciencia,

la fuerza que adentro se destila;

del centro más profundo de tu esencia.

 

Según se mire el mundo; ¡el mundo sea!

Según como te inspiren los sentidos,

y como interpretes los caminos,

a partir del principio y de la idea.

 

No te desveles soñando una verdad primera;

la vida es la transición que lleva,

a cambiarnos de a poco hasta morir.

No desesperes. El camino a seguir,

aparece tras alguna muerte nueva.

 

La muerte es solo un cambio por venir;

¡la vida es un sendero que nos lleva!

 

 

SONAMBULARIO

 

"¡Ay noche de insomnio, de agrio descontento,

de interrogaciones vanas e impacientes!

¡A veces parece que tañen campanas

y a veces, Dios mío, que silban serpientes!"

Juana de Ibarbourou

 

LA BIBLIOTECA

Metástasis de pensamientos

surgieron del oasis de un patíbulo.

En la biblioteca oí un lamento,

y eran los libros.

 

Miles de historias renacieron

y los espíritus volvieron a la vida,

cuando apenas toqué las letras con los dedos,

a escondidas.

 

Hojas que llevan sus dos caras

por donde el tiempo trasciende las callejas,

mostrando y ocultando las verdades,

de las historias viejas.

 

Postigos abiertos y cerrados

a la par de pasos inesperados en la acera,

cuando el invierno se vuelve descarnado,

de luz y calidez y cosas nuevas.

 

Marca el señalero un libro a dos aguas,

distancias que el péndulo no ignora,

mientras mi corazón rumia la fragua,

del tic- tac martillando a toda hora.

 

Voltaire entró seguido

de irónicos conceptos y palabras,

mientras dejé vagar mi oído,

por si pasos furtivos se acercaban.

 

De pronto alguien, golpeó dos veces la aldaba.

Se abrió la puerta de par en par,

y entró tu cuerpo seguido de tu cara.

Voltaire quiso llorar.

 

" ¿Qué quieres tú -te dije-, genio ignorante,

bruto, malvada bestia desamparada,

que llegas agitado e intrigante

a invadir mi morada?"

 

"¿Vas a comer?", me preguntaste.

"¿Para eso viniste? ¡Descarado!

¡A corroer mi espíritu entraste

con tu vulgaridad y tu pecado!"

 

"¿Qué te hice yo?", me preguntaste, luego.

Y pusiste cara de venado,

por más decir que te salieron cuernos

y tentada estuve de tomar el arco.

 

"¡Pero te vas a morir!", gemiste todavía,

y una estrella cruzó el oriente,

la pared no detuvo tu caída

cuando Cándido te rebotó en la frente.

 

Te desvaneciste y te eché a un lado.

Pero Cándido emergió de entre las hojas.

Su espíritu en venganza me besó la boca

y me arrinconó a un costado.

 

Tembló la vela que al recinto alumbraba,

cuando al más allá... sentí que llegaba.

Hoy mi espíritu vaga como marioneta,

siendo un libro más, de la biblioteca.

 

 

A QUÉ TANTO DIVAGAR

¿A qué tanto divagar?

¿A qué tanto abuso de nostalgia?

Si todo vuelve a empezar.

Si la travesía existencial

nunca falla.

 

Si todo es un comienzo y un final.

Mejor me quedo a contemplar

a las estrellas

y a refugiarme donde los ojos ven menos

pero sienten mejor, las cosas bellas.

 

A veces son tan incorpóreas

que ni mojan la memoria,

ni precisan la verdad,

y su eternidad cabe de lleno

en un poema, en un tic-tac,

o en un gran trueno.

 

 

IDILIO MATEMÁTICO

Me dijiste una tarde, en el ocaso:

-¿Ves?, en este libro está todo.

Hallé el final de mis especulaciones-.

Mientras, el sol era de raso

y el otoño le hacía mil jirones.

 

¡Todo es tan preciso y delicado!

El equilibrio es infinitesimal

El amor es un algoritmo,

¡y no hay nada más sentimental

que trazar cálculos en el abismo!

Dice, en este libro;

que los besos se pueden medir,

y que los dedos los hizo un demiurgo

hipostasiado

que pensando en números,

los colocó en las manos

para contar, no para sentir.

 

¡Qué maravilla!,

le dije, comenzando a mirarle con desdén.

¿Ves?, estamos sentados en la villa

de esta plaza como un edén

y poco comprendemos lo que vemos.

Mira; quienes caminan por el sendero aquel,

solo son más, solo son menos...

 

¡Qué Pitagórico!

-alabé no más, en tono irónico-.

¿Y entonces cómo me ves a mí?

Y él respondió, mirándome de reojo:

-Tu perfume sutil

me hace oler a raíz cuadrada,

y el círculo perfecto de tus ojos,

me dice que estás enamorada.

Pero te vuelan pájaros trigonométricos

y cuando te sueltas a hablar

¡me pones tétrico!

No entiendes mucho de sutilezas

matemáticas,

aunque es inútil...

Cocinas bien, y eres errática,

pero no te preocupes, belleza,

a mi lado conocerás un mundo útil

y aprenderás a usar mejor la cabeza.

 

Te quedé mirando extática

y sin poder ocultar más sutilezas,

el genio me saltó por la garganta

y apostrofé a tu cara, tu vileza.

 

-Mi bien -le dije entonces sin aliento-;

¡lo siento!,

pero tus números, no matarán mis letras.

¡Aquí termina todo!

Si tu sensibilidad es de piedra:

¡la mía es de oro!

-¿Qué dices?, ¿qué vas a hacer sin mí, boba?

-fue su simbólica respuesta,

tan sugestiva-

Pues, que te vas tesoro, vida mía

¡a freír papas!

¡Prefiero estar sola

con mis pájaros y estupideces

que acompañada de tus altiveces!

 

Me levanté, entonces, como los temporales

y él, como los fríos invernales,

quiso detenerme,

tuvo la osadía de sonreír y retenerme,

mientras mi orgullo lloraba a mares.

 

Pero me tomó con tanta vehemencia

y me besó con tanta dulzura,

que a mí de almíbar se me volvió su ciencia,

y a él de excelsitud, mi literatura.

 

¡Y cómo se pueden ir al diablo

los más lógicos pensamientos!,

¡las discrepancias y los resabios!

¡Si hay esa química en los dedos

y ese dejo de miel entre los labios!

 

 

ANTROS Y PESADILLAS

 

"No solo en las estancias hay espectros y no

se ocultan solo en las moradas: más que en

sitios palpables, profundos pasadizos, se

esconden era el alma ".

Emily Dickinson

 

 

EL ESTANQUE

Miro lánguidamente el estanque quieto.

El agua turbia y sucia.

Llena de barro y de guijarros negros,

de insectos muertos y de aves mustias,

y sin embargo en él, te veo...

Te veo sonriendo tras las hojas embarradas,

que algún viento quiso traer al agua fría,

como una ofrenda ya marchita y olvidada;

sin plantas, sin flores, y sin vida.

 

Te veo en medio de circunferencias,

que abren las piedras que te arrojo sobre el agua.

Te veo reír con inmutable indiferencia;

aunque ni el aire te llega, ni el sol te halla.

 

Con tus ojos sin luz, me miras y me hablas.

Veo moverse tus labios y algo nombran...

arrojo arena sobre tu cara,

y el agua se mueve y se deforma;

para volver a formarse con tu cara.

 

Solo yo te contemplo tristemente,

estanque de sombras, sin cielo reflejado...

estoy a solas, y de repente,

mi alma se aparece en este lago,

y me revela en un frenesí,

que la cara que veo a mi lado,

¡es mi propia cara que se ríe de mí!

1988, Argentina

 

 

EL REMEDIO

Vas por el paisaje.

La melancolía;

parece que buscara sintonía

con las hojas que vuelan y se caen.

 

Se queda gris el cielo.

Parece que de a poco,

le viniera no sé qué bajón loco,

¡y le tirara la aurora por el suelo!

 

Los cedros se estremecen, la arena vuela.

Pero todo está en silencio

como que anda un ánima con pena,

y trata de encontrar algún remedio.

 

El mundo parece que se mece

en el hechizo de algún karma.

Pero el remedio del alma no aparece...

 

Y se queda buscando hasta que el alba,

canta luces y baila languideces,

hasta que el despertar le juega sus reveses,

hasta que algún rayo de sol la mata.

 

Así los sublimes sueños se desvanecen.

Tienen un sutil espíritu que perece

en cuanto una cruda mirada los delata.

 

 

LA BÚSQUEDA

Cae de una cascada el vertical gemido

de un río atribulado...

¡ésta manía de estrellarse contra uno mismo!,

¡ésta constante sangría por los cuatro costados!

 

Este ciclo que nos maneja los sentidos,

este ir y venir atravesado,

como el viaje infinito de los ríos

que asciende hasta caer desparramado.

 

Este continuo caerse y levantarse,

que nos persigue como al relámpago, el trueno,

donde la excusa de impunidad no vale,

ni aunque uno siempre haya sido bueno.

 

Este caudal que se desboca,

con las consecuencias del salvaje empeño,

sobreviviendo al arrojarse entre las rocas;

¡como a la pesadilla sobrevive el sueño!

 

¡Ah, río interno, que vas anegadamente herido

y huyes sangrado, desolado y débil,

en el desenfrenado viaje hacia ti mismo!

¿Cómo es la esencia de tu búsqueda: infinita o estéril?

 

 

POR QUÉ MUERTOS

SE CAEN MIS POEMAS

¿Por qué se caen muertos mis poemas?

Se caen como copos de nieve tempranera,

sobre el beso de sol de una dormida tarde.

Se caen como el polvo esparcido de la arena,

que un viento de tormenta absorbe y tira al aire.

 

¿Por qué sopla el viento con canto tan triste?

-¡Parece que algo me oprimiera el alma!-

¿Por qué no me duermo con profunda calma,

y me olvido que la tierra existe?

 

Me imagino tus labios y te siento,

pero te busco en esta sombra y no te encuentro.

Todo te evoca y me da pena,

ay, porque muertos se caen mis poemas.

 

Se viene el silencio como un río tranquilo.

Un inmutable río que franquea lo real de la existencia,

y se me hace la presencia

de un misterio escondido.

La noche cae a la vereda sin sentido

y golpea mi portal con impaciencia.

 

Me imagino tus manos y te siento,

pero te busco en esta sombra y no te encuentro.

Todo te evoca y me da pena,

ay, porque muertos se caen mis poemas.

 

Y se caen los espacios que la idea,

embarca en sus viajes ideales,

y naufragan los sueños estelares

y se caen despacio las estrellas.

Las veo resbalar en esta tarde,

como tristes lágrimas inquietas.

 

¿Por qué se caen muertos mis poemas

como voces de pronto silenciadas,

por la mano absoluta y traicionera

de alguna muerte fría inesperada?

 

Me imagino tus palabras de consuelo,

pero te busco en esta sombra y no te encuentro.

Todo te evoca y me da mucha pena,

ay, porque muertos se caen mis poemas.

 

 

 

NAUFRAGIOS MAR ADENTRO

 

"Tenme prestas las sábanas terrosas y el

edredón de musgos escardados. Voy a dormir,

nodriza mía, acuéstame".

Alfonsina Storni

 

ES ELLA

Bajo la luna llena se balancean los sauces.

Alguien camina por la calle desierta.

Se detiene, y busca la luz de una ventana abierta,

que se divisa claramente desde el parque.

 

Se dibuja en la ventana una silueta...

¡Es ella!, se dice él, pero bien sabe

que es en vano tratar de verla,

que es en vano tratar de hablarle.

 

Al silencio de la noche lo parte una queja:

¡Ay!... ¡si llegara a amarme!...

todo cambiaría si me amara ella...

y el lamento se difunde por el aire.

 

Mas ella que contempla las estrellas,

lo descubre espiando desde el parque...

una carcajada infantil estrangula toda queja

y él, se queda herido contemplándole,

mientras la noche se vuelve una traidora reja,

y bajo la luna llena se balancean los sauces.

 

 

TORMENTA

Horrores de lluvia mordiendo a las piedras,

echadas del cielo con mirada turbia.

Voces tronando desde la tormenta,

con inmensa furia, con inmensa furia.

 

Senderos de agua que la lluvia inventa,

tierra que se bebe lagunas plateadas

hasta ahogarse toda de puro sedienta,

mientras se le olvida que ha sido pisada.

 

Nubes de luto en procesión austera,

acuden de negro a la aciaga cita,

y lloran copiosas como plañideras,

mientras la tormenta a todo le grita:

¡Que mueran las cosas!, ¡que mueran, que mueran!

 

Un rayo ilumina la caída tarde,

los tupidos montes y las densas selvas,

y llega a la ermita de un cándido fraile

que reza en voz alta con inmensa pena:

 

¡Piedad por el odio que en los hombres arde!

¡Piedad por la angustia que a las almas, cierra!

Mientras la tormenta maldice en el aire:

¡Que mueran las cosas!, ¡que mueran, que mueran!

 

 

QUE MUERO POR UN BESO SUYO

Le vi solo una vez en esta vida.

Le vi tan solo un día,

de sol, de mar, de cielo claro.

De calores, de brisa, de verano,

de sentidos marchando a toda prisa.

 

Le vi sin querer entre la gente

y fue mirarle un momento solamente,

para entrar en el mar de su mirada.

¡Ay!, ¡si el mundo fuera un alma sola

y un pedazo fuéramos del alma,

solo se hablarían las miradas

y los suspiros de placer de nuestra boca!

 

Pero la vida más que alma, es jaula loca.

Jaula, y todavía solitaria,

jaula que golpeo y que rehúyo,

pero me busca, me toma, y me ametralla,

¡y yo que muero por un beso suyo!

 

 

OFRENDAS DE LUZ

 

"Tengo que llegar al valle

que su flor guarda el almendro

y cría los higuerales

que azulan higos extremos

para ambular a la tarde

con mis vivos y mis muertos".

Gabriela Mistral

 

¡MUERO POR MI PATRIA!

 

(Para el Mariscal Francisco Solano López, otra ofrenda tardía,

en el nombre del pueblo que fuiste a socorrer,

y por si fuiste un mártir; ¡que halles la paz!)

 

"-¡Madre, yo quiero jugar!"

"-¡Pequeño hijo mío,

la Patria está sola,

tu padre no ha vuelto

y es roja la aurora!

¿Ves aquella luz entre el matorral?

Por la Patria mustia

cabalga el Mariscal,

y arrastra su alma con toda su angustia

y allá le seguimos con fe y con ardor,

como la manada le sigue al león".

"-¡Hermano, hermano!,

¿A mi madre has visto pasar?' "

-¡Sí!, ¡con un rifle en la mano

corriendo tras el Mariscal!,

protegiendo su espalda con tanto cuidado

como si fuera un ángel que se va a quebrar,

¡las heroicas alas de cristal!"

"-Tengo hambre y miedo; ¿dónde está?"

"-Pues, los enemigos la advirtieron

¡y el corazón le fue a estallar

como las chispas de un lucero!"

"-¡Sargento, mi Sargento! ¿A dónde vamos?

Estoy cansado y tengo sueño,

muy lejos estoy de mi hogar y mis recuerdos.

¿cuándo paramos?"

"-Sigo a la última estrella

de una Patria caída y moribunda...

ella, que dio a luz la flor de otras fronteras,

¡ahora es acechada como presa furibunda,

acorralada por quimeras,

traidores cercanos y fieras europeas!"

"No tengo otro destino que seguirlo,

pues mi corazón me dice

que por tal bravura,

el Mariscal, en su sacrificio,

redime a su locura,

y que detrás de esos ojos fieros de lince

se asoma a veces el mismo extraño dejo de ternura de las perdices,

cuando habla de su amado Paraguay".

 

"-¡Teniente, Teniente!, ¡venga un poco!

¿Ve el aspecto mustio de Solano?

¡El Mariscal se ha vuelto loco!

¡y hace cruces todo el tiempo con las manos!"

"-¡Sí... Coronel! lo murmuran los combatientes infelices.

Nuestro ejército lo escucha hablar dormido.

La fiebre lo envuelve en pesadillas y maldice,

y se exalta en su lecho con bramidos.

Despierto, su espíritu se desespera

y su humor empeora.

Ve muerte y sangre donde quiera.

Su piel se ha vuelto muy pálida ahora

y un leve surco de tristeza,

bajo los ojos de altanero mirar,

le da un aspecto que lejos de asustar

da pena...

Él, que dormía en cama lujosa,

en mesa bien servida,

atendido por su dama linda y ostentosa

hoy... camina casi descalzo con la melancolía

de ¡sabe Dios, qué promesas y qué glorias!

En el suelo yerto reposa

y su salud declina,

compartiendo la misma miseria que los otros

y el mismo amor Patrio lo encamina".

 

"-¡Sí, el Mariscal se ha vuelto loco!

¿Y quién no?

Si se enteró que a todo su esfuerzo

y valentía,

¡la propia familia le dio la espalda!

¡Transó con el enemigo!,

¡qué bajeza! ¡qué ironía!;

¡la suerte sagrada de la Patria!

¿Quién no sentiría el aguijonazo

de semejante veneno?

¿No es él humano...?

¿Cómo se podría pretender, que sereno,

siguiera impasible y sano,

si él, un Dionisos arremetido por titanes,

detrás de nobles y valientes planes,

fue decidido a socorrer los brazos

de otros patriotas, y fue en vano?

¿Cómo pretenderías que tal veneno surtido

de golpe en un corazón libre y bravío,

no se volviera loco

por tanta traición y olvido? ¿Cómo...?"

 

En eso cruzan fuegos y amenazas.

La ira rompe el aire como brasas.

El enemigo cerca ya a su presa.

Cerro Corá finge una jaula

y un lusitano apunta a su cabeza...

 

El Mariscal con ojos de orgullo demencial

que jamás dio vuelta la cara a la muerte,

que jamás escapó al combate, y luchó a la par

del hombre más osado y más valiente,

se dice, que cuando vio venir la muerte,

de pie, tambaleante, con la vista nublada,

gritó bravío, con voz fuerte:

"-¡Muero... muero por mi Patria! "

 

“Cuando vi a mi héroe caer al suelo

de pronto, ¡no sé!... perdí mi infancia,

pues un impulso me hizo de fuego

y decidido disparé aquel arma...

¿Qué me quedaba, huérfano de hogar y Patria?

¡Mentiras! ¡Nadie puso un rifle en mi mano!

¡Yo sentí el mismo temblor que Solano

en el hondo dolor de mi garganta!,

el ahogo desolado de la injusticia

me embargó, entonces yo la miré, y el arma,

atendió a mi llamado,

¡como un perro que acude a la caricia

de la mano febril de su amo!

¡Gloria al Mariscal!"

 

Sintió volverse rojo el horizonte, y en la agonía,

el niño cayó de boca, en un suelo

que moría,

fue su último deseo

ver al Mariscal...

 

Gritos, blasfemias, condenaciones,

se oyó después, de las generaciones

qué juzgaron con ligereza,

el tamaño valiente de su empresa;

como cosa de locas ambiciones.

 

Mas sucedió que su fantasma

desde su tumba y sin desaliños,

se levantó como siempre a dar la cara,

pues oyó con asombro los reclamos.

 

Y sucedió que del abismo,

una fiel multitud se levantó a su lado

y lo rodeó orgullosa y con cariño,

alzando en señal de ¡basta!

una pequeña, fantasmal y tierna mano;

¡y era un ejército de niños!

 

 

JUANA

Juana era dulce y fresca.

Llevaba en su propia boca la risa amena

del agua precipitada,

como si llevara en su interior la huida inquieta;

del canto puro de una cascada.

 

¡No hubo quien se bebiera a la luna

como se la bebía ella!

¡No hubo sol salvaje sin que llegara a ella

y no se amansara entre sus dedos!,

ni árboles que sin reserva alguna

le contaran ansiosos sus secretos viejos.

 

¡Ni estrella que no se abandonara

a la domesticidad de un aljibe quieto,

porque nuestra Juana las tocara

o las usara en la noche como espejos!

Pero ella prefería como Diana,

el bosque que perfuma al río desde lejos.

 

Juana era dulce y fresca,

dúctil como el agua, femenina.

Mansa y alocada, pensativa y buena.

Pero a veces la invadía la melancolía,

¡y entonces no había cárcel que la contuviera!

 

Deshacía las rejas y los muros

con palabras de fuego y de centella,

mientras se calzaba con febril apuro:

"la sandalia viva de la primavera".

Y ella veía en todo, la sugestión de la naturaleza.

Los espíritus embelesados,

se asomaban de los montes y las sierras;

¡para ver "el milagro de las rosas en sus manos"!

 

Juana ... del bosque pálido en el que estás expuesta,

me llega hasta el alma tu suspiro lejano.

 

 

 

HIMNO EXISTENCIAL

 

"Aúllan solamente dioses lobos

que solo esperan vernos separados... "

I.R.

 

HIMNO EXISTENCIAL

¡Abajo los dioses!

Yo derribo sus estatuas falsas

de fuego inmemorial, de poder umbrío...

¡yo derribo sus estatuas falsas

paradas como un sordo grito

lanzado al universo ciego y mudo!

Hasta ahí habrán ido,

hasta ahí te ha de llevar el nudo

del pensamiento umbilical cansado.

¡Harta estoy de cismas!

¡Dejadme dioses del pasado!,

¡dejadme sola con mis cosas de la tierra

que tu protección inflama

llamas ardientes de inquinas y venenos!

Harta de tus fuegos

busco el agua que ha de caer serena...

prefiero el llanto triste de una lluvia amena;

al rayo de ilusión de tu mirar cegado.

 

¡Dioses!, ¡volved como sombras del pasado,

a incubaros en el vientre creador de mi cerebro!

y por piedad ...¡no nazcáis de nuevo!

¡Ay!, ¡mente que poco comprendiste tus estados

y definiste con descaro atrevidos absolutos,

allá donde el Abstracto dormía irresoluto

y aún no dominaba tus sentidos claros!

 

¡Abajo los dioses!

Mi mente que los trajo los despeña,

y se despierta como un pájaro enjaulado

que con el espacio, sueña.

Corro presurosa y tiendo mi mano

y con remordimiento lloro:

"¡Hermano!, ¿dónde estás. hermano?,

¡mira cómo viene muriendo todo!,

¡la humanidad deshecha y dividida!,

¡toda jirones rotos y gastados!,

¡pedazos de la vida!... "

 

Y se pierden nuestras voceas vencidas,

y mi mano revuelve las distancias vacías,

y se ahogan nuestros misericordiosos gritos de ayuda,

y mi mano tiembla solitaria y nula,

y me abrazan desconciertos y miedos atroces:

"¡Abajo!, ¡Abajo los dioses

que me separan del hermano mío!,

¡que abortan mi humanidad terrena!

¡Abajo!, ¡dejad a los dioses en la arena

y llevemos a cauce a nuestro río!"

 

Mira en la naturaleza

tu propia naturaleza.

¡El sol es sol, el cielo es cielo,

y tu alma el esencial sentido!

¡Abajo los dioses presumidos,

conductores de guerras y de miedos!

 

¡Abajo los dioses!

¡Basta de cruzadas y de inquisiciones,

de magnos soberanos endiosados,

y de fieles absortos y aturdidos!

¡Basta ya de poseídos,

y de pueblos humildes conquistados!

 

¡Dónde está tu mundo mejorado,

si no puedo lograr entendimiento,

con mi hermano moro, judío o tibetano?

¡Aúllan solamente dioses lobos

que solo esperan vernos separados!

 

Humanidad... ¡no temas nada!

no desdeñes la raíz de las plantas hundidas

como puños de sabidurías

apretando verdades enterradas,

y no subestimes una verdad hallada

mientras el orden natural sueñe y prosiga,

en la lucha evolutiva de una escala.

 

Humanidad... piensa solamente...

¿No te admira la semilla lanzada por el viento,

verla caer en terreno yerto,

creciendo solitaria pero fuerte?,

¿no te admira la veleta mente,

impulsando mundos con el pensamiento?

¿Y no te admira que el entendimiento,

apacigüe fuegos y estimule fuentes

y unifique el grito de todas las voces?

¡Que viva la muerte!

¡Abajo los dioses!

1989, Argentina

 

 

ÍNDICE

Prólogo: De cómo el insomnio se torna en realidad - J. Vicente Peiró

Doy Fe

SEÑUELOS Y MARIPOSAS

Señuelos

En esta hora oscura

Siente tu interior

El tiempo

El beso

Bosque soñoliento

Oscuridad

Salmo a las piedras

Canción de cuna del niño travieso

El viento

La campana

La candidez

Enmadejados

Cuando toca mi mente

Entrega..

SONAMBULARIO

La biblioteca

A qué tanto divagar

Idilio matemático

El esqueleto

Divague

Esotérico

La inquietud

Todos los lugares

Día de los muertos

Ir más lejos

Un poquito de mal

Ala de águila

Sueño de muerte

Desperezada

ANTROS Y PESADILLAS

 El estanque

El remedio

La búsqueda

Por qué muertos se caen mis pomas

Lo que no existe

Demonio

Autismo

Velando sueños

Subconsciente

Depresión

Esquizofrenia

Luces y gritos

Batallando

Setiembre de luto

Psiquis

Amapolas

Tengo una profunda pena

Y vi morir a un sueño

NAUFRAGIOS MAR ADENTRO

Es ella

Tormenta

Que muero por un beso suyo

Él está muerto

El asesino

La bomba

Duerme no más

OFRENDAS DE LUZ

¡Muero por mi patria!

Juana

Minas a lo lejos

Fiesta taurina

HIMNO EXISTENCIAL

Himno existencial 

 

 

 

 

 

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