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JUAN EDUARDO DE URRAZA
  PERDIDOS, 2009 - Cuento de JUAN DE URRAZA


PERDIDOS, 2009 - Cuento de JUAN DE URRAZA

PERDIDOS

Seud贸nimo: HOPPER

Segunda聽Menci贸n Concurso de Cuentos

"ELENA AMMATUNA" 2009

Cuento de JUAN DE URRAZA



Mike e Ivanna surcaban la autopista en su camioneta rumbo a la playa, buscando pasar un fin de semana tranquilos, lejos del ruido de la gran ciudad, junto con sus dos hijos: Mike Jr., de 7 a帽os, y Erika, de apenas unos meses de edad, la cual dorm铆a c贸modamente en su baby seat.

Hab铆an partido dos horas atr谩s, pero a煤n les esperaba un largo recorrido. Junior, por su parte, daba signos de impaciencia, preguntan do cada dos minutos si ya faltaba poco tiempo, por qu茅 no llegaban a煤n, si pod铆an comprar algo para tomar, si pod铆an parar para hacer pip铆.

-隆Antes de salir te llev茅 al ba帽o y no quisiste hacer nada! -lo rega帽贸 la madre-. 隆Ahora te aguant谩s!

El ni帽o entonces se puso a llorar encaprichado.

聽-隆Quiero parar! 隆Quiero hacer pip铆! 隆Pip铆! - grit贸 mientras pateaba el asiento del conductor con fuerza.

-隆Si no te callas ahora mismo te enviar茅 a casa de nuevo en un taxi! -le grit贸 el padre, disgustado, carente de paciencia, y volteando hacia el ni帽o con el rostro severo.

Al volver la mirada al frente, se encontr贸 con un cami贸n que iba a baja velocidad y que hab铆a cambiado de carril, ya, pr谩cticamente sobre ellos. Erika y Junior gritaron asustados, y 茅l apenas logr贸 realizar una maniobra hacia la derecha, rozando el enorme veh铆culo, y pasando entre otros dos autom贸viles casi de milagro. Su hijo y esposa lloraban del susto, sintiendo que les faltaba la respiraci贸n. 脡l necesit贸 unos momentos para calmarse y aclarar las ideas, espantando el susto de su mente.

聽-驴Ves lo que pasa? -le espet贸 seguidamente al cr铆o-. 隆C谩llate hasta que lleguemos a una gasolinera!

El ni帽o simplemente se mantuvo en silencio, as铆 como la madre. Cada uno se qued贸 pensando, casi contemplativo, respecto a lo poco que les falt贸 para morir all铆 mismo. El padre pens贸 que era en parte su culpa, por distraerse, en parte responsabilidad del cami贸n, por cambiar de carril sin se帽alizar su intenci贸n, y en parte de su hijo, que estaba insoportable... De todos modos, nadie volvi贸 a emitir palabra hasta que encontraron un desv铆o y bajaron a una estaci贸n de servicio un poco m谩s adelante, al costado de la carretera.

Estacionaron el veh铆culo junto al expendedor de combustible. El padre se baj贸, a煤n nervioso, y se dispuso a llenar el tanque. La madre acompa帽贸 a Junior rumbo a la tienda.

-Bueno, vamos al ba帽o de una vez. -le dijo.

聽-Pero yo ya no tengo ganas... -murmur贸 el ni帽o-. De repente se me fueron.

-隆No me importa! -le respondi贸 la madre-. De todos modos har谩s pis, ya que tanto pediste 隆O si no empezar谩s de nuevo a molestar cuando nos subamos al carro!

El padre termin贸 de cargar combustible, y se fue con intenci贸n de pagar en la caja, dentro del local. Abri贸 la puerta, y escuch贸 detr谩s suyo el grito de su esposa:

-隆Mike! 驴T煤 llevaste a Erika contigo?

脡l volte贸: -No, no la saqu茅 del auto -le respondi贸.

-隆Ella no est谩 aqu铆! -se alarm贸 la madre, gritando desde el veh铆culo-. 隆No est谩!

-隆No es posible! -exclam贸 el padre, regresando-. Yo estuve todo el tiempo junto al veh铆culo, y nadie se acerc贸 a 茅l, es imposible que la hayan tomado, a pocos pasos de distancia de m铆.

-隆Mira! -Le mostr贸 la esposa el interior del auto, con el baby seat vac铆o.

Mike levant贸 la mirada, y no vio a nadie en los alrededores. S贸lo estaba el cuidador de la gasolinera, que se hallaba dentro de la tienda. Del otro lado de la ruta hab铆a un hotel, muy venido a menos, y un viejo semidormido en la puerta, recostado sobre una reposera.

El hombre corri贸 adentro de la tienda a preguntar al personal si hab铆a visto algo desde la ventana. 脡ste lo mir贸 pero no emiti贸 palabra. S贸lo se qued贸 por unos segundos observ谩ndolo de frente, resopl贸, y luego baj贸 de nuevo la mirada hacia el peri贸dico que estaba leyendo. Ni siquiera se preocup贸 en cobrarle por la gasolina, as铆 que Mike simplemente lanz贸 el dinero sobre el mostrador sin decir m谩s y se retir贸.

Por su parte, la madre vio que un grupo de personas, aparentemente una familia, ven铆a caminando por el costado de la ruta. La madre cargaba a una ni帽a entre sus brazos. La imagen era muy extra帽a, casi irreal, puesto que se los ve铆a muy bien vestidos, limpios, y sin embargo ven铆an caminando por ese descampado, a pesar del polvo y del calor. Le hizo recordar un poco a su familia... Una extra帽a similaridad...

-驴Le habr谩 sucedido algo a su veh铆culo y est谩n buscando auxilio? -pens贸 ella. Esper贸 un poco m谩s, y cuando estuvieron suficientemente cerca, les habl贸.

-Les pido disculpas, -les dijo- pero mi beb茅 ha desaparecido de nuestro auto. No sabemos c贸mo sucedi贸, ni qui茅n se lo llev贸. Est谩 perdido. 驴No vieron ustedes algo o alguien sospechoso pasar por la ruta?

El padre de la otra familia la mir贸 sorprendido, como si no esperara ser interrogado o interrumpido en su deambular.

-No lo s茅 -se limit贸 a decir-. 驴Hace cu谩nto tiempo est谩 perdida su hija?

-Hace unos minutos. 隆Debe estar muy cerca!

-Entiendo... -murmur贸-. Nosotros estamos perdidos desde hace siete meses... As铆 que imag铆nese... -respondi贸 cr铆pticamente-. No creo que podamos ayudarlos. Es mejor que sigamos nuestro camino.

La familia simplemente sigui贸 adelante, tal cual vino, hasta desaparecer en el horizonte. Mike en el entretiempo regres贸 junto a su mujer. Le explic贸 que el tendero no fue de utilidad. Ella le cont贸 respecto al extra帽o encuentro que tuvo, pero que tampoco sirvi贸 de nada. As铆 que decidieron hablar con el anciano sentado del otro lado de la calle. Tomaron a Junior de la mano y la cruzaron corriendo.

All铆, semidormido en una reposera, se encontraba el viejo. Visto de cerca, el hotel parec铆a abandonado, con las ventanas tapiadas, vidrios rotos, polvo por todos lados... Parec铆a llevar as铆 bastante tiempo.

-Se帽or, espero nos disculpe -le habl贸 Mike-. 隆Pero nuestra hija ha desaparecido del autom贸vil frente a nuestras narices, y no podemos encontrarla! 驴Usted no vio nada desde aqu铆?

El viejo abri贸 los ojos, sobresaltado.

- 隆Oh, visitantes! exclam贸 驴Desean una habitaci贸n? 隆Tengo vacancias! 隆Pueden elegir la habitaci贸n que m谩s les guste! 隆Hace bastante tiempo que nadie me acompa帽a!

- No, no -insisti贸 Ivanna-. Estamos buscando a nuestra hija... 驴Usted no vio nada?

-No, nada de nada -luego ote贸 hacia el veh铆culo estacionado del otro lado de la ruta-. Pero puedo asegurarles que nadie se acerc贸 a su auto, nadie toc贸 nada.

聽-隆No puede ser! -insisti贸 la mujer-. Erika a煤n no camina, y no es capaz de sacarse el seguro del asiento por s铆 misma. Alguien debe haberla tomado.

聽-驴Est谩n seguros? -sonri贸 el anciano-. Tal vez ella no se haya ido a ninguna parte, sino que ustedes la dejaron atr谩s. Tal vez ella no est茅 perdida, sino que ustedes son los perdidos...

Los tres, incluyendo al ni帽o peque帽o, se quedaron con una gran inc贸gnita en la cabeza, pasmados, intentando comprender al anciano. Luego 茅ste continu贸.

聽-Han llegado al lugar perfecto para descansar, olvidar las angustias, y recuperar la memoria, o descubrir lo que realmente son y el camino que les toca seguir. Pasen, pasen -insisti贸.

聽-隆Pero 茅ste lugar est谩 abandonado! -le reclam贸 Mike-. 驴Qu茅 est谩 diciendo?

-No importa su aspecto. -le discuti贸-. 脡ste es el mejor sitio para descansar, en compa帽铆a de otros en su misma situaci贸n.

-隆No! -grit贸 la esposa-. 隆Tenemos que recuperar a nuestra hija! 隆Adem谩s aqu铆 no hay nadie, viejo loco!

聽-Parece que a煤n no entienden -pens贸 el anciano en voz alta-. Tal vez ella ya no pueda ser reclamada... Retornen por donde vinieron, con su veh铆culo, y les garantizo que encontrar谩n a su hija, y sus respuestas. Yo los estar茅 esperando por si regresan.

Mike e Ivanna, cada vez m谩s confundidos, s贸lo atinaron a desandar camino, tal cual les indic贸 el hombre... Esperando ver algo, una se帽al, puesto que no ten铆a ning煤n sentido lo ocurrido...

As铆 anduvieron unos kil贸metros, hasta que se encontraron con patrullas, bomberos, y ambulancias en la autopista. Su autom贸vil se hallaba incrustado detr谩s de un cami贸n, y sus cuerpos estaban siendo removidos por los bomberos.

Erika se hallaba en brazos de uno de ellos, aparentemente sana y salva... Estaban muertos, ahora lo sab铆an. Desolados, perdidos, ignorados, permanecieron quietos, detenidos, en medio de la ruta. Los veh铆culos pasaban a trav茅s suyo como si no existieran, como si no los vieran. Luego de bastante tiempo, cuando todo se calm贸, dieron media vuelta y regresaron al hotel junto al viejo, para descansar.

Fuente: PREMIO 鈥淓LENA AMMATUNA鈥 DE CUENTO CORTO 2009聽(3陋 EDICI脫N). De esta edici贸n 漏 Lazos de Cultura Elena Ammatuna 漏 Arandur茫 Editorial. Asunci贸n-Paraguay, 2009



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