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JUAN EDUARDO DE URRAZA

  ASTEROIDES, EL ORIGEN DE LAS IDEAS y EL GUSANO - Cuentos de JEU AZARRU


ASTEROIDES, EL ORIGEN DE LAS IDEAS y EL GUSANO - Cuentos de JEU AZARRU

ASTEROIDES, EL ORIGEN DE LAS IDEAS y EL GUSANO

Cuentos de JEU AZARRU

 

 

JEU AZARRU

(Mar del Plata, Argentina, 1974)

Ingeniero en informatica, locutor, escritor y profesor universitario. Aunque argentino denacimiento, .leu Azarru (seudónimo literario de Juan Eduardo de Uraza),reside en Paraguay desde muy niño (1976) y es uno de los pocos cultivadores de la literatura de ciencia ficción en las letras paraguayas. Sus publicaciones incluyen, hasta la fecha, La sociedad de las mentes (2001), su primeranovela de ciencia ficción, Verdades futuras y mentiras antiguas (escritas en presente incierto) (2003; Mención de honor en el Premio "Roque Gaona" de la SEP y 2° puesto del Premio Municipal de Literatura 2004), una recopilación de 29 relatos breves, Yronia (2005), una segunda novela de ciencia ficción, y Adagios. réquiems y allegros(2006), su primer poemario. Algunos de sus relatos han recibido distinciones importantes y en 2004 formó parte de la antología poética Sin Fronteras 1 1/2, libro que reúne la obra de 16 poetas jóvenes paraguayos y uruguayos. De reciente publicación es Diferentes cami­nos a la verdad (2007), su segundo libro de relatos. De más reciente aparición son: Alicia y los Universos Alternativos (relatos; 2009) y El Síndrome de Zava­la (novela; 2010).

 

ASTEROIDES

 

La nave de exploración galáctica OHM-AHM, proveniente de un rincón alejado de nuestra galaxia, por fin llegó a los límites del sistema solar. El viaje había sido largo (unos cuatro años terrestres), a pesar de la velocidad inaudita que el enorme aparato podía alcanzar. Los explorado­res decidieron viajar hasta ese lugar tan remoto cuando detectaron la presencia de vida inteligente, a través de señales de radio enviadas por civilizaciones que habitaban sus planetas. Tenían dos lugares claves para buscar: el tercero y el quinto planeta del sistema, de los cuales el quinto parecía tener la civilización más antigua, ya que su señal se empezó a escuchar mucho antes y con mayor potencia, aunque esa transmisión había terininado tiempo atrás, mientas que la del tercer planeta aún se seguíaescuchando. La gigantesca nave llevaba tecnología, gente y conocimiento, para establecer contacto y relaciones con los seres de estos planetas, quienes estaban menos desarrollados tecnológicamente pero constituirían un gran avance en la expansión de su raza, la cual ya tenía puestos de comando, control y abastecimiento en cientos de lugares dise­minados por toda la galaxia.

-¡Este debería ser el mundo que buscamos! -exclamó alguien ob­servando desde un panel el planeta al cual se estaban acercando. Los viajeros tenían reminiscencias morfológicas humanas, si bien técnica­mente no lo eran. De todos modos, para provenir de tan lejos, las simili­tudes eran más que asombrosas.

Korg, el capitán de la nave, abandonó su sillón de mando y abrió uno de los paneles protectores, para poder ver directamente el espacio exte­rior. Sí, efectivamente allí estaba el planeta. Una gran masa de colores, con innumerables anillos a su alrededor. Era hermoso.

-¡Señor! -exclamó el segundo al mando, Frebert, luego de unos instantes. Korg volteó para prestarle mayor atención. - No creo que este sea el planeta. Dijo el sub-comandante.

-¿,Por qué? -le preguntó Korg.

-Primero porque la descripción del mundo, según los registros que tenemos, no coincide con uno tan grande y con anillos en su derredor. Además, el análisis atmosférico indica que no es respirable, por lo menos para seres con la estructura biológica que recibimos como dato. Y de hecho, no hay señales de ningún tipo de vida en su superficie. -Vayamos al siguiente planeta, entonces -dirigió el comandante al personal.

-Pero en ese caso no coincidiría con la descripción que recibimos - le explicó Frebert.

-No importa. Tal vez el orden de recorrido o la cuenta que estamos haciendo es incorrecta.

La nave se dirigió velozmente hacia el siguiente planeta. El más grande de todo el sistema solar, con una tormenta tan inmensa en su superficie que formaba una mancha de miles de kilómetros en su super­ficie, visible desde grandes distancias.

Evidentemente éste tampoco es, no coincide en nada con la descripción de lo que buscamos dijo el segundo al mando, una vez que se una vez que se acercaron lo suficiente.

¿Qué hay más adelante? -preguntó el capitán.

Por unos segundos las computadoras trabajaron y analizaron los datos de sus sensores, hasta proveer una respuesta.

-Hay un cinturón de Asteroides -respondió uno de los acompañan­tes en la cabina-. Polvo, rocas, y nada más. Más allá hay un planeta rojo, que tampoco coincide con las descripciones de los lugares que buscamos.

-El planeta de los Atlantes, el quinto, ya no existe. - sentenció el capitán. Se desvaneció por algún accidente natural, o por una guerra global.

-Eso es imposible-dijo Frebert, viejo amigo y compañero por años del capitán-, porque ese cinturón en todo caso estaría representando al cuarto planeta, y no al quinto, como tú dices.

-Salvo que hubiera desaparecido algún planeta más -insistió el ca­pitán, fiel a su pálpito.

-Nunca en la historia de la conquista espacial nos encontramos con algo así -le replicó el subcapitán.

-Siempre hay una primera vez para todo. Confecciónenme un mapa total de este sistema en base a los datos que estamos obteniendo ahora, y a los datos que nos enviaron los seres habitantes de estos planetas.

-En menos de un minuto se pudo observar comparativamente el diseño de tres sistemas planetarios en forma de holograma, sobre la mesa de comando. Los tres eran diferentes. El primero, enviado por los Atlan­tes, indicaba un total de diez planetas rodeando al sol, y entre ellos el de los Atlantes, el quinto, que no fue encontrado por ellos. Por debajo se observaba el mapa solar enviado por los Terrestres, que tenía tan sólo nueve planetas, y un cinturón de asteroides entre el cuarto y el quinto planeta.

¿Ven? -indicó el capitán-. Según los Terrestres eran nueve planetas y falta justamente el planeta que estábamos buscando, reemplazado por un cinturón de asteroides. Estoy seguro que la civilización de losAtlantes se extinguió junto con su planeta antes de que los Terrestres siquiera pudieran saber que existía.

-Pero, según entendemos, los Atlantes poseían tecnología lo sufi­cientemente avanzada como para realizar un viaje corto entre dos plane­tas con naves construidas por ellos mismos -aseguró Frebert.

-Quien sabe, tal vez hayan migrado a la Tierra. Puesto que la infor­mación que recibimos por radio de ambos lugares indica seres terrible­mente semejantes en su estructura biológica... Pero que no se conocían entre sí. Tal vez... -pensó el capitán-. Es posible que los Atlantes llegaran a la Tierra escapando del fin de su mundo, y que, a lo largo de miles de años en este otro planeta hayan perdido el contacto o el conocimiento de sus ancestros, olvidando todo con el tiempo. Inclusive, al estar en un lugar inhóspito, pueden haber retrocedido cultural y tecnológicamente, hasta que a lo largo de los siglos fueron dominando su nuevo ambiente.

-Es una teoría interesante-reflexionó Frebert.

Luego el grupo se puso a estudiar la situación actual del sistema solar. Evidentemente, donde debía estar la Tierra también había un cintu­rón de asteroides girando de forma impasible. Es por eso que los primeros cálculos fallaron en el recuento de planetas.

-¿Ven?-indicó Korg-. Ya no está. La Tierra ha desaparecido ¿Exis­te algún otro planeta habitable por este tipo de estructura biológica dentro del sistema solar?

-El segundo tal vez -respondió luego de unos instantes uno de los científicos que los acompañaban-. Tiene cambios de temperatura muy bruscos entre el día y la noche, pero su atmósfera puede ser modificada sin mucho esfuerzo para ser habitada por Atlantes o Terrestres.

-Vamos allí-indicó el capitán-, tal vez rescatemos los restos de esta civilización, que, si se ha comportado de la misma manera, habrá logrado escapar a la hecatombe nuevamente, e iniciará su trabajo de reconstruc­ción en algún lugar cercano.

La nave cambió de rumbo otra vez, y se dirigió hacia el segundo planeta del sistema solar. Korg y Frebert estaban juntos de pie, observando la profundidad del cosmos a través de un ventanal, absortos.

No sé si es buena idea continuar con esta misión-dijo el segundo luego de un rato de reflexionar sobre el tema.

¿Por qué? -le preguntó el capitán.

-Piénsalo bien. Una civilización que es capaz de destruir su propio planeta dos veces, porque no se puede atribuir aun accidente casual lo que ocurrió en menos de diez mil años, y huir antes del final... No sé, tal vez en cinco mil años hagan explotar su nuevo planeta y huyan nuevamente...

-Y bueno, nuestra misión es salvarlos entonces, antes que se extin­gan.

-A eso me refiero. No creo que sea una idea acertada -insistió Fre­bert-. ¿No será que en su esencia está la destrucción, como parte integral de su vida, de su ser? Imagínate que los rescatemos y tengan acceso a nuestra tecnología, a nuestro conocimiento... En vez de explosionar mun­dos, terminarían con galaxias enteras, se harían incontrolables, como una plaga...

-¿Y qué sugieres?-le preguntó el capitán preocupado-. ¿Que regre­semos con las manos vacías, luego de una expedición de semejante im­portancia? ¿Qué les diremos a los líderes?

-Que ambas civilizaciones se extinguieron, y punto, que sus plane­tas ya no existen, lo cual es cierto. El peligro para el universo es demasia­do grande. Ya hemos tenido malas experiencias con civilizaciones vio­lentas o conquistadoras, poco avanzadas en la escala de la inteligencia universal, y que tanto daño nos han causado. Creo que es mejor que demos media vuelta y volvamos por donde vinimos, sin investigar más.

Korg estaba nervioso, sudando. Cerró los ojos por un momento y asintió.

-Tienes razón. Si algún día llegan a un estado mental positivo, a una tecnología adecuada, y sobreviven todo el tiempo necesario, esperaremos que escuchen nuestras señales de radio, y sean ellos los que nos busquen a nosotros.

El capitán dio la orden, y de inmediato la nave tomó rumbo de regre­so a su planeta natal. La humanidad quedó sola nuevamente, librada a su eterno destino.

18/01/2002

DE: Verdades Futuras y Mentiras Antiguas

(escritas en un Presente In­cierto) (Asunción: Arandurã Editorial, 2003)

 

 

EL GUSANO

 

Soy un gusano, uno de esos pequeños insectos verdes que viven y se alimentan en las junglas inconmensurables y deliciosas que los humanos llaman "jardín". Soy un insecto ordinario, como todos los demás herma­nos que viven conmigo en este paraíso. Como fiel representante de mi especie, limito mi existencia a vivir los placeres de la vida, comer todo lo que pueda, y descansar cuando me he hartado. No hay ningún otro signi­ficado para nuestra existencia, o por lo menos eso me han dicho los de­más.

Yo me he preguntado una y otra vez qué hay después de esto, del ser gusano ¿Existe alguna otra posibilidad después de la muerte, o soy un mero ente material cuyo único fin es lo que pueda realizar con la propia materia? (esto lo pregunto mientras tomo un trocito de esta deliciosa y carnosa hoja, para degustarla lentamente y a continuación avanzar un paso y tomar oro pedacito).

Muchos me han dicho que deje de pensar en ello, de soñar con otra vida más allá de esta que veo diariamente. Dicen que no existe nada más, y que luego simplemente nos iremos, cuando todo acabe y ya no seamos nada. La prueba está en los restos de los demás que de vez en cuando encontramos colgando en el jardín; cascarones vacíos y sin vida de otros que alguna vez fueron lo que nosotros. Por lo tanto hay que apurarse y vivir al máximo nuestra propia existencia.

Según todos los que conozco, nuestra vida es demasiado corta, poco másque una temporada y por lo tanto no hay que desperdiciada en nada que no sea la satisfacción de nuestras necesidades y placeres. El jardín está lleno de gusanos como yo, pero todos han optado por ni siquiera pensar en el futuro, y mantenerse simplemente en el hoy.

Hace poco conocí a otro que estaba un poco loco, y me afirmó que luego de nuestra muerte, de nuestra desaparición corporal, hay otra vida mucho mejor, y que simplemente hay que saber esperar por ella. Estos cuerpos que poseemos no serían más que una etapa en un camino más largo, del cual no recordamos el pasado ni vemos el futuro. Yo le pregunté por qué esperar, y qué pruebas tenía de ello, pero se limitó a decir que son cuestiones de fe, que no tienen explicación racional alguna.

Y ciertamente, tengo fe en que la existencia debe ser algo más que vivir una temporada y comer todo lo que encuentre. Debe haber algo más, algo sublime, esperando por mí, y por cada uno de nosotros. Pero no vale la pena siquiera discutir eso con los otros. Me limitaré a esperar...

Un tiempo pasó desde estas disquisiciones, de ciclos irreconocibles para un gusano, hasta que el cansancio, y el presentimiento del fin cercano se apoderó de mí. Sentí que pronto no pertenecería más al mundo, que todo iba a acabar, como pregonaban los demás. Por lo tanto, encerrado en mí mismo, acosado por la duda, tejí un capullo donde encerrarme para morir mi propia muerte, en soledad. Me cubrí de delicadas hebras, me escondí del sol y la intemperie, y cerré los ojos abrazando el fin... Espe­rando un nuevo inicio, inexistente para todos, pero no para mi fe.

Y así fue que la noche eterna me cubrió por un tiempo indefinido, la oscuridad total y la carencia de pensamiento. Hasta que finalmentc un día, como siempre había creído, regresé. Era yo, pero al mismo tiempo no lo era. Rompí la fría cámara que me atrapaba, y volví al mundo. Un mundo que veía con otros ojos, y que comprendía diferente. Era yo, pero al tiempo no lo era…. Había regresado cubierto por un cuerpo de luz, renovado, con una consciencia total de la vida, y de lo que nos esperaba.

 

Un humano salió en ese momento al jardín, y caminó con los pies descalzos sobre el césped. Me pregunté si él también cambiaría de cuerpo luego de su muerte, pero seguiría existiendo aunque fuera irreconocible o invisible. Al fin y al cabo, los otros gusanos ya no podrían reconocerme, puesto que soy otro, completamente diferente a mi apariencia anterior. Tal vez él pudiera regresar siendo otro, y tampoco sería reconocible por los demás de su especie...

Tal vez todos en este universo estuviéramos destinados a sufrir una metamorfosis y cambiar, y convertirnos en seres cada vez más perfectos, donde la muerte física no fuera más que uno de los tantos cambios por los que pasamos a lo largo de nuestra verdadera vida.

Pero ya me cansé de pensar en ello, ahora que conozco la verdad. Por lo tanto abriré las alas y levantaré vuelo, para encontrarme con otras mariposas como yo, quienes también han descubierto estas verdades y han aprendido a disfrutar el sol y a tener esperanza en el mañana.

23/03/2004

 

 

EL ORIGEN DE LAS IDEAS

 

-Creo que voy a lanzar una nueva idea al mundo. -Aún no es tu turno, Omega 10 - le respondió Alfa 11.

-No me importa. Voy a hacerlo.

-No puedes, hasta que llegue tu momento -insistió Alfa 11. Ambos eran meras entidades luminosas que observaban a la tierra desde el infi­nito impertérrito, y sin embargo visualizaban cada detalle de lo que en ellaocurría a la perfección en cada instante espacio-temporal.

-Pero hay que esperar demasiado tiempo entre turno y turno ¿Cuánto ha sido? ¿Cinco minutos desde la última vez?

-Once.

-Y bueno, es mucho.

-Lo que pasa es que somos muchos. Y las ideas deben enviarse en orden, una a una, o sino se mezclan y no sirven a los humanos. Y el tipo de ideas que tú generas son escasamente necesitadas en el mundo actual, a diferencia, por ejemplo, de las ideas que yo genero.

-Añoro las épocas en que éramos tan pocos... Cuando hasta podíamos elegir fácilmente a quienes enviar nuestras ideas. Tragedias griegas, cantares medievales, sainetes...

-Tú sí que tienes suerte dijo Alfa 11 a Omega 10-. Tienes la poten­cialidad de crear obras literarias, líricas, poesía... Poder dictárselas direc­tamente al oído de los poetas, cambiar sus vidas... Yo en cambio sólo puedo crear ideas prácticas... Dónde comprar más barato, cómo extraer un tornillo con un cuchillo, cómo evitar que se filtre el agua de la bañera de la familia Juárez...

-Es que tú eres un creador operativo, y yo soy un artista, cada uno tiene su utilidad e importancia para el mundo... Así ha sido desde el principio. Pero tú tienes una gran facilidad. Tus ideas pueden repetirse... En cualquier parte del mundo puedes dar la misma solución al problema del tornillo, siempre que tengas un cuchillo cerca... Y por eso te toca el u turno cada millonésima de segundo, tanta es la necesidad que hay de ti y tus compañeros. Yo, en cambio, si repito un tema ya existente, caigo en plagio, el peor de los pecados... Y seré removido de mi puesto... ¡Quiero enviar algo allí abajo! ¡Ya mismo! ¡Lo tengo tan claro ahora! ¡Y se per­derá si no lo hago!

-Ahh... Tú eres de los buenos... No como Omega 236... Ideas más llanas que las suyas no hay. Poesía barata, adolescente...

-Sí, pero ése es su trabajo... Siempre hay que entrenarse para mejo­ar. Omega236 da ideas a quienes están empezando, aprendiendo. Luego, a los que perseveran, los asisto yo, u otros como yo. Pero tengo miedo... Siento que se están acabando las ideas.

¿Cómo puedes decir eso? -regañó Alfa 11  a Omega 10-. ¿Cómo a acabarse las ideas, si nosotros las concebimos, y somos entidades infinitamente creativas?

Bueno tal vez no rne haya expresado bien... Me parece que se están acabando las mentes capaces de recibir ideas... Creo que los cerebros son cornponentes anatómicamente recesivos del cuerpo humano... No en ta­maño, sino en capacidad ¿Cómo es posible que antes fueran menos y tuviéramos más trabajo creativo, y en cambio ahora que son tantos miles de millones tengamos menos trabajo? Sus mentes están cada vez más cerradas...

-Deberíamos preguntarle eso a los betas, que son quienes tienen preferencia por las ideas educativas y sociales. Tal vez ellos nos puedan decir lo que ocurre allí abajo. Además, estás mezclando la mente con el cerebro, y no son lo mismo...

-¿No? ¿Estás seguro? -dudó Omega 10 por un instante-. ¿Adónde le enviaste a Juárez la idea de cómo reparar su bañera? ¿A su cerebro o a su mente?

-No lo sé... -reflexionó Alfa 11-. Simplemente a él, a una entidad individual e indivisible.

-Hay cosas que nosotros mismos no sabemos, como los grandes misterios del universo... -afirmó Omega 10-. Al fin y al cabo todo lo que conocemos es lo que le hemos enseñado a los humanos. O sea, conoce­mos exactamente lo mismo que ellos... Los conocimientos los vamos creando de la nada, y se los vamos dando, no son preexistentes... Por lo tanto, tenemos las mismas limitaciones que ellos... Así que creo que cuan­do nosotros conozcamos dichas verdades, ellos también lo harán, o vice­versa.

-¿Me estás queriendo decir que nosotros somos un mero puente entre cada humano consigo mismo? ¿Que ellos en realidad crean sus propias ideas, nosotros las procesamos y las ordenamos, y luego se las reenviamos en forma clara y concisa? ¿Seríamos nosotros sus mentes? No me parece que sea esa la situación, porque en ese caso seríamos parte de ellos mismos, y no lo somos, somos entidades independientes a ellos.

-No, no me refería a eso, sino a que las ideas tal vez realmente preexistan desde siempre y estén almacenadas en algún lugar, y se nos van dando para traspasárselas a los humanos, o se van creando desde algún infinito espacio para que podamos ser puentes hacia ellos.

-¿Te refieres a que hay alguien más, por encima de nosotros, que nos está alimentando de ideas para que se las traspasemos a la humanidad?­ se preguntó Alfa 11 asustado- En ese caso todo esto no tendría sentido, porque no seríamos necesarios... La mente universal podría hacer contac­to con la humanidad por sí misma...

-Salvo que nosotros seamos simples emanaciones de la mente uni­versal...

-¿,Crees que tú y yo somos, en efecto, el Todo, y simplemente esta­mos tan inmersos en nosotros mismos que no lo notamos?

-¡Eso es lo que creo!... ¡Pero espera! ¡Tengo una ventana de tiempo libre! ¡Allí va! -exclamó Omegal0 en una emanación asombrosa de energía mental-. ¡"El origen de las ideas"! ¡Así llamará ese joven escritor al nuevo relato que le he transmitido!

07/12/2004

DE: Diferentes Caminos a la Verdad

(Asunción: Arandurã Editorial, 2007)

 

FUENTE - ENLACE A DOCUMENTO INTERNO

(HACER CLIC SOBRE LA TAPA)

 

 

LITERATURA INFANTO-JUVENIL PARAGUAYA DE AYER Y HOY . TOMO I (A – H)

TERESA MÉNDEZ-FAITH

INTERCONTINENTAL EDITORA S.A.

Teléfs.: 496 991 - 449 738;

Pág. web: www.libreriaintercontinental.com.py

E-mail: agatti@libreriaintercontinental.com.py

Asunción - Paraguay. 2011 (424, Tomo I)

 

 

 

LECTURA RECOMENDADA:

 

ENTREVISTA CON EL KURUPÍ

A MODO DE INTRODUCCIÓN:

El Kurupí es un ser de la mitología Guaraní representante de la fertilidad y virilidad, normalmente descrito como un hombre bajo, con rasgos indígenas, moreno, delgado, y que tiene su órgano reproductor de un tamaño sobredimensionado, enrollándoselo alrededor del cuerpo en siete vueltas para poder caminar y realizar sus actividades con soltura. En épocas precolombinas, e inclusive actualmente en el campo paraguayo, todavía se responsabiliza al Kurupí de los embarazos de las jóvenes solteras. El Kurupí es hijo maldito del espíritu del mal Guaraní (Tau) y de Kerana, hija de un cacique. Tiene otros 6 hermanos, de los cuales sólo uno tiene apariencia semejante a la humana: el Jasy Jatere, y los demás son simples bestias monstruosas y terriblemente peligrosas: Luisón, Moñai, Mboi Tui, Ao-Ao y Teju Jagua.

La mano del entrevistador temblaba de forma inusual. Presionó el botón de grabación de su antigua y fiel compañera grabadora, y esperó unos segundos antes de hablar. A pesar de haber reporteado a grandes figuras del espectáculo, la política y el deporte, la personalidad actual lo ponía tan nervioso como si ésta fuese su primera vez. Y es que tenía ante sí a una de las primicias más grandes del mundo, una que por fin demostraría su calidad de periodista, de investigador.

- Siendo las diez horas de un doce de enero del año 2002, en la ciudad de Asunción, se inicia una entrevista que quedará registrada en esta cinta, realizada por Gervasio Fuentes... Bueno, comencemos... Dígame señor su nombre, edad, dirección, lugar de trabajo...

Un hombre de treinta años se encontraba del otro lado del escritorio, los cabellos medianamente largos y pajizos, ojos grandes y negros, una sonrisa torcida, petiso, no alcanzaba el metro sesenta, y con una pancita que denotaba años y años de cerveza sin control. De todos modos, irradiaba un carisma irresistible, atrapante, hipnótico.

-Me llamo Kurupí, vivo desde que existe nuestra cultura, por ahora resido en el edificio Curupayty, octavo piso, y de profesión... Podríamos decir que soy jornalero.

- ¿Jornalero? - inquirió el periodista.

- Sí, aseveró el otro. Por decirlo de alguna manera. Hago lo que sea necesario para subsistir... Antes, en épocas precolombinas, simplemente me tiraba bajo un árbol y comía de su fruta, durmiendo con las estrellas como techo. Pero ahora, desde que me vine a la ciudad, tengo un confort, un estilo de vida que mantener, y eso se paga con metálico, no hay otra forma. Por lo tanto tengo que trabajar.

- ¿Y qué tipo de trabajos realiza?

- De todo... Por lo general, debido a mis dotes privilegiadas, trabajo de Gigoló, y me va muy bien, pero ahora, con la crisis, ni las señoras bien casi pueden pagar mis servicios. Es por eso que estudié en la universidad, y me recibí de Administrador de Empresas, Abogado, Analista de Sistemas y Bioquímico.

- ¿Todo eso?

- He tenido mucho tiempo para estudiar, y además ese es un buen lugar para conocer jovencitas... Ahora estoy viendo la posibilidad de hacer un masterado en la Universidad Nacional, lo que me abriría puertas en el extranjero, quien sabe...

- Acaba de mencionar existir desde siempre, y haber tenido mucho tiempo para estudiar... - fue guiando la conversación el interlocutor - ¿Es usted humano?

- Sí, y no. Sí porque si me ves, te darás cuenta de que no me falta nada para ser humano, ni en mi aspecto ni en mi forma de vivir. Mi madre, al fin y al cabo, era humana. Y no, porque tengo una chispa divina que me hace especial, e inmortal.

- ¿Por qué viniste a la ciudad? ¿Tus límites no estaban delimitados a la campaña? - preguntó el reportero en un tono más coloquial.

- Antes, en épocas de los indios Guaraníes, nómadas por naturaleza, yo paseaba por el mundo buscando tribus con quienes entretenerme. Pero al crearse las ciudades, se hizo todo más fácil, puesto que mucha gente se amontona aquí y no hay que caminar kilómetros y kilómetros en busca de algún ser humano. Además, me aburrí de las chicas del campo, tan inocentes, que uno tiene que enseñarles todo, y encima al terminar se quedan enamoradas de vos... Las muchachas de la ciudad ya están en otra onda, todo es sin compromiso ni culpas...

- Así que ahora centra sus actividades en la ciudad capital, y no va más por el campo.

- No compañero, no sea así de extremista. Hago viajes periódicos al interior, para cumplir con mis obligaciones en todos los rincones del país. Pero como cada vez más gente se acumula aquí, no tengo tanto trabajo afuera.

- Saliendo un poco del tema... Y sin ánimo de ofender, yo siempre imaginé que un ser mitológico como usted, sería bruto, ignorante, que probablemente hablaría sólo guaraní, de hecho, yo había venido preparado para hacer la entrevista en guaraní, pero como usted me recibió en un castellano tan correcto...

- Ah. - lo interrumpió el interpelado - Sí. Como te dije, los tiempos cambian, y hay que adecuarse a ellos. He estudiado mucho, hice la primaria y la secundaria en colegios para adultos, y aprendí rápido el español, inglés, italiano, francés, y hasta latín. Si te hablara mi guaraní, el puro, el de los indígenas precolombinos, no entenderías nada, puesto que tiene poco en común con el jopará al que estás acostumbrado.

- ¿Y de qué le sirve tanta cultura, tantos idiomas? - le preguntó el periodista.

- Variedad, chera'a, variedad. Como te mencioné, aquí en la ciudad hay de todo. Desde empleaditas del campo hasta jóvenes de intercambio suecas que vienen por AFS... Y yo le cumplo a cada una. Así el diálogo es más fácil. Y ni qué decir cuando me tomo vacaciones, y echo unos polvitos en tierras lejanas.

- ¿Vacaciones?

- ¿Y qué, no tengo derecho a tener vacaciones? - se molestó el hombre - Lo vengo haciendo desde 1880 más o menos. Un viajecito cada tres o cuatro años.

- Y dígame señor... - Gervasio esperó unos momentos para lanzar su pregunta, pensando la mejor frase posible - ¿Es cierto todo lo que se dice de usted, el mito del Kurupí?

- Muchas cosas sí, otras no tanto. Soy un ser viril, insaciable, sin duda. Pero la mayoría de los hombres paraguayos son así, por lo que tanto no me distingo de ellos, y las mujeres lo mismo, de otro modo no necesitarían de mis servicios...

- ¿Y el tema del tamaño, eso de que la lleva enrollada en la cintura?

- ¡Ah! Esos sí que son inventos. - rió el interpelado con ganas, mostrando el hueco de un molar en la mandíbula - Es cierto que estoy bien dotado, supongo que el clima ayudó en eso, pero no es para tanto. Con esta ropa de ahora es bien difícil disimularlo, ya que todos los pantalones y jeans son bastante ajustados, y los shorts muy cortos. He tenido que inventar métodos como el de la faja, que me ata el miembro a una pierna... Si hay algo que extraño es andar con todo colgando nomás... Ahora sólo puedo hacerlo en el campo, y ni siquiera, porque las ciudades del interior también se han civilizado mucho.

-Ahora le haré una pregunta que todo hombre que lea el artículo querrá saber: ¿Cuál es su secreto con las mujeres? ¿Cómo hace para conseguir lo que quiere?

- Ufff... Ese sí que es todo un tema. En un principio, yo les silbaba por las siestas en las ventanas a las chicas, y cuando ellas se asomaban y veían la mercadería libre al sol, era suficiente.

- ¿Les silbaba por la siesta? - inquirió sorprendido el reportero - Yo siempre creí que el que hacía eso era el Jasy Jatere.

- Ese es un invento de las madres que no querían que sus hijos molesten a la hora de la siesta. El Jasy Jateré no existe. En realidad el Pombero es mi séptimo hermano, lo que hubo es una confusión histórica nomás.

- ¿Y sus demás hermanos?

- Los otros sí existen. Acá tengo justamente al Pombero quedándose unos días conmigo, mientras consigue una casa hacia Lambaré donde mudarse. Estaba viviendo cerca de la terminal de ómnibus, pero la cosa está muy peligrosa por ahí, y después del último asalto, donde lo hirieron con cuchillo, decidió mudarse a otra parte. Pero el pobre es muy bruto, no le da para estudiar, por lo que trabaja de albañil, sereno y ese tipo de cosas, y gana muy poco. Estuvo un tiempo en Argentina, pero con la crisis y todo eso decidió volverse.

- Me gustaría conocer a su hermano, si se puede. - pidió Gervasio. - Ahora no, tal vez un poco más tarde. Si lo despertamos en este momento estará de mal humor, y esa no es una buena idea.

- ¿Y los otros?

- Los veo de vez en cuando, pero debido a que ellos no pueden pasearse por la ciudad de la manera que yo lo hago, sólo podemos reunirnos en el campo, en la casa de alguno. Normalmente aprovechamos la semana santa y la época de año nuevo para hacerlo. Hay historias que cuentan que ellos murieron, pero son falsas, están vivos y sueltos por el mundo, sólo que se han alejado o prefieren estar escondidos y lejos de la civilización.

- Entiendo... Pero prosigamos con la entrevista entonces. Me estabas contando las técnicas que utilizás para conseguir lo que muchos hombres quieren y no pueden.

- Bueno, como te decía, antes era simple. Iba, tomaba desprevenida a la chica, pum, y listo. En la época de la colonia todavía preferí el campo, pero luego, al ir creciendo las ciudades, y aglomerándose gente un tanto irás preparada, tuve que ir cambiando de estrategias. Leí Cyrano de Bergerac, Romeo y Julieta, poemas de diversos autores, y tuve que empezar con el tema de las cartas románticas y encuentros furtivos bajo la luz de la luna. Esa época no me gustó tanto. Los prostíbulos nunca fueron solución, puesto que por mi honor he jurado nunca pagar por el placer, tal vez cobrar en todo caso... Bueno, a inicios del siglo veinte viaje a Brasil, y me radiqué en el norte, donde había un liberalismo mayor en el sentido que nos importa, y volví acá recién en la época de Stroessner. Por suerte ya abrieron algunos pubs y discotecas, y el levante se facilitó bastante, ya que las fiestas patronales, mi lugar preferido, se empezaron a llenar de chiquilines y se convirtieron en una kermés prácticamente. Pero ahora descubrí un método mucho más sencillo: Internet.

- ¿Internet? - repitió el periodista.

- Sí, con Internet todo se hizo más fácil. Hay foros o chats sólo de sexo, donde uno pone un tópico del tipo "Tengo 60 centímetros para compartir", con su dirección de e-mail, y te llueven propuestas. Es cierto el dicho que dice "todo el que chatea es feo hasta que demuestre lo contrario", pero me he encontrado con feas habilidosas y con bombonazos muy tímidos que, gracias al anonimato, se despertaban a noches enteras de pasión descontrolada. Prácticamente mis últimos levantes fueron todos por Internet. Puse ahora una conexión wireless, para no pagar tanto teléfono, porque me venía una cuenta monstruosa, y aprovecho para bajar MP3 o warez mientras preparo la actividad de cada noche. También tengo mi propio sitio web www. KurupiOnLine. com.Py .

- ¿Sí?, ¿Y qué ponés ahí?

- Chistes, fotos eróticas, algunos mitos y leyendas paraguayos, y tengo una zona secreta con fotos y videos obtenidos durante mis actividades. Además le agregué un foro de discusión sobre temas "hot" y estoy viendo la posibilidad de poner un chat también. Tengo muchas visitas al día, y banners con propagandas de los principales moteles de Asunción, e inclusive algunos del extranjero.

- Voy a echarle un vistazo entonces, ya que nunca había escuchado de él. Pero decime, con estos cambios ¿Pasaste de tener tus actividades por las siestas a tenerlas por la noche?

- Lo que pasa es que normalmente la gente trabaja todo el día y no tiene mucho tiempo hasta la tarde, salvo algunas colegialas... - el hombrecito sonrió - Y algunas mujeres empresarias que se escapan al mediodía, y en vez de almorzar están conmigo, corneando al marido. Pero las chiquilinas son un caso serio, algunas me manejan mejor que las grandes señoras de antes, con años de experiencia... Estas chiquillas que ni terminan el colegio me enseñan cosas y me piden posiciones del Kamasutra que ni siquiera conozco. El año pasado una salió con que quería probar la "posición del cangrejo", y, avergonzado tuve que decirle que no sabía como era...

- ¿Y siendo esa tu especialidad no leíste el Kamasutra?

- En ese momento no, pero ahora sí, porque no quiero pasar semejante papelón de nuevo. Lo que pasa es que todavía estoy un poco en el viejazo, donde las cosas se hacían pero no se hablaba de ellas. Uno iba, se subía encima y listo. En cambio ahora está de moda eso de hablar del sexo y discutir lo que uno quiere, le gusta o le disgusta, y no es mi costumbre hacerlo. Pero estoy aprendiendo.

- ¿Cuántas veces al día realizás tu "trabajo"? - preguntó Gervasio con picardía, continuando el tema caliente.

- Si es por capacidad, todas las necesarias. Pero en la realidad de tres a cinco. El tema es que con el calor que hace últimamente, no da ganas salir del aire acondicionado para saciar a una tipa durante el día. Si en cambio organizo mi agenda y hago un combo tipo tour, donde recorro varias casas y moteles de una vez, entonces sí salgo.

- ¿Y no te aburre, o te cansa, tanta actividad sexual?

- Yo fui creado con una misión, y por lo tanto estoy preparado física y psicológicamente para llevarla a cabo. Soy feliz cuando lo hago. Debido a eso no me aburre ni me cansa... Bueno, de todos modos, me tomo el primer lunes de cada mes de asueto, por lo general voy a un spa en busca de atención y masajes, y en ese día no tengo actividad erótica.

- ¿Tenés una idea de cuántos hijos has procreado?

- Uyyy... Esa pregunta es espinosa. Lo que te puedo asegurar y jurar es que son muchos menos de los que se me atribuyen. Eso de que "vino el Kurupí y me embarazó" es mentira normalmente. Las adolescentes aceleradas salían con esa estupidez siempre que hacían sus cosas con el novio sin pensar en las consecuencias. Yo, por mi parte, siendo lo que soy, tengo la habilidad de saber por el olor de la mujer si está en un momento de peligro o no, y procedo únicamente si estoy completamente seguro que no va a haber resultados del hecho a los nueve meses. Es cierto que a veces me equivoco, pero eso es muy poco común.

- ¿Y no te preocupa el tema del SIDA? - inquirió el cronista.

- Un poco, pero que puedo hacer. No hay preservativos para mi talla, por lo que debo practicar un sexo "seguro" basado únicamente en mi instinto. Como en el caso anterior, también puedo darme cuenta de si una persona está sana o aquejada de algún mal de esos, sobre todo del kypé. Con ese me curé de espantos una vez, y no quiero ni pensar en ello... De todos modos al no ser realmente humano, la mayoría de las afecciones no me hacen efecto o se curan enseguida-

-Esta pregunta es de índole personal. Si querés contestarla hacelo, y si no, dejala pasar. - dijo el periodista - ¿Sos heterosexual a rajatabla o no?

El ser pensó por un momento en la respuesta. - Sí. - afirmó - Soy heterosexual. No puedo negar que a lo largo de mi vida, que ha sido por demás prolongada, me crucé con jóvenes muy lindos, de tendencias que te imaginarás, con los que ocurrieron algunas cosas. Y ahora están cada vez más churros y se arreglan mejor, como si se hubiera puesto de moda estar en la otra vereda. Pero no es lo normal, ha ocurrido muy de vez en cuando, y nunca hice de pasivo, vale la pena aclarar... - el Kurupí sonrió socarronamente - Varias veces estuve viendo como son las cosas en el bar ese, acá a dos cuadras... El de acá cerca... Bueno, no me acuerdo el nombre, pero he visto a los muchachos en busca de otros muchachos, más por curiosidad que por otra cosa. Ah, y cuando recién aparecieron los travestis en la ciudad, en la década del ochenta, caí como un idiota con algunos de ellos, que me engañaron desagradablemente. De repente pasaba por la esquina, y veía a una prostituta alta, linda, agradable, de buen cuerpo, y que me decía "con vos gratis la primera vez", y yo no ponderaba, puesto que era un milagro increíble... Encima me calentaban todo mal, ya que saben hacer bien el trabajo previo. Y al final, cuando me daba cuenta de la realidad, ya era tarde, porque no me iba a quedar con las ganas... Pero como te dije, no es lo normal, y no me considero bisexual de ninguna manera.

- Me has dejado sorprendido. - afirmó Gervasio - A ver... Dijo leyendo su libreta con anotaciones, casi completamente tachada. ¡Ah! ¿Alguna artista famosa, personaje de la farándula o histórico que haya caído en tus manos, o mejor dicho, en tu entrepierna?

- ¡Muchísimos! - exclamó el petiso - Pero prefiero mantener sus nombres en el anonimato, por respeto a quienes ya no están, y para evitar problemas con las que todavía viven. Sí te puedo asegurar que la mayoría de las "modelos" las he probado, inclusive las más caras, y en el fondo no son la gran cosa. También damas de muchos políticos y empresarios conocidos, y cantantes o artistas de cine del extranjero, puesto que he realizado viajes exclusivamente para conocer a algunas. También a la famosa Madama, pero dejémoslo ahí.

- Bueno, y ya que no podés dar nombres de quienes han caído... ¿Te animás a dar el nombre de alguna que se te haya negado?

El Kurupí se puso tenso, trayendo recuerdos remotos, frunciendo las cejas. - Hubo algunas pocas... - dijo - Sobre todo santas,  vírgenes y castas. Alguna que otra monja, pero pocas... Hace un tiempo conocí a un par de lesbianas, de esas que no quieren siquiera probar a un hombre, y me rechazaron sin miramientos... Pero ya me he recuperado. Prefiero no hablar del tema. Ah, y si te preocupan tu madre y tu hermana... Pues no han caído en mis redes aún.

- ¿Y te has enamorado alguna vez de una mujer? - cambió de tema Gervasio nerviosamente.

- He llegado a tener parejas estables algún tiempo, tipo novias. Pero como no soy humano, no tenemos futuro. Por lo tanto todo se reduce a varios encuentros a lo largo de un año o dos, a pasear o viajar juntos, ir al cine y todo eso, en muchos casos sin actividad sexual en todo ese tiempo, puesto que es lo que me sobra... Pero al final tengo que dejarlas nomás, antes que descubran lo que soy en realidad o que se encariñen demasiado conmigo.

- ¿Y nunca has pensado ir al psicólogo para tratar tu obsesión? - ¿Psicólogo?, ¿Obsesión? Yo no tengo ningún desorden mental. Yo no soy humano, soy un ser creado para el sexo, nada más. Ya te lo dije, existo porque se me necesita. Cuando ya nadie precise mis servicios, dejaré de existir, puesto que ya no tendré razón de ser.

- Bueno... Para ir cerrando entonces la entrevista. Físicamente no sos un privilegiado, si bien intelectualmente veo que estás muy bien preparado, pero, como tú mismo dijiste te has ido cultivando en los últimos años, por lo que en la época de la colonia, o antes, supongo que estarías al mismo nivel del Pombero...

- Así es.

- ¿Entonces, podés explicarme porqué sos tan irresistible para el sexo opuesto? Es como la música esa "Que tendrá el petiso"... - Ah, eso se llama carisma, tacto, saber hacer las cosas. Saber qué decir y qué mostrar en el momento adecuado, cuándo ser furtivo y audaz y cuándo conservador. Son virtudes que me acompañan desde el nacimiento... Y, lo más importante, ellas no me ven así... Puedo trasfigurarme, parecer alto, rudo, o delicado, mestizo o nórdico... Recuerda que en realidad soy un ser mítico, y mi forma no es real. Ellas ven en mí su hombre ideal, yo reflejo sus expectativas más profundas y escondidas, y así me recordarán siempre. Lo que yo sea verdaderamente, en el fondo, no importa. Tú mismo estás reflejando en mí tus deseos, recuerdos y preconceptos, y por eso me ves tal cual estoy frente a ti. Pero tampoco soy esa visión que tus ojos perciben ni tengo la voz que oyes.

- Entiendo. - susurró Gervasio, concentrándose e intentando verlo diferente, utilizando su imaginación, pero sin lograrlo. Probablemente sus preconceptos estaban demasiado enraizados como para cambiarlos de forma racional. - Entonces no hay una receta para que nosotros, los feos, seamos más deseables.

- Siempre la hay.. Podés comprarte una moto grande, sobre todo si sos gordito y pelado, o un descapotable, tener mucha plata, ser fashion, o usar internet. Muchas parejas serias o sólo de una noche sin compromisos se han formado allí, y por lo que veo funciona bien.

- Ya veo, voy a probar eso entonces, porque lo otro no creo que pueda... - Gervasio sonrió - Y bueno, una última pregunta, ya fuera del artículo que escribiré y de esta entrevista. - dijo el hombre, apagando la grabadora - ¿Por qué me estás contando todo esto? ¿Por qué me llamaste para que te haga una entrevista?

- Porque estaba cansado de que se mienta sobre mí, de que se tergiversen los hechos, de que se crea que soy un mito extinto, porque mi nombre se pronuncia cada vez menos. En el campo, algunas chicas no me reconocen cuando aparezco... Nos invaden todo el tiempo con mitos extranjeros, como el Yeti, el monstruo del lago Ness, Pie Grande, el Nahuelito, el Chupacabras, los Ovnis, el Área 51, los dinosaurios de Jurassic Park, y todo eso. Pero se olvidan de nosotros, los verdaderos, los que existimos dentro de nuestras fronteras. Y quiero una reivindicación ahora.

- Pero no querés que te saque fotos.

- No. Difícilmente una película capte mi esencia verdadera, la cual es invisible, y la verdad es que no espero que publiques esto en un periódico serio, sobre todo porque harás el ridículo, y cuando me busques ya no estaré más aquí, y no tendrás prueba alguna más que tu grabación. Lo que quiero es que guardes esta conversación un tiempo, la mastiques, y la publiques en algún lugar donde puedan tal vez creerte, y quienes no lo crean, lo lean como un cuento, y les afecte por lo menos inconscientemente, cambiándole sus conceptos sobre mí. Te recomiendo alguna revista de ciencia ficción, o un libro de cuentos de tu propia autoría.

- Está bien, pensaré en eso. Desde ya agradezco la invitación que me has hecho, y lo sincero que has sido conmigo.

- Por favor, fue todo un placer. - le respondió el hombre de cabello hirsuto, pasándole la mano y acompañándolo al ascensor. Al salir de la habitación y cerrarse la puerta detrás suyo, el hombre dudó por un momento de los instantes recién vividos, pensando si no fue todo una alucinación o un sueño. De todos modos no tuvo el coraje necesario para volver a abrir la puerta, pensando que tal vez encontraría una habitación vacía.

Gervasio volvió a su trabajo, a su vida normal, y una voz interiorizada esa verdad, sabiendo que pasaría por loco si la publicaba, transcribió la entrevista y me la dio, para publicarla junto con mis cuentos, que sabía pronto divulgaría. Yo simplemente le agregué algunos matices y la hice más entretenida y agradable al lector convencional o de ficción. Y ahora esta historia ha llegado hasta ti, querido compañero. Tal vez sea verdad, tal vez fantasía, pero sólo se puede afirmar que la fe va mas allá del razonamiento, y que la verdad... Está allá afuera... (Y en este caso, actuando en nuestro entorno).

14/01/2002

 

 

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VERDADES FUTURAS Y MENTIRAS ANTIGUAS

(ESCRITAS EN UN PRESENTE INCIERTO)

Por JEU AZARRU

Arandurã Editorial,

www.arandura.pyglobal.com

Tel.: 595 21 214.295

Asunción-Paraguay

2003 (200 páginas)

 

 

 

 

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