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Roberto Goiriz

  SOBREVIVIENTE - VÍCTIMA DEL OPERATIVO CÓNDOR, SOTERO FRANCO - Tapa: ROBERTO GOIRIZ


SOBREVIVIENTE - VÍCTIMA DEL OPERATIVO CÓNDOR, SOTERO FRANCO - Tapa: ROBERTO GOIRIZ

SOBREVIVIENTE

(MEMORIAS DE UN LUCHADOR POR LA LIBERTAD,

VÍCTIMA DEL OPERATIVO CÓNDOR)

Obra de SOTERO FRANCO

 

Arandurã Editorial,

Diseño de tapa: ROBERTO GOIRIZ

Asunción-Paraguay, 2005 (268 pp.)

 

 

El presente volumen relata la vida del destacado luchador por la libertad de su pueblo, Sotero Franco, quien junto con su familia sería víctima del Operativo Cóndor, el nefasto pacto entre los regímenes militares de la década del 70, al cual pudo sobrevivir.

La historia de su lucha de militancia al interior del Partido Comunista Paraguayo, al cual adhirió desde muy joven en su pueblo natal, su labor de apoyo a la resistencia en las ciudades, los numerosos viajes clandestinos entre Asunción y Buenos Aires trayendo y llevando mensajes, instrucciones, enlaces entre la dirigencia exterior y la del interior del país constituyen una narración de primera mano sobre las acciones heroicas que llevaron a cabo militantes como Sotero Franco.

Constituye este libro el primer relato de la vida de un militante comunista, de su entrega y su idealismo, que le permitieron afrontar serios riesgos para su vida a fin de poder concretar las misiones que le fueron encomendadas. Por otro lado, ofrece datos inéditos sobre la gran crisis que sufrió el Partido Comunista en los años 60 debido a la división de su dirigencia, por un lado, Oscar Creydt y sus seguidores y, por otro, Miguel Ángel Soler, Obdulio Barthe y otros dirigentes y el grave daño que causó a la organización.

El libro es una contribución destacada a la historia política contemporánea de nuestro país, constituyendo un testimonio de necesaria consulta para los investigadores y estudiosos.

 

 

HISTORIA DE UNA VIDA, HISTORIA DE UNA LUCHA

(EMILIO CAMACHO)

 

En estos tiempos de escéptica transición tal vez es bueno recordar que en los duros añosde la lucha contra la dictadura se refugian los mejores valores de la sociedad paraguaya: el coraje en el combate de las libertades públicas, la solidaridad, el sueño en una patria justa, el amor hacia la gente y el deseo de una distribución más equitativa de la riqueza, etc.

Los paraguayos tenemos una larga y digna lucha por la democracia, y esto hay que decirlo con fuerza, hoy más que nunca, cuando voceros del conservadurismo quieren reducir el mérito de la conquista democrática al golpe militar del 2 y 3 de febrero, restando importancia al sacrificio de miles de paraguayos que dieron lo mejor de sí, hasta su vida misma, en la conquista de la libertad. Si no, basta recordar el itinerario de sangre que se inicia con la muerte en tortura de Félix H. Agüero, Agüerito, Humberto Garcete, hasta llegar a los mártires de las Ligas Agrarias, pasando por los miembros del FULNA y el 14 de Mayo, siguiendo con Miguel Ángel Rotela, las enfermeras del PC, el Dr. Goiburú, Mario Schaerer Prono y otros. Muertos de todas las ideas y partidos y movimientos, muertos de la patria, todos marcados con el látigo maldito de la dictadura oprobiosa.

El libro que hoy presentamos nos confronta de lleno con esa realidad y agrega más aún, al ocuparse del debate interno del Partido Comunista, algo que hasta ahora no se abordó con la solvencia requerida. Cabe recordar el magnífico libro de Antonio Bonzi, la obra más enjundiosa que se ha publicado sobre la historia del PC, como un intento riguroso y serio de contar la historia no contada de nuestro pueblo, la de los proscriptos de siempre, los excluidos de siempre, como decía Neruda: los comunistas. Dejamos al lector la consideración crítica sobre este capítulo, pero nobleza obliga destacar que muy pocos se han atrevido a relatar y publicar el debate interno, las disidencias, las maniobras y los castigos que se daban en el histórico partido. La obra misma de Bonzi, minuciosa y detallista como pocas, pierde fuerza al llegar a la década del setenta, y uno no puede dejar de plantearse que la firme lealtad de este señor a su partido haya influido en esa actitud.

Al mirar las décadas de vigencia del Estado autoritario y los testimonios estremecedores de quienes le resistieron siempre, surge la pregunta que en su momento planteara Edward Hallet Carr, para comprender el presente de un pueblo, resulta imprescindible conocer su pasado, pero también plantearse la pregunta: ¿Qué hubiera pasado si...? ¿Qué hubiera pasado si la guerra civil del 47 hubiera tenido un resultado diferente, o si no se hubiera desatado? La consecuencia directa de esa trágica guerra fue la instauración progresiva de un régimen autoritario, que cerró todos los caminos para el desarrollo de un pensamiento progresista, para el debate en libertad. Decía Justo Pastor Benítez en 1949 que la intolerancia política había generado más exiliados que víctimas la guerra del Chaco. Los partidos de izquierda, al ver cerrados los caminos de libre expresión y pasar a la clandestinidad, facilitaron la hegemonía de las corrientes más intransigentes, reduciendo así el espacio para el debate.

El libro - testimonio de Sotero refleja esa realidad y denuncia con datos, fechas y nombres cómo la lógica interna de una organización es cooptada por la ortodoxia más férrea, recurriendo incluso a maniobras típicas de la política que tanto denunciaban. La reacción del histórico dirigente Obdulio Barthe en defensa de la legalidad y denunciando las maniobras del grupo encabezado por Miguel Ángel Soler constituye un dato importantísimo para un mejor conocimiento de la historia del PC, que seguramente merecerá duras respuestas, pero la valentía del autor habrá cumplido con la sociedad. Pero esto apenas es una faceta de la magnífica obra que, mezclando con inteligencia la realidad con la ficción, entrega a las generaciones presentes un relato ágil y estremecedor de las luchas llevadas adelante por el pueblo paraguayo, incluso latinoamericano, sobre quien se desplegó siniestra la conjura de los aparatos represivos multinacionales.

Sotero comienza su libro describiendo el acto cobarde: una dictadura prepotente, el secuestro de una familia entera, niñas incluidas, para desde ahí sumergirnos en un relato apasionado y crudo, hasta llegar al reencuentro feliz de la familia e iniciar el exilio que solo concluirá con el triunfo de las libertades públicas y el retorno de la democracia en el continente. La historia de Sotero es así la historia de su pueblo.

En su largo peregrinar conoció varios países latinoamericanos, viajó clandestinamente a la Unión Soviética, al retornar militó activamente en los cuadros de su partido, hasta que las diferencias con el grupo que se había hecho con el poder hicieron que se alejara del activismo para trabajar con su familia, criando a sus niñas. Pero, destino marcado de un gran luchador, los asesinos no le permitieron descansar y le arrancaron de la tranquilidad de su hogar. Le sometieron a torturas, le separaron de sus hijas y buscaron destruirlo por completo. Resistió, se levantó orgulloso ante la prepotencia, recuperó su familia, trabajó, volvió a su país y hoy, gracias a su valentía y tenacidad, tenemos un libro de gran importancia, que aporta datos nuevos a la historia política paraguaya, especialmente a la historia de la izquierda y, por sobre todas las cosas, es el relato vivo de la dignidad de un ciudadano que supo ser fiel a sus ideas, no se entregó y así, honró a su partido, a su pueblo, a su patria. Gracias, Sotero.

 

 

SOBREVIVIENTE

El título responde a los acontecimientos de más de dos décadas, desarrollados en el Cono Sur de Latinoamérica; Argentina, Brasil, Chile, Uruguay y Paraguay. Las dictaduras militares sometían a sus respectivos países a una represión sangrienta y despiadada, principalmente Pinochet, en Chile, y la Junta Militar iniciada a principios de 1976, encabezada por el general Videla, en Argentina.

Estas dictaduras pusieron en práctica el famoso "Operativo Cóndor", que consistía en el intercambio mutuo de refugiados y opositores al régimen reinante en esos países.

La dictadura militar de Argentina fue un verdadero holocausto. La represión y la brutalidad de las Fuerzas Conjuntas (militares, policiales, gendarmes, marina y grupos paramilitares) sembraron el terror no solo dentro de sus países, sino más allá de sus fronteras. Centenares de miles de familias vivían en zozobra cuando comenzaba la noche, porque los cobardes y asesinos se amparaban en las sombras de la oscuridad para poner en práctica sus acciones criminales. Ese también era el momento que utilizaban las bandas represivas de la vergüenza Argentina para secuestrar, torturar, asesinar, y hacer desaparecer a decenas de miles de seres humanos, en su mayoría inocentes, sin distinción de raza, sexo o status social.

Mucho se ha escrito sobre lo que aconteció en aquellos tiempos en estos países. El más elocuente es el libro "Nunca Más", de la Comisión Sábato, que recoge en forma escalofriante los relatos de los detenidos y de los familiares de las víctimas.

En el Paraguay, la dictadura de Stroessner, de más de tres décadas, también sometió al país a una represión despiadada, que obligó a exiliarse a más de un millón de sus ciudadanos. La represión interna cobró miles de vidas paraguayas, no sin antes hacerles pasar brutales martirios en las torturas, enlutando así a miles de humildes hogares.

En el Departamento de Investigaciones, bajo la dirección del doctor Planás, primero, y del sangriento Pastor Coronel, después, se torturaba con métodos inimaginables para la mente humana. Allí, en ese edificio situado al lado de la Policía Central, centenares de personas entraron para no salir nunca más, a no ser en una caja de madera.

Este relato es un testimonio de vida, una mención especial para Emboscada, el Penal de Emboscada, convertido entonces en campo de concentración para presos políticos. Fue en realidad, como se suele decir, el mal menor. Pero también fue la vergüenza paraguaya. Allí fueron vejados y humillados miles de ciudadanos, principalmente campesinos pobres y desamparados.

SOBREVIVIENTE pretende ser nada más que un grano de arena, una pequeñísima parte de aquella época sangrienta. Uno de sus objetivos es el de mantener VIVA la denuncia, para que nuestra "América morena y alegre", como reza una canción paraguaya, NUNCA MAS se tiña de vergüenza, derramando la sangre generosa de inocentes indefensos por manos de aquellos que debían defenderlos.

Los protagonistas son personas verdaderas, algunos con nombres cambiados, otros con nombres verdaderos. Existen y en este momentos están entre nosotros. Estos nombres no deben ser olvidados, por la brutalidad con la que fueron tratados, y por su heroísmo. También por ser testigos de los acontecimientos, ya que este relato no es ninguna fantasía. Lo que está en él, sucedió, fue una realidad.

Es también para colaborar en la elaboración de nuestra historia reciente, para las nuevas generaciones. Con el permiso de las miles de familias mencionadas, quiero dedicar este libro principalmente a las afectadas: madres, esposas, novias y hermanas de las víctimas, que desafiando a las fieras enropadas, no descansaron día y noche en busca de sus seres queridos, aun a costa de que ellas también pasaran a formar parte, como "trofeo", de los cazadores humanos.

A mi señora, que siendo madre de dos criaturas pequeñas, no le temblaron los labios para plantarse más de una vez ante los torturadores, enfrentándoles con más coraje y entereza que su propio marido.

También a doña Rosa, la madre de LIDIA, quien sin que le importe la muerte, salvó fronteras de miles de kilómetros sin descanso, para que un día, muchos meses después, recibiera el premio a su perseverancia al pararse delante de los suyos. A estas mujeres, pues, la solidaridad eterna, y que en el futuro nunca más sientan el miedo de ser sobreviviente de una persecución política despiadada.

Por último, una mención especial a la Iglesia. Desgraciadamente, en la década del '60 gran parte de la Iglesia estaba identificada con la dictadura. Hay también aquí muchos testimonios. En una parte de su formación y crecimiento, el autor hace una severa crítica a la Iglesia, al tiempo que abandonaba su creencia religiosa. Era comprensible para aquella época. Felizmente, más adelante, gran parte de la Iglesia, principalmente latinoamericana, se identificó con los desamparados, y también fueron reprimidos y torturados, incluso asesinados, ya sean curas, monjas u otras. Aquí ya hubo mutua comprensión, y la lucha prosiguió conjuntamente respetándose las diferencias. Mi respeto y gratitud a todos los religiosos que nos acompañaron en aquella lucha, y a los que nos acompañan ahora.

Aquí hay también testimonio de la militancia activa en el P.C.P.; la que me tocó vivir es apenas una pequeña parte de su larga historia, hasta ahora muy poco se ha escrito sobre el P.C.P. Hago un llamado a los dirigentes que se animen a sacar a luz lo que pasó durante varias décadas, sobre las luchas contra las dictaduras y también sobre la lucha interna, revelar lo bueno y lo malo; así, las jóvenes generaciones del presente y del futuro tendrán en su mano la verdadera historia del P.C.P. Esto fortalecerá a este heroico Partido que fue perseguido a muerte, principalmente por la dictadura de Stroessner. SOTERO FRANCO

 

PRÓLOGO

Aquella tarde del martes 18 de enero de 1977 llovía casi ininterrumpidamente en Puerto Iguazú, provincia argentina de Misiones. La lluvia había empezado el día 3 de enero, y desde entonces no pasó un solo día sin que haya caído un aguacero, ya sea por la mañana, la tarde o la noche, alternándose con alguna violenta tormenta de trueno y viento.

En todo el pueblo se había formado un espeso campo de barro, tierra colorada alimentada por los quince días de lluvia y aguacero, por lo que los pobladores se encerraban en sus casas no bien llegada la noche, aunque el calor húmedo asfixiaba. Sotero había llegado a la puerta de su casa del trabajo, sorteando a duras penas el camino inundado de pegajoso y resbaladizo fango de barro. Las gruesas y negras nubes habían adentrado la noche. Lidia, la esposa de Sotero, estaba preparando la cena.

Sotero golpea la puerta, Lidia que abre.

-Hola... ¡qué barro!... ¡puff!

-¡No, no entres con las botas sucias, que me dio 'flor de laburo' limpiar el piso!

-Está bien. Pasame las zapatillas.

En eso sale del cuarto Myrian, la hija mayor de cuatro años, dando vueltas en un triciclo por el corredor.

-¡Hola papi! ¿Viste cómo doy vueltas?

-¡Oh! ¡Cómo sabés andar ya! Vení que te doy un besito... ¿y tu hermanita?

-Vicky ya está dormida -exclama Lidia, que llega con las zapatillas.

Vicky es la hija menor, de un año y tres meses.

- ¡Sshh! -exclama Lidia-. No hagan tanto ruido que acaba de dormirse.

-¿Tan temprano? -pregunta Sotero-. Si son recién las siete.

-Me pidió la leche, y cuando terminó de tomarla, quedó dormidita.

-Bien, voy a darme una ducha y después cenamos. Llaman a la puerta, Lidia que abre.

-Buenas noches, ¿está su marido?

-Sí. Acaba de llegar, pase.

-No, que tengo las botas llenas de barro. Venía a saber si va a comprar las maderas.

-¡Sotero! -llama Lidia.

-Ya voy, ya voy.

-Hola. Pase que está lloviznando.

-No, solo venía por un ratito para saber sobre las maderas.

-Sí, seguro. Eso ya está decidido. Vamos a la casa de mi cuñado y así te adelantamos la mitad del dinero, y a fin del mes el resto.

Sotero y el vecino fueron a cerrar trato sobre la venta de la madera que le hacía falta para construir la casa de su suegra, quien había decidido venir de Buenos Aires para vivir cerca de ellos.

Al cabo de media hora Sotero volvió. Eran cerca de las ocho y la mesa para la cena estaba lista. Myrian ya estaba comiendo.

-¿Vas a bañarte? -preguntó Lidia.

-No, vamos a cenar, ya que la mesa está lista. Más tarde me daré una ducha.

No bien comenzaron a comer, llamaron nuevamente a la puerta. Esta vez fue Sotero quien abrió. Allí estaba uno de los personales de la empresa que hacía ocho meses había formado en sociedad con sus cuñados y un vecino amigo.

-Buenas noches, pase -le invitó Sotero.

-No, solo vengo un rato -respondió el visitante.

-Sí, ¿que deseaba?

-Tengo un problema, y vengo a pedirle un favor - empieza diciendo-. Resulta que mi esposa se internó en el hospital, y vengo a pedirle si me puede adelantar algo de dinero...

Había cesado de llover, las ranas croaban en diferentes tonos, formando en el silencio de la noche un coro expectante, como anunciador de algo. Sotero estaba por responder cuando súbitamente llegan a la puerta seis gendarmes, encabezados por el Jefe del Destacamento, el Alférez Almirón.

-¡Buenas noches, vamos a revisar su casa!

Sotero iba a responder, cuando cuatro de los gendarmes, con el jefe al frente, se internan dentro de la casa. Lidia se levanta preguntando:

-¿Qué pasa?

-¡Nada! Vamos a revisar la casa -dicen secamente los intrusos. Los gendarmes ya estaban adentro. Se metieron a la habitación donde Vicky dormía.

-¿Qué pasa, señor jefe? -ahora es Sotero el que pregunta.

-¡Hay problemas! -fue toda la respuesta. Con rapidez y sin compasión alguna, los gendarmes daban vuelta los muebles de la casa.

-¡Por favor, que la nena está durmiendo! -exclama preocupada Lidia.

-¡Sáquelo!

Veinte minutos después, el Jefe ordena a Sotero. -Usted y su señora nos acompañan a la Gendarmería. Sin los hijos.

-¡Pero... señor jefe!

-¡No hay peros! Vamos... ¡rápido!

-¡Yo no voy sin mis hijas! -responde con decisión Lidia.

-¡Bueno! Pero solo lleva ala más pequeña. La otra se queda.

Cinco minutos después, a empujones y a punta de metralletas, Sotero y Lidia fueron introducidos en un auto, y conducidos a la Gendarmería. A partir de ahí comenzaba un verdadero vía crucis para ellos y su familia. Se convertirían en una de las decenas de miles de casos de familias enteras que fueron torturadas, mutiladas o exterminadas por el "nuevo orden" de la Junta Militar Argentina, encabezada en aquel entonces por el General Videla.

 

 

ÍNDICE:

HISTORIA DE UNA VIDA, HISTORIA DE UNA LUCHA por EMILIO CAMACHO;

SOBREVIVIENTE por SOTERO FRANCO

PRÓLOGO

PRIMERA PARTE: Infancia, primeras impresiones; Nunca votaré; Estudiar y trabajar; El mito del Fin del Mundo; El Partido Comunista; No más religión; Mensajero del socialismo-propaganda; Cuartel; Secretario Regional del Partido; Finalización del Servicio Militar; La huida; El asilo; Otros asilados; La represión a nivel nacional; La fuga de la Embajada Argentina; Noticias del complot; El exilio: Uruguay; Encuentro con Méndez Fleitas; Viaje a URSS; Buenos Aires; El viaje; Roma; Estadía en la Unión Soviética; Camino de regreso a Paraguay, Lidia y el tercer Congreso, Sotero delegado de Asunción; La suspensión del Congreso, una nueva división; Empezaba la loca carrera; Puerto Iguazú; La frontera;

 

SEGUNDA PARTE: Secuestro y entrega ilegal; Entrega ilegal; Camino a Investigaciones; Emboscada; Vida en Emboscada; Declaración en Investigaciones; La huelga de hambre; La libertad; y Crecía la esperanza.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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