LUNA DE MENTA (POEMARIO)
“Una percepción lírica y a la vez reflexiva del mundo”
De CÉSAR GONZÁLEZ PÁEZ
Asunción-Paraguay 2005
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Por JACOBO RAUSKIN
(Escritor, poeta: Premio Nacional de Literatura 2007)
Recuerdo el primer manuscrito de este libro. Lo leí con gusto hace unos diez años. Ahora regreso al mundo de la ya impresa Luna de menta y encuentro que es el mismo mundo de aquel manuscrito, aunque con algunos cambios de dicción. Con algunas modificaciones que el autor habrá juzgado necesarias, con inclusiones y exclusiones que, de todos modos, me recuerdan que el nombre que el poeta dio a su libro era y es la clave de su contenido.
La luna, a la que él encuentra un sabor, y entonces no es la pura imagen de quienes la miran y miran sin encontrarle un sabor, como el de la menta, digamos, está presente en estas páginas y alienta a encontrar, a acompañar al poeta en la tarea de encontrar sabores a lo que por naturaleza de percepción es sólo visual. Así tenemos, por ejemplo: "dulce de niebla" y "harina de la Vía Láctea". Una actitud parecida lleva al autor a atribuir a la naturaleza, representada por las flores, en una página que ahora menciono –Expoflor–: "Hubo un día en que las flores protestaron/ por la indiferencia comprobada/ y brotaron quebrando el pavimento,/ cortando el tránsito, desviando el curso del agua en alcantarillas y canales."
En el poema "Sólo permanecer", el poeta dice: "yo dejo la palabra que me nombra!". Y el verso cifra todo el libro. La suya es una poesía de la continuidad del alma en las obras del hombre, es la poesía de un hombre a quien obsesiona, como a todos los hombres, perdurar.
Un sentimiento de incomprensión, pero de amor a lo incomprendido, una percepción lírica y a la vez reflexiva del mundo, no sólo recorren el libro, sino que lo fundamentan. Eso solo bastaría para recomendar la lectura de este pequeño volumen. Pero hay algo más, César González Páez no sigue la moda, es fiel a su palabra, a las certezas y a las dudas que ella presenta.
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PEAJE
Hay que pagar un precio
para entrar en la poesía:
Ramos de lloviznas.
Perfume de horas en silencio.
Rastros de un animal extinguido
hace mil años y un día.
Hojas de árboles pensativos.
Muestras gratis de locura.
Pensamientos en su tinta.
Monedas sin números.
Espejos empañados de futuro.
Una pócima de estrellas.
Y así…
entrar sin pedir permiso a nadie.
LA ESPERA
Y entonces vino el invierno
cargado de estrellas frías,
con su bostezo animal de aliento helado,
imantando tu mirada de escarcha.
Vino, como viene lo inevitable
sin argumentos, sin pedir permiso,
susurrando al oído el viento oportuno,
sin que me diera cuenta, el adiós.
Junté las cenizas del delicioso fuego
que ardían en las noches largas,
las palabras que te nombraban
y tracé una línea entre el ayer y ahora.
Te dibujé en los pasos que te llevaban,
ocaso de besos se iban con la menuda huella
y supe en silencio, no que te perdía,
sino que me extraviaba en la soledad.
La fugacidad de un momento me alumbró.
La esperanza como una flor silvestre
me nació en los páramos del alma:
allí donde se empecina lo imposible.
Creció y quebró hielos la esperanza,
cómo decirle que no a esta hada terca
que me invadió con su aroma posible.
y se hizo de luz tu sonrisa futura.
MIGAJAS DE UTOPÍA
Sobrevives, me dicen,
de un pan inmaterial
hecho con harinas de ideales.
Te alimentas
y en ese orden, sueñas.
Todo en ti amanece,
una luz te sazona el alma.
No tienes bastante,
con la alegría te sobra.
Das hasta lo que te falta,
ese es tu mejor ejemplo:
la pobreza no te oscureció
y la vida es una gema a pulir.
Te alimentas del aire
y los que mucho tienen
envidian la liviandad
de quien no lleva sobrepesos.
Eres libre tan sólo con lo puesto,
lo que llevas está en el cuenco de tu alma.
Eres una idea,
una hélice de lo posible.
DESENCUENTRO
Puntual este silencio
nos quebró en dos,
tu no diste excusa alguna
y yo concilié con el orgullo
que me dictó una torpe frialdad.
Soñamos que ésto no pasaría,
la indiferencia era una mala idea.
Vos juraste amor y te creí,
sumando equívocos
nos prometimos la eternidad
como si fuera de nuestra propiedad.
Desencantándonos nacimos
y colapsamos ante el primer No.
Yo lo intuía, tu lo sabías:
el adios se teje con medias palabras
y miradas que se posan lejos.
SOMBRA
No me abandones
pulso de noche en mi costado
pues sé que siempre eres parte
de mi mismo, una extensión,
unos brazos amistosos
que me unen con la muerte
En cada momento te llevo
como una sentencia:
de sombra eres
y en noche te convertirás.
Pero dime penumbra amiga:
¿Tu me sigues o te sigo yo?
Eres tú o simplemente un signo
que juega a mi alrededor
como un reloj indeclinable
obediente a tu manto definitivo.
que sé me cubrirá algún día.
También sé que no eres la única
otros retazos van con mis vecinos
con la misma puntualidad.
Sacerdotes de la oscuridad
ciegos disciplinados que danzan
y en su bailoteo inabarcable.
se reparten el botín sombrío.
(Poemas del libro LUNA DE MENTA)
Fuente: blog de CÉSAR GONZÁLEZ PÁEZ
LUNA DE MENTA
POEMAS
CÉSAR GONZÁLEZ PÁEZ
SOLO PERMANECER
En esta alfombra de tiempo
donde lo que sucede nos arrastra
hacia otras oscuras orillas
yo dejo la palabra que me nombra.
Cuando se apagan los faroles
del entendimiento y es niebla
de pura cepa esta ignorancia
sé que el permanecer me justifica.
Lanzo señales en el aire,
fuegos artificiales de deseo,
mi orgullo de estar vivo
sólo luce etiqueta de inocente.
Es el tiempo el juez supremo,
el verdugo atizador de horas,
el magno hacedor de lo pasado,
el que tiende la celada de futuro.
Si no tiene templo ¿dónde rezarle?
Su Palacio de Justicia es el presente,
su martillo acusador de arena o segundero,
sentencia el no va más y aquí te quedas.
La eternidad es ese instante
en que el tiempo se distrae
deshojando el pétalo del día
sabiendo que el mañana es suyo.
De nosotros sólo quedará la chispa
que encendió la hoguera del porvenir
y se disipó en ilusiones tercas
que no sueñan ni los inmortales.
PERAS AL OLMO
Si un buen día
brotaran peras del olmo:
¿Acaso le perdonaríamos
semejante desatino?
Seguro lo llamaríamos
más bien a la cordura
y si insistiera
con sus tercos frutos
sería acusado de rebelde
por usurpar nuestras certezas,
por hacer peras sin causa.
Con el uso del tiempo
y de las sanas costumbres
le llamaremos peral al olmo
y, así, más relajados
haremos que ese asombro
sea un poco más modesto
y vuelva a la clandestinidad.
PASO CANTANDO
De lejos la veo pasar,
va entonando una canción
y aunque ella no lo sepa
-no tiene por qué saberlo-
es la mujer que amo.
Me hubiera gustado saber
qué melodía le endulzaba la boca
para cantarla yo también.
habríamos compartido
el mismo pan de entonaciones,
la alegría de modular juntos
el estribillo de un encuentro.
Pero de lejos la veo pasar,
su voz se pierde en la brisa,
su canto se esparce en el viento
y su aliento se va en un susurro.
Ya no sabré qué canción la seducía,
ni las palabras que entonaba
y por qué le gustaban tanto.
Con ella se aleja la partitura
de un sueño que pudo ser real,
por lo menos en el intento
de no desafinar amando.
GLACIAR
Allá va mi vida
como un témpano:
la risa congelada
me delata.
De un extremo
al otro de la rutina
voy.
Podría durar
más de lo que se imaginan
pero soy hielo suicida
que se va derritiendo
en lo que le gusta.
Para cuando llegue
a tu venerado rostro
seré la lágrima,
surgida de una fría escarcha
que parecía indiferente
pero sucumbió en tus ojos.
RÉQUIEM
Supongo que esto es la muerte,
este entorno de voces apagadas,
este arrullo de discretas lágrimas
o tal vez este bálsamo de incienso
que sólo distrae un acorde de campanas.
Tal vez sea esto de andar tan a la deriva
indolente a ruegos y suplicios
como si la verdad me dictara en silencio
el intenso abecedario de lo inerte
impreso en el vano pizarrón de este momento.
Sí, así debe ser nomás la amiga parca,
una fría y persistente Cenicienta
que se prueba millones de destinos
sin dar jamás con su medida,
sin encontrar el amor que la contenga.
Supongo que así es la eficiente muerte,
un vacío al que empiezo a acostumbrarme
mientras pierdo del verbo su conjugación
y no me queda más que una barca
que poco me importa quién la conduce
y a dónde va.
DECLARACIÓN
Jaula prolijamente labrada
con encajes de herrería.
A pesar de tanto empeño de artesano
eres terrible por todo lo que encierras.
No hay nada más triste
que un vuelo acorralado,
ver la suerte de un ave
reducida a un simple brinco.
Todo debería posponerse
hasta que la puerta de esta cárcel
se abra decisiva para siempre,
dejando que el viento recupere
el pequeño rehén alado
que es parte de su canción.
Pájaro y aire
serán huérfanos
mientras no vuelvan a estar
juntos.
ÚLTIMA POSTAL
Un sauce viejo y derrumbado
muy a la orilla del río
parece que quiere besar el agua
y darle los buenos días
a ese arrullo en movimiento.
Todavía le brota el entusiasmo,
se peina y danza su melena verde
en la corriente fría que lo acaricia.
¿Cómo definir, con qué palabras,
la mansedumbre de este árbol roto
que insiste en no darse por vencido?
Ya se ve: no será leña fácil.
Estremece al paisaje que lo asiste
como un sobreviviente sinfónico.
Asemeja a un hombre arrodillado
que agradece con sus plegarias
un nuevo milagro concedido.
Nuevos brotes le han salido:
¡Para él también es primavera!
EXPOFLOR
Hubo un día que las flores protestaron
por tanta indiferencia comprobada
y brotaron quebrando el pavimento,
cortando el tránsito, desviando el curso
del agua en alcantarillas y canales.
Algunos ciudadanos se alarmaron
y decretaron ilegal la alegría de las plantas.
Las llamaron a silencio, a brotar con discreción
y a respetar las reglas de una buena ecología.
Así cortaron de base las rosas insurrectas,
secaron la quieta mirada de las margaritas,
doblegaron la altivez de los claveles
y negaron lo sensual de las orquídeas.
Las semillas rebeldes no acataron la ordenanza,
no pasaron por alto el color de las razones:
no hay nada que supere el blanco de los lirios
o un tono más firme que el rubor de los corales.
No se puede exterminar selvas de aroma,
ni cortar a filo de navaja una línea de luz.
Siempre se vuelve al lugar iluminado
con brotes a favor del continuar, del decidir.
En el poblado escenario de los hechos
la naturaleza acecha con retoños,
quiere envolver la tierra de raíces
para dar, por fin, su flor inquebrantable.
POR EL AYER
Veo gorriones desdibujándose
en cierto patio del tiempo
donde los recuerdos alzan vuelo
y se vuelven transparentes.
Los pájaros me auxiliaban,
no puedo decir cuántos había,
los necesarios sé que estaban,
ellos izaban el día con sus trinos,
cantaban la canción que anda ahora
descifrándose en altas ramas.
Quisiera que volvieran,
sin ellos la vida es un páramo,
un ilustre lugar desconocido
donde el olvido puso un nido.
Que vuelvan para disipar la duda:
a dónde se llevaron el canto
que embellecía la vida.
Temo que hayan empeñado
sus picos a la muerte.
Rezo para que vuelvan,
aún sin darme explicaciones,
a restaurar viejas melodías.
Volaba con ellos,
mi melena
era próspera en sonidos:
Entonces tenía sentido
llamarme árbol.
ESTRATEGIA
Quédate donde veas bien claro
y en la noche del temor o el grito
no te pierda pisada ni aliento.
No te alejes de la llama,
ten paciencia
los enemigos de siempre
son los que tienen el mismo miedo.
No apuntes a las sombras inútilmente
donde no hay siluetas ni intenciones
deja que cierren los ojos los adversarios
pues tal vez en la calma entre la razón
y comprendan que la paz
hace nido en la inteligencia.
Cuando despiertes, sé primero en el alba.
No abandones tu puesto de batalla
espera, como desinteresado, pero atento a la vez,
puede llegar el desafío en un instante
y sabrás que es tu oportunidad de nacer.
ÍNDICE
SÓLO PERMANECER
PERAS AL OLMO
PASÓ CANTANDO
MARGARITA
SEÑAL
RASTROS
ANCLAJES
SUEÑO
DESEO
GLACIAR
RÉQUIEM
EN ÓRBITA
INVISIBLE
DECLARACIÓN
DESAGIO
ANCLAJES II
HOGAZA
ÚLTIMA POSTAL
CUESTIÓN DE FE
MARCADO
ACUARELA
MENÚ
PROCLAMA
LA ESPERA
PERSUASIÓN
EXPOFLOR
SOMBRA
DOBLECES
LOS AUSENTES
POEMA NACIÉNDOSE
POR LOS HUESOS
POR EL AYER
FUGA
MARILYN
INSPIRADORA
MIL NUDOS
PEAJE
ANCLAJES III
ESTRATEGIA
CIERVO ALBINO
ROCÍO
LÁMINA
IDEALES
MIGAJAS DE UTOPIA
DESENCUENTRO
TU VOTO
MÍRATE
NIÑO
UNO VA
ILUSIÓN
ESTRATEGIA
RECORTES
NOCTURNO
ESPERANZA
ANCLAJES IV
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