LITERATURA CHIRIPÁ
Por LEÓN CADOGAN
1. GUAÚ ETÉ
El poema siguiente es un ejemplo de los guaú eté, cantos ininteligibles, aun para los propios cantores. Los chiripás dicen que estos cantos son guaraní auténtico, sólo inferiores en pureza a los cantos que reciben los dirigentes espirituales de la divinidad. Pueden, por esto, compararse en cierto modo al idioma secreto guaraní.
Hajasy;
harú mbajá;
harú mbesé;
güiri sambajá.
Ajúne, guajúne, harú mbajasí;
hajasí, hajasí.
Ajúne, guajúne, harú mbajasí;
ajúne, guahajúne, guaru mbajasú;
guajasí, haru mbajasí.
Guri, güiri tára,
guaju sino.
Güiki, güikuguá,
guaja sino.
Güiku guasino,
güiri sagua sino;
güiki guasino.
2. CANTO DEL COLIBRÍ
Este canto es ejemplo de los guaú aí, poemas cortos cuyas figuras centrales son un pájaro o un cuadrúpedo. Encierran reminiscencias míticas y palabras arcaicas. El Colibrí, ave mítica, es el consejero de los augures y el portador de los mensajes de los dioses. Los relámpagos, atributo de los dioses, le acompañan, y le marea el "néctar de las flores", nombre religioso de la chicha que se consume durante la danza ritual y la fiesta del guaú.
¿Algo tienes para comunicarnos, Colibrí?
¡Colibrí, lanza relámpagos!
Pues, ¿el néctar de tus flores te ha mareado acaso, Colibrí?
¡Colibrí, lanza relámpagos, lanza relámpagos!
3. CANTO DEL TAPIR
En este guaú aíel tapir pide que no se coloque a su paso la trampa llamada mondé, que tiene un cuerpo pesado que aplasta a la presa. En efecto, debido a su tamaño y fuerza, no puede utilizarse esta trampa para cazarlo, por lo que es necesario atraparlo con la llamada ñuháen el lenguaje común, y "fibras de guarajá" en el religioso.
No coloquéis hamacas grandes [trampas "mondé"]
en los lugares que debo recorrer;
solamente fibras de guarajá
fijad en diversos sitios
de los caminos que debo recorrer.
4. CANTO DEL SYRYKÓ
El syrykó es un ave que anuncia los vientos del Norte, los que traen la lluvia. El ave de este guaú aí es el Aramides cajanea Müller.
¡Canta el syrykó eterno!
Que las aguas en donde pescaba
se han secado
cuenta e1 syrykó eterno.
Las sendas que conducen al río
las recorre todas, afanosamente,
rastreando, el syrykó eterno.
5. CANTO DEL JAGUAR
En este canto el jaguar dice temer el grito del pájaro kui-kúi, que anuncia su presencia con gritos. Al decir que percibe sus propias huellas en todos los caminos del hombre después de haber dado muerte a un mozalbete, se refiere a la afición que toma por la carne humana después de haberla probado.
El grito del kui-kúi
me asusta indefectiblemente;
percibo mis huellas
en todos los caminos de los hombres
después de haber dado muerte
al mozalbete desmañado.
6. SALUDO DE BIENVENIDA A UN FORASTERO
El género del kotyú comprende saludos fraternales, amorosos o amistosos cantados en las danzas. El siguiente kotyú celebra la llegada de un funcionario con misión de cerciorarse de la situación del grupo.
A un habitante de lejanas tierras
veo yo, Pájaro;
a un habitante de lejanas tierras
en verdad veo yo, Pájaro.
7. OTROS KOTYÚ
De tardecita-cita cantan las aves,
de tarde cantan las aves.
Mi collar, collar
lo llevaste, Pájaro;
mi collar lo llevaste, Pájaro;
mi collar, collar
lo llevaste, Pájaro,
mi collar lo llevaste, Pájaro.
Vinimos recorriendo los parajes
en donde abunda la fruta chica.
Son aquellos los parajes, ¡oh!
los que siempre recorremos.
Es por tales parajes que siempre me conduce,
es por los parajes en donde abunda
la fruta chica que me conduce.
Vámonos, pues, sin rumbo, dice el pájaro;
mientras va atardeciendo, pues, dice el pájaro;
de tardecita-cita, dice el pájaro,
vámonos sin rumbo-rumbo, dice el pájaro.
8. KOTYÚ MAMORANGUÁ
Según los chiripás, el augur se sume en éxtasis y emprende el viaje hacia Oka-vusú Mamo-ra-nguá. Llega primero al Paraje de la Yerba Aurea, primera etapa del camino al paraíso. Sigue hasta el Lugar del YrukúEterno, con el que se adorna, aplicándose la pintura ritual. Llega después a la Palmera Eterna, en donde se encuentra Nuestra Abuela acompañada por su acutí doméstico y es resguardada por las avispas llameantes. La última etapa es Oka-vusú Mamo-ra-nguá, lugar en que crecen el algodonero de fibra blanca y el algodonero de fibra colorada.
Dirijámonos, mis hermanas, el saludo fraternal,
doncellas sin tacha,
en los alrededores de la Casa Grande,
allende la Yerba Aurea.
Contestan las mujeres:
Endecháis, añorando las afueras de la Casa Grande;
endecháis, añorando las flores del Yrucú;
endecháis, añorando la Palma Eterna;
endecháis, añorando las flores de los algodoneros eternos.
Fuente:
Versión de textos guaraníes por LEÓN CADOGAN
Introducción, selección y notas por A. LOPEZ AUSTIN
EL LEGADO DE LA AMÉRICA INDÍGENA