LITERATURA PAÍ-KAIOVÁ
Por LEÓN CADOGAN
1. CANTO RITUAL DE NUESTRO ABUELO GRANDE PRIMIGENIO
Este poema épico religioso fue publicado por primera vez por Marcial Samaniego. Se presenta aquí parte de un extenso canto que se refiere a la aparición del Ser Supremo, a la creación de la tierra, a la enseñanza de la danza a los hombres y al retorno del Creador a las profundidades del Paraíso.
En la parte aquí transcrita se habla de la aparición del Ser Supremo, quien, por intermedio de los elementos del culto crea la tierra, pequeña como un huso, ya que en un principio todo era diminuto, de acuerdo no sólo con el pensamiento del paí-kaiová, sino con el de otros grupos.
Los instrumentos del culto que se mencionan aquí son jasuká, que es un adorno ritual; jeguaká, gorro ritual; mba’ekuaá, la sonajera; ñanduá, otro adorno ritual, y kurusú, la cruz, que por influencias cristianas sustituye a la antigua vara-insignia.
El poema se encuentra abreviado, ya que repite las mismas estrofas, refiriéndolas a los diferentes elementos del culto.
Inexistentes aún todas las cosas,
érase ya mi Abuelo grande primigenio.
Antes de haberse colocado aún el centro de la tierra,
érase ya mi Abuelo grande primigenio.
Antes de haberse aún ensanchado la tierra,
érase ya mi Abuelo grande primigenio.
Antes de haberse aún la tierra cubierto de pelusa [bosques],
érase ya mi Abuelo grande primigenio.
Antes de volverse aún numerosas las almas del paraíso,
érase ya mi Abuelo grande primigenio.
Érase mi Abuelo grande primigenio.
"Aún no he hecho que la tierra se extienda",
dijo mi Abuelo grande primigenio.
"Aún no he hecho que la tierra reluciente se extienda".
dijo mi Abuelo grande primigenio.
"Aún no he hecho que la tierra llameante se extienda",
dijo mi Abuelo grande primigenio.
"Aún no he hecho que, por intermedio de jasuká, la tierra se extienda",
dijo mi Abuelo grande primigenio.
"Aún no he hecho que, por intermedio del brillo de jasuká, la tierra se extienda",
dijo mi Abuelo grande primigenio.
"Aún no he hecho que, por intermedio de las llamas de jasuká, la tierra se extienda",
dijo mi Abuelo grande primigenio...
"Ya he diseñado la tierra",
dijo mi Abuelo grande primigenio.
"Por intermedio de jasuká he diseñado la tierra",
dijo mi Abuelo grande primigenio.
"Por intermedio del brillo de jasuká he diseñado la tierra",
dijo mi Abuelo grande primigenio.
"Por intermedio de las llamas de jasuká he diseñado la tierra",
dijo mi Abuelo grande primigenio.
"He diseñado los cielos",
dijo mi Abuelo grande primigenio.
"Por intermedio de jasuká he diseñado los cielos",
dijo mi Abuelo grande primigenio...
Érase mi Abuelo grande absoluto.
"Pues esta tierra, en verdad, se asemeja a la rodaja de un huso",
dijo mi Abuelo grande absoluto.
"Esta tierra aún no es gruesa",
dijo mi Abuelo grande primigenio.
"Aún no es gruesa la tierra en que yo pongo los pies",
dijo mi Abuelo grande absoluto.
"Aún no es gruesa esta tierra reluciente en la que descansan mis pies",
dijo mi Abuelo grande absoluto.
"Y a esta tierra aún no le he dado forma",
dijo mi Abuelo grande absoluto.
Acontecidas estas cosas, dijo mi Abuelo grande absoluto:
"Esta tierra está próxima a tener forma",
dijo, efectivamente, mi Abuelo grande absoluto.
"Por intermedio de jasuká tendrá forma próximamente esta tierra",
dijo mi Abuelo grande absoluto...
"Yo hice que esta tierra se ensanchara",
dijo mi Abuelo grande primigenio.
"Por intermedio de jasuká
hice que esta tierra se ensanchara.
Por intermedio del brillo de jasuká,
hice que esta tierra se ensanchara;
por intermedio de mba’ekuaá,
hice que esta tierra se ensanchara;
por intermedio del brillo de mba’ekuaá,
hice que esta tierra se ensanchara;
por intermedio de jeguaká,
hice que esta tierra se ensanchara;
por intermedio del brillo de jeguaká,
hice que esta tierra se ensanchara;
por intermedio de las llamas de jeguaká,
hice que esta tierra se ensanchara;
por intermedio de ñanduá,
hice que esta tierra se ensanchara,
por intermedio del brillo de ñanduá,
hice que esta tierra se ensanchara;
por intermedio de las llamas de ñanduá,
hice que esta tierra se ensanchara;
por intermedio de los truenos de ñanduá,
hice que esta tierra se ensanchara;
por intermedio de kurusú,
hice que esta tierra se ensanchara;
por intermedio del brillo de kurusú,
hice que esta tierra se ensanchara;
por intermedio de las llamas de kurusú,
hice que esta tierra se ensanchara;
por intermedio de los truenos de kurusú,
hice que esta tierra se ensanchara",
dijo mi Abuelo grande primigenio.
"Ya estamos pisando esta tierra,
ya estamos pisando esta tierra reluciente,
ya estamos pisando esta tierra llameante,
ya estamos pisando esta tierra tronante,
ya estamos pisando esta tierra perfumada,
ya estamos pisando esta tierra reluciente perfumada,
ya estamos pisando esta tierra llameante perfumada,
ya estamos pisando esta tierra verdaderamente perfumada,
ya estamos pisando esta tierra iluminada débilmente con la luz eterna,
ya estamos pisando lo iluminado verdaderamente con débil luz eterna por jasuká [por jeguaká, mba’ekuaá y kurusú...]",
dijo mi Abuelo grande primigenio.
Después de esto el Creador se retira a las profundidades del paraíso originario:
En su futura morada estaba pensando
mi Abuelo grande primigenio;
con tenue luz eterna iluminaba su futura morada
mi Abuelo grande primigenio;
a su futura morada se aproximaba velozmente
mi Abuelo grande primigenio;
ya estaba alumbrando su futura morada
mi Abuelo grande primigenio;
ya estaba alumbrando plenamente su futura morada
mi Abuelo grande primigenio.
Estaba buscando un asiento adornado en que sentarse
mi Abuelo grande primigenio.
Buscaba un pequeño asiento brillante adornado en que sentarse;
buscaba un pequeño asiento llameante adornado en que sentarse;
buscaba un pequeño asiento tronante adornado en que sentarse.
Para sentarse con su propia ley;
para sentarse él con su propia luz;
para sentarse él con sus propias llamas;
para sentarse él con sus propios truenos;
para sentarse él con su propia palabra;
para sentarse él con su propia palabra reluciente;
para sentarse él con su propia palabra llameante;
para sentarse él con su propia palabra tronante.
2. CANTO RITUAL DE TACUARA LLAMEANTE DIVINA GRANDE
Este canto ritual empieza por establecer que el principio de los dioses es el jasuká. Ya hemos visto anteriormente que el jasukáes un elemento ritual; pero su significado es el origen de todas las cosas, del que surgieron los dioses. Narra la forma en que nuestro Abuelo creó a nuestra Abuela del centro de su gorro ritual. Después trata del dios Papa Réi, que fue a visitar a nuestro Abuelo mientras éste se encontraba en la roza. Cuando volvió, nuestro Abuelo creyó que Papa Réi había fornicado con su esposa, y que de él era el niño que nuestra Abuela tenía en sus entrañas, llamado Pa’i Kuara [Shamán Sol]. Envió contra nuestra Abuela un viento huracanado, que ella pudo resistir, por ser el niño hijo de nuestro Abuelo.
Del jasuká nuestro Abuelo grande primigenio surgió.
Nuestro Abuelo chupó las flores del jasuká y creció.
También del jasuká había surgido Tupá Arasá [alma-cruza-los-cielos].
Después de nuestro Abuelo, surgieron los padres de las almas;
se juntaron en gran número y se reunieron en asamblea.
A su reunión, al sitio donde está jasuká, llegó Tupá Arasá.
"¿Cómo vas a multiplicarte, Pa’i?", dijo.
"No sé", dijo nuestro Abuelo. Aunque lo sabía, "no sé" dijo.
"Arranca el centro de tu gorro ritual y crea una mujer", dijo Tupá Arasá.
Arrancó el centro de su jeguaká, lo bendijo, le impartió virtud,
le puso por nombre Jeguakávy [adorno] a nuestra Abuela grande,
a Takua Rendy-jú Guasú [a Bambú Llameante Divina Grande].
Nuestro Abuelo se hallaba con su esposa, en condición de multiplicarse.
Entonces viajó Papa Réi con intención de visitar a nuestro Abuelo.
Mientras esto ocurría, nuestro Abuelo preparaba su rozado;
cuando volvió de preparar su rozado, supo que Papa Réi había estado en su casa.
"Yo ya me voy", dijo. "Si es, efectivamente mi adorno [esposa], irá llegando a mi morada."
Relampagueaba. Ya iluminaba con la luz deslumbrante de sus rayos
el camino que recorrería para dejar la tierra.
A Shamán Sol le dijo: "Si es mi hijo, irá alcanzando mis rayos;
que siguiéndome, descubra mis huellas si es, efectivamente, mi hijo;
irá a poner sus pies en mi morada si es, efectivamente, mi hijo."
Entonces midió sus fuerzas con nuestra Abuela,
contra nuestra Abuela trajo un viento huracanado.
Nuestra Abuela no se enojó; atajó a nuestro Abuelo.
3. CANTO RITUAL CON EL QUE NUESTRA ABUELA DESVIÓ EL VIENTO HURACANADO
Con el siguiente canto sagrado desvió nuestra Abuela el viento huracanado que contra ella desencadenó Ñane Ramói. Constituye una alabanza al Creador, Ñane Ramói, a quien se deben todas las cosas. En él se enumeran los dioses aún inexistentes, la tierra aún sin fundamento, las almas aún ausentes, que surgen por voluntad de nuestro Abuelo. Pide en el último verso la libre del mal, la cosa maligna personificada en el huracán.
Perfecta, en verdad, estuvo mi verdadera madre
cuando blandió su bastón de ritmo,
cuando por primera vez blandió su bastón de ritmo;
danzando con su bastón de ritmo,
danzando por primera vez con su bastón de ritmo:
blandiendo su bastón de ritmo;
danzando con su bastón de ritmo;
alzando en la mano el bastón de ritmo.
"A Karavié Guasú, primeramente,
entonadle buenamente cantos largos.
A Pa’i Ramói, primeramente,
entonadle buenamente cantos largos.
A Arary Vusí, primeramente,
entonadle buenamente cantos largos.
A Tanimbú Guasú, primeramente,
entonadle buenamente cantos largos.
A Japarié Guasú, primeramente,
entonadle buenamente cantos largos.
Acerca de esta tierra, carente aún de bosques,
entonad buenamente cantos largos.
Acerca de esta tierra, carente aún de fundamento,
entonad buenamente cantos largos.
Acerca de esta tierra, surgida milagrosamente,
entonad buenamente cantos largos.
Acerca de las almas divinas, carentes aún de que hablar,
entonad buenamente cantos largos.
Acerca de las almas, aún sin multiplicarse,
entonad buenamente cantos largos...
Que se desvíe y no me acierte esta aflicción."
4. CANTO A LOS HABITANTES DEL PARAÍSO
Este canto, entonado en honor al dios Jakairá, señor del maíz, hace relación a su poder, surgido de sus adornos rituales. Se le llama Capitán por influencia cristiana.
Alma del paraíso, Capitán Jakairá,
mi padre, Capitán Jakairá.
Jakairá adorna su morada;
es excelsa la morada de Jakairá.
En el firmamento áureo tiene su morada Jakairá,
en el firmamento áureo lanza truenos Jakairá.
Truena en el firmamento áureo el gorro ritual de Jakairá.
Los adornos rituales de Jakairá truenan en el firmamento áureo.
La faja ritual kurunduá de Jakairá lanza truenos en el firmamento áureo.
5. CON MOTIVO DE QUEMAR MI ROZADO
Es la siguiente oración para obtener una buena quema en las tierras que se dedicarán a la siembra, a fin de asegurar el buen cultivo.
Salve, hermano mayor, ¡oh, Shamán Tambejú!
Dirígete hacia mí con tu ley,
en virtud de estas mis palabras.
Con el fuego que se creó para alegría de los hombres,
dirígete hacia mí.
El fuego genuino que se creó para alegría de los hombres;
con él dirígete hacia mí,
en virtud de estas mis palabras.
La antorcha destinada a alegrar a las personas,
hermano mayor, ¡oh, Shamán Tambejú!
dirígete con ella hacia mí,
en virtud de estas mis palabras.
¡Oh, hermano Shamán Tambejú, el grande!,
te suplico con estas mis palabras,
inclinarte hacia mí con tu antorcha originaria,
hermano shamán, Shamán Tambejú.
6. PALABRAS QUE ENVIAMOS DETRÁS DEL OSO HORMIGUERO
Palmas de las manos originarias del firmamento,
tendrás seguramente;
una pequeña nariz originaria del firmamento,
tendrás seguramente;
pequeños ojos originarios del firmamento,
tendrás seguramente;
una pequeña franja originaria del firmamento,
tendrás seguramente;
una pequeña franja originaria del firmamento,
tendrás seguramente;
pequeñas crines erizadas provenientes del firmamento,
tendrás seguramente.
¡Pues, por ahí, cerquita, duerme blandamente!
7. CÓMO SE LLAMA A LOS EMISARIOS DE CHIRÚ
Esta invocación se pronuncia cuando los paí-kaiovás penetran en la selva.
A los valientes emisarios terribles de Chirú
nadie en el asalto sobrepasa.
A los valientes emisarios terribles de Chirú
nadie en la marcha sobrepasa.
Valientes emisarios terribles de Chirú
que se defienden con arcos eternos,
que se defienden con verdaderos arcos eternos,
que se defienden con arcos eternos relucientes.
8. BENDICIÓN DE LAS FRUTAS
Esta invocación se pronuncia cuando los paí-kaiovás consumen las primeras frutas que maduran.
¡Salve, Chirú!, que me engalane el cuerpo
así como él lo tiene.
Quien originariamente te engalanó el cuerpo
fue Mburuvichá:
que él también me engalane el mío.
Que Mburuvichá Guasú,
quien originalmente te engalanó el cuerpo,
así también engalane el mío.
9. BENDICIÓN DE LA MIEL
Los paí-kaiovás pronuncian esta invocación cuando van a buscar miel. Se refiere el canto el árbol que resuena, esto es, al árbol hueco en el que las abejas forman su colmena.
¡Arbol bienaventurado que resuena!
¡Arbol bienaventurado grande que resuena!
¡Árbol blanco bienaventurado que resuena!
¡Arbol blanco bienaventurado grande que resuena!
Que se descubran mis abejas eternas grandes bienaventuradas;
que se descubran mis abejas eternas grandes bienaventuradas de la cruz.
10. DE LO QUE SE AVERGÜENZAN LAS VÍBORAS
Los paí-kaiovás, antes de internarse a la selva se dirigen a Kuñambía, abuela de las víboras, a fin de que aparte a sus nietas de los caminos que deberán transitar. Hay que recordar que existe un animal protector de los de su especie.
Suplico que Kuñambía, con sus colmillos,
se aparte buenamente de los caminos que deberé seguir.
Que buenamente se mantenga escondida, con sus colmillos,
de los lugares por los que debo transitar.
Que constantemente mantenga amortiguados sus colmillos,
alejada de los lugares por los que debo transitar.
Mantén buenamente a tus numerosos nietos, Jarará Grande,
apartados de los lugares por los que debo transitar.
11. DE LO QUE AVERGÜENZA AL JAGUAR
Por aquí estará mi tío:
presto pasa por estos lugares;
por tus matorrales ve pasando presto;
por el palmar extenso ve pasando presto,
Takeresé venerado,
el del mentón negro grande venerado.
12. SALUDO AMISTOSO DEL COLIBRÍ
Nótese el parecido de este saludo con el guaú aíde los chiripás "Canto del Colibrí", transcrito en páginas anteriores.
Pues, si el néctar de tus flores
te ha mareado, Colibrí,
¡con cuanta más razón
no te ha de marear la chicha!
Fuente:
Versión de textos guaraníes por LEÓN CADOGAN
Introducción, selección y notas por A. LOPEZ AUSTIN
EL LEGADO DE LA AMÉRICA INDÍGENA