LOS 10 MEJORES 80 DEL PLRA - TOMO 8
Por MARIANO LLANO
Asunción – Paraguay
277 páginas
ÍNDICE
Silvino Del Valle
Humberto Osnaghi
Hermes Rafael Saguier
Julio Cesar Franco Alfonzo
Carmen Brakenridge López
Enzo Cardozo Giménez
Alberto Kallsen Villalba
Miguel Bajac
Ezio Guggiari
Optaciano Gómez
HERMES RAFAEL SAGUIER
Hermes Rafael Saguier nació en Asunción, la noche del 29 de mayo de 1947, en plena Revolución, en la casa que la familia Saguier tenía sobre la calle Iturbe.
Fue su padre Mayor de Artillería y ex-combatiente de la Guerra del Chaco Hermes Rafael Saguier Mena y su madre Liduvina Concepción Carmona de Saguier.
Fue el menor de tres hermanos, Alda, y Miguel Abdon, descendientes de franceses por su padre y de españoles por su madre.
Sus primeros años vivió en diferentes lugares pues siendo el más pequeño seguía junto con su madre el exilio y confinación de su padre, en Clorinda Buenos Aires, Puerto Ybapobo en Fuerte Olimpo.
Realizo sus estudios primarios en el Colegio Cristo Rey y en el Goethe Schule, en la Ciudad de Asunción.
Cuando contaba con solo 7 años de edad, falleció su padre, a los 47 años, de muerte súbita en la calle actualmente llamada Gral. Garay, extraña coincidencia con su propio deceso que también se produjo por muerte súbita en la calles, en la intersección de las Avenidas Perú y España, frente a la Embajada Argentina.
En el año 1961 la familia, integrada por la viuda de Hermes Saguier con sus tres hijos emigró a la Argentina, asentándose en la Ciudad de Buenos Aires, donde fijaron residencia; sin embargo en el año 1964 Tito, el hermano mayor regresó a estudiar a la Universidad de Asunción, donde se recibió de abogado y militó en los centros estudiantes. Hermes Rafael, que era menor permaneció junto a su madre y hermana, terminó sus estudios secundarios, y ya comenzó a militar en política, estableciendo contactos con el Partido Liberal Radical de Paraguay desde mediados de la década del 60. Estudio Derecho en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires y se recibió de abogado en 1972, siempre activando en política nacional y Argentina.
En 1970 contrajo matrimonio en Buenos Aires con Solange García, también Abogada, con quien tuvo tres hijos, Florencia Ana, Alda Solange y Hermes Rafael Saguier. En el año 1972, con apenas 25 años fue Presidente del Comité Central de la Ciudad de Buenos Aires.
Exiliado del Paraguay por la dictadura Stronista, Saguier ejerció la profesión de Abogado en la Ciudad de Buenos Aires. Fue Abogado de varios sindicatos, Asociaciones y Uniones en la Ciudad de Buenos Aires y Gran Buenos Aires, tales como: el Sindicato de Comercio de la ciudad de Avellaneda, el Sindicato de la Carne "Obreros de la Industria Frigorífica", La Unión obrera de la Construcción - UOCRA -, el sindicato de Panaderos de Avellaneda, y otros. También ejerció la docencia en la Argentina en las Cátedras de Derechos Reales y de Economía Política, de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNBA.
En 1974 logró por concurso de méritos la designación de Profesor en ambas material en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires.
Ejerció la docencia en la UNBA hasta el año 1976, fecha en que fue apartado de la Universidad por la intervención de la Facultad por la entonces Junta Militar que protagonizó el Golpe de Estado de 1976 en la República Argentina, encabezada por el General Rafael Videla. Ejerció la docencia también como Profesor de Derechos Reales y Economía Política de la Universidad de El Salvador de la Ciudad de Buenos Aires.
Durante todo el tiempo de permanencia en la Argentina, mantuvo contactos cotidianos con exponentes de diferentes partidos políticos paraguayos, quienes se reunían en su casa de la calle Teodoro García y su Estudio Jurídico ubicado sobre la calle Talcahuano, donde proyectaban y alentaban la caída de la Dictadura de su país. Entre los que frecuentaban estas reuniones se encontraban Miguel Ángel González Casabianca, Sandino Gil Oporto, María Mallorquín, Elvio Romero, Waldino Ramón Lovera, el poeta Gómez, Rubén Bareiro Saguier, Alfonso Resck, Domingo Laíno, Juan Manuel Benítez Florentín, Luis Alberto Mauro y otros.
En el año 1974 fundó el Estudio Jurídico Saguier & Asociados en pleno centro porteño, en donde ejerció la profesión en forma independiente en las ramas de Derecho Civil, Laboral, Penal y Administrativo.
Entre los años 1977 y 1982 el Dr. Hermes Rafael Saguier se dedicó activamente y en forma clandestina a la política critica y opositora contra la Dictadura del General Alfredo Stroessner. Fue ideólogo y co-fundador del Acuerdo Nacional, fundado en la República Argentina por políticos paraguayos de diferentes extracciones aglutinados en el exilio en la Argentina.
En setiembre de 1982, el Acuerdo Nacional le encomendó la preparación de un acto en Asunción para lograr el regreso de todos los exiliados políticos y fue detenido por la policía stronista, cuando fue interceptado el material de propaganda que debería ser repartido con él en ocasión de la manifestación a favor de los exiliados, el ingreso del Dr. Saguier había sido clandestino y fue detenido e incomunicado.
Hermes Rafael Saguier había intentado ingresar a territorio paraguayo en canoa, disfrazado de canoero, en la que transportaba panfletos del MOPOCO y fue detenido por la Marina cuando estaba acercándose a la costa.
Así permaneció incomunicado en la Guardia de seguridad por más de 45 días, para luego ser trasladado a la frontera a medianoche y expulsado del país, con la advertencia que no debía regresar bajo ningún concepto.
En representación del Acuerdo Nacional emprendió un viaje a Atlanta Georgia, USA, en compañía de Miguel Ángel González Casabianca, y mediante la colaboración de Malena Ashwell, hija de Washington Ashwell, ambos exiliados políticos y residentes en USA, fueron recibidos por el Presidente Jimmy Carter a quien le entregaron una obra de arte de un artista paraguayo y el agradecimiento por la lucha por los derechos humanos emprendida por Carter durante su administración, que había logrado hacer cesar las cesiones de torturas tan habituales contra los presos políticos. (ver foto que se adjunta)
De regreso en la Argentina y por expreso pedido del Dr. Raúl Alfonsín fue colaborador en la Campaña Presidencial del mismo, en favor de la Unión Cívica Radical, haciendo proselitismo en zonas tradicionalmente peronistas del Gran Buenos Aires, y con masiva presencia de descendientes de paraguayos logrando excelentes resultados electorales, atrayendo los votos pare el alfonsinismo. Para ello contaba con referentes en las provincias norteñas, en Posadas Misiones, con Eduardo San Martín, y el Dr. Guido Arce Bazán, quienes lo alojaban en su paso por Posadas, el Sr. Dr. Pancho Soteras, en Formosa, y otros tantos cuyos nombres forman parte de la historia y que colaboraron en los operativos "Retorno", que hacían permanentemente por Aerolíneas Argentinas, saliendo de Aeroparque y regresando horas después, pues el dictador Stroessner no los dejaba desembarcar.
Como resultado de la epopeya proselitista cuya finalidad era captar los votos peronistas pare el alfonsinismo, el mismo presidente ya electo Dr. Raúl Alfonsín (ver foto del Presidente Raúl Alfonsín y el Dr. Rafael Saguier en la Quinta de Olivos con varios paraguayos) quiso contar con la colaboración del Dr. Saguier en el nuevo gobierno democrático ofreciéndole la Vice Cancillería, cargo que fue gentilmente rechazado por Saguier, por el impedimento de su nacionalidad y que su lucha se centraba en poder lograr el regreso de los exiliados paraguayos a su patria pare combatir la dictadura desde adentro.
En el año 1984 el Dr. Saguier pudo regresar al Paraguay, como resultado de la presión internacional y la vigencia de la democracia en Argentina, Brasil, Uruguay y Chile, entonces fundó junta a otros políticos el Movimiento interno del PLRA que se denominó Movilización Popular para el cambio, (preguntar a Tito Saguier los nombres de quienes integraban el movimiento).
En 1986 trae a su familia a Paraguay y se asienta en Asunción para continuar su lucha contra la Dictadura. Un año después fue detenido por la policía stronista y procesado por la célebre "Ley 209/70", como consecuencia de sus palabras publicadas en el Semanario el Pueblo el día 26 de Agosto de 1987, que decía: "Hermes Rafael del PLRA tras recordar algunos conceptos vertidos por González Casabianca sobre el precio de la paz, sostuvo que en realidad la paz de Stroessner es el retrato de la violencia y la corrupción institucionalizada de la que se vanaglorian los señores Generales y los señores políticos que gobiernan el país y que viven agrediéndonos cotidianamente como si fueran príncipes árabes. Basta con recorrer las casas y residencias de Asunción y ver precisamente que las residencias más lujosas son de los señores Generales, Generales que cuando entraron el Colegio Militar ingresaron pobres de solemnidad y hoy, son los dueños de la riqueza de este país. Este ha sido el precio de la paz, enfatizó. Prosiguió diciendo que estos generales son los únicos que cobran por servir a una paz que no existe. Son los jornaleros de la violencia; ni siquiera son mercenarios porque no comprometen sus vidas en combates dignos, son apenas represores. Son apenas ladrones de gallinas en lo que a valor se refiere. Estos Señores Generales que son en la actualidad 60 en actividad, no han escrito un solo libro sobre su profesión y todos ellos han llegado a enriquecerse. Esto significa que más que generales tenemos comerciantes uniformados como precio de la paz. Podemos decir que tenemos 60 generales y ni un gramo de honor. Podemos decir que tenemos 60 generales y ni un gramo de patriotismo. Eso es el precio de la paz de Stroessner, significó. Prosiguió diciendo que eso es lo que ha creado el cantor de las glorias nacionales y eso es lo que significa para ellos vencer o morir; eso es lo que significa para ellos la paz, como garantía de proceso". Tras enfatizar que luchaba contra la Dictadura de derecha del General Stroessner" porque es la dictadura misma y no porque apeligra en el Paraguay y otra de izquierda, manifestó que la paz y los derechos humanos de sus hijos y de la propia especie humana son lo que apeligran. "Si de esta forma no asumimos la defensa de los derechos humanos, estaremos haciendo un mal negocio para el futuro de nuestros hijos". "Si creemos que defendemos los derechos humanos cuando defendemos a nuestros amigos estaremos confundiendo derechos humanos con complicidad" agregó. Pidió Saguier, entonces que todos los paraguayos comprendan que defender los derechos, es por sobre todo defender los derechos humanos del adversario. Por eso le digo al diputado Lezcano Molinas que algún día yo defenderé sus derechos humanos. Posteriormente como forma práctica de llegar a la instauración de la verdadera paz y la vigencia de los derechos humanos en el Paraguay, planteó el debate amplio de un programa de transición democrática entre todos los partidos y movimientos antiestronistas: "la definición programática de un gobierno de transición". "Reclamamos la definición de un perfil de ese gobierno. Posteriormente la elección de un hombre para salir a pelear por las calles para que ese hombre se imponga por la fuerza de las masas populares que tiene que luchar contra las estructuras de la Dictadura..." fue detenido, incomunicado y encerrado en un placard en la Agrupación Especializada, (este nicho había sido construido especialmente para el periodista chileno Rafael Mella La Torre, quien estuvo detenido 9 años, dos de los cuales los pasó encerrado en ese mismo habitáculo, acusado de participar en el asesinato de Anastasio Somoza).
El Diario HOY en su edición del 4 de setiembre de 1987, publicó: "DRAMÁTICO RELATO DE LA ESPOSA DEL POLITICO DETENIDO": Hermes Saguier: "Me tienen encerrado en un placard" (acompaña artículo periodístico) - El Presidente Raúl Alfonsín le escribió una carta en fecha 29 de setiembre de 1987 - que se adjunta - que en su última parte dice: "Sepa Usted que apreciamos su sacrificio personal, que como el que tantos otros compatriotas latinoamericanos, sacrifica lo personal en pos del bienestar general, pero sepa usted también que por ser esta una causa noble todo sufrimiento se ve recompensado con la admiración de los pueblos libres del mundo y no tengo dudas que con el agradecimiento también de las generaciones futuras que venerarán a quienes hoy señalan el camino de la libertad..." (se acompaña copia de la carta del Presidente Argentino)
Hermes Rafael Saguier fue procesado en el marco del Expediente caratulado: "Hermes Rafael Saguier s/ instigación a la sedición y transgresión de la Ley Nº 209" Capital. Año 1987 a cargo del Juez Benito R. Llanes. El entonces Fiscal General del Estado Clotildo Jiménez Benítez en un escrito célebre lo calificó como el "Predicador del Odio entre paraguayos", solicitó la detención de Saguier y el cierre del Semanario El Pueblo".
Saguier compareció a prestar declaración indagatoria acompañado de Carmen de Lara Castro, ver fotografía que se acompaña.
El prontuario de Hermes Rafael Saguier del Departamento de Investigaciones de la Dirección de Políticos y Afines de la Policía Stronista, (documentos proveído por el Centro de Documentación y archivo de los Derechos Humanos Archivo del Terror) cuenta con todos los datos de Hermes Rafael Saguier, características física y series particulares, así como con los datos de su esposa y sus tres hijos. Dentro de las observaciones se lee: "10-IX-82. Remitido a guardar reclusión en la Agrupación Especializada (Nota 719 A.E.) de la Dirección de Política y Afines (D-3Investigaciones) a la Agrupación Especializada siendo las 17:00 hs. Recurrió al recurso del Habeas Corpus. Expulsado 13-IX-82.
Desde el l de marzo de 1961 reside en la ciudad de Buenos Aires (R.A.) Regresó al país para prestar el Servicio Militar Obligatorio (CIMEFOR) en los años 1964-1967, egresando con el grado de Sub-Oficial Aspirante de Infantería (Orden Especial Nro. 30 del Comando en Jefe). Se casó en la Argentina con una ciudadana chilena, también de profesión abogada. En el año 1971, se recibió de abogado trabajando de abogado en el Estudio Jurídico del Dr. Julio González, quien fue secretario privado de María Estela Martínez de Perón, cuando fue presidente de la Argentina. Fue abogado de varios sindicatos obreros y municipales en la Argentina. En 1978, se independizó formando su propio Estudio Jurídico. Dada su vinculación con los dirigentes políticos argentinos, el Acuerdo Nacional le designó como representante en Buenos Aires, por el Partido Liberal Radical Auténtico. Fue gestor de viaje de varios dirigentes juveniles del Partido Liberal Radical Auténtico a Buenos Aires, para tratar temas relacionados a "Yacyretá" y "Pilcomayo". Cuando dirigentes del PLRA viajan a la Argentina es el encargado de realizar los contactos con los dirigentes radicales, llegando a participar de reuniones de su partido con los del MOPOCO.
5-IX-82: Fue detenido por pretender introducir al país propaganda subversiva cuando el frustrado operativo retorno de exiliados políticos.
13-X-82: fue expulsado del país por la Aduana de Puerto Falcón.
6-II-83: Pretendió ingresar al país cuando integró un operativo retorno en compañía de Miguel Ángel González Casabianca, Waldino Ramón Lovera, Eduardo Sardi, Antonio Gilberto González Prieto, Aníbal Florentín Alarcón, Ricardo Esperanza Leiva y Luis Alfonso Resck, en Aerolíneas Argentinas, regresando en el mismo vuelo. 7-I-84: Ingresó al país por el Aeropuerto Internacional en un vuelo de Aerolíneas Argentinas.
11-I-84: Sale del país por el Aeropuerto Internacional en un vuelo de Aerolíneas Argentinas.
11-II-84: Ingresa al país por el Aeropuerto Internacional en un vuelo de Aerolíneas Argentinas.
16-II-84: Sale del país por el Aeropuerto Internacional en un vuelo de Aerolíneas Argentinas.
19-II-84: Ingresa al país por la Aduana de Puerto Falcón en el coche chapa Nro. C-122.085 en compañía de su esposa, procedente de Buenos Aires.
22-VII-84: Sale del país por la Aduana de Puerto Falcón en el coche chapa Nro. C-122.085 en compañía de su esposa, con destino a Bs. As.
4-VIII-84: Ingresa al país por la Aduana de Puerto Falcón, en compañía de su esposa, Lourdes Solange H. García de Saguier con destino a Buenos Aires.
En fecha 5 de setiembre de 1984 en compañía de Miguel Ángel González Vázquez, mantuvieron una entrevista con el Dr. Raúl Alfonsín, Presidente de la Argentina.
25-X-84: Ingresa al país por la Aduana de Puerto Falcón en compañía de Oscar Néstor Sotera Ortiz, procedentes de Formosa, sin vehículo propio, volviendo a salir ambos en el día por la misma Aduana con el mismo destino a Formosa.
10-XI-84: Ingresa al país por la Aduna de Falcón procedente de Buenos Aires".
Y así continúan los informes de la policía stronista ... ver prontuario que se adjunta.
De esta época data el sobre nombre de "Rambo" (ver caricatura en el diario Hoy) que la prensa oficialista le atribuyó al Dr. Hermes Rafael Saguier por su forma agresiva de hacer política contra la Dictadura de Stroessner, en especial por los episodios del Departamento de Concepción y en Horqueta, en donde regia la prohibición de hacer política dispuesta por el entonces Ministro del interior Sabino Augusto Montanaro y ejecutada puntualmente por el delegado de Gobierno Morales, junto con la prohibición a Saguier de recorrer dicha zona.
Esta arbitraria prohibición obligó a Hermes Rafael Saguier a desarrollar su actividad con la más absoluta clandestinidad, eludiendo los controles policiales con los atuendos más extravagantes y pernoctando en los lugares más insólitos. La versión popular concepcionera da por cierto que por aquel tiempo Saguier abandonó una misión clandestina, acordonada en forma imprevista por la policía vestido de monja y que otra vez siendo intensamente buscado por la policía disfrazado de campesino brindó con el mismo Delegado de Gobierno Morales, acompañado por su correligionario Raúl Zarza. Luego desapareció, sin antes pasearse por todo el pueblo de Concepción en bicicleta con sobrero de paja y camisa azul.
Saguier buscó por todos los medios la forma de poner de manifiesto tanto en territorio paraguayo como internacionalmente la violación de los derechos humanos que vivió la población paraguaya en forma sistemática durante el periodo de 35 años que duró la dictadura de Stroessner, 1954-1989.
Así en agosto del año 1988, el 23 de marzo, protagoniza en una espectacular acción, (junto con Mirta Ortigoza y Felino Amarilla) logrando liberar de su prisión domiciliaria al Capitán de Caballería Modesto Napoleón Ortigoza, el preso político más antiguo de América. Ambos, Ortigoza y Saguier quedaron aislados en la Embajada de Colombia, durante la presidencia de Virgilio Barco, quien concedió el asilo en forma inmediata y donde permanecieron hasta que Napoleón Ortigoza obtuvo un salvoconducto que lo llevo a Madrid invitado por Amnesty Internacional y Saguier optó por abandonar la embajada de Colombia, renunció al asilo político a riesgo de ser detenido por la policía stronista. (ver artículos periodísticos que se acompañan).
Hermes Rafael Saguier, su hermano Tito Saguier y otros correligionarios y opositores de distintos partidos, fueron los gestores de las Marchas de la civilidad, conocidas también con el nombre de Marchas del Silencio, que se llevaron a cabo el día 10 de Diciembre de 1988, movilizaciones que incentivaron el golpe de febrero, de 1989.
Luego de la caída de la dictadura de Stroessner el Dr. Saguier se dedicó al ejercicio de su profesión de abogado, y fundó el Estudio Jurídico Saguier & Asoc. junto a su esposa Solange García y Felino Amarilla. Por primera vez pudo ejercer la profesión en su país y lo hizo en forma independiente trabajando como asesor jurídico de la Unión Industrial Paraguaya, y la Asociación Rural del Paraguay. Públicamente defendió la intangibilidad de la propiedad privada y las bondades de las inversiones extrajeras. También enfrentó a las organizaciones campesinas que propiciaban las ocupaciones de tierras dando impulso a una Comisión de Tierras dependiente de la Asociación Rural del Paraguay.
En 1990 el Dr. Saguier, protagonizó otro hecho trascendente at enfrentar al ex Ministro del Interior de Stroessner y Vice. Presidente del Partido Colorado de ese momento, el Dr. Edgar L. Insfrán acusándolo de asesino y torturador por su desempeño como Ministro del Interior de la dictadura, lo que le valió serios inconvenientes en el ejercicio de su profesión y de su actividad política debido a los nostálgicos de una era de privilegios.
En 1992, indignado por las arbitrariedades y corrupción reinante en el Ejército defendió al Coronel Luis Catalino González Rojas, Comandante de la Sexta División de Infantería quién por haber denunciado el tráfico hacia Bolivia de vehículos robados bajo la protección de las FFAA paraguayas, había sido apartado de su cargo.
Como consecuencia de la denuncia contra el General Garcete encarada por su defendido Catalino González Rojas, la residencia familiar del Dr. Saguier fue ametrallada la noche de 31 de Agosto de 1991 por desconocidos, con la finalidad de amedrentar y acallar al abogado Saguier, (se acompañan recortes de Diarios) luego de unos días recibió una grabación que entregó inmediatamente a los medios de prensa, que identificaban como autores del atentado al propio General Humberto Garcete y su amante en un diálogo telefónico sobre el atentado "solo pare amedrentar" según indicaciones de Garcete a su interlocutora la entonces modelo Zunny Castiñeira.
El episodio convirtió al temido General Garcete en el hazmerreir del momento, por el aún célebre postre vernáculo, el manjar preferido del general: "Mamón con palito". Este episodio acabó con la carrera militar del General, quien fue destituido de su cargo y perdió su poder económico y político.
Pero al Dr. Saguier, no le bastaba su actividad profesional, su pasión era la política y así fue como volvió al ruedo luego de una exitosa campaña para diputado por la capital, candidatura que clausuró con otra frase que marcó historia ofreciéndole a los gatos los genitales del Gral. Oviedo.
En 1993 fue electo Diputado Nacional obteniendo resultados electorales nunca alcanzados por el PLRA en Asunción. Fue designado Líder de la Bancada del PLRA.
Se postuló nuevamente a Diputado pero perdió en las internas. No consiguió su reelección en 1998.
En el año 1999 fue detenido junto con el Abogado Carlos Ruiz Díaz y procesado, cuando indignado por la parodia montada por el fiscal Latorre para inculpar a Lino Oviedo, su antiguo rival, del asesinato de Luis María Argaña.
En el proceso por la investigación del crimen del Dr. Argaña, Saguier fue imputado por el entonces juez Bogarín por buscar la verdad, (se acompaña texto de la Declaración Indagatoria). Acusado de haber instigado al testigo Gumersindo Aguilar a cambiar su versión por la verdad.
Posteriormente quedó acreditado que Gumersindo Aguilar fue un testigo falso creado por la Fiscalía para incriminar a Lino Oviedo en el asesinato del vice-Presidente Luis María Argaña. Gumersindo Aguilar fue asesinado años más tarde.
En mayo de 2000, un regimiento de tanques salió a las calles de Asunción. Tanto Saguier como otros políticos, militares y civiles simpatizaban y apoyaban la idea de desnudar la usurpación del gobierno de González Macchi, se trataba de una rebelión. La Fiscalía General acusó a Saguier de ser el líder de esa rebelión.
El Dr. Saguier respondió que todos los paraguayos tenían el derecho constitucional a revelarse y más que un derecho la obligación de hacerlo ante el Gobierno usurpador.
La Fiscalía a cargo del Fiscal Andrés Nissen pidió 25 años de prisión para Saguier, aunque nunca se atrevió a llevarlo a juicio oral y público, ante la evidencia que el Gobierno de González Macchi era ilegal.
En el año 2005, durante, el gobierno de Nicanor Duarte Frutos, el Dr. Hermes Rafael Saguier fue el primer liberal en apoyar la candidatura del actual Presidente Fernando Lugo, además de sembrar la idea de su candidatura para una alianza, de oviedistas, liberales y partidos de izquierda, trabajo que realizó con entusiasmo y dedicación, con reuniones en su casa, en su Estudio Jurídico y en Comités liberales para convencer a la ciudadanía de la posibilidad de derrotar al partido que estaba en el poder desde hacía 50 años. Esta idea prendió y finalmente logró su meta obteniendo la victoria y jurando el ex monseñor Lugo como presidente constitucional de la República del Paraguay.
A lo largo de toda su carrera política y profesional el Dr. Saguier se destacó por su coraje y su permanente lucha por defender los derechos del hombre común y de los perseguidos injustamente por el poder político. Prueba de ello es que a la vez que defendía la propiedad privada como Abogado de la Asociación Rural del Paraguay, defendió los derechos de un periodista contra uno de los hombres más ricos y poderosos del país.
Igual conducta tuvo al solicitar la detención de los dueños y directivos de un Frigorífico en donde habían fallecido 11 obreros, por negligencia e incumplimiento del deber de seguridad laboral.
Obtuvo la nulidad de los procesos judiciales que condenaron al Cap. Modesto Napoleón Ortigoza, Sargento Guillermo Escolástico Ovando, Capitán Hernán Falcón, Capitán Hilario Ortellado y Regalado Brítez, y logro que el Estado Paraguayo resarciera a los mismos por los daños y perjuicios sufridos.
En el marco del Derecho Constitucional, y en el ejercicio de las Funciones parlamentarias el Dr. Saguier es actor y colaborador de varios anteproyectos de leyes.
Hermes Rafael Saguier vivió de acuerdo a su convicción. Hombre cabal, culto y lúcido, defendió sus ideas con coraje, repitió incansablemente: "Defenderé los derechos de todos y cada uno de los paraguayos, cualquiera sea su raza, su sexo, sus ideas políticas o sus convicciones religiosas. Estoy contra la tortura, quienquiera sea el torturado. Estoy contra la violación de las garantías constitucionales y reglas del debido proceso quienquiera sea el afectado. Estoy contra la persecución a las minorías, cualquier minoría en cuestión. Estoy por el respeto de la voluntad popular expresada en las urnas, quienquiera sea el escogido por mis compatriotas. Estoy por la libre búsqueda de la verdad en todos los aspectos, sea esta motivada por cuestiones individuales o grupales. Y esta breve enumeración de mis ideas liberales, ubicadas entre las cuestiones de conciencia, hace que la defensa de estos principios no puedan computarse al momento de evaluar conveniencias personales o políticas. Estas cosas se defienden y punto, aunque el mundo se venga abajo, o aunque perdamos la libertad por defenderlas... Nosotros los liberales debemos lograr un gobierno de IDEAS. En cambio los conservadores buscan un gobierno que responde a los compromisos de un sistema. HERMES RAFAEL SAGUIER.
Si bien el momento de profunda tristeza y dolor que nos produce la partida de Hermes Rafael Saguier, quiero expresar la satisfacción de haber conocido personalmente a una persona genuinamente libre en sus convicciones y coherente con su infranqueable voluntad de lucha directa, de enfrentamiento al autoritarismo y a los autoritarios, sin hesitar una pasión constante que no era otra que la vigencia irrestricta de las libertades públicas y el respeto a las personas sin distinciones de ninguna naturaleza.
Muchas anécdotas conocen los presentes sobre la coherencia de su reclamo combativo y frontal frente a la injusticia y la arbitrariedad, su arrojo y valentía singular en épocas riesgosas, gesta la aparición de un personaje mítico por su valentía al enfrentar las más osadas situaciones. Y así se produce la sustitución vox populi de su verdadero nombre por el de RAMBO, seudónimo popular que lo identificó hasta el último segundo de su existencia y que seguro estoy, se lo recordará en las futuras generaciones como expresión de la lucha por la libertad. HERMES RAFAEL, o, simplemente RAFAEL, nunca se mostro satisfecho con sus metas y logros personales.
Apenas derrocada la tiranía, siguió insistiendo, denunciando y cuestionando los actos de autoridad que consideraba abusivos e injustos, y en varias oportunidades, más allá de su peculiar manera de defender causas, que generaba simpatías y enconos, las mismas siempre terminaban en la defensa inclaudicable de la libertad de las personas, en la denuncia contra la injusticia, por lo que la personalidad de HERMES RAFAEL jalona las páginas más importantes de la lucha por la libertad en el Paraguay, y, por qué no decirlo, quizás uno de sus hijos notables.
Tuve el honor de escucharlo hace un par de semanas atrás cuando concurrió a la audiencia pública de los postulantes para acceder al cargo de FISCAL GENERAL DEL ESTADO, y, como candidato, compareció y me conmovió su peculiar estilo cuando al hablar sobre su compromiso con los derechos humanos en el caso que accediera a ocupar la titularidad del MINISTERIO PUBLICO, expreso que EN REALIDAD EL NO VENIA A HABLAR SOBRE LO QUE HIZO EN DEFENSA DE LOS DERECHOS HUMANOS, SINO DE LO QUE NO HIZO O PODIA HACER A FAVOR DE LOS DERECHOS HUMANOS.
Y pasando revista de su propia vivencia histórica, recordó momentos trascendentales de lo que personalmente consideraba un déficit como abogado defensor comprometido con la causa de la libertad y la justicia. Su relato entrecortado por la emoción de retornar a ese pasado que lo conmovía por su debilidad humana, decía, convencido, que si bien no claudicó, por la influencia de un entorno social intolerante le impidieron defender muchas causas por las cuales, íntimamente, sentía un compromiso con la ideología de la libertad y la justicia. Sentenciaba, en esta última ocasión que lo escuché en público, que su compromiso se mantenía inalterable por la defensa de los derechos humanos y que reiteraba la necesidad de enfrentar y vencer la intolerancia en el Paraguay, dejar atrás un camino trillado de incomprensiones hacia las personas, sin ningún tipo de distinciones.
La elocuencia de Hermes Rafael planteaba una revisión de su actitud hacia la libertad, pero si bien desde su perspectiva lo consideraba como una suerte de mea culpa, mi impresión fue totalmente distinta:
Una persona que al hablar de derechos humanos -¡quién mejor que él para dar testimonio de su valentía para vencer al miedo, al peligro y la obsecuencia!-, reconocía que su discurso tendría que iniciarse con "lo que hice por los derechos humanos", sino "lo que no pude hacer por los derechos humanos", perfila la personalidad de RAMBO, del eterno disconforme con lo transitado hasta el momento, de una persona necesitada en enfrentar los nuevos desafíos que apeligren la libertad, en cuestionar severamente la arbitrariedad, de una personalidad controvertida y hasta contradictoria como sinónimo de humanidad, y por eso mismo, merecedora de un profundo respeto por sus antecedentes y su continúa ratificación de lo hecho.
Ese dinamismo trasuntado en la audiencia pública como lo percibí humildemente, es lo que me lleva a destacar, principalmente, de que HERMES "RAFAEL SAGUIER fue y será siempre el ejemplo de la lucha incesante, inclaudicable y gentil en aras de la libertad y los derechos humanos. Por eso me hubiera gustado decirle en aquella oportunidad que el testimonio de su lucha en tiempos difíciles jamás puede encontrar un déficit, que eso que llamó déficit se trasforma -en un examen rápido de lo que significó la lucha de RAMBO SAGUIER- en una genuina virtud de sentirse responsable por ampliar su lucha trasladándola al plano de la absoluta tolerancia del pensamiento de todos los habitantes, más allá de cualquier diferencia de la índole que fuere.
De aquella audiencia me marco esta reflexión aguda, la del hombre profundamente insatisfecho con lo alcanzado hasta el presente en su lucha por la vigencia de los derechos humanos, pero al mismo tiempo, intensamente comprometido con la tolerancia y el respeto a la dignidad de todas las personas.
La fidelidad con sus principios de este luchador que nos abandona terrenalmente, pasa a integrar la memoria histórica de la lucha por la libertad en el Paraguay, en cuya dimensión, seguro estamos, HERMES RAFAEL SAGUIER es y será una de sus mas fulgurantes expresiones.
Invoco a Dios para que la familia de HERMES RAFAEL, de RAMBO, encuentre resignación cristiana y despedir, emocionado, a este gran luchador por la libertad y la dignidad humana, recordando que como hombre de su tiempo, defendió a su tiempo, lo que muchos consideraban que todavía no era el tiempo de la DEMOCRACIA.
Cuando muchos opinaban que no era posible la vigencia de un Estado de Derecho en el PARAGUAY, HERMES RAFAEL se adelantó a ese tiempo y con la visión puesta en la conquista de la libertad, arriesgó, tantas veces y con tanta intensidad, su vida, su intensidad, su familia, por ejemplificar lo que no se podía explicar con palabras, sino con acciones concretas.
Se dice que las obras humanas son tales cuando expresan el afecto y el amor por alguna causa. La obra de RAMBO fue su defensa apasionada de la libertad y los derechos humanos. Solo basta que su obra sea interpretada en el tiempo y hasta repensada infinidad de veces, para que en los momentos de avasallamiento que siempre acechan pretendiendo dejarnos sin dignidad ciudadana, recordemos los pasajes de las diversas gestas de HERMES RAFAEL para entender que la lucha por la dignidad no tiene pausas y menos ambivalencias, para lo cual, evoquemos al hombre de aquel tiempo para que el tiempo pasado nunca exista, sino presente y futuro, cuando hablemos de LIBERTAD, que ese pasado solo sea recordación constante y agradable de los que hicieron posible que el TIEMPO DE LA LIBERTAD NO SE DETENGA, Y QUE ESTE PRESENTE DE LIBERTAD REIVINDIQUE A LOS QUE EN EL PASADO ABOGARON POR ELLA, A PESAR DE MUCHOS DE NOSOTROS INCREDULOS DE PODER OBTENERLA. Por ese testimonio de HERMES RAFAEL SAGUIER, y por su profunda convicción humana en todas sus facetas, decirle que vamos a extrañarlo y que ese vacío difícilmente será llenado en estos tiempos de tantas vacilaciones, por una persona como RAMBO. Por todo eso, GRACIAS. PAZ EN SU TUMBA.
CARMEN BRAKENRIDGE LOPEZ
Nació en Asunción el 16 de julio de 1920. Estudió la primaria y la secundaria en la capital. Sus padres fueron Guillermo Brakenridge, de nacionalidad escocesa, y Sofía López, paraguaya. Su familia se dedica a la ganadería y es tradicionalmente liberal. No está afiliada a ningún partido político.
APRESAMIENTO. 1961
El 22 de diciembre de 1961, a la medianoche, una docena de hombres armados, vestidos de civil, forzaron el portón de entrada y se introdujeron en la quinta de la familia, en Villa Morra, Asunción. Allí vivía con su madre. Su padre había fallecido y su hermano vivía en la Argentina.
Los hombres armados encerraron al personal de servicio en el fondo de la casa. Posteriormente, violentaron la puerta e ingresaron al cuarto de Carmen Brakenridge. La encañonaron con un revólver y le dijeron que los acompañe. Se vistió detrás de la cabecera de la cama y luego la condujeron hasta un jeep particular, que estacionó a cuatro cuadras de su domicilio.
La casa fue allanada sin orden judicial. Fueron llevados por la Policía dos vehículos de la familia, que ya no fueron devueltos.
Carmen Brakenridge fue acusada de participar en un operativo cuyo objetivo era tomar el poder por las armas.
En la misma habrían estado implicados dirigentes liberales que se encontraban en la Argentina, entre quienes figuraba el hermano de Carmen, Guillermo Brakenridge, quien tenía campos en el país vecino.
Hombres armados provenientes de la Argentina tomaron el puerto de Itá Enramada en 1961. La acción fue rechazada luego por las fuerzas militares del Gobierno.
Carmen Brakenridge fue acusada de ser informante de las fuerzas rebeldes provenientes del exterior, que tenían contactos civiles y militares en nuestro país.
EN INVESTIGACIONES
En el Departamento de Investigaciones pudo ver a numerosos jóvenes que, según supo posteriormente, habían entrado desde la Argentina. Estaban parados en una sala apoyados en la pared, de espaldas, y con las manos en la nuca. Eran golpeados constantemente en la cabeza con una cachiporra por un oficial de Policía. Varios tenían la ropa y la cara manchadas de sangre.
Entre los detenidos encontró a su sobrino Juan Bautista Benza, apresado en Asunción, días antes que ella. El joven mostraba huellas de haber sido golpeado.
Por la noche, en el trayecto al baño, vio muchos cuerpos tendidos en el patio interior de Investigaciones.
Al día siguiente, en las horas de la noche, la trasladaron en un automóvil particular, acompañada por dos oficiales, a la Comisaría Tercera. Allí la encerraron en una habitación que tenía como todo mueble, una silla de dentista que le servía de cama. Permaneció seis meses, hasta junio de 1962, en total incomunicación. Recibía comida de sus familiares, pero no le permitían verlos. La trasladaron al Policlínico Policial a raíz de una crisis nerviosa que la tomó en la Comisaría Tercera.
Fue trasladada al Policlínico en junio de 1962. Ese mismo mes, por presión de sus familiares y amigos, le abrieron proceso judicial por violación de la Ley 294/55, por su supuesta participación en actos subversivos.
Asumió la defensa el abogado Alejandro Rolón. Fue dictada sentencia contra ella. La familia contrató al abogado Fernán Díaz Pérez, quien apeló sentencia judicial y obtuvo su libertad judicial.
En el policlínico, Carmen permaneció aislada en la habitación donde guardaban medicamentos. Amigos y parientes hicieron trámites para que sea llevada al Buen Pastor. Enviaron una nota al presidente de la República solicitando su traslado y el cese de su incomunicación.
El pedido prosperó y pasó a la mencionada cárcel de mujeres en setiembre de 1962. Allí pudo entrevistarse con su madre su abogado y con el monseñor Felipe Santiago Benítez. La madre superiora la dejaba salir al patio del Buen Pastor para arreglar el jardín, teniendo en cuenta su delicado estado nervioso. Pero, al poco tiempo, aquella recibió una orden de no dejarla salir de su habitación.
Obtenida la libertad judicial, a fines de 1962, Carmen Brakenridge fue conducida al Cuartel Central de Policía. Allí, el jefe de Policía, Erasmo Candia le comunicó que existía una "orden superior" para que ella vuelva a la comisaría. Monseñor Benítez intercedió en su favor, solicitando que sea llevada de nuevo al Buen Pastor, y así se hizo. La orden de libertad judicial fue ignorada.
Ya en el año 1963, en los primeros meses, el doctor Fernán Díaz Pérez vuelve a obtener la libertad judicial en favor de su defendida. La misma fue firmada por un juez de apellido Barrios, que posteriormente fue destituido del cargo, a raíz de la sentencia. El abogado se dirigió al Buen Pastor con la orden judicial en la mano, que presentó a la madre superiora Gatti, encargada del lugar. Carmen fue retirada inmediatamente por su abogado, quien la trasladó a la Embajada de Venezuela.
Allí fue recibida en carácter de asilada política por el embajador Castellanos. Estando en la residencia del diplomático, cuatro policías ingresaron subrepticiamente al lugar. El embajador se percató de la presencia de los desconocidos y efectuó disparos al aire con un revólver. Atrapó a uno de los agentes, que dijo que estaban persiguiendo a un ladrón y por ello habían entrado en ese domicilio.
Ya en el mes de junio de 1963, Carmen Brakenridge, debido a presiones de sus amigos y familiares, obtuvo un salvoconducto con el que viajó a Buenos Aires. El embajador venezolano la acompañó hasta el aeropuerto donde abordó el avión, en compañía de su madre. En el aeropuerto de Ezeiza le dijeron que el salvoconducto que portaba no tenía validez. Le pidieron documentos. Ella no tenía ninguno porque la Policía se los había arrebatado en oportunidad de su apresamiento.
Las autoridades del aeropuerto en la Argentina iban a devolver a Carmen Brakenridge al Paraguay. Ella encontró en su cartera un viejo carnet de conductor de la localidad de Espinillo, Formosa, República Argentina. Este documento le sirvió para ingresar a dicho país.
Posteriormente, la señora Brakendrigde solicitó copias de su documento argentino. Vivió allí hasta 1969, año en que regresó al Paraguay.
Se considera liberal y conservadora. Administra sus tierras y bienes del Chaco Paraguayo y la Argentina.
Su abogado, Fernán Díaz Pérez fue detenido y estuvo recluido 22 días en Investigaciones por haber contribuido a su libertad.
Fueron entrevistados Carmen Brakenridge y el Doctor Fernán Díaz Pérez para la recopilación de los datos presentes. Ya no hay copias del expediente del caso.
Villa Morra, allá por los años 40, era una zona de quinta y lecherías. Mi padre Don Raimundo, tenía más de 10 hectáreas de plantaciones de mandarina. En la cosecha venían más de 40 burreras, más al este la vía de la zorrita a San Lorenzo, el hipódromo de los Lebrón y muy cerca de Coindú, la gran casona de Sofía López. En ella vivían, la esposa Sacarello y sus hijos, Dolly, Chica y Guillermo. Mi hermano Pelón iba al Colegio Internacional y doña Sofía, cuando la vi pasar para tomar el tranvía Línea 9 decía: "Nelly, Chica, ya son las 7, allí pasa Pelón".
Chica, era una mujer extrovertida, de carácter y templanza. Era liberal y siempre en los últimos años iba elegantemente vestida, con sobrero, a las reuniones del Club Liberal Raúl Casal Ribeiro. Cuando la visitaba, uno o dos años antes de su fallecimiento, me decía: "Mariano, estoy apenada por la situación de nuestro partido. Tenía esperanza y admiraba a Mateo Balmelli y me decía con énfasis: "Este tu sobrino Blas, todo mal vestido, con jean y camisa suelta, no puede ser......", "un caballero y dirigente liberal debe vestir bien.
Chica no tuvo hijos, pero amaba a los hijos de su hermana Dolly, a esta última, yo le visitaba en su casa de techos verde. Era tan buena y de una sonrisa cautivante.
Chica, es un ejemplo para las futuras generaciones liberales de alma y de una inteligencia brillante.
El Ministro Insfrán fue el principal causante de la persecución de Carmen Brakenridge, se transcribe a continuación la biografía de un resentimiento que versa sobre Edgar Insfrán:
EDGAR INSFRAN o La Biografía de un Resentimiento
La injusticia crea la subversión y la subversión da lugar a la impunidad, madre absoluta de todos los crímenes. Bajo el imperio de la justicia, hermana augusta de la Libertad, es imposible que surjan y proliferen sujetos de la pasta de Tomás Romero Pereira, resentidos como Edgar Insfrán, ladrones como J. Natalicio González o incapaces afortunados y cínicos como Higinio Morínigo o Stroessner. Bajo el imperio del derecho y en el ejercicio de las libertades populares, la moral política es la que imprime rumbo y controla severamente el desempeño de los hombres en función pública.
El respeto al derecho ajeno, el amparo que prestan las leyes, la libertad de prensa y de reunión y la tolerancia, son las bases esenciales de la democracia. Sobre ella descansa para conquistar su presente y ser digna de su porvenir una nación civilizada.
Este panorama hace más de veinte años que se ha desterrado del Paraguay. En la actualidad, en la gran nación de los comuneros, reina la noche. La noche de los atentados constantes, de la angustia, de la zozobra, del temor renovado a cada instante, de la persecución encarnizada contra el hombre de bien. La noche, en la que el ladrón luce sus galas, blasona su cinismo como un triunfo digno de imitarse, impone directivas y hace proselitismo. La noche que hace propicio el resurgimiento de todos los delitos y prohíja todas las impunidades. La noche en que el tahúr oficia de hombre importante, sugiere medios de seguridad política y hacen largas antesalas esperando impacientes. La noche en que se industrializa la indignidad, se estimula la delación y se echan las bases de algún negociado para el día siguiente. La noche en que los sayones de la tiranía colorada, generosamente estipendiados, se hacen presentes para referir sus últimas actuaciones, haciéndose cotizar como corresponde a fin de cobrar de inmediato nuevos y más sabrosos emolumentos, de acuerdo en un todo a la brutalidad de las misiones cumplidas. La noche en que cada puntal del siniestro conglomerado, sugiere nuevas medidas de represión contra los hombres que aman la patria y desean para ella el retorno a la libertad, por ahora desterrada del horizonte nacional. La noche, en que el puñal brilla a la distancia y el atraco asoma como probable en cada hora del día. La noche, la larga noche de la espantosa tiranía roja en que la prensa ha sido amordazada, en que los hombres que han defendido a la patria en la Guerra del Chaco, no tienen derecho a vivir en la heredad común. La noche de la miseria, de la larga miseria que viene soportando el pueblo paraguayo y en que la despoblación de la República se hace sentir en forma pavorosa. Y en el fondo de todo este cuadro sombrío, dominando el escenario por derecho de barbarie propia, la figura cínica de Edgar Insfrán. Encuadrada en un marco de sangre y de lágrimas. Hablemos, pues, de este monstruo cuyo salvajismo ha rebasado todos los extremos y cuyas aberraciones patológicas han señalado su heráldica en un coágulo de sangre.
En la sucesión de fenómenos a que nos tiene acostumbrado el régimen que ha impuesto por la fuerza el Partido Colorado, hay un capítulo especial que sobresale por la insignificancia de su protagonista, valga la paradoja. En todo habrían de distinguirse los colorados. No solo en las actividades de la delincuencia - veta fundamental de la dinámica colorada - habrían de tener próceres absolutos: en la atmósfera de la insignificancia, allí donde lo mediocre sigue de cerca a la degeneración sexual y al desvarío psíquico, allí también habrían de hacerse notar con caracteres inconfundibles. Desde ahora, el partido de López-yacaré tiene un nuevo exponente que lo perfila ya como la síntesis reveladora de la faceta que marca inexorablemente la total decadencia del nefasto conglomerado. Hemos de mencionar a Edgar Insfrán. No ha entrado en nuestro hábito hablar o extendernos sobre hombrecitos de segundo orden que no tiene más importancia, como decimos, que su propia insignificancia, pero en esta oportunidad haremos un paréntesis, porque el "personaje" del que vamos a ocuparnos brevemente, reúne todas las cualidades del ente esencialmente inferior, que se enorgullece de la crápula en que vive y hace gala de sus desmanes creyendo de esta manera ofender a la sociedad que lo repudia con desprecio, y acallar el paso de la opinión pública que lo señala como un criminal.
Edgar Insfrán sólo podía llegar a ser personaje en el Partido Colorado.
Ninguna entidad civilizada lo hubiera tolerado en su seno. ¿Qué de extrañar así que se hubiera revelado como un bárbaro que se complace en la barbarie, que la cultiva y que la perfecciona todos los días con el deleite de un torturador que se deleita con el quejido de sus víctimas? Decía Himmler, el siniestro jefe de la Gestapo nazi: "Se nos acusa de bárbaros; sí, somos bárbaros, seamos bárbaros, tengamos el honor de ser bárbaros".
Nada revela mejor al Partido Colorado en esta hora trágica de su total declinación moral, que el tener a Edgar Insfrán, un cultor de Himmler, como guardián y director de su seguridad política. El partido que se dice mayoritario, pero que no otorga elecciones libres y sólo impone reelecciones por medio de la policía secreta, no tolerando que vivan en el territorio patrio a los que se alzan frente a sus persecuciones, ha depositado sus esperanzas de eternizarse en el poder en la persona de este degenerado que vive en plena sombra y que todos los días agrega una nueva página de infamia a sus merecimientos de torturador profesional.
El Ministro del Interior de Stroessner - el general de espada virgen como su cerebro, ya se ha puesto a tono con su maestro Tomás Romero Pereira, en poco tiempo, y por lo que se observa en lo que va de su actuación, ya lo ha superado, lo cual quiere decir que el régimen colorado ha llegado a colmar lo monstruoso.
No obstante el título en el cual hace hincapié para desenvolverse con gestos que pretenden ser de hombre importante, su cultura es rudimentaria, sus fallas en el sistema nervioso (padece de Mielitis), ha acentuado su fiebre de resentido y a pesar de ocupar un cargo de preponderancia en el gabinete de Stroessner, se sabe y se siente en un plano inferior. Para conjurar esta dolorosa realidad en que vive, se yergue desafiante, deseando llegar a lo más alto todavía, lo cual no podrá ser jamás, porque, sus ambiciones tiene que ser limitadas, tanto como sus posibilidades. No es gran cosa lo que ha trascendido de sus datos personales, pero lo que se conoce es suficiente para ubicarlo en el plano teratológico. Pertenece a la pasta de los criminales que hablan con la acción. Se sabe de él que carece de sentimientos y que su avidez por el dinero lo refleja como un ente lombrosiano. Todo en él es desvarío y contradicción. Su élan de resentido sale a la luz con la persistencia de una pesadilla. Y es resentido, porque en su vida hay una falla fundamental que no tiene remedio y que lo ubicará siempre en un plano inferior, por alto que sea el cargo que desempeñe. La falla que aplasta a Edgar Insfrán, es de esas que la opinión pública no olvida y las multitudes no perdonan. El tiene conciencia de esta invencible valla moral que se alza ante él y trata de reaccionar a su manera. Cuando un hombre llega a inspirar lástima - que es lo que inspira en estos momentos Edgar Insfrán -, es que se ha apoderado de él la derrota permanente y ninguna voluntad por firme que sea, podrá ya alterar el dictado de su destino. La atmósfera de odio en que vive Edgar Insfrán tiene raigambres muy profundas. Es una llaga abierta que le corroe la conciencia, en el supuesto de que Edgar Insfrán pueda tener conciencia. Yendo al fondo del asunto, no es sino un vencido, pero un vencido más quebrado y más dolorosamente inferior aun que un derrotado en el ajetreo diario de la vida. El naufragio moral de este hombre, la pérdida de la fe en su destino y la absoluta imposibilidad de alcanzar la consideración de propios y extraños en el plano en que más necesita un hombre que lo consideren, es lo que podría explicar la persistente monstruosidad en sus errores. Decía con acierto Carlos Pellegrini, que un hombre público, no sólo debía ser honrado y respetable, sino que su señora sobre todo debía serlo austera y severamente. Edgar Insfrán no puede tener en el plano de la dignidad a su mujer, de la misma manera y por la misma razón que no pueden pensar dignamente de ella los que conocen su pasado. Esta es la llama que quema el presente de Edgar Insfrán. Esta es la terrible verdad que envuelve su casa, da fuerzas a sus errores y alimenta sus desvaríos, que en los días del 13 de abril, del 4 de noviembre y del 10 de mayo llegó a lindar con la locura.
En el afán de detener un comentario generalizado, trata de hacerse temer a todo trance. Para ocultar sus verdaderas intenciones, hace gala de su celo y fervor partidario. Y es así que en las reuniones ministeriales, su voz se hace sentir para pedir medidas extremas contra la oposición a la que entiende que hay que eliminar del escenario nacional. Este es Edgar Insfrán y en lo que acabamos de reseñar, está la clave de sus atentados y depredaciones.
¡Que esta realidad de su vida, clave de tantos errores, no se olvide!
Edgar Insfrán es el masacrador de estudiantes y el asesino moral del Dr. Carlos Gatti. Con el Dr. Gatti, su empecinamiento llegó al límite. Jamás un degenerado con mando, y haciendo uso de la impunidad más cínica, llegó tan bajo. Al Dr. Gatti lo persiguió con la tenacidad criminal de un enfermo. Lo hacía llamar constantemente o lo llamaba él mismo, anunciándole su próximo asesinato y el secuestro de sus hijas. En el curso de esas llamadas que por lo general comenzaban con las primeras horas de la noche, prolongándose hasta el día siguiente. Edgar Insfrán vociferaba las procacidades más inauditas contra el Dr. Gatti. Para culminar esta serie abochornante de atentados, ordenó que le sacaran el teléfono y finalmente sitió su casa para impedirle descansar. Nada podría amedrentar al grande hombre que había en Gatti, orgullo de la ciencia y ejemplar magnífico de caballero y benefactor de los pobres, pero esta bajeza permanente y deliberada, este no cesar en lo canallesco, esta exteriorización de las pasiones más rastreras y desencadenadas, concluyó con su organismo y Carlos Gatti rindió su último aliento perdonando a su verdugo. La muerte de Carlos Gatti es la página más negra del régimen colorado. El asesinato de este gran paraguayo, es la prueba de suficiencia que Edgar Insfrán rindió sonriente ante los hombres de acción del Partido Colorado.
Lo que retrata con exactitud su psicología, en su absoluta carencia de sentimientos y su predisposición al desenfreno, en las bajas pasiones, a la consumación de atentados y arbitrariedades que por su magnitud, asombran y causan estupor. Su primera pregunta a sus subordinados todas las mañanas al entrar a su despacho, es si los torturadores seleccionados por él, están en funciones. Según Paul de Saint-Víctor, cuando Luis XI ordenaba un tormento, preguntaba reiteradas veces a sus sicarios, si sus órdenes se habían cumplido en toda la amplitud de la barbarie ordenada.
Edgar Insfrán va más lejos: presencia las torturas de sus víctimas como en el caso de R. González Torres, Oscar N. Soteras y Luis A. Kallsen y se solaza con el grito de los martirizados. El se hace presente en los interrogatorios y cuando algún auxiliar vacila en apretar los nudos del cepo o en empuñar la picana eléctrica, compadecido de la víctima. Edgar Insfrán le da un puntapié y personalmente trata de terminar con el perseguido, dando así una lección de entereza ante propios y extraños. La cámara de tortura es su ambiente y su biblioteca. Ha redactado un código, en el cual se dosifica la tortura y se aumenta el sufrimiento corporal, lenta, pero inexorablemente. Su imaginación incursiona hora en hora en el dominio de lo siniestro, para lograr nuevos medios de hacer padecer a sus semejantes. Estimula entre sus subordinados ideas sobre el particular. Cada pesquisa, cada sayón, cada auxiliar, cada escribiente, cada dactilógrafo tiene carta blanca para actuar, hacer experimentos con cualquier clase de tortura y repetir fielmente los procedimientos que hubieran dado resultado. En los días que surgieron el 4 de Noviembre, uno de los que oficiaban de apresadores domiciliarios, tomó a uno de los detenidos y le introdujo en la garganta una gruesa goma seccionándole la laringe y ocasionándole lesiones de tal magnitud, que el infeliz murió en medio de atroces sufrimientos, pocas horas después. El autor de esta monstruosidad fue felicitado por Edgar Insfrán que señaló su iniciativa como digna de imitarse.
Luciendo un cárdigan raído, aire displicente, la mirada vaga, la pistola en el cinto, la pelambre rebosante de caspa y una mueca cínica en los labios con atisbos de sonrisa, recorre Edgar Insfrán sus lugares de esparcimiento favorito: los departamentos de tortura de la policía colorada. Esa es su obra maestra, el monumento que perpetuará su memoria entre los suyos. Allí, su espíritu vuela en ambiente propicio. Enorgullecido del código elaborado dicta órdenes precisas cuando comienza el "interrogatorio" de las víctimas. Aplíquele el capítulo tal, o la página cual, dice fríamente, cuando le notician que los torturados se niegan a confesar lo que saben.
Pasó por el arroyo y quedó en él. Y como esos residuos pluviales que se tornan putrefactos al no seguir el curso de la corriente, generando por la basura depositada en su fondo las peores epidemias, así, el alma de este incivilizado que en los días de la revolución de 1947 asaltaba disfrazado el domicilio de sus adversarios políticos para saquearlos, al no querer someterse a las obligaciones de dignidad que impone el decoro, prefiriendo la sombra a la luz vivificadora, ha llegado a transformar todo su ser en una reserva permanente de bajas pasiones, donde la abyección fija el rumbo que ha de guiar sus impulsos y decorar su vida.
Edgar Insfrán se ha convertido en tema pintoresco inagotable para los estudiosos. Es un personaje de Moliere. Cada día y cada hora, el Ministro del Interior de Stroessner, descubre una nueva faceta de desviación moral que obliga a pensar. Del abatimiento, pasa al optimismo desusado: del temor, a la bravuconería altanera; de la promesa aparentemente bondadosa, a la sorpresa del apresamiento traidor y la tortura inmediata. Estando sentado, no puede quedarse quieto. Se rasca todo el día y sus fosas nasales deben sufrir el impacto de sus uñas, habitualmente de luto riguroso. Gusta de la comedia y hace de sentimental. Se prodiga en el embuste y jura por "su honor". Ha dicho y repetido que no ha tenido nada que ver en el atentado contra universitarios argentinos, uruguayos y paraguayos. Sin embargo, y hay pruebas concluyentes al respecto, él ha sido el que, desde la seccional 8 de la Policía, ordenó fríamente tamaña enormidad, crimen su atenuante de ninguna clase que ha salido a luz arrojando una mancha contra la cultura paraguaya y el sentido de hospitalidad de nuestra raza.
Las prostitutas le atraen, no por los placeres que podrían proporcionarle, sino porque es la clase social que está a tono con su modalidad y su sensibilidad. Y así como odia a los hombres cultos y se siente incómodo entre señores, se inclina, como Morínigo, ante los depravados, no por los beneficios que podría reportarle precisamente, sino porque son depravados. Y es por eso que elige como colaboradores y amigos inseparables al capitán Pérez Garay y a Valentín Barrios, ambos asesinos conocidos. El primero, ha dado muerte por la espalda a todas sus víctimas, y el segundo, antes de ordenar la inmolación de once ciudadanos argentinos y paraguayos cuyos hogares saqueó en 1947, obligó a sus indefensos prisioneros a cavar sus fosas.
Como todo mandoncito irresponsable, cree actuar indefinidamente y abusa en forma sanguinaria del poder. Edgar Quinet sostenía, que nada hace tan monstruoso al individuo nacido para el crimen, como la impunidad. Y Edgar Insfrán goza de impunidad. La impunidad que otorga un régimen corrompido, nacido por el vicio político y sostenido por el espíritu de corrupción de una minoría bárbara. Nuestro protagonista no interroga al porvenir, dialoga con el presente y se entrega a él rastreramente, con satisfacción sádica. Su domicilio se ha convertido en arsenal. Cada vez que debe salir, elige cuál de las armas ha de velar por su seguridad. Desde la simple pistola, hasta el fusil ametralladora y el falcón, todo está a sus órdenes y todo está a su alcance con solo extender la mano. Se afana por dar la sensación de ser el hombre fuerte del partido colorado,siendo nada más que el niño débil, de un andamiaje que hace pus por todos los costados. Miente por hábito, por necesidad de relajamiento moral, por impulso instintivo. Urde intrigas y trata de crear enemistades y recelos entre sus "correligionarios" que no ocultan su desprecio por él y abusa cada vez más de su impunidad que le concede un adiposo incapaz que oficia de general presidente. Impotente para levantar las acusaciones de sus adversarios políticos, de toda la oposición y aún de sus mismos correligionarios, recurre a la calumnia y a la amenaza. Tiene alma de cloaca, porque es tortuoso y zigzagueante como un albañal. Como su hermano o Volta Gaona, se deja habitualmente controlar por la vaguedad más absurda cuando trata de opinar sobre cultura. Ésta es una de sus grandes fallas. Su fuerte está en la tarea de crear todos los días nuevos tormentos y hacer aún más temibles los calabozos colorados. En pleno desvarío, en plena pendiente, en pleno frenesí, sigue amenazando a toda la república e insiste en proseguir el "barbarizamiento" de todo el Paraguay.
No sirve para nada, no le alienta ninguna inquietud elevada, porque su natural procaz y fundamentalmente ordinario lo ha definido y lo ha hecho para lo que ha llegado a ser. Es cobarde, antes que nada cobarde, y sólo tiene el valor del asesino desencadenado que se desenvuelve amparado por una autoridad que no merece y rodeado por un ejército de sayones serviles y obsecuentes. Es cobarde como todo criminal ensoberbecido para quien el código penal no existe y es prepotente como toda figura secundaria y pueblerina que gusta ponerse en primer plano creyendo o haciendo creer que ha nacido en él.
El padre de Edgar Insfrán, el ingeniero Linneo Insfrán, es un caballero. Su esposa, la madre de Edgar Insfrán, es una gran dama. El tío de Edgar Insfrán, el Dr. Pablo Max Insfrán, es una figura nacional por sus antecedentes morales, su cultura vastísima y su actuación en el escenario político. El abuelo de Edgar Insfrán, el Dr. Facundo Insfrán, ha sido el hombre de más relieve en el seno de su generación. ¿De dónde le vienen a Edgar Insfrán estos destellos de barbarie y de cinismo de que hace gala con una inconsciencia que asombra? Tal vez la respuesta esté condensada en un pensamiento de Aristóteles: El que no se parece a sus padres, sostenía el ilustre filósofo, es una especie de monstruo, porque la naturaleza se separa en él de su raza: primer grado de degradación.
Este es el hombre que el Partido Colorado sostiene en el Ministerio del Interior, aún después de los crímenes y atentados perpetrados contra el pueblo. Ésta es la figura representativa de un régimen divorciado totalmente de los anhelos populares, de todo sentido elemental de moral política y que detenta el gobierno a espaldas de la nación.
Montevideo, enero de 1958.
MIGUEL BAJAC
En los bosques de Tarumá, donde incursionaban los indios tobatíes y a ellos se sumaban los mbayaes y guanás, allá por los años 1735, el entonces obispo del Paraguay, Fray José de Palos, de la orden franciscana, y el gobernador Bruno Mauricio Zavala, disponen la reducción de dichas tribus, a fin de facilitar y aprovechar el cultivo natural de la yerba mate, creando a dicho efecto un asentamiento denominado "San Joaquín".
El 1 de junio de 1773, siendo gobernador Fernando Pinedo, a 400 varas de la costa del río Paraguay, se funda la muy noble e ilustre ciudad Villa Real de Concepción. En esa ciudad de Concepción nace Miguel el 14 de julio de 1943. Sus padres Julio César Bajac y María Luisa Albertini. Niño aún ingresa al Colegio Salesianito.
LA HISTORIA SALESIANA
La Congregación Salesiana nace el 18 de diciembre de 1859 en Turín-Valdacco, con 17 miembros (1 sacerdote, 15 clérigos y 1 estudiante), además del fundador Don Juan Bosco, con el nombre de "Pía Sociedad de San Francisco de Sales".
El 23 de julio de 1964 de la Santa Sede el "decreto de alabanza de la Sociedad". Más tarde, el 1 de marzo de 1869 llega su aprobación. Finalmente, el 3 de abril de 1874 llega la aprobación de las Constituciones por parte de la Santa Sede. En la pascua de 1846, Don Bosco llega a la casa Pinardi, en Valdocco. En Mirabello, fuera de Turín, se funda la primera casa en 1863. Niza, en Francia, será la primera casa fuera de Italia, fundada el 9 de noviembre de 1875. Dos años más tarde, el 11 de noviembre, parte la primera expedición misionera para Argentina.
En marzo de 1877 Don Bosco divulga el tratado sobre el Sistema Preventivo, y en agosto del mismo año comienza el Boletín Salesiano.
El sucesor de Don Bosco fue Don Miguel Rua (1888-1910); le siguieron Don Pablo Albera (1910-1921), Don Felipe Rinaldi (1922-1931) y Don Pedro Ricaldone (1932-1951).
Después vinieron Don Renato Ziggiotti (1951-1965), Don Luis Ricceri (1965-1977) y Don Edigio Viganó (1977-1995), y el 8° sucesor de Don Bosco es Don Juan E. Cecchi. La Congregación a la muerte de Don Bosco tenía 773 profesores y 276 novicios. Al comienzo del rectorado de Don Vecchi, los salesianos eran 17.556.
HISTORIA DEL COLEGIO
Después de dos visitas al Paraguay del obispo salesiano, Mons. Luis Lasagna, en 1894 y 1895, de acuerdo con las autoridades nacionales, se prepara la venida de los salesianos a Asunción.
El 3 de febrero de 1895, Lasagna consagró obispo en Asunción al joven sacerdote Juan S. Bogarín, que durante 54 años fue el solicito pastor de toda la necesitada diócesis del Paraguay.
El 6 de noviembre de 1895, en un choque de ferrocarriles, muere en Brasil el dinámico y por todos querido Mons. Lasagna. Pero ya todo estaba dispuesto para la venida de los salesianos al Paraguay, con el fin de fundar un colegio de artes y oficios en Asunción y atender las misiones para los indígenas de todo el Chaco.
El 23 de julio de 1896, llegan los cuatro primeros salesianos que fueron los fundadores de la obra de Don Bosco que, en estos primeros cien años, se extendieron por todo el Paraguay.
Acompañados del entonces Padre Inspector, con sede en Montevideo, P. José Gamba, venían: como director, el Padre Ambrosio Turiccia; el recién ordenado Padre Domingo Queirolo, el acólito Pedro Foglia y el coadjutor Carlos Dugnani.
Para nuestro primer colegio el gobierno había donado una manzana, la que hoy corresponde al Hospital Militar nuevo, con un gran pero viejo edificio, que había servido como antiguo cuartel del dictador Francia y posteriormente como Hospital Militar.
Todo era muy pobre. Pero los salesianos comenzaron a limpiar el local y los terrenos, comenzaron en marzo de 1897 ya la Escuela de Artes y Oficios (carpintería, herrería, imprenta, encuadernación, zapatería, sastrería, panadería y huerta), y un colegio primario y secundario.
Los domingos funcionaba el oratorio festivo para centenares de niños. Tenían una gran banda de música. En mayo comenzaron las tradicionales fiestas de María Auxiliadora. El pueblo, las autoridades nacionales y el obispo les apoyaban plenamente. Y así, la obra tomó un empuje extraordinario de gran influencia sobre la ciudad, tanto que personas de comercio y por razón de competencia y los no pocos masones comenzaron a combatir al colegio y sus dirigentes. También por ciertas acusaciones del Ministerio de Educación (no se permitió una investigación) el colegío llegó a ser clausurado por decreto el 5 de setiembre de 1902, después de 6 años de funcionamiento. Caído ese gobierno las nuevas autoridades permitieron la reapertura del colegio. Pero éste recomenzó mucho más humilde, porque varios salesianos ya se habían ido, vendiendo las maquinarias y los terrenos del antiguo colegio.
Se compró el terreno de la manzana contigua, junto al arroyo jardín, donde comenzó a edificarse una capilla y las aulas del nuevo colegio primario. Así, con la ayuda de Dios, el Mons. Lasagna fue nuevamente creciendo con sostenido avance en todos sus aspectos.
El nuevo director fue el activo Padre Domingo Queirolo, quien durante 24 años dirigió esta casa salesiana, colegio, oratorio festivo, Exploradores de Don Bosco, parroquia para el barrio y por parte del litoral chaqueño.
Numerosísimos niños y jóvenes fueron formándose en sus aulas, en su iglesia y oratorios, y en sus siempre alegres patrios, recibiendo una constante educación humana y cristiana.
De este colegio fueron fundándose las otras casas salesianos de todo tipo en su primer siglo de existencia: Concepción 1900; Salesianito como oratorio 1900 y como colegio 1924; Escuela Agrícola de Ypacaraí 1925; las numerosas misiones del norte chaqueño, desde 1920; el Seminario Domingo Savio 1946; el Colegio de Villarrica 1950; el gran centro Agropecuario de Cnel. Oviedo; la parroquia de San Vicente y la Casa de San Luis en Asunción.
Ya en la década del 50 Miguel se enamora de Lidia Estela Cazal y más tarde contrae matrimonio. Sus hijas: María Eugenia, María del Carmen y María Luisa.
El caudillo liberal Emilio Forestieri nos dice con referencia al doctor Bajac, lo siguiente:
"Inicio de una gran amistad"
La política es también un mundo donde se cosechan grandes amistades.
Hace ya casi 5 décadas he empezado a forjar una de aquellas que resultan imborrables en mi ya largo trajinar por la vida. Mi amistad con Miguelo (como llamo en la intimidad al compañero Miguel Oscar) se inicia con la Convención del Partido Liberal del año 1967 (que se llevó a cabo en el entonces Teatro Granados). En ese entonces, y tras un penoso y largo (tal vez el momento más duro de mi vida) retornaba a mi país "provisoriamente" de un exilio de casi una década, producto de la persecución política que había desatado la dictadura del general Alfredo Stroessner Matiauda (1954-1989) a cuanto opositor, persona pensante, crítico o defensor de causas democráticas exista. En ese momento lideraba el grupo de convencionales en el exilio del Comité de Buenos Aires, que había conseguido un permiso provisorio para participar en nuestro país de la Asamblea del Partido, que decidiría justamente la no convalidación de la reforma constitucional que pretendía dar paso a la reelección del tirano, o más bien a la "eternización" de este al frente del gobierno paraguayo.
De esta Convención recuerdo que participaron "los más notables hombres de la política y de la cultura" representando al glorioso Partido Liberal. Los debates y las exposiciones eran verdaderas clases magistrales de hombres y mujeres de alto contenido y actuar político.
Recuerdo que Bajac en esos tiempos, era un joven luchador, representante del liberalismo auténtico en su natal Concepción, a la que calificó con mucha determinación como la "capital de la libertad", puesto que desde allí se inicia la gesta patriótica y de recuperación republicana malograda con el levantamiento contra el Presidente Higinio Morínigo en el año 1947.
Miguel Oscar Bajac y su familia, eran ya claros y rutilantes exponentes del tradicionalismo liberal, que pusieron el hombro el sostenimiento de los cuadros partidarios del norte y la búsqueda de la unidad partidaria, en épocas en donde se gestaba la división del Partido, en varias corrientes. Los Bajac y los Albertini (familia materna), acompañaron el frente que luchó contra la corriente divisionista orquestada desde el núcleo stronista mismo.
Luego de 1967, prominentes hombres del Partido Liberal posibilitaron la participación seria y responsable del liberalismo en las conversaciones con el gobierno, para consensuar la apertura a un proceso democrático, lo cual fracasaría más tarde. La idea era buscar, el camino de la pacificación entre paraguayos, luego del aún recordado enfrentamiento de 1947 que había instalado la división antagónica entre compatriotas y la terrible persecución que sufría el pueblo liberal desde los inicios de la década del 40. Así el Partido Liberal enfrentaba su vida pública oficial adoptando, con el permiso legal correspondiente la determinación de Partido Liberal Radical. Al darse este paso, Don Julio Bajac (padre de Miguel Oscar Bajac) y los integrantes de la familia Albertini fueron los grandes referentes de la solidaridad liberal, principalmente en la zona de Concepción, que fuera azotada por la barbarie del régimen colorado, décadas atrás, ante la huella de dignidad dejada por las huestes de militares y civiles que desde el norte soñaron con recuperar la senda democrática.
Así, y en ese estado crítico de persecuciones y mezquindad política, Miguel Oscar Bajac vivió una niñez aflorada por los azotes del atropello a que sometía el Partido Colorado a la población del norte del país, forjando de esta manera su espíritu en los ideales del Partido Liberal, participando de las actividades políticas en los inicios de su juventud. Época en la que Bajac, compartía debates con los hombres más dignos e íntegros del liberalismo, compartiendo ideas de progreso y respeto a los derechos fundamentales del ciudadano paraguayo. Hombres que por defender sus ideales, sufrieron la tortura, la persecución y hasta el confinamiento.
Así el Partido Liberal ofrecía en esos duros y oscuros momentos sus mejores aportes, sentando una firme postura de apoyo a las libertades civiles y a la evolución hacia una sociedad más justa. En tiempos difíciles, cabe señalar en defensa de los mejores hombres del liberalismo militante de aquellas épocas (entre ellos, Bajac) hay que decir, que no siempre los protagonistas conseguían lo que idealizaban, sino mas bien los que las circunstancias permitían y las necesidades objetivas exigían.
El pueblo liberal necesitaba en esa época de lo más básico, de garantías mínimas, de protección a la vida; y ello explica ampliamente el por qué de esa toma de decisiones. Veíamos, sentíamos y palpábamos la urgente demanda de los cuadros de la necesidad de sobrevivencia política de nuestro Partido, ante el asedio, el odio y la persecución despiadada del tirano y su régimen.
UN HOMBRE LLENO DE VIRTUDES
Para definir a Miguel Oscar Bajac, debo necesariamente recurrir a varios de los adjetivos, que incluso a veces quedan pobres cuando hablamos de verdaderas gestas ciudadanas. Miguelo es un hombre con sentido de solidaridad, políticamente conciliador, de gran fortaleza espiritual y de un profundo apego a la familia y a las nobles causas. Su entrega y amor por la causa de la libertad, su tacto político, su compromiso con su gente, su tremendo amor por su Concepción y su enorme capacidad de amistad, pueden destacarse como virtudes que lo enaltecen y describen sin miedo a excesos.
Recuerdo que en su época de joven liberal demostró mucha valentía para enfrentar a un régimen que buscaba aplacar el crecimiento del liberalismo en Paraguay. El miedo en aquella época era casi inexistente y su labor, muchas veces incluso silenciosa, mantuvo viva la llama liberal en el norte del país.
UNA ANÉCDOTA
Se encontraba en desarrollo el inicio del proceso que buscaba llevar adelante el Juicio Político.
En esos días claves, recuerdo que la familia Bajac me alerta de la desaparición de Miguelo, quien había sido llevado por hombres armados con paradero desconocido. Este permaneció forzosamente escondido, esto deja en evidencia la gran integridad moral del Dr. Bajac, quien a pesar de cualquier presión pudo sobreponerse y por ello siempre gozó del respeto de colegas magistrados, referentes de la política nacional y la sociedad toda.
TRADICIÓN LIBERAL
El joven Miguel Oscar Bajac, construyó una trayectoria política gloriosa e intachable dentro del Partido Liberal, hoy Radical Auténtico. Fue Presidente de Comité en Concepción, en la época más dura de la persecución al liberalismo. Fue Convencional del Partido, formó las bases partidarias de los departamentos de Concepción y Alto Paraguay. Miembro del Directorio Nacional. Diputado y Senador Nacional por varios periodos.
Se destacaba su enorme pasión por la política, su entrega y capacidad de comprensión del escenario político. Su gran capacidad de conciliar intereses, todo lo cual lo señalan con un sello de verdadera esencia y naturaleza política. Compañero de lucha en los momentos difíciles.
Mi amistad con Oscar Bajac, fue fortalecida por la lucha desplegada durante la dictadura de Alfredo Stroessner, quien gobernó este país por 35 años, sometiendo a los críticos de su política de "Estado" a los más duros vejámenes que un régimen puede subordinar a un ciudadano que ama a su país. El exilio (político y cultural), la persecución, los constantes apresamientos injustos, la tortura y hasta la desaparición de personas; fue la constante durante el mandato de "El Tirano".
Ya en la década del 60, ambos participamos de la oposición a que el Partido Liberal avale la reforma constitucional tendiente a "eternizar" en el poder a Stroessner. Si bien muchas de las "patrióticas posturas" asumidas, acababan siendo "meramente testimoniales", contribuían a la construcción de la dignificación del liberalismo en Paraguay y sentaban postura para la memoria histórica. Un ejemplo claro fue la postura del liberalismo ante el atropello a los intereses paraguayos en la firma del Tratado de Itaipú, un negociado parte del esquema corrupto e inmoral del régimen colorado militar. Durante las negociaciones de pacificación con el régimen, auspiciadas por la Iglesia Católica, Oscar fue siempre un referente importante del Partido Liberal Radical. Como punto culminante, ambos fuimos partícipes de la secreta negociación que terminaría por encabezar el General Andrés Rodríguez en febrero del 1989, para desterrar la dictadura que por tantos años había sometido al pueblo paraguayo. Desde el inicio de dichas conversaciones incluso con el Gral. Rodríguez en secreto, habíamos encontrado la oportunidad tan ansiada del inicio de un tiempo nuevo.
A inicios de 1987, el Directorio Liberal, conformado por Bajac y presidido por mi persona ante la situación alarmante y de riesgo de vida de muchos correligionarios; decide solicitar una audiencia por escrito con el Presidente Stroessner. Como no había diálogo con el entorno presidencial, no quedaba otro camino que enviar una nota al Palacio de Gobierno para acceder a una entrevista con el mandatario, debido a dos cuestiones relativas a lo que nuestro análisis político consideraba la sobrevivencia de los cuadros partidarios y el retorno de exiliados.
El Directorio me designó como portavoz y la consigna era acercar dos pedidos muy puntuales:
1- Que el régimen permita el regreso digno de unos de los dirigentes más resaltantes que tenía el Partido en esa época, Domingo Laino. Este se encontraba en el exilio político, en Buenos Aires.
2- La derogación del Estado de Sitio, que no era más que una "herramienta legal" para perseguir a los compatriotas y violar sistemáticamente los derechos humanos.
En realidad, los 35 años de dictadura se sustentaron en un aparato legal que tenia, no solo el Estado de Sitio, sino varios instrumentos legales de subyugación. Esto respondía a la necesidad de poner una fachada de pretendida legalidad a la serie de abusos y violaciones de derechos humanos que se cometieron a lo largo de décadas de dominación del sistema stronista.
El eterno estado de sitio, con la consiguiente suspensión de libertades civiles garantizadas por la propia Constitución Nacional. Estuvo vigente desde 1954 (inicio mismo del régimen) y su finalidad principal era purgar elementos contrarios al poder de Stroessner.
La Constitución del 67' (artículos 79 y 181) autorizaban al Presidente a decretar el estado de sitio en caso de "conflicto o guerra internacional, de invasión exterior, de conmoción interior o de amenaza grave de uno de estos hechos". Nada de esto existía fuera del delirio del dictador; que use esta figura para detener a los ciudadanos que pensaban diferente y prohibir reuniones.
En este encuentro protocolar con el dictador Stroessner, recuerdo haber ido en una unidad de transporte público y que al llegar me habían advertido que no excedería el encuentro a 15 minutos. El mismo resulto provocar grandes cambios. Ambos requerimientos que los hice llegar recuerdo con la firmeza de "centenares de miles de liberales que le exigen a usted que permita el retorno de exiliados y el levantamiento del estado de sitio" fueron concedidos y la entrevista pasó a la historia, no sólo porque permitía el regreso de un hombre símbolo de libertad anhelada como el Dr. Laíno y además el cese del estado de sitio, sino también porque Stroessner aprovechó la ocasión para confesarme algo que me resulto insospechado, su gran admiración por Eligio Ayala a quien definió como "un gran estadista, el más notable presidente que tuvo el Paraguay, de espíritu nacionalista y manejo austero" como lo definiera textualmente el propio Alfredo Stroessner. De todo este proceso, fue partícipe Miguel Oscar Bajac en el análisis y la consecución de estas metas políticas que tal vez hoy por primera vez sean expuestas públicamente.
DE LA POLÍTICA A LA MAGISTRATURA
En la década del 90', ya con el inicio de un nuevo tiempo político de libertades, el compañero Bajac accede al Tribunal Electoral de la Ciudad de Concepción, iniciando así un camino laureado dentro de la Magistratura. Ese momento, coincidió con la solicitud de permiso, como afiliado al Partido Liberal Radical Auténtico, para ejercer el alto cargo, defendiendo los altos intereses nacionales por sobre las pretensiones partidarias.
Creo que Miguelo, a más de su amor por la política tiene su profundo compromiso de hombre de derecho. Es por ello que con la apertura de las libertades encuentra en el sistema de justicia, la oportunidad de profundizar la democracia. Si antes era la lucha despiadada de la militancia, hoy el escenario se volvía con el aporte intelectual y de probidad. Luego, llegaría al máximo sitial de la justicia paraguaya, la Corte Suprema de Justicia, al cual accede ni por una casualidad del destino ni por arreglos políticos. Oscar Bajac es un gran profesional. Contador público, abogado, doctor en Ciencias Jurídicas. Una trayectoria impecable. Un logro justo para una persona justa.
Como Ministro de la Corte, Miguelo se muestra como un hombre amplio, de puertas abiertas. Sin temor a equivocarme, puedo decir que es el único despacho donde, una audiencia es concedida a todos, sin distinción alguna. A Bajac pueden acceder, desde el más humilde canillita hasta el más destacado profesional del Derecho.
Quiero destacar que la llegada del Dr. Miguel Oscar Bajac a tan importante cargo, lo siento como una demostración de que la lucha que desplegamos y la formación que adquirimos en los momentos difíciles han hecho de él, un hombre sumamente preparado para ocupar ese cargo. Pero por sobre todo, creo que esa misma lucha es la que le recuerda en cada sentencia, que el ideal del liberalismo paraguayo es la igualdad y la justicia para todos.
DEDICATORIA:
Miguelo, de todo corazón espero ciudadanamente que sigas brindando tus mejores conocimientos a nuestra sociedad. Quiero que antes de cada decisión, o de cada firma, recuerdes que tenemos un pueblo que necesita de nuestras más firmes convicciones, para sacar adelante este país.
Estoy muy contento de que hoy, a tantos años de haber iniciado esta gran amistad y este tramo lleno de sueños y lucha, podamos seguir compartiendo momentos y reuniones. Espacios en donde afloran, como hace décadas tu integridad moral e intelectual.
Admiré siempre a tu hermosa familia, a tu padre Don Julio Bajac, a la familia de tu madre (Albertini), porque todos han contribuido enormemente a que el Partido Liberal no desapareciera en los momentos más difíciles de la vida política de nuestro país.
Creo que en esta larga amistad que hemos construido nos ha tocado enfrentar enormes desafíos y siempre hemos apostado por nuestras convicciones de hombres libres que apuestan por una patria mejor. Hemos sellado juntos y con otros, incluso algunos que han dado su vida por ello, un destino de compromiso, de entrega y de amor a la causa del pueblo.
Mis mejores deseos, para que sigas ejerciendo con altura tan importante cargo, que te ha confiado el pueblo paraguayo, y que lo tienes ganado por cosechar el fruto de un sendero lleno de coraje cívico, conocimiento y compromiso.
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