Portal Guaraní - EL COLEGIO NACIONAL DE LA CAPITAL - SU CREACIÓN Y SUS PRIMEROS AÑOS DE VIDA - Por ALFREDO VIOLA

A pesar de la angustiosa situación económica en la que se debatía nuestro país en los primeros años de la post-guerra de 1864 a 1870, mucho se hizo en pro de la educación de la juventud paraguaya.

Era una sentida necesidad en ese tiempo la creación de un colegio de segunda enseñanza, que estuviera a la altura de otros establecimientos que funcionaban en las principales ciudades de los países del Río de la Plata.

Ya la Municipalidad habla fundado un colegio de enseñanza media, con un anexo de escuela normal. Pero la poca recaudación que obtenía en ese tiempo la comuna capitalina no le permitió dedicar toda la atención y asistencia que era de desear para el buen cumplimiento de los fines de esa institución educacional.

Fue por eso que el Senado y la Cámara de Diputados satisfaciendo un largo anhelo, decidieron a fines del mes de diciembre de 1876 preparar la ley de creación del Colegio Nacional, la que fue promu1gada por el entonces Presidente de la República Juan Bautista Gill, el 4 de enero de 1877.

Desde ese momento el Colegio Nacional se convirtió en el principal centro de educación media de nuestro país.

Transcribimos in extenso la ley de creación del Colegio Nacional de la Capital.

Art. 1º. Autorizase al P.E. Para que proceda a la fundación de un Colegio Nacional de enseñanza superior (sic) costeado con el 4% adicional creado para ese fin por la nueva ley de Aduana.

Art. 2º. El P.E. nombrará una comisión encargada de percibir los fondos expresados en el articulo precedente y de invertirlos en la fundación y sostenimiento del Colegio, previa autorización del gobierno.

Art. 3º. El P.E. someterá a la aprobación del Congreso, las bases bajo las cuales deba establecerse el Colegio, y las facultades de que crea necesario investir a la referida comisión.

Dado en, la sala de sesiones del Congreso Legislativo, a los 29 días del mes de Diciembre de 1876.

Unas semanas después el Presidente Gill dando cumplimiento al artículo 2º de la ley del 4 de enero de 1877, nombró por decreto, para integrar la comisión encargada de percibir los fondos, e invertirlos en la fundación y sostenimiento del Colegio a las siguientes personas: Higinio Uriarte, José Falcón, Segundo Decoud, Dr. Benjamín Aceval y al Dr. Próspero P. Gamba

Esta Comisión debía, formular y proponer al Presidente de la República las bases sobre las cuales debía establecerse el Colegio (2)

Esta ley estaba refrendada con la firma del General Bernardino Caballero, entonces Ministro de Justicia, Culto e Instrucción Pública. A la Comisión así creada se le estableció, por ley de la Nación de fecha 28 de agosto de 1877, sus atribuciones en 19 artículos, que en sus principales puntos disponían lo siguiente: Recibir de la Aduana el adicional de 4 % sobre las importaciones para la creación y sostenimiento del Colegio Nacional.

Formar con áprobaci6n del P.E. el reglamento interno del Colegio. Proponer al gobierno los candidatos para Director y Profesores, así como pedir su remoción por mal desempeño de sus funciones u otros motivos que a su juicio exijan su separación.

Presentar al P.E. el plan de estudios, nombrar y remover por si sola a todos los empleados subalternos de profesores para abajo. Fijar el presupuesto de gastos del establecimiento y los sueldos, previa aprobación del P.E.

Adoptar los textos que creyera convenientes para el Colegio, previa opinión favorable del Director y del profesor de la materia.

Controlar el funcionamiento del Colegio, como así también la actuación del Director, profesores y otros empleados de la institución. Presidir los exámenes finales. Administrar las entradas provenientes del adicional del 4% del recargo a las importaciones son la expresa aclaración de que sin que el P.E. ni ninguna otra autoridad ó empleado pueda, bajo ningún pretexto ó causa echar mano o exigir entrega de ellos "(3).

En la misma fecha de promulgación de la ley arriba glosada, el Presidente de la República Higinio Uriarte, promulgó a su vez la ley que reglamenta el funcionamiento del Colegio Nacional, y que aparece en el Registro Oficial como "Bases bajo las cuales debe fundarse el Colegio Nacional creado por ley de 4 de enero de 1877; cuyos principales artículos señalan que:

1º. La Comisión dispone para todos sus gastos del producto del adicional establecido para creación y sostenimiento del Colegio Nacional.

5º. La enseñanza que se dará en el Colegio es la que constituye los cursos preparatorios completos: de manera que terminados ellos, puedan ingresar en el país o en el extranjero a las facultades mayores.

7º. Habrá cincuenta y dos becas, que deberán ser ocupadas a razón de dos niños por cada circunscripción electoral para diputados al Congreso, de las veinte y seis en que está dividida la República.

13º. La Comisión proporcionará a los niños agraciados con beca, además de la enseñanza en los términos del artículo 2º, gratuitamente la alimentación, los vestidos, los libros y demás necesarios. (4)

Para iniciar la labor docente en esa casa de estudios, era necesario a continuación nombrar un director así como los profesores requeridos.

Fue por eso que la Comisión del Colegio Nacional presidida interinamente por el Sr. Ricardo Brugada, y con la secretaria a cargo de Próspero P. Gamba, sometió a la aprobación del gobierno, el 19 de enero de 1878 el pedido de nombramiento del Dr. José Agustín Escudero, intelectual mejicano, radicado en Buenos Aires, quien había sido recomendado por el Encargado de Negocios del Paraguay, acreditado ante el gobierno argentino.

Dicha Comisión en su nota, en parte, expresaba al Primer Mandatario lo siguiente:

“... Si esa elección merece su aprobación, podría convencérsele por conducto del Dr. Carlos Saguier, que se pusiera in continenti en camino para ésta, corriéndole el sueldo desde el día en que llegara” (5).

Debido a que los ingresos aduaneros destinados al funcionamiento del Colegio alcanzaban holgadamente, no sólo para financiar la educación y los otros gastos necesarios y previstos para cubrir las necesidades de los alumnos que debían ingresar, sino que también se acumulaban, la Comisión del Colegio Nacional creyó conveniente pedir al Ministro de justicia, Culto e Instrucción Pública, aumentar el número de becados, de cincuenta y dos a noventa.

Para el efecto en una nota le escribe “... Salvo caso imprevisto puede casi asegurarse que el producido del 4% adicional, será siempre suficiente para cubrir con exceso los gastos ordinarios del Establecimiento, de modo que los fondos hoy existentes, es probable que en su mitad por o menos, figuren siempre como sobrante, sin aplicación inmediata, quedando así en Caja, improductivos; cuando más 1ogico y conveniente es invertirlos en educar en el colegio algunos jóvenes más.” (6)

A continuación siguen otras consideraciones muy justas, que dan más fuerza aún a lo solicitado.

Teniendo en cuenta este pedido el Ministro Adolfo Saguier solicitó al Presidente de la República la aprobación del aumento sugerido, disponiéndose entonces que serian noventa las becas a distribuirse, doce para alumnos de la capital y setenta y ocho, para jóvenes del interior del país, las que debían ser repartidas a través de las setenta y ocho jefaturas Políticas de Campaña.

Es posible que la Comisión del Colegio Nacional al buscar el aumento del número de becados, haya tratado de beneficiar a mayor cantidad de jóvenes, pero también es evidente que se propuso estar dentro de lo estipulado por la ley del 28 de agosto de 1877, la que en su artículo 16 disponía: “Administrar exclusivamente los fondos destinados al sostenimiento del Colegio Nacional, sin que el P.E. ni ninguna otra autoridad o empleado pueda bajo ningún pretexto exigir entrega de ellos”.

Esto lo afirmamos, pues antes de funcionar el Colegio, debido a la angustia económica que pasaba el país, y seguramente ante la presión del gobierno, la Comisión del Colegio Nacional concedió créditos al Estado en varias ocasiones en contra de lo que categóricamente prohibía la ley.

La Comisión citada otorgó en préstamo, sin interés, la suma de ocho mil pesos a la junta Administrativa "para hacer frente a los desastres públicos sufridos por la ciudad a consecuencia de las últimas lluvias." (7)

Unos meses después, nuevamente "accedió al préstamo de cinco mil pesos fuertes que se le han demandado para el sostenimiento de la misión diplomática enviada a los Estados Unidos para defender los derechos paraguayos sobre el Chaco Boreal" (8).

Por fin llegó el día largamente esperado por los intelectuales y la población paraguaya, para la inauguración del Colegio Nacional, la que se realizó con la mayor solemnidad y pompa.

Para el efecto, Otoniel Peña, Presidente entonces de la Comisión del Colegio, invitó por intermedio del Ministro de Justicia, Culto e Instrucción Pública al "ciudadano Presidente de la República y a los Señores Ministros de Estado, a la inauguración solemne del Colegio Nacional que tendrá lugar el domingo 21 del corriente (abril de 1877) a las cuatro de la tarde" (9). En la misma nota solicitaba al Ministro del ramo que por su intermedio consiguiera del Ministro de Guerra y Marina dos bandas de música con la bandera nacional, "a fin de dar más realce a la ceremonia del día indicado y conservar el mejor orden en ella".

Surgió así una institución de nivel secundario que permitía a la juventud paraguaya de entonces ampliar sus estudios. Desde diversos lugares del interior del país llegaron adolescentes (e incluso mozos de hasta veintitrés años) que en ese centro del saber abrevaron su sed de conocimientos ¡Cuántos intelectuales se formaron en el Colegio Nacional! Muy pronto los que pasaron por sus aulas contribuyeron al engrandecimiento de la nación.

En esta casa de estudios se formaron varios Presidentes de la República, entre quienes podemos mencionar a Cecilio Báez, Pedro Peña, Liberato Rojas, así como decenas de Ministros del P.E., periodistas, médicos, abogados, profesores, historiadores, etc. y funcionarios capacitados para la administración pública.

Los gastos previstos en el presupuesto para sueldos, manutención de alumnos y empleados, lavado, y otras erogaciones se distribuyeron de la siguiente manera:

Debemos destacar que el sueldo del Director del Colegio Nacional, Dr. José Agustín Escudero ascendía a 300 $ fuertes. Esta suma resultaba elevadísima si tenemos en cuenta que el Presidente de la República percibía en concepto de sueldo 500 $ fuertes al mes, los Ministros 150 $ fuertes, el Vice Pte. de la República 250 $ fuertes, y los maestros de Escuela 15 $ fuertes (11)

El Director del Colegio Dr. José Agustín Escudero, poco tiempo después de tomar posesión de su cargo, comenzó a tener dificultades y fricciones con la Comisión del Colegio Nacional, la que de acuerdo a la ley del 28 de agosto de 1877, tenía tantas atribuciones que cercenaban la autoridad del mencionado Dr. Escudero.

Se quejó el Director del plan de estudios del Colegio, por haberse establecido las cátedras de música y dibujo, a las que consideraba de importancia secundaria, y señalaba que existían otras prioridades. Así escribió “... el absurdo de establecer las clases de música y dibujo en un colegio, que apenas contaba pocos días de existencia, y que escaso de profesores para asignaturas más importantes por falta de presupuesto, se ocupaba con preferencia de clases de adorno y recreo que no eran a propósito en el periodo primero de su organización debido a la incompetencia de los alumnos muchos de los cuales desconocían hasta los rudimentos de la instrucción primaria”. "No tiene inconveniente en crear una cátedra inútil al progreso esencial y urgente de la

instrucción; sólo por el fin de proteger a una determinada persona; no perdonando medio ni sacrificio para ello y sin consultar siquiera" (se refería a la Comisión del Colegio Nacional) (12).

Estas manifestaciones del Director del Colegio eran a manera de respuesta al informe presentado por el Profesor Leopoldo Gómez de Terán, nombrado por la Comisión del Colegio Nacional, para inspeccionar dicho colegio y participarle la forma en que se desarrollaban los programas de estudios, la capacidad del Colegio, el estado sanitario, etc.

Informó el citado Gómez de Terán que aún no se había completado la matricula, y que seguían ingresando alumnos sin orden de la Comisión, " y lo es más grave aún, es que gran número de estos alumnos no saben leer y escribir corrientemente, ni conocen bien las cuatro operaciones fundamentales de la aritmética".

También dio a conocer que los métodos de enseñanza empleados por los catedráticos, a, excepción del profesor de aritmética y geometría, “adolecen del defecto de esa enseñanza mecánica, ya relegada al pasado que sustituye la acción de la memoria al razonamiento, haciéndoles aprender reglas abstractas y definiciones formuladas por otros...”. Este sistema, continúa escribiendo, puede causar una falsa impresión en los exámenes en donde los alumnos pueden deslumbrar a profesores y público, pero sus consecuencias son funestas. "En lugar de formar hombres teniendo nociones exactas y generales, que sepan pensar y sean aptos para los fines de la vida social, se forman pedantes que creen saber mucho y no saben nada".

Luego hace relación a la enseñanza religiosa impartida en el Colegio, a la que califica de monástica cuyo abuso engendra la superstición, en cambio, continúa el Profesor Gómez de Terán, "nada más sencillo que inspirar el sentimiento religioso en tiernos corazones; basta para ello hacerles admirar en todas ocasiones las obras del Creador y ponerles a la vista las sublimes máximas del Evangelio".

Después señala una serie de irregularidades cometidas en el Colegio, como la supresión de las clases de música y dibujo, el abandono de la práctica de gimnasia, y afirma que la institución no está cumpliendo plenamente su programa y reglamento.

Afirmaba, además, que la causa principal de las irregularidades por él observadas estaban en "que el Sr. Director a quien no niego ilustración y buen deseo, desconoce completamente el arte de educar y no se cura de adquirirlo" (13).

Otros muchos cargos que serian largos de enumerar son señalados por el citado Profesor Gómez de Teran.

Se realizaron varias sesiones de la Comisión del Colegio Nacional para tratar tan espinosa cuestión, incluso contaron estas reuniones con la presencia del Ministro de Relaciones Exteriores, encargado entonces, a su vez, de la Cartera de Justicia, Culto e Instrucción Pública.

Finalmente se resolvió comunicar al Dr. Escudero las imputaciones que sobre él pesaban, acusándosele de no haber cumplido y no saber hacer cumplir el reglamento, nada menos que en catorce puntos. Agravaron aún más la delicada situación del Director del Colegio Nacional las renuncias presentadas por los profesores Pascual Via, José María Pérez y Gastón Riviere, quienes en su nota manifestaban que persuadidos de que este establecimiento no puede marchar bien, con el estado de indisciplina, en que se encuentra por la nulidad completa del Sr. Director para gobernarlo..." "…pero hoy (continúa el escrito) que la incapacidad del Sr. Director se hace patente, que la

insubordinación de los alumnos sigue adelante, y que el desprestigio del Colegio Nacional es un hecho tan grave que conmueve la opinión pública, no podemos ser tranquilos espectadores de este desorden, y por eso reiteramos nuestra renuncia". (14)

Ante el cúmulo de cargos y renuncias, el Dr. Escudero fue suspendido del ejercicio de sus funciones en fecha 4 de octubre de 1878, y la orden de comparecer ante la Comisión creada para la formulación de un sumario, con el propósito de comprobar la verdad o falsedad existente en la denuncia puesta contra él, por la Comisión del Colegio Nacional. (15)

La Comisión nombrada para realizar el sumario estaba integrada por las siguientes personas: Ramón Zubizarreta, Miguel Haedo y Antonio Zayas.

Interinamente fue nombrado Director del Colegio Nacional el Dr. José S. Decoud.

Durante varios días, el Dr. Escudero respondió a una serie de preguntas. Así, también fueron interrogados profesores, celadores y alumnos. Estas preguntas guardaban relación con los hechos denunciados por el profesor Leopoldo Gómez de Terán.

El Dr. Escudero, a su vez, en un informe presentado sobre las cátedras desempeñadas, se quejaba de las múltiples ocupaciones administrativas que tenia, ya que además se ocupaba de la Secretaria, la Regencia de Estudios, etc. Aprovechó la ocasión para arrojar sus dardos a la Comisión del Colegio Nacional, terminando su escrito de la siguiente manera: "... cuyo mérito, valor y sacrificio no pueden comprender, ni apreciar los pseudos profesores o diletantes, y sólo es dado conocerla a los verdaderos apóstoles del Magisterio".

El 15 de octubre la Comisión Investigadora pasó el sumario del Profesor Escudero al Ministro de justicia, Culto e Instrucción Pública.

El entonces Ministro Cañete a su vez pasó dicho sumario al Presidente de la República Higinio Uriarte, quien en fecha 28 de octubre de 1878, firmó el siguiente decreto: "Visto el proceso que antecede, y las razones expuestas por la Comisión del Colegio, en su nota de fecha 30 de setiembre ppdo., cese en su empleo de Director el Dr. Don José Agustín de Escudero... " (16)

El Dr. José Segundo Decoud permaneció un corto tiempo al frente del Colegio Nacional, quien luego fue reemplazado por Leopoldo Gómez de Terán.

En el primer año lectivo ingresaron al Colegio Nacional 147 alumnos entre becados y pensionados. Estos abonaban una mensualidad por la comida y por el lavado de sus ropas, aquéllos recibían estudio, comida, vivienda y lavado gratuitamente.

Los cursos se denominaron clase preparatoria de 1er. término del 1er. año y 1er. y 2º. términos de 1er. año.

Además de los becados internos ingresaban otros alumnos en carácter de externos.

De éstos, 25 pensionistas se retiraron durante el año escolar, un becado de la clase preparatoria fue expulsado como medida disciplinaria.

De los 125 que quedaron, 19 se encontraban enfermos y no pudieron dar examen de fin de año. Sólo 18 pudieron dar exámenes en el 1er. año. "Para 40 alumnos que no pasaron del 1er. término, el año escolar ha sido perdido".

En su informe de fin de año, e1 Director Gómez de Terán anota "en las más de las veces ha sido reemplazado el castigo físico por el simple consejo".

Las comodidades que ofrecía el local del colegio a los internos eran mínimas, ''puede decirse -afirmaba- que los alumnos viven hacinados en las clases y los dormitorios, sin otros recreos que estar parados en un estrecho patio o cuando la intemperie lo impide, tumbados en sus camas, no habiendo en los dormitorios ni una silla para sentarse". (17)

La filosofía de la educación está señalada, en el "Reglamento y Plan de Estudios del Colegio Nacional del Paraguay", dictados el 6 de abril de 1878, en donde se indican que los métodos a ser empleados en la enseñanza, serán el práctico y experimental, y el filosófico o analítico combinado con el sintético, siendo prohibida toda enseñanza que esté fundada exclusivamente en la memoria.

El plan de estudios contemplaba seis cursos y cada curso lectivo a su vez se dividía en dos ciclos o términos. El primer término duraba desde el 1º de febrero hasta el 20 de junio, y el segundo, desde el 1º de julio hasta el 20 de diciembre.

Aritmética Razonada, Geometría Práctica, Teneduría de Libros, Castellano, Francés, Latín, Historia y Geografía del Paraguay, Higiene, Moral, Dibujo Lineal.

Aritmética Razonada, Geometría Práctica, Teneduría de Libros, Francés, Latín, Historia y Geografía del Continente Americano, Higiene, Moral, Dibujo lineal.

Algebra, Geometría Razonada, Teneduría de libros, Retórica y Poética, Francés, Latín, Historia griega, Historia natural, Mineralogía, Dibujo, Lavado de Plano (sic).

Álgebra, Geometría Razonada, Teneduría de libros, Retórica y Poética, Francés, Latín, Historia Romana, Historia Natural, Mineralogía, Geografía.

Trigonometría esférica, Cosmografía, Agrimensura, Física, Literatura Critica, Agronomía, Latín, Inglés, Historia de la Edad Media, Historia Natural, Anatomía, Dibujo Natural y Topografía.

Cosmografía, Agrimensura, Física, Agronomía, Literatura estética, Latín, Inglés, Historia Moderna, Historia Natural, Fisiología, Dibujo Natural y Arquitectónico.

Nociones de Geometría Analítica, Física, Química Inorgánica. Filosofía, Psicología y Lógica, Griego, Inglés, Mecánica, Maquinaria, Historia Natural, Botánica, Revista General de la Historia, Dibujo Natural.

Geometría Descriptiva, Química Orgánica, Economía Política, Griego, Historial Nacional, Geología, Instrucción Cívica, Dibujo de Paisaje.

Geometría Descriptiva - aplicaciones, Química Orgánica, Estadística, Griego, Antropología, Instrucción Cívica, Dibujo de paisaje.

En el Plan de Estudios se estableció, además, que diariamente debía desarrollarse lecciones de música, y realizar ejercicios gimnásticos (18)

El Reglamento y el Plan de Estudios fueron presentados al Presidente de la República que los aprobó el 16 de abril de ese año, por los miembros de la Comisión del Colegio Nacional, la que estaba integrada de la siguiente manera: Otoniel Peña como Presidente, Próspero Gamba como Secretario, José Falcón como Tesorero y Cirilo Solalinde y Leopoldo Gómez de Teran, como vocales.

El Reglamento y el Plan de Estudios fue presentado al Presidente de la República, quien en fecha 16 de abril de ese año los aprobó.

El Plan de Estudios sufrió diversas modificaciones con el correr de los años.

Por poco tiempo se enseñaron en el Colegio Nacional, las siguientes asignaturas: Teneduría de libros, Lenguas francesa y latina, Historia y Geografía del Paraguay, Literatura y Retórica.

En la memoria de la Comisión del Colegio Nacional correspondiente al año lectivo de 1880 se señala la conveniencia de reducir el plan de estudios de seis a cinco años "porque (dice la citada memoria) nosotros nos encontramos en condiciones muy especiales por la completa carencia de nombres idóneos para nuestros puestos públicos, y por tanto debemos propender en el menor tiempo posible a fin de que puedan ocuparlos pronto, aunque no lleven todas las vastas instrucciones que se conseguiría con un plan de estudios completo". (19)

Sorprende el éxito educacional y las realizaciones materiales obtenidos en los años iniciales del Colegio Nacional.

Se observa del mismo modo, cómo a pesar de la gran pobreza, este Colegio fue cumpliendo su finalidad con mucho acierto y felicidad.

Una aspiración muy sentida se cumplió en el año 1880, cuando se adquirió en compra, en la suma de 20.000 $; una propiedad vecina al Colegio, la que permitiría la ampliación de la casa de estudios que funcionaba en el predio, ocupado actualmente por el Colegio Nacional de Niñas.

La modesta biblioteca que a fines del año 1878 contaba con apenas 54 volúmenes, acrecentóse grandemente con los libros de textos, además con otras obras de renombrados autores; adquiridos en compra de Buenos Aires, para cuyo efecto fue comisionado el Dr. Benjamín Aceval en el mes de enero de 1880.

Ese año contó la biblioteca del Colegio Nacional con 680 volúmenes, que al siguiente año ascendió a 1.003 libros.

No sólo aumentó la matricula, se observaron además, grandes progresos en el grado de aprovechamiento de los alumnos apenas iniciado el funcionamiento del Colegio Nacional.

En el año 1879 el Colegio matriculó a 127 alumnos distribuidos de la siguiente manera:

El Dr. Benjamín Aceval, Director del Colegio Nacional, en su memoria correspondiente al año 1879, expresó refiriéndose al sistema de internado existente en el Colegio lo siguiente:

"A pesar de los inconvenientes que presenta la vida del internado, que han hecho que en algunos colegios de otros países se haya suprimido, opino que aquí no se podría, hasta después de algunos años adoptar una medida análoga, porque nuestro país se encuentra en condiciones muy excepcionales que la hacen hoy por hoy necesaria.

En efecto, la guerra colosal que hemos sostenido con la alianza y otras causas que no es el caso enumerar, ha hecho que la gran mayoría de los jóvenes que cursan las aulas de este establecimiento carezcan hoy de padres y por consiguiente, de esa autoridad que las madres generalmente no pueden reemplazar para con sus hijos varones".

Seguidamente el Dr. Aceval señala que como el Colegio Nacional constituía el primer colegio serio de educación del país, fácil era comprender que la mayoría no daba la importancia que debía dar a los estudios. Así, indica que de 18 alumnos externos que ingresaron en el año 1879, "sólo cuatro se han presentado y han pasado de los últimos, con la particularidad de que los 4 habían cursado el 2º.año en el primer semestre y vueltos al 1er. año después del examen del 1er. término por no poder seguir ese curso superior ".

La Comisión del Colegio Nacional presenta en su memoria correspondiente al año 1880, algunos datos de elevado interés con relación al número de alumnos y el grado de aprovechamiento de éstos. Así informa al Ministro de justicia, Culto e Instrucción Pública, la cantidad de estudiantes inscriptos, presentando el siguiente cuadro:

De ese total, 89 educandos estaban becados, 25 eran pensionistas internos y 14 externos.

Se retiraron del Colegio por diversos motivos 18 alumnos. Pero solamente dieron examen 106 jóvenes, pues al terminar el año lectivo, había 7 ausentes en su mayor parte por enfermedad.

Los exámenes fueron muy satisfactorios. El tercer año dio el sorprendente resultado: 23 examinados, 22 obtuvieron calificaciones sobresalientes.

La propia Comisión examinadora compuesta de destacadas personalidades del país, remitió a la Comisión del Colegio Nacional una nota en la que da cuenta haber fiscalizado la prueba y en donde hace constar el resultado brillante de dichos exámenes, y que en parte reproducimos: "Hacemos esta declaración con tanto más agrado, cuanto que no esperábamos encontrar este establecimiento en las condiciones favorables en que se encuentra, dado el poco tiempo aún que hace, funciona con regularidad y de un modo normal".

A continuación elogia, por tan feliz resultado al director, profesores y alumnos del colegio.

Los estudiantes más destacados fueron: Héctor Velázquez, Cecilio Báez, Cleto Romero y José Volpe.

A los brillantes resultados de fin de año, desde el punto de vista del grado de aprendizaje de los alumnos debemos agregar la ampliación del local escolar con la adquisición del edificio contiguo al colegio, así también la remisión a París de 4.000 $ para la compra del gabinete de física. Se prometía además, para una fecha inmediata la instalación del gabinete de química.

Durante el año lectivo de 1880, así como en años anteriores, y como se haría en años siguientes, se repartieron útiles escolares y vestimentas a los alumnos.

También se fueron renovando, de acuerdo a las necesidades, toallas, frazadas y sábanas. Algunos jóvenes de muy modestos recursos recibieron de la Comisión del Colegio Nacional el importe del pasaje para dirigirse a sus casas a gozar de las vacaciones.

A través de un anexo del Informe de la Dirección del Colegio Nacional correspondiente al año 1882 nos enteramos que ese año se desistió del sistema de provisión externa de raciones para los alumnos encargándose al ecónomo corriera con la alimentación de los educandos, éstos, de esa manera obtendrían un sustento sano y abundante.

En dicho informe, al respecto, se lee lo siguiente: "Pues por un precio que varía entre 18 y 21 centavos por ración diaria para cada alumno se les da una taza de café con leche y un pan de 2 y1/2 onzas, tan pronto como se levantan de dormir, en el almuerzo se les da dos platos de carne con los agregados necesarios, un pan de 2 1/2 onzas, una mandioca ,y dos naranjas, en la comida tres platos: uno de sopa y dos de carne debidamente preparados con otros comestibles, un pan de 2 1/2 onzas y una mandioca, además, ensalada dos veces a la semana y dulce también dos veces a la semana; a la noche antes de acostarse una taza de té con un pan de dos y media onzas".

Los ingredientes para los platos de la alimentación de los alumnos eran de primera calidad, sanos y nutritivos.

Escribía a continuación el Director del Colegio Nacional: "Los platos que se presentan no son ciertamente finos, pero los alimentos son sanos y se puede afirmar, que no en muchos países se darán a los alumnos alimentos tan buenos y tan abundantes pues ningún alumno podrá jamás quejarse de que se le haya escaseado la comida.

Continuando con el análisis del informe del Dr. Aceval hemos comprobado que se matricularon para el curso lectivo del año 1882, 247 alumnos, distribuidos de la siguiente manera:

Se había creado un curso para maestros. De estos 247 alumnos fueron becados 90, pensionistas 65, semi pensionistas l0, externos 82.

Se retiraron 29 alumnos: 11 becados, 9 pensionistas, 3 semi pensionistas, 6 externos. Otras deserciones contribuyeron a disminuir el número de alumnos que dieron examen, a solamente 185.

Ese año egresaron los siguientes alumnos quienes de acuerdo a su aprovechamiento fueron clasificados de la siguiente manera:

Gracias a la ampliación del local del colegio con la construcción de un edificio de dos plantas, con dos salones abajo, destinados para aulas y un amplio salón en el primer piso, para dormitorio, se pudo aumentar el número de alumnos.

La Comisión del Colegio Nacional daba así cumplimiento a los deseos del entonces Presidente de la República, Gral. Bernardino Caballero. En ese sentido decía la referida Comisión: respondiendo así a los vehementes deseos manifestados por el P.E.; a fin de destinar cuando menos un asiento a cada uno de los departamentos de la República; con este motivo, de noventa que eran se aumentó a cien, fijándose en catorce pesos fuertes la pensión, cantidad que cada alumno consume en alimento y ropa, quedando así el Estado a proporcionar gratuitamente la instrucción pública. (21)

Se cumplió en el año 1882 “el primer curso completo del Plan de Estudios Preparatorio que tiene adoptado, y estableciendo en consecuencia la clase de Derecho, creada por ley de fecha 12 de julio de 1882”.

Concurrieron en ese primer año de vida de esta Segunda Escuela de Derecho fundada en nuestro país; “diez jóvenes bien preparados, además de ocho que en calidad de oyentes solicitaron ingreso y qué en la Comisión tuvo por conveniente admitirlos".

Esta Escuela de Derecho, creada durante la presidencia del General Bernardino Caballero, se constituyo en el nexo entre el Colegio Nacional y la Universidad Nacional, creada a su vez por el otro gran presidente y héroe también de la guerra contra la Triple Alianza, General Patricio Escobar.

Los nombres de Juan Bautista Gill, Bernardino Caballero y Patricio Escobar, creadores de nuestros principales centros de estudios, merecen la gratitud de todos los paraguayos de bien, de ayer, de hoy y de siempre.

(1) Registro Oficial. Ley del4-I-1877.Biblioteca del Prof. Carlos Pussineri Scala.

(2) Registro Oficial. Decreto del 27-III-1877. Biblioteca del Prof. Carlos Pussineri Scala.

(3) Registro Oficial. Ley 28-VIII-1877. Biblioteca del Pro£ Carlos Pussineri Scala.

(11) Estudios Paraguayos Vol. 2 No. 1 La Legislación Paraguaya sobre Educación. Enrique B. Bordenave.

(13) Secc. Inst. Pública, Año 1878-Vol. No.5. Informé de Leopoldo Gómez de Teran a la Comisión del Colegio Nacional. 11-VII-1878. A.N.A.

(18) Reglamento y Plan de Estudios del Colegio Nacional del Paraguay. Imprenta La Reforma. Editado en fecha 21-abril-1878.

(19) Secc. Inst. Pública, Año 1878. Vol. No. 5 16-II-1881. Memoria correspondiente al año 1880. A.N.A.

(20) Secc. Inst. Pública, Año 1878-1882 No. 4. Memoria del Dr. Aceval. Correspondiente al año 1882. A.N.A.

(21) Secc. Inst. Publica, Año 1878-1882 No. 4. Comisión del Colegio Nacional correspondiente al año 1882. A.N.A.

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