CREACIÓN DE BANCOS : 1880 - BANCO ANGLO PARAGUAYO

Por ARTURO RAHI

CREACIÓN DE BANCOS : 1880 - BANCO ANGLO PARAGUAYO

Ya en 1877 el gobierno paraguayo concedió el derecho de abrir un banco (Banco Anglo Paraguayo) al señor Alejandro Baillié, quien decía hablar en nombre de los tenedores de bonos de los empréstitos de Londres de 1871 y 1872.

Otra vez el 6 de Abril de 1880, un señor Harrocks, quien actuaba a nombre y como representante del señor Baillié, quien a su vez representaba a los citados tenedores de bonos, presentó un proyecto similar al de 1877, que fue de inmediato aceptado por el gobierno, por decreto del 7 de Junio de 1880.

Este nuevo proyecto contenía los mismos beneficios que el anterior, que los comentamos como privilegios a costas del país, aunque el gobierno no lo entendiera así. "Por costosos que pudieran ser los sacrificios que nos impongamos, (decía el mensaje presidencial de 1881) debemos dar este paso, en el interés de imprimir un nuevo y eficaz impulso al comercio, a la industria y a la agricultura" (1).

Mal entendido concepto de lo que es un banco. La gente del gobierno, pese a los años transcurridos desde 1870, seguía entendiendo, y lo que es peor, creyendo, que los bancos antes que ser proveídos de capital para funcionar, eran los creadores del capital que necesitan para iniciar sus operaciones.

Estos privilegios estaban relacionados a los siguientes puntos:

1) Fijar tasas de interés para sus operaciones, sin la intervención del gobierno.

2) Liberación para todas sus operaciones del impuesto en papel sellado y estampillas.

3) La autorización para operar fue fijada en 25 años, y por todo ese tiempo mantendría el derecho de la emisión monetaria, siendo su obligación la de tener una reserva o encaje permanente en metálico de un tercio del valor de la emisión. Por los dos tercios restantes, tener en cartera documentos con vencimientos no superiores a 180 días.

El capital que se asignaba a este nuevo banco proyectado, era de L 100.000, aunque se autorizaba su apertura con la integración de tan sólo L 20.000.

Como es lógico suponer, el proyecto fracasó nuevamente. La causa: falta de capital. Se seguía con el proyecto ya varias veces planteado, de obtener la ley de concesión, emitir acciones y ofrecerlas en el mercado. Los favorecidos con las concesiones nunca (y esto es fácil afirmarlo), tuvieron los fondos necesarios para integrar el capital de sus bancos. Siempre pretendieron que otros pusieran los billetes adquiriendo esas acciones. Ellos nada arriesgaban, ya que sus papeles no tenían valor alguno, ni siquiera en estos casos en que estaban en juego los bonos de los empréstitos de 1871 y 1872, que bien sabemos eran irrealizables, al tener como emisor y único obligado a pagar, al estado paraguayo, totalmente descapitalizado y en estado permanente de cesación de pagos.

(1) Expresiones del Presidente Cándido Bareiro, en Ashwell, libro citado, pág, 183 .