CREACIÓN DE BANCOS : 1881 - BANCO NACIONAL DEL PARAGUAY
Por ARTURO RAHI
CREACIÓN DE BANCOS : 1881 - BANCO NACIONAL DEL PARAGUAY
Por primera vez un proyecto nació de la acción conjunta de un grupo de personas integrantes de las llamadas fuerzas vivas del país. De una reunión de comerciantes, integrantes de la "Asociación General de Comercio del Paraguay", realizada el 25 de Abril de 1881, en la que participaron entre otros los Señores Ricardo Méndez Goncalvez, Artemio Carreras, Francisco Bibolini, José Mazó, Manuel Solalinde y otros entre quienes figuraban apellidos muy conocidos posteriormente, como Gaona, Patri, Macias, nació la idea de solicitar al gobierno la autorización para la apertura del Banco Nacional del Paraguay. Siguiendo las normas marcadas en la época, el gobierno de inmediato, ya el 14 de Junio de 1881, promulgó el decreto que autorizaba la apertura del banco.
Tendría como capital la suma de $ 500.000 dividido en 5.000 acciones de $ 100 cada una, de las que el gobierno debía suscribir el 25%. En caso de que la suscripción privada no cubriera el 75% restante, el gobierno debía hacerlo. El período de suscripción de las acciones fue fijado en dos meses.
El banco fue autorizado a emitir billetes hasta el doble del capital autorizado. La tercera parte de la emisión debía tener respaldo en oro para garantía de los tenedores de los billetes.
Podía realizar operaciones normales, tales como recibir depósitos en cuenta corriente y a plazo fijo; otorgar créditos a los particulares y municipalidades con o sin garantías, según el criterio adoptado en cada caso: podía actuar como agente financiero del gobierno en cualquier operación que se acordare; podía establecer una sección hipotecaria, la que otorgaría préstamos con garantías reales hasta el 50% del valor de las propiedades.
Naturalmente que no podían faltar los privilegios que se otorgaban a los solicitantes: exoneración de impuestos nacionales y municipales; los documentos que emitiere estaban también exentos del pago del impuesto de sellados existente o de cualquier otro impuesto que se llegare a crear en el futuro.
El banco podía empezar sus operaciones tan pronto como llegase a integrar solamente el 10% de su capital, es decir $ 50.000, y contaría con cuatro Directores titulares y dos suplentes. Muy especialmente se prohibía ser directores a miembros de los poderes del estado, pero de los citados, dos serían nombrados por el Poder Ejecutivo.
Muy pronto empezaron los problemas para el banco. El público no llegó a integrar un mínimo suficiente de capital que permitiese al banco comenzar a operar. Y en lo que al gobierno se refiere, como dice Berthomier, "de donde sacaría el dinero necesario para poder entregar dicha suma?" (Libro ya citado, pág. 24.).
En definitiva, "no obstante la favorable acogida inicial del comercio local, el banco propuesto tampoco pudo establecerse, por la falta de pagos suficientes de las acciones suscriptas" (Bertomier, libro ya citado, pág. 183).
Una vez más, y esta vez pese al respaldo del sector que más posibilidades tenía desde luego, el capital no pudo integrarse y el banco no fue abierto ni operó. Otro fracaso más en la larga serie de intentos.
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LA MONEDA Y LOS BANCOS EN EL PARAGUAY
Obra de ARTURO RAHI
Ediciones Comuneros. Asunción – Paraguay,
1997 (253 páginas)
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