CREACIÓN DE BANCOS : 1881 - BANCO DEL PARAGUAY
Por ARTURO RAHI
CREACIÓN DE BANCOS : 1881 - BANCO DEL PARAGUAY
A pedido de los señores Eugenio Ford y Artemio Carreras, en fecha 3 de Septiembre de 1881, el gobierno otorgó el correspondiente permiso para la apertura del Banco del Paraguay, bajo las mismas condiciones que se otorgó al señor Alejandro Baillié en 1880 (Banco Anglo Paraguayo).
Con este proyecto ocurrió lo que hasta entonces no se había logrado. El banco al fin pudo concretarse y abrió sus puertas. Dice Berthomier: "Los señores Ford y Carreras, después de 10 años de inútiles esfuerzos, tienen la gloria de ver ligados sus nombres al primer banco de la República del Paraguay".
Y el diario "La Democracia" publicaba en su edición del 1° de Noviembre de 1881, un artículo comentando la apertura del primer banco, y de paso mencionando que los fracasos anteriores se debían a: 1) que las concesiones anteriores fueron otorgadas a personas extrañas al comercio, que no fueron capaces de colocar las acciones; 2) desidia por parte del comercio paraguayo (Berthomier, libro ya citado, pág. 25).
En realidad debió mencionar sencillamente que el motivo fue la falta de dinero. No creemos que quienes obtuvieron la ley de concesión, no hicieran los esfuerzos adecuados para vender las acciones emitidas. La realidad bien cruda es que no encontraron quienes quisiesen comprarlas.
El banco abrió sus puertas para realizar operaciones con el público el 10 de Mayo de 1882. Pero nunca pudo cubrir las necesidades nacionales. Su capital inicial de $ 500.000 era insuficiente, y de cualquier manera, empezó a operar con lo integrado que nunca pasó de $ 80.000, aportado íntegramente desde el exterior.
Sus directores no pudieron movilizar recursos adicionales en el pobre mercado nacional, para aumentar su capital y poder realizar un mayor número de operaciones. La crisis mundial de 1882 que abarcó a todos los países, particularmente a los europeos (Ashwell, libro ya citado, págs, 185 a 189), afectó también al nuestro, que con una estructura demasiado débil, nada podía hacer para contrarrestar los embates de la crisis.
Al decaer nuestras exportaciones a la Argentina, cayó también tan bruscamente el nivel de nuestros ingresos por comercio internacional que arrastró definitivamente a la producción y al consumo local, originando una crisis en cadena en nuestro de por sí endeble sistema financiero.
Como es de suponer, la crisis afectó al nuestro único banco, con apenas cuatro meses de vida. No pudo realizar los préstamos concedidos, ni tampoco colocar otros. Tuvo que suspender sus operaciones el 19 de Octubre de 1883.
Es fácil comprender este hecho. Si bancos grandes, en países ricos, no pudieron con la crisis, menos lo podrían bancos pequeños de países de la periferia, con poca experiencia, como el nuestro, que dependían de las ventas al exterior para importar sus necesidades y movilizar sus recursos productivos.
Sencillamente pagamos el precio que las leyes económicas imponen cuando se entra en una crisis.
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LA MONEDA Y LOS BANCOS EN EL PARAGUAY
Obra de ARTURO RAHI
Ediciones Comuneros. Asunción – Paraguay,
1997 (253 páginas)
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