ENSAYOS SOBRE LA II ERA DE LA ESTUPIDÉZ
PLANIFICADA CON ALTA TECNOLOGÍA
Compilación, redacción e ilustraciones:
CHESTER SWANN.
TETRASKELION
Luque - Paraguay
Creo que este, mi último libro ilustrado acerca de la estupidez, planificada con esmero digno de mejor causa por la usura mundial, contiene además mucha información recopilada sobre las mafias financieras, políticas, de la salud, de la guerra y otras que la prensa h callado. Pero sobre todo pongo sobre el tapete las posibilidades de salir de esa odiosa esclavitud, aunque todo depende del sentido de la dignidad ciudadana y la toma de conciencia.
Muchas de estas informaciones os parecerán increíbles, pero están muy bien contrastadas y, gracias a algunos amigos he podido acceder a ellas, recopilarlas y hacer nuevas propuestas opcionales al nuevo orden mundial que amenaza feudalizar al planeta, a más tardar para el 2017.
Abrazos y ¡buen viaje al mundo de la resistencia ciudadana!
CHESTER SWANN
ENSAYOS SOBRE LA II ERA DE LA ESTUPIDEZ
PLANIFICADA CON ALTA TECNOLOGÍA
El objeto de este trabajo de redaccion y recopilacion de artículos englobados en la temática del título, es a la vez, recabar y dar aconocer al ciudadano —en tanto individuo sujeto a la desinformaciónplanificada— toda la información negada a la ciudadanía y alertar a mis compatriotas paraguayos y latinoamericanos sobrelas tenebrosas intenciones de un reducido grupo de autodenominados“illuminati” o iluminados (Grado IX de la orden rosacruzAMORC), oligarcas internacionales que pretenden imponer un“Nuevo Orden mundial” basado en la abolición de las soberaníasnacionales y en la disponibilidad irrestricta de nuestros recursosnaturales… para gloria de las transnacionales norteamericanas yeuropeas; en una perversa “gesta” colonialista neofeudal divididaen castas inamovibles: señores y siervos... separados por unaguardia pretoriana que vigile celosamente a los amos con barrerasinfranqueables para que los «proles» no molesten con demandaso rebeliones incómodas.
De hecho este propósito no es nada nuevo. Adolf Hitler ya lo había enunciado en “Mein Kampf” en 1933, cuando planeaba fagocitarse primero a Europa Occidental, luego a Rusia y poco a poco al resto del mundo en un “Reich (imperio) de mil años.
Hasta ahí llegaría con sus absurdas pretensiones hegemónicas racistas. Leningrado y Stalingrado fueron la piedra dentro de las botas de la Wehrmatch y las Waffen SS.
La tenaz y patriótica resistencia de los pueblos ocupados hizo imposible ese sueño hitleriano que sólo trajo al mundo una pesadilla que duraría seis años y costó harta sangre derramada.
Si bien los ejércitos “regulares” de Francia, Bélgica, Holanda, Noruega, Grecia, Rumania, Rusia y los Balcanes se rindieron o retrocedieron ante el empuje de la blitzkrieg, los civiles de esos países hicieron patriótica resistencia al cruel invasor; pese a los colaboracionistas locales y traidores que se allanaron a las pretensiones germanas quizá creyendo en la victoria nazi.
Los “maquis”, “partisanos” y otros grupos de guerrilleros civiles patriotas se ocuparon de hostigar las rtaguardias nazis; aún siendo calificados de “terroristas” por ellos. ¿No os suena familiar esta palabreja? Tan abusada últimamente por los norteamericanos —los nuevos nazis del siglo XXI y sus sátrapas de la mafia mediática “liberal”—, que están empeñados en lavarnos el cerebro con su prédica goebbeliana1 (“Una mentira repetida mil veces se convierte en Verdad inobjetable).. pero que no resiste el menor análisis argumental en contrario.
Pues, sí. Ser patriota y rechazar las mieles del imperio y su venérea propaganda, es ser cuando menos un “terrorista” en ciernes o un “renegado” o “hereje”, como en los años de plomo de la “santa” inquisición o la guerra fría, y «políticamente incorrecto» para el vulgo «fashion».
Entre las informaciones y documentaciones recopiladas (también estoy atesorando videos documentales sobre los falsos “atentados terroristas” y sus verdaderos autores). También muchas otras calladas por la desinformadora prensa empresarial y los exégetas de la globalización salvaje.
Podrán aquí enterarse de los motivos reales de la salvaje invasión a Irak —bajo el falso pretexto de que Saddam Hussein acumulaba armas de destrucción masiva—, en la que el verdadero propósito era hacerse con los pozos petrolíferos y gasíferos de la cuenca del Mar Caspio, además de la producción de heroína de Afganistán reactivada tras la ocupación (ver “Lo esencial ¿es invisiblea los ojos?”.
Pero eso no es todo. También robaron los —ante el silencio cómplice de los medios— tesoros históricos y arqueológicos vaciando museos en Bagdad, trasladándolos al inaccesible sótano de un museo de Nueva York. Quizá para mentir a las generaciones futuras que allí nacieron la escritura y la civilización.
Pero lo más grave es que, no contentos con el atroz robo de reliquias históricas milenarias, bombardearon e incendiaron escuelas, colegios y universidades, hospitales y ejecutaron a toda la inteligencia iraquí por orden del Pentágono, de Bush y del general Colin Powell. Profesores universitarios, científicos, médicos, artistas, escritores y hasta maestros de escuelas primaria —mujeres y varones— fueron eliminados, desaparecidos o torturados en sus cárceles secretas.
Nada de esto fue comentado por la prensa nacional e internacional, pero pude reunir las pruebas documentadas en vídeos e informes de las Naciones Unidas (Iraq: educación bajo ataque) además de cuanto ocultara la prensa comercial internacional y local.
Lo más deplorable es que, desde 1957 el Banco Interamericano de Desarrollo y el Banco Mundial impusieron “reformas” educativas, que —en complicidad con el general Stroessner—, destruyeron al intelecto nacional, buscando lllevar a nuestros ciudadanos a la estupidez borreguil exigida por los amos del mundo.
¿Objetivo? Esto forma parte de una estrategia —como veremos más adelante en páginas sucesivas— tendiente a convertir a las masas en esclavos asumidos y conscientes.
Saber es Poder… y ellos, los amos del mundo, saben que una nación culta e inteligente no será fácil de someter; por su conciencia crítica y cuestionadora, movida por el motor de la duda.
Para esta infame tarea, se valen de la mediocrización educativa de una horrenda superficialidad, pero también de la televisión y sus programas enlatados de violencia, su venérea propaganda y el lavado mediático de cerebros como una nueva manera de esclavizar a los “pueblos en vías de desarrollo”, según su funesto vocabulario neoliberal (ver El Informe Kissinger y Armas silenciosas parqa guerras tranquilas).
El título habla sobre la segunda era de la estupidez planificada y, sin duda ustedes se preguntarán cuándo fue la primera. Bien.
La primera se inició hace miles de años, cuando nuestro antepasado “mono-sapiens” sintió temor ante las tempestades y otras manifestaciones de la madre naturaleza. Entonces no halló nada mejor que fabricarse dioses “a su imagen y semejanza” para impetrar sus bondades o gracias, incluso con sacrificios humanos.
Sabido es que, toda creencia tiene un origen irracional y tiende al
“pensamiento mágico” o milagrero. Ese fue el origen de la primera era de la estupidez: la ignorancia acerca del Tiempo, el espacio y la naturaleza. El resto es derivación de ello y explica la dura (tan dura como sucia y cruel) batalla de las iglesias mono teístas (sic) contra el conocimiento y las ciencias, atribuidas a Satanás y a Lux Feros (Lucifer, portador de la luz, derivación del mito de Prometeo).
Muchos hurgadores de los secretos de la naturaleza fueron llevados a la pira “por contradecir a las escrituras” y acusados de herejía o brujería por inquirir en los misterios de la creación.
Si bien la Edad media no fue de oscurantismo —como vulgarmente se cree— sí propició una búsqueda casi clandestina de los “por qués” de los fenómenos naturales y de los secretos del “cielo”, es decir del cosmos. Ya los chinos, hindúes y caldeos habían descubierto los “planetas” o astros vagabundos que regularmente se mueven entre la miríada de estrellas fijas de la eclíptica.
Esto posibilitó el descubrimiento del Tiempo, esa misteriosa entidad que determina las estaciones y los cambios climáticos.
En la remota antigüedad, las tres castas que dominaron a los pueblos —civilizados o no tanto— fueron los chamanes o sacerdotes, los guerreros y los mercaderes. Esas castas se han perpetuado hasta nuestros tiempos por medio del lavado de cerebros por la vía de creencias inculcadas y temores impuestos a los ignorantes invocando «tradiciones».
De la creencia al fanatismo y de éste a la estupidez, hay distancias muy cortas fácilmente salvables casi sin esfuerzo.
La televisión y los nuevos juguetes tecnológicos son usados ahora para mantener incomunicada a la ciudadanía como verán exhaustivamente explicados en “Estrategias de manipulación” y “Armas silenciosas para guerras tranquilas”, emitidos por el propio Club de Bilderberg cuyo currículum verán más adelante.
1.- Joseph Goebbels —(«Cuando oigo hablar de cultura me vienen ganas de sacar el revólver»)—, fue ministro de propaganda del III Reich (1933-1945) y aprendió las técnicas de lavado de cerebros del judío vienés Sigmund Freud, padre del psicoanálisis y fundador del Tavistock Institute de Londres. (Ver «el secreto mejor guardado de América» www.educateyourself.org ). N. del c.
Estupidez Planificada - Chester Swann - Portal Guarani by portalguarani
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