EL MOVIMIENTO, UN LUGAR PARA EL CONSENSO NEOLIBERAL
CARLOS VERÓN
TOMÁS PALAU
FONDAD
Programa de Estado y Sociedad
BASE Investigaciones Sociales
Asunción, junio 1991
Documento de Trabajo Nº 31
Este ensayo ha sido presentado como ponencia en el III Seminario Interdisciplinario Latinoamericano (SILA ’91): Deuda, Estado y Desarrollo. Críticas y Alternativas, organizado por la Fac. de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional de Cuyo, la Fundación Ecuménica de Cuyo y la Cátedra Libre del Pensamiento Americano “Francisco de Vitoria”, realizado en Mendoza, Argentina entre el 13 y el 15 de junio de 1991.
CONTENIDO
PRESENTACIÓN
1. A MODO DE INTRODUCCIÓN
2. EL CICLO DE LA TRANSICIÓN
2.1 EL PODER LOCAL EN EL MARCO DE UN ESQUEMA AUTORITARIO
A LAS TRES DIRECCIONES: "PROPUESTAS, PROYECTOS Y
B. LA MOTIVACIÓN ELECTORAL
2.2 EL MOMENTO MOVIMIENTISTA
A. REQUISITOS, IMPLICANCIAS Y LIMITACIONES
B. UNA REFLEXIÓN EN EL TERRENO PRÁCTICO
C. CONSTITUCIÓN Y COOPTACIÓN DEL MOVIMIENTO
2.3 LA CONSTITUCIÓN DEL PROYECTO HEGEMÓNICO
A. ALINEAMIENTO IDEOLÓGICO
B. LA CONEXIÓN NACIONAL
C. EL PAPEL DE LOS INTELECTUALES ORGÁNICOS
3. LA LÓGICA DEL CONSENSO VS. LA LÓGICA DE LA GANANCIA
4. CONCLUSIONES
PRESENTACIÓN
Con el golpe de febrero de 1989 el sistema político paraguayo entra en una etapa de reestructuración. Esta reestructuración política estuvo precedida en la década de los años '70s por una profunda reestructuración económica que replanteó las bases productivas del país insertándolo -de acuerdo a la ley de las ventajas comparativas- en la especialización productiva con base en la producción agrícola de exportación, la atracción de flujos financieros públicos (principalmente para la construcción de Itaipú) y privados (bajo la forma de inversiones directas extranjeras) y el auge del contrabando. Una vez iniciado este proceso de "nuevo crecimiento hacia afuera" se produce en el corto plazo una profunda reestructuración social en virtud de la cual se intensifican los niveles de explotación de los trabajadores por vía de la descampesinización, tugurización urbana, informalización y estacionalización de los mercados de trabajo.
La transnacionalización de la economía que se había venido operando en las dos décadas pasadas generó un empresariado nacional descontento y sin representación política, un ejército acosado por las directrices de los estrategas de la geopolítica norteamericana en el sentido de permitir y acelerar el paso de la coerción al consenso como estilo de gobierno.
Generó asimismo, una ciudadanía que se sentía fuera, marginada del sistema de partidos.
En todo caso, la reestructuración política en el Paraguay implicó -entre otras cosas- el quiebre del partido colorado y un debilitamiento relativo de los demás partidos, dando lugar al advenimiento, constatado en las elecciones municipales de mayo de 1991, de una etapa definida en este trabajo como movimientista, la cual va a implicar, en plazos previsiblemente cortos, una redefinición del sistema de partidos.
El trabajo presenta algunas consideraciones introductorias para estimular el debate político. El haberse escrito y presentado en las dos semanas que siguieron a la elección municipal le dan un carácter provisorio a las ideas que acá se sustentan. En esta medida no se trató de evitar lo polémico en el desarrollo de alguna de ellas.
En oportunidad de discutir esta especial coyuntura política del país, los autores han aprovechado para hacer referencia a temas, que si bien no forman parte de ella, la determinan, tal el caso de algunos rasgos del contexto internacional y una - relativamente extensa referencia a la formación histórica del proyecto político del empresariado.
En el trabajo se encontrará una recurrente mención a las ideas, e inclusive textos, de Carlos Auyero en su reciente trabajo Desde la incertidumbre que ha servido como de marco de fondo a buena parte de la discusión aquí contenida.
A MODO DE INTRODUCCIÓN
Se sostiene en este breve ensayo que el proceso político post-golpe en el Paraguay está caracterizado, entre otras cosas, por una crisis de representatividad de los partidos políticos tradicionales lo cual ha dado origen a una etapa movimientista, que crea condiciones políticas propicias para la profundización de un proyecto económico neoliberal.
El triunfo de un movimiento independiente en la disputa electoral del 26 de mayo pasado, por la intendencia de Asunción, implica una alteración importante en el patrón de comportamiento político de la ciudadanía. Tal alteración a su vez, se constituye en una clave para iniciar una lectura de las perspectivas que tiene la inevitable reformulación del sistema político paraguayo, que sobrevendrá para adecuarse a la más envolvente determinación de la recomposición capitalista a nivel internacional.
Se sostiene igualmente que con Stroessner se inicia el proceso de "modernización" del país, la cual implicó una manera drásticamente diferente de inserción del Paraguay a la economía regional y mundial, en el marco del capitalismo dependiente (y tardío). El golpe de 1989 intenta radicalizar ese proceso "modernizatorio" pero provoca turbulencias en el sistema político a resultas de las cuales se genera esta etapa movimientista. En ella, se altera el mapa partidario permitiéndose la incorporación de nuevos proyectos políticos, mejor adecuados para la viabilización de una solución a la conflictiva relación entre las exigencias de la producción y de la democracia. Proyectos que permitan conciliar de alguna manera los derechos del pueblo con los imperativos capitalistas de la acumulación. Esa conciliación probablemente no implicará armonización sino subordinación y la fórmula o proyecto político encargado de hacerlo, estará a cargo de lo que se presenta como socialdemocracia, la cual está mejor preparada que cualquier otro proyecto para capturar al Movimiento una vez que éste salga de su fase eruptiva. Este proyecto que en lo económico se expresa desde ya corporativamente (Por corporativismo se entiende aquel "sistema de representación de intereses en el que las unidades constitutivas se organizan alrededor de un número limitado de categorías singularmente compulsivas, no competitivas, jerárquicamente ordenadas y funcionalmente diferenciadas, reconocidas y toleradas (cuando no creadas) por el estado, a las que se le concede un deliberado monopolio en la representación al interior de sus respectivas categorías a cambio de la observación de ciertos controles sobre la forma como seleccionar los líderes y la articulación de demandas y apoyos. Phillipe Schmitter. En, Howard J. Wiarda (Ed.) New directions inComparative Politics. Boulder, Colo., Westview Press, 1985. Citado por Tom J. Farer "Human Rights Inverstment in Hispanic South America: Retrospect and Prospect". Human Rights Quaterly, Vol. 13, No. 1, feb.
1991: 99-122), intentará reunir consenso de modo que los principios de la normatividad neoliberal puedan ser plenamente aplicados.
Así como en su momento Stroessner tuvo que estructurar su aparato de poder con unas fuerzas armadas fuertes, un brazo político subordinado (el Partido Colorado), e incluso una central de trabajadores connivente (la CPT), así también, la actual reformulación en curso necesitará reestructurar el aparato de poder, esta vez bajo el liderazgo de la corporación empresarial privada. Buscará el achicamiento del Estado, la profesionalización del ejército, esto es, una disminución de la cuota de coacción monopolizada por el aparato militar y el crecimiento de un nuevo aparato partidario que reúna en torno a sí el consenso necesario para servir de instancia de legitimación. Esto permitirá el contractualismo2 como método de gobierno, toda vez que el perfil buscado para dicho aparato se vislumbra como la resultante de un acuerdo entre ciertos segmentos del empresariado, con una buena parte del sindicalismo reunido hoy en la CUT. De esto resultaría un modelo fragmentado y descentralizado de sustentación económico-política apto en todo caso, para la profundización de políticas neoliberales.
Estos planteamientos distan mucho sin embargo, de una pretensión de trazo lineal de los acontecimientos. El actual intendente de Asunción fue candidato propuesto de la CUT y su campaña descansó casi exclusivamente en la ruptura del continuismo, en favor del cambio.
Este "cambio" en un intendente sindicalista podría estar sugiriendo que el modelo liberal que pretende erigirse sobre el Movimiento tenderá a suavizar sus expresiones volviéndose más "benevolente" en términos sociales. Situación que a los ojos del electorado urbano aparece como un mejoramiento al compararse la nueva situación con aquella del gorilismo sobreexplotador.
El planteamiento tampoco puede ser lineal por la escasa previsibilidad del comportamiento de la corporación militar, lo suficientemente corrupta y deliberativa como para poder constituirse con cualquier pretexto, en un escollo importante al proyecto político empresarial. El carácter necesariamente contractual de la próxima administración estatal deberá contemplar la gratificación al estamento armado. Gratificación que implica regular legalmente el "fraterno manto de olvido" que deberá echarse sobre temas tales como la corrupción en primer lugar, y en menor medida la violación a los derechos humanos, en los que incurrieron actuales altos mandos militares. Este tema parece de hecho tan crucial, que la preocupación del futuro proyecto político por buscar un mecanismo sustituto al de la corrupción para generar a algunos tales márgenes de ganancia como los proveídos por la corrupción, sólo podrá ser abordado con recetas innovadoras y, desde ya, encubridoras y antipopulares.
En el plano económico no son menores los obstáculos que el nuevo proyecto político deberá salvar para consolidarse ante el sistema partidario tradicional, debilitado pero de ninguna manera derrotado. El primero es la cuestión agraria y el otro la del empleo urbano.
En cuanto a este último, Rodríguez parecer ir anticipándose a los acontecimientos.
En efecto, en el plano del análisis, el problema es resolver el tema de la eficiencia, de tal manera que con ella se logren racionalizar los recursos para compatibilizar la economía del mercado y (la quimera de) la inversión extranjera, con ciertos principios redistributivos especialmente en el terreno del ingreso a través del empleo.
En el plano de la praxis política, Rodríguez ha empezado a rediseñar su equipo económico para adecuarlo al esquema sugerido por los intereses corporativos del estamento empresarial. La indecorosa salida del super-ministro encargado de la STP, la renuncia previa del estatista Ministro de Hacienda y el posterior relevo del recalcitrante Ministro de Industria por el ex-Presidente de la UIP, así como la destitución del corrupto Presidente del BCP, indica que los vientos soplan primero por arriba. Rodríguez parece estar lúcido acerca de las limitaciones del capitalismo doméstico y está, el mismo, domesticado por el internismo parroquial de su propio partido. La apuesta la hizo en el empresariado eficiente vinculado a los intereses extranjeros. Hay además una importante brecha generacional que fue favorablemente saldada con estas nominaciones.
Este trabajo sostiene, en suma, que en esta etapa de la transición, marcada por la reconformación del sistema partidario, el análisis político es indivisible del económico. El pretender escindirlo es una estrategia encubridora, para nada útil al esclarecimiento de los fenómenos sociales.
También se ha considerado pertinente encuadrar el análisis a la reformulación de la correlación de fuerzas a nivel internacional, reformulación caracterizada por la aparición de nuevos polos hegemónicos y la declinación de la primera potencia mundial, los EE.UU.
Los recursos de prolongación de la hegemonía norteamericana, plantean una reformulación en las relaciones con A. Latina en función de la captura de nuevos mercados y un intercambio aún más desigual.
Esta reformulación se plantea en la llamada "Iniciativa de las Américas" de Bush y en cuyo marco se firma en Asunción el tratado del MERCOSUR entre Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay.
Este nuevo relacionamiento estará marcado a su vez, por la renegociación, que no es otra cosa que la asimilación transnacionalizada de la reestructuración productiva registrada en el primer mundo consecuente del avance tecnológico.
En el presente, este proceso está avalado por el modelo neoliberal que presiona el FMI, basado fundamentalmente en la desregulación, la privatización y un ordenamiento que legaliza un mayor intercambio desigual.
Este ensayo fue preparado para ser presentado en el SILA 91. Organizado por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional de Cuyo, la Fundación Ecuménica de Cuyo, la Cátedra Libre del Pensamiento Americano "Francisco de Vitoria" y el FONDAD, que cada dos años se realiza en Mendoza, Argentina.
2 - Noción diferente de la de contrato social. El contractualismo en cuanto a forma de ejercicio del gobierno, al tener como meta principal un orden político racional, corre el riesgo de prescindir del fundamento histórico, fáctico del poder; escindiendo la unidad entre comunidad y poder y disociando a la ética de la política.
Fuente digital: http://www.baseis.org.py
Registro: Agosto 2011
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