LEYENDA DEL GUAPO'Y
Versión: GIRALA YAMPEY
El Guapo'y, es el nombre guaraní del Higuerón, también llamado comúnmente "Traga palo", por las terribles consecuencias que tiene su crecimiento en la horqueta de los árboles. Su fruto, pequeños higos, es comido por los pájaros que luego depositan sus semillas en las deyecciones, entre las ramas o la horqueta de inmensos árboles. La diminuta semilla germina y crece allí, convirtiéndose en gigantesco árbol que abrazará al que le sirvió de sementera hasta estrangularlo. Lo "tragará" con el correr del tiempo.
El cacique Emeterio, de un grupo guaraní, narró la leyenda, a L. Cadogan, como sigue:
"A orillas del campichuelo que lleva el nombre de nuestra tribu, al "Tajy" (lapacho), en los albores del tiempo, lo sembró Tupá.
Una semillita, según la tradición. De ella germinó una plantita que al cabo de muchos "Kuarahy-jere" (vueltas del sol), se convirtió en hermoso árbol, y su sombra, en lugar de reunión de los jefes de la raza más poderosa de la tierra, adoptándose como símbolo una de sus ramas más fuerte, que era nuestra tribu "Tajy". Al Tajy conducían todos los caminos de la tierra y a él se encaminaban, cuando el majestuoso árbol anunciaba la terminación de los fríos cubriéndose con un manto de hermosas flores, delegaciones de todas las tribus guaraníes, para tratar en asamblea los asuntos de interés para la estirpe".
"Traída por el viento, depositada por una avecilla o por la mano de Añá; venida no se sabe de dónde, germinó entre las ramas del Tajy, en una rugosidad de su corteza, una semillita. Humedecida por el rocío y calentada por el sol, germinó y creció. Se convirtió en árbol enorme que echando raíces gruesas y largas, envolvieron al Tajy. Lo estrangularon, como el Kuriju estruja a su víctima entre sus pliegues.
Hoy, a orillas del campichuelo del Tajy, se eleva un enorme Guapo'y, de fofas carnes y entre las ramas del monstruo, sólo se ven sobresalir pequeñas astillas del antaño poderoso Tajy, símbolo de mi raza y gloria de la selva".
"Los últimos rayos del sol poniente, herían las facciones del anciano indio, trocándola en estatua de bronce. Emitió un suspiro apenas perceptible y prosiguió:"
"Mi nación, la más fuerte de la tierra, no reconoce otro Señor que Tupá: lo dominaba todo, desde el agua sin fin de la que sale el Sol, hasta la cordillera inaccesible tras la que se hunde el anochecer. Y, al parecer, surgida de esa misma agua de la que surge el Sol enviado por Tupá para fecundar la tierra, llega un día el "Juru'ä" (sombra en la boca = bigotudo), como semilla de Guapo'y, y echa su semilla en la tierra guaraní. Con sus tentáculos lo envuelve todo, como el Guapo'y, al poderoso Tajy, el Kuriju a su presa, absorbe la savia, la vida de nuestra raza. Como el Guapo'y absorbió la savia de nuestro Tajy, los miserables restos de mi nación desaparecen, como desaparecen las últimas astillas de nuestro Tajy, entre las fofas maderas del Guapo'y que lo aniquiló".
Esa es la leyenda guaraní del Guapo'y. Es que Tupá la había concebido con esas cualidades para que sirviera de ejemplo a sus hijos y sepan que aún siendo fuertes, si se descuidan, puede llegar una semillita desde lejos para dominar o exterminar a la estirpe.
Fuente: MITOS Y LEYENDAS DEL PARAGUAY. Compilación y selección de FRANCISCO PÉREZ-MARICEVICH. Editorial EL LECTOR - www.ellector.com.py . Tapa: ROBERTO GOIRIZ. Asunción-Paraguay. 1998 (187 páginas)
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