LEYENDA DE TAMANDARE
Versión de GIRALA YAMPEY
Derivada del Mito guaraní del Diluvio, es fabulada la leyenda de Tamandare. Es una historia repetida por muchos.
Cuentan que Tamandare era un gran Paje, médico y sacerdote, guía y consejero de su pueblo. Aunque muchos acudían a él en busca del alivio para sus malestares o alguna solución a sus problemas, no todos seguían sus hermosas palabras. Lo respetaban y lo escuchaban pero, cada cual hacía lo que sus anteojos y sus caprichos les dictaban.
Tamandare, fumaba su cachimbo y, a través del humo del tabaco, se comunicaba con Tupâ. Así, supo que debía danzar y ayunar muchos meses para alivianar su cuerpo y poder elevarse alguna vez al más allá, cuando consiga su Kandire (Perfección). Estaban listos espiritualmente para lo que pudiera suceder, conforme a las predicciones. Sus sueños y sus visiones, relatadas en las ceremonias religiosas, les decían que una gran catástrofe ocurriría muy pronto, un Mba'e-megûa-guasu (gran cataclismo). Su fiel esposa lo acompañaba en sus rogativas. Juntos se alistaron para el evento que consideraban inminente. Vivían en beatífica santidad cuando llegaron los interminables días de intensas lluvias que presagiaban la gran inundación. Los campos fueron anegados y desbordaron los ríos. Toda la tierra quedó cubierta por las aguas.
Tamandare y su compañera subieron a la copa de una palmera y, a pesar de que la corriente la arrancó, permanecieron asidos al tronco y pidieron reposar flotando sobre las hojas, por varios días. Se alimentaban de los frutos del mismo pindo que los sostenía.
Días después, Tupâ hizo que se retiraran las aguas. Brilló de nuevo el sol. Cuando la pareja despertó del largo sueño en que habían caído, cansados y agotados, vieron, con asombro y satisfacción, que la palmera había vuelto a quedar en el mismo lugar de origen, cerca del rancho de ambos. No encontraron a ninguno de los de la tribu, sólo escucharon lejanos silbidos de pájaros y el rumor de arroyos que volvían a llenar sus cauces. Eran signos de que la vida proseguía. Tupâ, había elegido a Tamandare y su fiel esposa como pareja para ser el tronco de una nueva generación de la estirpe guaraní.
Fuente: MITOS Y LEYENDAS GUARANÍES por GIRALA YAMPEY. Editorial Manuel Ortiz Guerrero, Patronato de Leprosos del Paraguay. Tapa: Búho, fotografía de una cerámica indígena. Asunción - Paraguay, 2003. 177 páginas.
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