MITOLOGÍA DE LAS TRIBUS DEL CHACO
ETNOGRAFÍA DEL CHACO. Por ALFRED METRAUX
Edición, exordio, revisión y notas a cargo de MIGUEL CHASE-SARDI
Colecciones importantes del folklore del Chaco existe solo para los Toba y los Mataco (Nordenskióld, 1912; Karsten, 1932; Métraux, 1935, 1939, 1941; Palavecino, 1940). Para las otras tribus, (Lengua, Chamacoco), nuestra información se basa en material esparcido y a menudo fragmentario (Grubb, 1914; Baldus, 1931 a; Alarcón y Cañedo, 1926).
Cosmogonía. Muchas estrellas y constelaciones se identifican con personas, animales u objetos que figuran en la mitología. Así, la Cruz del Sur o la Nube Negra de Magallanes representan un ñandú fabuloso perseguido por dos hombres jóvenes, Alfa y Beta de Centauro, y por sus perros, Alfa y Beta de la cruz (Mataco, Toba, Mocoví). La Vía Láctea es un camino utilizado por personajes mitológicos (Toba), o las cenizas de un árbol celestial destruido por el fuego (Mocoví). Los Mataco y los Toba ven un gran pájaro yulo (Tantalus cristatus) en una constelación formada por las Pléyades, las Iliadas y el Cinturón de Orión. Para los Toba, las Tres Marías (Alfa, Épsilon Dseta de Orión) son tres ancianas que viven en una gran casa con jardín (Betelgeuze, Bellatrix y Kappa de Orión). La Dseta 1 y Dseta 2 de Escorpión son dos "nietos" (Mataco). Las Riadas se contemplan como un Pájaro chuno (Chunga burmeisteri). Los Toba dicen que las Nubes de Magallanes están constituidas por harina de algarrobo machacada por una mujer celestial (Venus en su mortero celestial) (Nubes de Magallanes) (Toba). (Para la mitología [366] estelar de los indios del Chaco, ver Lehmann-Nitsche, 1923b; e;1924-25a, b, d, e; 1927).
Sol y Luna. Para la mayor parte de las tribus chaqueñas, el Sol es una mujer y la Luna un hombre. Entre los Mataco y los Chamacoco, la Luna y el Sol aparecen en cuentos del tipo de los Mellizos, tan comunes en América del Sur. El Sol es una persona despierta que siempre tiene éxito en sus empresas, mientras que la Luna, siempre ansiosa de imitarlo, fracasa y sufre la muerte. El Sol visita a Mosquito, gire posee un hermoso campo, y obtiene mandioca y otros alimentos de su amigo. La Luna desea hacer lo mismo, pero no apercibe a Mosquito y casi lo aplasta. Mosquito pica a la Luna, que muere, pero el Sol lo reanima nuevamente (Chamacoco).
El Sol pesca pirañas, usando su hijo como cebo. La Luna desea hacer lo mismo, pero las pirañas devoran al niño (Chamacoco).
El Sol caza patos convirtiéndose él mismo en un pato. La Luna desea utilizar la misma estratagema, pero los animales la descubren y lo arañan airadamente. De ahí provienen las manchas en la Luna (Mataco).
Eclipses. En general, los eclipses se interpretan como ataques a la Luna o al Sol por parte de un jaguar celestial (Toba, Abipón, Mocoví, Mataco, Vilela). Los antiguos Lule creían que el fenómeno era causado por un gran pájaro que ocultaba el Sol con sus alas.
Fenómenos meteóricos. Como muchas otras tribus norteamericanas, los Choroti, Lengua y Ashluslay sostienen que el trueno es producido por pájaros mitológicos: Según los Ashluslay, el trueno es su grito y el rayo es el fuego que dejan caer sobre la Tierra.
En el folklore Toba, el relámpago es una anciana peluda que cae durante una tormenta, y sólo puede retornar al cielo en el humo de un fuego encendido por un viandante amable.
Los Mataco, Toba y Chamacoco hablan de la lluvia como de una persona (un espíritu) que cabalga a través del cielo. Los Chamacoco consideran las nubes como grandes pájaros llenos de agua, pero también creen que la lluvia depende de la buena voluntad de espíritus que custodian una gran jarra celestial llena de agua. Los Ashluslay dicen que la lluvia es producida por los pájaros del trueno, que en su ira abren un recipiente celestial lleno de agua; y que el arco iris es una gran serpiente.
El universo. Muchos indios chaqueños describen el Universo como formado por muchas capas superpuestas. Los Mataco lo dividen en tres estratos: el cielo, la tierra y el mundo subterráneo. Los Chamacoco distinguen siete cielos o capas, cinco encima de nuestra Tierra y dos por debajo, cada uno de los cuales es de color diferente.
Los Mocoví, Toba, Mataco y Chamacoco tienen un mito acerca de un gigantesco árbol que una vez conectaba el cielo y la tierra, y mediante el cual los mortales subían para cazar en el mundo celestial. Finalmente, una mujer vengativa -en algunas versiones es un hombre- quemó el árbol. La gente que permaneció en el cielo fue transformada en las Pléyades (Mataco).
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Al final de la tierra hay un fuego inextinguible (Mbayá, Mataco, el cual los Mataco asocian con los espíritus del fuego estos espíritus en épocas antiguas incendiaron el mundo para vengarse del hornero, (Fumarius rufas), que no pudo ocultar su regocijo cuando vio que surgía fuego de sus traseros durante una danza.
Mito de la creación. Los Lengua atribuyen la creación del Universo a un enorme escarabajo. Este, en primer lugar, causó que los espíritus malignos emergieran de debajo de la tierra, y luego formó un hombre y una mujer de los "granos de tierra que había desechado". La primera pareja estaba unida entre sí, hasta que el escarabajo los separó.
Los antiguos Mbayá tenían tres diferentes versiones del origen de la humanidad: (1) Los hombres vivían bajo tierra; un perro olió su presencia y escarbó hasta sacarlos. Este tema aún es mencionado por los actuales Caduceo. (2) Los primeros hombres fueron empollados por un gran pájaro que anidó en un gran agujero en la cima de una montaña. (3) El hombre se originó en un gran pozo situado hacia el Norte.
Los Tereno hablan de dos hermanos mitológicos que estaban cazando pájaros con una trampa. Siguiendo las huellas sangrientas de un ave que había escapado, los hermanos llegaron a un pozo que conducía a una profundidad enorme. De este agujero salieron los Tereno, enceguecidos por la luz del sol y temblando de frío (Hay, 1928, 124).
En un mito que es común a los Toba y los Mataco, se dice que las mujeres proceden del cielo. De allí bajaron por una cuerda a objeto de robar el alimento, que en esa época eran animales. Un pájaro cortó la cuerda y las mujeres se vieron obligadas a permanecer aquí. Los hombres no tuvieron acceso a ellas hasta que Carancho, el héroe cultural, quebró sus dientes vaginales.
Los primeros Chamacoco estaban aprisionados en un árbol de quebracho, tan grande que podía jugarse a la pelota dentro de él. Un hombre hendió el tronco, permitiendo así emerger a la humanidad.
Cataclismos. De acuerdo a la mitología del Chaco, cuatro diferentes cataclismos destruyeron el mundo: (1) Una inundación causada por una joven en menstruación que fue a buscar agua ofendiendo de esta manera al Pitón del agua (arco iris) (Toba, Mataco, Lengua). (2) Un gran incendio originado por la caída del Sol y que consumió el mundo. (3) Una ola de frío que mató a toda la gente. (4) Una oscuridad absoluta que se asentó sobre la tierra por un año entero. A consecuencia de estas catástrofes, algunas personas fueron transformadas en pájaros y otras en animales (Toba, Mocoví, Mataco, Choroti).
Origen del fuego. El conejo es representado o como el celoso guardián del fuego, del que fue despojado por el Picaflor (Toba), o bien como el héroe que lo robó del jaguar, su anterior propietario (Mataco). El conejo es también el inventor de los palillos para hacer fuego, pero es Carancho quien enseñó a los hombres cómo usarlo (Kaskihá).
Según los Ashluslay, el fuego era antiguamente propiedad de los Pájaros del Trueno [368] que habían surgido de huevos de picaflor. Los hombres descubrieron las propiedades del fuego cuando probaron un caracol que las aves habían tostado. Los Pájaros del Trueno se resintieron tanto del descubrimiento del hombre, que desde ese entonces han sido sus peores enemigos. Los aterrorizan con sus gritos (trueno), producen chispas con sus alas (relámpagos) y arrojan rayos a los hombres y a los árboles. El fuego fue un obsequio de Carancho a los Chamacoco. El héroe cultural lo había recibido del Búho.
El héroe cultural. El héroe cultural es una figura sobresaliente en el folklore Toba, en el cual es identificado con el Carancho, una especie de halcón (cará-cará) (Polyborus plancus), común en el Chaco. Es, ante todo, el exterminador de las personas crueles y malignas; así, por ejemplo, mata al hombre de la pierna filosa, al pájaro comehombres y al monstruo que atrapa hombres en una trampa. Sus aportes efectivos a la cultura son pocos, a pesar de que enseñó a los hombres cómo hacer y usar los palillos para hacer fuego, cómo tratar a los enfermos y cómo cazar animales. En muchos cuentos, Carancho aparece conjuntamente con Zorro, el traicionero; el patrón de sus aventuras comunes corresponde a los de los ciclos de los mellizos mitológicos, hallados en muchos otros folklores sudamericanos. Carancho juega el papel del hermano sabio y habilidoso, Zorro el del tonto y ladino. Carancho era también un héroe cultural para los Mbayá y los Kaskihá.
Otros personajes mitológicos ayudaron a la humanidad en su lucha por la vida; así, en el folklore Toba, Kosodot, el pequeño hombre, enseñó a los hombres cómo cazar, y su esposa, Kopilitara, enseñó la alfarería a las mujeres; Araña fue la primera tejedora.
Los transformadores. En muchas mitologías sudamericanas; una de las funciones principales del héroe cultural es la de otorgar a hombres y animales una nueva forma. En el folklore Toba, Carancho a veces asume ese papel, pero el transformador por excelencia es el Dedamik, un ave acuática.
Milagreros. Los milagreros son personajes legendarios dotados de grandes facultades mágicas. Por lo general aparecen como niños o personas abatidas, que más tarde demuestran su coraje y castigan a sus ofensores. El Asin de los Toba es un individuo calvo y panzón, que más adelante demuestra ser un gran guerrero y un hombre capaz de hacer aparecer alimentos de debajo de su manto de piel. El "Niño nacido en un recipiente", gracias a su flecha milagrosa, se convierte en un famoso cazador y pescador (Toba, Mataco).
El "tramposo". El tramposo es un personaje favorito del folklore Toba y Mataco. Entre los primeros es personificado por Zorro; entre los últimos, por un hombre, Tawkcwax; en ambas tribus, es una criatura pintoresca, codiciosa, impúdica, vanidosa y fácilmente embaucable. Nada más que por un mal carácter o para satisfacer su vanidad, se embarca en incontables aventuras. Invariablemente, es ridiculizado públicamente o muere de una manera tremenda. El "tramposo" es responsable por diversos rasgos infelices de nuestro mundo; así, por ejemplo, él hizo venenosa a la serpiente, el inmovilizó los árboles frutales que antiguamente respondían al llamado de los hombres, [369] él creó el pez raya, y él causo una inundación al matar el pez del gran árbol yuchan (Chorisia insignis).
Espíritus. Los espíritus y fantasmas a veces aparecen como los protagonistas en el folklore chaqueño, pero, juzgando en base al material disponible, parecen figurar en sitio menos prominente en la literatura oral de la zona de lo que sucede en otras regiones de América del Sur, como por ejemplo, en la cuenca del Amazonas. Los espíritus se describen como personas que viven como hombres, a pesar de que se diferencian de éstos en muchos aspectos. Ávidamente tratan de casarse o secuestrar hombres y mujeres de este mundo. Según el folklore Lengua, la edad de oro terminó cuando una joven respondió al llamado de un espíritu de un árbol (Alarcón y Cañedo, 1924, 76). Un Mataco fue secuestrado por los Habitantes de la Tierra, y se casó con uno de ellos. De esposa recibió una pestaña que le permitía ver en la oscuridad.
Cuentos de animales. Los cuentos de animales son muy populares, pero en la mayoría de los casos están entretejidos con las aventuras del héroe cultural o del "tramposo".
Los temas del folklore chaqueño. Muchos temas folklóricos que se encuentran en el Chaco se hallan muy difundidos en el resto de América del Sur. Por ejemplo, así está el relato de la joven que se embarazó por arte de magia y de su hijo, que señala a su padre disfrazado de entre una multitud, entregándole un arco. El tema del árbol de la vida, que es tan común en las Guayanas y que también se encuentra entre los Arawak-Chané, puede haber inspirado el cuento del gran árbol yuchan (Chorisia insignis) lleno de peces. Los antiguos podían pescar los peces que nadaban en el árbol, siempre que no dañaran a los grandes. El tramposo, haciendo caso omiso de las advertencias, casó un gran dorado con su arco y flecha, y causó que el pez rompiera el árbol con su cola. Se produjo una vasta inundación, pero el tramposo detuvo las aguas clavando su lanza en el suelo. A continuación condujo las aguas hasta el mar (Mataco, Ashluslay).
La historia del hombre que se casa con una estrella y luego muere en el cielo, es extremadamente popular en el Chaco. Al igual que muchos otros temas, ofrece un interesante paralelo con la mitología norteamericana. Así también, el cuento de la mujer que se une a un perro (Choroti, Mataco, Chamacoco) sugiere un mito popular del Ártico.
La coexistencia, dentro de una tribu, de diferentes historias basadas en un tema fundamental único, tal como el robo del fuego, indica que los motivos folklóricos, como tantos aspectos materiales, llegaron hasta el Chaco desde diversas áreas culturales. Sin embargo, los mitos del Chaco, en su conjunto, tienen poco en común con los de la cuenca del Amazonas, y no parecen haber sufrido en gran escala influencia del folklore Chiriguano.
A pesar de que aún se conoce de modo imperfecto el folklore andino, no es de descartar que pueda tener varios temas que también se encuentran en el Chaco. La importancia del Zorro entre los Quechua y los Aymara también apunta a los Andes como posible fuente de muchos motivos folklóricos del Chaco.
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ETNOGRAFÍA DEL CHACO. Por ALFRED METRAUX
Edición, exordio, revisión y notas a cargo de MIGUEL CHASE-SARDI
Editorial EL LECTOR. Colección Antropología, Nº 1
Tapa: LUIS ALBERTO BOH
Impreso en Paraguay, con permiso de la SMITHSONIAN INSTITUTION, EE.UU.
Traductor: FRANK SAMSON
Centro de Estudios Antropológicos (CEADUC)
Asunción – Paraguay. 1996 (269 páginas)
GALERÍA DE MITOS Y LEYENDAS DEL PARAGUAY
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