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EDICIONES FOTOSÍNTESIS - FOTOGRAFÍAS DE FERNANDO ALLEN

  MERCADOS Y FERIAS DE - LA PAZ - BOLIVIA (Fotografías de FERNANDO ALLEN)

MERCADOS Y FERIAS DE - LA PAZ - BOLIVIA (Fotografías de FERNANDO ALLEN)

MERCADOS Y FERIAS DE “LA PAZ” - BOLIVIA

Fotografías de FERNANDO ALLEN

Texto de MANUEL VARGAS

Ediciones FOTOSÍNTESIS

Asunción – Paraguay

 

Para compra del material:

http://www.fotosintesis.biz

FOTOSINTESIS
Fotografía Editorial
Teniente Oddone 1869 "B" c/ Juan XXIII
Asunción - Paraguay

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Teléfono: (595 21) 622 631
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EL CRISTAL CON QUE SE MIRA

 

Por MANUEL VARGAS

 

En cada lugar, en cada mirada a través del lente, la sensibilidad y la imaginación puede estar el resumen de toda una vida y de todo un pueblo. ¿Por qué no en una feria o un mercado de las alturas andinas? Una fotografía es mucho más que un color o una apariencia, detrás de ellos siempre está el ser humano con todos sus sentimientos y sus sueños, sus pasiones y su vida cotidiana. Es cuestión de saber mirar.

 

 

TRES ANÉCDOTAS…

Hace años, un grupo de amigos escritores tuvimos la ocasión de ir de visita a un pueblo del valle cochabambino. Nos acompañaba el director de una institución cultural, recién nombrado, recién llegado a Bolivia. Cruzábamos un mercado, ubicado, como casi siempre, al aire libre. Frutas, verduras, toldos, bolsas y un sinfín de productos naturales y de fábrica, la gente miraba, la gente vendía, compraba, observaba.

La casualidad hizo que el susodicho director, turista, extranjero, recién llegado a este extraño país, se encontrara caminando en medio de dos personas del grupo: un poeta paceño y yo. Los tres tímidos y al mismo tiempo felices de ver tanta gente y tanta vida en torno. Pero había que decir algo, y nuestro vecino del medio dijo, repitió, un lugar común: “Lo que más me gusta de los mercados, es esta inmensa variedad de colores de tantos productos de la tierra”. Y el amigo poeta, a quien nada se le escapa, opinó, en nombre de los dos guías y anfitriones: “En cambio, lo que a nosotros nos gusta es el color del dinero”.

Dos visiones que se complementan. Más allá del chiste y la ocurrencia, pues sí, un mercado es dinero, es una manera de ganarse la vida, los colores y los sabores pueden ser una parte, pero lo que al fin de cuentas importa, es que vivimos, comemos, nos ganamos la vida. Los que venden y los que compran y los que miran.

El mercado también es misterio y es cultura. Una joven socióloga se fue a complementar sus estudios a un pueblo del altiplano de La Paz. Se fue con sus libros, sus papeles, sus ollitas y demás trebejos para poder vivir unos meses rodeada de pueblo. Alquiló una pieza al lado de la oficina parroquial, y en su primer día, muy de mañana, fue al mercado a comprar lo que le hacía falta. Una fila de vendedoras ofreciendo papas, hermosas y frescas papas. ¿A cómo la papa? Y la impertérrita vendedora respondió: No es pa vender. Bueno, ni modo. Se acerca a otro puesto. Véndame papa. No es pa vender. Comenzó a preocuparse la joven socióloga. Siguió adelante, había muchos puestos, todos de papa. Y recibió la misma respuesta. No pudo comprar papa.

Extrañada, despistada, fue más tarde a hablar con el párroco y le contó su extraña primera salida a ese mundo desconocido que no estaba en sus libros. ¿Por qué no me quieren vender? Y el párroco, también serio e impertérrito, le dijo: Sí, pues, señorita, es que esa papa no es para vender. ¡¿Cómo?!, temiendo ya por su cordura y la de todo el mundo, casi gritó la señorita. Y con toda parsimonia, el sacerdote le tuvo que explicar que en ese sector del mercado, ese día, y a esa hora, esas señoras no vendían, sino que, más bien, compraban papa.

Y la tercera. Una escritora europea, de quien yo sería su guía en los mercados de la ciudad de La Paz, me dijo que ya el día anterior había ido a un lugar fantástico y lleno de poesía. En medio de un mercado inmenso, había encontrado nada menos que un árbol azul, oculto, escondido, donde era de lo más hermoso sentarse a descansar, a inspirarse, a trasminarse de maravillas. ¿Dónde?, me extrañé, estábamos por el mercado Rodríguez, ¿en este mercado? Sí, es por aquí, a ver si lo volvemos a encontrar. Caminamos, caminamos, yo no recordaba haber visto ningún árbol azul, ni durante el día ni en mis madrugadas etílicas. ¡Por aquí es!, me dijo de pronto. Y llegamos a un rincón, y efectivamente estábamos ante el tronco de un viejo árbol. Un árbol común y corriente, por donde yo muchas veces había transitado. Y su tronco estaba pintado malamente, más bien manchado, de una prosaica pintura azul. Pero para ella era un lugar maravilloso.

 

 

… Y MUCHAS MIRADAS

Hay tantas maneras de mirar cuanto nos rodea, como personas. Cada uno ve y entiende lo que quiere, y lo que busca o lo que le hace falta. Y hasta puede ocurrir que no encuentre nada. Fernando Allen busca, mira, a través del lente de su cámara, a través de su experiencia de fotógrafo y viajero, y a través de su sensibilidad, las ferias y mercados de nuestra América. Y en medio de estos eventos colectivos, de esta fiesta del color, de este misterio enmarcado tal vez en un rostro, quiere ver, necesita ver, el interior del ser humano, uno y distinto, alegre, sencillo, luchador. Y quién sabe qué otras maravillas. De esta manera nos invita a compartir y nos hace conocer, mediante su particular mirada, esta vez, al pueblo boliviano, para darnos un mensaje de vida y de esperanza.

Ciudad de Nuestra Señora de La Paz,

marzo de 2008.

 

 







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