LAS PÉRDIDAS DE LA CIUDAD:
EL PERÍODO INDEPENDIENTE
Desde la antigüedad, la arquitectura y los arquitectos han estado -casi siempre- al servicio de los poderosos: reyes, militares o de las jerarquías de la misma Iglesia
Católica. Y éstos, en la tarea de demostrar a súbditos y adversarios su majestad y omnipotencia, se afanaron en la construcción de palacios, fortalezas o catedrales. De la misma manera, los procesos que los derrocaron o combatieron, también atacaron y -muchas veces- destruyeron no sólo a aquellos poderes, sino a las construcciones o monumentos que los simbolizaban. Esa fue una de las más comunes causas que ocasionó la pérdida de centenares de valiosos monumentos del pasado, en todo el mundo.
El Paraguay del período independiente no fue ajeno a este fenómeno, aunque la extrema modestia de las construcciones y las condiciones precarias de sumantenimiento, hizo innecesario el demoler lo construido. De eso se encargaba la naturaleza que en una labor " ...incesante y sin contrapeso" realizaba su tarea destructora. Hasta que aparecieron los "constructores" o " reconstructores" que tocados de "sabiduría", ahorraron considerable trabajo a la naturaleza.
Callejón histórico, monumento cumbre de la historia del Paraguay, en la esquina de 14 de mayo y Presidente Franco. Casa de la familia Martínez Sáenz, donde se reunían los patriotas para deponer a Velazco.
LAS "REFORMAS" DE FRANCIA
Si el Dr. GASPAR RODRÍGUEZ DE FRANCIA hubiese querido hacer algo verdaderamente revolucionario para mantener al Paraguay fuera de las influencias urbanísticas que imponía la corte española, habría conservado el antiguo trazado de la ciudad. Sin embargo, lo que no consiguió la "Ley de Indias" para "ordenar" la demarcación urbana de la capital lo consiguió el Dictador que en 1821, con el pretexto de la necesidad de "alinear" las tortuosas calles asuncenas, propició una "reforma urbanística" que demolió "más de 500 casas en pocas semanas".
Aunque la reducida extensión de la ciudad afectada por las "reformas" hace presumir como exagerada esa cantidad, lo cierto es que, luego de descubierto un complot contra su vida cuando el sirviente Simón es llevado a la "cámara de la verdad", el 27 de enero de 1821, Francia vio " .... ante sus ojos la realidad de aquel poético baluarte de árboles frutales; comprendió que el rumoroso cortinaje de verduras podía ocultar las ansias de libertad; creyó percibir entre sus claros el parpadeo incesante de la conspiración abortada y decretó la tala general del perfumado huerto asunceno". A la destrucción de los árboles siguió la de los cercados; luego, las casas de familia hasta que fueron demolidos también los edificios públicos y eclesiásticos, derribados o mutilados sin piedad de manera a obtener una ciudad "cuadriculada" con calles de 12 metros de ancho y destruir " ... aquel laberinto arquitectónico de huecos sospechosos y ángulos hostiles".
En la devastación, hubo familias que vieron sus instalaciones seccionadas de tal forma que para ir de una dependencia a otra de la casa, tenían que cruzar la flamante calle abierta por Francia.
LOS APORTES DE CARLOS ANTONIO LÓPEZ
Con el gobierno de Don CARLOS ANTONIO LÓPEZ, adviene la imperiosa necesidad de superar el aislamiento impuesto por Francia y "abrirse" a las corrientes renovadoras del mundo. Producto de esa actitud, fue la incorporación de técnicos, ingenieros y arquitectos europeos que tuvieron la misión de otorgarle brillo al disperso y "chato caserío" de entonces. Entre ese contingente de profesionales se encontraban ALEJANDRO RAVIZZA, WILLIAM WHYTEHEAD, WILLIAM GODWIN, AUGUSTO LILIEDAT, S. PADISSON y ALONSO TAYLOR, entre otros. Y aunque las obras de progreso eran visibles e incontables luego del "... cuadro lúgubre que presentaba la República a la muerte del Dictador " los europeos completaron aquel "hara kiri urbanístico" propiciado por el Dictador, agregando al folklórico "corredor jere" las monumentales proporciones de los palacios neoclásicos. Así surgieron las mansiones de los López: el destinado a la residencia particular de Francisco, actualmente Palacio de Gobierno; el de BENIGNO, actual sede de un Banco (14 de Mayo y Palma); el de VENANCIO, actual ASUNCIÓN PALACE HOTEL (Colón y Estrella), entre los todavía existentes, y el de VICENTE BARRIOS (cuñado de los anteriores y luego, general en la guerra del ´70), ex Ateneo Paraguayo, Presidente Franco e Independencia Nacional, ya demolido. Las aportaciones de aquellos profesionales y el gobierno de Carlos A. López, se extendieron a la construcción del ORATORIO DE LA VIRGEN DE LA ASUNCIÓN, actual PANTEÓN DE LOS HÉROES, edificado en el predio de la que fuera casa de Francisco Solano, la ESTACIÓN DEL FERROCARRIL, el TEATRO DE LA OPERA, Iturbe y Eligio Ayala, hoy mimetizado tras "algún" producto del deplorable proceso de mestizaje estilístico a que fue sometido en la pasada dictadura.
Ya no sobreviven algunas construcciones como el antiguo ARSENAL; el PUERTO, la ADUANA y la recova adyacente, la IGLESIA DE SAN ROQUE, demolida en 1971 así como la Iglesia del antiguo CONVENTO DE SANTO DOMINGO, construida bajo la advocación de DE LA ENCARNACIÓN, en 15 de Agosto y República, destruida en un incendio declarado el 4 de Enero de 1889.
CASA DE VENANCIO LÓPEZ, obra de Alejandro Ravizza. Ex Hotel Argentino, luego Hotel Cosmos y actualmente, ya totalmente modificado, ASUNCIÓN PALACE HOTEL. Al pié de la ¨subida¨ a la colina del Mangrullo, en Colón esquina Estrella.
LAS REFORMAS DE LA POST - GUERRA Y LAS ANSIAS DE "MODERNIDAD"
Si la ansiedad de Carlos Antonio López por superar la postración urbanística de la ciudad, luego del gobierno de Francia, los que retornaban a la capital después de la caída de López en Cerro Corá, se instalan en Asunción con la actitud de "renovar" todo lo que quedaba. Aunque la miseria era casi la misma de cuando la muerte del Dictador, esta vez -sin embargo- la destrucción es completa y los enconos, mucho mayores. Se impone, para los adversarios -nacionales y extranjeros- no sólo destruir los vestigios de los López sino también los que aún hubiesen quedado de la vieja dictadura francista. A la escasa y disgregada población asuncena que, penosamente se reinstalaba y reconstituía, se sumaban otras familias de connacionales que retornaban luego de largos exilios. En la misma época, se incorporaba una importante población extranjera que hacía construir villas y nuevos "palacios" además de otros edificios para sus empresas sobre los escombros de los que quedaron luego del saqueo y mal uso de que fueran objeto por parte de los "aliados". Debe recordarse que el palacio de Francisco Solano López fue el cuartel y caballeriza del ejército brasileño durante el período de ocupación (1869-1876).
Por la suma de esos factores puede concluirse que en el período de 1870 a 1900 se verificó en Asunción la desaparición del más importante número de edificios de la colonia.
La CASA DE FRANCISCO SOLANO LÓPEZ completada por el italiano ALEJANDRO RAVIZZA y otros profesionales, sobre planos elaborados originalmente por el húngaro WISNER DE MORGENSTERN. Claro intento de los López de introducir la espectacularidad de las cortes europeas en el “chato caserío” de Asunción.
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