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Alberto Miltos
  EL PAISAJE PARAGUAYO EN LA PINTURA, 1986 - Tapa y supervisi贸n de ALBERTO MILTOS


EL PAISAJE PARAGUAYO EN LA PINTURA, 1986 - Tapa y supervisi贸n de ALBERTO MILTOS

EL PAISAJE PARAGUAYO EN LA PINTURA

Cat谩logo de la Exposici贸n

Enero de 1986

Galer铆a 鈥淟as Margaritas鈥

Fundaci贸n de la Candelaria

Aregu谩-Paraguay



Diagramaci贸n: Michael Burt;

Fotograf铆a: Ricardo Maldonado;

Impresi贸n: Artes Gr谩ficas Zamphir贸polos S.A.;

Supervisi贸n: Margarita Casaccia;

Taboada de Hennessy;

y Alberto Miltos.



En ocasi贸n de cumplirse un a帽o del inicio de las actividades de la Fundaci贸n de la Candelaria y gracias a la generosidad de un distinguido grupo de coleccionistas del arte paraguayo, tenemos la satisfacci贸n de ofrecer al p煤blico, una muestra muy selecta de aspectos paisajistas de nuestra patria.

Como puede apreciarse en la introducci贸n que con exquisita sensibilidad ha elaborado para este cat谩logo la se帽ora Josefina Pl谩, los cuadros reunidos destacan no solamente la riqueza y el colorido de nuestro paisaje, sino las t茅cnicas acabada de paletas de muy diversa inspiraci贸n.

Nos complace muy especialmente que esta exposici贸n, como las dem谩s que la Fundaci贸n se ha propuesto llevar a cabo peri贸dicamente, se realize en Aregu谩, localidad impregnada de una noble tradici贸n.

Nuestro sincero y profundo agradecimiento a todas aquellas personas que en una forma u otra han hecho posible este esfuerzo, en especial a Do帽a Josefina Pl谩 por su autorizada introducci贸n. A Enrique Marini por la cuidadosa e inspirada pre-selecci贸n. A Ricardo Maldonado por la fotograf铆a, A Artes Gr谩ficas Zamphir贸polos S.A. por su colaboraci贸n. A Mar铆a Eugenia Rivarola de Power, Michael Burt y Alberto Miltos por su indeclinable esfuerzo en la organizaci贸n del proyecto.

Es nuestro anhelo que el p煤blico paraguayo encuentre aqu铆 satisfacci贸n visual y placer art铆stico.

MARGARITA CASACCIA TABOADA DE HENNESSY

Aregu谩. Enero 1986.



FUNDACI脫N DE LA CANDELARIA

Comisi贸n Directiva

Dr. Alejandro Bibolini Pecci/ Monse帽or Agust铆n Blujaki/ Lic. Margarita Vierci de Caniza/ Carlos Casaccia Taboada/ Lic. Hugo Codas Thompson/ Zulma Benicia Fleitas (por el Centro de Desarrollo Comunal de Aregu谩)/ Guillermo Gaona Oru茅 (por la Intendencia de la Ciudad de Aregu谩)/ Jos茅 Luis Gonz谩lez/ Margarita Casaccia Taboada de Henttessy/ Dr. Juan Guillermo Peroni/ Susana Romero de Puentes/ Dr. Andr茅s Rivarola Queirolo/ Ma. Teresa Casaccia de Rivarola/ Ing. Matilde Gaona de Rivarola/ Dra. Blanca Zuccolillo de Rodr铆guez Alcal谩/ Hugo C茅sar Taboada/ Embajador Antonio R. Zuccolillo.


Comit茅 Ejecutivo

Presidenta: Margarita Casaccia Taboada de Hennessy

Vice-Presidenta: Ing. Matilde Gaona de Rivarola

Secretaria: Lic. Margarita Vierci de Caniza

Tesorero: Dr. Jos茅 Luis Gonz谩lez

Vocales: Carlos Casaccia Taboada/ Arq. Mar铆a Teresa Gaona/ Mar铆a Eugenia Rivarola de Power

Suplentes: Arq. Michael Burt/ Arq. Selva Acosta de Ayala

S铆ndicos: Lic. Ignacio Vierci Casaccia/ Hugo Codas Thompson

Aregu谩-Paraguay. Enero 1986



EL PAISAJE PARAGUAYO EN LA PINTURA

(UNA RECENSI脫N HIST脫RICO 鈥

聽EVOLUTIVA DEL PAISAJE PICT脫RICO EN EL PA脥S)

FUNDACI脫N DE LA CANDELARIA

COMISI脫N DIRECTIVA

Dr. Alejandro Bibolini Pecci/ Monse帽or Agust铆n Blujaki/ Lic. Margarita Vierci de Caniza/ Carlos Casaccia Taboada/ Lic. Hugo Codas Thompson/ Zulma Benicia Fleitas (por el Centro de Desarrollo Comunal de Aregu谩)/ Guillermo Gaona Oru茅 (por la Intendencia de la Ciudad de Aregu谩)/ Jos茅 Luis Gonz谩lez/ Margarita Casaccia Taboada de Henttessy/ Dr. Juan Guillermo Peroni/ Susana Romero de Puentes/ Dr. Andr茅s Rivarola Queirolo/ Ma. Teresa Casaccia de Rivarola/ Ing. Matilde Gaona de Rivarola/ Dra. Blanca Zuccolillo de Rodr铆guez Alcal谩/ Hugo C茅sar Taboada/ Embajador Antonio R. Zuccolillo.

COMIT脡 EJECUTIVO

Presidenta: Margarita Casaccia Taboada de Hennessy

Vice-Presidenta: Ing. Matilde Gaona de Rivarola

Secretaria: Lic. Margarita Vierci de Caniza

Tesorero: Dr. Jos茅 Luis Gonz谩lez

Vocales: Carlos Casaccia Taboada/ Arq. Mar铆a Teresa Gaona/ Mar铆a Eugenia Rivarola de Power

Suplentes: Arq. Michael Burt/ Arq. Selva Acosta de Ayala

S铆ndicos: Lic. Ignacio Vierci Casaccia/ Hugo Codas Thompson

Aregu谩-Paraguay. Enero 1986

EL PAISAJE PARAGUAYO EN LA PINTURA
(UNA RECENSI脫N HIST脫RICO - EVOLUTIVA DEL PAISAJE PICT脫RICO EN EL PA脥S)

Estudio de JOSEFINA PL脕

El r贸tulo de la exposici贸n, la primera de este car谩cter en lo que a pintura se refiere, no alude concretamente al siglo XX nacional, aunque el cat谩logo lo pone bien de relieve en las fechas. Ahora bien, y precisamente por eso, porque es la primera vez que una muestra de esta cobertura se realiza en el pa铆s, no estar铆a quiz谩 de m谩s una mirada al pasado buscando los antecedentes del hecho local. En otras palabras, si una ojeada retrospectiva a la paisaj铆stica occidental, se帽alando c贸mo el paisaje acompa帽a desde hace siglos el desarrollo de la cultura, podr铆a resultar, por breve que se la hiciera, ociosa en esta circunstancia, creemos que no ser铆a posible prescindir, o por lo menos que ser铆a conveniente anotar algunos datos previos ilustrativos de los antecedentes de la paisaj铆stica local, durante los siglos anteriores. La raz贸n: explicar lo tard铆o de la aparici贸n, en esta pl谩stica, del paisaje; proporcionar una idea, aunque somera, de las circunstancias condicionantes de este retraso. El desconocimiento que, en general, y por razones que aqu铆 no caben, rodean los hechos m谩s elementales de la cultura pl谩stica paraguaya (fuera del gran cap铆tulo de las Misiones) justifica, creemos, la constancia de estos antecedentes., contribuyendo a la comprensi贸n y apreciaci贸n mejores del panorama art铆stico expuesto.

Otra observaci贸n que creemos tambi茅n oportuna: aunque esta exposici贸n est谩 dedicada exclusivamente al paisaje al 贸leo, en esta presentaci贸n de los pintores extendemos ocasionalmente una apreciaci贸n de su obra paisaj铆stica, o del paisaje paraguayo en general, a otras t茅cnicas.


I

La ausencia absoluta del paisaje en la Colonia, no s贸lo como producto local, sino inclusive corno art铆culo suntuario importado, parece fuera de duda. Aunque el paisaje como "g茅nero" tard贸 en aparecer en la pintura, 茅l forma a menudo, desde los prerrenacentistas, parte de la composici贸n. Pero ni de estas obras ni de pintura posterior renacentista o barroca lleg贸 al Paraguay, a su hora ninguna que sepamos.
Cuando a mediados del siglo XVIII, y por bastante tiempo, se establece una al parecer fluida comunicaci贸n entre el Paraguay y el Altiplano, y llegan de 茅ste, entre otros art铆culos, cuadros, 茅stos son exclusivamente im谩genes de santos. Y cuando a fines del mismo siglo se producen los primeros cuadros de firma local, ellos son tambi茅n, "santos" sin referencia al entorno; es decir, simples copias.
Y aunque ya para principios del siglo XIX en Occidente se entroniza el paisaje como g茅nero, tampoco de 茅l hay noticia en el pa铆s hasta pasado el primer medio siglo. El General L贸pez y Elisa Lynch desde 1855 hacen venir cuadros; pero no podemos saber si entre esos "buenos cuadros" que seg煤n cronistas de la 茅poca (1) adornaban los salones de las residencias del General y Elisa, se contaban paisajes.
En 1856 llega al pa铆s, contratado como arquitecto, el italiano ALEJANDRO RAVIZZA, quien, aparte de confeccionar planos de importantes edificios, y dirigir su construcci贸n tuvo a su cargo la primera Academia de Dise帽o en el pa铆s, instituida por D. Carlos. Pero en ella no se ense帽贸, que sepamos, pintura. Sin embargo, Ravizza pintaba paisajes, como lo prueba el hecho de que dos de 茅stos, de su pincel, adornasen las paredes del Club Nacional en ocasi贸n de la inauguraci贸n de 茅ste (1863). Esos cuadros tampoco se han conservado (2). Un poco antes de esa 煤ltima fecha llega (1860) otro contratado, JORGE FEDERICO MASTERMAN, farmac茅utico y pintor amateur, del cual consta pint贸 paisajes del natural (3). Ninguno de 茅stos ha llegado tampoco a nosotros. Pero un hecho se impone: Don Carlos, eficazmente secundado en la planificaci贸n de su empresa actualizadora -y por ende, en la de los aspectos de orden cultural- por su hijo el Gral. Francisco Solano L贸pez, daba cuerpo ya a las primeras iniciativas para el desarrollo de las Bellas Artes. En esa Academia de Dise帽o dirigida por Ravizza, estudiaron, entre otros, dos j贸venes: los m谩s aprovechados al parecer, ya que fueron becados por el gobierno para estudiar en Francia, en 1858.
Es de presumir que al salir para estudiar en centros art铆sticos franceses, esos j贸venes llevasen como bagaje algo m谩s que la limitada pr谩ctica de dise帽o lineal y ornamental; si fue as铆, debieron adquirir esos otros conocimientos en clases particulares. Y hubo de ser con Ravizza, el 煤nico que entonces pod铆a darlas.
(Un pintor italiano, F脡LIX ROSETTI, visit贸 el pa铆s en 1858: residi贸 algunos meses en Asunci贸n y realiz贸 la primera exposici贸n local de pintura; recibi贸 encargos de retratos -el Museo Monse帽or Bogar铆n conserva el de Monse帽or Basilio L贸pez, realizado "de cuerpo presente'', es decir, sobre apuntes tomados directamente del obispo reci茅n fallecido-. Pero no consta que pintara paisajes ni que diera clases).
La elecci贸n de Francia como centro de estudios para estos becarios, llama la atenci贸n, al tener lugar en una 茅poca en la cual Italia era universalmente reconocida como "la patria del arte". A Roma aflu铆an inevitablemente los estudiantes extranjeros (los becados con m谩s raz贸n). Llama la atenci贸n tanto m谩s cuanto que el profesor de Bellas Artes, iniciador precisamente de esos j贸venes paraguayos, era italiano. No ser铆a nada aventurado atribuir papel decisivo en esta elecci贸n al General L贸pez (4)
Esos dos j贸venes: AURELIO GARC脥A (1845-1869) y SATURIO R脥OS (1840-1922) residieron en Francia, no por mucho tiempo, si se tiene en cuenta su edad y su escaso bagaje inicial. De haber continuado un poco m谩s en Par铆s, habr铆an tenido ocasi贸n de asistir al movimiento que revolucion贸 la pintura, aunque no es f谩cil que pudieran incorporar algo de ello, dado que llevaban 贸rdenes precisas respecto a los centros de estudio a que deb铆an asistir y donde, l贸gicamente, las nuevas tendencias no eran bienvenidas. (Durante su estada en Par铆s -record茅moslo- el General L贸pez se hab铆a hecho retratar por David, sobrino del primer famoso David: hermoso retrato, exponente de la pintura tradicional, reacia a las innovaciones).
AURELIO GARC脥A vuelve al Paraguay en 1863, pero parece haberse ausentado de nuevo a Francia, para regresar al iniciarse la contienda m谩s o menos al mismo tiempo que R铆os. De ninguno de los dos tenemos noticia de que cultivaran el paisaje, a menos que lo haya hecho SATURIO RIOS en su breve lapso de actividad art铆stica despu茅s de la guerra (1871-1876). Consta que R铆os pint贸 mucho en esos a帽os: pero los datos recogidos nada dicen de paisajes (5).
Esta orfandad del g茅nero parece prolongarse favorecida por el prurito burgu茅s del retrato, y quiz谩 m谩s a煤n por el auge de la fotograf铆a. No es imposible, sin embargo, que a partir de 1850 m谩s o menos y coincidiendo con la llegada masiva del elemento for谩neo colaborador en la tarea actualizadora, haya llegado al pa铆s tambi茅n tal cual paisaje rom谩ntico, tra铆do por esos inmigrantes. Ya se han mencionado los cuadros tra铆dos por Solano L贸pez y Elisa. Que al nativo no le interesase mucho el paisaje es cosa l贸gica; aparte los motivos ya apuntados, debemos tener en cuenta que el paisaje precisa, para su 鈥渁dopci贸n" un previo distanciamiento: el paraguayo viv铆a de tal modo inmerso en el paisaje natural, que no necesitaba se le recordase su existencia. Propagandistas del retrato y del "cuadro an茅cdota", delicuescencia del naturalismo rom谩ntico, fueron los numerosos inmigrantes cierto nivel cultural, que ac谩 llegaron en la post-guerra. Algunos de ellos trajeron inclusive cuadros de gran valor (6). Claro que no ser铆an muchos y no pudieron l贸gicamente contribuir a una apertura hacia m贸dulos pict贸ricos m谩s modernos.
Hay datos concretos, aunque no muy iluminadores, de una docena de pintores for谩neos que en la post-guerra (1870-1900) visitaron el pa铆s, residiendo algunos de ellos varios a帽os, y pintando en proporci贸n. Hay- indicios de que algunos de ellos pintaron va paisajes, durante ese largo per铆odo. De dos pintores de esa 茅poca hay cuadros en el Museo de Bellas Artes. De uno de ellos W. SCHELLER, alem谩n, sabemos que fije uno de los fundadores de San Bernardino. Del segundo no podernos estar tan seguros de su visita o residencia ni por tanto de que su paisaje haya sido pintado localmente. El t铆tulo, COSTA DEL PARAN脕 es ambiguo, pues el Paran谩 tiene costa argentina y costa paraguaya y el cuadro podr铆a haber sido pintado en la Argentina. El cuadro, inclusive, pudo haber sido comprado por Don JUAN SILVANO GODOY en el exterior y adem谩s no hemos hallado el nombre del autor entre los artistas visitantes de la 茅poca.
Y as铆 llegamos a finales de centuria, cuando aparecen varios pintores, europeos todos, pero de mayor versaci贸n y seriedad: ERNESTO DUVIVIER, JULIO MORNET, franceses; H脡CTOR DA PONTE y GUIDO BOGGIANI, italianos. Estos fueron los 煤ltimos en llegar antes de terminado el siglo.
DUVIVIER y MORNET pintaron paisajes locales, aunque s贸lo del segundo se conserva uno en el Museo de Bellas Artes. De DUVIVIER, y a t铆tulo simple de an茅cdota, diremos que fue el segundo que pint贸, d谩ndole como fondo el paisaje local, la figura de la "kygu谩 ver谩" transformada luego, al desaparecer este tipo popular, en la "ra铆da pot铆" (7) que se multiplic贸 en lienzos y luego en decorados de platos, azulejos y otros art铆culos tur铆sticos durante d茅cada.
Al consignar que Mornet y Duvivier pintaron paisajes locales, no empleamos la palabra local porque s铆; pues de otros pintores mencionados, DA PONTE por ejemplo, consta que presentaron por esa 茅poca paisajes italianos que no pudieron obviamente, ser pintados del natural aqu铆.
La participaci贸n de H脡CTOR DA PONTE y GUIDO BOGGIANI en el despertar de la pintura paraguaya en general y del paisaje en particular, es importante y en cierto modo decisiva. Una de las razones, aparte de su capacidad de iniciativa y su perseverancia, estuvo quiz谩 en el respaldo de la numerosa colonia italiana y sus descendientes nativos; y su formaci贸n en "la robusta escuela romana" (8) es decir, que de por s铆 se帽alaba la prosapia acad茅mica de estos artistas y con ello sus posibilidades de sintonizar los gustos locales.
GUIDO BOGGIANI (1861-1901) pint贸 (alternando su labor de pintor con la de viajero estudioso, etn贸logo y escritor) paisajes paraguayos. Su nombre figura como activo gestor en varias empresas culturales trascendentes de la 茅poca; pero su carrera se cort贸 tr谩gicamente en 1901 (fue asesinado por un ind铆gena).
Y fue sin duda H脡CTOR DA PONTE (1875-1958) quien m谩s que ning煤n otro de los citados contribuy贸 para la introducci贸n del paisaje en la pintura local a trav茅s de su labor prolongada a partir de los 煤ltimos a帽os del siglo XIX y primera d茅cada del actual.
Las gestiones del grupo de pintores extranjeros, especialmente de Boggiani y Da Ponte, tuvieron como consecuencia la instituci贸n, en 1899 de clases de dise帽o y pintura dependientes del Instituto Paraguayo (9). A estas clases acudieron numerosos alumnos entre los cuales sorprendentemente dos tercios fueron mujeres. Es verdad que ninguna de ellas persever贸. En 1901 esa intitulada "Academia de Arte" realiza una exposici贸n en la cual participan DA PONTE, DUVIVIER, MORNET, BOGGIANI, COLOMBO, SAMUDIO; pero s贸lo MORNET, BOGGIANI y COLOMBO exponen paisajes. Estos cuadros, de ser ellos pintados en el pa铆s y del natural, ser铆an los iniciadores locales del paisaje como g茅nero. (En el cat谩logo plagado de t铆tulos anecd贸ticos vemos florecer la copia).
En la muestra de las mismas clases, presentadas como "Sal贸n de Bellas Artes" el 23 de octubre de 1903, exponen de nuevo paisajes SAMUDIO, COLOMBO, y con ellos SOF脥A SOLALINDE y R脫MULO FELICI脕NGELI; pero no ha sido tampoco posible establecer si se trata o no de copias.
Al influjo de esta Academia se a帽aden en los a帽os iniciales del siglo nuevos factores. Acusamos la presencia de otro artista franc茅s, FEDERICO CHAUVELOT. Del paisaje urbano parece haber sido iniciador DA PONTE con su paisaje del ORATORIO, en el Museo de Bellas Artes: si no le precedi贸 Chauvelot con su cuadro del mismo edificio y del mismo a帽o. Este cuadro es el 煤nico que de este pintor conocernos. M谩s tarde pintar谩n el Oratorio de ma帽ana, de tarde, de noche, con luna, una porci贸n de pintores propios y ajenos, mejores o peores.
El paisaje como g茅nero aparece pues en el Paraguay con el siglo XX mientras otra cosa no se demuestre.

LA PRIMERA GENERACION DE PAISAJISTAS

En 1876, han ido a Montevideo, varios muchachos, casi ni帽os, becados por el gobierno para interiorizarse en actividades expl铆citamente artesanales no relacionadas con la pintura. Entre esos adolescentes figura PABLO ALBORNO (ten铆a 11 a帽os). El 煤ltimo entre sus compa帽eros que rebasa el nivel artesanal; pero que s贸lo se inaugurar谩 como pintor de paisajes ya dentro del siglo. Al menos no hay noticia de ning煤n paisaje suyo propiamente dicho, hasta doblado el 900; aunque s铆 se sabe de escenograf铆as por 茅l pintadas en 1898 para piezas teatrales representadas en el Teatro Nacional (hoy Municipal) (10). Solo en los a帽os primeros de siglo, formando grupo con otros de su edad, o m谩s j贸venes, empezar谩 su carrera comprobable de pintor, aunque no hay- datos de obras suyas. Como se ha visto, en 1903 en el Sal贸n de Bellas Artes, figuran entre los pintores SAMUDIO y COLOMBO, pero no ALBORNO (11).
Sin embargo, por la misma fecha j贸venes paraguayos aparecen pintando, como se dijo tambi茅n paisajes del natural; m谩s concretamente, vistas de la SALAMANCA (12). No ser铆a aventurado pensar que en este hecho haya tenido influencia la presencia de paisajistas como BOGGIANI y MORNET. Pero sabemos que entre esos j贸venes figuraba ALBORNO (13).
El ejemplo as铆 asentado cundi贸 por fuerza, aunque despacio; y as铆 vemos mucho m谩s tarde ya a DA PONTE, en 1912, saliendo, a la cabeza de un grupo de alumnas de su Academia privada (fundada en 1906) (14), hacia el llamado "CHORRO CABALLERO" para pintar "del natural". Algunos nombres de esas alumnas: CARMEN URBIETA PE脩A, JUANITA GRUHNFELD, MAR脥A y ANTONIA BALLARIO, PILAR MALDONADO, TERESA y LUISA GRILL脫N. Ninguna persever贸: en esa 茅poca, y en medios hispanoamericanos sobre todo, pintar, para la mujer, no pasaba de un "hobby" tolerable solo en solteras. Sin embargo no deja de prestarse a reflexiones esta concurrencia femenina. Ya en 1907, un a帽o despu茅s de fundada la Academia privada de DA PONTE, un diario local nos hace saber que "los alumnos de esa Academia eran todos se帽oritas".
Aunque no ha quedado rastro alguno de la influencia que en las generaciones j贸venes pudo haber tenido la venida, en 1904, de la colecci贸n de arte de Don JUAN SILVANO GODOY (inaugurada como Museo en 1909) no cabe duda de que alguna acci贸n debi贸 ejercer, por lo menos en lo que se refiere al afianzamiento del concepto de arte y sus m茅ritos en el ambiente.
Desde el punto de vista de la acci贸n innovadora no pudo, sin embargo, ejercer acci贸n alguna, va que en su contenido, por el criterio hist贸rico que presidi贸 su formaci贸n, no excedi贸 el post-academismo rom谩ntico. M谩s tarde, se le a帽adieron algunos cuadros que rebasaron ese nivel: pero para entonces ya la pintura local hab铆a recibido aportes m谩s decisivos.
El primer grupo de n贸veles pintores paraguayos -algunos de ellos nombrados ya- lo constituyen:
路 PABLO ALBORNO (1875-1959);
路 JUAN A. SAMUDIO (1880-1935);
路 CARLOS COLOMBO (1882-1959);
路 JULI脕N S脕NCHEZ ( -1910);
路 MODESTO DELGADO RODAS (1884-1963);
路 ANDR脡S CAMPOS CERVERA (1888-1937).
Los tres primeros junto con JULI脕N S脕NCHEZ, de triste destino, (15) ganan sendas becas para estudiar en el exterior, en 1903. El 煤ltimo saldr谩 al exterior s贸lo en 1908; MODESTO DELGADO RODAS lo har谩 posiblemente despu茅s de la Primera Guerra Mundial.
Como se comprueba por las fechas, DELGADO RODAS y CAMPOS CERVERA pertenecen ya a otra generaci贸n que los primeros; pero la circunstancia hist贸rica confunde aqu铆 -y no es el 煤nico caso- en un谩nime comp谩s a ambas generaciones. Dentro del grupo, el 煤nico diferenciado netamente en trayectoria art铆stica es ANDR脡S CAMPOS CERVERA.

LOS BECARIOS EN ITALIA

Los cuatro artistas becados en 1903 marchan a Italia. La influencia del consenso de 茅poca lo acad茅mico, es su consigna: cuyos propagandistas locales entusiastas son DA PONTE y BOGGIANI. Los becados estudian en Roma; se ejercitan en la figura; pero tambi茅n pintan paisajes de ANTICOLI CORRADO, el inevitable 谩lbum natural de los estudiantes acad茅micos romanos. En 1906, ALBORNO (de los otros no tenemos datos) presenta paisajes y figuras en la Exposici贸n Anual de Estudiantes de las Academias romanas: la cr铆tica lo menciona favorablemente.
SAMUDIO y ABORNO -ignoramos si tambi茅n COLOMBO- visitan, quiz谩 estudian breve tiempo, en otras ciudades italianas. Sabemos que pasaron por Mil谩n, por Tur铆n, y luego por Venecia; pintan all铆 paisajes poco antes de regresar, en 1909. Han permanecido en Italia seis a帽os. A su regreso, festejados, realizan una exposici贸n que constituye un verdadero acontecimiento.
Despu茅s de la exposici贸n, la primera colectiva en la cual el paisaje tiene presencia amplia y gen茅rica, estos artistas fundan una Academia de Arte (COLOMBO se separa sin embargo a poco para dedicarse a la escultura; y s贸lo quedan al frente de aquella SAMUDIO y ALBORNO). En 1910, ambos pintores concurren: con paisaje pintado localmente, SAMUDIO; con figura, ALBORNO, a la Exposici贸n abierta con motivo del Centenario de la Independencia Argentina; al a帽o siguiente se presentan a una exposici贸n en R铆o; reciben en ambas sendas medallas de bronce y plata.
Imposibilitado de regresar -fallece JULI脕N S脕NHEZ; en Italia- desertor COLOMBO de la pintura, s贸lo conocernos paisajes de dos de los cuatro becarios; ALBORNO y SAMUDIO, pintados despu茅s de 1909.
En efecto, los paisajes que de ALBORNO conocernos, (con la excepci贸n de los dos que conserva el Museo de Bellas Artes), nos lo muestran, ya despu茅s de regresar al pa铆s. Cultor frecuente, si no preferente, hasta doblado 1930, de la figura, de la cual tiene muestras tan buenas como su DAMA CON SOMBRILLA, se vuelca luego con marcada preferencia al paisaje. Podr铆a se帽alarse como arranque principal de esta dedicaci贸n, la muestra que en 1933 realiz贸 en Buenos Aires, con SAMUDIO. DELGADO RODAS, HOLDENJARA y JULI脕N DE LA HERRER脥A. Exposici贸n conjunta: cuatro pintores, un ceramista. A ella llev贸 ALBORNO algunos cuadros con 谩rboles floridos. La acogida que dispens贸 la gente a estos paisajes ex贸ticos se reflej贸 sin duda en las preocupaciones del artista, pues en adelante se dedic贸 casi exclusivamente a ese g茅nero. Sin embargo, cuadros suyos como los conservados en el Museo de Bellas Artes, o la mencionada DAMA CON SOMBRILLA, y muchos retratos caracterizan su capacidad como pintor.
SAMUDIO, por su parte, continu贸 fiel a su preferencia por el paisaje y no se dej贸 llevar por la corriente en la elecci贸n de los motivos. Una caracter铆stica suya la "animaci贸n" del paisaje con figuras concebidas como simple accesorio, aunque nunca "interceptan" el efecto.
Los paisajes que de estos artistas se conservan con fecha posterior a 1920 se alinean dentro de un pos impresionismo acad茅mico, que en la elecci贸n de motivos muestra especialmente en ALBORNO, una tendencia rom谩ntica, anecd贸tica y pintoresca. Sin embargo, insistirnos en que en los cuadros de ALBORNO y, SAMUDIO de su primera 茅poca (becas en Italia) o los enviados a Buenos Aires o a R铆o, a las exposiciones colectivas mencionadas, se impone a primera vista una "manera" m谩s pr贸xima a las fuentes del pos impresionismo; tanto en la composici贸n corno en la captaci贸n del color y la luz, y en la soltura de la pincelada.
Esas obras a que nos referimos son realmente excelentes, y constituyen la c茅dula de identidad de dos pintores paisajistas de serio bagaje art铆stico, dotados seriamente para la b煤squeda personal., aunque posteriormente no insistieron en esa b煤squeda.
Alguna vez en referencias a las artes pl谩sticas locales, hemos aludido a este fen贸meno, atribuy茅ndolo 鈥搚 hasta ahora no hemos hallado motivo para una rectificaci贸n- a la influencia del ambiente local. Ya en p谩rrafos arriba hemos aludido al hecho. La ausencia de intercambio v谩lido y otros factores va mencionados, hab铆an dado como consecuencia una fijaci贸n en el gusto art铆stico introducido por los inmigrantes del lapso 1.870-1.900, y a煤n despu茅s; portadores de rezagos del realismo rom谩ntico, y del naturalismo derivando hacia el cuadro hist贸rico por una parte, hacia el cuadro pintoresco y sentimental por otro. A este ambiente hab铆a a帽adido su acci贸n, no agotada por cierto hasta mucho despu茅s, la presencia de los artistas europeos llegados en los lustros posteriores a 1870; representantes t铆picos de la masa de artistas acad茅micos aceleradamente desplazados por las corrientes renovadoras.
El p煤blico rechazaba cualquier paisaje de rasgos innovadores con el veredicto de que aquellos "no eran paisajes paraguayos". Su t茅cnica de pincelada "aparente" y constructiva, su colorido y su tect贸nica, eran distintos de los que ya conoc铆an realizados localmente o importados. El molde mental representado por la idea del arte-imitaci贸n, prevalece en el p煤blico, y ser谩 b谩sicamente factor que en profundidad influir谩 en la pintura de los lustros inmediatos. Se tend铆a en suma a apreciar el paisaje en funci贸n del varias veces mencionado contenido anecd贸tico o pintoresco; antes que corno hecho pict贸rico, como propuesta al sentir est茅tico.
Distinta de estas trayectorias., en todas sus facetas, es la de ANDR脡S CAMPOS CERVERA. Desde su iniciaci贸n juvenil al lado de sus compa帽eros, todos mayores que 茅l. CAMPOS CERVERA pinta paisajes; corno otros tambi茅n hace caricatura. La Salamanca fue lugar de elecci贸n para sus primeros ensayos del natural, corno lo fue de sus compa帽eros. Parte a Espa帽a en, 1908, "becado por su hermano" dice un diario, "porque no ha obtenido una beca oficial". Estudia en Madrid, pintura y grabado, como alumno de Sorolla, de Mu帽oz Degrain, de Moreno Carbonero y de Verger. Pinta paisajes en Andaluc铆a y Toledo. Pasa a Italia (1911) y hace grabados de paisajes en Roma y Florencia. Regresa a Espa帽a pasando por Francia (1912). Vuelve a Francia (1912) y permanece all铆 hasta 1919, en que regresa al Paraguay.
En Francia graba y pinta por temporadas; pinta casi exclusivamente, paisaje. Lo mismo en el Paraguay. Seguir谩 pintando paisajes, en Francia especialmente, en sus excursiones veraniegas a Normand铆a. Regresando al Paraguay-, como se ha dicho, en 1919, pintar谩 numerosos paisajes de los alrededores de la capital; en San Lorenzo y en Caacup茅. Sus retratos., figuras, y escenas animadas, son excelentes; pero no es ac谩 ocasi贸n de apreciarlo sino como paisajista.
De vuelta a Francia en 1921 por breve lapso, viaja a Inglaterra, pinta paisajes de Londres (La Catedral de Weminster, el Puente de Londres; vistas del r铆o con sus barcazas; la iglesia de San Clemente). De vuelta a Espa帽a desde 1922, fecha en que inicia una nueva etapa, con la cer谩mica, sus comuniones con el grabado y la pintura se reducen enormemente, aunque sin cesar del todo, especialmente en lo que se refiere al grabado. Pintar谩 de nuevo paisajes en el per铆odo paraguayo de 1925 a 1929 y despu茅s de 1932 a 1934. Los 煤ltimos paisajes pintados por el artista llevan las fechas 1933 y 1934. Son cinco a seis paisajes de la Salamanca y aleda帽os, realizados en sus excursiones a esos rincones con BESTARD.
Los paisajes de CAMPOS CERVERA (que desde 1927 adopta el seud贸nimo de JULI脕N DE LA HERRER脥A), ocupan lugar especial en esta pintura paraguaya por su prescindencia de lo que pudiera llamarse t贸pico en el paisaje. En sus cuadros, en efecto, est谩n ausentes el 谩rbol florido, la palmera y el rancho: son raras las excepciones (16).
No busca "lo pintoresco" sino "lo pict贸rico". Le interesa el paisaje, no como escenario anecd贸tico, sino como "hecho natural", "hecho tel煤rico". En sus composiciones persigue, no el accidente, la contingencia superficial y variable, sino lo subyacente, la permanencia, lo tect贸nico. Busca el designio secreto de masas y l铆neas, lo que sobrevive a lo adventicio, sea esto obra de la naturaleza vegetal, o del hombre. Sus pinceladas modeladoras construyen con vigorosos densos, aunque no excesivos, empastes: de estos los ejemplos caracter铆sticos los cuadros de su primera 茅poca en Par铆s, como en su cuadro de Notre Dame, donde acusa la influencia de la pincelada-relieve, y el preciosismo crom谩tico de MONTICELLI. Su color, centrado por una visible pasi贸n por los azules, organiza en ciertas 茅pocas su clave a partir de esa t贸nica, obteniendo ricos acordes crom谩ticos.
La obra pict贸rica de este artista ha experimentado penosa dispersi贸n en las cuales han intervenido por igual contingencias viajeras, imprevistos accidentes, derivados desastrosos de dos guerras civiles. De su profusa obra se encuentran reunidos, en poder de su viuda, media docena de lienzos, cartones, tablas, casi todas paisajes. Muchos de sus cuadros se encuentran en colecciones, dentro y fuera del pa铆s, como sucede con los otros pintores. Pero ni de 茅l, ni tampoco de la obra de los dem谩s pintores existen, sea en museos, sea en colecciones particulares, series representativas.
Como se ha dicho, MODESTO DELGADO RODAS no fue becado a Roma con los que, aunque sus decanos, fueron sus compa帽eros de anunciaci贸n. Viaj贸 por su cuenta a Italia mucho m谩s tarde, hacia 1914. Sabemos poco de sus actividades entre 1903 fecha de su exposici贸n antes mencionada, y la de ese viaje a Italia, donde se cas贸 y de donde pasando antes por Estados Unidos, regres贸 a poco para no salir m谩s del pa铆s, sino en una ocasi贸n, muy brevemente: en 1933. Fue idiosincr谩sicamente pintor de desnudos: pero pint贸 tambi茅n retratos y paisajes; entre los que se cuentan algunos atardeceres y otros en los cuales parece mostrar preferencia por el gran protagonista del paisaje paraguayo: el r铆o. DELGADO RODAS no se apart贸 mucho de sus compa帽eros decanos en la f贸rmula pict贸rica; un post-impresionsimo de agradable composici贸n y colorido.
Coincidiendo con la venida al Paraguay de ANDR脡S CAMPOS CERVERA en 1919, hace su aparici贸n en la pl谩stica paraguaya un reducido grupo de artistas que conforman, como el anterior, una generaci贸n en cuanto a independencia aspiracional e inquietudes est茅ticas, aunque sus edades no sean todas parejas. El peculiar proceso de esta cultura art铆stica demorada explica, como se dijo casi al comienzo, estas y otras asincron铆as. Artistas de acceso demorado a una formaci贸n que armonice con sus facultades coinciden al producirse un tempero con otros que ven en ese momento cristalizar una vocaci贸n.


ANDRES GUEVARA, JAME BESTARD, ROBERTO HOLDENJARA

De estos tres artistas, dos: ANDR脡S GUEVARA y ROBERTO HOLDENJARA pertenecer铆an efectivamente a la nueva generaci贸n (contempor谩nea de la literaria, malograda, de JUVENTUD) junto con JUAN SORAZ脕BAL y alg煤n otro, que no cultivaron el paisaje ni el 贸leo.
ANDR脡S GUEVARA (1904-1963) fue, con ANDR脡S CAMPOS CERVERA, el portador de una imagen de la pl谩stica paraguaya en el exterior, hasta pasado el medio siglo. La carrera art铆stica de GUEVARA, salido al exterior en 1921 贸 1922, se desarrolla en efecto, fuera del pa铆s, al cual el artista no regres贸 sino rara vez y por brev铆simo plazo. Sabido es, aunque no por todos, que GUEVARA, que trabaj贸 en Buenos Aires y en el Brasil, fue diagramador personal铆simo, un谩nimemente reconocido en la Am茅rica cisandina por su genialidad; y como caricaturista, fue ampliamente celebrado as铆 como por sus bellas ilustraciones. Parece asimismo haber sido precursor de PORTINARI en ciertos aspectos de la pintura mural. Lastimosamente nuestro Museo de Bellas Artes no conserva obra suya alguna; y sus paisajes al 贸leo son muy pocos y a帽aden a su escasez la falta de fechas; lo cual hace dif铆cil cualquier acotaci贸n, salvo que ellos no desmerecen al artista que conocernos.
JAIME BESTARD (1892-1964) parece haber estudiado en los primeros tiempos con DA PONTE; o quiz谩 luego con ALBORNO y SAMUDIO, en la Academia por 茅stos fundada. Son pocos los datos que de su formaci贸n tenemos; e imposibles de reconstruir muchos de ellos, interesantes, a pesar de lo reciente de su muerte: ello sucede por lo dem谩s, en infinitos casos. Como se ve por las fechas de nacimientos, BESTARD pertenece a una generaci贸n anterior a la de las otras tres: fue el superviviente de la que debi贸 manifestarse hacia 1910 贸 1915, y no lo hizo sino en la caricatura. Otros supervivientes que se har谩n conocer tard铆simo, cuando los dem谩s culminan en sus trayectorias y, hasta alguno ha fallecido, son I. N脷脩EZ SOLER y PEDRO DI LASCIO. Ya hemos hablado de estas asincron铆as.
Es posible que un viaje efectuado por BESTARD adolescente a la patria chica familiar, las Baleares, haya tenido alg煤n papel en el despertar de su vocaci贸n o si ya la ten铆a, haya sido causa de desconcierto, al comparar las manifestaciones del arte peninsular contempor谩neo, y las que -a la saz贸n en pleno auge la tormenta de los ismos- conmov铆an al mundo art铆stico europeo, precipitado en una sucesi贸n de cambios, con el panorama est谩tico de la pintura local.
Tenemos datos concretos de posteriores contactos con CAMPOS CERVERA (17) de quien se hizo muy amigo, y cuyo taller, en 15 de Agosto y Pdte. Franco, frecuentaba durante la estada de dicho artista en el Paraguay, (de 1919 a 1921). Esos contactos despertaron su entusiasmo por la vida art铆stica en Francia. El caso es que BESTARD, en cuanto sus medios se lo permitieron, viaj贸; pudo llegar, aunque con sacrificio, a Par铆s, donde, tambi茅n con sacrificio ejemplar, permaneci贸 ocho a帽os. Regres贸 al pa铆s en 1933 para exponer en Buenos Aires. Viaj贸 de nuevo en 1938, tambi茅n a Buenos Aires, para una exposici贸n individual. Tom贸 parte tambi茅n en env铆os a Bienales en Barcelona y San Pablo.
Unos hermosos paisajes urbanos -parisienses creemos- de BESTARD, de su 茅poca en Francia, y alg煤n otro de la misma l铆nea lo muestran seguidor de la simplificante y ligeramente decorativa de un UTRILLO: ellos representan una 茅poca interesant铆sima del artista, que en su biograf铆a se deber铆a tomar siempre en cuenta, ya que refleja una 茅poca del pintor de la que desvi贸 muy pronto, aunque su obra subsiguiente guarda rasgos trasladados a la pintura de motivos paraguayos.
Los paisajes llevados a Buenos Aires en 1934, los m谩s de ellos pintados en la Salamanca, son todav铆a, en algunos casos, fr铆os de color, y no ofrecen tan acusados los rasgos simplificantes. S贸lo a su regreso de Buenos Aires, vemos c贸mo la tendencia de distribuir el color en amplias superficies, se traslada a sus "patios". Ellos constituyeron durante mucho tiempo su sello o logotipo art铆stico, por sus rasgos unitarios en motivaci贸n y solicitaciones compositivas. Esos patios con sus crotos profusos, con su explosi贸n tropical de color surgiendo de sombras transparentes y h煤medas, figuran entre lo m谩s logrado de la paisaj铆stica local. BESTARD fue adem谩s maestro, mentor de la que pudi茅ramos llamar primera generacional de pintores locales (18).
ROBERTO HOLDENJARA (1900-1984) viaj贸 a Europa becado en 1925. Pero, cortada la beca, regres贸 un a帽o despu茅s; su estada, en suma, fue demasiado breve. Estudi贸 corta temporada en Madrid y luego pas贸 a Par铆s; pero tuvo, como se ha dicho, muy escaso plazo para aprovechar estos viajes.
En su primera exposici贸n local, a su llegada, present贸 retratos, paisajes, desnudos, aunque pint贸 paisajes despu茅s de su regreso, no creemos que haya sido el paisaje su preocupaci贸n fundamental corno pintor.
Lo m谩s importante de su obra, variaci贸n de su l铆nea retratista, lo constituye una bastante numerosa serie iconogr谩fica ind铆gena. Colecci贸n de retratos de indios de ambos sexos, que no sabemos si ha cumplido la interesant铆sima misi贸n que el autor les asign贸: formar la Galer铆a de Tipos Ind铆genas en un Museo del Indio.
Durante estos a帽os han ido llegando, aunque con menos frecuencia, pintores de nivel diverso, algunos de los cuales contribuyeron a la cr贸nica del paisaje local: WOLF BANDUREK, polaco que residi贸 ac谩 de 1936 a 1944, pint贸 paisaje rural y urbano (EL POZO ABANDONADO, LA CATEDRAL, 茅sta en el Museo de Bellas Artes) AUREL KESSLER, rumano, de 1947 a 1952 (fechas aproximadas) pint贸 paisaje urbano (calles de Asunci贸n) CLARA KOKAS DE MATOLAY (h煤ngara) realiz贸 paisajes en t茅cnicas diversas, como tambi茅n RUDOLF LEPVALTS.


NU脩EZ SOLER Y EL PAISAJE URBANO

Cuando de los artistas paraguayos nombrados, han fallecido ya algunos y otros se hallan en el sostenido momento de la madurez o se han fijado en una f贸rmula determinada, empieza a hablarse de IGNACIO N脷脩EZ SOLER (1890-1983). Este artista ha comenzado a pintar tiempo atr谩s pero lo hace recoletamente; o quiz谩 el p煤blico no apreci贸 mucho al comienzo sus trabajos. En un ambiente dominado por el realismo pintoresco, esta pintura, expresionismo de rasgos vagamente, enga帽osamente ingenuos, a veces pueriles, deb铆a quedar fuera de concurso, m谩xime dada la edad del pintor, lindando en la sesentena. El caso es que s贸lo entrada la d茅cada de los cincuenta su pintura empieza a ser objeto de atenci贸n y estudio en serio.
SOLER inicia la era paraguaya de la pintura evocativa, la que reproduce, o reconstituye, la imagen de paisajes o rincones urbanos o t铆picos ya desaparecidos. Es por excelencia el pintor evocador, desde su visi贸n ingenua, del viejo paisaje urbano. Anima sus paisajes la presencia humana. Sus pinturas, de un enga帽oso ingenuo, tirando en ciertos casos a primitivo, con su espont谩neo expresionista matiz (ofrece rasgos espont谩neamente trabados de las tres vertientes) han adquirido predicamente en estas dos 煤ltimas d茅cadas gracias a la labor de LIVIO ABRAMO y MIGUEL ANGEL FERN脕NDEZ. Sus colores son un tanto "Tiznados"; abusa del negro, pero esto a la vez a帽ade cierto car谩cter a estos cuadros "viejos". N脷脩EZ SOLER SIN SABERLO, HA INAUGURADO UNA ERA. LA DEL PAISAJE URBANO.

EL PAISAJE SE MODERNIZA. LA MUJER PAISAJISTA

El medio siglo instala la crisis en la pintura paraguaya: el momento de renovaci贸n que no puede ya postergarse. Y tambi茅n la aparici贸n de la mujer en la pintura, en forma profesional, no ya como hobby o evasi贸n; y que pudi茅ramos llamar masiva en las artes pl谩sticas. Es digno de anotarse el que tambi茅n en este momento crucial de las artes pl谩sticas, especialmente en la pintura, el elemento propulsor femenino sea mayor铆a.
Las primeras en aparecer fueron disc铆pulas de BESTARD: EDITH JIM脡NEZ y ALICIA BRAVARD, que recogieron de 茅l la visi贸n simplificadora -amplios planos de color- los contrastes de luz y sombra, con el paisaje campesino cormo motivo dominante. El rancho centra generalmente ese paisaje. OFELIA ECHAG脺E VERA, estudiante en el exterior, y- que regresa al medio ya en 1946, con excelente bagaje, no cultiv贸 el paisaje: pero en cambio ejercit贸 influencia positiva en cuanto su presencia pes贸 en la vocaci贸n profesional de la generaci贸n femenina m谩s joven.
El post-impresionismo que se manifiesta en las paisajistas mencionadas, con su amplia pincelada modeladora y colorido simplificante, halla est铆mulo a nuevas conquistas en la acci贸n del GRUPO ARTE NUEVO, que surge por entonces, llevando como lema la actualizaci贸n del arte paraguayo. Actualizaci贸n ya antes sentida como necesidad y ahora como urgencia aguda ante el fracaso del env铆o paraguayo de 1953 a la Bienal de San Pablo. Como hecho fermental y estimulante reconoce este momento la presencia del pintor JOAO ROSSI, maestro de la nueva generaci贸n, que pint贸 algunos paisajes.
Los cuatro artistas del grupo fundador, JOS脡 L. PARODI. LIL脥 DEL M脫NICO, OLGA BLINDER y JOSEFINA PL脕, ven pronto ensanchado el grupo con numerosos adherentes. En el grupo as铆 aumentado hallamos bastantes paisajistas caracterizados o no; las dos antes nombradas como disc铆pulas de BESTARD: LEONOR GONZ脕LEZ CECCOTTO, FRANCISCO TORN脡 GAVALD脕, LUIS TORANZOS, GUILLERMO KETTERER, HERMINIO GAMARRA FRUTOS (19).
JOS脡 L. PARODI ha realizado en 1945 una exposici贸n de paisajes: acuarelas hoy desperdigadas. OLGA BLINDER ha pintado, que sepamos, solamente un paisaje, muy interesante, por cierto, pues 茅ste representa la entrada en escena del cubismo, es decir, el ingreso del paisaje en los ismos modernos, aunque con un retraso de m谩s de cuarenta a帽os con respecto a su iniciaci贸n como corriente pl谩stica en Europa. LIL脥 DEL M脫NICO s贸lo pint贸 flores y figura. EDITH JIM脡NEZ, alumna de BESTARD, hace tambi茅n cubismo en el paisaje, aunque ef铆meramente (20). Un poco despu茅s, ensaya siempre en el paisaje, un fauvismo de agradable acento personal; tampoco persevera en esta l铆nea aunque de su ejercicio incorpora rasgos que la modernizan EDITH JIM脡NEZ sigile pintando paisajes. Podernos considerarla como el paisajista femenino de m谩s amplio espectro en esta pintura.
ALICIA BRAVARD, aunque pint贸 flores y retratos, es m谩s conocida s贸lo por sus paisajes, de atractivos rasgos; pero deja de pintar a partir de cierta fecha (antes de 1960). FRANCISCO TORN脡 GALVALD脕 no pinta al 贸leo sino raras veces, y en el 贸leo, figura. Sus paisajes son todas acuarelas con rar铆sima excepci贸n. Vale la pena citar una caracter铆stica suya: la del "paisaje puro" es decir, la total prescindencia, en 茅l, de la figura: la presencia vegetal 鈥搈asa, l铆nea y- movimiento- es protag贸nica. Otros paisajistas perseverantes han alcanzado nivel apreciable o intentado variaciones en la l铆nea post-impresionista que constituye la t贸nica de los m谩s, pero sin definir conquistas precisas: HERMINIO GAMARRA FRUTOS, LUIS TORANZOS, BLAS RUIZ.
Hemos visto c贸mo el escaso intercambio, (entendi茅ndose por tal la ausencia de contactos en el exterior, de presentaci贸n de otros medios, y por tanto de t茅rminos comparativos y de est铆mulo en el ritmo creativo) que caracteriza el medio art铆stico entre 1920 y 1950, se refleja forzosamente como se ha visto, en la actitud de los artistas frente a las propuestas renovadoras. S贸lo los que se radican en el exterior pueden tener una opci贸n a la perspectiva de las situaciones; CAMPOS CERVERA, GUERAVA, y en cierta medida BESTARD. A partir de 1950, la posibilidad de captar esa perspectiva aumenta paulatinamente; los artistas promueven exposiciones en el exterior: empiezan a viajar, son invitados a las Bienales de San Pablo primero, luego a otras latinoamericanas y europeas. Su visi贸n se ensancha; se conquista poco a poco una personer铆a en el escenario latinoamericano.
El principio y ra铆z de esta nueva etapa, pues se halla en la gesti贸n de los artistas componentes del GRUPO ARTE NUEVO, de los cuales la mayor铆a se halla a煤n en la brecha, en plena ascensi贸n algunos. No fue tarea f谩cil para estos artistas (como no lo fue a su hora la correspondiente a los escritores del Grupo del 40) "quemar" las numerosas etapas dejadas atr谩s en el camino a oscuras de medio siglo. En otras palabras el proceso personal, en cada caso es laborioso, y las nuevas propuestas no se definen f谩cilmente en corrientes motivacionales o estil铆sticas. Cada artista busca como a tientas su cauce. Pero de todos ellos, pocos, fuera de EDITH JIM脡NEZ, TORN脡 DE GAVALD脕, GAMARRA FRUTOS, BLAS RUIZ y LUIS TORANZOS, han seguido fieles al paisaje. Cuando se levanta ahora, una nueva generaci贸n de paisajistas, lo hace en caracter铆sticas muy distintas.
Ha sido entrada la d茅cada de 1950 cuando empieza a o铆rse con m谩s frecuencia el nombre de N脷脩EZ SOLER, aunque 茅ste lleve pintando ya lustros; y tambi茅n cuando aparece DI LASCIO; dis铆miles pintores sin embargo confluyen en su preocupaci贸n por lo que llamamos "PAISAJE URBANO" aunque en el caso de DI LASCIO, este paisaje urbano sea creaci贸n de la fantas铆a, o por lo menos no identificable con modelos concretos. Se trata de aut茅nticas "reconstrucciones", que no permiten atribuirles car谩cter testimonial. Al contrario de N脷脩EZ SOLER, cuyos motivos son perfectamente reconocibles.
PEDRO DI LASCIO (1890-1984) es un ingenuo con toques primitivos, o un primitivo disfrazado de ingenuo.
Sus paisajes se destacan, entre todos los pintados por otros artistas locales entre 1950 y 1984, fecha de su fallecimiento, como "una salida de tono鈥 con sus perspectivas arbitrarias, su colorido vivo, su composici贸n igualmente convencional, con su convencionalismo m谩s que ingenuo, metaf贸rico.
El paisaje de PEDRO DI LASCIO (1890-1982) surgi贸 en la d茅cada del 50 simult谩neamente a la luz con los rasgos de un ingenuo expresionismo, ingenuista, que contrasta con el de N脷脩EZ SOLER por su colorido vivaz, arbitrario, po茅tico a veces, y su prescindencia de lo animado en ellos. DI LASCIO, aunque no es un "producto" del movimiento Arte Nuevo, es, ciertamente, un precursor inocente de 茅l.
Durante la d茅cada 1945-1950 el paisaje ha permanecido en gran parte ligado al esquema que a sus dimensiones conceptivas y formales trazaron los pintores decanos supervivientes: s贸lo BESTARD en sus clases., forma a varios alumnos -EDITH JIM脡NEZ, ALICIA BRAVARD, MONSERRAT SOL脡, LIL脥 DEL M脫NICO: casi todas paisajistas tambi茅n. Los paisajes de estas pintoras ofrecen rasgos semejantes a los del maestro en lo que se refiere a la composici贸n, el uso de amplias superficies de color, y la intensa luz. Es entonces (1952) cuando sobreviene el hecho capital de nuestras artes pl谩sticas en lo que va del siglo: la aparici贸n del GRUPO ARTE NUEVO.
Este grupo cuya aparici贸n se vincula en su profundidad al despertar de una conciencia human铆stica m谩s universal -podr铆amos quiz谩 llamarla 鈥淐ONCIENCIA POST-HIROSHIMA" no hace del paisaje, el retrato burgu茅s o las presencias individuales su preocupaci贸n principal; los paisajistas que siguen funcionando lo hacen en un acto de fidelidad vocacional que busca sin embargo, sin desvirtuarse, ensanchan l铆mites, en tanto que los j贸venes que ir谩n surgiendo ya aparecen comprometidos con la desintegraci贸n de lo humano, el "desmontaje" de las m谩quinas antropom贸rficas (y lo hacen con br铆o, si se tiene en cuenta que no hubo etapas intermedias).
El paisaje como se ha dicho, trata de ensanchar sus dimensiones conceptuales. El paisaje urbano cuyo precursor local ha sido N煤帽ez Soler, adquiere prestancia.

LA EVOLUCI脫N CONCEPTIVA DEL PAISAJE: EL PAISAJE URBANO

Esta nueva l铆nea del paisaje -el paisaje urbano- recibe despu茅s del 65, el refuerzo representado por pintores maduros que evolucionan, y por la aparici贸n de otros nuevos.
EDITH JIM脡NEZ, siempre de fresca imaginaci贸n, en un valiente viraje present贸 paisajes de atm贸sfera irreal, donde los colores se ti帽en de una fluorescencia f谩lica. Sol inequ铆vocamente paisajes locales, pero sobre ellos ha descendido una luz transfiguradora que los hace ingresar en un nuevo reino: un reino de duendes, o mejor, de un paisaje "de presentimiento".
JENARO MORALES contin煤a con su l铆nea esencialmente primitivista, que llam贸 la atenci贸n sobre 茅l en el primer concurso en que tom贸 parte.
Un lugar peculiar, como antes DI LASCIO, ocupa ahora MICHAEL BURT (1930) pintor de paisajes en los cuales los edificios, como en las pinturas del italiano DE CHIRICO, son protagonistas absolutos e imponen su presencia fantasmal en cuadros donde lo surrealista recurre al manejo convencional del color, ingresando a veces en un vago decorativismo, y simplifica l铆neas y planos denunciando la vocaci贸n arquitecta del autor. Sin embargo, el uso del negro como fondo (cielos) contribuye, precisamente, a la subjetividad irradiante del cuadro. Son edificios todos ellos "de otra 茅poca"; los edificios del pasado, que corporizan en esos cuadros su anhelosa necesidad de sentir viviendo para que nuestro mundo interior no se desmorone al faltarle esos puntales hist贸ricos, es decir de la memoria colectiva.
Prendidos a un figurativismo realista en que la precisi贸n delineante del dibujo disminuye la pictoricidad, aparecen los cuadros de Esperanza Gill. En alguno de estos, la absorci贸n del espacio por la imagen la convierte en documental.
Un lugar aparte merecer铆an los paisajes de JACINTO RIVEROS, ce帽idos casi exclusivamente al grabado (su incursi贸n en el 贸leo no dio resultado igualmente feliz, por el hecho simple de que es la gubia con su labor lineal y el blanco y negro lo que dan a RIVEROS su singular sabor. Su impacto est茅tico indudable, y el tambi茅n indudable parentesco del dibujo con el grabado, (en rigor, el grabado es un dibujo autorreproducible).
En lugar tambi茅n aparte, hay que colocar a dos pintoras, YSANNE GAYET, la primera; pintora radicada en el pa铆s desde hace unos diez a帽os y cuyos paisajes pululantes de figuras, plenos de encanto resultan inclasificables por la fusi贸n sutil de elementos primitivos, ingenuos y po茅ticos, que en ellos se dan cita. Un precedente remoto, por su "angelismo" se hallar铆a en algunos cuadros "paradis铆acos" de primitivos italianos. por ejemplo. La segunda, MABEL ARCONDO, fallecida prematuramente. De sus obras, algunas las primeras parecen inspiradas en CHAGALL: en las siguientes, evoluciona, siempre dentro de un surrealisnio po茅tico, hacia s铆ntesis m谩s personales.
Este paisaje urbano que evadiendo el realismo, invade la pintura local, parece ser el s铆ntoma de aquello a que m谩s de una vez aludirnos en nota, ensayos, o presentaciones: la desaparici贸n paulatina del paisaje real desplazado a toda prisa por la urbanizaci贸n. El rancho con sus palmeras o sus 谩rboles floridos, sus carretas o sus "habitantes" t铆picos, pasaron a la historia. Ya no es lo t铆pico, por tanto; ya no es t贸pico; es un residuo del progreso. Para encontrar ese paisaje es preciso ya adentrarse bastante en el coraz贸n del pa铆s; viajar a los rincones, -pocos- donde a煤n no llegaron las carreteras. "Las rutas" que traen como compa帽铆a el ruido, el humo con la poluci贸n, la fuga de p谩jaros o insectos coloridos; y tambi茅n la desaparici贸n de los ranchos sustituidos por viviendas menos pintorescas, aunque m谩s c贸modas.
En este aspecto, los paisajes realistas de BESTARD, de EDITH JIM脡NEZ, de ALICIA BRAVARD, de TORN脡 GAVALD脕, (no hablemos ya de los pintores decanos ya fallecidos todos) y unos pocos m谩s a煤n vivos: "pinturas del natural" constituyen ya, en cierta manera, documentos: se convierten en piezas de un museo imaginario; su albura recordatorio.
Otros pintores tambi茅n figurativos y materialistas, pero ya en trance de metamorfosis, se帽alan a la vez que la caducidad de ciertas formas pict贸ricas, el paso del paisaje tradicional a repositorio visual de una 茅poca desfile de nost谩gicas memorias. La entrada en suma del paisaje local en una nueva era, en que deja de ser "presentaci贸n" para ser "representaci贸n''.
Quiz谩 valiera la pena una reflexi贸n sobre el particular. En un pa铆s como el Paraguay, predominantemente llano, el paisaje, que se ha nutrido del detalle vegetal, de las arquitecturas pasajeras y cambiantes del 谩rbol, y del rancho, se halla f谩cilmente una tect贸nica en la cual apoyarse: una arquitectura sustituta s贸lo la encuentra en el paisaje urbano. (Quiz谩 constituyan un testimonio elocuente en el proceso ciertos cuadros -no computables en esta muestra por tratarse de dise帽os, pero documentales significativos en la tesis- de COLOMBINO, en los cuales el paisaje, dise帽ado, aparece desnudo en sus infraestucturas., "hasta el hueso", aventada toda referencia que no pertenezca al primer reino, el tect贸nico.). Por la salida menos intelectual, o m谩s sensitiva la halla recurriendo a los ismos de la fantas铆a: el surrealismo, el ingenuismo, el primitivismo, enriqueci茅ndolos simb贸lica o formalmente. Sus antecedentes de ese paisaje "m谩s verdadero que el real" est谩n ya ah铆: son las estampas callejeras, de ingenuo expresionismo, de IGNACIO N脷脩EZ SOLER; los cuadros m谩gicos de EDITH JIM脡NEZ; los edificios espectrales de MICHAEL BURT, los escenarios f谩dicos de YSANNE GAYET; los onirismos de MABEL ARCONDO; los paisajistas m谩s destacados actualmente en la avanzada de la "des-realizaci贸n" del paisaje.


EL PAISAJE EN LAS 脷LTIMAS GENERACIONES

No aparecen pintores del paisaje en las nuevas generaciones. No hay noveles paisaj铆stas. Los j贸venes son pocas veces pintores; son dibujantes a grabadores. Que la simple l铆nea puede dar vida a un paisaje, es indudable. La l铆nea espont谩nea, inmediata, trasmite, sin intermediarios, al sost茅n el estremecimiento es vital: es "radiogr谩fica" en medida que no puede ser, a煤n en sus m谩s felices momentos, el pincel. Alguien ha se帽alado el car谩cter "un铆voco" del l谩piz en contraste con la pintura, en la cual hay "superposici贸n de intenciones". Recordemos la incre铆ble vitalidad de la l铆nea en algunos paisajes de LIVIO ABRAMO, que alcanz贸 a dar la esencia del paisaje paraguayo en una s贸la l铆nea.
Pero el paisaje est谩 ausente de las motivaciones de las nuevas hornadas, cuya ansiedad se centra en la preocupaci贸n leg铆tima de ajustar sus ritmos creativos, fondo y forma, a la actualidad art铆stica universal; o sea a buscar la sinton铆a con el hombre de su tiempo, desentra帽ando el valor "s铆gnico", "cr铆ptico'", de los objetos que van siempre "m谩s all谩" de ellos mismos.
Esta actualidad art铆stica, que no es una suma o repertorio de formas sino un album del esp铆ritu -como siempre lo han sido las artes de una 茅poca; y por tanto, al asimilar una consigna de conjuro a los signos nuevos, adquiere el compromiso sacral de ingresar en una conciencia nueva de lo que es, de lo que significa, el ser humano en su intimidad, deshaci茅ndose, o construy茅ndose a trav茅s de un entorno.
Esta disquisici贸n, que puede parecer fuera de lugar en una simple recesi贸n de hechos pict贸ricos que se帽alan la evoluci贸n local del paisaje, no es sin embargo ociosa aqu铆. Se intenta con estas breves indicaciones se帽alar la raz贸n de la desaparici贸n del paisaje que podr铆a llamarse "tradicional" o mejor "t铆pico" paraguayo; desaparici贸n que no obedece a una "moda" sino que denuncia un "modo" en cierta manera dram谩tico, planteando al pintor, al artista en general -un sentimiento "desheredamiento", el abandono del paisaje por el hombre. Que es, en realidad, el abandono del hombre por el paisaje.
Porque si otra cosa no disponen las circunstancias imprevisibles, el paisaje paraguayo amenaza volverse, 茅l tambi茅n, fantasma.
II
Los hechos consignados a lo largo de estas p谩ginas son de por s铆, escenas elocuentes: pero un gr谩fico de esa evoluci贸n en sus aspectos est茅ticos se hace por ahora dif铆cil. Dos 贸rdenes de circunstancias se oponen a ello.
La primera, la manera misma en que se escalonan los hechos configurativos. Aislados, desvinculados entre s铆, no ofrecen sino escasamente, y en los 煤ltimos tiempos, el m铆nimo de coherencia precisa para establecer la indispensable continuidad para el mencionado gr谩fico. En la primera etapa (1856-1870) los datos y documentos son pr谩cticamente nulos.
El post-romanticismo o si se quiere naturalismo h铆brido de que son portadores los visitantes: de 1870 a 1900; el ambiente apreciativo que conforman, por su origen y cultura, esos mismos emigrantes, contribuyen ambos a dos, para mantener el paisaje dentro de coordenadas favorables al pintoresquismo, y a las delicuescencias rom谩nticas: el cuadro como an茅cdota amable, pintoresca o sentimental.
Ya doblado el siglo, los pintores que vuelven de Italia traen en pintura, un adelanto considerable, aunque poco en la t茅cnica acuse el contacto con los ismos que chisporrotean en Europa en esos a帽os del siglo; cuando y a el paisaje no es s贸lo "un estado del alma", sino, "un estado del color por la luz", o si se quiere una construcci贸n de la luz. Cuando no se convierte en una construcci贸n de la fantas铆a, una met谩. Los reci茅n llegados fundan una Academia en la cual es de suponer la ense帽anza respondiese a lo adquirido y por tanto supusiera un adelanto con respecto a los conceptos existentes y a los cuales di贸 cuerpo acad茅mico la fundaci贸n de BOGGIANI y DA PONTE. Pero aunque hay presunci贸n de que la frecuentaren algunos j贸venes corno BESTARD, su presencia no se refleja por cierto en la aparici贸n o formaci贸n de j贸venes vocaciones (el vac铆o de 茅stas hasta doblado 1940 es lastimoso v de las pocas que surgen, las m谩s emigran al exterior). En fecha que no hemos podido precisar, la Academia desaparece y SAMUDIO pasa a ense帽ar en clases dependientes del GIMNASIO PARAGUAYO; ALBORNO da clases en los colegios capitalinos.
No parece pues esa Academia haber llegado a ejercer la influencia que sin duda la atribuyeron como objetivo sus bien intencionados fundadores. Otro s铆ntoma significativo es la aparici贸n de un grupo de caricaturistas que parecen sustituir a los inexistentes pintores: el mismo GUEVARA, pintor por naturaleza, practica la caricatura. Los pocos que pueden sustraerse a su fatum hist贸rico se dispersan: GUEVARA abandona el pa铆s para seguir trayectoria en el exterior; BESTARD indeciso hasta doblar los a帽os veinte, s贸lo halla su camino en Francia. No surge localmente el pintor que oponga su obra al vac铆o ambiente: s贸lo CAMPOS CERVERA, que trabaja afuera, trae una exposici贸n a la cual cabr铆a atribuir efectos inductores, como la de BESTARD m谩s tarde con sus "patios". No parece, en ning煤n momento, haber cristalizado lo que se llama "escuela鈥 no a煤n importaci贸n colectiva de una corriente determinada. Con las alumnas de BESTARD apunt贸 en un momento dado una "escuela鈥 que no prosper贸: la aparici贸n del GRUPO ARTE NUEVO actu贸 como inductor a la b煤squeda personal y a una visi贸n m谩s actual de la pl谩stica.
La llegada de BANDUREK, que revitaliz贸 la figura imbuyendo en ella pasi贸n y muerte, no tuvo reflejo ninguno en el paisaje. Los pintados por 茅l ac谩 no parecen haber ejercido influencia alguna.
Si mientras ALBORNO se dedica a sus paisajes de 谩rboles floridos, una generaci贸n nueva representada por mujeres recibe del ejemplo de BESTARD y prolongan su f贸rmula. Al margen del grupo se dan a conocer ya llegado el medio siglo, dos pintores de generaciones previas: N脷脩EZ SOLER y DI LASCIO, que rompen la tradici贸n del paisaje realista con sus f贸rmulas ingenuas propias.
En 1950 con la venida de JO脙O ROSSI, joven pintor brasile帽o, y la formaci贸n del GRUPO ARTE NUEVO se inicia el movimiento de rebeld铆a contra el estancamiento pl谩stico. Las innovaciones realmente se hacen ver m谩s en el campo de la figura. El paisaje contin煤a su camino por un tiempo sin mayor cambio en lo apuntado cerca del magisterio de BESTARD. Es cierto que OLGA BLINDER y EDITH JIM脡NEZ pintan paisajes cubistas, pero esta innovaci贸n es s贸lo un momento de la indispensable evoluci贸n, como lo son tambi茅n los pocos paisajes fauves de Edith aunque un resto del aliento que anim贸 el dise帽o cubista revive mucho m谩s tarde en la construcci贸n de sus paisajes m谩gicos.
El paisaje urbano cuyos iniciadores acad茅micos tradicionalistas se encuentran desde principios del siglo (cuadros del Oratorio) adquiere nuevo car谩cter y sentido desde 1950 en los cuadros de Ignacio N脷脩EZ SOLER y PEDRO DI LASCIO; y constituye actualmente una aut茅ntica doble vertiente tem谩tica. Una, que sigue siendo figurativa, naturalista, anecd贸tica o pintoresca y- desv铆a inclusive hacia lo documental, intentando. -algunas veces (HERMINIO GAMARRA, LUIS TORANZOS) introducir modales pict贸ricos nuevos. Y otra, la m谩s reciente, que desv铆a hacia lo evocativo y m谩gico.
Como se ve, el gr谩fico del desarrollo del paisaje ofrece pocas variaciones o constrastes hasta llegar el medio siglo. No ha conocido la franca frecuentaci贸n de los ismos: s贸lo muy aislados ensayos cubistas y fauves. Es sintom谩tica la inclinaci贸n del paisaje actual hacia lo "m谩gico" o el paisaje "so帽ado", compuesto, en vez del paisaje natural con su realidad, ni a煤n remitida 茅sta a f贸rmulas m谩s adentradas en el siglo.
Tal vez ese paisaje evocativo sea un s铆mbolo que corrobora lo ya manifestado acerca de la desaparici贸n del paisaje paraguayo campestre. El paisaje natural que desaparece se hace fantasma y lanza su grito de presentimiento y de protesta.
NOTAS
1) HECTOR V脕RELA, Madame Lynch.
2) Ni el edificio. Resta la duda de si se trat贸 de cuadros efectivos, o de murales. Los t茅rminos de la noticia, en EL SEMANARIO, no lo aclaran.
3) V茅anse an茅cdotas de Masterman en sus SIETE A脩OS DE AVENTURAS EN EL PARAGUAY. Ser铆a, mientras otra cosa no se demuestre, el primero en "pintar" paisajes del natural. (No se cuentan los apuntes o bocetos a pluma, de viajeros).
4) Es sabido que L贸pez viaj贸 a Espa帽a, Inglaterra, Francia, de 1853 a 1855: pero se detuvo mucho m谩s tiempo en esta 煤ltima: visit贸 museos y asisti贸 al teatro y la 贸pera: fue invitado a bailes de corte por el Emperador y su esposa Eugenia.
5) Las noticias que hallamos en la Prensa de la 茅poca, (1876) sobre una invitaci贸n de R铆os a visitar su casa, donde "colgaban numerosos cuadros鈥, no especificar si se trataba de paisajes o de retratos, etc., aunque quiz谩s hayamos de ver en esta invitarci贸n un atisbo de la primera "exposici贸n鈥 realizada por un artista local (han de pasar d茅cadas para que el acontecimiento se repita).
6) Una de esas familias: la del Almirante Blanco S谩nchez, trajo entre otros cuadros, un Vald茅s Leal.
7) "Ra铆da (o pobre) limpia": joven del pueblo, vestida con el traje t铆pico. "Kygu谩 ver谩", "peineta brillante" mujer de pueblo, libre, alegre, caracterizada por sus peinetas de oro y piedras, que luc铆a en festejos populares.
8) Es decir, en sus academias. Esta frase cifra, creemos, el sentir general de la 茅poca, localmente.
9) Instituci贸n cultural creada precisannente con intervenci贸n personal de los mencionados, especiamente Boggiani.
10) En esa fecha pinta una escenograf铆a para la zarzuela espa帽ola EL GAITERO.
11) El sal贸n de Bellas Artes no aparece ya despu茅s de 1903.
12) Referencias directas del artista JULI脕N DE LA HERRER脥A (Andr茅s Campos Cervera) entonces adolescente.
13) Referencias directas del artista JULI脕N DE LA HERRER脥A (Andr茅s Campos Cervera) entonces adolescente.
14) No se tiene noticias de ella, como tal, despu茅s de esa fecha. La escasa duraci贸n de las instituciones de orden cultural privado, es una caracter铆stica local, pocas veces superada.
15) JULI脕N S脕NCHEZ privado de recursos para regresar, enferm贸 y muri贸 en Italia.
16) Una de estas excepciones es el cuadro de su firma en el Museo de Bellas Artes.
17) Datos de Andr茅s Campos Cervera.
18) Bestard sustituy贸 a Samudio como profesor en las clases del Ateneo Paraguayo, entidad resultante de la uni贸n del Gimnasio Paraguayo con el Instituto Paraguayo, en 1933, despu茅s de la muerte del segundo.
19) El grupo fue m谩s numeroso: se menciona s贸lo a los que hicieron caracter铆sticamente paisaje, o lo practicaron por lo menos en etapas de su trayectoria art铆stica.
20) Env铆o a la Bienal de San Pablo, 1955

LA EVOLUCION CONCEPTIVA DEL PAISAJE: EL PAISAJE URBANO

Esta nueva l铆nea del paisaje -el paisaje urbano- recibe despu茅s del 65, el refuerzo representado por pintores maduros que evolucionan, y por la aparici贸n de otros nuevos.

Edith Jim茅nez, siempre de fresca imaginaci贸n, en un valiente viraje present贸 paisajes de atm贸sfera irreal, donde los colores se ti帽en de una fluorescencia f谩dica. Son inequ铆vocamente paisajes locales, pero sobre ellos ha descendido una luz transfiguradora que los hace ingresar en un nuevo reino un reino de duendes, o mejor, de un paisaje "de presentimiento".

Jenaro Morales contin煤a con su l铆nea esencialmente primitivista, que llam贸 la atenci贸n sobre 茅l en el primer concurso en que tom贸 parte.

Un lugar peculiar, como antes Di Lascio, ocupa ahora Michael Burt (1930) pintor de paisajes en los cuales los edificios, como en las pinturas del italiano De Chirico, son protagonistas absolutos e imponen su presencia fantasmal en cuadros donde lo surrealista recurre al manejo convencional del color, ingresando a veces en un vago decorativismo, y simplifica l铆neas y planos denunciando la vocaci贸n arquitecta del autor. Sin embargo, el uso del negro como fondo (cielos) contribuye, precisamente, a la subjetividad irradiante del cuadro. Son edificios todos ellos "de otra 茅poca"; los edificios del pasado, que corporizan en esos cuadros su anhelosa necesidad de seguir viviendo para que nuestro mundo interior no se desmorone al faltarle esos puntales hist贸ricos, es decir de la memoria colectiva.

Prendidos a un figurativismo realista en que la precisi贸n delineante del dibujo disminuye la pictoricidad, aparecen los cuadros de Esperanza Gill. En alguno de estos, la absorci贸n del espacio por la imagen la convierte en documental.

Un lugar aparte merecer铆an los paisajes de Jacinto Riveros, ce帽idos casi exclusivamente al grabado (su incursi贸n en el 贸leo no dio resultado igualmente feliz, por el hecho simple de que es la gubia con su labor lineal y el blanco y negro lo que dan a Riveros su singular sabor, su impacto est茅tico indudable, y el tambi茅n indudable parentesco del dibujo con el grabado, (en rigor, el grabado es un dibujo autorreproducible).

En lugar tambi茅n aparte, hay que colocar a dos pintoras, Ysanne Gayet, la primera; pintora radicada en el pa铆s desde hace unos diez a帽os y cuyos paisajes pululantes de figuras, plenos de encanto resultan inclasificables por la fusi贸n sutil de elementos primitivos, ingenuos y po茅ticos, que en ellos se dan cita. Un precedente remoto, por su "angelismo" se hallar铆a en algunos cuadros "paradis铆acos" de primitivos italianos, por ejemplo. La segunda, Mabel Arcondo, fallecida prematuramente. De sus obras, algunas las primeras parecen inspiradas en Chagall; en las siguientes, evoluciona, siempre dentro de un surrealismo po茅tico, hacia s铆ntesis m谩s personales.

Este paisaje urbano que evadiendo el realismo, invade la pintura local, parece ser el s铆ntoma de aquello a que m谩s de una vez aludimos en nota, ensayos, o presentaciones: la desaparici贸n paulatina del paisaje real desplazado a toda prisa por la urbanizaci贸n. El rancho con sus palmeras o sus 谩rboles floridos, sus carretas o sus "habitantes" t铆picos, pasaron a la historia. Ya no es lo t铆pico, por tanto; ya no es t贸pico; es un residuo del progreso. Para encontrar ese paisaje es preciso ya adentrarse bastante en el coraz贸n del pa铆s; viajar a los rincones, -pocos- donde a煤n no llegaron las carreteras. "Las rutas" que traen como compa帽铆a el ruido, el humo con la poluci贸n, la fuga de p谩jaros o insectos coloridos; y tambi茅n la desaparici贸n de los ranchos sustituidos por viviendas menos pintorescas, aunque m谩s c贸modas.

En este aspecto, los paisajes realistas de Bestard, de Edith Jim茅nez, de Alicia Bravard, de Torn茅 Gavald谩, (no hablemos ya de los pintores decanos ya fallecidos todos) y unos pocos m谩s a煤n vivos: "pinturas del natural" constituyen ya, en cierta manera, documentos; se convierten en piezas de un museo imaginario; su 谩lbum recordatorio.

Otros pintores tambi茅n figurativos y materialistas, pero ya en trance de metamorfosis, se帽alan a la vez que la caducidad de ciertas formas pict贸ricas, el paso del paisaje tradicional a repositorio visual de una 茅poca desfile de nost谩lgicas memorias. La entrada en suma del paisaje local en una nueva era, en que deja de ser "presentaci贸n" para ser "representaci贸n".

Quiz谩 valiera la pena una reflexi贸n sobre el particular. En un pa铆s como el Paraguay, predominantemente llano, el paisaje, que se ha nutrido del detalle vegetal, de las arquitecturas pasajeras y cambiantes del 谩rbol, y del rancho, se halla f谩cilmente una tect贸nica en la cual apoyarse: una arquitectura sustituta s贸lo la encuentra en el paisaje urbano. (Quiz谩 constituyan un testimonio elocuente en el proceso ciertos cuadros -no computables en esta muestra por tratarse de dise帽os, pero documentales significativos en la tesis- de Colombino, en los cuales el paisaje, dise帽ado, aparece denudo en sus infraestucturas, "hasta el hueso", aventada toda referencia que no pertenezca al primer reino, el tect贸nico.). Por la salida menos intelectual, o m谩s sensitiva la halla recurriendo a los ismos de la fantas铆a: el surrealismo, el ingenuismo, el primitivismo, enriqueci茅ndolos simb贸lica o formalmente. Sus antecedentes de ese paisaje "m谩s verdadero que el real" est谩n ya ah铆: son las estampas callejeras, de ingenuo expresionismo, de Ignacio N煤帽ez Soler; los cuadros m谩gicos de Edith Jim茅nez; los edificios espectrales de Michael Burt, los escenarios f谩dicos de Ysanne Gayet; los onirismos de Mabel Arcondo; los paisajistas m谩s destacados actualmente en la avanzada de la "des-realizaci贸n" del paisaje.

EL PAISAJE EN LAS 脷LTIMAS GENERACIONES

No aparecen pintores del paisaje en las nuevas generaciones. No hay noveles paisaj铆stas. Los j贸venes son pocas veces pintores; son dibujantes a grabadores. Que la simple l铆nea puede dar vida a un paisaje, es indudable. La l铆nea espont谩nea, inmediata, trasmite, sin intermediarios, al sost茅n el estremecimiento es vital, es "radiogr谩fica" en medida que no puede ser, a煤n en sus m谩s felices momentos, el pincel. Alguien ha se帽alado el car谩cter "un铆voco" del l谩piz en contraste con la pintura, en la cual hay "superposici贸n de intenciones". Recordemos la incre铆ble vitalidad de la l铆nea en algunos paisajes de Livio Abramo, que alcanz贸 a dar la esencia del paisaje paraguayo en una s贸la l铆nea.

Pero el paisaje est谩 ausente de las motivaciones de las nuevas hornadas., cuya ansiedad se centra en la preocupaci贸n leg铆tima de ajustar sus ritmos creativos, fondo y forma, a la actualidad art铆stica universal; o sea a buscar la sinton铆a con el hombre de su tiempo, desentra帽ando el valor "s铆gnico", "cr铆ptico", de los objetos que van siempre "m谩s all谩" de ellos mismos.

Esta actualidad art铆stica, que no es una suma o repertorio de formas sino un 谩lbum del esp铆ritu -como siempre lo han sido las artes de una 茅poca; y por tanto, al asimilar una consigna de conjuro a los signos nuevos, adquiere el compromiso sacral de ingresar en una conciencia nueva de lo que es, de lo que significa, el ser humano en su intimidad, deshaci茅ndose, o construy茅ndose a trav茅s de un entorno.

Esta disquisici贸n, que puede parecer fuera de lugar en una simple recesi贸n de hechos pict贸ricos que se帽alan la evoluci贸n local del paisaje, no es sin embargo ociosa aqu铆. Se intenta con estas breves indicaciones se帽alar la raz贸n de la desaparici贸n del paisaje que podr铆a llamarse "tradicional" o mejor "t铆pico" paraguayo; desaparici贸n que no obedece a una "moda" sino que denuncia un "modo" en cierta manera dram谩tico, planteando al pintor, al artista en general -un sentimiento "desheredamiento"; el abandono del paisaje por el hombre. Que es, en realidad, el abandono del hombre por el paisaje.

Porque si otra cosa no disponen las circunstancias imprevisibles, el paisaje paraguayo amenaza volverse, 茅l tambi茅n, fantasma.

II

Los hechos consignados a lo largo de estas p谩ginas son de por s铆, escenas elocuentes: pero un gr谩fico de esa evoluci贸n en sus aspectos est茅ticos se hace por ahora dif铆cil. Dos 贸rdenes de circunstancias se oponen a ello.

La primera, la manera misma en que se escalonan los hechos configurativos. Aislados, desvinculados entre s铆, no ofrecen sino escasamente, y en los 煤ltimos tiempos, el m铆nimo de coherencia precisa para establecer la indispensable continuidad para el mencionado gr谩fico. En la primera etapa (1856-1870) los datos y documentos son pr谩cticamente nulos.

El post-romanticismo o si se quiere naturalismo h铆brido de que son portadores los visitantes: de 1870 a 1900; el ambiente apreciativo que conforman, por su origen y cultura, esos mismos emigrantes, contribuyen ambos a dos, para mantener el paisaje dentro de coordenadas favorables al pintoresquismo, y a las delicuescencias rom谩nticas: el cuadro como an茅cdota amable, pintoresca o sentimental.

Ya doblado el siglo, los pintores que vuelven de Italia traen en pintura, un adelanto considerable, aunque poco en la t茅cnica acuse el contacto con los ismos que chisporrotean en Europa en esos a帽os del siglo; cuando ya el paisaje no es s贸lo "un estado del alma", sino, "un estado del color por la luz" o si se quiere una construcci贸n de la luz. Cuando no se convierte en una construcci贸n de la fantas铆a, una meta. Los reci茅n llegados fundan una Academia en la cual es de suponer la ense帽anza respondiese a lo adquirido y por tanto supusiera un adelanto con respecto a los conceptos existentes y a los cuales di贸 cuerpo acad茅mico la fundaci贸n de Boggiani y Da Ponte. Pero aunque hay presunci贸n de que la frecuentaren algunos j贸venes como Bestard, su presencia no se refleja por cierto en la aparici贸n o formaci贸n de j贸venes vocaciones (el vac铆o de 茅stas hasta doblado 1940 es lastimoso y de las pocas que surgen, las m谩s emigran al exterior). En fecha que no hemos podido precisar, la Academia desaparece y Samudio pasa a ense帽ar en clases dependientes del Gimnasio paraguayo; Alborno da clases en los colegios capitalinos.

No parece pues esa Academia haber llegado a ejercer la influencia que sin duda la atribuyeron como objetivo sus bien intencionados fundadores. Otro s铆ntoma significativo es la aparici贸n de un grupo de caricaturistas que parecen sustituir a los inexistentes pintores: el mismo Guevara, pintor por naturaleza, practica la caricatura. Los pocos que pueden sustraerse a su fatum hist贸rico se dispersan: Guevara abandona el pa铆s para seguir trayectoria en el exterior; Bestard indeciso hasta doblar los a帽os veinte, s贸lo halla su camino en Francia. No surge localmente el pintor que oponga su obra al vac铆o ambiente: s贸lo Campos Cervera, que trabaja afuera, trae una exposici贸n a la cual cabr铆a atribuir efectos inductores, como la de Bestard m谩s tarde con sus "patios". No parece, en ning煤n momento, haber cristalizado lo que se llama "escuela" no a煤n importaci贸n colectiva de una corriente determinada. Con las alumnas de Bestard apunt贸 en un momento dado una "escuela" que no prosper贸: la aparici贸n del Grupo Arte Nuevo actu贸 como inductor a la b煤squeda personal y a una visi贸n m谩s actual de la pl谩stica.

La llegada de Bandurek, que revitaliz贸 la figura imbuyendo en ella pasi贸n y muerte, no tuvo reflejo ninguno en el paisaje. Los pintados por 茅l ac谩 no parecen haber ejercido influencia alguna.

Si mientras Alborno se dedica a sus paisajes de 谩rboles floridos, una generaci贸n nueva representada por mujeres recibe del ejemplo de Bestard y prolongan su f贸rmula. Al margen del grupo 聽se dan a conocer va llegado el medio siglo, dos pintores de generaciones previas: N煤帽ez Soler y Di Lascio que rompen la tradici贸n del paisaje realista con sus f贸rmulas ingenuas propias.

En 1950 con la venida de Joao Rossi, joven pintor brasile帽o, y la formaci贸n del Grupo Arte Nuevo se inicia el movimiento de rebeld铆a contra el estancamiento pl谩stico. Las innovaciones realmente se hacen ver m谩s en el campo de la figura. El paisaje contin煤a su camino por un tiempo sin mayor cambio en lo apuntado cerca del magisterio de Bestard. Es cierto que Olga Blinder y Edith Jim茅nez pintan paisajes cubistas, pero esta innovaci贸n es s贸lo un momento de la indispensable evoluci贸n, como lo son tambi茅n los pocos paisajes fauves de Edith aunque un resto del aliento que anim贸 el dise帽o cubista revive mucho m谩s tarde en la construcci贸n de sus paisajes m谩gicos.

El paisaje urbano cuyos, iniciadores acad茅micos tradicionalistas se encuentran desde principios del siglo (cuadros del Oratorio) adquiere nuevo car谩cter y sentido desde 1950 en los cuadros de Ignacio N煤帽ez Soler y Pedro Di Lascio; y constituye actualmente una aut茅ntica doble vertiente tem谩tica. Una, que sigue siendo figurativa, naturalista, anecd贸tica o pintoresca y desv铆a inclusive hacia lo documental, intentando, algunas veces (Herminio Gamarra, Luis Toranzos) introducir modales pict贸ricos nuevos. Y otra, la m谩s reciente, que desv铆a hacia lo evocativo y m谩gico.

Como se ve, el gr谩fico del desarrollo del paisaje ofrece pocas variaciones o contrastes hasta llegar el medio siglo. No ha conocido la franca frecuentaci贸n de los ismos: s贸lo muy aislados ensayos cubistas y fauves. Es sintom谩tica la inclinaci贸n del paisaje actual hacia lo "m谩gico" o el paisaje ..so帽ado", compuesto, en vez del paisaje natural con su realidad, ni a煤n remitida 茅sta a f贸rmulas m谩s adentradas en el siglo.

Tal vez ese paisaje evocativo sea un s铆mbolo que corrobora lo ya manifestado acerca de la desaparici贸n del paisaje paraguayo campestre. El paisaje natural que desaparece se hace fantasma y lanza su grito de presentimiento y de protesta.

III

Esta exposici贸n, que aspira a presentar un panorama del paisaje paraguayo en la pintura, se ha enfrentado, para armar su cat谩logo, a numerosos obst谩culos. Hemos aludido al principio a la ausencia de la documentaci贸n indispensable. A la total dispersi贸n o p茅rdida de la obra paisaj铆stica inicial, comenzando desde 1856 (fecha de llegada de Ravizza) sean los autores paraguayos, como Garc铆a o R铆os; o extranjeros, como el mismo Ravizza, como Masterman y como los visitantes franceses, italianos, espa帽oles de los a帽os de post-guerra.

Inclusive despu茅s, cuando aparecen hacia el final del siglo XIX algunos pintores franceses e italianos de un mayor peso espec铆fico, y pintan paisajes, seg煤n lo dan a entender datos dispersos, no se conserva ninguno de esa fecha. Si ellos existen en manos particulares, nadie lo ha se帽alado. Los primeros paisajes conservados corresponden a los a帽os primeros del siglo (s贸lo como una curiosidad citaremos los de escenas de guerras, de un pintor local, autodidacta, ingenuo, C谩ndido Silva, del cual recordamos haber visto en 1927 o 1928 un cuadro datado a fines del XIX).

Conforme pasa el tiempo, es m谩s f谩cil documentar a los pintores, pero siempre con escasez franciscana. En el Museo de Bellas Artes se conservan poqu铆simos paisajes locales; las colecciones particulares, aunque numerosas, nos son nutridas. En los 煤ltimos lustros cunde la afici贸n coleccionista, que podr铆a ser auxiliar preciso para toda empresa de estudio y necesarios a falta de Museos pero no sabemos si a la elecci贸n de las obras preceden siempre el debido criterio de valores, que es el que en 煤ltimo t茅rmino establece el valor de una colecci贸n. Y no se ocultan a nadie las dificultades que salen al paso para conseguir cooperaci贸n que funcione, se precisa: de una parte, la conciencia generalizada del significado de esas iniciativas; para la cultural general y paralelamente de un sentido lo bastante extendido de lo que se supone la solidaridad para con esas iniciativas.

Se necesita, para armar un cat谩logo, en base a todas 茅stas circunstancias, encontrar coleccionistas que posean cuadros y que est茅n dispuestos a cederlos por un plazo corto, tiempo y paciencia; y la tarea de conseguir esa colaboraci贸n en la medida debida al prestigio del artista, corre el riesgo de prolongarse hasta el desaliento. El cuadro pesimista l贸gicamente, corresponde siempre a la primera exposici贸n de este g茅nero, al no contar con los m谩s indispensables precedentes, referencias y previo acopio de datos.

Seguramente, sin embargo, el resultado vale la pena en s铆 mismo, ya que otras exposiciones semejantes encontrar铆an ya el camino m谩s f谩cil con el trabajo hecho. No se olvide sin embargo que el p煤blico tambi茅n necesita ser preparado, es decir, sensibilizado. Si este trabajo de "sensibilizaci贸n" ha de ser encarado e intentado -los promotores as铆 lo creen, y nosotros estamos convencidos de ello- conviene comenzar de inmediato, con todas las dificultades, inclusive con las deficiencias que inevitablemente la acompa帽ar谩n. As铆 han entendido los promotores y organizadores de esta exposici贸n: los miembros y responsables de la Fundaci贸n de la Candelaria.

Nos referiremos brevemente a uno de los puntos o cuestiones principales que plantea la realizaci贸n cabal de una iniciativa de este g茅nero: y ya se帽alado en algunas otras ocasiones. La dificultad de obtener en el cat谩logo lo que se llama representatividad. Algo que -no ser谩 menester recalcarlo- es algo distinto de representaci贸n.

Como es sabido la obra de un artista pasa, a lo largo de su vida, por etapas que constituyen un proceso. Este, como todo proceso, se sujeta a la ley de principio, crecimiento y culminaci贸n (y en ciertos casos, decaimiento). Ce帽irse a la contemplaci贸n parcial o cercenada de un pintor es la fatalidad del coleccionista particular, para quien la presencia (le u no o dos cuadros, acompa帽ada de su historial, es suficiente, o debe serlo.

Pero en un Museo, o en una exposici贸n que aspira a planteamientos did谩cticos o cr铆ticos, el caso es diferente.

Una exposici贸n que aspira a panor谩mica -es decir, a representativa- un cat谩logo que se propone dar una visi贸n evolutiva, s贸lo no requerir铆a el mayor n煤mero posible de cuadros de cada autor; ser铆a preciso que esas obras le representasen en las distintas etapas de su labor. No ser谩 menester insistir por obvio, en que la trayectoria de un artista se se帽ala casi siempre y en mayor o menor medida, por incursiones, desv铆os, retornos, virajes, cambios considerables. En virtud de ello, es imposible que un solo cuadro, ni a煤n dos o tres, de un artista, puedan representarlo como tal; en todo caso podr铆an representar una de esas etapas en alguno de sus niveles nunca "al pintor" cuyas presencias, al correr del tiempo, han cambiado, a la par de su propia imagen f铆sica.

Se dir谩 que la pretensi贸n de armar, dentro de esas premisas una exposici贸n panor谩mica del paisaje es muy ambiciosa: estamos de acuerdo. Ya hemos hablado de las dificultades para reunir el material preciso. Ahora bien, aun aceptando que cada pintor estuviese representado por un solo cuadro, ser铆a cuando menos indispensable que ese cuadro lo representase en su momento cumbre, por cuanto en este panorama, sean los que fueren las concesiones que a los obst谩culos inevitables de una iniciativa primigenia se haga, no podemos evadir una condici贸n ya mencionada: la de los valores.

En una exposici贸n panor谩mica personal, los contrastes de valor sirven para la estimativa conjunta de la obra. Pero en una exposici贸n de este car谩cter colectivo, podr铆a suceder que un pintor excelente estuviese representado por un cuadro no de los mejores, y aparecer, para quienes no conocen su obra conjunta, como inferior a otro que no le igual贸 nunca como artista pero que ocasional y aisladamente pudo pintar un cuadro mejor...

Este es un ejemplo de los riesgos que se corren al emprender los trabajos para llegar a cabo iniciativas de este g茅nero.

La dispersi贸n y p茅rdida de la obra de los artistas del siglo XIX han continuado su acci贸n en este siglo siguiente. No creemos errar al decir que son pocos los artistas de los cuales es posible reunir a corto plazo media docena de obras realmente representativas; si se las consigue no ser谩n casi nunca representativas de su existencia de pintor, sino de una 茅poca dada y por tanto no podr铆an darse como perfilando el dise帽o de una personalidad pintora.

Y as铆, 茅sta exposici贸n iniciada y elaborada con el mejor de los prop贸sitos y la m谩s fervorosa voluntad s贸lo se ofrece (estamos seguros de que as铆 lo entienden y forma parte de su enorme m茅rito asumir esa situaci贸n) como el primer intento de obtener una visi贸n panor谩mica de un aspecto pl谩stico cuyo perfil precisar谩 de sucesivos reacomodos y rectificaciones, hasta alcanzar si es posible -que no lo ser谩 ya en muchos casos- esa aleccionadora representatividad.

Consideramos, lo repetimos, esta exposici贸n como el necesario comienzo valorado por la noci贸n clara de las dificultades y de la responsabilidad que se ofrece a la historia de nuestras artes pl谩sticas como un p贸rtico sostenido por un prop贸sito honesto y cuyas experiencias recogidas ser谩n preciosas como base y punto de partida para otras necesarias experiencias iniciativas de este g茅nero.

Una de las sugerencias a que sirve de punto de partida esta exposici贸n es la de crear un cat谩logo o n贸mina de coleccionistas poseedores de obras de autores nacionales: cat谩logo semejante a los que existen en otros pa铆ses y que sirve de gu铆a preciosa a cuantos emprenden iniciativas de este g茅nero. Necesitamos conocer la obra superviviente de los buenos pintores locales para ensanchar correlativamente el 谩rea posible de elecci贸n de lo representativo.

Y as铆 podremos llegar a realizar en un plazo no demasiado breve una exposici贸n o exposiciones que no superar谩n ciertamente a 茅sta en lo atinado y visionario de su iniciativa, ni en el empe帽o y entusiasmo puesto en su desarrollo, ni en la suma de esfuerzos realizados para el acopio de testimonios; pero aprovechar谩n en cambio las experiencias acumuladas, los datos y los puntos abiertos a discusi贸n y estudio por su simple contemplaci贸n.

JOSEFINA PL脕

聽DATOS BIOGR脕FICOS (ENLACES INTERNOS)聽Y OBRAS聽EXPUESTAS

LAPACHO BLANCO. 41 x 33 cms.

Colecci贸n Michelagnoli - Ayala

ALBORNO, PABLO (1852-1958)

PABLO ALBORNO : Estudi贸 en la Escuela de Artes y Oficios de Montevideo. En 1903 viaja a Italia e ingresa en la Real Academia de Roma. En 1909 regresa al Paraguay y realiza, junto con Samudio y Alborno, la expresi贸n 鈥淧ensionados a Europa鈥 y poco despu茅s funda con Samudio una Academia de Bellas Artes donde funcion贸 la primera exposici贸n permanente de Arte. Realiza exposiciones individuales en 1925, en 1927 y 1957. En 1910 recibe una medalla de bronce en la exposici贸n del Centenario Argentino. Participa en exposiciones colectivas en Asunci贸n y en el exterior.

CASAMIENTO COYGU脕, 1974. 70 x 30 cms.

Colecci贸n Corna Lloret

ARCONDO, MABEL (1940-1976)

MABEL ARCONDO : Naci贸 en Asunci贸n. Curs贸 estudios de Dibujos y Pintura. Expuso en Asunci贸n desde 1964. Falleci贸 en 1976 en Asunci贸n.

PAISAJE CON RANCHO. 40 x 30 cms.

Colecci贸n Gross Brown - Abreu

BANDUREK, WOLF (1905-197鈥..)

EL POZO ABANDONADO. 45 x 55 cms.

Colecci贸n Olga Blinder

WOLF BANDUREK : Pintor polaco que llega al pa铆s en 1936, donde permanece hasta 1945. Su obra realizada en el Paraguay tiene un significado muy importante porque introduce en nuestra pintura un sentido pat茅tico y dram谩tico. Realiza exposiciones individuales en Asunci贸n en los a帽os 1939, 1941, 1943, 1944 y en Buenos Aires en 1948, 1955 y 1966.

RANCHO CON 脕RBOLES, 35 x 26 cms.

Colecci贸n Duarte Pallar茅s - Burr贸

BESTARD, JAIME (1892-1964)

CALLE SEBASTI脕N GABOTO. 35 x 47 cms.

Colecci贸n Gross Brown - Abreu

RANCHO CON 脕RBOLES. Circa 1940. 30 x 30 cms.

Colecci贸n Vierci - Casaccia

JAIME BESTARD : En 1922 viaj贸 a par铆s donde trabaj贸 en academias libres, talleres, museos y expuso en algunas ocasiones. En 1933 regresa y con Juli谩n de la Herrer铆a fund贸 el Sal贸n de Primavera del Ateneo Paraguayo. Realiza exposiciones individuales en buenos Aires en los a帽os 1938, 1941, 1945 y 1954. En 1964 se realiza una retrospectiva p贸stuma. Participa en nuestras colectivas internacionales en Par铆s (Sal贸n de los Independientes) en 1930 y 1933; en la III Bienal de San Pablo de 1955 y en la Bienal Hispanoamericana de 1955.

PAISAJE CON MUJER. 25 x 20 cms.

Colecci贸n Olga Blinder

BLINDER, OLGA (1921)

OLGA BLINDER : Naci贸 en Asunci贸n, Pintora, dibujante y grabadora. Realiza exposiciones individuales desde 1950 participando desde 1953 en muestra internacionales de arte. En 1954 participa en la organizaci贸n y fundaci贸n del Grupo 鈥淎rte Nuevo鈥, exponiendo en la 鈥淧rimera Semana de Arte Moderno Paraguayo鈥 en la calles de Asunci贸n. Dirigi贸 la Escolinha de Arte del Paraguay en la Misi贸n Cultural Brasile帽a. Actualmente dirige varios Talleres de Arte. Reside en Asunci贸n.

脕RBOLES, 58 x 45 cms.

Colecci贸n Duarte Pallar茅s - Burr贸

BRAVARD, ALICIA.

ALICIA BRAVARD : Estudi贸 pintura en el Ateneo Paraguayo, con Jaime Bestard y su primera exposici贸n individual la realiz贸聽 en el Uni贸n Club en 1953. A partir de 1963 su producci贸n art铆stica se vi贸 interrumpida por motivos de salud.

PAISAJE ABSTRACTO, 1965. 70 x 120 cms.

Colecci贸n Michael Burt

BURT, MICHAEL (1931)

LA CATEDRAL, 1985. 80 x 65 cms.

Colecci贸n Gonz谩lez Oddone - Kriskovich

MICHAEL BURT : Naci贸 en Asunci贸n, Pintor y Arquitecto. Ha realizado estudio de pintura y dibujo. Participa en exposiciones en Asunci贸n desde 1962 y desde 1965 participa en nuestra internacionales. En 1975 obtiene Medalla de Plata en el Sal贸n del Autom贸vil Club del R铆o de Janeiro. Reside en Asunci贸n.

Nace en Asunci贸n en 1931. Cursa estudios secundarios en los EE.UU. de Am茅rica. En 1955 se traslada al Brasil. Inicia curso en la escuela de Bellas Artes de R铆o de Janeiro transfiri茅ndose poco despu茅s a la Facultad de Arquitectura. Hace estudios de dibujos y pinturas en el Museo de Arte Moderno de la misma ciudad. Durante los a帽os 1958 y 1959 hace un curso especializado de Azulejer铆a y Cer谩mica. Recibe t铆tulo de arquitecto en enero de 1960. Retorna al Paraguay donde ejerce la profesi贸n, la c谩tedra universitaria, se dedica a la cer谩mica y a la pintura. Participa en exposiciones colectivas en Asunci贸n desde 1962. Hace nuestras individuales desde. 1965. Participa en eventos internacionales desde 1965.

PAISAJE CON RANCHO. 23 x 18 cms.

CECOTTO, LEONOR (1920-1981)

LEONOR CECOTTO : Naci贸 en Argentina. Pintora y Grabadora. Desde 1951 expone individualmente en Asunci贸n. Desde 1953 participa en exposiciones colectivas internacionales. Obtuvo Primer Premio de Pintura, Segundo Sal贸n de oto帽o de Asunci贸n y el Primer Premio Adquisici贸n, en el Primer Concurso de Grabado, Centro Cultural Paraguayo Americano.

ATARDECER ROSADO DEL CHACO. 47 x 33 cms.

Colecci贸n Talavera - Gustale

DA PONTE, H脡CTOR (1879-1956)

IT脕 PYT脕 PUNTA. 48 x 32 cms.

Colecci贸n Talavera - Gustale

VISTA DEL PALACIO. 39 x 49 cms.

Colecci贸n Forno - Scavone

H脡CTOR DA PONTE : Naci贸 en Italia y lleg贸 al Paraguay a fines del siglo pasado. Con Julio Mornet fund贸 una Academia de Arte en el Instituto Paraguayo y organiz贸 el ler. Sal贸n de Bellas Artes en 1899. Particip贸 en la exposici贸n realizada en 1912 por la Asociaci贸n de Artista Italianos, en Florencia, adem谩s de muchas exposiciones colectivas en Asunci贸n y algunas Individuales.

脕RBOLES COLOR MALVA, 1928. 38 x 53 cms.

Colecci贸n Duarte Pallar茅s - Burr贸

DE LA HERRER脥A, JULI脕N (1888-1937).

SEQU脥A, 1933. 41 x 31 cms.

Colecci贸n Josefina Pl谩

LA SALAMANCA, 1933. 63 x 52 cms.

Colecci贸n Josefina Pl谩

JULI脕N DE LA HERRER脥A : Naci贸 en Asunci贸n, muri贸 en Valencia, Espa帽a. Viaj贸 a Europa por sus propios medios y estudi贸 un tiempo en la Academia San Fernando de Madrid, donde realiz贸 algunas de sus mejores aguafuertes y aguatintas. Pas贸 luego a Par铆s donde permaneci贸 seis a帽os.聽 En 1912 se radica en Espa帽a y establece contacto con la cer谩mica y en adelante se dedica solamente a ella. En 1924 presenta su primera exposici贸n de cer谩mica. Vuelve al pa铆s en 1932 y permanente hasta 1934. Durante esos a帽os organiza con Alborno, Samudio, Delgado Rodas y Holdenjara la primera exposici贸n colectiva de pintores paraguayos en Buenos Aires. Con Jaime Bestard organiza el Sal贸n de primavera del Ateneo Paraguayo. Fallece en Manises (Espa帽a), en 1937. Realiza exposiciones individuales en Espa帽a y en Asunci贸n, colectivas en Par铆s, Barcelona, Valencia, Madrid, Asunci贸n, Buenos A铆res. Obtiene Medalla de Plata, Premio del Ministerio de Educaci贸n de Espa帽a (1936). En el museo Nacional de Cer谩mica (Valencia Espa帽a) tiene una vitrina especial en la sala destinadas a los grandes ceramistas contempor谩neos.

PAISAJE DE CAACUP脡, 1924. 43 x 35 cms.

Colecci贸n Gross Brown - Abreu

DELGADO RODAS, MODESTO (1886-1963).

PUERTO DE VILLETA. 37 x 27 cms.

Colecci贸n Talavera - Gustale

CHACO-脥, R脥O PARAGUAY. 45 x 33 cms.

Colecci贸n Zuccolillo - French

PIEDRAS FRENTE AL PUERTO DE VILLETA. 31 x 23 cms.

Colecci贸n Zuccolillo - French

MODESTO DELGADO RODAS : Naci贸 en Villeta y pertenece a una promoci贸n posterior, por su edad, a la de los becarios de 1903. Estudi贸聽 con profesores locales, luego fue a Europa por sus propios medios. Estudi贸 en Buenos Aires, luego en Italia y en Francia. Pint贸 preferentemente paisajes y desnudos. Realiz贸 muestras individuales en Buenos Aires en 1928, en el Gimnasio Paraguayo entre 1920 y 1934, en el Centro Cultural Paraguayo Americano en 1943, y en Washington hacia 1928 adem谩s de varias colectivas.

SIESTA DE CAACUP脡. 60 x 50 cms.

Colecci贸n Olga Blinder

DI LASCIO, PEDRO (鈥..-1978)

PEDRO DI LASCIO : Pintor. Estudi贸 con Jaime Bestard Y Joao Rossi ha expuesto desde 1956 en Asunci贸n y exposiciones internacionales. Sus Menciones y Premios importantes son: Menci贸n en el sal贸n de Primavera de Asunci贸n en 1956. Primer Premio de Pintura del Centro Cultural Paraguayo-Americano en 1964. Menci贸n en el Gran Prix de M贸naco en 1965 y Menci贸n de Honor en la IV聽 Bienal Grabado de Chile en 1970. Falleci贸 en Asunci贸n.

PARQUE CARLOS ANTONIO L脫PEZ, 1983

Colecci贸n Zulema Noceda

GAMARRA FRUTOS, HERMINIO (1912)

HERMINIO GAMARRA FRUTOS : Pertenece al grupo de pintores disc铆pulos de Bestard que contin煤a desarrollando una pintura de tendencia post-impresionista. Participa en varios Salones de Primavera y exposiciones colectivas e individuales.

FIESTA PATRONAL. 80 x 65 cms.

Colecci贸n Ballasch - Franco

GAYET, YSANNE

YSANNE GAYET : Naci贸 en Sri-Lanka en el a帽o 1948. Desde hace 15 a帽os, reside en el Paraguay y desde hace unos 10 a帽os expone una muestra individual en la Galer铆a Artesanos y Colectivas en propuestas Magister, Sepia, entre otros. Ha realizado tambi茅n 2 Muestras, en el Uruguay, uno en la galer铆a UNIKA de Ya Ya Bara帽an y otros en el Museo de Maldonado de Jorge P谩ez Vilar贸, donde simult谩neamente organiz贸 una muestra de Arte popular Paraguayo. Hace 6 a帽os (aproximadamente) fund贸 el Museo del Barro en San Lorenzo, junto con Osvaldo Salerno y Carlos Colombino. Ahora se dedica principalmente a dise帽o de ropa, utilizando elemento t铆pico (como el gallo de 脩anduti y la pintura).

PAISAJE. 1920. 32 x 22 cms.

Colecci贸n Gross Brown - Abreu

GUEVARA, ANDR脡S (1904-1963).

ANDR脡S GUEVARA : Naci贸 en Pilar. Dibujante y dise帽ador. Comienza a trabajar en 1920. Ha sido dise帽ador de peri贸dicos como CR脫NICA y CLAR脥N. Ha realizado numerosas ilustraciones de libros. Falleci贸 en Buenos Aires.

LAPACHO AMARILLO. 48 x 33 cms.

Colecci贸n Talavera - Gustale

HOLDENJARA, ROBERTO (1900)

ROBERTO HOLDEN JARA : Fue becado a Europa en 1924. Estudia brevemente en Madrid y pasa luego a Francia, en 1925 le es suspendida la beca. Va a Italia y luego a Par铆s. Regresa en marzo de 1926 y en este mismo a帽o realiza una exposici贸n en el Gimnasio Paraguayo. En 1928 realiza una exposici贸n en Posadas; en 1931 en la Casa Argentina; en 1933 participa en la exposici贸n colectiva realizada por artistas nacionales en Buenos Aires. Al terminar la guerra imprimi贸 a su forma predominante a retratos de indios. Fund贸 y dirigi贸 durante muchos a帽os la escuela de Bellas Artes, dependiente de la Universidad Nacional.

RANCHO. 53 x 40 cms.

Colecci贸n Zucolillo - French

JIM脡NEZ, EDITH.

TATAR脡 - AREGU脕, 1943

Colecci贸n Zuccolillo - French

EDITH JIM脡NEZ : Naci贸 en Asunci贸n, Grabadora y pintora. Inicia la actividad del grabado bajo la direcci贸n de Livio Abramo en 1957. Obtiene una beca del gobierno de Brasil y de 1958 a 1960 permanece realizando estudios en Escuela de Artesanado del Museo del Arte Moderno de San Pablo. Distinciones m谩s importantes: Medalla de Oro en el Primer Certamen Latinoamericano de Xilograf铆a de Buenos Aires y Menci贸n de Honor y Plaqueta en la VI y VIII Bienales de San Pablo, Menci贸n de Honor en la Bienal Latinoamericana de Grabado de Santiago de Chile. Plaqueta de Oro en el Encuentro del Grabado en la Cuenca del Plata y el Primer Internacional de la Bienal de San Pablo en 1975. Reside en Asunci贸n.

PAISAJE

Colecci贸n Michelagnoli - Ayala

MORALES, GENARO (1950).

GENARO MORALES : Naci贸 en Asunci贸n. Pintor. Trabaja desde 1920. Expone en Asunci贸n y en nuestras internacionales de arte desde 1931. Reside en Asunci贸n.

CENTRO DE ASUNCI脫N, 1981

Colecci贸n Fleitas - Portaluppi

IGNACIO N脷脩EZ SOLER

IGNACIO N脷脩EZ SOLER (1891) : Naci贸 en Asunci贸n. Trabaja desde 1920. Expone en Asunci贸n y en nuestras internacionales de arte desde 1931. Reside en Asunci贸n.

LAPACHOS EN EL PARQUE CABALLERO, 1931. 62 x 50 cms.

Colecci贸n Gross Brown - Abreu

SAMUDIO, JUAN A. (1879-1935)

VISTA DE CAACUP脡, 1924. 43 x 35 cms.

Colecci贸n Gross Brown - Abreu

CERROS DE PARAGUAR脥, 1920. 脫leo de 42 x 32 cms.

Colecci贸n Zuccolillo - French

JUAN SAMUDIO : Naci贸 en Asunci贸n. En 1903 va becado a Europa con Alborno y Colombo. Estudia en la Real Academia de dibujo y Pintura, de Roma. Expuso con Alborno聽 la Academia de Bellas Artes, en 1909. Disuelta la Academia pas贸 a dirigir las clases de dise帽o y pintura del Gimnasio Paraguayo. En 1910 recibe un Medalla de Plata en la Exposici贸n Internacional del Centenario Argentino. Particip贸 tambi茅n en exposiciones en el extranjero como la del Centenario del Brasil en R铆o de Janeiro. Fueron numerosas exposiciones individuales y colectivas.

PUERTO DEL INTERIOR. 39 x 30 cms.

Colecci贸n Talavera - Gustale

TORANZOS, LUIS (1911)

LUIS TORANZOS : Naci贸 en Asunci贸n. Particip贸 en Salones de Primavera y en 1951 presenta una exposici贸n junto con Herminio Gamarra Frutos y V铆ctor Jos茅 Soler M茅ndez que se realiza en el Centro Cultural Paraguayo Americano. En lo 煤ltimos a帽os, despu茅s de haber abandonado por mucho tiempo la pintura, vuelve a ella y presenta su obra en exposiciones individuales.

RANCHO. 39 x 29 cms.

Colecci贸n Zuccolillo - French

TORNE GAVALDA, FRANCISCO (1917).

RANCHO.

Colecci贸n Scavone Blasco


FRANCISCO TORNE GAVALDA : Nace en San Lorenzo de Hortons (Barcelona). Hizo sus estudios en la Escuela de Bellas Artes de Barcelona. Desde 1944 form贸 parte de la agrupaci贸n de Acuarelista de Catalu帽a. En 1946 realiz贸 su primera Exposici贸n individual en la Sala Caralt de Barcelona. En 1948 expuso en Madrid. En 1951 se traslada a Paraguay, donde ha venido desarrollando intensa actividad art铆stica, realizando exposiciones individuales, dando conferencias sobre arte, as铆 como la realizaci贸n de numerosas escenograf铆as. En 1957 pas贸 a radicarse en Lima (Per煤), regresando al Paraguay en 1960. Se traslad贸 luego a Espa帽a, donde reside.



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