MALULI VERA

Además de actuar y dirigir, enseño teatro.

Antes trabajé en un diario dirigir, crónicas.

También me atreví a publicar dos cuentos.

Cuando era chica escribía todos mis nombres y todos mis apellidos, porque así me enseñó mí madre: Castalia María Luisa Vera Viveros Miloslavich. Luego, pensando en un nombre artístico, decidí adoptar un seudónimo: Talía Vervilavich. Finalmente acepté llamarme simplemente Maluli, el apodo con el que siempre me nombró mí padre.

Tengo un hijo, Ernesto, que vive muy lejos con su esposa Adriana. Cuando me den nietos les contaré cuentitos, así como mí abuela lo hacía conmigo. Recuerdo que ella me contaba uno y otro y al final yo me dormía aunque ella seguía contando. Su voz era el arrorró, el arrullo de mis sueños. Al día siguiente me despertaba como sí el cuento lo hubiera vivido de verdad.

Por eso escribí este cuento, pensando en mí abuela cuentera y en todas las abuelas del mundo, para que nunca dejen de contar, aunque los nietos se duerman.

Fuente: LA NIÑA BLANCA. Cuentos de MALULI VERA. Colección de libras PARA COMERLOS. Editorial SERVILIBRO. Asunción - Paraguay 2005 (46 páginas)