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JULIO CÉSAR CHAVES (+)

  BIOGRAFÍA DE LOS PRÓCERES DE LA INDEPENDENCIA PARAGUAYA (Notas de JULIO CÉSAR CHÁVES)


BIOGRAFÍA DE LOS PRÓCERES DE LA INDEPENDENCIA PARAGUAYA (Notas de JULIO CÉSAR CHÁVES)

BIOGRAFÍA DE LOS PRÓCERES DE LA INDEPENDENCIA PARAGUAYA

Notas de JULIO CÉSAR CHÁVES

 IMPORTANTE: SE RESPETÓ LA GRAFÍA ORIGINAL DEL LIBRO

I

FULGENCIO YEGROS

 

Era miembro de una de las familias de mayor tradición en la Provincia; su abuelo había sido el capitán general y gobernador don Fulgencio de Yegros y Ledesma. Su padre era el sargento mayor José Antonio Yegros que tuvo destacada actuación militar. Fulgencio nació en el pueblo de Quiquió en la estancia familiar de Santa Bárbara en el año 1780.

Se consagró al ejército; fue en esa época uno de los pocos militares de carrera. En setiembre de 1801 siendo alférez formó parte de la expedición que el gobernador Ribera despachó al Norte para apoderarse de la fortaleza de Coímbra erigida por los portugueses en territorio español, tentativa que fracasó. De allí pasó Yegros al pequeño destacamento del fuerte de San José sobre el Apa. Este fuerte fue atacado por un destacamento de portugueses y guaicurúes el 31 de diciembre la guarnición fue pasada a cuchillo salvándose unos pocos entre los que se contaba Fulgencio Yegros, que quedó prisionero en poder de los atacantes.

Cuando las invasiones inglesas formó parte de la expedición paraguaya al Plata. El 20 de enero de 1807 intervino en la batalla del Buceo (Montevideo) en que .las tropas españolas fue ron derrotadas por las inglesas y el contingente paraguayo sufrió un rudo castigo; Fulgencio resultó herido. Con su hermano Antonio Thomás, Fernando de la Mora y Juan Francisco Recalde pasó a Buenos Aires interviniendo en julio en la acción de la defensa.

De nuevo en la Provincia siguió su carrera militar; en 1810 era capitán.

En setiembre de ese año fue enviado por el gobernador a vigilar la frontera del Paraná en el sector de Paso de Patria con al 4º escuadrón del regimiento Número 1 que tenía su 67 asiento en Pilar. Allí le tocó apresar al comisionado de Belgrano, teniente Ignacio Warnes.

Combatió en Paraguay, siendo ascendido después de esta acción a teniente coronel. En la batalla de Tacuarí actuó con la columna operativa de Gamarra y se destacó por su valor. Después de este combate fue de los jefes que trataron con el general Belgrano y fijaron con él las bases bajo las cuales el Paraguay se iba a unir a la causa de la independencia.

Pasaba por ardiente realista y fue el único de los altos jefes criollos que tuvo alta posición tras la desmovilización Velasco lo nombró gobernador de las Misiones. Desde ese cargo, como, hemos visto, preparó la revolución cuyo jefe indiscutido era. El 17 de mayo de acuerdo con el plan general revolucionario se sublevó en Itapúa apresando a todos los europeos. Se aprestaba a marchar con sus tropas sobre Asunción cuando el día 19 recibió el parte de Cavallero con la información del golpe del 14. Partió inmediatamente con destino a la capital a la que llegó el 21 batiendo todos los récords. Fue recibido por una imponente manifestación que le acompañó hasta el centro de la ciudad en la Catedral se rezó un tedeum.

Cuenta el teniente Abreu que Yegros era acatado por los oficiales como su jefe y nada resolvían los del gobierno sin su intervención.

El Congreso del 17 de junio lo eligió presidente de la Primera Junta. El Congreso de octubre de 1813 lo hizo cónsul de la República. Finalizado su periodo consular se retiró de la vida pública y se refugió en su estancia de Santa Bárbara. Allí se consagró a las tareas del campo y a su lugar. Estaba casado con doña Facunda Speratti y tuvo cuatro hijos.

Desde 1814 a 1820 Yegros vivió en su estancia bajando sólo en muy contadas ocasiones a la capital. En el campo gozaba de gran prestigio para ,su carrera en el ejército, su actuación en el gobierno y sus condiciones personales. Gustaba de asistir a las fiestas populares y codearse con el pueblo. Era un gran señor en la más amplia acepción del vocablo.

Sabemos que a comienzos de 1820 se agitó su situación política y aumentó la resistencia a la dictadura. En enero de ese año el Dictador que tenía su prestigio en la campaña lo hizo llamar y le pidió quedase en la Capital hasta nuevo aviso.

Yegros se vio envuelto en la conspiración que debía estallar en la semana santa de ese año. Según Wisner (29) los conspiradores habían resuelto que asesinado el Dictador, él se haría cargo del gobierno. Como se sabe la conjuración fue descubierta en la noche del martes santo.

Fue uno de los primeros detenidos. Permaneció preso durante más de un año. Fue fusilado el 17 de julio de 1821 al pie del naranjo situado frente a la casa de los gobernadores. Se afirma que durante la ejecución de su antiguo compañero de gobierno, el Dr. Francia paseó impasible por los corredores; en un ejemplar de Historia romana del padre Juan de Haller, escribió de su puño y letra: l7-VII-21 PAX-FRANCIA.

El proceso sustanciado a los conspiradores ha desaparecido. La historia carece de los elementos indispensables para emitir su juicio sobre la veracidad de la conjuración y la culpabilidad de Ion implicados. Tampoco puede decir su palabra sobre la justicia aplicada y sí sólo lamentar el sacrificio de medio centenar de personas que constituían una gran esperanza nacional.

Víctima de un destino injusto cayó sacrificado Fulgencio Yegros. El defendió a la patria espada en mano frente a portugueses ingleses y porteños; dirigió la revolución del 14 y 15 de Mayo; fue presidente de la Primera Junta y Cónsul de la República. Sirvió a la patria con honradez y capacidad y dio a sus conciudadanos paz, libertad y justicia Por todo ello con el correr del tiempo su figura se va y se irá agigantando.

(29) Francisco Wisner, El Dictador del Paraguay Doctor José Gaspar. de Francia.



II

JOSÉ GASPAR RODRÍGUEZ DE FRANCIA

 

José Gaspar de Francia nació en Asunción, en 1766. Sus padres fueron el capitán García Rodríguez de Francia y doña María Josefa Fabiana Velasco y Yegros. Últimas investigaciones han comprobado el origen brasileño de su progenitor; éste pertenecía a una gran familia de Minas Geraes y vino al Paraguay con Gomes Freire de Andrada en 1757.

Fue contratado en el ejército provincial y desde entonces se radicó aquí.

A fines de 1780 contando 14 años de edad fue enviado a seguir sus estudios en la célebre Universidad de Córdoba en la que enseñaba su tío Fray Fernando Cavallero: Ingresó en ella el 18 de julio de 1781. Cuatro años más tarde abril de 1785 recibió su grado de doctor en sagrada teología.

A mediados de ese año regresó a Asunción. En 1789 fue nombrado profesor de vísperas de teología en el Real Colegio Seminario de San Carlos, cátedra que ejerció durante poco tiempo y de la, cual se retiró par un choque con el rector Casajús. Actuó después como abogado ganando en la profesión prestigio por su talento y honradez. Alrededor de 1790 rompió con su padre y cambió de sistema de vida. En el decenio 1790-1800 la llevó muy alegre y disipada concurriendo a bailes de arrabal y casas de juego. A fines del siglo estuvo gravemente enfermo y entonces se retiró a su quinta de Ibirai. Allí se concentró en la meditación y el estudio y formó su biblioteca una de las mejores de la Provincia.

En 1804 existía un gran descontento en el país por los excesos del gobernador Lázaro de Ribera y su lugarteniente él coronel José de Espínola. Los vecinos quisieron sublevarse pero siguiendo el consejo del Dr. Francia resolvieron mandar un memorial reservado al Virrey Avilés, documento que él redactó.

El 1° de enero de 1808 fue elegido alcalde de primer voto en el cabildo asunceno. En agosto de 1809 fue elegido por el cabildo para integrar la terna del cual se nombraría el diputado del Virreinato a la Junta Suprema Central Gubernativa instalada en España.

En el informe que el cabildo elevó con ese motivo al Virrey se lee:

Persona de conocido talento y de una instrucción bastante general al paso de ser un carácter pacífico, prudente y moderado, y de bien acreditada honradez, e integridad, y de arreglada conducta... Ha tenido particular aplicación al estudio del Derecho, en cuyas materias se ha manifestado a satisfacción del público y de los Magistrados de suficiente capacidad y extensión de conocimiento en los varios encargos del Foro, que se les han confiado, como han sido los de Defensor de Capellanías, y Obras Pías, y de Promotor Fiscal de Real Hacienda, así como en las causas de pobres que se les han encomendado, conduciéndose siempre con honor y gratitud. Por su reputación y buen nombre fue electo el año mil ochocientos ocho Alcalde Ordinario del primer Voto de esta ciudad, cuyo cargo desempeñó cumplidamente, así como el de diputado interino del Real Consulado. . . y finalmente en el presente que corre fue electo Síndico Procurador General… Este es el sujeto que la suerte, y la plena voluntad de este Ayuntamiento destinan, y ofrecen a V. E. por diputado de esa Provincia como un Patricio cabalmente idóneo, y al mismo tiempo celoso, e instruido de los intereses de ella, y de cuanto conduce a un destino de tanto honor e interesante".

Según el Dr. Somellera en el congreso del 24 de julio de 1810, Francia opinó que el poder español había caducado en América (30). En marzo del año siguiente se sabe que criticó vivamente el armisticio firmado por Cavañas con Belgrano.

No está todavía aclarada del todo su actuación en el movimiento del 14 y 15 de Mayo. Según la opinión de Molas, Cavallero pidió sus consejos y el plan a seguirse. Triunfante el movimiento, fue designado juntamente con el capitán Zevallos uno de los diputados adjuntos o "socios" que tenían que actuar al lado de Velasco. Apareció así en el primer plano de la escena En seguida redactó los primeros documentos revolucionarios entre los que se cuenta el bando del 17 de mayo.

El congreso del 17 de junio lo eligió vocal de la Primera Junta. En tal carácter redactó la célebre nota del 20 de Julio en que se lanzó la idea de la confederación.

Molesto con los militares se retiró del gobierno en los primeros días de agosto de 1811 pero volvió un mes más tarde al anunciarse la venida de la misión Belgrano y Echevarría, con actos plenipotenciarios negoció el tratado del 12 de Octubre.

El 15 de diciembre volvió a retirarse quedando fuera de la Junta cerca de un año; reincorporóse en noviembre de 1812. Su prestigio como político y estadista se iba fortaleciendo

El congreso de octubre de 1813 lo eligió con Fulgencio Yegros Cónsul de la República y le confirió los grados y honores de brigadier de ejército.

El congreso de octubre da 1814 lo eligió dictador temporal por un periodo de cuatro años. Otra asamblea reunida en mayo de 1816 lo hizo dictador perpetuo.

En la primera época de su, gobierno personal organizó la administración pública, reformó las finanzas del Estado y creó un fuerte ejército. En el orden internacional mantuvo muy débiles relaciones con el Plata negándose a enviar diputados al Congreso de Tucumán.

Después de la conjuración de 1820 todo el panorama se ensombreció y sintióse el paso dictatorial. Las actividades ciudadanas quedaron sofocadas: se suprimió el cabildo y se cerró el Real Colegio Seminario de San Carlos. Comenzó asimismo el total aislamiento del país; ya no hubo comercio relación diplomática, correspondencia, ni vinculación alguna con el exterior El Paraguay perdió sus mercados de yerba mate en el Plata, Chile, Perú, Bolivia y el Ecuador, mercados que nunca recuperaría. La flota naviera se pudrió en los puertos de Asunción y Pilar.

En el orden cultural los paraguayos por falta de institutos de enseñanza, de libros, revistas e imposibilitados de viajar no pudieron ya aprender ni enseñar. Varias generaciones se formaron a oscuras.

En el orden internacional el Supremo defendió celosamente la independencia patria de muchas acechanzas y peligros. Recibió en 1826 a un enviado del Brasil, Correa da Cámara, y permitió que se comerciase con los brasileños o "portugueses", como él los llamaba por el puerto de Itapúa

Su gobierno fue completamente personal No tuvo ministros ni generales. Atendía y despachaba en persona todos los asuntos aún los más nimios. En la administración implantó una honradez a toda prueba y en general impuso una justicia estricta, controlando severamente a los funcionarios y delegados de campaña.

Su base política la constituyó el campesinado al que halagó en toda forma. En cambio, a las clases superiores castigó con multas y confiscaciones, a tal punto que a su muerte no quedaba en el país una sola fortuna.

La larga dictadura se prolongó durante un cuarto de siglo. A comienzos de setiembre de 1840 el Dr. Francia enfermó gravemente siendo atendido por su médico Juan Vicente Estigarribia. Murió a mediodía del 20 de setiembre sin dejar sucesor. El pueblo sintió su desaparición y sus exequias fueron imponentes. Se lo enterró en la iglesia da la Encarnación. En el mármol del mausoleo grabóse este epitafio:

POR MANDATO

DE LA

EXMA. SUPREMA JUNTA GUBERNATIVA

Hoy 20 de setiembre de 1840.

Aquí yace el Dictador

Para Memoria y Constancia

De la Patria Vigilante Defensor

Doctor Don José Gaspar de Francia.

A los pocos años sus restos desaparecieron misteriosamente.

Francia no se casó nunca. Dejó dos hijas naturales: Ubalda García y María Roque Cañete. A éstas y a "sus soldados" legó sus escasos bienes por disposición verbal


(30)Sin embargo, el Dr. Francia no figura entre los firmantes del acta del congreso. Quizá haya manifestado esa opinión en los corredores o quizá se haya retirado antes del final de la reunión, no firmando por eso el acta.


III

PEDRO JUAN CAVALLERO

 

Nació en Tobatí en 1786. Hizo sus estudios en el Real Colegio Seminario de San Carlos. A1 frente de los urbanos (31) de su pueblo natal marchó a la concentración de Barrero Grande y luego a Yaguarón. Actuó brillantemente can su padre el comandante Luis Cavallero y sus hermanos en las batallas de Paraguarí y Tacuarí. Sabemos que su padre murió a consecuencia de los trabajos y penalidades que pasó en la campaña.

Desmovilizado, retornó a la capital donde inició los trabajos subversivos. Era asiduo concurrente a las reuniones que se llevaban a cabo en lo de Recalde. A él le tocó decidir la realización, del golpe en la noche del 14 de mayo sin esperar la llegada de las tropas del Sur acaudilladas par Fulgencio Yegros y Cavañas. Encabezó y dirigió el golpe ocupando con sus compañeros los cuarteles en la noche del 14.

Pedro Juan firma todas las notas que los revolucionarios dirigen a Velasco desde el cuartel. Su jefatura en los acontecimientos que se desarrollan en la órbita asuncena es indiscutible. Pero no hay que olvidar que él toma las determinaciones en forma provisoria hasta que llegue a la capital el jefe de la revolución, Fulgencio Yegros.

Su ideología libertaria era firme y madurada. El informe del teniente José de Abreu contiene cierta curiosa referencia que trasunta el criterio del joven soldado y enjuicia su firme actitud de la hora. Refiere el comisionado portugués que, habiendo requerido a Cavallero los motivos que demoraban su partida de Asunción, éste le respondió que esperaba la llegada de Fulgencio Yegros y que, entre tanto, "pidiera toda cuanto necesitaba; pero que no era conveniente que saliera de la ciudad antes de la llegada de los nombrados oficiales de la plana mayor -Yegros y Cavañas-. En esa ocasión le dijo aquel capitán que, teniendo cuatro hermanos oficiales empleados en el real servicio y habiendo ido su madre viuda a pedir al gobernador Velasco uno de esos hijos para darle compañía, no se le concedió; y que al exponer el capitán, al mismo Velasco, que su padre Luis Cavallero que había hecho la gran picada y el puente del Tacuarí por los que atacaron y vencieron a los de Buenos Aires, murió repentinamente en aquel trabajo, quedando empeñado, para lo cual solicitaba se le permitiera embarcar una partida de tabaco y yerba mate para Montevideo, pagando los fletes correspondientes, no se le admitió esa pretensión, y sólo los europeos embarcaron sus efectos, quedando excluidos de este recurso los paraguayos, y que por estas y otras razones los de Buenos Aires procuraban su 'libertad".

En los meses finales de 1811 actuó siempre en un plano principal. En el congreso del 17 de junio fue elegido vocal de la Primera Junta; a1 mismo tiempo desempeñó el mando de la guarnición de la plaza.

Casó a fines de 1811 con doña Juana Mayor Viana.

Si es brillante y gloriosa la actitud de Pedro Juan Cavallero en la revolución de mayo, no lo es menos la acción del prócer en la Primera Junta de Gobierno, que integró después. El programa de ese organismo en su corta labor gubernativa honra al Paraguay y como reflexiona Domínguez si se hubiera prolongado lo hubiese colocado a la cabeza de las naciones más progresistas de la América emancipada. "Mientras formó parte del gobierno -dice Sánchez Quell- se proclamó la libre navegación, se protegió la primera empresa de navegación a vapor, se fomentó la enseñanza y cultura general del pueblo, se gestionó la independencia judicial, se organizó la expedición al Chaco para retomar Borbón de los portugueses. Y fue, por qué no decirlo, el único que tuvo un gesto de altivez cuando el dictador envió a la cárcel a los autores de nuestra liberación".

Cavallero presidió el congreso de octubre de 1813. Hubo en esa asamblea muchos partidarios: de que continuase en el gobierno pero al fin prevaleció la fórmula del consulado Yegros-Francia. Se opuso después al avance arrollador de la personalidad del futuro dictador y trató en toda forma de evitar el establecimiento del gobierno personal y autoritario Chaves escribe en El Supremo Dictador:

"No obstante, surgieron hombres dispuestos a cruzarse en el camino de las ambiciones del Dr. Francia. Veían clara la meta que buscaba el hábil político. Nació la idea de enfrentarlo de una vez, de abatirlo para siempre, cuando era posible hacerlo todavía. Son dos caudillos ilustres los que inician la resistencia, Juan Manuel Gamarra, héroe de Tacuarí y Pedro Juan Cavallero, adalid de la revolución del 14 de mayo. Se acercaron sin duda, a Yegros, para prevenirle del peligro e invitarle a una acción decisiva. Pero Fulgencio Yegros tenía un alma generosa y noble, carecía de toda ambición y estaba cansado de la función gubernativa; sólo quería dejarla de una vez para siempre y retornar a su estancia de Quiquió a vivir la vida pura de la campaña paraguaya, lejos de la miseria y de las maniobras de la política.

"Gamarra y Cavallero prosiguen sin duda sus trabajos subversivos. Francia se entera de sus intenciones y pide a su colega la adopción de medidas contra ellos. Yegros se resiste al principio; pero al fin cede por amor a la paz y a la tranquilidad de la República: "Consiguientemente a la acordada por este Supremo Gobierno en 7 de corriente: el Escribano de la Gobernación Gral. Don Jacinto Ruiz intimará a don Juan Gamarra, a Don José Teodoro Fernández, y a don Pedro Juan Cavallero, que dentro de tres, días perentorios se retiren y, salgan los dos primeros a sus residencias en Villa Concepción, y el tercero a su estancia en la Cordillera sin poder volver a esta ciudad no siendo con licencia expresa de este gobierno bajo apercibimiento de que en caso de cualquier contravención a esta superior determinación se tomaran las providencias correspondientes."

¿Qué tormenta se preparaba en el horizonte como para justificar esta medida excepcional? ¿Qué motivo tan fundamental habría movido a Yegros a suscribir esa orden dirigida contra su ex-colega, compañero de muchos años e íntimo amigo?

Cuando el antiguo escribano de gobierno don Jacinto Ruiz marcha a notificar la orden, ya Gamarra se ha ausentada a Villa de la Concepción y Cavallero a su estancia de la Cordillera Ynmediatamente pasé a la Chacra de Ybyray a efecto de hacer saber el expresado Superior Auto a Don Pedro Juan Cavallero, y se me dio noticias por su Madre Política Doña Susana Viana haberse ido en aquel mismo día a su Estancia de la Cordillera; lo que pongo por diligencia para que conste. Ruiz. Nota: Que no se ha hecho saber a Don Juan Manuel Gamarra el Superior auto de la vuelta par haberse ausentado a su vecindario o de Villa Real lo que también anotó para Que conste. Ruiz".

De 1814 a 1820 ''Pedro Juan vivió retirado en su establecimiento de campo de la Cordillera. En abril de 1820 fue complicado en la supuesta conspiración contra el Dictador; traído a la capital fue encarcelado y torturado. Según una versión de Wisner, producido el derrocamiento del Dictador, Cavallero debía asumir el comando de las tropas.

Condenado a 'la pena de muerte se suicidó el 13 de julio de 1821 dejando escritas estas líneas en 'la pared de su celda: "Yo bien sé que el suicidio es contrario a las leyes de Dios y de la patria, pero la sed de sangre del tirano de mi patria no se ha de aplacar con la mía".

Así terminó la vida rutilante de aquel gran patriota cuyo recuerdo será siempre un foco de inextinguible luz para las nuevas generaciones. Con justicia Ignacio A. Pane lo calificó como el héroe completo, diciendo que fue "el héroe de la patria independencia - el manir de las patrias libertades".

(31) Los urbanos eran una especie de reservistas movilizadas en caso de necesidad.


IV

MARIANO ANTONIO MOLAS


Esta figura con limpios perfiles de pureza cívica encarnó una de las personalidades más vigorosas de la era emancipadora. Había nacido en Asunción el 5 de setiembre de 1780 y fueron sus padres Pedro José Molas y María Úrsula de la Costa. Mariano Antonio Molas realizó sus primeros estudios en el Real Seminario de San Carlos, en su ciudad natal, Y en Buenos Aires, a donde se trasladó muy joven. Luego de seguir sus cursos de derecho, practicó su profesión de legista como pasante en el bufete jurídico del doctor Juan José Castelli, a cuyo lado completó su formación intelectual.

Regresó a la Asunción en vísperas de los sucesos de mayo y contrajo pronto matrimonio con una dama criolla de la familia Montiel. Vinculado desde un principio a los jefes de la revolución libertadora, cúpole desempeñar en ella destacada actuación. Era hombre de firmes ideas liberales y constituyose en vocero de los patriotas, en el histórico congreso del 17 de junio de 1811. A su gestión debiose la eliminación definitiva del gobernador Velasco del gobierno revolucionario y la constitución de la Primera Junta con Pedro Juan Cavallero, José Gaspar de Francia, el presbítero Francisco Xavier Bogarín y don Fernando de la Mora, bajo la presidencia de Fulgencio Yegros.

Amigo personal del doctor Francia, Molas actuó a su lado desde 1811 hasta 1816. En el Congreso de 1813, apoyó su candidatura para el consulado y, posteriormente, su dictadura temporal. Pero más tarde, en 1816, opúsose decididamente a la dictadura perpetua calificándola de "monarquía con máscara republicana". Tal actitud provocó la ruptura con su antiguo correligionario y atrajo sobre el su peligrosa enemistad.

Retirado desde entonces a la vida privada y al ejercicio de su profesión, intervino con valor y entereza en pleitos y procesos que podían costarle la vida. Patrocinó con fortuna a los señores Berges y Flota acaudalados comerciantes españoles encarcelados por Francia. Pero, en 1828, se hizo cargo de la defensa del joven Urdapilleta, procesado por homicidio casual, y Francia aprovechó la coyuntura para imputar al legista falseamiento de pruebas y apresarle con ese pretexto.

Molas permaneció en prisión doce largos años; pero sobrevivió al dictador y pudo así recuperar su libertad el año 1840. Quebrantado de salud por su largo martirio, retirose a vivir a, Pilar de Ñeembucú (32) hasta la hora de su muerte acaecida cuatro años más tarde

Había aprovechado la sombría soledad de la cárcel para trabajar en algunas traducciones del francés y para componer, en los años 1838 y 1839, su Descripción histórica de la antigua provincia del Paraguay. Es ésta una obra de genuino valor documental por los copiosos datos extraídos del informe del gobernador Alós y de los trabajos de Azara, además de la particular información del autor sobre acontecimientos más recientes.

Su original se conserva en el Archivo del Instituto Histórico y Geográfico del Brasil. Luciano Recalde obtuvo una copia que remitió al doctor Ángel Justiniano Carranza. Este historiador argentino hizo publicar la obra, por primera vez, el año 1865 en la Revista de Buenos Aires, dirigida por Vicente C. Quesada y Miguel Navarro Viola, editándola también en libro, el año 1868, juntamente con El clamor de un paraguayo falsamente atribuido al mismo autor.

(32)  Otra versión sostiene que murió en Caapucú.



V

VICENTE IGNACIO ITURBE

 

En el movimiento del 14 y 15 de Mayo cumplido en nuestra capital al lado de Cavallero se destaca brillantemente Vicente Ignacio Iturbe .Este había nacido en San Pedro de Icuamandiyú en 1786. Su infancia transcurrió en su pago natal hasta su venida a la Capital, donde según Velilla, fue alumno del Real Colegio Seminario de San Carlos. Al producirse la invasión del ejército porteño vino a1 frente de los urbanos de su pueblo En las acciones de Paraguarí y Tacuarí actuó como ayudante del Cnel. Cavañas, jefe del segundo regimiento. En la acción de Tacuarí según relata el jefe porteño Manuel Correa " cargó con gallardía. . . "

Finalizada la campaña fue desmovilizado en las Misiones y retornó a Asunción actuando desde ese momento en plano principal junto a Cavallero.

En los días de abril de 1811, según cuenta el citado Correa, se destacó por su comportamiento humanitario con los prisioneros porteños tratando en toda forma de mejorar su triste suerte.

Breves días antes del pronunciamiento, su discreción contribuyó a asegurar el éxito del golpe, cuando, sondeado por el mendocino Juan de la Cruz Sargas sobre los rumores de revuelta, negó hábilmente todo conocimiento del asumo.

En realidad, antes que al movimiento libertario concertado con el apoyo de las fuerzas que Yegros y Cavañas traerían a la capital, esos rumores se referían a la conspiración de Manuel Domeque, Marcelino Rodríguez y Manuel Hidalgo para liberar a los prisioneros de Tacuarí, hacinados en un buque a la espera de ser enviados a Montevideo. Pero desde su regreso a la Asunción, el 3 de abril, con el capitán Cavallero, el joven alférez Iturbe ya se hallaba complotado para intentar el movimiento emancipador, al igual que su hermano menor Juan Manuel, de actuación menos señalada. Su plan, como es sabido, era distinto que el realizado después, cuando Pedro Juan Cavallero y sus amigos decidieron anticiparlo sin la colaboración de Yegros y Cavañas por temor a que abortara y por el deseo de entorpecer la gestión del portugués Abreu. Fue precisamente é1 quien conversando con el síndico procurador Juan Antonio Fernández en la mañana del 14 de mayo se enteró de que el gobierno conocía el proyecto revolucionario y sabía lo que se tramaba y el objeto de las reuniones que se realizaban en la casa de Juan Francisco Recalde. Transmitió la novedad inmediatamente a Cavallero y por ellos decidióse dar el golpe la misma noche del 14 de mayo con las escasas fuerzas del cuartel de la Ribera, sin esperar las tropas de Yegros y Cavañas.

Producido el pronunciamiento en la forma conocida, fue también el alférez Vicente Ignacio Iturbe quien, acompañado de su hermano Juan Manuel, llevó a la casa de gobierno las sucesivas intimaciones de Cavallero al gobernador Velasco. El informe del teniente de dragones José de Abreu, rendido a su superior don Diego de Souza por intermedio de Chagas Santos, relata en detalle el cumplimiento de esa comisión por el joven oficial revolucionario transcribiendo las expresiones verbales que entonces formulara y que trasuntan su particular juicio de aquellos sucesos. Mientras esperaba la respuesta del gobernador, el alférez Iturbe dijo entonces, "asaz enfadado, que no se necesitaba incomodar a portugueses, pues no carecían de socorros; que los europeos habían quedado en la ciudad sin ayudar con su dinero al pago de las tropas milicianas ocupadas en la defensa de las fronteras, diciendo que no tenían dinero, siendo la verdad que el día del ataque a Paraguarí, como un traidor hiciera correr la noticia de que habían triunfado los de Buenos Aires, muy luego embarcaron los mismos europeos 35.000 pesos fuertes, a fin de ponerlos a salvo en Montevideo; que después de haber los paraguayos repelido y ahuyentado de su provincia a los de Buenos Aires, los puestos públicos fueron otorgados solamente a los europeos, y aun a los que se quedaron en la ciudad, no siendo contemplados para nada las paraguayos, tratándoselos con desprecio y peor que antes; por último, que trataban de desarmarlos a fin de quedar sólo armados los europeos".

Replicó a esto el ayudante de órdenes don José Teodoro, diciendo que, antes bien, se trataba de armar un mayor número de paraguayos; que, en cuanto al dinero, bien se sabía que él, ayudante de órdenes estaba comisionado para ir a Matto Grosso a recibir el dinero que el capitán general de Cuyabá había ofrecido. Le contestó el alférez Iturbe que él, José Teodoro, tendría buen interés en aquella comisión, como que, además de la soldada, le daban bastante dinero para los gastos de viaje, así como dieron 600 pesos a don Carlos Genovés que condujo los prisioneros a Montevideo y que a él, Iturbe, y a los demás paraguayos no se les daban semejantes comisiones a no ser para trabajar y arriesgar sus vidas sin que nada se les pagara, tratándolos con desprecio; que no hallaban para gobernar y a quien darlo todo sino a los europeos; y, por último, que habría de decir la verdad aunque lo matasen... ."

Después del 15 de mayo, fue nombrado jefe de plaza hasta su reemplazo por Antonio Thomas Yegros, luego de la constitución de la Junta de Gobierno. Pasó a formar parte más tarde de la primera compañía de infantería de tropas acuarteladas que mandaba el citado Antonio Thomás. Con su unidad marchó en julio a Angostura y allí permaneció un mes.

A mediados de 1812, se trasladó a su pueblo natal de San Pedro de Icuamandiyú actuando allí como delegado del gobierno.

Elegido el Dr. Francia dictador temporal en 1814, en una larga nota presentó su renuncia como delegado en San Pedro de Icuamandiyú, alegando que era objeto de persecuciones injustas. Esto no es de extrañar sabiendo que era enemigo personal del Dictador. Había una vieja enemistad entre su padre político; don Narciso de Echagüe y el Dr. Francia.  Se cree que fue Iturbe quien se opuso a la designación de éste para el gobierno en la conferencia realizada en el cuartel el 16 de mayo de 1811. Debemos agregar también que su hermano Juan Manuel se negó en 1813 a prestar juramento de fidelidad cuando el Dr. Francia fue elegido cónsul juntamente con Fulgencio Yegros.

Fue firme siempre la oposición de Vicente Ignacio a la dictadura y ha quedado la tradición de que fue él, el primero que circuló un pasquín contra ella.

Esta conducta sin dobleces ni transacciones pinta por entero la ideología libertaria que alentaba en el prócer. Francia no podía olvidar esa franca oposición a su política autoritaria y, así, Vicente Ignacio Iturbe fue de las primeros acusados -con razón o sin ella- de complicación en la conspiración de 1820, siendo apresado de inmediato.

Permaneció quince años en la cárcel. Fue fusilado el 27 de mayo de 1837 juntamente con su padre político don Narciso de Echagüe, Juan José Machaín y él Dr. Juan Manuel de Grance. El dictador mandó decir a su viuda doña Bernarda de Echagüe que hiciese llevar su cadáver. "Son actos dice Chaves en la tercera edición de El Supremo Dictador injustificables y merecen viva condenación y eterno repudio".

Finalizó la vida de Vicente Ignacio Iturbe, prócer de la independencia, ardiente patriota y una de las figuras más gallardas de la historia nacional.


VI

FERNANDO DE LA MORA

Nacido en Tapuá en el año 1785, hijo de Fernando de la Mora y Ana Casal; hizo sus estudios en el Colegio San Carlos de Buenos Aires y en la Universidad de Córdoba. Sábese que actuó en la defensa de la capital del Virreinato del Río de la Plata contra las invasiones inglesas de 1806 y 1807. La historia no ha recogido la fecha de su regreso a la capital paraguaya, pero ya se encontraba en ella algún tiempo antes de la revolución emancipadora porque su nombre figura entre los regidores del Cabildo asunceno, a fines del año 1810.

Cuando se formó la primera Junta de Gobierno, presidida por Fulgencio Yegros, don Fernando de la Mora fue elegido vocal secretario. Contra él dirigió Francia su inicial acción eliminatoria, quizá porque la presencia de otro hombre de derecho en la junta evitaba que el futuro dictador fuera considerado de todo punto indispensable en ese gobierno colegiado. Debe admitirse también la hipótesis de que Fernando de la Mora se mostrase partidario de la idea de confederación, debido a sus múltiples vínculos con Buenos Aires; pero ningún documento conocido lo comprueba y nunca fue acusado por Francia de sustentar esa ideología.

En 1811, pocos meses después de constituida la Junta, Mora fue comisionado por el gobierno del cual formaba parte a una expedición de castigo contra los mbayaes y no puede menos que llamar la atención que precisamente el miembro civil, a cuyo cargo estaba la función burocrática de la Junta, fuese el elegido para tal cometido. A comienzos del mes de noviembre de 1812, lo destacaron nuevamente a la Villa Real de Concepción para organizar allí la recuperación del fuerte de Borbón, que los portugueses habían ocupado sorpresivamente. En aquella oportunidad, el vocal debía presidir también el  primer Cabildo concepcionero, creado por decreto de la Junta con fecha 12 de noviembre de 1812. Antes de su partida renunció a favor del ejército el sobresueldo que le correspondía como vocal-general en jefe de la expedición al Norte.

Cuando Mora llegó a la Villa Real de Concepción ya no eran necesarios los aprestos bélicos para cumplimiento de la comisión guerrera que llevaba, pues los vecinos de la población del norte habían desalojado a los portugueses del fuerte con sus solos medios; pero don Fernando de la Mora se demoró en la ciudad para las ceremonias inaugurales del flamante municipio y partió luego al pueblo de Belén y al paso del Ypané, donde estaban establecidos los indios guanaes.

Durante su ausencia de Asunción, el doctor Francia reintegróse a la Junta, luego de su segundo retiro, para enfrentar a la misión Herrera. Inmediatamente de reintegrado, maniobró para la eliminación del vocal ausente, acusándolo de llevar vida indigna del alto cargo que investía, y del extravío del documento que registraba, por separado, el artículo adicional del Tratado del 12 de octubre de 1811, con Buenos Aires. Tal disposición, mantenida en secreto, acordaba que la Junta de Buenos Aires sólo podría imponer un moderado impuesto, "de un real y medio por tercio de yerba mate y otro real y medio por arroba de tabaco, y no más, hasta tanto que en el Congreso General de las provincias, sin perjuicio de los derechos del Paraguay, se arregle la imposición que por razón de dicha entrada debe pertenecer en lo sucesivo". Pero el gobierno porteño, desconociendo la cláusula secreta del tratado, acababa de imponer al tabaco paraguayo un impuesto de tres pesos por arroba; y la Junta, abocada a la tarea de formular la correspondiente protesta, no encontraba el documento que debía sustentarla.

Regresó enfermo y, por imposición de Francia, fue suspendido en el ejercicio de su cargo. El sancionado empleaba como amanuense y secretario a su compadre el procurador judicial don Gregorio de la Cerda, un cordobés llevado a la Asunción como secretario y criado del doctor Pedro Vicente Cañete. Tal circunstancia, que ocasionó más tarde la expulsión del país de Gregorio de la Cerda con toda su familia, atentaba la sospecha de que el documento fuera sustraído por descuido de Mora y remitido a Buenos Aires.

El acta original del artículo adicional apareció más tarde; pero su recuperación no salvó ya al vocal que Francia deseaba eliminar. En comunicación del 21 de agosto de 1813, la Junta significaba que el suspenso "don Fernando de la Mora ha procedido bajo un concepto equivocado; pues, aunque la pérdida del Tratado secreto fue una circunstancia que también se tuvo presente, no ha sido la causa única y principal de la disposición verbal que se tomó de común acuerdo". Se le mantuvo suspenso hasta que, por acuerdo tomado el 18 de setiembre de 1813, la Junta de Gobierno lo expulsó de su seno.

Desde ese momento el distinguido hombre de letras que ocupara señera posición en los acontecimientos de mayo, y fuera cerebro de la Junta durante los dos retiros temporales del doctor Francia, desapareció del escenario político.

Implicado más tarde en la conspiración, del año 1820, fue encarcelado con sus antiguos camaradas revolucionarios. Su suerte final no está comprobada. Algunos historiadores sostienen que falleció en Asunción en 1835, dos años después de alcanzar la libertad. Pero Manuel Gondra, que poseía documentación inédita referente a Fernando de la Mora, afirmaba que éste murió en su prisión del año señalado  (El inteligente y serio investigador José W. Colnago confirma que Mora murió en 1835 en la cárcel, agregando que se lo encontró muerto en su celda).


VII

ANTONIO THOMAS YEGROS

Hermano de Fulgencio, Antonio  Thomas nació en Quiquió en 1783. Combatió contra los ingleses en el Buceo (Montevideo) y en la Defensa (Buenos Aires). A1 frente de los urbanos de su pueblo natal llegó en diciembre de 1810 a Yaguarón a integrar el ejército de la Provincia. Combatió en la batalla de Paraguarí. Finalizada la acción mandó la vanguardia del regimiento que siguió al ejército de Belgrano en su retirada. A orillas del Tebicuary Antonio Thomas presentó a Belgrano la siguiente intimación:

"Señor: He llegado esta mañana con la Vanguardia de nuestro Ejército con comisión de principiar otra vez el derramamiento de sangre, perdonando sólo a los rendidos; y acabo de recibir un oficio del Comandante de esta Expedición, que está distante :dos leguas, D. Manuel Cavañas, en que me dice inste tres horas naturales: que evite otra más lastimosa efusión de sangre: que promete a V. E. a lo menos mediar por su Persona, y por todos a fin de verlos á salvo conducto: Yo de mi a V. E. que se rinda con el resto de sus tropas en el espacio de parte prometo a V. E. las más activas protecciones ,y la seguridad de su Oficial, mi Paisano y Pariente D. José Espínola. Advierto a V. E. que no tiene más recurso, pues hay tropas muestras ya en aquella vanda quien 1e corte la retirada, cuya detención también promete a V. E. si cumple, como debe, lo que se le encarga ahora que mañana ya no habrá tiempo. Ninguno, principalmente de mis Paisanos tendrá de que quexarse si son pasados á cuchillo por obstinadas; y al mismo tiempo aseguro bajo de palabra de honor que serán tratado mui bien si se rinden como los demás V. E. dispénseme el Portador, que tengo sobrada razón de no mandar un Oficial de honor".

El jefe porteño le contestó que se "había retirado, no huido" y qué no vino "a conquistar el Paraguay sino a auxiliarlo :para ,que salga de la esclavitud en que se halla, que lamentaría siguiese el derramamiento de sangre de "mis desgraciados y engañados hermanos los Paraguayos, alucinados por los Europeos, y Ricachos del País que subsisten a expensas del sudor de los infelices."

Un mes después (20 de febrero Antonio Thomás se presentó otra vez, esta vez como parlamentario con un pliego de Cavañas para Belgrano

"Señor General: Ya sabemos los progresos de su Expedición, sabemos los esfuerzos que tienen, y también sabemos, que ya no podrá tener más refuerzo ni más tiempo que el que le espera: V. E. es católico, nosotros también lo somos, y según su proclama a los Naturales de estos Pueblos vemos que aclama el nombre de nuestro amado Rey Fernando: ahora pues. ¿Por qué razón ha traído armas y se ha hecho nuestro agresor? talando los derechos de esta Provincia, sin haber pecado siquiera venialmente contra el Rey, Religión, ni nuestra reconocida natural Hermandad hasta llegar a experimentar el rigor de nuestras Armas".

A continuación noticiaba cómo habían sido tratados los heridos y prisioneros de Paraguarí y terminaba intimando al jefe expedicionario a que se rindiese asegurado la vida hasta al último soldado.

La nota de Cavañas es una réplica a la proclama de Belgrano y denota el anhelo de un acuerdo que impida la prosecución de una guerra "entre paisanos y hermanos que tenían un mismo Dios, un mismo Rey, una misma Patria."

Belgrano contestó a Cavañas el mismo día concretando un plan de acercamiento. Reiteraba que la expedición había venido en auxilio de los paraguayos, para defender una causa justa y liberar a la Provincia del servicio de milicias, las gabelas, el estanco del tabaco y establecer un libre comercio.

El acercamiento no se limita a un simple cambio de notas. Portador de la comunicación de Cavañas era uno de los oficiales más distinguidos del ejército paraguayo, Al recibir la nota, Belgrano pidió a su conductor que espere en el campamento mientras se redacta la respuesta, pero Yegros se niega a ella solicitando retirarse al otro lado del arroyo, pues esa orden tenía. Sin embargo, como la redacción y copia de la nota respuesta llevase algunas horas, el jefe del ejército porteño invita a mediodía al parlamentario a almorzar con él, y le obsequia en todo lo que la situación y circunstancias permitían. Aquí se inicia la amistad entre Belgrano y los Yegros que se mantuvo firme a través de muchas vicisitudes y durante mucho tiempo. El jefe porteño aprovecha la oportunidad para explicar en forma detenida a su interlocutor los ideales de la revolución de Mayo.

Vimos que la reconciliación no pudo concretarse; las armas hablaron otra vez en Tacuarí. En esta batalla actuó brillantemente. Acordado el armisticio Antonio Thomás actuó en primera línea en la negociación can Belgrano. Así vemos acompañar al padre José Agustín Molas en la conferencia que mantuvo con el jefe porteño a orillas del rio Tacuarí, el 10 de marzo de 1811.

Realizada la movilización es ascendido a capitán y surge en Asunción conspirando con Cavallero e Iturbe. Es el hombre de enlace entre el núcleo asunceno y el de Itapúa viajando constantemente entre los dos puntos. El movimiento del 14 de Mayo lo tomó en Timacá, allí leyó y retransmitió el parte que Cavallero enviaba a Fulgencio Yegros.

En los meses que siguieron a la revolución desarrolló una intensa actividad. En julio era comandante de la primera compañía de tropas acuarteladas; a mediados de ese mes marchó con su unidad a Angostura en espera de la flotilla españolista que avanzaba por el río Paraná.

Firmó el 2 de setiembre una nota dirigida al cabildo pidiendo que Fray Francisco Xavier Bogarín fuere removido de su cargo de vocal de la Junta.

El 15 de mayo de 1812 escribió la siguiente esquela pidiendo al Dr. Francia que volviese al gobierno.

"Mi venerado Señor: El capellán portador de ésta se ha comprometido llegarse á esa suya con un oficial á hacerle presente lo que se acordó hoy sobre su venida de usted entre todos los Oficiales y la Junta: Rompa Usted Pariente esa media dificultad y si realmente ama a su Patria ha de amanecer en ésta y después tendrá Usted tiempo de componer su casa.

Páselo Usted bien y ordene á este su afectísimo. Q.S.M:B. Pariente.

Quartel general 15 de Mayo de 1812.

Antonio Thomás

Señor Doctor Don José Gaspar de Francia."

El Dr. Francia le dio respuesta en los siguientes términos: "Mi estimado Antonio; No dude Usted de mi amor á la Patria, y á mas de que mis hechos lo justifican quiero darle una nueva prueba ya que Usted y los oficiales se interesan en que yo vuelva á la Junta, según puedo comprehender por su carta y lo que me ha significado el Padre Capellán que me Hiso el honor de entregarla: Mañana por la tarde estaré en la ciudad, y si Usted quiere tomarse la molestia de llegar por casa iremos á la Junta á tratar de ello. No Soy capas de proponer lo que no sea mui regular, ni de repuxnar lo que sea justo, y creo que mis compañeros serán de igual modo de pensar, para que será conveniente que anticipadamente les ponga Usted presente esta respuesta.

Diga Usted á los Oficiales que en todo tiempo y en qualquier conyuntura por desgraciada que fuese, los acompañaré como el mayor Honor mío en la constancia en nuestras ideas, mucho más quando se dirigan a sostener y salvar la Patria que nos ha costado tanto afanes y cuidados y quedo de y como siempre Su más apasionado pariente que lo es el Doctor Francia. Señor Comandante Don Antonio Thomás Yegros."

En todo el período de 1811-1813 el personaje apoya al Dr. Francia siendo sin duda el militar de mayor confianza suya. A fines de 1813 el delegado de Misiones Pérez Planes denunció al Gobierno de Buenos Aires que un hermano del Cónsul del Paraguay Fulgencio Yegros, llamado Antonio Thomás, anduvo por las Misiones Argentinas, "fingiéndose loco y seduciendo a esas buenas gentes" al solo objeto de que en ninguna forma se reconociese al gobierno de Buenos Aires.

Se cree que Antonio Thomás igual que Vicente A. Matiauda eran partidarios de aliarse a artigas y manchar contra el gobierno porteño. Los cónsules que tenían otra orientación impusieron la política de prescindencia en la guerra civil que asolaba al Plata.

Nada sabemos de nuestro protagonista en el lapso 1814-1819. En 1820 fue apresado con motivo de la conjuración, pero salvó la vida saliendo luego en libertad.

Según una tradición familiar marchó a Corrientes donde vivió hasta la muerte del Dr. Francia.

En el retiro del campo vivió largos años, En 1864, el ministro del interior don Francisco Sánchez dio comisión al juez de paz de Quiquió para que visitase e interrogase a don Antonio Thomás Yegros sobre los sucesos de Mayo de 1811. Poco después, en ese mismo año, murió a los 80 años de edad. En medio del campo paraguayo se alza la que fue su casa y está la tumba de este prócer.


VIII

JUAN BAUTISTA RIVAROLA

Nació en 1789 en Barrero Grande siendo miembro de una familia destacada y acaudalada de la región. De joven estudió en el Real Colegio Seminario de San Carlos. Al invadir Belgrano la Provincia vino desde Barrero al frente de los urbanos de su pueblo. En Paraguarí y Tacuarí fue uno de los ayudantes de Cavañas. En la acción de Tacuarí se destacó por su brillante comportamiento Su actuación en esas batallas le valió su ascenso a teniente. Fue desmovilizado en las Misiones igual que la mayoría de sus compañeros.

En todo el proceso prerrevolucionario tuvo una actuación muy destacada que compartió con Cavallero e Iturbe; su apoyo puede decirse que fue fundamental para el éxito del golpe del 14 de Mayo, pues uno de sus hermanos políticos, el teniente Juan Bautista Acosta, estaba esa noche de guardia en uno de los cuarteles.

Rivarola fue de dos que entró en el cuartel de la plaza en la noche del 14 y actuó decididamente en la jornada del día 15. Este día fue portador ante Velasco de una de las comunicaciones de Cavallero. El 16 es uno de los oficiales que firma el acta de formación del nuevo gobierno. El 9 de junio firma asimismo el manifiesto de destitución de Velasco. Lo vemos después actuar en el congreso del 17 de junio. En esta asamblea al fundar su voto pidió que el gobierno gestionase la libertad de los prisioneros de Paraguarí que habían sido enviados a Montevideo

Posteriormente fue ascendido a capitán y se retiró del ejército. En el congreso de 1814 actuó como secretario. En 1816 fue electo alcalde del cabildo asunceno. Poco después se retira a su estancia de la Cordillera, situada en Acosta-ñu, lugar donde se libró en 1869 la batalla llamada de Acosta-ñu o Rúbio-ñú.

Aquella medida de prudencia no había de salvarle. A raíz de la conspiración de 1820, Juan Bautista Rivarola fue apresado con sus gloriosos compañeros de la revolución emancipadora para ser encerrado en las mazmorras del dictador. Dicen las crónicas que logró salvar la vida y recuperar más tarde la libertad gracias a la feliz intercesión de una de sus hijas, ahijada de Francia. Reintegrado a sus lares nativos, Rivarola debía aparecer sólo después de la muerte de Francia, como diputado al Congreso reunido el 12 de marzo de 1841 que va a votar el consulado de Mariano Roque Alonso y Carlos Antonio López.

En esa ocasión trajo un proyecto de constitución que pensaba presentar a consideración de la asamblea.

La prisión sufrida no le había amilanado el ánimo y en aquella histórica asamblea tuvo el valor de alzar la voz para disentir con la sumisión que se advertía en ella. "Los anhelos de libertad y de justicia que vienen del hontanar de la historia paraguaya -dice Chaves- tuvieron su vocero en uno de los diputados, Juan Bautista Rivarola, prócer de la independencia, quien traía al recinto el eco de los ideales de mayo de 1811. Objetó la forma precipitada y sumaria en que se pretendía constituir un gobierno; pidió que se pusiese término al período del personalismo y de la arbitrariedad, causa fundamental de los males padecidos por el país, y se dictase una Constitución para abrir paso a un régimen más tolerable después de una larga tiranía".

Luego de esta breve pero brillante actuación pública retorna nuevamente a sus valles cordilleranos. En 1844 suena su nombre como posible candidato a presidente, pero el prócer no interviene en la política y permanece retirado en sus estancias o en Barrero Grande hasta la hora de su muerte ocurrida el año 1864.

Las cartas del naturalista sueco Eberhard Munc, que fuera médico de Carlos Antonio López y fusilado por el mariscal Francisco Solano López, en Azcurra, contienen algunas curiosas referencias, poco conocidas, sobre su vida privada y su familia. "Era antes una de las personas más ricas del país dice propietario de varias estancias, pero durante el gobierno de Francia sufrió grandes pérdidas que dejaron muy reducidas estas riquezas. Es padre de siete hijos y cinco hijas". . .

Estuvo casado en primeras nupcias con doña Gregoria de Acosta Cavañas, y en segunda con doña Felipa de Acosta Cavañas. Juan Bautista Rivarola, falleció en 1864.


IX

MANUEL ATANASIO CAVAÑAS

Aunque este militar no participó activamente en el pronunciamiento de mayo, debe ser considerado uno de los próceres de la independencia porque a ella contribuyó en espíritu e intención, porque fue factor importante en propósitos y acontecimientos que la incubaron.

Manuel Atanasio Cavañas nació en las Cordilleras, donde poseía estancias extendidas desde Itacurubí, San José y Barrero Grande hasta el Tebicuarí. Era además uno de los más ricos tabacaleros del país. Tal circunstancia hacía de Cavañas el hombre más importante de esa vasta zona.

Su actuación pública comienza con los preparativos para la defensa de la provincia por la expedición armada de Belgrano. Siendo Sargento Mayor, integró la junta creada por el congreso del 24 de julio, para la preparación de la resistencia. Con el coronel Gracia y el teniente coronel Gamarra, fue uno de los tres jefes principales, bajo el mando de Velasco, del ejército que se opuso al invasor. Después de la huida del gobernador y del coronel Gracia, en el combate de Paraguarí mandaba el ala izquierda de acción decisiva para la victoria. Fue Cavañas quien ideó el plan de operaciones para la batalla de Tacuarí y su ejecutor material al frente de la columna que derrotó al ejército de Belgrano. Su iniciativa personal otorgó la generosa capitulación al jefe porteño y, con ella, cimentó un entendimiento que debía madurar la idea libertaria, alentada por su correspondencia epistolar con Belgrano.

Debido a esa inteligencia Velasco lo relevó del mando poco después de su ascenso a teniente coronel. En el plan revolucionario ideado con Fulgencio Yegros, Cavañas reclutaría gentes en las Cordilleras y marcharía con este jefe sobre Asunción. Pero la anticipación del golpe, decidida por el capitán Pedro Juan Cavallero, tornó innecesaria su intervención.

Cavañas se encontraba en una de sus estancias, preparando el reclutamiento, cuando se constituyó el primer gobierno revolucionario. A pesar de su ausencia, la Junta que debía formarse incluía su nombre. Cuando lo llamaron por chasque; contestó: "Iré si me llama el gobernador". Algunos historiadores han interpretado esa negativa de colaboración como posición opuesta a la idea de la independencia; pero ella se debió, posiblemente, a su particular antagonismo con Francia, que había criticado acerbamente su inteligencia con Belgrano y se hallaba convertido ya en figura directiva del movimiento.

Desde ese momento, el distinguido militar se mantuvo alejado de toda ingereneia política, reintegrándose nuevamente a su vida privada de gran hacendado. Estaba casado con doña Juana Rosa Franco de Torres.

Conocedor del gran prestigio que le aureolaba, Artigas buscó su apoyo, en el año 1817, para el movimiento contra Francia. Por causas no esclarecidas la tentativa no se concretó.

El aislamiento en que Cavañas vivía en la campaña y el respeto que inspiraba a Francia hicieron que sobreviviera a los próceres de mayo, devorados por la secuela dictatorial de la revolución. Su fallecimiento ocurrió en el año 1828. Después de muerto Cavañas, Francia dictó contra él dos autos, confiscando sus bienes como represalias contra el hombre que se había atrevido a resistirle.


X

FRAY FERNANDO CAVALLERO

Nació en el pueblo de Tobatí alrededor de 1750. Estudió en la ciudad de Córdoba y profesó en la orden de San Francisco. Allá por 1785 enseñaba en los claustros de la famosa universidad cordobesa. Ese año se perdonó a su sobrino José Gaspar de Francia una deuda que tenía con el Colegio de Monserrat "por servicios prestados por el padre lector fray Fernando Cavallero". Más tarde fue designado visitador general de la Orden.

No sabemos en qué año retornó al Paraguay. En mayo de 1810 se hallaba accidentalmente en Buenos Aires y allí presenció la revolución del 25 de Mayo. Fray Fernando se hizo partidario entusiasta de la revolución.

En  agosto de ese año viaja a Corrientes donde permaneció una temporada pasando luego a Asunción.

La mayoría de los franciscanos eran partidarios de los patriotas; en el Paraguay se sabe de los trabajos de los padres Leal, Baca y Orué. Estas actividades llegaron a tal punto que el gobernador interino coronel Pedro Gracia ordenó al provincial de la Orden que ninguno de los franciscanos saliese de su convento.

El más revolucionario y entusiasta de todos era Fray Fernando. El Dr. Somellera nos cuenta que "desde que había llegado a la Asunción había propalado la justicia de la causa los más de los oficiales revolucionarios lo sabían y trataban con él.".

Por el relato de la revolución sabemos que el día 16 de mayo ce promovió una discusión entre los oficiales sobre la integración del nuevo gobierno. Al parecer, algunos de los castrenses se cree que los Iturbe objetaron el nombramiento del Dr. Francia porque "lo suponían opuesto a la revolución de Buenos Aires". Para zanjar la dificultad se resolvió llamar a Fray Fernando a quien se le hizo buscar en una silla de mano de doña Juana María Lara de Díaz de Bedoya. Una vez que llegó al cuartel el franciscano fue consultado por los oficiales dando la siguiente respuesta: yo respondo con mi sangre del modo de pensar de mi sobrino Gaspar Esta contestación satisfizo a los oficiales y decidió la designación del Dr. Francia como diputado adjunto para actuar al lado del gobernador Velasco.

Cuando en agosto de 1811 el Dr. Francia se retiró disgustado del gobierno, Fray Fernando le escribió la siguiente carta:

Asunción y Agosto 9 de 1811.

Amado Pariente: Este día me han informado, que Ud. se había retirado muy disgustad© á esa su chacra con apariencias de que no quiere volver á la Junta. La especie tengo por inverosímil, porque el juicio, y talento de Ud. no puedo persuadirme, que quiera abandonar los asuntos públicos, é interesantes á nuestra Patria, que pendían de su buena dirección en sus principios, mucho más dependen de Ud. para su felis conclusión. Yo lo considero un sugeto capaz de preferir el bien público, que está pendiente de Ud. á otro cualquier interés particular, y no dudo, que está dispuesto á sacrificar sus personales intereses al común bien de la Patria. Suponiendo ser cierta la especie mencionada, lo exhorto, y lo requiero á Ud. en nombre de la Patria, y de la causa pública, y de mi parte le ruego con todo el afecto que le profeso, no defraude esta Junta de Govierno de su presencia y de influir con sus luces para el acierto de sus resoluciones, como lo ha echo hasta aquí.

Dios guarde a Ud. muchos años.

De Ud. afectísimo Pariente y Capitán L.S.M.B.

Fernando Cavallero

"Señor Doctor don Gaspar Francia.

De 1811 a 1816 fray Fernando permaneció retirado en el seno de su Orden. Cuando en 1816 el Dr. Francia pensó establecer la dictadura perpetua según relata el Padre Maíz fue visitado por su tío quien "se le presentó hablándole con el prestigio de sí saber y el ascendiente de su acendrado patriotismo, en el sentido de no implantar un gobierno de tiranía y absolutismo".

Nada consiguió. Solicitó entonces permiso para marcharse a Buenos Aires que le fue denegado. "De la celda el cielo" exclamó y se retiró para siempre a los claustros y "así se consumó -señala el Padre Maíz- aquel espíritu tan ardiente, aquella alma tan generosa...".


XI

MAURICIO JOSÉ TROCHE

 

Era oriundo de San Isidro de Curuguaty donde nació alrededor de 1790. A comienzos de 1811 vino al frente de la compañía de urbanos de su pueblo a integrar las filas del ejército de Velasco. Nada sabemos de su actuación en das dos batallas. En mayo se hallaba al frente del contingente de curuguateños esperando barco que 1o trasladarse a Puerto Rosario, desde donde seguirían por tierra hasta Curuguaty.

Troche y sus tropas ocupaban el cuartel de la Plaza, centro de la guarnición militar. Al respecto son terminantes los juicios de dos actores presenciales de los sucesos, Pedro Somellera y Mariano Antonio Molas. Dice el primero:

“La guardia que allí había (en el cuartel) se componía de treinta y tantos curucuateños, milicias de la villa de Curucuati, cuyo oficial era mi amigo...".

Molas por su .parte afirma:

"En la noche del 14 de mayo de 1811, a la hora diez, poca más o memos, hizo dar la señal prevenida (el toque de campanas de la Catedral) y se avanzó el primero (Cavallero) con algunos pocos individuos de confianza a tomar el cuartel y apoderarse de las armas, como en efecto, se apoderó de ellas, sin violencia y sin oposición alguna de la guarnición ni del oficial don Mauricio José Troche, que la mandaba".

Estos dos testimonios irrecusables confirman lo que la tradición ha mantenido: fue Troche el oficiad que entregó el cuartel principal, llamado comúnmente de la plaza.

El 9 de junio, Troche es uno de los oficiales que firma el manifiesto de destitución de Velasco.

Después su actuación queda relegada a segundo término. A mediados del año 1812, el capitán se hallaba de regreso en su villa natal, desempeñando el cargo interino de comandante de Milicias por ausencia del titular Manuel Antonio de Villalba. Al año siguiente, la Primera Junta de Gobierno lo comisionaba para dirigir la elección de diputados que ese distrito debía enviar al Congreso del 30 de setiembre. Troche era el hombre de mayor prestigio en Curuguaty, muy popular y con luces suficientes, siendo manifiesta su influencia sobre el Cabildo local. Pero su celo de patriota y sus desacuerdos con el comandante Villalba, le movieron a acusado de convivencia con los partidarios de la confederación con Buenos Aires. Este se defendió poniendo de manifiesto ante Francia el avasallador influjo de Troche sobre el Cabildo de Curuguaty, como "oráculo de los vecinos". El dictador, celoso siempre del prestigio de cualquier militar, le formó proceso y ordenó su venida a la capital con el pretexto de prestar declaración. El 21 de febrero de 1815, el Cabildo de Villa Curuguaty dirigió una nota a Francia pidiendo la restitución de Troche a su pueblo natal por ser el único hombre capaz de asesorar al Ayuntamiento. Pero la petición no hizo sino agravar su situación, poniendo de manifiesto su influencia política en aquella ciudad. El dictador providenció la petición con la siguiente resolución: "Hágase saber a don Mauricio José Troche que no se debe ausentar de esta ciudad hasta otra providencia".

La historia no se ha ocupado de la actuación posterior del modesto prócer de la independencia. En un estudio sobre su personalidad, Moreno afirmaba que después de estas actuaciones referidas lo había tragado "el mar muerto de la dictadura". Pero el historiador Juan E. 0'Leary descubrió en el Archivo Nacional algunos documentos olvidados, que prueban su permanencia en Asunción, cuando menos hasta el año 1838, retirado a la vida privada y ajeno por completo a toda vinculación política. Esta circunstancia lo salvó de la prisión y la muerte que segó a todos sus antiguos camaradas de la revolución de mayo. Pero no existen constancias de la fecha de su fallecimiento.


XII

FRANCISCO XAVIER, BOGARIN

Nació en Carapeguá en 1763. Sus padres fueron Francisco Bogarín y María Paula Villamayor (Datos facilitados por el ilustre investigador Don Benjamín Velilla) De joven marchó a Córdoba a estudiar en su universidad. Fue compañero en los claustros del Monserrat de los próceres argentinos Juan José Paso y Mariano Marrano. En esa ciudad se ordenó sacerdote y se recibió de doctor en sagrada teología.

Retornó luego al Paraguay. En 1789, fue designado profesor de prima de teología en el Real Colegio Seminario de San Carlos. Según Carlos R. Centurión actuó después como secretario de cámara del obispo Nicolás Videla del Pino.

Poco o nada sabemos de su actuación posterior. La tradición sostiene que era un hambre de gran cultura y un excelente orador. En una nota del cabildo asunceno (diciembre de 1811) se afirma que él y el Dr. Francia son los hombres más sabios según la común opinión de la Provincia.

En el congreso del 17 de junio, a propuesta de Mariano Antonio Molas fue elegido vocal de la Primera Junta.

El día 2 de setiembre el jefe de plaza capitán Antonio 'Thomas Yegros pasó al cabildo la siguiente comunicación:

"Es notorio que el Pueblo está conmovido como consta de la Carta anónima que incluyó á V.S.  Su borrón, y da otras varias circunstancias que han precedido a que dicho Pueblo puede recibir mayores perjuicios y quizá desolación por la separación del Miembro más útil de la Junta de Govierno al Señor doctor Vocal y Diputado don José Gaspar da Francia, de que resulta no haver entera satisfacción en el Despacho; por lo mismo minando al gran general de la Patria, y que aun en la Campaña se sabe hay disgusto, ó poca satisfacción:         

Datos facilitados por el ilustre investigador Don Benjamín Velilla.

Resuelto con acuerdo de todos los Oficiales de este Quartel General los Artículos siguientes:

1 °.    Que inmediatamente sea removido de su empleo el Señor Doctor y Vocal Don Francisco Bogarín por causas legítimas que a su tiempo se Jira.

2°. Que en Congreso General como lo que antes se hizo se nombrará otro Vocal en su lugar así como el Diputado para el Congreso Nacional quando el elegido no venga á seguir su Ministerio que al efecto se servirá V. S. pasarle Oficios correspondientes.

3° Que se comunique inmediatamente esta resolución á los tres Vocales que deben seguir con el Despacho.

4°.     Que antes que yo a nombre de los Oficiales y Tropa comunique esta nuestra voluntad á la Junta de Govierno participe a V. S. como Representante de la Provincia.

Lo que hago por medio de esta esperando sin pérdida de tiempo su contextación para mi inteligencia; advirtiendo finalmente que nuestro objeto ésa privar al Pueblo de la ruina que lo amenaza.

Dios guarde á V. S. muchos años.

Quartel General dos de septiembre de mil ochocientos once.

ANTONIO THOMAS YEGROS

“A la Justicia Cavildo y Regimiento de la Asunción".

El anónimo a que aludía Antonio Thomas era el siguiente: "MANIFIESTO SECRETO DE LA JUNTA

El Govierno que há debido toda su confianza al Público no debe ocultarle aquellos asuntos más importantes á la Patria, por temor se hace saber en virtud del Acuerdo que tuvo hoy día los artículos siguientes:

1°. Por las serias diligencias que se han practicado há se descubierto, que los Documentos contra la fidelidad al Rey y amor á la Patria de Don Bernardo Velasco han sido, y son falsos, y supuestos por la perfidia, como á su tiempo se dará toda satisfacción.

2°. Hallándose nuestra Aliada Buenos Ayres en última desesperación por la total derrota de su Exercito en el Perú, como en Montevideo por las Tropas Portuguesas, que importavan la causa comuna há pedido aquella Excelentísima Junta auxilios de hombres; lo que no se ha podido efectuar por la manifiesta oposición de los Naturales.

3°.     El Virrey há interceptado el Comercio, y no es posible allanar este gravísimo perjuicio sin variar de sistema.

4°. 'Esta Junta que en número de cinco Individuos há sido creada por el Pueblo se vé disuelta por la separación de uno, y discrepancia total de pareceres inconciliables de los de más; por 1o que ha caducado la voluntad pública, que fió en su conducta, que no, puede reglarse; por tanto el Govierno se ha satisfecho á toda responsabilidad, dejando al arbitrio del Pueblo su remedio.

Veinte y nueve de agosto

Sobre escrito dice - PARA LA CASA DE LOS ZAVALAS. Es copia de una carta anónima".

El cabildo pasó el pedido a la Junta y sugirió se hiciese congreso general de la Provincia "para que si hay causa legítima se le remueva y se elija otro en su lugar. . ."

La Junta se abocó al asunto y resolvió: "En la Asunción en dos de septiembre de mil ochocientos once: En virtud del Acuerdo de este dio el Ilustre Cabildo que pasa á esta Junta superior de Govierno por medio de dos Diputados, a consequencia del Oficio que ,pasó al mismo Cabildo el Comandante del Quartel general Don Antonio Tomas Yegros: el Presidente y los dos Vocales decimos: Quede interinamente removido del Empleo de Vocal el Doctor Don Francisco Bogarín hasta que en consorcio del Señor Vocal Diputado procedamos á los demás puntos imprescindibles; á cuya resolución nos mueve el presentimiento de alguna resolución, que sería origen de muchos males; y en estos términos se aprueba el anterior Acuerdo".

Posteriormente en varias ocasiones el cabildo realizó gestiones ante la Junta para que Bogarín y Francia (estaba retirado del gobierno en esa época) se reincorporasen o de lo contrario se convocase el Congreso. La Junta hizo oídos sordos.

Francisco Xavier Bogarín nunca se reintegró a su seno, y el Dr. Francia tomó tras un año de ausencia.

La causa del retiro de Francisco Xavier Bogarín jamás fue aclarada; quedó en el misterio igual que su vida de los años siguientes; nada se sabe sobre su actuación posterior y se ignora la fecha de su muerte. Cuando su madre testó en Carapeguá en julio de 1837 ya había fallecido Francisco Xavier.


XIII

JOSÉ AGUSTÍN MOLAS

Nació en Santa María de las Misiones en 1787 siendo sus padres Pedro José Molas y Úrsula de la Costa. Hizo sus estudios en el Real Colegio Seminario de San Carlos y en nuestra capital se ordenó de sacerdote. Fue párroco de su pueblo natal. Actuó como capellán en el ejército que hizo la campaña contra Belgrano. Se sabe que en Tacuarí combatió al lado de; los soldados, espada en mano, con gran valor Así consta en el relato de la batalla publicado por el Semanario: "Nuestro Comandante de caballería D. Gervasio Acosta el primero que avanzó con los, nobles pobladores del fiel y generoso pueblo de Caazapá fue herido gravemente de una metralla de que murió, pero al momento nuestro capellán D. José Agustín Molas, en medio de una multitud de balas corría á aquel puesto á ausiliarlo es increíble el valor y zelo de este ministro corriendo de un lado á otro en el campo de batalla hasta llegar á ausiliar á los mismos enemigos, cumpliendo de este modo la promesa que hizo á nuestro Ejército de no abandonarlo un ínstame. No contento con esto se despojó de una camisa que llevaba en la bolsa de los lomillos, de la sábana, para vendar las heridas, ejerciendo oficio de medico espiritual y temporal pues como había pasado en el ejército el cirujano, nuestro capellán personalmente curaba á los heridos, y ausiliaba á los enfermos y agonizantes".

Al día siguiente del armisticio, el día 10 de marzo de 1811, mantuvo a orillas del Tacuarí una conferencia con el jefe porteño. En su transcurso refutó con gran talento y vivacidad los argumentos de Belgrano para probarlo basta ofrecer la parte en que ambos discutieron sobre la relación entre capital y provincias ante la caducidad del poder central o metropolitano:

"Belgrano

-Hermano mío: nosotros tenemos los mismos derechos de representar al Soberano coma tienen los Pueblos de España, según declaró la Junta Central: pues si todos tenemos los mismos derechos ¿por qué no gobernamos nosotros mismos a nuestra Patria, cuando tenemos hombres tan doctos en nuestro propio País, y no, admitir ya á los Europeos, que el más atrazado„ y miserable quiere vejarnos?

"Capellán

-(Convengo con V.E. que nosotros tenemos los mismos derechos que los Pueblos de España; por esta razón se instalaron Juntas en todos los Reynos de ella; pero con dependencia siempre de la Central, o la Regencia; pero no para representar por si mismos sin referencia a esta, corno quiere Buenos Ayres..

"Belgrano

-¿Cómo haremos, que esta Provincia quede unida á la Capital, y olvidar los resentimientos que hasta aquí hemos experimentado tan infelizmente?

"Capellán

Esta Provincia, propuso a la Capital una correspondencia fraternal, y armoniosa cuando la resolución del 24 de Julio; suspendiendo si todo reconocimiento de superioridad hasta la aprobación de la Regencia legítimamente establecida, reconocida, y obedecida por las Potencias Aliadas, y hasta en este mismo Continente, y la Junta de Buenos Ayres, desentendiendoce de los motivos y razones de aquella, residió con amenazas.

La versión completa ha sido publicada en Historia Paraguaya (Anuario del Instituto Paraguayo de Investigaciones Históricas. Vol. I.

"Belgrano

La Exma. Junta no amenazó a la Provincia sino a los Xefes: ¿pero por que no quieren obedecer a la Junta quando ella es Capital?

"Capellán

-Porque el Pueblo de Buenos-Ayres no tiene autoridad por Capital de subyugar a las demás Provincias, sino únicamente representar sus derechos peculiares, como cada Provincia los tiene, y la autoridad del Virrey, que se tomo el Pueblo, no debe extenderse a las demás Provincias, porque ya cesaba esta.

"Belgrano

-Un Americano de las luzes de Vd. no debe proferir tales expresiones; pues entonces quedaría el Cuerpo Político acéfalo.

"Capellán

-:Del mismo modo quedaría Buenos-Ayres respecto de lá Regencia

"Belgrano

-La Regencia ya no existe.

"Capellán:

Después Veremos."

La versión completa de esta conferencia en la que un modesto cura paraguayo discutió de igual a igual con un egresado de la Universidad de Salamanca y hombre cultísimo como era Belgrano, fue publicada en folleto por los españoles de Montevideo y distribuida en todo el continente.

Sabemos que en los primeros días de mayo habló de la conjuración con el coronel José Antonio Zavala y Delgadillo quien reveló la confidencia al gobernador Velasco. Se ignora porque éste no adoptó medida alguna precautoria.

Después de la revolución de mayo el Padre Molas fue designado capellán del ejército.

 

 

Fuente: LA REVOLUCIÓN PARAGUAYA DE LA INDEPENDENCIA

RELATO Y BIOGRAFÍA  DE LOS PROCERES

1811-SESQUICENTENARIO-1961

Introducción, comentarios y notas de

JULIO CÉSAR CHÁVES

Editorial Asunción. Impreso en Argentina, 1961.

 

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