LA CULTURA COMO REALIDAD POLÍTICA Y SOCIAL

FRANCISCO PÉREZ-MARICEVICH

Los próximos cinco años (2008- 2013) los electos en los comicios generales del 20 de abril cargarán sobre sí la responsabilidad de transformar el país, o de ponerlo en condiciones para que tal cosa se dé en las dimensiones de la vida societal. Sin duda, cinco años son pocos para refundar la nación, recuperar o fortalecer sus valores morales y principios éticos, incorporar a sus pautas de comportamiento las actitudes y la cosmovisión que están en el núcleo motivador profundo del crecimiento económico y el desarrollo social, político y cultural.

Pero es indispensable que las acciones se orienten hacia ello, para tener el derecho de ganar el futuro en condiciones adecuadas que permitan el enriquecimiento y la expansión de la personalidad histórica de la Nación. Y para ello se inicie sin equivocar ni esquivar las estrategias, los recursos y los protagonistas que lleven al país al cambio conforme a un proyecto, a la vez simple y complejo, que ponga en acción coordinada los esfuerzos colectivos, y que se conozca con claridad, amplitud y profundidad qué proyecto es ése, dónde y cuándo comienza, con qué instrumentos, obedeciendo a qué etapas, de qué objetivos para alcanzar qué metas y qué fines específicos sectoriales, además de cómo se evaluarán sus consecuencias para la totalidad social.

No se debe temer en repetir, sin embargo, que estos próximos cinco años no deben tomarse como si fueren el cumplimiento de alguna utopía ni de algún espacio mágico de salvación. Serán posiblemente años duros, en los cuales deberá desmontarse el aparato de administración prebendaria y clientelista del Estado, para sustituirlo por el de un Estado pequeño y funcional a los intereses nacionales y a la promoción integral de la sociedad, sensible a las diferencias, tanto como celoso de la dignidad y el prestigio internacional de la Nación.

En toda esta faena de construcción política renovada y apta para los desafíos del Tercer Milenio, los factores culturales deberán tener una influencia estratégica fundamental. Valores y actitudes colectivas enraizados en lo profundo de la experiencia popular, actuantes desde la memoria histórica y de imaginario colectivo deberán obtener abierta y legítima receptividad de parte de liderazgos e instituciones, de manera que las iniciativas, propuestas y proyectos de interés común sean coherentes con las aspiraciones, necesidades y visiones de cambio que operan en el pueblo y sus sectores organizados.

¿Qué puede esperarse del sector de la cultura en relación con las expectativas suscitadas por la nueva conducción política del Estado?

Para comenzar, el sector de la cultura incorpora fenómenos colectivos como la memoria, los imaginarios sociales y el proyecto utópico que impulsan la vida histórica de la colectividad a través del tiempo y de las sucesivas configuraciones de su identidad.

Si desde la perspectiva estatal la cultura es un sector atendido por el complejo de las políticas culturales, desde el de la sociedad es la totalidad estructurada y dinámica que da sentido y significación a los actos y a los hechos humanos individuales y colectivos. Es aquí donde se encuentran las cosmovisiones, los conocimientos sobre los fenómenos de la naturaleza y del mundo sobrenatural, los mitos, las creencias, los patrones éticos del comportamiento, los valores, las instituciones, las técnicas aplicadas a la producción de bienes materiales, las pautas de ocupación y asentamiento en el espacio, la dieta alimentaria, la organización de la familia y la estructura social, la crianza y educación de los hijos, las fiestas, las ceremonias, los usos, las costumbres, las autoimágenes societales, la creación de objetos bellos y suntuarios y la variedad casi infinita de fenómenos que la prodigiosa inventiva humana ha creado y crea infatigablemente para aliviar el trabajo, ocupar el ocio y divertir la mente en innumerables figuraciones y proyectos.

La cultura en este último sentido no es responsabilidad directa de la administración estatal, pero sí un segmento de fenómenos para los cuales el Estado se encuentra en la obligación de dar asistencia efectiva y eficaz, porque en ello le va su propia supervivencia como realidad política independiente. Este segmento de fenómenos es al que se refería el ex ministro francés de Cultura Eric Lang, cuando respondió al cuestionamiento de un periodista diciendo que la cultura era "algo para lo cual existía una Dirección General". Desde la perspectiva del poder público, esa es y no otra, la realidad político-administrativa de la cultura.

Por otra parte, el mundo globalizado, con su profunda rearticulación del espacio cultural mediante la aplicación intensiva de los avances tecnológicos al ámbito de la comunicación y el consumo de bienes simbólicos, obliga al Estado y a la sociedad civil a buscar mecanismos de preservación y rescate de su memoria histórica y a profundizar su identidad en el marco de la diversidad cultural, el multiculturalismo y le interculturalidad, como reaseguros de su propia continuidad histórica.

Hoy día, la intensificación tecnológica en la difusión transnacional de los códigos simbólicos originados en los centros de poder mundial y que son homogéneamente impuestos en todas partes por medio de la publicidad y la masiva penetración en los mercados (de la moda, del audiovisual, de la plástica, de las orientaciones del pensamiento, etc.) constituye un complejo fenómeno, alternativamente estimulador y amenazante conforme de la densidad cultural del espacio social al que afecta. Las sociedades menos desarrolladas, como la nuestra, corren el riesgo de sufrir severos daños en su capacidad de auto expresión ante esta poderosa expansión de la industria cultural, si no encuentran en sí mismas los recursos que aseguren una defensa eficaz de sus valores, de su sistema simbólico y de su capacidad para enriquecer autónomamente en medida y nivel adecuados al discurso sobre sí mismas, de cara al futuro desead, pero impredecible.

Una salida apropiada a esta emergencia es la adopción de responsabilidades por parte del poder público local y nacional en el sentido de hacerse cargo de la situación y gerenciar con eficiencia las posibilidades reales de respuesta de la sociedad. Este es el campo de la política cultural cuya eficacia y adecuación a los diferentes contextos deben buscarse en la congruencia con la problemática a cuya superación se dirige. Esto implica la definición de prioridades que favorezcan la consolidación de la propia cultura y permita el libre juego creativo de las identidades diferenciadas. Este es el núcleo de una política cultural consciente de la realidad socio histórica, el del respeto a la diferencia, que no es sino el derecho cultural a la identidad, uno de los derechos humanos fundamental.

El Estado no hace cultura ni debe imponer contenidos y formas. La expresión cultural es el dominio de la libertad y la creatividad, por lo que no sufre de buen grado ni el dirigismo ni las imposiciones. El papel del Estado no va más allá de proponer las condiciones jurídicas para expansión de las posibilidades concretas de la creación y de las manifestaciones simbólicas.

El nuevo Gobierno tiene instrumentos esenciales para aplicar su política cultural. Un nuevo Plan Nacional de Cultura y una agencia estatal renovada, de activarse con inteligencia y con conocimientos científicos pertinentes, están en condiciones de impulsar el desarrollo de las expresiones culturales en el país, como nunca antes lo fue.

¿Qué desafíos deberá esperar, o con los que se encontrará, la nueva administración, originados o que sean propios del universo cultural representado por los creadores y demás actores en los múltiples dominios simbólicos de la sociedad?

Estos desafíos son de dos clases: los permanentes y los eventuales, dependientes de la coyuntura. A pesar de lo muy conocidos que son, los desafíos permanentes se dan en estas áreas principales:

A) La conservación del patrimonio (a lo que hoy se agrega la preservación de los recursos ecológicos).

B) La formación de los recursos humanos especializados (para la práctica de las disciplinas artísticas y para la administración de la cultura -gestores y animadores).

C) La difusión de las expresiones artísticas y científicas (como parte de las acciones públicas dirigidas a la democratización de la cultura y en cumplimiento de la obligación de facilitar el acceso de todos los individuos y sectores sociales a las oportunidades de disfrute de las expresiones culturales producidas por la sociedad).

D) La promoción y apoyo a la creatividad de individuos y grupos con el fin de impulsar el desarrollo cultural que permita construir, sobre bases y arreglos institucionales sólidos y prácticas dinámicas, la democracia cultural, configurada por la participación solidaria de los miembros de la comunidad, el respeto a los derechos a la diferencia de sectores y categorías sociales y de minorías .o comunidades étnicas, en la creación y consumo de bienes y valores simbólicos.

A estas acciones permanentes del sector público en el campo cultural, es posible agregar, dados los condicionamientos estructurales y coyunturales, estas otras dimensiones operativas que bien pueden ser afrontadas por el nuevo Gobierno, y que son desafíos que pondrán a prueba la capacidad de respuesta del Estado. Este inventario de urgencias no es exhaustivo. Sin embargo, diseña con cierta fidelidad las preocupaciones experimentadas por la sociedad o, cuando menos, de un sector significativo de la misma.

Cuadro tentativo de las bases críticas de la política cultural

1.- Diagnóstico de la situación de la cultura paraguaya.

1. a. Los recursos culturales

• Los soportes (infraestructura tecnológica)

• La industria cultural (libros, periódicos, fonogramas, audiovisuales, TV, radio)

• Los bienes culturales (obras de arte, artesanías, parquizados, jardines, áreas protegidas, etc.)

1. b. Las instituciones

• Organizaciones públicas del sector de la cultura (estatales y municipales)

• Organizaciones comunitarias dedicadas a la acción cultural (iglesias, cooperativas, sindicatos, clubes, voluntariado)

• ONGs dedicadas al estudio y fomento de la cultura.

• Empresas dedicadas a la producción de servicios y bienes culturales.

• La Universidad y otras instituciones con responsabilidad en la educación y la cultura.

1. c. Los productores

• Los intelectuales

• Los artistas

• Los promotores, gestores y animadores culturales.

1. d. El público

• La segmentación del mercado cultural

Oferta cultural para los niños

Oferta cultural para los jóvenes

Oferta cultural para los adultos.

• La recepción de los mensajes culturales

De origen nacional

De origen extranjero

Y sus consecuencias objetivas en los medios urbanos y rurales.

2.- El consumo cultural

• Características y transformaciones del uso de espacio público en eventos culturales.

• Teatro

• Danza

• Otras artes del espectáculo (conciertos en plazas, parques, etc.)

• Fiestas regionales

• Festividades religiosas

• Otros eventos colectivos.

DOCUMENTO FUENTE

LOS DILEMAS DE LUGO – ANÁLISIS INÉDITOS

COLECCIÓN SOCIEDAD Y POLÍTICA

de EDITORIAL EL LECTOR,

Director editorial: Pablo León Burian.

Coordinador editorial: Bernardo Neri Farina .

www.ellector.com.py

Asunción-Paraguay 2008

PRESENTACIÓN

La Editorial El Lector ha reunido a una docena de periodistas y escritores, agudos observadores de la realidad nacional, para analizar el escenario que encontrará el Presidente Fernando Lugo al asumir la primera magistratura del país luego de su impactante victoria electoral del 20 de abril del 2008.

LUIS BAREIRO, periodista de ABC Color, Canal 13 y Radio Cardinal; EDWIN BRÍTEZ, columnista y editor de la sección Internacionales de ABC Color, ANDRÉS COLMÁN GUTIÉRREZ, analista y referente esencial del diario última Hora; NATALIA DAPORTA, especialista en temas educativos en ABC Color; Marta Escurra, editora de la Revista Dominical de ABC Color; BERNARDO NERI FARIÑA, periodista y escritor; LUIS MARÍA FLEITAS, ingeniero agrónomo y colaborador de ABC Color en temas energéticos y ambientales; PEDRO GARCÍA, nombre insoslayable en el periodismo deportivo y redactor de última Hora; ALCIBÍADES GONZÁLEZ DELVALLE, maestro del periodismo nacional, columnista y editor del Suplemento Cultural de ABC Color; ROBERTO PAREDES, periodista y escritor; FRANCISCO PÉREZ-MARICEVICH, escritor, MABEL REHNFELDT, periodista de investigación de ABC Color, conductora de programa en Radio 1° de Marzo, y JUAN AUGUSTO ROA, corresponsal de ABC Color en Itapúa, fueron convocados por esta editorial para escribir el presente libro que será una contribución sumamente valiosa no sólo para Fernando Lugo, sino también para toda la ciudadanía.

En estos textos inéditos, elaborados exclusivamente para este volumen, hay una gran carga de experiencia y un profundo conocimiento de lo que pasa en el país y de lo que percibe la ciudadanía respecto al singular cambio que comenzamos a vivir el 20 de abril del 2008.

Este es otro notable emprendimiento bibliográfico que enorgullece a la Editorial El Lector.

No es un título más. Es nada menos que una visión ecuánime y honesta desde la prensa, desde la responsabilidad profesional de doce figuras del periodismo paraguayo reunidas para analizar el paso de una situación a otra, e investigar los conductos factibles para el cambio real que tanto anhelamos y que esperamos se plasme por fin. – PABLO LEÓN BURIÁN. EDITOR

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ÍNDICE

·         POBREZA, DESEMPLEO, TIERRA E INVERSIÓN PÚBLICA - LUIS BAREIRO

·         LUGO Y LA INSTITUCIONALIDAD DE LA REPÚBLICA - EDWIN BRÍTEZ

·         ¿QUIÉN LE PONE EL CASCABEL A LA MAFIA EN LA TRIPLE FRONTERA? - ANDRÉS COLMÁN GUTIÉRREZ

·         EL ESCENARIO EDUCATIVO: CAOS, INEFICIENCIA, CORRUPCIÓN - NATALIA DAPORTA

·         CONTRAPODER: NI PRENSA AMIGA NI ENEMIGA - MARTA ESCURRA

·         LA REFORMA AGRARIA Y LA CRISIS MUNDIAL DE LA COMIDA - BERNARDO NERI FARIÑA

·         ENERGÍA Y MEDIO AMBIENTE - LUIS MARÍA FLEITAS

·         EL DEPORTE MERECE PELOTA - PEDRO GARCÍA GAROZZO

·         ¿CUÁNTAS SERÁN LAS SORPRESAS PARA LUGO? - ALCIBÍADES GONZÁLEZ DELVALLE

·         FORTALEZAS Y DEBILIDADES DE FERNANDO LUGO - ROBERTO PAREDES        

·         LA CULTURA COMO REALIDAD POLÍTICA Y SOCIAL - FRANCISCO PÉREZ – MARICEVICH

·         MIL Y UN DÍAS DE CORRUPCIÓN. PEQUEÑA GUÍA PRÁCTICA PARA LUCHAR CONTRA ELLA - MABEL REHNFELDT

·         ITAPÚA: ENTRE EL PRIMER MUNDO Y LA EXTREMA POBREZA - JUAN AUGUSTO ROA

IDEAS FUERZA DE ESTE LIBRO

EPILOGO

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EPÍLOGO:

Decía Jorge Luis Borges que los libros no debieran tener prólogo sino epílogo, pues nadie analiza una obra antes de leerla. En ese contexto va este cierre.

Las ideas expuestas aquí tienen la cualidad de ser puras, no contaminadas con ninguna segunda intención ni sesgadas por intereses personales, políticos, ideológicos o dogmáticos. Pueden ser equivocadas, cómo no. Pero con seguridad, son sinceras.

Estos escritores son periodistas de alma, de oficio y de profesión. Son gente acostumbrada a escuchar a la gente, y por ello su propia percepción está nutrida por la percepción diversa de un público diverso. Y eso enriquece su conocimiento de la realidad.

He aquí una ventaja del periodista sobre el político. Éste, en su legítima búsqueda del poder, generalmente pierde la noción de la verdad al encerrarse en sus propias obsesiones y sus particulares intereses, o al tratar de acomodar la realidad a su privativa concepción de los hechos, con lo que su visión queda distorsionada y alejada de las necesidades ciudadanas.

Quienes concebimos, elaboramos y editamos este libro, unimos nuestro anhelo de país al que creemos es el de la inmensa mayoría de los paraguayos y las paraguayas. Hay un Paraguay que debemos construir juntos. El Paraguay serio, institucionalizado, libre, habitado por ciudadanos y no por súbditos, confiable, predecible, eficaz, honesto, culto, respetable, respetuoso y respetado; productivo, creativo, optimista, exigente consigo mismo; proactivo ante el futuro, soberano y digno; altivo en su identidad particular y solidario en su inserción en el mundo. Un país donde la excelencia sea una constante aspiracional y concreta, donde la eficiencia se haga tradición, donde hacer bien las cosas sea una costumbre cotidiana.

Este Paraguay es el opuesto al que tenemos hoy. Un Paraguay donde priman los deshonestos, los sinvergüenzas, los mediocres, los incapaces, los ineptos, los traficantes de maletines y de influencia; los políticos voraces, los violadores de la Constitución, los vendedores y compradores de conciencia, los coimeros y los coimeados, los estafadores, los criminales que se roban la leche, la galleta y los libros de los niños; los que se enriquecieron a costa del empobrecimiento de la educación, la salud y la dignidad de la ciudadanía; los funcionarios públicos convertidos en potentados sin pudor; los que hurtan los medicamentos de los hospitales públicos, los que cobran y pagan por caminos que no existen, los que malgastaron nuestras riquezas naturales, los que mercaron con la soberanía nacional.

El 20 de abril del 2008 hubo un voto ciudadano consciente y maduro, que eligió el cambio. Si el gobierno electo no inicia el proceso evolutivo para revolucionar el contexto actual del país, simplemente cometerá un acto de traición a la confianza de la gente.

Pero hay otro aspecto insoslayable. Ningún cambio radical se dará en el Paraguay, si paraguayos y paraguayas no adoptamos la condición de ciudadanía, es decir, la de seres conscientes, racionales, cumplidora de sus obligaciones y preservadores de sus derechos, miembros plenos e igualitarios de una comunidad nacional.

Al mismo tiempo de exigir al Gobierno, exijámonos nosotros. Asumamos nuestra responsabilidad particular en el ámbito en que nos toque actuar. Así será más fácil reconstruir el Paraguay. - BERNARDO NERI FARINA. Coordinador editorial

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