CARMEN SOLER - POETA Y REVOLUCIONARIA PARAGUAYA
BIOGRAFÍA - AUTOR: MARÍA EUGENIA APONTE SOLER
RESUMEN
Carmen Soler (Mamacha) nació en Asunción, Paraguay, el 4 de agosto de 1924.
Terminados sus estudios secundarios, y ya casada con Marco Aurelio Aponte, se trasladan al Chaco paraguayo donde ella se desempeña como maestra rural bilingüe.
Incoporada al Partido Revolucionario Febrerista, donde ya militaba su hermano Miguel Angel Soler, participa activamente en las luchas contra el dictador Morínigo.
En 1947, tras seis meses de guerra civil es derrotado el movimiento opositor. Carmen y su familia deben refugiarse en la Argentina, al igual que miles de compatriotas.
En la soledad de la Patagonia, Mamacha comienza a escribir y sus versos se publican inicialmente en revistas argentinas y alemanas; colabora con artículos periodísticos y brinda conferencias sobre literatura paraguaya y la situación política en el país.
Regresa al Paraguay en 1954, pero su poesía es considerada subversiva por la dictadura de Stroessner y sufre su primer arresto en 1955. Al recuperar su libertad se afilia al Partido Comunista Paraguayo.
Desde entonces se suceden: el destierro, su reiterado regreso clandestino, la cárcel, la tortura y un prolongado exilio.
En la Argentina, y ya divorciada de Aponte, contrae matrimonio con un camarada de luchas, Carlos Luis Casabianca. En distintos períodos, viven en Uruguay, Argentina, Chile y Suecia, sin que ella abandonara su actividad política y literaria.
En sus poemas están sus definiciones estéticas, su compromiso, la nostalgia por su patria. Los fechados en 1955, 1960 y 1968 contienen su testimonio desde la cárcel.
Carmen Soler falleció en Buenos Aires el 19 de noviembre de 1985.
No alcanzó a ver el fin de la dictadura de Stroessner. No tuvo la dicha de "volver".
LIBROS:
Poemas. Ed. AQUÍ POESÍA. Montevideo, 1970.
EN LA TEMPESTAD. Ed. Cartago. Buenos Aires, 1986.
LA ALONDRA HERIDA. Ed Arandurã. Asunción, 1995.
POESÍAS REUNIDAS. Ed. Servilibro. Asunción 2011
BIOGRAFÍA - AUTOR: MARÍA EUGENIA APONTE SOLER
CARMEN SOLER
INFANCIA
Inició el ciclo primario en Asunción, en el Colegio Dante Alighieri y lo completó en Buenos Aires, en el Inmaculado Corazón de María "Adoratrices".
Mientras su padre cumplía funciones diplomáticas concurrió, junto con su hermano, al Colegio Word, en Ramos Mejía, provincia de Buenos Aires.
En esos años, Carmen presidió el Centro de Estudiantes del colegio.
De regreso al Paraguay, ambos finalizaron sus estudios secundarios en el Colegio Internacional de Asunción.
Los primeros escritos que se conocen de Mamacha se remontan a los años del "Inter".
En una amarillenta hoja de su cuaderno de Castellano, se lee una composición titulada "Mis propósitos". Dice allí: "... y ya me veo, bandera de la verdad en mano, ir contra las leyes y contra el mundo, ya me veo en otras, silenciosa, rara, escribiendo y pensando cosas que nadie ha de leer o escuchar..."
JUVENTUD
En 1943, con dieciocho años, Carmen contrae matrimonio con Marco Aurelio Aponte (Quiná, 1917- 1973) -entonces estudiante de Ingeniería en la UNA- y van a trabajar al Chaco paraguayo.
Allí oficia de maestra rural bilingüe -cuando el sistema educativo aún no lo establecía- y, por primera vez, se encuentra frente a los problemas sociales: la explotación en los establecimientos tanineros, la marginación y sometimiento de los indígenas, el problema campesino, la particular opresión de las mujeres del pueblo.
Afiliada al Partido Revolucionario Febrerista en Asunción, milita en la radicalizada corriente marxista que ya integraba su hermano Miguel Ángel.
En 1946, participa de la fundación de la Unión Democrática de Mujeres (UDM) junto a Esther Ballestrino (quien 30 años después, en Buenos Aires, sería fundadora de "Madres de Plaza de Mayo", luego secuestrada y desaparecida por la dictadura argentina).
En el mismo año nace su única hija, María Eugenia Aponte Soler (Matena).
Carmen Gladys Soler nació en Asunción, capital del Paraguay, el 4 de agosto de 1924.
Era la hija menor del Dr. Miguel Ángel Soler y de Doña Carmen Canale de Soler.
Sus hermanos, Dalila (Laly), Yolanda (Yoyi) y Miguel Ángel (Papucho), la apodaron Mamacha.
Su padre, librepensador, abogado y periodista, fue embajador en la Argentina en 1936 y Ministro de Relaciones Exteriores durante el gobierno de coalición en 1946.
El golpe del General Morínigo en enero de 1947 pone fin al gobierno de coalición, siendo su padre Ministro de Relaciones Exteriores. Y se desata la persecución hacia los opositores.
Carmen trabaja por la libertad de su hermano y de los demás presos políticos. Los visita en la cárcel, lleva y trae cartas, que esconde entre los pañales de Matena.
Poco después se desencadena una guerra civil. Al cabo de seis meses, el alzamiento armado contra Morínigo es derrotado y miles de opositores, liberales, febreristas y comunistas, buscan refugio en la vecina república Argentina.
Quiná Aponte, uno de los combatientes en la guerra civil, llega a Buenos Aires a fines de 1947.
Como técnico, consigue trabajo en los campos petrolíferos de YPF y la familia se traslada al sur de la Argentina. Viven tres años en Río Gallegos y otros tres en Comodoro Rivadavia.
1949 – 1965
Lejos de su patria, en la soledad de la Patagonia, Carmen escribe poemas y notas periodísticas; brinda conferencias sobre literatura y cultura paraguaya.
Las primeras publicaciones son de 1953, en periódicos y revistas literarias de Argentina (Propósitos, El Chubut, Pan -de Azul) y, con la traducción de Walter Braun, en la revista Komma de Alemania Occidental.
A fines de 1954 regresan al Paraguay, donde ya gobierna el General Alfredo Stroessner. Carmen se incorpora al Consejo Mundial de la Paz, junto con su padre y otras personalidades políticas y de la cultura.
Como aporte a la campaña internacional de firmas contra la bomba atómica y por la paz mundial, traduce "La niña muerta", del gran poeta turco Nazim Hikmet.
"Mitá angüé" es el título en guaraní. Durante años, para evitar la represión, no se publicó el nombre del poeta guaraní Leopoldo Franco, co-autor de la traducción.
En julio de 1955, Carmen Soler sufre su primer arresto.
La policía secuestra sus versos, que la dictadura considera "subversivos": "De fondo comunista", según la ficha policial de entonces. Entre otros: La alondra herida, Más palabras mías, La canción del progreso, Pólvora y Espiga, ¡Fuerte!, La obrerita, Guatemala, Alguien gritó, seleccionados para un libro en preparación.
Su poema Alas y cadenas está fechado "Cárcel de mujeres, 1955". En Ilusos denuncia a Hellman: "el jefe del cuarteto pistolero que fue a apresar" sus versos. Firma "en el destierro, 1955".
A pesar de la prohibición policial que pesa sobre toda la poesía de Carmen Soler, la escritora Azucena Zelaya incluye La Alojera y La Obrerita (con una parte en guaraní, de su autoría) en su "Cuadro Paraguayo".
Al recuperar su libertad, Mamacha se afilia al Partido Comunista Paraguayo, al que ya habían adherido sus hermanos Dalila y Miguel Ángel.
Dalila Soler, su hermana mayor, también había sido recluida en la cárcel de mujeres "El Buen Pastor".
El motivo: su viaje a la Unión Soviética después de participar de un Congreso de la FDIM (Federación Democrática Internacional de Mujeres).
En 1956, Mamacha y Quiná Aponte concretan su divorcio y ella va vivir a Concepción, administrando la estancia de sus padres.
En Asunción, su hermano Miguel Ángel cae preso, es torturado y confinado a Mcal. Estigarribia, en el Chaco paraguayo. Desde allí, Papucho y otros cinco compañeros protagonizan una increíble fuga: caminando de noche, atravesando montes y pantanos, consiguen llegar a territorio argentino.
En el exilio, Carmen contrae matrimonio con Carlos Luis Casabianca (Lubi), un camarada de luchas, y se instalan en Buenos Aires.
Activan en la Liga Argentina por los Derechos del Hombre realizando campañas y gestiones por la libertad de los presos políticos de Paraguay.
A fines de 1959, alentados por el triunfo de la revolución que derrocó a Batista en Cuba, surgen gérmenes de lucha guerrillera en Paraguay.
Carmen que había regresado al país a raíz de la muerte de su padre, trabaja para el FULNA -Frente
Unido de Liberación Nacional- y es nuevamente arrestada, junto con Casabianca.
En la Comisaría, Carmen realiza una huelga de hambre para que dejen de torturar a su marido. Lubi es trasladado a la cárcel común en Tacumbú; Mamacha es deportada.
Su poema En la Comisaría Quinta da cuenta del espíritu con que afronta esos momentos.
Casabianca, una vez juzgado por la ley 294 (de "defensa de la democracia") es finalmente liberado a fines de 1960.
Carmen lo espera en Montevideo, donde están vinculados a la solidaria y combativa familia Barrett y a la colectividad de exiliados paraguayos que denuncian el terror de la dictadura stronista; trabajan por la libertad de los presos políticos y en solidaridad con el FULNA.
En Uruguay, Carmen escribe varios artículos y sus poemas se publican en El Plata, Tribuna Popular, La Mañana, Gaceta de Cultura, Punta del Este, El Iris y en Cultura.
Al entusiasmo de la escritora uruguaya Reyna Miers se deben las publicaciones en Montevideo, junto con las de El Comercio de Ecuador y en la revista literaria Portada de Cuba.
El apoyo que brindan a Carmen Soler poetas como José Murillo y Nicandro Pereyra en Argentina; Reyna Miers en Uruguay y Walter Braun en Europa, así como la aprobación pública del gran escritor paraguayo Augusto Roa Bastos, constituyen para ella un gran aliento, en medio de críticas a veces violentas y mordaces.
En abril de 1960, Carmen es delegada al Congreso de la Federación Democrática Internacional de Mujeres, que se realiza en Dinamarca.
Allí denuncia la opresión de las mujeres y los niños de las clases populares en Paraguay y el régimen represivo que imperaba en su país.
Al finalizar el congreso, delegaciones de la Unión Soviética, países del Este europeo, China y Cuba la invitan a conocer sus países.
En la República Popular China, junto a las delegaciones invitadas, recibe el saludo del Presidente Mao.
Continuando con su actividad literaria, Carmen colabora en revistas y periódicos de varios países y prepara una colección de cuentos para niños, algunos de los cuales fueron traducidos al ruso.
Carmen y Lubi Casabianca regresan al Paraguay y activan clandestinamente en Asunción durante 1963-1964.
Al poco tiempo son convocados a Buenos Aires. También su hermana Laly quien, durante diez años de vida clandestina, había burlado la represión policial.
En Buenos Aires, Laly se encuentra con su hijo Pibe Quevedo, dirigente de la Juventud Comunista y de la FEDRE -Federación de Estudiantes Democráticos Revolucionarios- muy enfermo tras haber sido torturado por la policía de Stroessner.
En 1965, Mamacha recibe a su madre: en medio de la ola represiva desatada en ese año, la casa de Doña Carmen había sido allanada por la policía en Asunción.
Y en agosto llega su hija, Matena Aponte Soler, activista del movimiento estudiantil antidictatorial, también miembro de la FEDRE, deportada luego de unos meses de detención y de haber pasado, a su vez, por la tortura.
EN “LA TÉCNICA”
En 1967, Carmen había regresado al trabajo clandestino en Asunción. Y, en febrero de 1968, cuando se disponía a cruzar la frontera para asistir al casamiento de su hija, es secuestrada y arrojada a los calabozos de "La Técnica" (hoy Museo de las Memorias, en la calle Chile).
Peleando con sus torturadores, se corta las venas y debe ser internada, en grave estado, en el Policlínico Policial "Rigoberto Caballero". A partir de ese momento se conoce su situación.
Trasladada nuevamente a la "La Técnica", Carmen inicia una huelga de hambre por su libertad.
El periódico católico Comunidad, de Asunción, en la 2ª semana de febrero informaba:
"La poeta Carmen Soler fue detenida el día 15, bestialmente torturada y hospitalizada luego con diversas lesiones que ponen en peligro su vida. Para poner fin a las torturas ha declarado una huelga de hambre. Intentó suicidarse".
A partir de las denuncias se suceden las gestiones, dentro y fuera del país, para salvar su vida. Legisladores, artistas e intelectuales de Uruguay, Chile y Argentina envían telegramas al Ministro del Interior, Sabino Montanaro, reclamando su libertad. Entre ellos, Juvencio Valle y Pablo Neruda.
Luego de treinta días de huelga de hambre y con su salud muy quebrantada, se le otorga un régimen de detención domiciliaria.
Alojada en casa de su hermana Yoyi, se va recuperando.
Al poco tiempo, sabiendo que la volverían a apresar, Yoyi la traslada a la embajada uruguaya, donde le brindan asilo político.
Al llegar a Montevideo, la Asociación de la Prensa Uruguaya convoca a una conferencia-debate donde "la conocida escritora y periodista paraguaya Carmen Soler ofrecerá un relato sobre la situación de los presos políticos bajo la dictadura de Stroessner".
Finalmente, Mamacha se reúne con su familia en Buenos Aires, donde reside hasta 1971.
UN LARGO EXILIO
Desde 1971, mientras Carmen y Casabianca viven en Santiago de Chile, trabajan para la Comisión por los Derechos Humanos en el Paraguay y colaboran con el P.C. de Chile en apoyo del gobierno de Salvador Allende.
En 1973, frente al golpe de estado, forman parte de los movimientos de resistencia a la dictadura de Pinochet. En Santiago, participan de la marcha de protesta tras la muerte de Pablo Neruda.
Al cabo de un año, sin poder ya mantenerse a salvo de la represión, piden asilo político.
En carácter de refugiados llegan a Suecia, donde permanecerán durante cinco años.
Llegaron a Estocolmo en agosto de 1974 luego de algunos meses de trámites y revisaciones médicas, durante los cuales fueron alojados en escuelas y hoteles en el sur de Suecia.
Durante su exilio en Suecia, Mamacha retoma su producción literaria y periodística, expresando su solidaridad con el pueblo chileno en su lucha contra la dictadura y su inmensa gratitud hacia el país que los acogió.
Acude a entrevistas en la radio y la televisión suecas (Sveriges Radio y TV1) donde también la invitan a leer sus poemas.
En Estocolmo, Carmen trabaja en un Museo Histórico dedicado a Latinoamérica, donde además puede estudiar diversos temas de nuestra historia.
Y cada año, durante Enero y Febrero, se trasladan a una escuela en Vinter, a 700 kilómetros al norte de Estocolmo, donde ella dicta cursos sobre problemas de América del Sur, en especial sobre los cinco países del sur.
La mayoría de los poemas que dedica a Suecia muestran su deseo de devolver el afecto, respeto y confianza que recibieron de ese "pueblo austero y generoso".
ÚLTIMOS AÑOS
A fines de 1975, la desaparición de su hermano en Asunción, la afectó profundamente.
Miguel Ángel Soler -Secretario General del PCP- había sido secuestrado y cruelmente torturado por la policía de "Investigaciones" del dictador Stroessner.
Carmen realizó innumerables gestiones para lograr su aparición con vida, incluyendo un viaje a la Unión Soviética, sin resultados. Su cuerpo nunca apareció.
Un retrato de su hermano, y otros cuadros que ella pinta en esos años, reflejan la enorme angustia que la embargaba.
Su poema "Calabozo de Castigo" lo dedica: "A mi hermano Miguel Ángel. A todos mis hermanos y hermanas del mundo aún oprimido".
En Estocolmo la revista "Suplemento", abril 1979, publica su poema Río Paraguay dedicado:
"A Antonio Maidana, resumen de lo que es pueblo y patria".
Un año después, en agosto de 1980, Maidana sería secuestrado y desaparecido por la dictadura argentina.
En 1979, Carmen regresa a Buenos Aires con su salud muy deteriorada.
Se reencuentra con su hija, con familiares y amigos que la rodean. Conoce a sus nietos y se va recuperando.
Sin embargo, en 1980 le detectan un cáncer y al cabo de cinco años entra en una etapa terminal.
Sabiendo que tiene poco tiempo, Mamacha ordena sus poemas, escribe, corrige y selecciona, prepara su libro En la Tempestad, que será publicado en 1986.
Carmen Soler falleció el 19 de noviembre de 1985, en Buenos Aires.
No tuvo la dicha de volver a su patria.
Stroessner fue derrocado recién en 1989.
IDEAS Y SENTIRES
RESPUESTAS A PREGUNTAS NO HECHAS QUE DESEO CONTESTAR
(FRAGMETO)
Escribo en cualquier parte, a cualquier hora, aunque prefiero el silencio de la noche. Pero puedo escribir en la calle, en un bar, en un calabozo usando las baldosas como papel y granos de cal de las paredes como lápiz. O en la cocina, dejando la comida un momento mientras anoto una idea (comida quemada, tantas veces!). Pero cuando puedo elegir -lujo que tuve poca veces prefiero una habitación cerrada, con muchos estantes, libros, cuadros, cantidad de mesas donde desplegar mis cosas y tenerlo todo a mano. Así me concentro más fácilmente y también me siento protegida no sé bien de qué. (...)
He perdido, yo no sé dónde, parte de mi alegría. Se fue quedando por ahí.
Sufro con los dolores que existen. Me entristece no poder contribuir para que cesen inmediatamente.
Me siento culpable de no haber hecho más y mejor, y me llega la muerte colectiva.
De todo esto el sentimiento de impotencia es lo peor. Pero en cuanto tengo una tarea útil, que puedo hacer, vuelve la alegría.
Soy básicamente optimista. Comprendo que el avance se produce con avances y retrocesos, y que todo, hasta la relatividad, es relativo. (...)
Las formas de expresión, como todo lo vivo, es imperfecto, transformable. No contrapongo forma y contenido, porque forman un todo que se influencia y determina mutuamente.
Trabajo bastante mis escritos, en más de una ocasión salieron al mundo así como nacieron, porque las circunstancias así lo exigían. El compromiso que se siente es doble, estético y social, pero pienso que en estos tiempos lo primero sin lo segundo no sirve para nada. (...)
Sé para quien y para qué escribo. Eso es fundamental. (...)
Yo tengo tantos defectos que forzosamente los heredan mis creaturas. Los defectos que me traen más problemas son dos: mi carácter arisco y rudo, y mi desorden. Soy demasiado franca y explosiva.
Demuestro poco mis afectos y sin embargo los siento profundamente. (...) Escribir es para mí un placer y mucho sufrimiento.
1968 – 1984
(FRAGMENTO)
Pensaba publicar
En la Tempestad,
La Casa encantada,
Poemas en dos tiempos,
Ese era el plan.
Pero como siempre
la vida entró en los planes.
(...)
Ahora, 1984, en Argentina
esta mi segunda Patria
puedo hacerlo.
Pero Poemas en dos tiempos
es el que no va
porque en mi Paraguay
sigue el primer tiempo:
el de la tiranía.
Así el tercero no se dio
al menos/ todavía.
Pero va lo que está
y es la vida mía
la vida de todos
con sus dolores
y sus alegrías.
Va !
A OLGA BLINDER
Concepción, Marzo 18 de 1958.-
Querida Pintora:
No sé si voy a aclararte bien mi punto de vista sobre lo que me planteas. Yo creo que cuando el tema de la obra de arte es justo y cumple con su misión de llegar, conmover y enseñar, la forma no es lo principal. Pero la lucha por darle una forma correcta al contenido, es la lucha de todos los que intentamos crear.
Creo que en los tiempos que nos toca vivir, la emoción, el apasionamiento, el humanismo, necesariamente tiene que romper con normas pre-establecidas. Al fin y al cabo ¿por qué tienen que ser eternas?
Hay cosas que no se pueden encerrar, porque se mueren.
La forma no debe ser más que un medio, no es más que un medio. Entonces tiene que ceder y amoldarse al contenido.
La mente hace versos, sólo el corazón hace poetas.
La forma es el oficio. El contenido hace que sea arte.
Yo admito que se rompan los moldes cuando es para esclarecer, para acercar, para facilitar el intercambio de emoción. (...) La forma debe surgir con naturalidad del contenido. Si en cambio el artista se supedita a las formas, cae en un esquematismo frío, que puede ser muy útil en la industria, en el comercio, pero que no puede ser arte.
Ya hay algo que se queda, que no se presenta, que se muere, entre la emoción y el intento de expresarla. Si encima la contamos, la medimos, la geometrizamos, la metemos dentro de normas rígidas, entonces sí que nos alejamos de la posibilidad de captar y transmitir.
Y el arte es comunicación. Como dijo Antonio Machado, el arte es un diálogo del hombre con su tiempo. Y nuestro tiempo no es el tiempo de la puntilla y el rococó, sino el del alambre de púa. Y yo quiero arte para este tiempo nuestro. Forzosamente tiene que ser un arte erizado. Nuestra obra tiene que sacudir, movilizar, obligar a pensar, hacer sentir.
De lo contrario, para qué, para quién, realizarlo?
Si fuera para nuestro propio desahogo o entretenimiento no la saquemos a la calle. Al salir, tenemos que hacer lo que la gente necesita y espera, aunque no lo sepa. Cuando lo vea dirá: ¡Esto es lo que yo buscaba!
Lograr que de ese contenido sincero, cálido y justo, surja la forma que le corresponde, que ayude a hacerlo más efectivo, más bello, es nuestro problema y nuestra responsabilidad. Pero jamás sacrificar nada del contenido en nombre de un esquematismo frío y artificioso.
Te envío un poema que, contestando a críticas sesudas, escribí en Asunción. Ahí hay algo de todo esto aunque, desde luego, el problema es mucho más complejo. Están también los que desdeñan las formas porque no quieren estudiar y creen que en arte se puede improvisar, o que bastan las buenas intenciones.
Una correcta interpretación de este planteamiento puede ayudar a los dos extremos.
Tú puedes colaborar, ya que te debates en el mismo problema. Espero tu opinión.
Saludos,
Carmen Soler
A AUGUSTO ROA BASTOS
(FRAGMENTO)
Buenos Aires,
2 de mayo de 1970
Estimado Roa:
Espero te encuentres bien de salud y como siempre, trabajando en lo nuestro.
Sé de tu próximo destino: París, y me alegro muchísimo, no sólo por lo que significa para tu tranquilidad y trabajo, sino por los alumnos franceses, que así puede ser que ¡por fin! nos descubran realmente, y no sólo para demostrar que oyeron hablar de estos pagos exóticos.
Porque hasta ahora sólo nos nombran para lucirse con lo que saben, pero sin la menor intención ni de ubicarnos, ni de entendernos. (...)
En Montevideo, los amigos uruguayos, te hacen pedir un cuento, para el periódico; una crítica sobre poetas nacionales y contemporáneos en que elijas 4 o 6 poetas, preferentemente revolucionarios, también para el periódico. (...)
Sé lo ocupado que estarás, pero siempre está el argumento de que necesitamos tus opiniones y tu obra. (...)
La crítica de Valdés me parece buena y coincido con él casi totalmente.
A mí siempre me pareció, y así lo dije, que el lenguaje inventado por Apleyard era no solamente la incapacidad del intelectual para reproducir la manera de hablar del pueblo, tal incapacidad no existe por ser intelectual, sino porque no se estudia con la debida atención; que era principalmente la manera más fina de ridiculizar al hombre de pueblo y vedarle cualquier tema serio: en ese lenguaje no se puede decir nada que no resulte ridículo.
La intención de Apleyard no habrá sido esa, pero así resulta.
Te envío también mi último poema. En cuanto salga el librito te lo enviaré. El de cuentos todavía no está listo. Te llegará en París. A casa de Marín, nuestro Cónsul Honorario.
Estimado Roa: puedas o no puedas cumplir, aunque sea en parte, con lo que te planteamos, espero noticias tuyas antes de tu viaje (...)
Perdoná esta carta, a la carrera y desordenada.
Cordialmente,
Carmen
A RUBEN YACOVSKY
(FRAGMENTO)
27 de noviembre de 1970
Estimado amigo Yacovsky:
Recibí tu carta ayer, con la separata. (...)
Mirá, tenés que disculparme mis arranques de genio, aunque no tengo con qué excusarlos. Ando en una de esas temporadas en que yo misma me siento un erizo.
No es que yo no agradezca el artículo de Murigam y también el de Piriz. Pero aunque comprendo las razones que das, entonces por lo menos en privado háganme crítica, señálenme mis deficiencias, porque yo sigo escribiendo y nadie hasta hoy me critica nada, y eso no me ayuda. (...)
Me dicen que hay que ir y hablar con los críticos, hacerse presentar, etc.
Pero a mí me resulta imposible, en absoluto, hacerlo. Será un orgullo mal entendido, pero me sentiría como una vedette promocionándose. (...)
Sobre Roa insisto en que su obra significó toda una revolución en mi país, abrió puertas y ventanas y tuvo una enorme influencia. Nadie, hasta hoy, dio una visión más exacta y profunda de nuestro pueblo que su libro Hijo de Hombre. (...)
Mirá vos: a Roa, simultáneamente le reeditan su libro en estos días, en España y en Cuba. (En Paraguay nunca pudo editarlos).
Hay que tener en cuenta que él no pertenece a ningún partido político y que no se remató. Siempre fue y sigue siendo pobre. Y ni te cuento los aprietos que ha pasado. (...)
Saludos cordiales para todos, Carmen
A LA FEDERACIÓN DE MUJERES CUBANAS
Compañera Vilma Espín de Castro
Queridas compañeras:
En este importante aniversario de la gloriosa Revolución Cubana, les envío un fuerte abrazo solidario y comparto la alegría con ustedes por los logros alcanzados.
Ante las amenazas de la administración Reagan a Cuba, Nicaragua y al pueblo de El Salvador, así como la salvaje invasión a Granada, renuevo mi seguridad de que los pueblos unidos sabrán dar su merecido a los agresores.
Comprendo los graves problemas, pero sé que el triunfo final será de los pueblos.
Querida Vilma:
Desde que hablamos la última vez, en que tuve el honor de ser recibida en tu casa, pasé por muchos quebrantos de salud. Estoy un poco mejor y con esperanzas de reincorporarme a la lucha.
A ti, a Raúl, a todas las compañeras de la Federación de Mujeres Cubanas un gran abrazo y deseos de éxito en la lucha por la liberación de los pueblos oprimidos.
Salud!
Carmen Soler (Paraguay)
A SU FAMILIA
Asunción 30 de abril de 1968
Queridos hermanos,
Querida mamá, querida Matena, querido Lui:
Esta carta es para ustedes y para todos los camaradas y compañeros revolucionarios.
Faltan pocos días para que se cumpla un mes que estoy aquí presa en casa de mi hermana. Espero pues, o que me vengan a buscar de nuevo, o que me deporten. Francamente espero más lo primero.
Y desde ese momento iniciaré de nuevo la huelga de hambre por: el cese de todo tipo de torturas, la libertad de todos los presos políticos, mi libertad.
(…)
Puede que consiga mi libertad, puede que me dejen morir. El riesgo tengo que correrlo, como ya lo hice. Lo volveré a hacer con la misma firmeza. Mi moral está alta y me siento fuerte y segura. Si muero, mi muerte será útil. Cuando estaba en el calabozo, ya muy debilitada físicamente, esa idea me sostenía. Sabía que mi decisión era justa, porque cuando a una persona se la coloca en la disyuntiva de tener que elegir entre la dignidad y la muerte, debe elegir la muerte y debe saber morir.
He pensado mucho en Julius Fusik, en los esposos Rosemberg, en todos los héroes de la lucha contra el fascismo, en todos nuestros compañeros asesinados o muertos en combate. Igual que ellos yo amo la vida. Y por amarla tanto no la quiero sin dignidad.
(…)
Esa es una profunda convicción que tengo y que sé no me abandonará por duras que sean las pruebas que nuevamente deba afrontar.
Y mi querido P.C.P. a todos los camaradas, mi emocionada gratitud. Nada hay más hermoso que vivir y morir luchando por una causa justa, y la nuestra no sólo es la más justa sino también la más bella, la más noble; el bien más apreciado para la humanidad.
Y no duden, el día de la victoria estaré allí, agitando las banderas. Matena, Lui, no digan “¡si ella lo hubiera visto!” Porque lo estoy viendo y estaré allí, con todos los que lucharon y murieron para que ese día llegue.
(…)
¡Adelante! ¡Salud!
Carmen.
Fuente: espacio web dedicada a la memoria de la poetisa. Contiene: Biografía -resumen y completa, incluye reflexiones suyas y algunas cartas significativas- con la opción de descargar en pdf y acceder a una Galería de fotos.
Su obra, poesías, artículos (con un largo reportaje a José Asunción Flores), sus cuadros, comentarios y homenajes. Incluye poesías en guaraní y las que fueron musicalizadas.
Espacio web recomendado: www.wix.com/carmensoler/inicio
DE LA VIDA Y LA LUCHA DE CARMEN SOLER : Nació el 4 de agosto de 1924, en Asunción, y murió en el exilio, en Buenos Aires, el 19 de noviembre de 1985.
Su madre fue Carmen Canale, casada con el doctor Miguel Ángel Soler (abogado), y fueron sus hijos Dalila, Yoyi, Miguel Ángel y Carmen.
Miguel Soler (padre) fue un abogado prestigioso, y ocupó cargos importantes: fue embajador paraguayo en Argentina durante el gobierno de Rafael Franco, de febrero de 1936 a agosto de 1937, y fue Ministro de Relaciones Exteriores durante el gobierno de coalición de junio de 1946 a enero de 1947.
Carmen se casó muy joven con el Ingeniero KINÁ APONTE, con el cual tuvo una hija, Maria Eugenia. Pronto tuvo que separarse de su primer esposo, por abrazar un ideal político y social de liberación de nuestro pueblo y de solidaridad internacional con los pueblos que luchaban y luchan por la libertad, la justicia social, la independencia nacional y la paz mundial. Muy pronto fue perseguida igual que su hermano Miguel Ángel, por participar en la lucha contra el General Alfredo Stroessner.
En 1955 su casa fue allanada por la policía, y Carmen fue maltratada, robándosele todos los poemas escritos hasta entonces (tenía entonces 31 años). La encarcelaron en el «Buen Pastor».
En las luchas estudiantiles contra la intervención universitaria conoció a CARLOS LUIS CASABIANCA, con quien se casó en 1957. Pronto tuvieron que salir al exilio porque eran constantemente apresados. Ambos militaban ya en el Partido Comunista Paraguayo. Ambos provenían del Partido Revolucionario Febrerista. Carmen y Carlos Luis volvieron del exilio y entraron clandestinamente al Paraguay para sumarse a la Dirección del PCP que propugnaba la lucha armada guerrillera para derrocar a la dictadura de Stroessner. Trabajaron aquí para organizar el comando central del Frente Unido de Liberación
También participaron desde la clandestinidad en el movimiento estudiantil y popular de le 1959 contra la dictadura de Stroesser.
Fueron apresados el 16 de enero de 1960 y torturados en la Policía de Investigaciones en la comisaría 5ª. Y en la comisaría 3ª Carmen realizó entonces una huelga de hambre y sed por su liber tad y por conocer noticias sobre su marido, que estaba desaparecido.
La desterraron tirándola en la frontera, en tanto a su marido lo encarcelaron en Tacumbú, enjuiciándolo conforme a la ley 294, de represión, llamada “De defensa de la democracia”.
En el exilio, en Montevideo, Carmen trabajó incansablemente en la solidaridad con los presos políticos del Paraguay bajo la dictadura de Stroessner, que convirtió a nuestra patria en una cárcel.
La mayor parte del tiempo de su exilio Carmen vivió en Buenos Aires, donde al mismo tiempo de activar en la solidaridad con nuestro pueblo reprimido, desarrollaba una plena vida cultural y política, escribiendo sus poemas y sus artículos para la prensa internacional: "El Popular" y "Marcha", de Montevideo, "Propósitos" de Buenos Aires, "¡Adelante!", del Paraguay, y otros.
En 1964 Carmen y Carlos Luis volvieron a entrar clandestinamente a nuestro país para continuar luchando contra la dictadura de Stroessner. Esta vez colaborando más directamente con la publicación de "¡Adelante!" y de los llamamientos, manifiestos y volantes del PCP. Esta vez pudieron escapar de la represión pasando en bote por el Río Paraguay hacia la Argentina.
En 1968 Carmen volvió de nuevo clandestinamente al Paraguay para proseguir empecinadamente el combate antidictatorial. Fue delatada por un "pasero" de la costa del río en Itá Enramada y arrastrada presa hasta la “Técnica del comunismo”, donde la torturaron bárbaramente, especialmente mediante el sofocamiento en la pileta de agua con excrementos, con el fin de arrancarle delación. Ella, lejos de dar un solo dato a sus verdugos, los increpaba a gritos, según relataron otros presos políticos de aquel lugar siniestro.
Para impedir seguir siendo torturada, Carmen se cortó las venas del brazo y desagrándose la internaron en el Policlínico Policial, de donde la encerraron otra vez en un calabozo de “La Técnica". Allí declaró una huelga de hambre por su libertad que duró 30 días.
Luego la desterraron de nuevo. En su largo exilio estuvo también en Chile, donde militó en el Partido Comunista de Chile apoyando la política del Presidente Salvador Allende asesinado en 1973 cuando el golpe sangriento de Pinochet. Permaneció en Santiago hasta el 23 de octubre del 73 y participó en la despedida a Neruda, cuando éste falleció. Con los manifestantes en una sola voz desafiaba a los carabineros represores: "ALLENDE VIVE, NERUDA VIVE". "Juramos que la libertad levantará su flor desnuda sobre la arena deshonrada".
Después el interminable exilio, pasando por Suecia, Cuba, la Unión Soviética y de nuevo Buenos Aires donde falleció sin poder regresar a la tierra natal por cuya libertad dio su vida.
CARLOS LUIS CASABIANCA
Fuente: CARMEN SOLER – POESÍAS REUNIDAS. Colección LA MUJER PARAGUAYA EN EL BICENTENARIO. Secretaría de la Mujer de la Presidencia de la República Presidente Franco y Ayolas – Piso 13 y Planta Baja (595) 21 450.036/ 8. Correo: info@mujer.gov.py // www.mujer.gov.py . Editorial SERVILIBRO. Dirección editorial: VIDALIA SÁNCHEZ (595) 21 444.770. Correo: servilibro@gmail.com // www.servilibro.com.py . Asunción – Paraguay. 2011 (272 páginas)
SOLER, CARMEN
Ciudad de Asunción, 1924 - 1985. Poeta de fina sensibilidad, luchadora social comprometida con la suerte de sus hermanos paraguayos a quienes dedicó toda su vida, gran parte en el exilio, Carmen Soler expresó su solidaridad con su sufrido pueblo a través de sus versos, tal vez los más encendidos y elocuentes con que cuenta el cancionero patrio de protesta.
Autora de textos dispersos en diversas publicaciones locales, del libro de poesías titulado “EN LA TEMPESTAD” - su única obra publicada en vida - y de un volumen póstumo, “LA ALONDRA HERIDA” (1995) -poemario aparecido con motivo del décimo aniversario de su muerte-, esta infatigable mujer a quien Luis María Martínez ha calificado de «la desconocida voz abroquelada por la distancia y el silencio» representa, según Augusto Roa Bastos, «la irrupción de la mujer [en la poesía nacional] como poeta de combate» (De: El Trino Soterrado, tomo I, página 392).
(Fuente: "BREVE DICCIONARIO DE LA LITERATURA PARAGUAYA"/ 2da. Edición – Autora: TERESA MENDEZ-FAITH ** Editorial EL LECTOR, Asunción-Paraguay 1998)