LEA DIARIOS, ES DIVERTIDO
Aunque no seré yo quien se dedique al análisis sistemático de la literatura comercial, leo y admiro estilo y fondo de los avisos clasificados, género al que tan poca dedicación se le está dando en esta época de gran apetito por las nimiedades. Un tiempo atrás me ocupé de este aviso: "compro universidad en funcionamiento", que me despertó a la obvia certeza de cuán conveniente ha de ser adquirir una universidad sin funcionar, siendo, como han de ser, mucho más baratas. En este país todavía hay buenos negocios por hacer; y la publicidad los potencia.
A la publicidad hay que entenderla como un gigantesco vertedero de ideas, símbolos y valores, de principios y sentimientos, donde los creativos de las agencias son los gancheros, los muchachos del reciclaje, que van hurgando a ver qué se puede ensamblar o mezclar con qué para presentar algo viejo con apariencia diferente. Al publicitario le sirve todo lo que esté arrojado al vertedero: la bandera nacional, niños sonrientes, los versos sentimentales o las tetas de Rossana Pereira. Todo es reutilizable, mezclado con el patrioterismo, la diversión febril, la devoción religiosa o un toque de filosofía confuciana.
Pero la crema del ingenio está en los avisos clasificados. Desde invocaciones a santos extravagantes, como Expedito, hasta los que intentan conversar directamente con Jesucristo por medio del periódico, hay mucho que ver. Y anótense los maravillosos eufemismos como los "masajes terapéuticos", los "baños de luna" y los "drenajes linfáticos" que ofrecen chicas amables; los "asesoramiento en tesis y tesinas" de profesionales universitarios aventajados; en fin, los... Persiste lo de "se necesita señorita de buena presencia" aunque la experiencia enseña sus riesgos, pues las que verdaderamente tienen buena presencia suelen adolecer de una pésima ausencia. Y aunque mucho más difícil todavía es solicitar y conseguir "persona de buena presencia, de ambos sexos".
Hay oficios solamente hallados en los clasificados de este cálido y hospitalario país del corazón de Sudamérica (o del páncreas, que esto aun no está dirimido con Bolivia). Un overloquista, por ejemplo, no es alguien que se excede en la locura sino el que maneja un tipo de máquina de coser industrial. Luego se topa uno con eso de motosierrista, tarotista, softwerista, mentalista, brushinista. ¿Sabe Ud. para qué sirven un visual plotteado, un backlight, un lanzapétalos? ¿Qué se comercia en los almacenes de cabellos? ¿Está en condiciones de contratar a alguien para un seguimiento? Si esto falla, puede contar con los servicios de "La Faraona del Amor", que arrastra al infiel a tus pies y neutraliza a tu rival con el poderoso e infalible ritual del aborrecimiento. Pero si aun todo esto sigue fracasando, queda todavía, por supuesto, el recurso a San Expedito.
En la sección "Otros", alguien nos asombra con esta oferta: "abogado y escribano recién recibido dispone de tiempo completo, referencias y registro de conducir válido". Algo sugiere que en realidad busca empleo como chofer. Mientras nos conduce tal vez nos pueda recitar el Código Penal. Con tantas universidades funcionando y sin funcionar, la competencia profesional ha de estar bien dura.
Pero no todo está en la prensa. De los médicos, por ejemplo, hay que aprender a expresarse con la sencillez y la claridad propias de la literatura de su profesión. Véase esta descripción de un ser humano inspeccionado: "Individuo normosómico eutrófico con aparente buena salud física y mental". En el tópico "examen físico" se agrega: "Lucido y colaborador, lenguaje conservado, motilidad y sensibilidad de miembros conservados, ruidos cardíacos normofonéticos, buena ventilación pulmonar y sin rales
Arcadas dentarias completas y en regular estado de conservación". En resumen: una belleza. Este es el tipo de informe que debería presentar una "persona de buena presencia" para ganarse el puesto.
Sin duda, el mundo divertido no acaba en los medios. Alguien me asegura que en ciudad de México, hartos de las manifestaciones callejeras que inútilmente estorban a todo el mundo, un nutrido grupo de ciudadanos realizó una manifestación para protestar contra las manifestaciones. Otro contertulio jura que en un museo de Villarrica había una pieza muy admirada, que recibía muchos visitantes asombrados, cuyo cartelito anunciaba "roca petrificada". Digna de verse. Debe tener algo que ver con el legendario oro metalizado del Guairá, tan anhelado y perseguido por los conquistadores.
Fuente: ABC Color (Online)
www.abc.com.py
Sección: OPINIÓN
Sábado, 17 de Octubre de 2009
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