VIRGINO VILLAGRA
Compositor e Instrumentista
Nació en Asunción el 21 de marzo de 1928.
Comenzó sus estudios musicales en 1943, en la Banda del Colegio Militar Francisco Solano López, con Joaquín Vázquez.
En 1947 integró como clarinetista la Banda Municipal, y en 1948 la Banda de Policía de la Provincia de Corrientes, Argentina.
Continuó luego en la Banda de la Provincia de Jujuy.
En 1949 regresó al Paraguay y se unió al movimiento impulsado por la Asociación de Músicos del Paraguay, junto a Carlos Lara Bareiro.
En la década del 50 integró como pianista la Orquesta del Estado Mayor.
Continuó al mismo tiempo sus estudios musicales en el Instituto Musical La Lira, bajo la dirección de Josefa Peña de Faella, con Luis Cañete y Kurt Lewinson, armonía, contrapunto y composición.
En 1958 se radicó en São Paulo, Brasil, donde trabajó como músico profesional y estudió acordeón a piano.
Posteriormente, en Asunción, dirigió su popular orquesta, ESTRELLAS PARAGUAYAS DEL JAZZ.
En los últimos años ejerce la docencia en colegios, en la Banda Salesiana Paí Pérez y como profesor de armonía en el Ateneo Paraguayo.
En la década del 70 continuó sus estudios musicales y pedagógicos con Nelly Jiménez y Elsa Wiesel de Espínola.
Entre sus composiciones más destacadas están: AMANECER DE LA TIERRA MÍA, 100 AÑOS GALOPANDO, TE RECUERDO MI ASUNCIÓN, COMO UNA LEYENDAy otras.
Fuente: DICCIONARIO DE LA MÚSICA EN EL PARAGUAY por LUIS SZARAN. Edición de la Jesuitenmission Nürnberg, Alemania 2007. 507 páginas. Edición digital: www.luisszaran.org.
VIRGINIO VILLAGRA
Saxofonista, clarinetista y pianista. Director de orquestas bailables, compositor y profesor de música
V: Mi padre era requintista y quería que yo también toque la guitarra. Al principio no quería, pero después si me interesé en la música, estando en el Batallón de “Boy Scout” Número 4 con el Padre Laborel, en el predio de la escuela Caritas allá por el año 42.
E: ¿En qué año naciste?
V: Yo nací el 21 de Mayo de 1928 y me anotaron mal, me pusieron 21 de Marzo realmente, muy simpático es. Fui exiliado porque me pidieron afiliación al Partido Colorado, en ese año, en el 47, estaba cumpliendo mi servicio, tenía el grado de sargento viceprimero. Me pedían mi afiliación y les dije: “no tengo” y había sido que no tenía que decir eso, fue una metida de pata. Estuve preso en la policía, pasé al Comando en Jefe, luego fui allá donde ahora es el lugar de ESSAP, recuerdo que con la mano carpimos todo ese lugar. Más tarde nos exiliamos. En el 47 le dije a mi socio para escondernos y había un sargento colorado que fue castigado y también hablamos con él y nos dijo: “¡váyanse!”. Así nos metimos en el bosque, subimos en el tren lechero de las nueve de la mañana en la esquina de la Caballería donde estaba la estación de ferrocarril con el tren que venía de Patiño, vinimos, pero más tarde me tuve que tirar del tren en la esquina del Club libertad porque los Militares se subían a pedir documento.
Vine a escondidas a mi casa, me preparé y fui a la Embajada de Brasil, allí me pedían los documentos y lo único que tenía era una cédula militar firmada por el General Emilio Díaz de Vivar. En la Embajada me dijeron que ese documento no era válido, lo único que servía era un documento de afiliación de algún partido político para tramitar como perseguido político, entonces mi padre me llevó un documento donde constaba que yo era liberal, de ahí después de tres días nos hicieron pasar a la Argentina a través de un convenio con la Embajada de ese país.
Había sido que ya aprendí la música, ahí me di cuenta, a los tres días ya estaba en Formosa, ahí me encontré con un amigo que era mozo del Cuerpo de Cadetes del Colegio Militar, un tal Ramón Osorio. Sorprendido me preguntó qué estaba haciendo ahí, recuerdo que había muchos paraguayos en la calle, yo estaba en una pensión, me dijo: “salí de ahí, vamos, te llevo la valija”. Me llevó a su casa porque él estaba viviendo en Formosa y me presentó a su mamá y ella encantada me recibió, así me quedé a vivir con ellos. Recuerdo que me invitó para irnos a hablar con el director de la banda municipal, fuimos de noche a hablar.
E: ¿En ese momento ya tocabas un instrumento de viento?
V: Sí tocaba, incluso llegué a ser primer clarinete en la Banda con el señor González que fue mi profesor y ese González fue un solista de la Fragata Sarmiento que es un Barco de Escuela Naval Argentina. Entonces hablamos en Formosa con el maestro Guliane en el centro de ensayo, conversamos, le dije que yo tocaba clarinete pero que no tenía instrumento. Entonces me mandó con el secretario para buscar uno y me dio para tocar, probé y me quedé contratado para trabajar. Ahí me di cuenta que ya aprendí en el Colegio Militar. Para obtener mi documento después me fui a la Sección de Departamento de la Gobernación, en aquel tiempo todavía no era provincia, correspondía a la central, entonces anotamos mi nombre, fecha de nacimiento, edad, nombre de mi padre, me sacaron una foto y me entregaron un papel sellado para mi documento de identidad, pero necesitaba mi partida de nacimiento legalizado por la Embajada de Argentina en Asunción. Mandé una carta y me la enviaron, pero ocurría un hecho simpático, mi fecha de nacimiento no coincidía, yo nací el 21 de mayo y en mi certificado figuraba 21 de marzo, pero ni se pudo corregir, se quedó así.
E: ¿En el Cuerpo Militar usted dice que tocaba zamba, entonces ya había un repertorio folclórico?
V: Se tocaba música folclórica y también música clásica, ahí escuché por primera vez la obra “La Revolución de 1812”.....tocaba de forma magistral la Banda del Colegio Militar con el Capitán Pedro Carpinelli que también fue director de la Banda Militar.
E: ¿El Capitán Carpinelli dónde estudió?
V: Él es italiano, vino formado de allá, fue un excelente trombonista, él es papá de los Carpinelli. Como en el 42 yo me fui por parte del Batallón Scout para aprender a tocar corneta o pífano. En tres meses aprendí a tocar corneta y después practicamos pífano que es un instrumento como la flauta traversa que refuerza a la trompeta en la banda. Al año siguiente, en marzo del 43, me vio Carpinelli y me dijo: “¿te gusta la música? “sí” le dije, me gusta tocar y escuchar”, “bueno entonces dígale a su padre que quiero hablar con él”. Yo estaba por cumplir 15 años, y por eso quería hablar con mi papá. Vine a contarle a mi padre y me dijo él: “hijo ahí ya no es como acá, ahí todo es disciplinado, si vas a respetar eso, te voy a llevar o si no vas a respetar no te voy a llevar”. Mi padre era de esos que le hacía mirar el futuro a una persona, porque yo cuando tenía 12 años ya era zapatero de primera.
E: ¿Su papá mismo fue a llevarle junto a Carpinelli?
V: Él se fue a hablar y le explicó que tenía que firmar un papel donde constaba que yo entraba por dos años en la Formación Musical y otro dos años en el servicio Militar.
E: ¿Qué instrumento practicó primero?
V: Empecé con el clarinete, como ya tenía base, enseguida aprendí y me incorporé a la Banda. Recuerdo que todos me querían. En ese lapso vino un Capitán argentino de nombre Joaquín Vázquez que estaba en el Ejército Paraguayo de “Honoris Causa”, me vio y dijo: “Villagra va ser mi secretario”, entonces me fui a trabajar en su oficina, ahí tenía un piano cerca, y empecé a practicar y a leer libros, atendía las clases de armonía que hacían con los otros profesores. El profesor Darrosa enseñaba Filosofía y Educación Cristiana en aquella época, aparte escribía mucho sobre la importancia del Guaraní. En ése lugar fue donde me formé íntegramente, como me gustaba leer compré en aquella época un libro La Vida es Sueño de Calderón de la Barca, después de venir del Colegio, a la noche, siempre leía.
Una vez vino un oficial de guardia haciendo la recorrida y me dijo: “¿qué estás haciendo?”, le dije: “estoy leyendo La vida es sueño”, me dijo: “que sea última vez que se le encuentre leyendo esta cosa, esto no está permitido leer acá”, pero yo hacía lo siguiente, en aquella época salía La Tribuna que traía unos hermosos artículos, después de venir del colegio sacaba los diarios a leer todos los artículos habido y por haber, así me fui enterando de muchas cosas de la Guerra del 70 escrito por un inglés que se publicó en el diario, así digamos me formé, luego me fui a la Argentina.
E: ¿En Formosa seguiste con el clarinete?
V: En la Argentina ya me fui como clarinetista y empecé a trabajar el 6 de julio en la Banda Municipal de la gobernación de Formosa y en diciembre por ahí me llego una carta de un ex compañero de la Banda Militar, que también había sido exiliado a Corrientes porque era Liberal, un concepcionero y se fue allá a integrar la Banda Sinfónica. Entonces se enteró que yo estaba por Formosa y me mandó una carta porque necesitaban un tercer clarinete para la Banda Sinfónica. Ya era 190 pesos el sueldo de la Banda Sinfónica y en Formosa ganaba solo 90 pesos, había mucha diferencia, entonces le dije a la señora donde vivía “me voy a ir a Corrientes”. Lo simpático era que un Gallego, que era el director decía: “oye tu Giménez, te encargas del clarinete y él se encarga de estudiar”, después fui a tomar el examen y como me faltaba mejorar el director decía: “Giménez te encargas del clarinete y el sigue estudiando. Si no pasas el examen no hay sueldo”. Después me fui a estudiar con todo, volví a tomar el examen y ya mejoré, entonces ahí me quedé a integrar la Banda.
Más tarde me pasó a su grupo principal, pasé a segundo clarinete hasta que después un integrante del primer clarinete, un santafesino tenía una enfermedad y me puso detrás de él y así fui ascendiendo, hasta un día que un señor dijo que yo era muy estudioso, y me recomendó, “hay una Banda de Sinfónica que se abre en la Provincia de Jujuy para que usted se pueda ir y allá el sueldo es 250 pesos”. Entramos en tratativas y a los seis meses ya estaba allá, me encontré con un gran profesor de clarinete, un español, nos hicimos amigos y comencé a estudiar con él, pero siempre yo me preguntaba: “qué raro que es este señor”, él nunca me decía que estaba bien, solamente: “pase a la siguiente hoja”, estudiaba unos libros complicadísimos. Eso fue por llegar al año 49, yo estaba por cumplir 21 años, a la vuelta de vacaciones fuimos a ensayar en su casa y me dijo: “tengo algo para vos” abrí su escritorio, me dio una carta y encontré ahí que a él le ofrecieron como tercer requinto en el Cuerpo de Bomberos en la Provincia de la Plata con un sueldo de 450 pesos, prácticamente el doble de lo que yo ganaba ahí, y me dijo: “si se va a ir, inmediatamente llamo por teléfono y llevas una carta de recomendación”.
Por supuesto, preparé mi renuncia y me fui a Buenos Aires porque ahí tenía un primo que estudiaba mecánica dental, el Doctor Remigio Alvarenga que vivía sobre las calles Perú y Azara, entonces le llamó por teléfono para avisarle que me iba, con un tren que llegaba a las 9 de la noche a Buenos Aires. Entonces se fue a esperarme en la estación, eso fue en el año 1949, la época de oro de Buenos Aires.
Mi primo me acompañó a la Provincia, yo allá ganaba bien pero no tiraba así nomás la plata por el hecho de ganar bien.
E: ¿Vos eras soltero todavía en esa época?
V: Soltero todavía; nos fuimos, al llegar al lugar donde me dieron la dirección, al hablar con el maestro este, tocamos el timbre y salió, le entregamos la carta, leyó todo y me dijo: “mañana a las seis sale el tren de Constitución y te espero ahí”, para las seis menos cuarto ya estaba en el lugar con la boleta en mano para viajar, y vine llegando todo uniformado y me dijo: “usted no es paraguayo” “¿por qué?” le dije, “al paraguayo se le dice seis y media y llega a las siete y media” me respondió.
Fui a entregar mi documento y ahí se dio cuenta que no era argentino, me dijo: “joven usted es paraguayo, pensé que era correntino, me tiene que traer un papel donde conste su nacionalización y le va a correr su sueldo”. Al principio me iba a nacionalizar porque tenía todos los documentos para hacer, después le dije a mi primo lo que estaba pasando, me dijo: “primero vamos a ir a hablar con ”Nenito” a ver que dice”, yo no sabía quién era “Nenito”, me dijo: “ ese es el famoso Doctor José P. Guggiari, ex presidente de la República, él está como miembro de la Cámara Baja de Perón”, el tipo era Abogado de la Cámara de Perón, le llamó por teléfono mi primo y nos fuimos a hablar con él. Ahí le conocí al Doctor que era una personalidad, tenía una ilustración, que americanista era, eso fue en el año 49 y ya me vaticinó lo que iba a ocurrir en la Argentina.
Después de dos años de ese exilio volví. Tampoco llegué a nacionalizarme y por eso no ingresé a la Banda Sinfónica de La Plata. Cuando estaba por venir de allá fuimos a cenar con mi primo en la Plaza 11, nos encontramos con Victorino Villalba hermano de Hincho Villalba que fue jugador del Club Cerro Porteño. Como me conocía, se acercó a hablar, me preguntó para dónde me iba, le conté que estaba regresando al Paraguay porque tenía problemas para trabajar por no nacionalizarme. Ahí me dijo que tenían una zapatería sobre la Calle Constitución 4001 cerca del Club San Lorenzo, me invitó para irme a trabajar a cambio de pagarme 10 pesos por día libre, yo me sentía muy contento con eso y me quedé para comprarme un instrumento por la plata que ganaba ahí.
E: ¿Cuándo volviste a Paraguay retornaste a alguna Banda o entraste más en las orquestas?
V: Cuando vine de Argentina, a Alberto Evans que tema una orquesta de Jazz creada con la banda de policía, le contaron que había un saxofonista, entonces me llamó y me fui al ensayo.
E: ¿Cómo se llamaba la orquesta?
V: Se llamaba La Orquesta de Alberto Evans, como yo no tenía instrumento, le dijo a Lara Bareiro un saxofonista: “dale un poco tu saxo para ver como toca”, empecé a practicar y como le gustó, llegamos a un acuerdo para quedarme.
E: ¿Usted ya tocaba saxo?
V: Yo siempre fui clarinetista, pero como querían que toque saxo, empecé a ejecutar y no tuve problemas porque tienen una técnica similar.
E: ¿Cómo estaba compuesta una orquesta de Jazz en esa época?
V: Había dos trompetas, un trombón a cilindro, cuatro saxo (dos tenores y dos alto), un piano grande, batería y contrabajo era la orquesta, entonces me quedé a integrar el grupo. Más tarde me conseguí un saxo que pertenecía a la Banda de Concepción, de los revolucionarios, era un saxo alto de origen italiano que hasta tiraron al agua, recuperaron y vinieron a ofrecerme. Lo mandamos a Argentina para arreglar el instrumento porque estaba todo descompuesto, más tarde ya compré para mi clarinete.
Recuerdo en una oportunidad estábamos actuando en el Club Centenario con la Orquesta Evans que era exclusivo del club, también estaba Cesar Medina con su Orquesta Típica, con Kurt Levinson su pianista, Aniceto Vera Ibarrola violinista. Terminó la actuación y vino Kurt Levinson y le dijo a Alberto: “¿de dónde sacaste al seminarista ese?” Yo estaba con un traje negro y desde aquella vez en el grupo me dicen “Pa 'í Viki”.
E: ¿Los arreglos orquestales eran traídos del exterior?
V: Los arreglos eran todo traídos, mayoritariamente Americanos y de Brasil también que mandaban muy buenos arreglos.
E: ¿Se compraba de algún lugar o hacían traer?
V: Generalmente se compraba, “Villadesau” vendía la partitura, también en el Centro de Cultura de la Embajada de Brasil te inscribía para el pedido de los arreglos que traían para tocar la Zamba, Marcha, Docardo y todo esos estilos de la música brasilera.
E: ¿Quiénes integraban la Orquesta de Jazz de Evans?
V: En aquella época integraban Alberto Evans como director y trompetista, Lara Bareiro saxo alto, yo estaba como segundo alto, en el saxo tenor no me acuerdo quien estaba y un Miguel Ángel también que era saxofonista, tocaba saxo tenor, después le hice tocar saxo barítono, muy buen chico era.
E: ¿Kurt Levinson era el pianista de la Banda?
V: No, él era profesor de la Banda de Policía, era pianista de la Típica. Cesar Medina hablaba siete idiomas, también fue profesor de música del Colegio Alemán.
E: ¿En la Orquesta de Evans qué repertorio hacían?
V: Repertorio de Jazz, bolero, cha cha cha, tango europeo, vals clásico; el Jazz que hacíamos nosotros es él de las Jazz Band.
E: ¿A qué llaman Tango Europeo?
V: El Tango Europeo a diferencia de lo conocido son los acentos rítmicos, no tenía un fraseo libre, ese es el Tango Europeo, hoy en día también el Tango ya es de teatro muy sofisticado, está a la altura de cualquier otro ritmo, hasta las variaciones creo que hacen con el pie los bailarines hoy en día, ha cambiado mucho.
E: ¿Después de Evans formaste ya la Estrella Paraguaya de Jazz?
V: Después de salir de Evans integré con la orquesta de Athos Bernal, otro músico importante, estuvo mucho tiempo en Brasil. Estudió allá, tiene un doctorado en música, fue pianista y trompetista, pero hace rato que falleció, justamente la trompeta fue su primer instrumento, en este libro está su biografía, realmente fue un chico muy interesante.
Nosotros vimos ya que los instrumentos de viento se iban en decadencia, entró con todo la guitarra y la gente quería escuchar fuerte pero con un mal sonido, él siempre venía con su cuñada porque su hermano era baterista de la orquesta, después un día le dije: “porque no tratas con Ramos Giménez, porque el Maestro Carlos Bareiro está de vuelta y ya terminó su beca, está en vacancia”, entonces fue a hablar con Ramos Giménez y consiguió la beca. Entonces dejó la orquesta y se quedó Papi Barreto en su reemplazo.
Virginio Villagra en el órgano con el maestro Luis Cañete en el bandoneón
E: ¿En qué año fue eso?
V: Eso habrá sido en el año 55, Papi Barreto se fue en el 59 a Buenos Aires y desde aquella vez se quedó la orquesta conmigo. Primero fue La orquesta de Athos, luego vino Papi y después me quedé encargado y, a partir de ahí, Las Estrellas Paraguayas de Jazz”.
Con Athos somos contemporáneos, nos recibimos juntos cuando el Doctor Hugo Peña era Ministro de Educación y Athos consiguió la beca y se fue a estudiar al Brasil a finales del 57. Al año siguiente un 5 de febrero empezaban las clases y acá estaba empezando la fiesta de Carnaval y tuvo que dejar de lado la orquesta para ir.
E: ¿En qué lugares actuaban con las orquestas?
V: Yo toqué dos años de programa en horario central de 11:30 a 12:00 hs en Radio Paraguay los días domingos.
Una de las emisoras más caracterizadas era la Radio Paraguay, la empresa que respaldaba era la primera línea uruguaya de navegación aérea PLUNA, gracias a eso por lo menos teníamos vestimentas adecuadas.
E: ¿Se hacía con público en el auditorio?
V: Sí, había gente en el lugar, todo era en vivo.
E: ¿Era una tradición las audiciones en las radios?
V: Sí, era algo que estaba de moda también en Buenos Aires, acá con Radio Guaraní tuve un contrato donde tocábamos de 12:00 a 13:00 antes de irme a Radio Paraguay. En Radio Guaraní yo usaba una “boquilla de cristal” para clarinete y cuando terminamos de tocar ahí adentro salimos afuera con un calor terrible y con el cambio de aire se rompió, se partió en dos partes, lo sentí mucho pero ya no había caso y nunca más me hice de “boquilla de cristal” porque es muy fácil de romperse. Con la orquesta Estrellas paraguayas del Jazz continué hasta el año 64.
E: ¿A parte de las radios, tocaban en fiestas?
V: Tocábamos en fiestas y de ahí salían los contratos. Por ejemplo, un año antes ya tenía el contrato, de repente tocábamos en Tte. Cabello de Carapeguá, la fiesta del 10 de febrero de Quiindy, después Villa Florida, luego San Juan a 1 de enero, San Ignacio cada 31 de julio, las fiestas cada 24 de septiembre en Caraguatay sin falta nos íbamos, y acá casi todos los clubes sociales por ejemplo el Club Sirio, Club de la Sociedad Española en Trinidad.
E: ¿Todos los músicos se dedicaban profesionalmente?
V: Todos los que estábamos adentro éramos profesionales. La Asociación de Músicos del Paraguay exigió a todos los nuevos socios, mirando que había muchas orquestas, que él que iba a ser músico profesional tenía que pasar por un breve examen por la Asociación de músicos del Paraguay como condición, leer, interpretar la música.
E: ¿Qué otra orquesta había al estilo de tu orquesta?
V: Los Dados Blancos era otro grupo, no recuerdo quien dirigía en los primeros tiempos, más tarde pase a dirigir esa orquesta, como trombonista estaba Papi Cabañas que fue uno de los primeros que tocaba trombón a vara. Tenía un hermano médico saxofonista Benjamín Cabañas que era un personaje, hay muchas anécdotas de él. Una vez dejó la Banda Pa 'í Pérez para ir a la Banda Militar, era su época de estudiante, tocaba muy bien y tuvo que ser dejado de lado por el director por ser muy “boletero”. Oscar Torales, ya fallecido, gran pianista, mucho tiempo fue mi compañero en el ejército. Con Benjamín Cabañas tocaban piano en el “Zan Su Zip” ahí en frente de La Encarnación, un lugar alto donde había un Restaurant lindo, donde la gente iba a cenar, ahí tocaban piano Oscar con Benjamín toda la noche y luego pasaban al colegio. Les cuento una anécdota de Benjamín: en Tte. Fariña y México había un Bar en la esquina misma, a él le gustaba tomar, se fue con su saxo, estaban unos tipos por ahí, le dijeron: “toca pues tu charata”, se subió en la moto con su socio corriendo y con su saxo tocando, un personaje total el amigo.
Otra orquesta típica que había era Los Hermanos Vásquez que vinieron de Buenos Aires, Carlos Villagra tenía también su grupo Casablanca Jazz, de ahí fue que me cambiaron mi nombre. Una vez vinieron a buscar a las Estrellas Paraguayas del Jazz, se equivocaron y le mandaron junto a Carlos Villagra. Después se produjo una discusión de quien era el “verdadero Villagra”, nos encontramos con los contratantes y salió Nene Barreto, me dijo: “te vamos a llamar Eduardo Villa así no termina la villa”, y por mucho tiempo usé ese nombre, hasta ahora muchos me conocen como Eduardo.
E: ¿En qué año fue eso?
V Eso fue allá por los 64, 65, 66 porque yo en el 57 regresé de San Pablo, estuve en Brasil en ese año. Soy músico profesional en el Estado de San Pablo, quería llevar a mi familia pero mi señora no quiso ir.
E: ¿Usted toca piano también?
V: Yo aprendí a tocar el piano después de venir acá, recuerdo que el maestro Cañete me había dicho para linear porque la armonía ya requería de eso, entonces empecé a estudiar piano pero en forma individual nomás y la guitarra también aprendí a tocar así, a través de métodos y libros que yo tenía.
Fuente: Músicos de Orquestas Bailables Asuncenas 1950 - 1980: Relatos y Anécdotas © Rodolfo Elias Acosta. Rodolfo Elías: Coordinador. Oscar Gaona: Investigador. Vicente Morales: Investigador y responsable de registro fotográfico. Editado con los auspicios del FONDEC. Asunción - Paraguay, 2013 (123 páginas)