ROJAS VEIA, RAMON : Nació en Asunción en 1956.-
Dibujante, humorista y publicista.
A la par de cursar el bachillerato, incursionó en el arte en forma autodidacta, ayudado en pintura al óleo, en introducción a la composición por el profesor Verdún, mientras que con Ricardo Yustman realizó dibujo a la pluma y técnica básica de collage.
Participó en exposiciones colectivas de arte:
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“Sobre collage” en el Centro Cultural Paraguayo Americano de Asunción;
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“Arte catástrofe” en la Galería Arte-Sanos;
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“Años del miedo” en la Galería Miró;
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“Dibujos y gofrados”, en la Galería Propuestas.-
Obtuvo el primer premio en un concurso de dibujo organizado por la OEA (tema libre) con exposición en la Galería Arte Sanos.-
Desde 1970 forma parte del Grupo “11 JÓVENES DIBUJANTES”.
Realizó la primera revista de humor en Paraguay “JE, JE, GRAP...” con conocidos humoristas, como Nico Espinoza y Mario Casartelli.
Trabajó como ilustrador en agencias de publicidad de nuestro medio y de La Paz, Bolivia.
Trabajó en Biedermann Publicidad, donde ocupó en cargo de director gráfico. En este campo ha recibido numerosos premios.-
(Fuente: “DICCIONARIO DE LAS ARTES VISUALES DEL PARAGUAY”, por LISANDRO CARDOZO, editado con el apoyo del FONDEC, Asunción-Paraguay 2005).-
RAMÓN ROJAS VEIA (1956 – 2006) : ROJITA: DE DISEÑO Y HUMOR NEGRO: A Rojita le hubiera causado gracia. Al día siguiente de su entierro la única crónica sobre su muerte rezaba: “Un karai (señor) de 49 años se colgó de la cocina mientras su esposa no estaba”.
Ningún medio recogió su extraordinaria, aunque poco conocida obra plástica. Ni siquiera lo recordaron como uno de los pioneros del humor gráfico paraguayo.
Sus largos años como exitoso creativo e ilustrador de primer nivel en varias agencias publicitarias tampoco contaron. Su caso apenas ameritó cuatro párrafos en la página policial.
Casi como un mal chiste lleno del sarcasmo, que a él tanto le gustaba cultivar, la muerte de Ramón Rojas Veia (1956–2006) no pasó de ser un hecho que apenas conmovió a su reducido grupo de amigos y, por supuesto, a sus familiares más cercanos, su esposa María del Carmen, y su hija Patricia, del primer matrimonio con Mía. Sin embargo, para los que disfrutamos de su amistad y de su arte, el hecho adquiere connotaciones de verdadera tragedia.
Rojita no solo fue un creativo a tiempo completo, sino que además una persona que vivió la vida con la sensibilidad siempre al límite. A flor de piel, característica que se reflejaba en todos sus actos.
Componente junto a Juan Moreno, Roberto Goiriz, Nicodemus Espinosa, Mario Casartelli, Chester Swan y otros, de una generación que asumió el humor gráfico como una forma legítima de expresión, inclusive para luchar contra la dictadura, Ramón era quizá el más radical de ellos en materia de sarcasmo e ironía.
Integrante del legendario staff original de ‘JE JE GRAP!’, que integró siendo adolescente, y ‘EL RAUDAL’, Rojita participó también de otras publicaciones como ‘SIN ANESTESIA’ y más recientemente ‘FISCALES’, revista del Ministerio Público que diseñó con verdadera maestría. Sin embargo, su obra puede encontrarse en centenares de campañas publicitarias en las que no aparece su firma, pero sí el sello personal de su genio. En ese rubro se consideraba discípulo de Ricardo Yustman, su maestro y amigo.
En el ámbito de las artes plásticas, en donde nunca se sintió cómodo, Rojita perteneció a la camada de Gabriel Brizuela, Florentín Demestri, Rubén Maltese, Julio y Gabriel González. Alguna vez le escuché hablar de Bernardo Krasniasky como su inspirador.
Participó de la muestra ‘ZAPATOS’, en lo de Roberto Airaldi, y formó parte del grupo de los 11. Amigo, admirador e impulsor de la carrera de Lobito Martínez y Toti Morel, Ramón acompañó todo el proceso de nacimiento del rock nacional e incluso produjo algunas de sus primeras grabaciones, como por ejemplo el casete ‘Todo Nacional’, cuyas tapas elaboró con genial artesanía.
Se lo extrañará en los bares, en las agencias y en las tertulias sobre música y arte. Quizá sea una víctima más de la debacle financiera que lo dejó en las márgenes de la profesión, cuando las publicitarias redujeron drásticamente gastos y personal. Alguna vez se lo reconocerá como uno de exponentes más avanzados del diseño gráfico en el Paraguay. Hoy es apenas una fría y triste crónica en las páginas policiales. Un número más en la fatídica estadística de suicidios siempre inexplicables. Muy pocos sabemos que se fue un grande de verdad. Pero incluso esto parece formar parte de un plan urdido por un maestro del humor negro. Eso no se hace, Rojita. MARIO FERREIRO
Fuente: HISTORIA DEL HUMOR GRÁFICO EN PARAGUAY por ROBERTO GOIRIZ/ Con la colaboración de ANDRÉS COMÁN GUTIÉRREZ y ALEXIS ÁLVAREZ ** EDITORIAL MILENIO – LLEIDA, 2008 ** Con la colaboración de: UNIVERSIDAD DE ALCALÁ - FUNDACIÓN GENERAL www.edmilenio.com
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