PortalGuarani.com
Inicio El Portal El Paraguay Contáctos Seguinos: Facebook - PortalGuarani Twitter - PortalGuarani
OLGA BILBAO CUEVAS
  IMAGEN SOBRE IMAGEN, 2010 - Poemario de OLGA BILBAO CUEVAS


IMAGEN SOBRE IMAGEN, 2010 - Poemario de OLGA BILBAO CUEVAS

IMAGEN SOBRE IMAGEN

Poemario de OLGA BILBAO CUEVAS

 

Ilustraciones de SVETLANA VIETSKY

ZADA Ediciones

Asunción – Paraguay

Setiembre del 2010 (68 páginas)

        

PRÓLOGO

 

         La poesía, con sus múltiples resonancias, encuentra en Olga Bilbao una voz peculiar, por el contenido de gran parte de sus versos, sobre todo en lo que atañe a las condicionantes de su vida.

         Los embates de la bipolaridad arrojaron a la autora, en continuas ocasiones, a recónditos abismos mentales de los que ella, con fortaleza admirable, logró, emerger cuantas veces llegó la tempestad.

         En ese contexto, se sabe que no existe más opción que estar alerta ante cualquier mínimo indicio de algún ramalazo. Ella, tras haber recorrido las dolorosas sacudidas solitarias, logró reunir las armas precisas para sobrevivir en la incesante batalla.   Consciente de ello, Olga se niega rotundamente a ser prisionera de un determinismo de las circunstancias. Y así, con pasión por la belleza y vocación testimonial a través de la palabra, asimila y encausa libremente los datos de una realidad compleja y sucesiva.

         Como aquel alucinado Rimbaud, que padeció la alteración de los sentidos y regresó después con prodigiosa lucidez, aquí está ella, relatándonos en versos no sólo lo que es vivir una temporada en el infierno, sino también para contarnos de las pequeñas maravillas que fue recogiendo en el camino, desde los pasos iníciales por los pueblos de su infancia.

         El recuerdo de su madre la acompaña, con suma gratitud, al igual que la imagen de Cristo, como metáforas de amor infinito a la humanidad.

         Imagen sobre imagen es el título de un libro que consta de tres capítulos claramente definidos. En cada uno de ellos, los poemas están poblados de utopías, de imaginaciones. De sueños que son parte de una irrebatible realidad.

 

         Mario Casartelli

         20 de setiembre de 2010

 

 

 

CAPÍTULO I

 

 

         EL PIRATA

 

Navegué por los siete mares,

me hundí en las más lejanas profundidades

y sólo recibí tu aliento,

tu húmedo y fresco aliento.

 

Entonces reclamé a la luna

que me enviara su ropaje

para recibirte

con amor y fantasía

y ser así el dueño

de tu corazón, bella mía.

 

 

         DUARTE CUÉ

 

Duarte cué guarda en sus montes

el viento de mis trenzas.

 

Es un cofre que tiene valles

y finas hierbas

donde hay respuestas que me aguardan.

 

El arroyo Negla,

inquieto y frío

disfrutó en sus aguas

las delicias del paso de mis años.

 

El guaviramí de octubre,

siempre excusó en su fruto

mi vagabundeo feliz,    

liberada de la escuela.

 

Lui-lui, póra y malavisión,

encarnaban el miedo.

Y el Ángel de la Guarda

era sólo un recuerdo.

 

Todos quedaron allí,

en un tedio casi eterno.

También ellos esperan revivir

cuando un día yo los visite.

 

 

 

         RECORDACIÓN

 

El polvo rojo

Impregna mi terruño.

Vuelo de ave ligera es mi alma

que se remonta en brisas

sutiles de recuerdos.

 

Y surgen los caminos

hollados en la infancia.

 

Allí quedaron mis trenzas

y mis sandalias blancas,

el guaviramí silvestre

y el cuaderno deshojado.

 

Y desde allí regresan

perfumes de alelíes

y el sabor intenso

de la miel y el pan fresco.

 

 

 

         EL PARAJE

 

Tres lapachos.

El cantar de un pájaro

y el arroyo susurrante.

 

Un cruce de caminos.

 

Y las carretas

cargadas de sueños

que visitan, fugaces,

el paraje.

 

La lluvia cae,

la tierra se enloda,

y la risa de los niños

germina en la hierba,

haciéndose vegetal

la esperanza del retorno.

 

Al llegar allí,

el viajero sabe

cuánto falta por seguir.

 

Continúa su camino,

aunque en él cuerpo lleve

las hojas de infortunio

que se pegaron al pasar.

 

 

 

         VERDE PINO DEL JARDÍN

 

Libre del mañana,

trasplanté en mi jardín

Gin vegetal cubierto de cariño.

Tierno él, adolescente yo.

 

Profundo verde.

Oloroso verde.

Fue creciendo alto.

 

Fuimos madurando de latido en latido,

ensanchó él su tronco,

espesó su savia.

 

No daba sombra,

ofrecía frescura.

 

Me obsequiaba el saludo mañanero,

a la noche, cuidaba mi sueño.

 

Una ausencia mía,

un alejamiento,

dejó huérfano a mi pino.

 

Siete hombres, hacha en mano,

siete sangrientos hombres

lo derribaron.

Al árbol caído miraron.

 

Ufanos, dijeron: "Buen trabajo".

Y se fueron, con sus ramas a cuestas,

llevándose mi alegría.

 

Su aroma guarda el jardín.

Y el triste hueco, vacío,

se ha llenado de lamentos

y de pájaros sin nido.

 

 

 

         PIO, PIO

 

Pío... Pío...

Pi.... Pí...

Bola de temblor y ternura,

patitas de juguete y plumas de pan tibio

 

Con lánguidos pasitos,

luces tu color suave.

Quisiera ser semilla

para guiar tu paseo.

 

Te alimentas, tranquilo,

de antojos y certezas.

Y eliges, inocente:

gusanitos sí, gusanitos no.

 

El césped protector

te oculta de miradas

que caerían sobre ti

golpeando tu niñez.

 

Pollito amarillo,

moviéndose despacito

Pío.... Pío...

Pi.... Pi...

 

 

 

CAPÍTULO II

 

         SOLEDAD

 

La imagen del espejo me hace compañía,

pero es sólo un reflejo: no comparte mi alegría.

 

Hebras doradas del trajinar de la vida,

sueltas y dispersas sin poder ofrecer un nido.

 

¿Quién dice si a mis frases?

¿Quién sonríe y me ilumina?

¿Y a quien alcanzo una taza?

 

El huracanado viento de la realidad

se lleva todos mis sueños

y ya no sé si algún pesar aliviaré.

 

Soledad, eres un cerco

que de nada me protege.

Mi intimidad busca silencio,

no olvido.

 

 

 

         FELICIDAD

 

Hay un niño morenito

sobre el césped acostado.

Mira contento las nubes

entrecerrando los ojos.

 

La mano del Arco Iris

le alcanza un fino cordel

con el que va dando forma

a una primorosa red

de color anaranjado

que le ilumina la piel.

 

A través del borde diestro

de su viento hecho camisa,

con un amigo quimérico

se ponen a conversar.

Sobre historias de biscochos

sin saber, en realidad,

quién es sueño y quién verdad.

 

 

 

         PREMONICIÓN

 

Niña frágil,

acostada panza arriba,

mira con calma el cielo añil.

 

Y, sin saber porqué, presiente

que este azul de su niñez

no volverá a teñir mañana

el instante de otros cielos.

 

Vendrán,

sabe que llegarán

firmamentos más propicios,

más intensos y más gratos.

 

Pero esta bóveda azur

que la imanta a plenitud,

arrastrándola hacia sí,

no volverá nunca más.

 

 

 

         SUEÑO FORZADO

 

Negro corcel

que me llevas

a las profundidades

del sueño.

Cambia de rumbo,

voltea, tírame al suelo.

 

Quiero sentir la vigilia,

recibir un viento nuevo

y sumergirme

en el fluir torrentoso

del existir cotidiano.

 

Suéltame de este círculo,

de mi hora oscura marcada.

 

Para el viaje sin tino

de este letargo impuesto,

ayúdame a emerger,

al despertar verdadero.

 

 

 

         INCOMPRENSIÓN

 

Palabras que llegan sinceras,

sin cautela, ni recelos,

penetrando con llaneza

en el alma del oyente.

 

Pero, ay, su mensaje

poco claro, muy difuso

y cargado de emociones,

desvirtúa su recado.

 

Palabras aceradas

no despiertan calidez.

Voces que, a destiempo,

cruzan sin dejar memoria.

 

Y empieza a girar la rueda,

de la incomprensión humana.

Unos tratan de expresarse,

los otros de comprender.

 

Cambiante, sutil, disuasiva,

en medio de tanto esfuerzo,

la palabra se hace lúdica,

juguetea con las ideas.

 

 

 

         CONTENTO

 

Despierto animada.

La alegría bulle en mí.

Se alborotan las palomas

que anidan en mi ser.

 

Proyectos olvidados,

sentimientos ya marchitos,

reverdecen, gozosos,

a la luz de mis deseos.

 

El corazón me palpita

con amor inusitado,

al contemplar arrobada

el reír de un desplazado.

 

El encanto de vivir

responde a mil preguntas,

vivifica las ideas,

y moviliza anhelos.

 

Llega la acogedora noche

y en sutil velo de estrellas

me envuelve, sosegada,

para acompañar mi sueño.

 

 

 

         DESALIENTO

 

Por inercia no deseada,

abro impotente los ojos:

son guirnaldas de tristeza,

que se cuelgan de mis hombros.

 

Pasa caminando el día

en devenir chato, ajeno.

El continuo abatimiento

no se me acomoda al alma.

 

El frenesí de consejos

para liberarme airosa   

de las penas que me atan,

sólo aumenta mi congoja.

 

La tarde se va despacio,

despacio llegan las sombras,

y en total sometimiento

a la oscuridad me entrego.

 

 

 

        

CAPÍTULO III

 

         LA MONJITA

 

Guardada en la capilla,

se santigua.

Frágil serenidad

irradian de sus ojos.

 

Está rezando.

Entre súplicas y suspiros,

la pena de ser cautiva

la ahoga por momentos.

 

Entonces,

allá a lo lejos,

en el altar, inaccesible,

un Cristo de bondad la mira.

 

Él la ama.

Él la protege.

En torbellinos de gozo,

capta la monja su amor.

 

Con júbilo sale del templo,

levanta al aire sus manos de paloma

y tira a lo alto avemarías y ruegos.

 

 

 

         CRISTO, EL UNGIDO

 

Jesús,

sólo siento

que vives en mí,

en las aguas del silencio.

 

Deja ya las Escrituras.

Yo, sin rituales, te escucho,

sin que te anuncien profetas

ni te envuelvan inciensos.

 

Deja tu templo sacro,

con reflejos de oro y mirra.

Y desciende con tu amor

a escuchar mi voz.

 

 

 

 

         TUPÃ

        

Mba'érepa che ru

nereñe'éi chéve añete.

Reimeháicha amo yvate,

ikatu chekuaami.

 

Hi'ánte chéve aiko

nde rekávo katuete.

Ñembyasy che añua,

hasyetére nde juhu.

 

Aníntekena amano

aikuaa'ỹre nde mborayhu,

mborayhu che añandúva

kurusu guive reme'ẽ.

 

 

 

 

         ÉXTASIS

 

Desciendo

a la raíz del silencio.

Un peldaño más

y quizás aparezca la chispa

que me devuelva el espíritu.

 

Soy lago profundo,

la quietud extrema.

 

¡Golpe de luz interior!

Ante el miedo que me inunda

por haber traspasado,

afanosa de clemencia,

la sagrada valla.

 

Torbellino de emociones

más allá del tiempo,

y la presentida certidumbre

de reposar en el Ser

del vastísimo universo.

 

 

 

 

 

ÍNDICE

 

Prólogo

CAPITULO I

El Pirata 9

Duarte Cué

Recordación

El Paraje

Verde Pino del Jardín

Pio, Pío

Cigarro

Concepción

Oda a Juan Alcohol

Guerrero

Soldadito

Ojos Verdes

Madre

Navegante

Canción al Viento

Amanecer

La Tormenta

En el Campo de Batalla

Antonia, empleada doméstica

Descanso de Chofer de ómnibus Capitalino

Niña de la Calle

Situación posible

Plegaria

La que se fue

Tus manos

Como eres, serás

Espesura Castaña

Rosa de Otoño

CAPITULO II

Soledad

Felicidad

Premonición

Sueño forzado

Incomprensión

Contento

Desaliento

Rota Amistad

Atrapado en el Vicio

Iracundia

Amigo-Enemigo

Espera

Vocación

Guardián de Vida

El Túnel

Opción de Vida

Poesía Cautiva

Inspiración Cortada

CAPITULO III

La Monjita

Cristo, el Ungido

Tupã

Éxtasis







Leyenda:
Solo en exposición en museos y galerías
Solo en exposición en la web
Colección privada o del Artista
Catalogado en artes visuales o exposiciones realizadas
Venta directa
Obra Robada




Buscador PortalGuarani.com de Artistas y Autores Paraguayos

 

 

Portal Guarani © 2025
Somos la mayor Base de Datos Cultural, Artística y Histórica del Paraguay
Todos los derechos reservados
Asunción - Paraguay
Centro de Ayuda y Contáctos ingrese aqui!

  Logros y Reconocimientos del PortalGuarani.com
- Declarado de Interés Cultural Nacional por la Secretaría Nacional de Cultura
- Declarado de Interés Cultural por la Municipalidad de Asunción
- Declarado de Interés Cultural por la Municipalidad de Luque
- Declarado de Interés Lingüístico por la Secretaría de Políticas Lingüísticas
- Declarado de Interés Turístico por la Secretaría Nacional de Turismo
- Doble Ganador de la Premiación del World Summit Award WSA