Sus piernas...
“No… no…”.
Ya sabía de dónde provenía ese terrible dolor: le habían cortado las piernas. Tenía puesto unos vendajes completamente sucios y cubiertos de sangre sobre las heridas. Y luego se dio cuenta también de que había estado acostado sobre un charco de su propia sangre.
-¿Qué… qué es esto…? No recuerdo nada…-se comenzaba a desesperar.
Estaba completamente petrificado, y una vez más hacía un terrible esfuerzo por intentar recordar qué era lo que había pasado, pero sin ningún resultado.
Recorrió la pequeña habitación con sus ojos. No había nada.
-¡Ayuda!-gritó varias veces-¡Por favor! ¡Necesito ayuda!-cada vez se sentía más débil.
Sus ojos inconscientemente volvieron a recorrer las palabras escritas por la pared: ESTÁS SOLO. Su corazón se llenó de miedo.
-¡NOOOOOOOO!-empezó a gritar-¡NOOOOOOOOOO!
Su cabeza le empezó a dar vueltas. Todo a su alrededor giraba. Intentaba ponerse de pie, pero era imposible… El dolor cada vez era más fuerte…
-¡AAAAAHHHHHHHH! ¡NOOOO!
Estaba solo… Estaba solo…
Todo se ponía oscuro, ¿se estaba durmiendo? Estaba mareado… Cada vez más mareado, tenía ganas de vomitar… Se dejó caer de vuelta al piso, y la luz del Sol caía sobre sus ojos. Su respiración era entrecortada.
Quiso gritar una vez más, pero se estaba quedando inconsciente. Todo se volvía oscuro… Y de pronto…
Una explosión de luz. Esos labios rojos se acercaban a él… Y escuchó una risa, mientras escuchaba jazz en el fondo…
¿Quién será mi presa esta noche...? - Serie En Blanco y Negro, 2012
ESTÁS SOLO - Parte 1 (Cuento corto de CÉSAR BARRETO)
Todo estaba oscuro.
Abrió los ojos muy lentamente, y sentía ese terrible dolor, pero no estaba seguro de dónde provenía… Parecía expandirse por todo su cuerpo. Se dio cuenta de que estaba llorando, sentía sus mejillas mojadas. No podía pensar en nada, su cabeza le daba vueltas, estaba mareado.
Tardó un poco en darse cuenta de que estaba en el suelo. Podía ver el techo lleno de agujeros, y la luz del Sol entrando por ellos.
No entendía qué era lo que estaba pasando, ni siquiera estaba muy seguro de saber quién era. Y eso lo desconcertaba.
-Me… duele…-pudo pronunciar muy débilmente. Tenía la boca seca, tenía sed.
Intentó levantarse. No pudo.
No recordaba nada. Cerró los ojos e hizo un esfuerzo.
“Este maldito dolor…”-pensó. No se podía concentrar.
Abrió los ojos de vuelta y miró a su costado. La pared estaba completamente sucia. Había algo escrito en ella, con letras negras, de distintos tamaños. Le costó un poco leer lo que decía ahí, y otro poco entenderlo. Pensó que se pudo haber golpeado muy fuerte la cabeza.
“Estás solo.”
-Estás… solo…-logró leer, y su corazón se acelero.
Intentó levantarse una vez más, pero no podía, y cada vez el dolor se hacía más fuerte y el esfuerzo lo mataba. Se acomodó como pudo, no se levantó, se quedó sentado… Y lo que vio lo dejó paralizado…
Fumando - Serie En Blanco y Negro, 2012
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