DESPERTAR - GUARNIPITÁN - MÚSICA DE LA MEMORIA
DESPERTAR
Porque alguien tejió la madrugada
de sereno flamante
y de limón dormido
Porque alguien fue bordando alternos peces
sobre el lomo del río
y desenredando el ovillo de hojas neblinosas
Porque alguien despertó las fibras del rocío
el vaivén del zodíaco
y aplastó las estrellas como bichos de luz
Porque alguien fue deshojando de silencios la torre
y poblando de cristal la campana
el ramaje
Porque alguien fue arbolando de ojos la memoria
levantando las sábanas de lino
Porque alguien tejió la madrugada
con hilos de pasto húmedo
Porque alguien sonó el cuerno del día
CODA PRIMERA - TRISTES
Ya las muchachas recogen,
alegremente,
las amapolas silvestres.
Las praderas se empellejan
de colores,
y el pájaro bullanguero
canta la primavera.
La tijereta teje bajo los horcones
la tibia modorra de su nido.
La hierba, hasta ayer escondida,
asoma, empuja fuera de la tierra
su delicada ceja.
oiméne tajy poty
pe cerro omopytãmbáma
En el parral del patio
un brote apunta fuera del sarmiento;
pero la viña está lejos
de estas orillas.
Allá donde crece un árbol
el ramaje se hincha;
esos árboles están lejos de
estos parajes.
Aquí sólo contemplo
los restos de la nieve,
el lago de endurecidas aguas.
oiméne hy'akuã porã
opárupi ka'aguy.
GUARNIPITÁN
¿Cómo, cómo y cómo,
cómo tenerte,
retenerte,
recuperarte?
Me quedan casas,
rostros, árboles, perros,
entre el muelle
y los ranchos
goteando al espacio sin párpados.
Me quedan pájaros,
cigarras, lapachos,
resolanas,
entre las estrellas
y el canto de los grillos
en el pasto.
Pero me faltan
el río,
el campo,
el cielo, la tierra.
¿Cómo, entonces...?
MÚSICA DE LA MEMORIA
Hoy hace un mes,
o un año,
tal vez un siglo
de silencio
entre las mansas cucarachas
del olvido.
Pero anoche
una leve humareda de música,
una ráfaga de notas en el viento
desató el nudo de mis manos,
el hosco garrotillo en mi garganta
y el mundo me cayó
sobre los ojos,
sobre los labios,
goterones de voces,
de lágrima o de plomo
después de la sequía.
Hasta entonces lo huía.
Por ejemplo, no podía pensar
el otoño rojizo de París,
el París de herrumbrados castaños
y plazas escondidas.
Ni siquiera podía
evocar los jacarandás
azuleando el cielo
en las calles de la ciudad prohibida.
OPINIONES SOBRE EL AUTOR
HUGO RODRÍGUEZ ALCALÁ, en su libro POETAS Y PROSISTAS PARAGUAYOS (Ediciones Mediterráneo, Don Bosco e Intercontinental Editora, 1988) se refiere a RUBÉN BAREIRO SAGUIER en primer lugar como a "Un prestigioso líder intelectual desde su primera juventud" recordando la época en que éste fundó varias academias con su amigo julio César Troche, así como la revista Alcor. Más adelante lo menciona como a un "preso consuetudinario", recordando las persecuciones que sufrió el escritor, y el "honor de que muchos de los mayores escritores del mundo pidieran su libertad, encabezados nada menos que por Jean Paul Sartre".En cuanto a su obra, Rodríguez Alcalá señala que Bareiro Saguier "no mostrará ningún entusiasmo por el soneto ni por las formas consagradas en la tradición de nuestras letras. Sus poemas son de verso libre, verso blanco, verso fluctuante", añadiendo que el escritor "se ha propuesto una renovación formal mucho menos 'formal', más suelta, más libre que la de la lírica anterior. Es más: El aporta a nuestra poesía ese lyrisme dans la blague de que fue célebre exponente Jules Laforgue".
ORLANDO JIMENO-GRENDI, por su parte, en el estudio que abre la antología CAMINO DE ANDAR, escribe que "la poesía de Rubén Bareiro Saguier es una solicitación al estado de vigilia 'ensoñante' (...) es decir, ese estado en que el sujeto proyecta toda una gama de sensaciones, voliciones e intelecciones intermedias entre la 'pureza' del concepto y la sedimentación fusionante del sentimiento. (. ..) Pacto entre la sangre y el entendimiento, conciliación entre la voluntad y el mundo como representación".
Y agrega más adelante: "Rubén Bareiro Saguier nos redescubre el mundo y nos acrecienta el caudal imaginativo. Al normalizar el significante, Rubén Bareiro Saguier semantiza el símbolo y de pronto nos descubre la sintaxis de la piedra, del árbol, de la estrella. El nos enseña el alfabeto de la espuma, el vértigo calmado de la tierra, él nos descifra la leyenda del 'lapacho' sagrado".
Siguiendo a este mismo estudio, en un texto de MARIO BENEDETTI que también acompaña el libro CAMINO DE ANDAR, se lee: "Bareiro Saguier se sabe un escritor culturalmente mestizo, pero a partir de esa toma de conciencia, que es también asunción de identidad, impulsa en su propia obra un desarrollo literario de ese mestizaje. La consecuencia de esa actitud es que el guaraní no se infiltra en su castellano sólo como lengua; trae consigo además todos los mitos, bestiarios, leyendas, que constituyen su apoyatura natural".
Y en el final del texto, dice el escritor uruguayo: "Desde cada punto de las diversas geografías, Bareiro Saguier encuentran una rendija para recapitular la patria. Cada ausencia le otorga una presencia".
Fuente: 25 NOMBRES CAPITALES DE LA LITERATURA PARAGUAYA.
Editorial Servilibro, Asunción-Paraguay, 2005 (389 páginas).
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