EL FUEGO

Poesías de MIGUEL ÁNGEL FERNANDEZ

(Junio-Julio 1969)

Separata de la Revista Universitaria “CRITERIO”

Nº 7, Asunción – Paraguay 1970

 

HOMO FORTIS

Nunca la duda

penetrará su piel

(tan dura como el hierro

de sus garrotes,

tan sucia

como el agua pútrida

de sus "bombas

contra incendios"),

nunca vacilará

en escupir la orden

ejemplar,

el vómito de mando

contra la subversión

(el caos que amenaza

su "paz",

su digestión,

sus privilegios),

esa palabra inquietante

con que justifica

la punición

(o sea la tortura,

la cárcel,

el destierro,

la muerte)

del culpable

(soñador execrable

de extraños mundos prohibidos),

el hombre libre.

 

 

ESTUDIANTES

El fuego secreto,

tantos años escondido

en la sangre,

en los libros,

en las cárceles,

en la palabra contenida,

el fuego tenaz,

el fuego puro,

se hace llamarada,

canto, afirmación

multitudinaria

de dignidad,

el fuego inmemorial

hace retroceder lo oscuro,

toda la mentira,

toda la paja y la baba,

toda la tinta (el excremento)

de sus discursos,

el gran fuego secreto,

el gran incendio

del corazón del hombre

no lo extinguen el agua,

el hierro, los gases,

la picana, el calabozo,

toda la fuerza,

todos los uniformes,

todos los esbirros,

el gran fuego del mundo

(la libertad)

nunca se apaga.

 

 

ALGUNA VEZ

No es posible dormir

ni soñar,

no es posible la flor

de unos ojos fugaces,

ni la amistad,

ni el tranquilo coloquio

en el café,

ni el logos,

ni la vida perdurable,

no es posible el amor

mientras aúlla un hombre,

cuando el tiempo se ahoga

en sangre

y la verdad

es un pozo cegado,

cuando todo, todo,

se disuelve en horror

y asco

y miedo

porque un hombre grita

(aúlla)

en la noche,

en la luz,

en cada instante,

porque un hombre

cae

con la entraña abierta,

llamándonos,

llamando al mundo,

para que sea posible,

alguna vez,

la vida, el sueño.

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