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RENÉE FERRER

  CASCARITA DE NUEZ, 1978 - Poemario de RENÉE FERRER DE ARRÉLLAGA


CASCARITA DE NUEZ, 1978 - Poemario de RENÉE FERRER DE ARRÉLLAGA

CASCARITA DE NUEZ, 1978

Poemario de RENÉE FERRER DE ARRÉLLAGA

Edición digital: Alicante :

Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, 2001

N. sobre edición original:

Edición digital basada en la de Asunción (Paraguay),

[s.n.] (Talleres de Artes Gráficas Zamphirópolos), 1978.

 

 

 

 

Enlace al ÍNDICE del libro CASCARITA DE NUEZ en la BIBLIOTECA VIRTUAL MIGUEL DE CERVANTES

El grillo viajero Cacería/ Tortas de barro/ Desfile/ Playa/ Pintando/ Cascarita de nuez/ Ventarrón/ Paseo/ Pandorga/ Circo/ Bolitas/ Chaparrón/ Picaflor/ Pesca/ Vocales/ Arco iris/ El niño perdido/ Canción del molino/ Pildoritas/ Uno, dos y tres/ Pececito/ Plaza/ Camiones/ Reyes Magos/ Barca.

 

 

                                  A todos los niños

del mundo y a

                                                 los míos.

 

 

 

EL GRILLO VIAJERO

Hay un grillo que ha venido

viajando desde el confín,

donde afina la cigarra

su garganta de aserrín.

 

Por las rutas arcillosas

ha pasado el andarín

montado sobre una chala

perfumada de maíz.

 

No ha tomado

la avioneta

que en el aire

hace piruetas,

ni el tren

que carraspeando

tose, acelera

y se queja,

 

porque en el aire

retumba

un sonido

de latón,

y se llena

la pradera

de un humito

juguetón.

 

Este grillo siempre canta

en sus viajes de regreso;

sobre las chalas doradas

cabalga diciendo versos.

 

En los campos que atraviesa

lo detienen por la siesta,

mariposas con sus cántaros

para que tome agua fresca.

 

El sereno de la noche

le gusta sentir al viento,

mientras cuenta las estrellas

que en el cielo van saliendo.

 

Gira que te gira

baila que se va,

sobre chalas rubias

hasta la ciudad.

 

Regala su canto

tostado de sol

sentado a la sombra

de un naranjo en flor.

 

 

 

CACERÍA

Sale moviendo la cola,

el gato de su rincón;

somnoliento despereza

su espalda de dormilón;

cuando en la clara mañana

dorada de tanto sol,

escucha en los corredores

las patitas de un ratón.

 

Las orejas se le paran,

curva su lomo marrón,

las pezuñas afiladas

ensayan un manotón.

 

Muy despacio y sigiloso

- mira que duerme el patrón-

se desliza contorneando

su elegancia de salón.

 

De repente se detiene,

corta la respiración,

-En el silencio se escuchan

corridas de refilón-

y aparece ante sus ojos,

encendidos cual tizón,

indefensa y sorprendida

la carita del ratón.

 

Comienza la cacería.

El pequeño es muy veloz,

pero el gato sus pezuñas

ya le ha puesto alrededor.

 

Se le escapa entre las patas.

Corre, vuela, salta atrás,

buscando desesperado

un hoyito donde entrar.

 

Los bigotes expectantes

tras su mirada sagaz;

el gato paciente deja

que se canse su rival;

y cuando ya sin aliento

suspira sin ilusión,

el glotón se desayuna

con colita de ratón.

 

 

 

TORTAS DE BARRO

Tortas,

pequeñas,

redondas,

tortas de tierra

cocidas al sol.

 

Calientes chorrean

barro de verano,

sobre piedra losa

y mantel de flor.

 

Caritas atentas

mirando la fila,

de tortas marrones

de oscuro sabor.

 

Si con tu inocencia

de tibia paloma,

pudieras su masa

al viento hornear;

y llevar su aroma

de alma triguera

cual quimera alada

hasta algún lugar.

 

¡Qué lindo sería

mirar en tus ojos

lucecitas blancas

al verlas volar,

poniendo en las manos

de niños lejanos

pedazos de barro

con sabor a pan!

 

 

 

DESFILE

Bomborobón,

borobón,

bom, bom.

 

Es el tambor

que con su son

marca los pasos

del escuadrón.

 

Un pato gordo

por comilón

casi ha perdido

su posición.

 

Tururu ruruuu

trompeta y bambú,

se escuchan muy lejos

toros que hacen muuu.

 

Tatachín, tatachín,

tatachín, tachín, tachín.

 

Los platillos esparciendo

delicioso retintín,

suenan chín, suenan chan,

y redoblan su tachín.

 

En la fila de los pollos

se ha escuchado un pío pi;

la gallina que dirige

grita con voz de clarín:

 

Tatachín, tatachín

de la fila han de salir

los que hablan mientras marchan

olvidando el tatachín.

 

Firulí rulí

liru liru lí.

 

Se quiebra en el aire

el son del flautín

y me hace cosquillas

bajo la nariz.

 

Tatachín,

Borobórn,

Firulí,

el desfile ha terminado,

ahora comienza el festín.

 

 

 

PLAYA

Castillos de arena

con torres redondas,

construyen los niños

con mezcla de sal.

¡Qué lindas ventanas

de cantos rodados,

balcones de escamas

y estrellas de mar!

 

De las caracolas

que silban al viento,

murmullo marino,

quejido fluvial,

se escapa una estela

de su chimenea,

formando cigüeñas

de grácil volar.

 

Con nácar sacado

de conchas tostadas,

y polvo de roca,

con espuma y sal,

le ponen alfombras

a los escalones,

que alcanzan el cielo

en línea espiral.

 

Castillos que guardan

en sus minaretes,

recuerdos de niños

tendidos al sol;

tendrán a la tarde

que volverse arena,

cuando estén cansados

de su torreón.

 

 

 

PINTANDO

Desde un pote de rojos,

amarillos y verdes,

con tus dedos alados

hiciste volar,

mariposas pintadas

con sus alas de seda

que esparcen en el viento

su vuelo circular.

 

Del hueco de tus manos

en crisol de colores,

con perfume de niños

y loco frenesí,

se escapan elefantes

con orejas manchadas,

y pájaros con picos

color carmesí.

 

Pinta pequeño tu mundo

salpicado de color,

mientras la tierra embellece

bajo los rayos del sol.

Ponle alegría a las aguas

donde nada el caracol,

y puntos multicolores

al aire del ventarrón.

 

De tu nariz estampada,

y tus mejillas a rayas,

de tu sonrisa cubierta

con delicioso esplendor,

se escapan hasta el remanso

del corazón que te quiere,

cálido piar de paloma,

tenue murmullo de flor.

 

 

 

CASCARITA DE NUEZ

Cascarita de nuez,

barquichuelo arrugado,

cuna de mis recuerdos

de niño juguetón.

 

Navegando en la arena,

hallarás una estrella,

donde harás una canción

con la brisa y el sol,

que me llene las manos

de esperanza y amor.

 

Botecito crocante

con perfume a nogal,

a la sombra de un árbol

te has ido a navegar,

dibujando a tu paso

una estela de paz.

 

Navecita pequeña,

pétalo sin timón,

cascarita de ensueños

conserva mi ilusión.

 

 

 

VENTARRÓN

Un cocotero sacude

su penacho juguetón

y de sus hojas los cocos

van cayendo alrededor.

 

Ventarrón, ventarrón

ya te has puesto rezongón.

 

El monito saltarín,

brincando de rama en rama,

juega como si estuviera

al borde de un trampolín.

 

Una llovizna finita

le ha mojado la colita.

 

Volando se ven tres ranas

y las uvas de un parral,

los bichos y las perdices

que había en el pastizal.

 

Las flores silban contentas

las notas de una canción

aunque pierdan sus corolas

el toque de distinción.

 

Tras las ventanas cerradas,

observando el torbellino,

las narices de los niños

parecen frescos pepinos.

 

Ventarrón, ventarrón,

hace frío y tienes tos.

 

 

 

PASEO

Te voy a pintar

en las mejillas

tres hojitas hermosas

de ilusión;

para ir a los campos

en caballos

de perfumada madera

y de latón.

 

Corriendo por el aire

en semicírculos

llenaremos de verso

y de canción,

el cálido pedazo

del verano,

y el nido placentero

del gorrión.

 

Veremos en las flores

del camino,

picaflores con ojos

de cristal,

y gallos de crestas

encarnadas,

entonando su canto

magistral.

 

Mariposas con alas

coloreadas,

revoloteando sobre

espigas de maíz,

estampando en el aire

caprichosas,

los geniales arabescos

de un tapiz.

 

Volveremos somnolientos

a la tarde,

deshojando corolas

de cartón,

mientras llenan de luces

las estrellas,

la huella del potrillo

juguetón.

 

 

 

PANDORGA

Pandorga.

Que vuele la pandorga,

que bailotee en el aire,

que dibuje colores

en las nubes,

que caiga,

se levante,

se estremezca.

 

Dame tu cola coqueta

de moños pintados,

el tiritar de tu

papel de seda,

el sonido aflautado

de las tacuaras

que forman tu esqueleto;

dame tu alegría

de bandera,

y tu ilusión

de alondra.

 

Pandorga,

torea tu existencia

de casuarina;

quédate mansamente dormida;

recibe el griterío jubiloso

de los niños

que siguen tu danza

de sol y viento,

hasta que vayas a morir,

resignada y majestuosa,

en la copa de un árbol.

 

 

 

CIRCO

Circo que llenas la infancia

de payasos coloridos,

son burbujas de alegría

tus tambores que hacen ruido.

 

¡Cómo saltan en el aire

volatineros pintados,

mientras saca del sombrero

siete conejos el mago!

 

Los caballos corcovean

sobre pistas de cristal,

con sus patas salpicando

picaflores al pasar.

 

     Circo, circo,

     que les traes,

     en dichoso

     deambular,

     carretadas

     de alegría,

     a los niños

     del lugar.

 

Bajo tus luces pasean

adormilados camellos,

en la joroba meciendo

su alma de caramelo.

 

Las focas en las narices

llevan pelotas felpudas;

y los osos bailotean

vestidos de terciopelo.

 

Corta el látigo la tarde

con su flexibilidad,

mientras suben a los cubo

tres leones de azafrán.

 

Y en la esquina de la carpa

que elegante al cielo va,

los monitos picarones

hacen muecas a compás.

 

     Circo, circo,

     que les traes,

     en dichoso

     deambular,

     carretadas

     de alegría,

     a los niños

     del lugar.

 

 

 

BOLITAS

Ruedan las bolitas,

¿Hasta dónde irán,

cuando canta el viento

en el naranjal?

 

Entre el empedrado

de las calles llenas

de sol o de luna,

de pasto y arena,

recorren lomadas

-basáltico andar-

colinas y cerros

-cándido rodar-.

 

¡Cuántas cosas lindas

nos pueden contar,

de paseos cortitos

por esta ciudad!

 

 

En los bolsillitos

tibios de amistad,

las guardan los niños

después de jugar.

 

 

 

CHAPARRÓN

Piquipitipli,

corren las gallinas

comiendo maíz,

entre los canteros

de pastos repletos,

de langostas verdes

y bichos dorados.

 

Las lombrices muestran

su cuello elegante,

con curvas lustrosas

de un gris chispeante;

mientras se deslizan

dejando una huella,

que marca en la arena

alargada estrella.

 

En el cielo límpido

se oscurece el sol,

tragado por negras

nubes de algodón;

tose el firmamento

con trueno zumbón;

se doblan los árboles

bajo el ventarrón.

 

Piquipitipli.

 

Sobre la cigarra.

que toca el violín,

resbala la lluvia

desde un trampolín.

 

Gotas transparentes

se hamacan alegres,

con chasquidos breves

sobre ramas verdes;

ponen en los nidos

murmullo de cuna,

mientras les colocan

caireles de luna.

 

 

El agua se escurre

volviéndose aroma

de tierra mojada

y frágil paloma;

cuando de repente

somnoliento el sol,

desparrama diáfano

su alegre calor.

 

Piquipitipli,

repica la lluvia

sobre un alhelí.

 

 

 

PICAFLOR

-Buenos días Colibrí.

-No recuerdo que hay de ti.

-¿Cómo no, si la otra noche

cenaste con Alhelí?

 

-Para decir la verdad,

las noches que yo he pasado,

no las tengo en la memoria

y pronto las he olvidado.

 

-¡Qué triste tiene que ser

para las flores que besas,

que no las recuerdes nunca,

tan pronto como las dejas!

 

 

 

PESCA

Una lombriz encarnada

de paseo acicalada,

va una tarde de verano

rememorando a un gusano,

que se fue para volver

y terminó del revés.

 

Amarrado a una liñada

lo pusieron de carnada,

al sentir el agua fresca

notó que había ido de pesca

asustado y sorprendido

trató de retroceder,

pero comprendió enseguida

que lo había tragado un pez.

 

 

 

VOCALES

Con la A quiero hacerle

una manta a mamá

para que no se resfríe

        Cocolí Colá.

 

La E voy a usarla

para hacerle un té

cuando tosa mucho

        Cocolí Colé.

 

Si puedo sacarle

el puntito a la I

le pondré un sombrero

        Cocolí Colí.

 

Un anillo tengo

hecho con la O

para regalarle

        Cocolí Coló.

 

Por la U me gusta

cuando tiene apuro

enhebrar la aguja

        Cocolí Colú.

 

Las cinco vocales

pronto aprenderé,

cantando a mamá

las recordaré.

 

 

 

ARCO IRIS

 
 

Una lluvia empapó

   
 

la frágil silueta

   
 

de un rayo de luz

   
 

al hacer piruetas,

   
 

 

   
 

   y con sus destellos

   
 

   cuando salió el sol,

   
 

   se formó un camino

   
 

   de agua y color.

   
 

 

   
 

      Con sabor a lluvia,

   
 

      y aroma de lino,

   
 

      brotes de jazmines

   
 

      y oleaje fluvial,

   
 

 

   
 

         nació el arco iris

   
 

         con matices finos,

   
 

         para hacer un viaje

   
 

         a la inmensidad.

   
 

 

   
 

            En su puente lindo

   
 

            de luz coloreado

   
 

            resuena la risa

   
 

            de un niño encantado.

   
 

 

   
 

               Cuando de repente

   
 

               su tenue figura,

   
 

               se esfuma perdiendo

   
 

               su clara hermosura.

   
 

 

   
 

 

   

 

EL NIÑO PERDIDO

 
 

Tambor, tambor

   
 

que me voy,

   
 

se escucha en la selva

   
 

un alegre clamor.

   
 

 

   
 

De los pasos cortos

   
 

del oso que baila,

   
 

saltan como estrellas

   
 

pétalos de flor.

   
 

 

   
 

Entre los encajes

   
 

de verde follaje,

   
 

los trinos se esparcen

   
 

en cálido son.

   
 

 

   
 

Tambor, tambor

   
 

que me voy.

   
 

 

   
 

De lejos se siente

   
 

la marcha pesada,

   
 

de patas gigantes

   
 

y colas trenzadas;

   
 

son los elefantes

   
 

que en desfile van,

   
 

a buscar a un niño

   
 

que perdido está.

   
 

 

   
 

Tambor, tambor

   
 

que me voy.

   
 

 

   
 

Los ojos del tigre

   
 

relucen astutos,

   
 

cegando en el cielo

   
 

los rayos del sol;

   
 

espera en silencio

   
 

la presa inocente,

   
 

con calma siniestra

   
 

y fiera expresión.

   
 

 

   
 

La noche se perla

   
 

de luces pequeñas,

   
 

el niño cansado

   
 

no resiste más,

   
 

se acuesta ovillando

   
 

su cuerpo delgado,

   
 

sobre una corola

   
 

de flor tropical.

   
 

 

   
 

Bastante temprano,

   
 

cuando filtra el día,

   
 

su luz mañanera

   
 

en tibia quietud,

   
 

el oso bailando

   
 

lo lleva a la aldea,

   
 

dejando acunada

   
 

su cándida luz.

   
 

 

   
 

Tambor, Tambor

   
 

que me voy,

   
 

se escucha en la selva

   
 

un alegre clamor.

   
 

 

   
 

 

   

 

CANCIÓN DEL MOLINO

 
 

Molino de sol

   
 

y viento,

   
 

tus aspas levantan

   
 

voces de clarín,

   
 

que juegan a la ronda

   
 

y a la rueda rueda,

   
 

en tenue cascada

   
 

de risa infantil.

   
 

 

   
 

En tu baile lindo

   
 

de pasos redondos,

   
 

ligeras libélulas

   
 

se echan a volar,

   
 

dejando en el aire

   
 

gotitas de lluvia,

   
 

margaritas rojas

   
 

y espuma de mar.

   
 

 

   
 

No detenga nunca

   
 

tu alma velera,

   
 

su viaje con huella

   
 

de arena y trigal;

   
 

ni rompa la mágica

   
 

danza molinera,

   
 

su ritmo continuo

   
 

de dicha y cantar.

   
 

 

   
 

Que vengan los niños

   
 

de toda la tierra,

   
 

sus manos pequeñas

   
 

todos a juntar,

   
 

y hagan una ronda

   
 

de amor que contenga,

   
 

soñada mirada

   
 

cargada de paz.

   
 

 

   
 

Girando en el cielo,

   
 

cual estrella loca,

   
 

de las aspas negras

   
 

prendidos al sol,

   
 

harán un geranio

   
 

inmenso en las nubes,

   
 

poniéndole al mundo

   
 

corazón de flor.

 

 

 

 

   
 

 

   

 

PILDORITAS

 
 

Una moneda ha rodado

   
 

hasta mis pies;

   
 

me agaché a levantarla,

   
 

resultó un pez.

   
 

 

   
 

De un naranjo, una fruta

   
 

dejó caer

   
 

su frescura madura

   
 

sobre mi piel.

   
 

 

   
 

Las estrellas brillando

   
 

están en el cielo;

   
 

los niños en sus cunas,

   
 

duermen sus sueños.

   
 

 

   
 

Una flor muy temprano

   
 

se levantó;

   
 

me susurró al oído:

   
 

el sol salió.

   
 

 

   
 

En la mesa las tazas

   
 

del desayuno,

   
 

esparcen en el aire

   
 

cintas de humo.

   
 

 

   
 

Mientras mamá prepara

   
 

para comer,

   
 

panecitos de azúcar,

   
 

manteca y miel.

   
 

 

   
 

 

   

 

UNO, DOS Y TRES

 
 

Un pico tienen las aves

   
 

          que hay en el naranjal,

   
 

y una cola los conejos

   
 

          que se esconden a jugar.

   
 

 

   
 

La garza tiene dos patas,

   
 

          nadie lo puede dudar,

   
 

como tiene el elefante

   
 

          dos orejas hacia atrás.

   
 

 

   
 

Tres estrellas en el cielo

   
 

          se parecen a María,

   
 

y por eso se les llama

   
 

          a las tres, las Tres Marías.

   
 

 

   
 

Ayer salí a pasear

   
 

          y encontré cuatro pisadas,

   
 

mi perro anduvo saltando

   
 

          entre las rosas rosadas.

   
 

 

   
 

El dulce que hay en la mesa

   
 

          quiero probar con un dedo,

   
 

pero como tengo cinco

   
 

          no sé cual usar primero.

 

 

 

 

   
 

Seis alas tienen los gallos

   
 

          si se han reunido tres,

   
 

a comer maíz tostado

   
 

          antes del amanecer.

   
 

 

   
 

Un gato de siete vidas

   
 

          no es difícil encontrar,

   
 

porque saben escaparse

   
 

          si hay peligro en el lugar.

   
 

 

   
 

Una araña fue dejando

   
 

          ocho puntos en el suelo,

   
 

había metido las patas

   
 

          en la tapa del tintero.

   
 

 

   
 

Cuando me siento a comer

   
 

          hasta nueve mandarinas,

   
 

me da dolor de barriga

   
 

          aunque tome una aspirina.

   
 

 

   
 

Con los dedos de las manos

   
 

          puedo contar hasta diez,

   
 

pero a veces no recuerdo

   
 

          ni siquiera uno, dos, tres.

 

 

 

 

   
 

 

   

 

PECECITO

 
 

Pichiruchi, uchi, uchi,

   
 

en mi casa tengo un pez,

   
 

que vive en una campana

   
 

colocada del revés.

   
 

 

   
 

Pichiruchi, uchi, uchi,

   
 

me gusta tirarle pan,

   
 

para ver como se llena

   
 

su pancita de metal.

   
 

 

   
 

Una vez en el invierno

   
 

comenzó a decir achís,

   
 

porque le puse pimienta

   
 

muy cerca de la nariz.

   
 

 

   
 

Pichiruchi, uchi, uchi,

   
 

hay un gato Micifuz,

   
 

que vigila la pecera

   
 

cuando se apaga la luz.

   
 

 

   
 

Pichiruchi, uchi, uchi,

   
 

pececito de cristal,

   
 

si quieres salir corriendo

   
 

no te dejaré escapar.

 

 

 

 

   
 

 

   

 

PLAZA

 
 

Subes hasta el cielo,

   
 

bajas hasta el río.

   
 

¡Que calor abajo,

   
 

arriba que frío!

   
       
 

 

   
 

Por las escaleras

   
 

tienes que trepar,

   
 

para deslizarte

   
 

por el tobogán.

   
 

 

   
 

Desde las hamacas

   
 

se ve la ciudad,

   
 

con miles de estrellas

   
 

titilando atrás.

   
 

 

   
 

De la calesita

   
 

la alegre canción,

   
 

guardarás de noche

   
 

bajo tu almohadón.

   
 

 

   
 

 

   

 

CAMIONES

 
 

Con tu carretel

   
 

de madera blanda,

   
 

y un hilo llevando

   
 

una fresca ilusión;

   
 

te vas arrastrando

   
 

entre rosas blancas,

   
 

carga imaginaria

   
 

sobre tu camión.

   
 

 

   
 

Pájaros persiguen

   
 

mariposas locas;

   
 

los perros ovillan

   
 

sus colas al sol;

   
 

cantan los jilgueros

   
 

su adiós en los nidos,

   
 

mientras continúas

   
 

tu marcha veloz.

   
 

 

   
 

Entre los semáforos

   
 

de flores formados

   
 

por lluvia de oro,

   
 

chivato y ciprés;

   
 

encienden sus luces

   
 

brillantes las hojas,

   
 

dejándole paso

   
 

a tu carretel.

   
 

 

   
 

 

   

 

REYES MAGOS

 
 

Sobre una cinta de plata

   
 

tendida en la inmensidad,

   
 

se acercan los Reyes Magos

   
 

caminando sin cesar.

   
 

 

   
 

Sus ropajes son de seda,

   
 

son sus capas de astracán,

   
 

y en sus turbantes las perlas

   
 

se menean al compás

   
 

del andar de los camellos,

   
 

que despacio en fila van.

   
 

 

   
 

Posados en una estrella,

   
 

sus ojos buenos están,

   
 

mientras les marca el camino

   
 

con su fulgor de metal.

   
 

 

   
 

En la tierra todo es calma.

   
 

Sólo una luz, aquí, allá.

   
 

Los niños ya se han dormido

   
 

soñando en la oscuridad,

   
 

con las cartas enviadas

   
 

por palomas de cristal.

   
 

 

   
 

Los zapatitos lustrados

   
 

en voz baja parlotean,

   
 

mientras se bañan de luna,

   
 

esperando que los vean.

   
 

 

   
 

La noche deja un lucero

   
 

prendido en cada rincón,

   
 

salpicando de rocío,

   
 

los pétalos de cada flor,

   
 

hasta que despierta el alba

   
 

engalanada de sol.

   
 

 

   
 

Brillan chispeantes los ojos.

   
 

La risa se hace canción,

   
 

-los camellos se han bebido

   
 

toda el agua del latón -

   
 

y a los pies de las camitas,

   
 

hay juguetes. ¡Qué emoción!

   
 

 

   
 

Que cante siempre la alondra,

   
 

y gorjee el ruiseñor,

   
 

que a ningún niño le falte

   
 

la dicha de la ilusión.

 

 

 

 

   
 

 

   

 

BARCA

 
 

Prendida a la cola

   
 

de un lobo marino;

   
 

sujeta a las olas

   
 

que dibuja el mar;

   
 

se pierde una barca

   
 

cual frágil paloma,

   
 

henchida de viento

   
 

su vela estival.

   
 

 

   
 

¡Qué puertos lejanos

   
 

su sombra velera,

   
 

besando las costas

   
 

mirará al pasar!

   
 

Dejándoles canto

   
 

de agua y espuma,

   
 

acordes de luna

   
 

y arpegios

   
 

de sal.

   
 

 

   
 

¿Quién guiando va el timón?

   
 

¿Será un mirlo o un gorrión?

   
 

No es un fuerte marinero.

   
 

No es un recio capitán.

   
 

En la barca mensajera

   
 

sólo trinos se oirán.

   
 

 

   
 

Sobre la cubierta

   
 

de su casco manso,

   
 

descansan los pájaros

   
 

de peregrinar;

   
 

y en el ritmo lento

   
 

de su proa pequeña,

   
 

se mecen los sueños

   
 

de tierras sin mar.

   
 

 

   
 

Recorre gaviota

   
 

países lejanos,

   
 

llevando el aroma

   
 

de coco y banano;

   
 

diles que perdidos

   
 

en la inmensidad,

   
 

han quedado niños

   
 

con piel de maizal,

   
 

que con sus manitas

   
 

morenas de sol,

   
 

les ofrecen tortas,

   
 

hechas de almidón.

   
 

 

   
 

Barca, barca mensajera,

   
 

de sonrisa y amistad,

   
 

reparte en playas distantes

   
 

la ramita de la paz.

   
 

 

   
 

Niños en la arena

   
 

con las caracolas,

   
 

hagan un murmullo

   
 

que adormezca el sol,

   
 

que pasa la barca

   
 

llevando en sus velas:

   
 

un beso, una alondra,

   
 

un nido, una flor.

   

 

 

 

 

Enlace al CATÁLOGO POR AUTORES del portal LITERATURA PARAGUAYA

de la BIBLIOTECA VIRTAL MIGUEL DE CERVANTES
 
 
 
 
 
 
TRADUCCIÓN DE LA OBRA AL INGLÉS:
 
 
 
 
 

"CASCARITA DE NUEZ" (LITTLE NUTSHELL)

Poesías de Renée Ferrer

Diseño Gráfico e ilustraciones: Analia Marchi

Traducción: TRACY K. LEWIS

FAUSTO EDICIONES

Eligio Ayala 1060

Tel: (021) 221996/7

Email: faustocultural@gmail.com

Asunción - Paraguay

Primera Edición:

Segunda Edición: Diciembre 2008

I.S.B.N: 978-99953-79-19-3

 

 

THE TRAVELLING CRICKET (AL GRILLO VIAJERO)

There's a cricket who's been

travelling

from places far, remote,

where the locust's voice comes calling

like there's sawdust in his throat.

 

Wandering, wandering comes the cricket

on his wandering-cricket way,

riding on a fragrant cornhusk

over roads of mud and clay.

 

Not for him

the little airplane

turning pirouettes

in air,

nor the train

that huffs and coughs

and chugs

with heavy care,

for the air

with sound

resounds

as in a tiny cup,

and the plain

is filled

with smoke

dancing down and up.

 

Leaving and returning

the cricket sings his song;

on golden cornhusks

singing verses as he rides along.

 

Crossing meadows, crossing fields

he stops to rest and think,

and butterflies with jugs

of water bid him take a drink.

 

He likes to feel the wind

upon the night-time dew,

and counts the stars that rise above

whenever day is through.

 

Round he goes, away he dances

on his yellow husk,

toward the bustle of the city

at dawn or noon or dusk.

 

His song he gives to us,

all toasted in the sun,

and in the shade of an orange tree rests

until his song is done.

 

 

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