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ALCIBÍADES GONZÁLEZ DELVALLE

  EL GOBIERNO DEL GENERAL ANDRÉS RODRÍGUEZ - Por ALCIBIADES GONZÁLEZ DELVALLE


EL GOBIERNO DEL GENERAL ANDRÉS RODRÍGUEZ - Por ALCIBIADES GONZÁLEZ DELVALLE

EL GOBIERNO DEL GENERAL ANDRÉS RODRÍGUEZ (I)

EL DIFÍCIL CAMINO HACIA LA TRANSICIÓN

Por ALCIBIADES GONZÁLEZ DELVALLE

 

LA HISTORIA DEL PARAGUAY - ABC COLOR

FASCÍCULO Nº 36 - CAPÍTULO 19

Asunción – Paraguay

2013

 

 

 General Andrés Rodríguez Pedotti,

conductor de la Revolución.

 

         El 3 de febrero de 1989 el país amaneció con una noticia largamente esperada: El dictador Alfredo Stroessner fue desalojado del poder.

         A las 7 de la mañana de ese día, el conductor de la revolución, general Andrés Rodríguez, anunció a la población que Stroessner se había entregado después de una tenaz resistencia del Batallón Escolta Presidencial donde había buscado refugio. Así llegó a su fin una dictadura de casi 35 años, la más larga que padeciera el país.

         Poco antes de la media noche de la víspera, la población escuchó por radio al general Rodríguez anunciar que las Fuerzas Armadas de la Nación salieron de sus cuarteles para democratizar el país. Unas horas después de esta proclama, y luego de la tensa espera de la población, se difundió el comunicado de la jefatura de la Policía por el que se dio a conocer "que todo ha vuelto a la calma y a la normalidad".

         Apenas terminada la lectura de este comunicado, la ciudadanía ganó entusiasmada las calles. Como otras veces ante acontecimientos de importancia, el Panteón dé los Héroes fue el escenario tomado por la población para manifestar su júbilo. Este ha sido el primer acto del ejercicio libre de su derecho a reunión y de expresión después de más de tres décadas de silencio.

 

         ANTECEDENTES INMEDIATOS

 

         Los acontecimientos del 2 y 3 de febrero de 1989 venían gestándose desde hacía tiempo. Se iniciaron -entre muchas otras manifestaciones anteriores- en lo que se dio en llamar el "Clinicazo", una masiva protesta de los médicos y las enfermeras del Hospital de Clínicas en reclamo de un aumento salarial. Fue en 1986. La desproporcionada reacción policial ayudo a una gran parte de la población a simpatizar con la causa del personal del hospital. También los sindicatos independientes -que no pertenecían a la gubernista Confederación Paraguaya de Trabajadores (CPT) - se hicieron escuchar con fuerza junto con los centros estudiantiles, secundarios y universitarios, igualmente independientes. Esto es, que no estaban manejados por el Gobierno.

         Esta atmósfera social iba acompañada de un acontecimiento político inédito en tres décadas de la dictadura: la división del Partido Colorado, en el poder, entre "militantes" y "tradicionalistas". Fue cuando se habló en las seccionales coloradas -organismos de base del Partido- de que el hijo mayor del Presidente, el coronel de Aviación Gustavo Stroessner, sucedería a su padre a continuación del período 1983-1988. La consigna, públicamente difundida, era "Después de Stroessner otro Stroessner" Ni los militares de alta graduación, ni los tradicionales jefes partidarios, aceptaron esta posibilidad.

         Declarada la ruptura en el Partido Colorado expresada en feroces persecuciones por parte de los "militantes" que se hacían llamar "militantes stronistas hasta la última consecuencia"- se llegó a la convención partidaria del l de agosto de 1987.

         También los "tradicionalistas" respondían a Stroessner pero veían que el Partido, en manos de los "militantes", se vaciaría de contenido. Ya no sería sino el Partido Stronista. Además, los tiempos han cambiado precipitadamente en lo interno y externo. Adentro, arreciaban las protestas por tan larga y represiva dictadura que castigó también a meritorios dirigentes colorados con la tortura, el apresamiento prolongado y un exilio a perpetuidad. En lo externo, se sumaban los Gobiernos que se distanciaban de Stroessner, incapaz de renunciar a su "política del garrote". Mantuvo al país encerrado en un pasado hace tiempo superado en gran parte del mundo.

         En la convención del 1 de agosto de 1987 los "militantes" demostraron que no estaban dispuestos a ceder nada en favor del nuevo tiempo reclamado por una sociedad cada vez más crítica: asaltaron la asamblea, con apoyo policial, y se quedaron al frente de la conducción partidaria. Naturalmente, con la bendición de Stroessner. Todos los empleados públicos, y todos los presidentes y miembros de las seccionales coloradas acusados de "tradicionalistas", fueron echados del cargo. Esto no fue sino el comienzo de lo que vendría después: los "militantes" llenaron de violencia el país con su intolerancia al más mínimo cuestionamiento al "único líder", como gustaban llamar al general Stroessner.

 

Uno de los tanques se dirige a cumplir con la misión de los revolucionarios.

 

         SOLO ALGUNOS CASOS

 

         Cuando los "militantes" se hicieron del control total del Partido y de la administración pública, protagonizaron hechos de violencia que contribuyeron a aumentar el malestar de la población.

         Apenas dos meses después de la convención del l de agosto, un pequeño grupo de intelectuales fue invitado para un panel en Coronel Oviedo a llevarse a cabo en una parroquia. Cuando estaba por comenzar el acto, unos 30 miembros de la seccional colorada atropellan el local y golpean sin misericordia a los panelistas. El grupo estaba encabezado por el vicepresidente de la seccional, el abogado Juan Ramírez Khon, quien justificó así su conducta: "Nosotros a esa gente la tenemos bien catalogada. No tienen representación legal, están en plan de subversión. Las veces que nos provocan, vamos a poner las cosas en su lugar".

         Unos días después, el ministro de justicia y Trabajo, Eugenio J. Jacquet, se traslada a Coronel Oviedo para solidarizarse con el "hermano Juan Ramírez Khon'' Dijo en la ocasión: "No tenemos que permitir que nadie más hable mal de nuestro líder ni pretender perturbar la paz constructiva que vivimos bajo su mandato. Si nos necesitan para cumplir esa tarea pueden llamarnos en cualquier momento, porque nosotros estaremos para ayudarlos".

         El otro -entre muchos más- de la misma índole violenta que caracterizaba a los "militantes", fue protagonizado por Manuel Modesto Esquivel, director de Correos. Seis días después de lo acontecido en Coronel Oviedo, dijo a la prensa: "A cada uno le llegará su turno, y uno a uno caerán los traidores, los tibios. (Se refería a sus correligionarios "tradicionalistas") No tenemos que permitir la presencia de oligarcas en las filas del Partido Colorado (...) En las seccionales van a estar los colorados auténticos, militantes, combatientes y stronistas. Por sobre todo, estarán los colorados leales al presidente Stroessner (...). En Paraguay nunca habrá pos stronismo sino coloradismo con Stroessner y Stroessner con el coloradismo".

         Ese mismo mes, el ministro de Educación, Carlos Ortiz Ramírez, dijo: "No vamos a estar esperando una orden judicial para detener a personas que están conspirando contra el Gobierno nacional (...) Cualquier ciudadano, para salvaguardar la seguridad, puede entregar a las autoridades respectivas a una persona que está cometiendo un delito". Este mismo "militante" ya había dicho un poco antes que "La calle es de la Policía". Refiriéndose a los tradicionalistas, expresó: "El que es malagradecido no es una persona sino una rata humana".

         De este tenor eran los discursos de los "militantes", que venían sembrando en el espíritu de la población un rechazo generalizado.

         Los "tradicionalistas", obligados por la circunstancia, se mantuvieron a la sombra pero no quietos. La primera señal vigorosa de que seguían vivos, la dio el Dr. Luis María Argaña, ex presidente de la Corte Suprema de Justicia, en 1988 cuando dijo: "Siempre habrá un 13 de enero". Se refería al 13 de enero de 1947 cuando el Partido accedió al poder. Lo había perdido en 1904 como resultado de la revolución de los liberales.

 

 

         TODO HECHO PARA EL GOLPE

 

         Este clima político y social se presentaba propicio para que se buscara un cambio desde las personalidades políticas y castrenses que no harían sino escuchar a una población cada vez más agobiada por el autoritarismo. Ya no había un solo Stroessner, sino varios. El original demostraba signos crecientes de agotamiento, de soledad, de desinterés por la cosa pública. La vejez y el cansancio hicieron acto de presencia. Se echó en manos de la "militancia" confiado en que había encontrado un cómodo y seguro refugio para terminar sus días en paz y en el poder.

         Pero esa "militancia" unida a una población indignada y a un aislamiento internacional creciente, hicieron que connotados civiles e influyentes militares iniciasen la arriesgada tarea de la conspiración contra una dictadura que parecía indestructible. Así parecía porque se había logrado, a lo largo de más de tres décadas, tejer una sólida armadura conocida como la "unidad granítica" entre Gobierno, Fuerzas Armadas y Partido Colorado que incluía la represión contra todo brote de protesta; la afiliación al Partido de empleados públicos y miembros de las fuerzas armadas y fuerzas policiales, a más de una red infinita de delatores que actuaba en todas las capas sociales. De aquí la arriesgada aventura de una conspiración. Pero esta siguió adelante desde sus inicios a mediados de1988. Poco a poco se incorporaban los jefes militares con mando de tropas y civiles influyentes.

         No eran muchos, dada la situación, pero se tenían mucha confianza. Finalmente, a quienes iban a dirigir el golpe se les dio el seudónimo de Carlos a los combatientes y Víctor a quienes estuvieron a cargo de las Comunicaciones, que fueron los siguientes:

         Víctor 1: Coronel Lorenzo Carrillo Mello, Comandante del R.C. 1 "Coronel Valois Rivarola".

         Víctor 2: Coronel Marino González

         Víctor 3: Coronel José Segovia Boltes

 

 

         EL COMIENZO DEL FIN

 

         El plan revolucionario contemplaba ponerse en marcha con el apresamiento de Stroessner en casa de su antigua amante, Ñata Legal. Se pensó que con esa estrategia se evitarían los enfrentamientos con los leales del dictador. Este, pese a los anuncios que le acercaban personas de su entorno, incluso su propio hijo, de que estaba en movimiento el proyecto de sacarlo del poder, no solo desoyó la advertencia sino que reaccionó con enfado contra "esos rumores".

         La hija del general Rodríguez era esposa del hijo de Stroessner y no esperó a que el consuegro se animara a levantarse contra él. Es curiosa esta reacción del dictador. A lo largo y ancho de su dilatado gobierno se pasó castigando con extraño rigor alzamientos imaginarios. La única vez que se organizó un complot en serio no le dio importancia.

         El plan de apresar a Stroessner fracasó con un saldo de varios soldados muertos. El dictador se escapó y ganó el Batallón Escolta Presidencial desde donde intentaría aplastar el golpe con la segura lealtad de la Artillería de Paraguarí, la Aviación, la Policía.

         Al malograrse el elemento sorpresa, a eso de las 20, los complotados reaccionaron con energía y dispusieron que la Hora H -prevista para las 03 de la madrugada del 3 de febrero- se adelantara lo antes posible. Ya no había margen para renunciar al proyecto, largamente preparado. Todos los involucrados sabían dos cosas: que era la ocasión, la única en mucho tiempo, de tumbar la dictadura; y desistir del intento que les haría víctimas de castigos especialmente severos en caso de que no tuvieran tiempo de salir del país. Pero aun así, el exilio tampoco era la opción deseada de modo que pusieron en marcha los tanques y se dirigieron de prisa para rodear el Batallón Escolta Presidencial, donde el dictador esperaría la reacción de sus incondicionales. Pero estos no aparecieron por ningún lado. Los primeros disparos se escucharon hacia las 22.

         Sin ninguna escapatoria, el general Alfredo Stroessner no tuvo más salida que rendirse junto con su hijo y los pocos jefes militares que le acompañaban. Fueron llevados a la Caballería donde el dictador firmó su renuncia: "Asunción, 3 de febrero de 1989. Por este documento presento mi renuncia indeclinable al cargo de Presidente de la República del Paraguay y al de Comandante en jefe de sus Fuerzas Armadas".

         Así llegó a su fin una dictadura que se inició el 15 de agosto de 1954, como consecuencia de un golpe encabezado por Stroessner el 4 de mayo de 1954 contra el Gobierno del presidente Federico Chávez.

         El 5 de febrero de 1989, en una máquina de Líneas Aéreas Paraguayas, tomó el mismo camino que el dictador abriera a muchos de sus compatriotas, el exilio perpetuo.

 

         EL SALDO TRÁGICO

 

         Se especuló acerca de la cantidad de fallecidos en combate. Se habló de "cientos de soldados"; pero el "Informe definitivo" del Comando en Jefe, dado a conocer el viernes 3, dio estas cifras: 31 muertos y 58 heridos. La nómina de los fallecidos:

         Civiles: Alain P. R. Loetscher (francés) y Flora N. Lezcano. Mayor Caballería: Miguel Ángel Alfaro. Conscriptos: José Galeano, Manuel Arce Núñez, Rubén César Rivas Mongelós, Pablino Alvarenga, Hugo Walter Acuña Román, Tranquilino González, Daniel Jara, Matildo Domínguez, Carlos Romero Duré, Gilberto Leguizamón, Líder Samuel Rojas, Valentin Vargas, Milciades Torales Dávalos, Víctor Hugo Ramírez, Domingo Venega, Mario Ramón Romero, Virgilio Enciso, Julián Estrella Burgos, Bernardo Frutos Morel, Elvio Amarilla Armoa.

         Ofic. 1ro: Esteban Marino Delvalle, Ofic. 2do. Gustavo Rubén Gómez; S/Ofic. Inspector: Ignacio Ramón Vera; S/Ofic. Ayudante, Fidencio Ayala Vera; S/Ofic. Benito Fariña; S/Ofic. Bernardino Medina González; S/Ofic. Ramón Arsenio González Vigo.

 

 

         MISA POR LOS CAÍDOS

 

         El lunes 6 de febrero se realizó un acto litúrgico a cargo del Arzobispo de Asunción, monseñor Ismael Rolón, en memoria de los caídos y por la reconciliación nacional. Fue en la Iglesia San Roque con la presencia del presidente de la República y otras altas autoridades nacionales, civiles y militares.

         Copiamos algunos párrafos de "El Diario", edición del lunes 6:

         "A la entrada de los ministros del nuevo gabinete nacional, así como de los principales líderes de la oposición, el entusiasta público que asistió a la ceremonia invariablemente aplaudía frenéticamente. Cuando llegó el nuevo jefe de Estado, el general Rodríguez, acompañado por su esposa, los asistentes exteriorizaron muestras de admiración con un sonoro aplauso, lo mismo que al arribo del arzobispo de Asunción, monseñor Ismael Rolón.

         "Monseñor Rolón instó a la paz y la reconciliación para que los jóvenes caídos en el levantamiento militar no hayan muerto en vano y para que esa heroica sangre derramada sirva para la construcción del nuevo Paraguay.

         "Emocionante era el ambiente que se vivía dentro de la iglesia, llena hasta el tope. Rolón fue interrumpido varias veces por los aplausos de la concurrencia, que así expresaba su adhesión a las profundas y mesuradas palabras del alto prelado".

 

         COMUNICADO DE LA CEP

 

         El martes 7 de febrero, el Consejo Episcopal Permanente de la Conferencia Episcopal Paraguaya (CEP) dio a conocer un comunicado en estos términos: Los acontecimientos del 2 y 3 del corriente, que derivaron en la instalación del nuevo Gobierno provisional de la República, sorprendieron a todo el país. Los obispos del Paraguay, en muchas ocasiones hemos manifestado el propósito que nos anima de acompañar y orientar la vida de nuestro pueblo. Por eso, este acontecimiento hace necesaria una especial consideración de nuestra parte.

         Reiteradamente la Iglesia venía manifestando su inquietud por la forma en que se desenvolvía la conducción del país.

 

 

         EL GENERAL RODRÍGUEZ,

         PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA.

 

         El viernes 3 de febrero el general de división, Andrés Rodríguez, prestó el juramento de rigor al hacerse cargo de los destinos nacionales. Fue en el salón Independencia del Palacio de Gobierno. Afuera, una entusiasta multitud ovacionó su nombre.

         He aquí el mensaje del general Rodríguez dirigido al "Pueblo paraguayo y a los camaradas de las gloriosas Fuerzas Armadas de la Nación":

         Al ocupar el cargo de Presidente provisional de la República asumo el compromiso de defender las instituciones con energía si fuere necesario, pero siempre dentro del marco de la ley y del respeto a los derechos humanos de los demás.

         Este rumbo que hoy toman las Fuerzas Armadas a mi cargo busca hacer realidad tangible en nuestra patria la democracia sobre la base de la igualdad de oportunidades a todos los partidos políticos. De esta suerte mi Gobierno propondrá las modificaciones pertinentes del ordenamiento legal correspondiente. Pienso que para que los derechos humanos sean una realidad y no una simple expresión de deseos, debe existir democracia auténtica, no solamente de fachada o meramente legal, en la que exista una justicia fuerte e independiente, en que se respete el derecho de expresar opiniones, el de reunirse pacíficamente, de manera que cada paraguayo tenga las mismas posibilidades, sin privilegios de ninguna clase.

         En virtud del artículo 180 de la Constitución Nacional, inc.11, declaro que asumo el cargo de Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas de la Nación, que lo pienso ejercer con dedicación y firme patriotismo. Pienso que para hacer la unidad nacional debemos comenzar por la unidad total, sin límites ni restricciones, del Partido Colorado, a cuyo efecto debemos echar un manto de fraterno olvido a algunas rencillas que en las luchas cívicas pudieron haber sucedido, por ello, hago un llamado a todos los colorados de la República a que colaboren con mi Gobierno.

         Este Gobierno que hoy inicia sus gestiones hace un solemne juramento de respetar y hacer respetar las leyes y la Constitución del país.

         Mi Gobierno luchará sin descanso porque la paz sea una realidad dinámica en nuestra patria, y no una paz de sepulcros en que la opinión esté amordazada y oprimida la libertad de expresión y del pensamiento, las que lógicamente se deberán manejar dentro del territorio estrictamente legal.

         Los compromisos internacionales de la República serán respetados y se fortalecerán los lazos de amistad con todos los países del mundo democrático y en particular con nuestros vecinos.

         Las relaciones con la iglesia católica merecerán nuestra preferente atención a fin de restaurar el debido respeto que se merece aquella institución religiosa y sus dignísimos representantes.

         Invoco a Dios Todopoderoso su generosa ayuda para que ilumine mis actos y el camino que me comprometo abrir en bien del pueblo paraguayo.

 

Para adquirir el presente material debe contactar con ABC COLOR

Fuente digital: www.abc.com.py

Registro: Febrero 2.013

 

 

 

EL DIFÍCIL CAMINO HACIA LA TRANSICIÓN 

ALCIBÍADES GONZÁLEZ DELVALLE

(continuación)

LA HISTORIA DEL PARAGUAY - ABC COLOR

FASCÍCULO Nº 37 - CAPÍTULO 18

Asunción – Paragua9

2013

 

 

 

            EN LA JUNTA DE GOBIERNO DE LA ANR

 

            Terminado el acto en el Palacio de Gobierno, el presidente Rodríguez se trasladó a la junta de Gobierno donde fue recibido por las nuevas autoridades -las mismas que el 1 de agosto fueron destituidas por el golpe de los "militantes"- y una multitud que colmó los amplios espacios de la Junta. En la ocasión, el Dr. Luis María Argaña dijo:

            "La gesta militar que hoy vivimos ha permitido restaurar la legitimidad en el Partido Colorado, porque la anterior junta era nula y sin ningún valor, por ello es que estamos vibrantes y eufóricos, porque el Partido Colorado ha vuelto al poder, lo que demuestra que siempre habrá un 13 de enero, en que se encontrará enhiesta la vibración y el coraje del "pynandi" colorado".

            De ninguna manera esto significa que sembraremos odio o habrá persecuciones como con craso error lo hicieron los atracadores del 1 de agosto de 1987. Por el contrario, extendemos nuestra mano amiga, fraterna y colorada a todos los correligionarios de la República para que hagamos la grande y verdadera unidad del coloradismo.

            Creemos que el caudal humano del coloradismo es formar buen encausamiento por el Gobierno del Presidente Provisorio de la República del Paraguay, Gral. de Div. Andrés Rodríguez, hará que reine en nuestro país la paz y la libertad en perfecta armonía.

            Por eso a este acontecimiento lo podemos calificar como una revolución por y para la democracia.

            Este renacer del coloradismo hace que hoy se vuelva a reunir la auténtica junta de Gobierno bajo la presidencia de su gran líder, el Prof. Dr. Juan Ramón Chaves.

 

            LAS REACCIONES INTERNACIONALES

 

            La agencia informativa española EFE difundió el siguiente despacho el mismo día del golpe.

            Las reacciones internacionales al golpe de Estado del general Andrés Rodríguez, que derrocó hoy en Paraguay al presidente Alfredo Stroessner, coinciden en señalar la esperanza de que lleve al país y no suponga un cambio de gobierno dentro del mismo régimen militar.

            Varios gobernantes latinoamericanos coincidieron, además, en afirmar que la caída de Stroessner puede favorecer el avance de la democracia en Latinoamérica.

            El presidente colombiano, Virgilio Barco, expresó hoy en Caracas su deseo de que los sucesos de Paraguay se traduzcan en un cambio hacia la instauración de la democracia en este país.

            Barco hizo votos porque la nueva situación dé lugar a una "movilización hacia la democracia" y no a un simple relevo en la "guardia militar" que gobernaba Paraguay.

            El gobierno de Guatemala, que preside el demócrata cristiano Vinicio Cerezo, pidió hoy que "el pueblo paraguayo encuentre el camino de un verdadero proceso democratizador" tras el derrocamiento de Stroessner.

            Julio Santos, portavoz del presidente guatemalteco, declaró a EFE que "ante el hecho real del golpe de Estado que ha puesto fin a una dictadura en Latinoamérica, el pueblo paraguayo tiene la esperanza de lograr un proyecto democrático".

            El presidente de Honduras, José Azcona Hoyos, afirmó hoy en Caracas que la salida del poder de Stroessner "puede ser beneficiosa para ese país y para la marcha de la democracia en América Latina".

            El Gobierno de Estados Unidos dijo que "daríamos la bienvenida a un movimiento verdadero hacia una forma más democrática de gobierno" en Paraguay, según dijo Charles Redman, portavoz del Departamento de Estado.

            Añadió que su país ha tomado nota de la declaración del general Rodríguez para iniciar "la democratización y el respeto a los derechos humanos" en ese país latinoamericano.

            También en Estados Unidos el portavoz de la Casa Blanca, Martin Fitzwater, dijo que "los informes de prensa señalan que Rodríguez, en sus primeras declaraciones, ha indicado que quiere restablecer la democracia, y esperamos que avance en esa dirección". Las primeras reacciones del pueblo fueron:

 

            UNA MASIVA MANIFESTACIÓN

 

            Como nunca antes se había visto -salvo en las concentraciones coloradas- unas 50.000 personas convocadas por la oposición marcharon desde la Plaza Uruguaya hasta el Panteón de los Héroes el sábado 11 de febrero.

            Fue la primera manifestación masiva de ciudadanos y ciudadanas que llegaron a la capital desde distintos y lejanos puntos del país al grito de "Ya se fue el dictador", "Viva la libertad", "Dictadura nunca más".

            Sus representantes expresaron el deseo de que el Paraguay se encamine hacia la verdadera democracia y no la "democracia sin comunismo" que sirvió a la dictadura para violar, sin descanso, los derechos humanos.

            El dirigente del Partido Demócrata Cristiano, Prof. Luis Alfonso Resk, dijo que "el acto fue una muestra elocuente del fervor desbordante que late en el alma del pueblo paraguayo que hoy encuentra el camino abierto. Solo el pueblo salva al pueblo".

            "Que este camino por donde hemos de transitar realmente nos conduzca a la democracia (...) Yo creo que el pueblo debe estar alerta, siempre vigilante para que esta conquista no le sea arrebatada, porque aún subsisten intereses creados".

 

 

            REORGANIZACIÓN JUDICIAL

 

            Entre las primeras tareas gubernativas del presidente Rodríguez se destaca la reorganización judicial con importantes cambios en la cúpula de la Corte Suprema de justicia.

            El martes 7 de febrero renunciaron cuatro de los cinco miembros de la Corte: Hiran Delgado Von Leppel (Presidente) Fernando Sosa Centurión, Francisco Pussineri Oddone y Carlos Báez Rhenfeldt. El único que no lo había hecho fue el Dr. Justo Pucheta. Tampoco quiso hacerlo el Fiscal General del Estado, el Dr. Clotildo Giménez, pero finalmente lo hizo.

            La nueva Corte quedó constituida con: Alberto Correa (Presidente), Benito Pereira Saguier, Humberto Garcete Lambiasse, Justo Pucheta Ortega y Carlos Pussineri Oddone (miembros).

            Diógenes Martínez fue nombrado Fiscal General del Estado.

 

 

            LA EXPECTATIVA DE LA OPOSICIÓN POLÍTICA Y SOCIAL

 

            Desde el mismo momento en que se instaló el Gobierno provisorio, los dirigentes políticos y sociales -que se habían opuesto a la dictadura- se manifestaron con los deseos coincidentes de que el general Rodríguez cumpla con sus promesas de traer la democracia al país y el respeto a los derechos humanos. El titular del Partido Febrerista, Dr. Euclides Acevedo que se recurrirá a todos los medios legales para negociar los términos de la transición "que ya se ha iniciado y para eso vamos a necesitar un contacto permanente y creemos que el ministerio del Interior es el órgano institucional adecuado para que el Gobierno provisional se vincule con la oposición y negocie en una mesa patriótica el proceso (...) Espero que el Gobierno provisional tenga la comprensión y la grandeza de responder a la actitud serena de la oposición paraguaya".

            El Movimiento Intersindical de Trabajadores (MIT) -central obrera que agrupa a los sindicatos democráticos- "celebra la caída de la dictadura que tanto ha oprimido a los trabajadores a través de acciones y leyes represivas.

            "Ante la nueva etapa que vive el país, el MIT establece su apoyo a las propuestas del Gobierno provisional de democratizar el país, realizar elecciones libres en igualdad de condiciones para todos los partidos y establecer la vigencia efectiva de los derechos humanos y sindicales, en una atmósfera de comprensión y respeto general".

            El representante estudiantil ante el Consejo Superior de la Universidad Católica, Hugo Roig, opinó que "la democracia debe ser entendida con la participación de todos los sectores, y la defensa de los derechos humanos tiene que necesariamente ser analizada con cuidado. Debemos rescatar nuestra realidad y hacer una crítica dura a todas las personas que impunemente han mantenido de una u otra forma al pueblo con restricciones del espacio político, con el robo de tierras, de los fondos públicos. La vigencia de los derechos humanos pasa por el juicio y castigo a todos los culpables de estos crímenes contra el pueblo paraguayo".

            Mientras tanto, el presidente Rodríguez, su gabinete, y políticos oficialistas y de la oposición, trabajaban por la incorporación de un nuevo sistema, más actualizado, que sacara al Paraguay de un pasado que le agobiaba en todos los órdenes.

 

 

            DERECHOS HUMANOS

 

            Una de las primeras decisiones del Ejecutivo fue enviar al Congreso el proyecto de ley que "Aprueba y Ratifica la Convención Americana sobre Derechos Humanos o Pacto de San José de Costa Rica". Cuando la promulgó el 8 de agosto de 1989, el presidente Rodríguez expresó.

            "De hoy en más, la República del Paraguay ha saldado la deuda que tenía con su pueblo y con las demás naciones democráticas de nuestro continente americano. La democracia en nuestro país y ha comenzado a caminar, y prueba de ello es este compromiso por el respecto a los derechos humanos que el Gobierno Nacional ha asumido al promulgar esta ley".

            Pero al mismo tiempo, el presidente Rodríguez se aferraba a figuras del stronismo que simbolizaban los tiempos de terror como el general Ramón Duarte, a quien lo tuvo como embajador en Bolivia.

            En su tiempo de jefe de Policía, Duarte Vera, fue la pesadilla de los opositores a quienes, muchas veces por nada, los hacía apresar y torturar.

            Pese a las enérgicas protestas de los organismos de Derechos Humanos, y de las víctimas -o de sus familiares- de la dictadura, Rodríguez le mantuvo a su embajador.

            Y así, con todas las contradicciones, la reciente democracia avanzaba dejando a sus pasos las renovadas esperanzas porque el país sea distinto del que acababa de salir de un largo período de intolerancia y autoritarismo.

            El 18 de junio de 1991 el presidente Andrés Rodríguez, por decreto número 9963, convoca "al pueblo de la República para elegir Convencionales Constituyentes que deben proceder a la reforma total de la Constitución Nacional vigente".

            Previamente a este decreto, la Asamblea Nacional, reunida el 8 de abril de 1991, declaró "la necesidad de la reforma total de la Constitución Nacional vigente, sancionada y promulgada el 25 de agosto del año 1967, y la enmienda N° 1 del 25 de marzo de 1977". Esta enmienda está referida al artículo 173 que expresa: "El presidente de la República será elegido en comicios generales directos que se realizarán por lo menos seis meses antes de expirar el período constitucional que estuviere en curso, y solo podrá ser reelecto para un período más, consecutivo o alternativo".

            A los 10 años de vigencia de la Constitución de 1967, se convocó a una nueva Convención Constituyente, con el solo propósito de modificar el artículo 173 y permitir que el general Alfredo Stroessner gobernara a perpetuidad. En esta asamblea -de la que no participaron los partidos de la oposición- el artículo 173 quedó así redactado: " El Presidente de la República será elegido en comicios generales directos que se realizarán por lo menos seis meses antes de expirar el período constitucional que estuviere en curso. Y podrá ser reelecto". Se suprimió el límite que originalmente la Convención había aprobado en 1967.

            El 14 de agosto de 1991 se aprobó la ley N.° 91 por la "que establece normas para la instalación y funcionamiento de la Convención Nacional Constituyente" con 198 miembros titulares e igual número de suplentes.

            El 1 de diciembre de 1991 se realizaron las elecciones para elegir Convencionales Constituyentes. La asamblea se instaló un mes después, el día 30, con la presidencia del Dr. Oscar Facundo Insfrán.

            Para entonces ya se habían redactado proyectos de la Constitución como los del Poder Ejecutivo, Partido Colorado, Partido Liberal Radical Auténtico, Partido Demócrata Cristiano, Partido Revolucionario Febrerista, Partido Humanista, Constitución Para todos.

            También presentaron sus proyectos: Unión Industrial Paraguaya, Centro Interdisciplinario de Derecho Social y Economía Política (Cidsep), Instituto de Desarrollo y Libertad, y algunas personalidades.

            En el discurso inaugural el presidente de la Convención, dijo, entre otras cosas:

            En más de un siglo y medio de vida independiente, es la primera vez que en nuestra historia coinciden la legitimidad popular y la legitimidad jurídica. De dicha conjunción emerge la más genuina representación del pueblo, como es la que hoy se da aquí, felizmente, con la participación de los señores convencionales de la República.

            Accidentada y hasta arbitraria ha sido nuestra historia constitucional. El enfrentamiento o la discordia entre lo que la norma manda y lo que la realidad no acata, una constante que ha socavado al espíritu público que, no pocas veces, ha desesperado de sus leyes y de los hombres que la corrompen, viciando su concepción y sus designios.

            Nuestro ordenamiento político, queriendo conformarse a derecho, ha estado, sin embargo, y casi siempre, en pugna con los principios éticos que debieron servirle de justificación. Ese divorcio o desencuentro entre la legalidad y eticidad, acaso haya sido la raíz de nuestros males institucionales.

            En esta Convención debemos diseñar la democracia, no solo como un sistema de gobierno, sino como forma de Estado, es decir, un estilo de vida que se sustente en el respeto irrestricto a la persona humana; en la libertad de conciencia y de confesión; en la libre expresión del pensamiento; en una prensa libre y capaz; en el bien común como desiderátum de la política; en la convivencia pacífica que deriva de un orden jurídico racional...

            El presidente de la República también leyó un discurso. Estas son algunas de sus palabras:

            Hoy se cumple una etapa fundamental en el proceso iniciado hace poco más de dos años, en el que todos los paraguayos y también los extranjeros que habitan nuestro suelo, cifraron sus esperanzas en un nuevo estilo de vida cívica, acorde con la voz de los nuevos tiempos.

            Dentro de las dificultades que supone invariablemente un cambio profundo y definitivo en un proceso de transición, podemos, en líneas generales, invocar la existencia de un saldo positivo en el camino recorrido hasta la fecha.

            Es la primera vez en nuestra historia que una Asamblea tan calificada deliberará en plena libertad. Es la primera vez que su conformación responde a un efectivo ejercicio de la soberanía popular. Y esta es también la primera vez que ostenta una autoridad indiscutiblemente legítima.

 

 

            EL DESARROLLO DE LA ASAMBLEA

 

            El 30 de diciembre de 1991 se dio apertura a la Convención Nacional Constituyente, que se clausuró el 22 de junio de 1992. En el transcurso de las deliberaciones -como era de esperar de personas provenientes de distintos sectores sociales, económicos, políticos, culturales- hubo encendidos debates, con palabras y gestos inapropiados, pero nunca pusieron en peligro la continuidad de la asamblea.

            La opinión pública, a través de la prensa, participaba en las deliberaciones con la misma pasión -de acuerdo con los temas que se discutía- que los convencionales. No pocas veces los debates salían a la calle donde encontraban igualmente apasionados defensores o detractores.

            Por su misma naturaleza, el tema que más espacio ocupó en los medios de comunicación fue el de la prensa. Los empresarios y la mayor parte de los periodistas criticaron con brío los artículos que los convencionales estudiaban y luego aprobaban.     En total son cuatro artículos: El 26 "De la libertad de expresión y de prensa"; el 27 "Del empleo de los medios masivos de comunicación"; el 28 "Del derecho a informarse" y el 29 "De la libertad de ejercicio del periodismo"

            El argumento de los críticos era que "se dicen un montón de cosas innecesarias cuando es suficiente en la Constitución una clara expresión del concepto. Con decir que no se pondrá cortapisas a la libertad de expresión o de prensa ha sido más que bastante para EE.UU durante 205 años (en 1992) para que sea una verdad vigente y practicada la libertad de prensa..." (Fernando Levi Ruffinelli, diario ABC Color del 16 de febrero de 1992)

 

 

 

            TAMBIÉN CRÍTICAS DE LA IGLESIA CATÓLICA

 

            El artículo 4°, "Del derecho a la vida", expresa: "El derecho a la vida es inherente a la persona humana. Se garantiza su protección, en general, desde su concepción. Queda abolida la pena de muerte. Toda persona será protegida por el Estado en su integridad física y psíquica, así como en su honor y en su reputación. La ley reglamentará la libertad de las personas para disponer de su propio cuerpo, solo con fines científicos o médicos".

            Esta disposición enfadó a la iglesia católica que hizo escuchar su voz a través de un "comunicado" dirigido a los convencionales y a la comunidad católica.

            Entre otros, monseñor Claudio Giménez sintetizó el parecer de la iglesia: "La mayoría de los partidos políticos y movimientos independientes que componen la Convención Nacional Constituyente plantearon en su día propuestas muy concretas y loables en relación al derecho inalienable a la vida. Sin embargo, ahora nos encontramos que la comisión redactora ha hecho caso omiso de aquellos planteamientos y junto con la plenaria han incurrido en una postura absolutamente contradictoria al introducir una frase que deja la vía abierta para terminar con vidas inocentes". La frase a la que se refiere monseñor Giménez es "en general", que a su criterio fue "furtivamente introducida en el texto y posibilita evidentemente la próxima elaboración de leyes homicidas como podría ser la legalización del aborto o la eutanasia..."

            En los dos casos, la libertad de prensa y el derecho a la vida, no se cumplieron los pesimistas vaticinios.

 

            UNA ANÉCDOTA ILUSTRATIVA

 

            Cuando en la plenaria llegaron para su discusión los artículos incluidos en "De las disposiciones finales y transitorias", vinieron acompañadas del inquietante rumor que efectivos de la Caballería –comandados por Lino Oviedo- asaltarían el recinto de la Convención. Tan fuerte ha sido esta versión que de vez en vez algunos convencionales salían a mirar para cerciorarse de que el Banco Central del Paraguay - escenario de la reunión- no estaba rodeada por los militares.

            Sucedió que se tildó a un grupo de convencionales su oposición a la reelección del general Andrés Rodríguez o a la posibilidad de que una de sus hijas le sucediera.

            Se sabe que cuando el presidente de la Convención, Dr. Oscar Facundo Ynsfrán, le visitó al general Rodríguez en su despacho en la Casa de Gobierno para invitarlo a asistir a la ceremonia de clausura -había estado en la ceremonia de inauguración- el presidente le recibió molesto por lo que consideraba una falta de respeto de que se estuviera mencionando su nombre y el de su familia con tan poca o ninguna consideración.

            El artículo en cuestión -el 19 y penúltimo- quedó así luego de que se lo limara:

            "A los efectos de las limitaciones que establece esta Constitución para la reelección en los cargos electivos de los diversos poderes del Estado, se computará el actual período inclusive".

            El convencional Emilio Camacho, en defensa del artículo 19 "De las disposiciones finales y transitorias", dijo entre otros conceptos:

            ... lo que estamos discutiendo es una normativa constitucional que, en absoluto, puede buscar agraviar a nadie, ni busca erigirse en un artículo que se oriente hacia una sola situación.

            De ninguna manera realizamos alusiones personales. Estamos votando por la institucionalidad del proceso de transición, estamos votando por la renovación periódica de los cargos electivos".

            El convencional Miguel Abdón Saguier dijo:

            No le negamos méritos al general Rodríguez. En su oportunidad lo dijimos. Creo que ha tenido la virtud de interpretar las ansias de libertad de un pueblo, pero tampoco estamos en condiciones de que se nos desconozca a la oposición los méritos que nos han dado la lucha y el sacrificio en época del autoritarismo...

            No estamos sentados aquí gracias a ningún general. Estamos sentados por nuestros méritos; por los méritos que nos dio la lucha, el sacrificio, la abnegación y en definitiva, la voluntad soberana de nuestro pueblo.

            Otros oradores intervinieron en el mismo sentido que los anteriores, pero no pudieron acabar con la certeza sostenida en el Palacio de Gobierno de que se estaba legislando en contra del Presidente de la República.

            El 20 de junio de 1992 la Convención Nacional Constituyente sancionó y promulgó la Constitución.

 

 

            EN EL ÚLTIMO AÑO DE LA PRESIDENCIA DE RODRÍGUEZ

 

            En el mes de diciembre de 1992 -el último año del general Rodríguez al frente del Gobierno- ocurrieron dos hechos de singular importancia que trascendieron en el tiempo: El hallazgo de lo que se dio en llamar "Archivo del Terror", y las internas del Partido Colorado para elegir candidato a la presidencia de la República para el período 1993-1998.

            Por las repercusiones que tuvieron se podría también señalar otros dos casos registrados en noviembre también de 1992: el "pronunciamiento" de las Fuerzas Armadas del viernes 6 y el mismo discurso, casi palabra por palabra, leído en sus respectivos cierre de campaña, el jueves 12, los candidatos del coloradismo a la presidencia de la República, Dr. Luis María Argaña y el Ing. Juan Carlos Wasmosy.

            El 22 de diciembre de 1992 ocurrió un hecho sorprendente, por lo inesperado: El hallazgo de los documentos del Departamento de Investigaciones que registran las "novedades" de esa dependencia de la Policía de la Capital.

            Para las víctimas de la dictadura, sus familiares, entidades de Derechos Humanos del país y del exterior, fue un acontecimiento de singulares características: se trataba de las pruebas -tantas veces negadas- del procedimiento ilegal de la Policía y de la complacencia de los jueces ante tales procedimientos.

            "Es mi informe" - de Alfredo Boccia Paz, Myrian Angélica González y Rosa Palau Aguilar- recoge algunos de esos documentos. En el prólogo, Augusto Roa Bastos dice, entre otras cosas:

            "El Libro Negro de la dictadura de Stroessner estaba ahí, en un predio rural, casi idílico: el colosal repositorio del Archivo del Terror, estaba guardado ahí, en una dependencia policial de tercer orden, en Lambaré. ¿Por qué no había sido destruido, quemado, 'empaquetado' a su vez? ¿Acaso el sentimiento de longevidad milenarista, la esperanza de algún contragolpe o revancha probable podía rehacer la unidad monolítica del poder derrocado a traición?

            "Mientras la policía desorientada, amedrentada, contaba con este esperado desagravio, el archivo fue trasladado furtivamente del arca de Investigaciones, al más modesto Departamento de Producciones. Parte del descomunal archivo se hallaba escondida y resguardada por cadena y candado. A pocos metros de allí, otra parte del archivo estaba enterrada en una zanja chapuceramente cavada, semejante a una tumba NN, de las innumerables que se hallaban escritas en el archivo. Al mal absoluto le gusta jugar a veces con las alegorías y los símbolos. El poder, guardado bajo frágil candado. El poder enterrado en una tumba NN. El archivo emergiendo de su enterramiento para mostrar la escritura del terror. La dictadura de más de un cuarto de siglo ofreciendo a las generaciones el testimonio piramidal, la tabla de sus crímenes, como la última prueba, para siempre irrefutable y veraz hasta en sus faltas de ortografía. La sinceridad del crimen es la más honesta de todas".

 

 

            ¿QUIÉN COPIÓ EL DISCURSO A QUIÉN?

 

            El jueves 12 de noviembre, culminando su campaña electoral, el Dr. Luis María Argaña difundió a la 6.30 de la mañana por una emisora local su "mensaje al pueblo colorado", reproducido a la tarde por el diario "Última Hora".

            Esa misma noche, también como cierre de campaña, el Ing. Juan Carlos Wasmosy leyó el mismo discurso. Ambos presentaban muy pequeñas diferencias, pero en lo esencial, fondo y forma, eran el mismo.

            Rápidamente vinieron las reacciones de ambos sectores con mutuas acusaciones de plagio. El Ing. Wasmosy dijo que su discurso estaba ya redactado el martes. Argaña replicó que el suyo lo tenía desde el lunes.

            La comisión de propaganda Wasmosy-Seifart emitió un comunicado señalando "una serie de maniobras electorales destinadas a confundir a la opinión pública, especialmente al electorado colorado". Agregó que "desde el inicio del actual proceso la fórmula Wasmosy-Seifart soportó un constante plagio de su esquema propagandístico".

            Por su parte, la comisión de propaganda del binomio Argaña-Ibáñez, también comunicado mediante, expresó: "Con estupor hemos escuchado el discurso leído por el Ing. Wasmosy. El mismo, en casi todas sus partes, es copia fiel del que esta comisión redactara por instrucción del doctor Argaña el lunes 9 de esta semana

 

Dr. Luis María Argaña en un acto partidario con sus simpatizantes

 

            SE SUSPENDEN LAS INTERNAS

 

            Mientras seguía la discusión sobre la paternidad del discurso, el juez Oscar Rodríguez Kennedy dio lugar al amparo presentado por el binomio Wasmosy- Seifart para la suspensión de los comicios de los colorados. El motivo expuesto era las irregularidades en los padrones colorados.

            Apenas se supo esta medida judicial, el titular del Tribunal Electoral Partidario (TEP), Roque Bobadilla Cataldi, dijo: "Estoy profundamente decepcionado por el estilo de política que se practica en el partido (...) No esperé que llegaran a tanto estas cosas. Me decepciona cuando se anteponen los intereses particulares a los intereses superiores del partido y de la nación".

            Por su parte, el apoderado del proyecto Argaña-Ibáñez, Dr. Diógenes Martínez, aseguró que se trataba de una "evidente manipulación de la justicia para que se suspendan las elecciones internas de la ANR". Calificó de "totalmente nulo" el amparo concedido por el juzgado de 1ª. Instancia. "Con esto la justicia paraguaya deja otra vez un manto negro sobre su historial". En su opinión, no es competencia de un juzgado de primera instancia, tratar un tema electoral, sino la justicia electoral.

            El otro precandidato, Gustavo Díaz de Vivar, dijo que la suspensión de los comicios "beneficia al grupo que lo solicitó, que tiene mucho dinero para ir sumando publicidad por todos los medios". Y agregó: "El partido colorado no tendrá un candidato sino un impostor".

            El presidente Rodríguez, sin embargo, se mostró de acuerdo con la medida judicial "porque de lo contrario se hubiera imposibilitado el ejercicio de sus derechos cívicos a 230.000 colorados". Preguntado por la prensa acerca de las manifestaciones del Dr. Argaña quien sostuvo que el general Rodríguez lo persigue, el presidente respondió: "Es una opinión de él, Yo a nadie persigo. Soy amigo de todos".

            Sin embargo desde hacía tiempo se sabía de la distancia que se habían cavado los dos líderes de la revolución de febrero de 1989.

 

El cuatrinomio: Adan Godoy Giménez, Eugenio Jacquet, Alfredo Stroessner,

Sabino Montanaro y Mario Abdo Benítez.

 

 

            "STROESSNER PUEDE VOLVER AL PARAGUAY"

 

            Unas semanas antes de las internas coloradas del 27 de diciembre 1992, el Dr. Luis María Argaña dijo: "Si gano las elecciones y llego a la presidencia, permitiré el retorno de Stroessner". Luego argumentó: "Puede volver a vivir en el Paraguay, como un ciudadano que tiene derecho a estar en su patria, a ver el sol nacer acá en nuestro país, a pasearse, a tener sus amigos, hacer una vida de un ser humano normal. No hablo de que él va a venir como gobernante ni como un personaje". Había dicho también que "durante 33 años fue un buen gobierno, hizo grandes obras".

            El diario "La Nación", de Buenos Aires, publicó en su edición del 20 de diciembre el artículo de un enviado del The New York Times a Asunción. Copiamos algunos párrafos:

            "Millones de dólares de la fortuna de la familia Stroessner son volcados a Paraguay para respaldar la candidatura de Luis María Argaña, un conservador que fue presidente de la Corte Suprema de Justicia durante los últimos arios de la dictadura de Stroessner".

            "Argaña lleva ventaja en las encuestas y al presidente de Paraguay, Andrés Rodríguez, le gustaría verlo fuera de carrera. A fines del actual mes (diciembre) los afiliados al Partido Colorado, actualmente en el Gobierno, votaran en una elección primaria en la cual Argaña tendrá frente a sí a varios candidatos. Rodríguez (...) respalda la candidatura de Wasmosy, un empresario de tendencia centrista".

 

 

            PRONUNCIAMIENTO DE LAS FUERZAS ARMADAS Y LA POLICÍA

 

            Otro motivo para el comentario polémico aparece con el "Pronunciamiento" de las Fuerzas Armadas de la Nación y de la Policía, hecho público el 6 de noviembre de 1992. Los comandantes de las tres armas: Ejército, Armada y Aeronáutica, y el jefe de Policía, reafirmaron el "firme propósito de que jamás permitiremos el retorno a ese oscuro pasado".

            Del extenso documento extraemos estos párrafos:

            "Aquellos sectores de la sociedad que no se ajusten a las leyes, a las buenas costumbres y a la convivencia armónica y civilizada, podrían poner en serio riesgo los postulados democráticos de la Nación.

            "Nuestro honor es nuestra lealtad, la memoria de nuestros guerreros que se batieron, a través de la historia, nos impone el compromiso y el deber de advertir a todos aquellos que especulan con abrir grietas en las estructuras institucionales, que sus oscuros propósitos chocarán, inevitablemente, con la firmeza de nuestra decisión de mantener y garantizar este proceso.

            Para algunos políticos la iniciativa de las FF.AA. fue "alentadora" y para otros "un desborde de competencia".

            Para el Dr. Ángel Roberto Seifart -compañero de fórmula de Wasmosy- el pronunciamiento "fue oportuno para hacer entender a los nostálgicos de la dictadura que la institución militar hará respetar el proceso de transición democrática (...) el stronismo se está adueñando del movimiento que propugna la candidatura de Argaña. (...) Lo que quieren evitar los militares es el intento golpista que se presume en actitudes de algunos dirigentes".

            Diógenes Martínez, del proyecto Argaña-Ibáñez, dijo que los militares "quieren, fundamentalmente, arrogarse el derecho de ser dueños de la verdad y de erigirse en jueces supremos de la nación. (...) Lo único que compete a las fuerzas públicas es garantizar y asegurar que la voluntad popular sea respetada. No tienen atribuciones para calificar el resultado de unas elecciones o de una voluntad popular en ningún sentido".

            Oscar Facundo Insfrán, del proyecto Argaña-Ibañez expresó que "es plausible que los estamentos armados de la nación también apoyen el proceso democrático, pero no se debe hacer doble discurso, porque la violencia puede venir también de parte del oficialismo".

            El dirigente febrerista, Euclides Acevedo destacó que el pronunciamiento "tiene un lado positivo, en el sentido de que (los militares) asumen el compromiso de impedir todo proyecto involucionista, y un lado negativo, en cuanto a que quieren constituirse en guías y ordenadores del proceso político". Y agregó "El derrotero del proceso político nacional es responsabilidad exclusiva de la sociedad civil, vale decir, de los partidos políticos, de los movimientos, de las organizaciones intermedias, de los ciudadanos en general".

 

            EN CONTRA DE LO QUE MANDA LA CONSTITUCIÓN

 

            A sólo unos meses de la sanción, promulgación y juramento de la Constitución, algunos militares de alta graduación violaron el Art. 173, en su segunda parte: "Los militares en servicio activo ajustarán su desempeño a las leyes y reglamentos, y no podrán afiliarse a partido o movimiento alguno, ni realizar ningún tipo de actividad política".

            En la noche del 2 de febrero de 1998, el general Rodríguez en su proclama "al pueblo paraguayo" ya había expresado que los militares salían de sus cuarteles, entre otros motivos, "por la unificación plena y total del coloradismo en el Gobierno". Todos los militares y policías al momento del golpe del 2 y 3 de febrero estaban afiliados al partido oficialista.

            A partir de junio de 1992 -fecha de la vigencia de la nueva Constitución- policías y militares ya "no podrán afiliarse a partido o movimiento alguno", pero los que estaban afiliados no realizaran "ningún tipo de actividad política". También el Código Electoral lo prohíbe expresamente.

            Con el ejemplo que daba el Comandante en jefe de las FEAA. y presidente de la República, muchos militares se dedicaron decididamente a la actividad partidaria. El más notorio de ellos fue el Comandante del Primer Cuerpo de Ejército, general Lino César Oviedo, convertido en operador político del binomio oficialista desde que se inició la campaña electoral.

 

            LLEGA EL DÍA DE LAS ELECCIONES

 

            En este ambiente enrarecido, agravado por la indisimulada intervención militar y policial, por un lado; y por el otro, el fantasma de Stroessner revoloteando en la carpa argañista, se llega al domingo 27 de diciembre de 1992. El ganador de las internas era casi seguro ganador de las generales porque los partidos de la oposición estaban todavía desorganizados y débiles.

            En cambio el Partido Colorado, pese a su apoyo del inicio al fin de la dictadura, estaba intacto mediante el sencillo expediente de haberse atribuido la paternidad de la democracia. Cambiaron algunos hombres en la conducción partidaria -en definitiva, fueron los mismos de siempre- pero la estructura de poder continuaba muy sólido. La poderosa base partidaria -las seccionales- continuaba manejando a los afiliados esta vez con la idea -a más del prebendarismo- de construir una democracia que asegure el bienestar de la nación. Pronto desapareció la frase que se hizo carne entre los colorados: Democracia sin comunismo. Ni Argaña la volvió a utilizar en su indisimulado acercamiento al stronismo.

            Desde antes de las elecciones ya se hablaba del triunfo del argañismo en las internas. Las encuestas así lo demostraban tal como se ha podido palpar en el transcurso del acto comicial. A su término, queda más evidenciada aún la victoria del hasta hace poco amigo, del general Rodríguez y colaborador de su Gobierno como ministro de Relaciones Exteriores.

 

 

 

EL GOBIERNO DEL GENERAL ANDRÉS RODRÍGUEZ (II) 

EL DIFÍCIL CAMINO HACIA LA TRANSICIÓN 

Por ALCIBIADES GONZÁLEZ DELVALLE

(continuación)

LA HISTORIA DEL PARAGUAY - ABC COLOR

FASCÍCULO Nº 38 - CAPÍTULO 19

Asunción – Paraguay

2013

 

 

Libro que recoge algunos de los casos más significativos

de los actos partidarios de Lino Oviedo en contra de la

prohibición a los militares de activar en política.

 

 

            EL GENERAL LINO OVIEDO IRRUMPE EN LA POLÍTICA

 

            En el pleito Rodríguez-Argaña, el general Lino Oviedo se tira de lleno, contra un claro mandato constitucional para los militares en actividad, en la arena partidaria que tendría, también, una desastrosa consecuencia nacional.

            Desde el inicio de la campaña por la presidencia de la República, Oviedo se convirtió, vestido de militar, en un operador político de peso a favor de la fórmula oficialista Ing. Juan Carlos Wasmosy-Dr. Roberto Seifart, impuestos por Rodríguez para enfrentar al binomio Argaña-Ibáñez.

            Al comienzo, a Oviedo no le gustó la candidatura de Wasmosy. Tanto, que se puso a trabajar en la búsqueda de otro candidato. Creyó que Argaña tendría más posibilidades e intentó un acercamiento con el líder colorado.

            En el libro "El ocaso del jinete -Crónica de un intento de golpe de Estado en el Paraguay", escrito por Edwin Brítez, Ignacio Martínez, Carlos Peralta y Néstor Escobar Franco, se cuenta que en el transcurso de una cena llama por teléfono Lino Oviedo pidiendo conversar personalmente con Argaña "para llegar a un acuerdo sobre la chapa presidencial colorada" y "para que no caiga el Partido Colorado". La respuesta de Argaña fue que no le interesaba conversar con Oviedo y que no recibía órdenes "de ningún militar". Con esta actitud "...quedaron sepultadas (...) las intenciones de Oviedo de modificar la dupla oficial (...) Oviedo no olvidó la afrenta e inició una fuerte campaña a favor de Wasmosy en los últimos días anteriores a las internas coloradas de diciembre de 1992".

 

Doctor Luis María Argaña, uno de los líderes del Partido Colorado

y vice-presidente de la República,

asesinado poco despúes de salir de su domicilio.

 

            GANÓ ARGAÑA - PERDIÓ ARGAÑA

 

            El 27 de abril, día de las elecciones, en uno de los lugares de votación, la Escuela República Federal de Alemania, Lino Oviedo se encontraba en compañía del presidente de la República. Luego de depositar su voto, y contra toda norma legal, Oviedo aprovechó la presencia de los periodistas que cubren Presidencia, para anunciar que había votado por Wasmosy porque "el argañismo es un movimiento que significa el retorno del stronismo, de la corrupción estatal, de la preeminencia de figuras que fueron causantes de los mayores desmanes desde el Gobierno". En el argañismo "militaba gente amante del autoritarismo, del prebendarismo, de un sistema de gobierno autocrático, amante del estatismo que genera corrupción, degeneración, odios, rencores y descontento".

            Desde temprana hora de ese día 27, las bocas de urnas confirmaban las encuestas: Ganó Argaña.

            De noche, cuando ya se tuvo la certeza del triunfo de Argaña, Wasmosy, en un impulso democrático, intentó felicitar al ganador pero le impidieron su compañero de fórmula, Roberto Seifart, y el general Lino Oviedo "porque había otro resultado y habría que esperar más". El "otro resultado" era que se puso a funcionar la máquina del fraude manejada desde la Caballería por Lino Oviedo con la anuencia, desde luego, del presidente Rodríguez y de la cúpula partidaria, encabezada por el empresario y político Blas N. Riquelme.

            Por supuestas irregularidades se suspendió el tonteo de votos. El 27 de febrero se integró un nuevo Tribunal Partidario que dio ganador al binomio Wasmosy-Seifart con 207.120 votos (el 45.36%). y Argaña-Ibañez, 203.116 (44.48%).

 

Ingeniero Juan Bautista Ibañez, compañero de fórmula de Argaña

para representar al Partido Colorado en las elecciones presidenciales.

 

            CON LOS DÍAS CONTADOS

 

            Un amigo de Lino Oviedo, el general Víctor A. Segovia Ríos, cuenta en su libro "De Morínigo a Cubas - Recuerdos y testimonios"; que había mantenido una conversación con Oviedo en cuyo transcurso le había recomendado que no se involucrara en la política partidista, aunque fuera a favor del Partido Colorado. La respuesta fue que "se veía obligado a impulsar vigorosamente la candidatura del ingeniero Wasmosy porque si ganaba la oposición sus días como militar estaban contados".

            Días antes de las elecciones generales de mayo de 1993, Lino Oviedo se reúne con los funcionarios del ministerio del Interior. En la ocasión Oviedo dijo: "Nuestra decisión es gobernar con el Partido Colorado per secula seculorum, hasta que el país realmente conquiste el bienestar y el bien común, le guste a quien le guste, duela a quien duela, pique a quien pique, chille quien chille". En este acto estuvieron presentes los candidatos colorados Wasmosy y Seifart, los ministros del Ejecutivo, el comandante del Ejército, Pedro Concepción Ocampos; el comandante de la Fuerza Aérea, José Céspedes; el comandante de la Armada Nacional, vicealmirante Eduardo González Pettit; más los candidatos a gobernadores por el partido oficialista.

            En ese mismo acto, y en respuesta a la crítica generalizada por la intromisión de los militares en los asuntos partidarios, Oviedo agregó "Nosotros (los militares) tenemos tan igual coraje, decisión y huevos entre las piernas y no vamos a estar cruzándonos de brazos".

            En efecto, Oviedo no se mantuvo de brazos cruzados. Recorría los cuarteles, las seccionales coloradas, las oficinas públicas, instando a quienes le escuchaban a votar por la fórmula oficialista "como única manera de continuar el Partido Colorado en el poder".

           

Bader Rachid Lichi, Ángel Roberto Seifart y Juan Carlos Wasmosy

 

            LAS REPERCUSIONES DE UNA ARROGANCIA

 

            Las palabras de Oviedo en el ministerio del Interior resonaron por todo el país y fuera de él. Que las Fuerzas Armadas de la Nación cogobernarán con el Partido Colorado "por los siglos de los siglos" fue una salida de tono desmedida, intolerable, en momentos en que medio mundo tenía los ojos puestos en el proceso democrático paraguayo e internamente se buscaba con afán vigorizar ese desconocido proceso. El general Segovia Ríos cuenta, en su citado libro, que el embajador de los Estados Unidos, Glassman se había entrevistado con el Presidente Rodríguez en presencia del vicealmirante González Pettit, comandante de las Fuerzas Militares; el general Céspedes, comandante de la Fuerza Aérea; y los políticos Domingo Laino, titular del Partido Liberal Radical Auténtico, y el Dr. Guillermo Caballero Vargas, del Encuentro Nacional.

            En la entrevista -de acuerdo con Segovia Ríos- el embajador Glassman le pidió a Rodríguez que defenestrara a Oviedo. "Al parecer -agrega Segovia Ríos- el presidente tuvo la intención de complacer a Glassman, pero el general Oviedo le envió señales de que estaba dispuesto a resistir una eventual destitución.

            De cualquier modo, la gran responsabilidad de Rodríguez fue que se incubara el huevo de la serpiente. En ningún momento procuró evitar una situación que se presentaba, a todas luces, como una amenaza para la democracia. De hecho, la tal democracia ya estaba envuelta en nubarrones en momentos en que el mismo presidente de la República, el mismo hacedor del derrumbe de la dictadura, intervenía directamente por sí mismo, o por otros, para impedir el libre juego democrático que suponía unas elecciones partidarias y nacionales transparentes.

            Ganó la fórmula oficialista en mayo de 1993 pese a la abierta campaña realizada por los argañistas para que solo se votara por los candidatos a senadores y diputados colorados.

            Con estos y otros acontecimientos, el Gobierno del general Rodríguez se vio ostensible e innecesariamente dañado con lo que se dificultó más todavía la pesada marcha hacia la transición democrática.


 

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Fuente digital: www.abc.com.py

Registro: Febrero 2.013

 

 

 

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