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LA AURORA - ENCICLOPEDIA MENSUAL Y POPULAR DE CIENCIAS, ARTES Y LITERATURA (1860-1861) - Redactor en jefe y responsable: D.I.A.BERMEJO
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REVISTA LA AURORA - NÚMERO 12 - Redactor en jefe y responsable: D.I.A.BERMEJO
 

LA AURORA - ENCICLOPEDIA MENSUAL Y POPULAR DE CIENCIAS, ARTES Y LITERATURA (1860-1861) - Redactor en jefe y responsable: D.I.A.BERMEJO


Datos Generales

“LA AURORA" CONTENIDO Y SIGNIFICADO

REVISTAS LITERARIAS PARAGUAYAS

Por FRANCISCO PÉREZ-MARICEVICH

SEPARATAS, CUADERNOS REPUBLICANOS
 
Asunción – Paraguay
 
1975 (40 páginas)
 
 
 
 
“LA AURORA"
 
I
REVISTA Y LITERATURA
 
John E. Englekirk ha destacado con razón la importancia de las revistas en el desarrollo de la literatura hispanoamericana. "En ella han aparecido -dice-, en gran parte, no solo las primicias sino hasta los frutos maduros de los que en años posteriores iban a destacarse entre los mejores escritores de su lengua". Y agrega: "...pera todo investigador la revista literaria propiamente dicha se ha presentado como órgano oficial, o portavoz, de muchas generaciones o promociones estéticas que han caracterizado la evolución de las letras en las Américas".
 
En lo que concierne a la literatura paraguaya esto es literalmente cierto, a tal punto que un razonable y servicial método para estudiarla seria ubicar las constelaciones literarias alrededor de tres o cuatro revistas representativas, sin olvidar otros tantos suplementos de diarios influyentes. Las dificultades inherentes a la falta de empresas editoriales empeñadas en la difusión del libro paraguayo, han hecho aún más importantes los servicios de divulgación realizados, en todo tiempo, por las revistas y los suplementos literarios, y esta circunstancia -que aún se mantiene en nuestra medio- justifica la afirmación de que nuestra literatura se encuentra menos en los libros que en las paginas periódicas.
 
La preparación minuciosa de índices o guías de las revistas y suplementos literarios aparecidos en nuestro país -acompañados de una breve selección de textos representativos de cada fuente-, seria, en consecuencia, una labor extremadamente útil, pues contribuiría positivamente a proporcionar a los estudiosos de nuestro fenómeno cultural valiosos instrumentos de trabajo. No creo hallarme equivocado al sugerir que nuestra literatura merece y exige este esfuerzo, sin duda arduo, con más urgente razón que otras literaturas americanas, aparte de que esos trabajos, realizados con método, vendrían a completar o, en su caso, a rectificar en lo relativo a nuestro país estudios panorámicos tan meritorios como los de Boyd G. Carter, Sturgis E. Leavitt y el citado Englekirk.
 
Un intento, al mismo tiempo sencillo y provisorio, en este sentido es el que se pretende emprender en este breve artículo dedicado a estudiar, con algún detenimiento, la primera revista paraguaya. Esta ha merecido en los últimos años algunos escuetos estudios, siendo el mejor de entre ellos, a mi juicio, el que Josefina Plá escribiera para el Diccionario de literatura paraguaya, en 1964, por su penetración critica y su ensayo de clasificación del contenido de la revista, que es, sin duda, útil, aún cuando el criterio empleado para realizarla pueda ser cuestionado.
 
La revista de que se va a tratar en este artículo lleva un titulo al mismo tiempo romántico y simbólico: La Aurora. Nada impide conjeturar que la elección de ese título haya sido inducida en su responsable por el doble hecho de que la revista era la primera que veía la luz en el Paraguay y porque sus redactores eran jóvenes alumnos del "Aula de Filosofía", ninguno de los cuales -salvo su redactor en jefe y algún colaborador- superaba los veinticinco años. El espíritu, tan ingenuo y optimista, que les animaba en relación a la publicación de la revista, halla un vivo reflejo en estas exaltadas expresiones de uno de sus redactores, Natalicio de María Talavera, publicadas en el primer número- de la misma:
 
"El Paraguay nace hoy con bellas y encantadoras formas; vémosle crecer veloz, con paso firme; empujémosle, pues con los materiales que tenemos a la mano, y suplamos aún lo imposible con una decidida voluntad, pues como dice Napoleón vouloir est pouvoir; unámonos todos a fortalecer este gran pensamiento y no tardaremos en verlo al nivel de la civilización europea". (TALAVERA, Natalicio: “Progreso e importancia de la civilización”, en La Aurora, Asunción, 1960, p. 18)
 
 

II
 
DESCRIPCIÓN Y CONTENIDO
 
"LA AURORA/ Enciclopedia mensual y popular/ de Ciencias Artes y Literatura". Asunción, Imprenta Nacional, 1º de Octubre de 1860-(?) 1861. 40p., 21 x 15 cm., ilus. Colección completa en la Biblioteca Nacional.
 
Su redactor en jefe responsable fue el español Ildefonso Antonio Bermejo (Cádiz, 1820-Madrid, 1892), un intelectual emigrado en Francia y contratado allí por el gobierno de Carlos Antonio López para ejercer tareas docentes en el país. Arribó a Asunción en 1855 y se alejo a comienzos de 1863.
 
Redactores o colaboradores de la revista fueron: Mariano del Rosario Aguiar (c. 1837-c. 1888); Marcelina Almeyda (¿-?); Gumersindo Benítez (Villarrica, 1835-Pikysyry, 1863); Mauricio Benítez (¿-?) ; José Mateo Collar (Paraguarí, 1836-Asuncion, 1919); Juan Bautista González (¿-?); Enrique López (¿,-?, actor español, llegado al Paraguay en 1858); Andrés Maciel (¿-?); José del Rosario Medina (¿-?); Domingo Parodi (¿-?, italiano); Natalicio de María Talavera (Villarrica, 1839- Paso Pucú, 1867); Américo Varela (¿-? San Fernando, 1868). Otros colaboradores, que firmaban sus artículos con iníciales, no han podido ser identificados, tales como "M.I.", "E.U.", "F. de la V", "C.E.", "E.V.", "M. de F."; "D.L.T.", "D.G.". Iníciales como "B...", "V" o "A.V.", por su parte, corresponden obviamente a Bermejo y Américo Varela, respectivamente.
 
El más fecundo es Américo Varela, con trece contribuciones a la revista. Le siguen Enrique López y Natalicio Talavera, con once. Mauricio Benítez, con seis. Mateo Collar con tres, y los demás colaboradores con dos contribuciones cada uno. Por su parte, Bermejo aportó a la revista diecisiete trabajos (o diecinueve, si pueden atribuírsele dos, sin firma), aparte del "Prospecto" preliminar y otros trabajos menores.
 
Cada número de la revista iba "acompañado -según anunció el Semanario y repitió el "Prospecto" de una linda lámina litografiada tirada a parte referente a uno de los asuntos que se haya tratado en el periódico, indicando la página en que ha de ser colocada". Otros números incluyeron grabados dentro del texto, o llevaron dos. Esas láminas litografiadas fueron realizadas en el taller que montó en Asunción el francés Carlos Riviere y "son -dice Josefina Pla- evidentemente reproducciones de diseños o de litografías que se tuvo a mano".
 
Un punto conflictivo, y sobre el cual se carece de documentos confiables, se relaciona con la periodicidad de la revista. Si bien se anunció como una publicación mensual "saldrá por ahora cada mes una vez", hay indicios de que no lo cumplió. La colección completa conservada en la Biblioteca Nacional -Biblioteca "Enrique Solano López", N° 2037-, presenta una numeración corrida (1/480p). Discriminando los datos, esto indica que la revista publicó doce números de cuarenta páginas cada uno. En ese caso, debió suspender su publicación en Octubre de 1861. Pero, al parecer, no lo hizo así: Juan F. Pérez Acosta afirma que la revista "duró hasta abril de 1861", dato evidentemente erróneo puesto que Enrique López fecha en 6 de mayo de 1861 un artículo que ocupa las paginas 378/383 de la misma, es decir, teóricamente, correspondientes a su número 10, De todos modos, es posible conjeturar que la revista dejó de publicarse en julio o agosto de 1861, y que, por lo tanto, o algunos números aparecieron con el doble de páginas, o que su frecuencia fue más bien, casi desde el inicio, bimensual. Es posible también que su periodicidad haya sido arbitraria.
 
El carácter y la finalidad de la revista están claramente expuestos, por Bermejo, tanto en el "Prospecto" explicativo previo a la aparición de la misma, como en el artículo editorial del primer número.
 
En el primero, el redactor en jefe declara que la publicación nace bajo el amparo oficial del gobierno, con el fin de abrir, dice, "un nuevo camino a la civilización, presentando un pacifico palenque donde aparezcan los hombres con sus ideas, donde pueden consignarse literariamente los resultados de sus desvelos". Afirma que "hay obras en la escala del progreso social que no pueden examinarse lanzando sobre ellas una mirada superficial", refiriéndose ostensiblemente a los esfuerzos que han tenido que emplearse, por parte del gobierno, para "colocar sobre las ruinas de la pasada, los cimientos de la civilización moderna", pero, también, aludiendo discretamente a los factores que han incidido para la conformación de la revista. Del mismo modo, la razonada explicación de la cauta y prudente política aplicada par don Carlos Antonio López en orden al ejercicio popular de las libertades, parece contener también, implícitamente, una justificación al hecho de la aparición, en ese momento un canto tardío respecto del Rio de la Plata, de una revista como La Aurora. Dice:
 
¿Que hubiera sido de la República del Paraguay, si el Presidente López al tomar las riendas del gobierno, sin consultar prudentemente la situación del pueblo, hubiese abierto de par en par las puertas de la libertad más ilimitada, y dejado escapar el torrente de pasiones comprimidas por espacio de treinta años?
 
El resultado, no es dudoso. La dictadura tenía prosélitos; el espectáculo que por veces presenciaba la muchedumbre era el patíbulo; el abuso era ominoso, y pasando del uno al otro extremo tan repentinamente, hubieran pululado las aspiraciones al régimen del terror.
Pero la situación del país hacia 1860 -parece sugerir Bermejo- era de tal tipo que permitía la existencia de una publicación cultural no política dirigida a fortalecer, la índole moral del pueblo.
 
"Se han nivelado los derechos; ahora se siente la necesidad de nivelar en lo posible las inteligencias, vulgarizando la instrucción en las masas. Esta es la noble misión encomendada a los redactores de La Aurora. Inspirados por un sentimiento de moralidad, escribirán para formar el espíritu y el corazón del pueblo porque alimentan la persuasión de que el pueblo escucha con placer a los que le aman.
 
Luego de afirmar que "hasta aquí, la política lo absorbe todo", y de declarar que "el periodismo político no debe ser el alimento exclusivo de la inteligencia humana", destaca "lo elevada que es la misión de los paraguayos dedicados a este gran pensamiento" y solicita, en consecuencia, para esa "obra santa" la protección de los padres de familia y de las autoridades de campaña en el sentido de ejercer "su influencia moral... en beneficio de la civilización".
 
El artículo editorial del primer número -"A nuestros lectores"-, vuelve a referirse a la "santidad" del fin que persigue la revista, y sus redactores confiesan que, con ella, no abrigan "la jactanciosa idea de levantar un monumento literario, ni de escribir bajo el prestigio de ridículas pretensiones", sino que lo hacen impulsados por los "deseos de servir a nuestra patria" y con la final esperanza de que, aún cuando no lograsen su propósito, "conseguiremos la gloria de haber trabajado, que también para los vencidos hay trofeos cuando luchan con perseverancia por el éxito de una buena causa".
 
 
 
TABLA DEL CONTENIDO
 
La clasificación del material de La Aurora conforme a un índice de materias hubiese sido, sin duda, lo correcto. Pero considero, dentro de mil propósitos, más útil presentar la siguiente tabla de contenido obedeciendo al orden sucesivo en que aparecen los artículos en la colección que tengo a mano. Esta, como se ha dicho, es un volumen encuadernado de 480 páginas unitarias, más 4 correspondientes al “Prospecto” y que llevan paginación o foliación separadas. Ni el número inicial ni los sucesivos llevan indicación bibliográfica alguna, de modo que no podemos tener ninguna certeza acerca de cuantos números publicó la revista considerando que la pauta de 40 páginas por número no es confiable.

Esto no obstante, me serviré instrumentalmente de ese criterio de división para ordenar, teórica y tentativamente, el conjunto de la revista en doce números de cuarenta páginas. Si bien, al parecer, este criterio no refleja la realidad cronológica, obedece, al menos, tanto al plan primitivo de sus editores, cuando a su subtitulo. Agregaré al pie de los artículos más importantes una breve nota acerca de su contenido, o una cita representativa. Los artículos van en secuencia numérica continua.

 
[Nº 1]

(1) A nuestros lectores (p. 1/2), Los redactóres de la Aura: (sic).

(2) ESTUDIOS MORALES Y FILOSOFICOS. Influencia de la familia en el progreso moral de la especie humana (p. .2/6), Ildefonso A. Bermejo.

(Pese a sus tendencias hacia el progreso, el siglo XIX "camina con mucha lentitud para llegar al término de su reforma". Todo se discute, sin que se logre la unidad del pensamiento humano. Las ideas se encuentran "en el estado más lamentable de anarquía". No hay doctrinas, ni principios morales, ni reglas, ni leyes: sólo opiniones interesadas y egoístas. La filosofía no ha sacado a la humanidad de sus errores: la ha precipitado en el individualismo, y de esto ha sobrevenido "la confusión aflictiva de la sociedad moderna". Sus reformadores -"eruditos, gritadores de la tribuna parlamentaria", preceptores "que han hecho descender la instrucción al terreno de una especulación mercantil", legisladores, soberanos- no lo lograrán "aplicando remedios fundados en el empirismo". Debe buscarse "un poder universal de todos los tiempos, cuya fuente, cuyo manantial esté en el corazón y en las verdaderas afecciones". La solución está en los padres de familia, "preceptores ingenuos y desinteresados” Lema: Imitatione Cristi (sic), en latín).

(3) La primera misa en América (p. 7/8), "arreglado del francés" por Mauricio Benítez. Con ilustración fuera de texto: "La primera misa en América"..

(4) Progreso e importancia de la civilización (p. 9/18), Natalicio Talavera.

(Es un panorama histórico del progreso de la civilización. Europa es la culminación actual de ella, y el catolicismo su centro moral, cuya luz, esparcida por el Universo, debe "perpetuar en él un día eterno de verdad". "La joven República del Paraguay se presenta hoy con rojos celajes de brillante aurora, con anuncio de un día esplendido y sereno en el vasto horizonte que señala actualmente la civilización moderna; la vemos ya sonreír con los placidos reflejos de esa luz vivificadora").

(5) ESTUDIOS HISTORICOS. El duende critico de Madrid (p. 18/35), transcripción del "Museo de las Familias".

(6) Un día del honrado labrador. Idilio (p. 35/39), transcripción del "Museo Universal" (concluye en el número siguiente).

(7) Moral privada (p. 39/40) tr. del fr. por Mateo Collar.

(8) Charada (p. 40), [Bermejo].

 
[Nº 2]

(9) ESTUDIOS MORALES. El arte de ser feliz (p. 41/47), I. A. Bermejo.

("Hasta el presente solo los filósofos se han ocupado de esta ciencia, sobre la cual descansa todo el edificio social. Mal conocida, mal interpretada y pesimamente comprendida, la ciencia de la felicidad ha hecho que nuestros sentimientos se estrellen al choque del vil interés y que el hombre haya creado un fundamento falso para su educación”. La dicha no se encuentra en la existencia “egoísta y calculada”. Todo padre de familia debe inculcar en sus hijos un conjunto de virtudes, entre las cuales destacan la moderación, la indulgencia, la sobriedad, el recato, la tolerancia. Lema: La Rochefoucauld. Cita: el "divino" Marco Aurelio).

(10) Influencia del trabajo en la organización física y moral del hombre (p. 48/51), Natalicio Talavera.

(Considera al trabajo corno "el móvil de la vida humana, la fuente de su felicidad, el depósito de sus riquezas; de él nace el consuelo de su existencia y -de su destino; pero es necesario para esto educar el corazón en su verdadero sentimiento". Debe desterrarse la idea del trabajo como castigo, pues "Dios en la organización del universo ha establecido por un indispensable principio el trabajo; no se ve nada en el mundo que no tenga una aplicación directa a este objeto").

(11) ESTUDIOS CIENTIFICOS. Actividad y Progreso (p. 51/55), D. Parodi.

("En una época como la nuestra, época de invenciones, descubrimientos y progreso, no es permitido a nadie quedar espectador ocioso; no se debe dejar para mañana lo que puede realizarse hoy, so pena de no alcanzar jamás esa civilización que adelanta sin descanso hasta lo infinito,.., no basta para llenar los deberes que la sociedad nos impone, seguir los procedimientos rutineros que nuestros antepasados aplicaban a la industria, y a la agricultura ( ... ) La nación que sabe economizar sus fuerzas productrices, haciéndolas realizar el máximo del resultado: esa es la nación más civilizada". Lema: Girard).

(12) ESTUDIOS HISTORICOS. Misioneros jesuitas en la América meridional (p. 55/61), I. A. Bermejo.

(Estudio elogioso de la labor jesuita en la catequización americana. No trata" del Paraguay).

(13) Galileo (61/65), tr. del fr. por Mauricio Benítez.

Con ilus. fuera de texto: “Abjuración de Galileo ante el Tribunal de la Inquisición”.

(14) ESTUDIOS RELIGIOSOS. La fe (p. 65/67), Mariano del Rosario Aguiar.

(15) MISCELANEA. Amor de madre (p. 68/70), Américo Varela (Lemas: García, Víctor Hugo).

(16) MISCELANEA. Amor de padre (p. 70/71), [Bermejo].

(17) - El pobrecito censor. Modismos de la lengua española (p. 71/76), [I. A. Bermejo].

(Cuadro de costumbres. Introduce el personaje Canuto Claridades).

(18) Un día del honrado Labrador. Idilio (p. 76/80), "Museo Universal". (Conclusión del Nº anterior).

 
[Nº 3]

(19) ESTUDIOS RELIGIOSOS. Roma pagana y Roma cristiana (p. 81/87), I. A. Bermejo.

(Defensa y justificación del Estado Pontificio contra Las pretensiones anexionistas de Italia. "Es necesario que haya en algún lugar de la tierra' un asilo sagrado para Los grandes infortunios, para Las almas fatigadas y victimas del mundo; y Roma tiene evidentemente este destino providencial". Lema: Petrarca, en italiano. Cita: Monat, Montesquieu, Transillo).

(20) Influencia de la Religión representada par el cura católico (p. 87/90), Américo Varela.

("¿A quién debemos la regeneración moral de la sociedad? Desengáñense Los espíritus escépticos; la severa e inflexible lógica les obliga a convenir que a la religión únicamente; a la religión, cuyo órgano es el clero católico, es a quien debemos el restablecimiento de Las buenas costumbres". Cita: M. Rharbacher).

(21) ESTUDIOS MORALE'S. La educación y su objeto (p. 91/97). Mateo Collar.

("En el seno de la potestad [paterna] y sociedad [domestica] está el origen de la prosperidad o de la miseria de la humanidad entera". Los principios de la educación se hallan en la religión. La educación busca que el hombre alcance su perfección y conozca su fin último: Dios. Cita: Hufeland).

(22) Reflexiones sobre la vanidad (p. 98/101), E. López.

(La vanidad "es una activa polilla que gasta y corroe Los corazones, y que tiende a minar la sociedad con visos de desquiciarla")..

(23) ESTUDIOS CIENTIFICOS. Necesidad de la revacunación (p. 101/103), D. Parodi.

Con ilus. fuera de texto: "Eduardo Jenner".

(24) Influencia de la sobriedad en la duración de la vida (p. 104/111), N. Talavera.

(Es un agradable relato sobre ese tema. Declara ser imitación de un escrito francés. Lleva un lema de Cristina de Suecia).

(25) ESTUDIOS HISTORICOS. Misioneros jesuitas en la América meridional (p. 111/114), I. A. Bermejo.

(26) El pobrecito censor. Proverbios españoles (p. 115/ 120), [I. A. Bermejo].

(Cuadro de costumbres).

 
[Nº 4]

(27) ESTUDIOS RELIGIOSOS. Conflicto de la Iglesia Católica (p: 121/123), I. A. Bermejo.

Con ilus. fuera de texto: "S.S. el Papa Pio IX". (Comentario del enfrentamiento entre el Papa y Garibaldi. Desaprueba al revolucionario italiano).


(28) La moral, considerada como restricción de la pobreza (p. 124/127), Américo Varela.

("Señalamos a la pobreza origen en la organización de la sociedad; y la mendicidad la atribuimos a la corrupción de las costumbres. Nosotros escribimos para el pobre a quien la sociedad explota; para el proletario, tan absurda y atrozmente fulminado por la filosofía malthusiana; para el infeliz que no debería haber nacido porque el salario no le es suficiente para ocurrir a las más urgentes e indispensables necesidades!". La moral ayuda a salir de la pobreza. Lleva un lema del Marquéz (sic) de Maricá).

(29) Influencia de la mujer en la sociedad (p. 127/132), Natalicio Talavera.

(En la educación de la mujer "está basado todo el movimiento civilizador; educando a la mujer se educa al mundo entero ( ... ) El hombre no puede degradarla sin degradarse a si propio( ... ) Es deplorable... el grande descuido que se observa en nuestras familias contemporáneas en la educación de las niñas ( ... ) Piensan [los padres] haber acabado su educación cuando, las han enseñado a coser, bordar y tal vez a leer un poco, reservando para los varones todos los demás ramos de las ciencias".
Citas: Cornelio Agrippa, John Schulce, - Aimé-Martin, Fénelon.
Lemas: Bernardino de Saint-Pierre, Plutarco).

(30) ESTUDIOS CIENTIFICOS. Importancia de los conocimientos químicos y agronómicos para el adelanto de la agricultura (p. 132/138), D. Parodi.

("Instrucción agronómica; disposición del suelo; construcción de maquinas; de manera que se obtenga el máximo de producto y de trabajo, con el mínimo de gastos, de fatiga y de tiempo". Debe asociarse la teoría a la práctica para lograr resultados óptimos y "acelerar el progreso de la agricultura", Cita: Dormoy).

(31) ESTUDIOS ARTISTICOS. Algunas reflexiones sobre la imprenta (p. 138/ 143 ), ' Gumersindo Benítez.

("De los pueblos de la antigua dominación española, el Paraguay es el último que ha probado y ¡que tarde! de los goces de la civilización. . . Considerando bajo este punto de vista es preciso confesar, que es el país infante por excelencia, es decir, que necesita de muchos años para que llegue a su mayoridad. En tal estado, no se culpe ni a la Nación, ni a su Gobierno actual de que el país, no este montado sobre diamantes, pues el orden natural de las cosas sólo Dios puede indicarlo. El Pueblo paraguayo conoce y aprecia que es un gran beneficio la introducción en su seno de la imprenta, de ese pregonero de mil bocas. . . ". La imprenta es la única que puede "remediar la desigualdad de conocimientos tan nociva a la sociedad").

(32) ESTUDIOS HISTORICOS. Reino de las dos Sicilias (p. 143/146), D.G. Con ilus. dentro del texto: "Tipos sicilianos", firma Valle.


(33) ESTUDIOS DE COSTUMBRES. El hombre de Estado (p. 146/152), I. A. Bermejo.

(Cuadro de costumbres).

(34) ESTUDIOS RECREATIVOS. Magdalena (p. 152/156), tr. del fr. por J.B. González.

(Cuento. Personajes: Magdalena, Josefo, Tomaso, Prohíben casarse a Magdalena con Josefo. Este se vuelve asesino. Magdalena enloquece luego de perder un hijo, y Josefo es condenado a muerte).

(35) A los estudiantes de latinidad. De la existencia de Dios (p. 157/158), Anónimo.

(Texto latino de Cicerón -Tusc., I, 28- y traducción castellana).

(36) El pobrecito censor. Biografía (p. 159/160), [ I. A. Bermejo] .

(Cuadro de costumbres. Romance octosílabo).

 
[N° 5]

(37) ESTUDIOS RELIGIOSOS. La esperanza (p. 161/163), Mariano del Rosario Aguiar.

(38) El primer elemento de la civilización es la Religión (p. 164/168), Juan Bautista González.

(La religión es fuente de verdad. "La verdad en la tierra no es más que una reverberación imperfecta de la verdad infinita... La religión, bajo este concepto no es otra cosa, sino el yo del entendimiento, porque su origen está en las primeras sociedades promulgándole sus leyes: y desarrollándole la moral, física e intelectualmente". Cita: Plutarco).

(39) ESTUDIOS MORALES. El avaro (p. 169/172), E. López.

(El corazón humano es incomprensible. Y la más incomprensible de sus "pasiones bastardas" es la avaricia. Lema: E. Young).

(40) El matrimonio (p. 172/175), V [arela] .

(Elogio de la mujer virtuosa. La santidad del matrimonio da a la mujer “su debido lugar en la sociedad". Citas: Torres Caicedo, Rousseau, Kant. Mención de Byron y el "divino" Lamartine con "las arrobadoras armonías de su harpa piadosa". Lema: H. de Balzac).

(41) Necesidad de las ciencias para la existencia y organización de una sociedad (p. 175/178), Mateo Collar.

(La sociedad sufre de la nefasta influencia del interés. "No vemos más reglas de conducta que las utilitarias, ni mas principios de instrucción que los que nos proporcionan los placeres mas exquisitos e ignorados", que degradan al hombre y lo desvían del camino correcto. Ensalzar el interés y presentarlo "al mundo como máxima de verdad, es trastornar el orden natural de las cosas y convertir la regulación tan ordenada de los conocimientos humanos en un profundo caos". Es necesario, en cambio, "activar las ciencias, ilustrarlas y llevarlas a la mayor elevación posible por el sendero recto de la justicia en vez de señalarles como principios fundamentales los que son debidos solamente a ramos artísticos". Los padres deben inculcar estas tendencias a sus hijos).

(42) La superstición (p. 179/180), José del Rosario Medina.

("A los ojos de una ciencia sublime y bien dirigida un fenómeno cualquiera no abriga ningún agüero, como piensa la gente indopta (sic), antes bien ha sido descorrido todo velo supersticioso por la ciencia, que infundir temor alguno").

(43) El hombre, su poder, su misión y su destino (p. 181/ 185), Natalicio Talavera.

(La facultad de la inteligencia hace que "su misión sobre la tierra [sea] la más santa, la más sublime y tiene que llenarla: su libertad". Pero su ejercicio está supeditado a la conciencia y debe, estar dirigido "siempre al bien". Cita: Rattier) .

(44) ESTUDIOS HISTORICOS. Fundación de la Asunción del Paraguay (p. 185/188), I. A. Bermejo. Con ilus. fuera de texto: "Proclamación del convenio de paz 15 de Agosto de 1587" (sic).

(Es un imaginativo relato sobre ese acontecimiento. Atribuye la fundación de la ciudad a Ayolas).

(45) El abate Des Genettes. Cura de Nuestra Señora de las Victorias en Paris (p. 189/192), M. I., Con ilus. dentro del texto: "El Abate Des Genettes".

(46) Máximas (p. 192), Anónimo.

(47) ESTUDIOS SOCIALES. Articulo para el nacional y el extranjero, o sus mementos (p. 193/197), Gumersindo Benítez.

(Comentario acerca de las actitudes hacia el extranjero al través de la historia. Irracionalidad de la prevención y odio contra el extranjero. Debe extinguirse "el odio local" que divide a los hombres. "Humanidad, generosidad, cortesanía, tolerancia, condescendencia, y todo cuanto contribuye a fomentar el amor, la paz y prosperidad pública, y privada, son las virtudes que debemos a la sociedad todos los individuos que pertenecemos a ella, nacionales y extranjeros". Cita: Aristófanes).

(48) El pobrecito censor. Cosas nuevas (p. 197/200), [I. A. Bermejo].


[Nº 6]

(49) ESTUDIOS RELIGIOSOS. Mártires (p. 201/205), E. U. Con ilus. dentro del texto: "Mártires".

(50) ESTUDIOS MORALES. Amor e influencia de la madre (p. 206/211), Mauricio Benítez.

(51) ESTUDIOS HISTORICOS. Los hombres y su época, filosóficamente considerados. Discurso pronunciado por Don I. A. Bermejo en el Seminario, la noche del 16 de Agosto de 1860. (p. 211/226).

("Todo cuanto acontece a la humanidad para su bien o para su mal, estriba en decretos providenciales, cuyas consecuencias son beneficiosas para el mundo. Las grandes revoluciones, los grandes cataclismos sociales, no son más que justas y merecidas expiaciones del abuso inmoderado de la libertad natural, de la que no quiso Dios despojar al hombre").

(52) Muerte de Cristóbal Colón (p. 226/229), Natalicio Talavera.

Con ilus. fuera de texto: "Muerte de Cristóbal Colón". (El articulo está firmado en Villarrica ,10 de Febrero de 1861).

(53) ESTUDIOS SOCIALES. Errar la vocación (p. 229/ 235), E. López.

(Los padres tienen una grave responsabilidad en la elección acertada de la vocación de sus hijos. Firma el artículo en Itauguá, en fecha 11 de febrero de 1861)

(54) MORAL PRIVADA. Máximas y pensamientos y reflexiones (p. 235/237), tr. de Américo Varela.

(55) Miscelánea (p. 237/238), Anónimo.

(56) El pobrecito censor. Obreros y artesanos (p. 239/240), [I. A. Bermejo].

 
[N° 7]

(57) ESTUDIOS HISTORICO - RELIGIOSOS. El. Pontificado y el Imperio (p. 241/250), Anónimo (puede ser de Bermejo).

(Comentario respecto de la lucha entre la Santa Sede y el gobierno italiano. Retrospectiva histórica. Observación: Este artículo iba acompañado de un grabado fuera de texto, perdido de la colección de la BN. El artículo lleva un lema de Dante en latín).

(58) ESTUDIOS MORALES. La guerra (p. 250/253), I. A. Bermejo.
(Poema en endecasílabos asonantados. "La paz no es la centella que despide,/ el choque de las armas esgrimidas,/ la paz es una antorcha que se enciende/ en el hogar de la mansión tranquila").

(59) La mujer (p. 254/257), Américo Varela.

("La mujer moral es el infinito, es la obra mar perfecta del Creador". Lemas: M. B. de los Herreros, M. de Cervantes, A. T. de Castillo. Cita de "el distinguido joven escritor español, Emilio Castelar". Curiosas erratas: "Duderant (Jorge Sand -paréntesis en el original-)..., [id. est: Dupín] Butler, Estowe. . . " [id est: Beecher - Stowe ]).

(60) ESTUDIOS FILOSOFICOS. La ambición (p. 257/266), López.

(Estudia a la ambición desde tres puntos de vista: 1) la ambición acompañada de la soberbia; 2) hermanada con las más nobles pasiones. 3) considerada como azote de la humanidad. Lema: E. Pounq, [por Young] ).

(61) Dios es la verdad de las cosas (p. 266/270), Natalicio Talavera.

("Todo nos es desconocido, si no recurrimos a Dios, y miramos en este Ser el origen, el principio de todas las cosas").

(62) MISCELANEA. Hombres célebres contemporáneos: Garibaldi (p. 270), Anónimo.
Con ilus. fuera del texto: "El General Garibaldi, Dictador de las dos Sicilias".
(Elogio de Garibaldi).

(63) A los estudiantes de latinidad (p. 271), Anónimo. (Textos escolares latino y español).

(64) El ramadán (p. 272/274), F. de la V.

(65) Crónica de Tribunales (p. 274/280), M. I. (Se refiere a dramas pasionales franceses).

(66) Moral privada (p. 280), Anónimo.

 
[Nº 8]

(67) ESTUDIOS POLITICO-RELIGIOSOS. El poder temporal del Papa (p. 291/294), Anónimo (debe ser de Bermejo).

(Refutación de un folleto político italiano titulado El Papa y el Congreso).

(68) ESTUDIOS MORALES. Meditaciones (p. 295/300), I. A. Bermejo.

(Romance octosilábico. Visión pesimista de la realidad española de su tempo. "La felicidad de un pueblo,/ no estriba siempre en las ciencias,/ ni en las artes, ni en la industria,/ sino en la moral supremo,/ y en la educación del alma,/ que el camino nos enseña/ del amor a la virtud/ y a la doctrina evangélica").

(69) Máximas, Pensamientos y Reflexiones (p. 301/305), tr. de Américo Varela.

(70) "Amarás a tu prójimo como a ti mismo" (p. 305/304)), Natalicio Talavera.

(Reflexiones acerca de la influencia del Cristianismo en la transformación social de la humanidad. "La verdadera civilización consiste en el amor universal, y . . . el sentimiento filantrópico es el deber del individuo en tanto que el hombre debe contribuir a la perfección del hombre, a su mejoramiento general") .

(71) Hombres celebres contemporáneos. El rey Víctor Manuel (p. 309/310), M. I.
Con ilus. fuera del texto: "S. M. Víctor Emmanuel 2, Rey de Cerdeña".

(72) ESTUDIOS HISTORICOS. La Inquisición de España (p. 311/319), E. López.

(Exposición histórica de esa institución. Lema: Evangelio de San Juan).

(73) A los estudiantes de latinidad (p. 319), Anónimo. (74) Miscelánea (p. 320), Anónimo.

(Conjunto de sentencias de varios autores).

 
[Nº 9]

(75) Recomendación (p. 321/324), Marcelina Almeida.

(Es una carta a los redactores de "La Aurora" desde Montevideo. Califica a la publicación de la revista como "una esperanza más para la América". "Yo como mujer de estos países, tengo. . . la timidez que caracteriza, la poca sustancia de nuestras doctrinas sociales: la poca meditación de nuestros sucesos, la poca, fe que emana del aislamiento de las inteligencias, y la seguridad de que entre nosotros no existe lo que se llama gloria todavía". Reconoce que la sociedad está aún en "estado incompleto", por lo qué "nuestra era de progreso, esta por empezar". Propone la colaboración de la mujer en el esfuerzo per realizarlo, pese a la creencia general de que ella carece de las fuerzas requeridas para esa empresa.
"Camino a tientas, es verdad; en el misterio de la existencia: -pero así: ciega de mi ignorancia terrena; irradiada de mi creencia divina; así señores yo me atrevo a poner mi planta, en el mismo camino donde Ustedes la han puesto- el resto lo hará su destino").

(76) ESTUDIOS MORALES. El juego (p. 324/327), A. Varela.

(Condenación del juego. Lemas: Fray Gerundio, J. J. Rousseau).

(77) ESTUDIOS CIENTIFICOS. Preceptos higiénicos (p. 328/337), tr. del fr. por Mauricio Benítez.

(78) La Ciencia (p. 337/343), Natalicio Talavera.

(Elogio de la ciencia y exhortación a cultivarla. "Jóvenes paraguayos que constituís la esperanza de vuestra patria, aplicaos a la ciencia, ella es la que enriquece a los pueblos, ella la que constituye la verdadera civilización de los Estados, vuestra misión es regenerar el vuestro, aplicaos en cultivar vuestra inteligencia para dar empuje a sus adelantos y construir una civilización que hará eterno vuestro nombre". Citas: Bacon, Pelletan, Magariños Cervantes).

(79) ESTUDIOS HISTORICOS. Napoleón III (p. 343/348), C. E.

Con ilus. fuera del texto: "Napoleón III".

(80) La Inquisición de España (p. 348/352), E. López. (Conclusión del N° anterior).

(81) ESTUDIOS LITERARIOS. Epístola (p. 352/355), I. A. Bermejo.

(Critica en endecasílabos asonantados la opinión de que el progreso científico ha sido beneficioso a la humanidad. La moral se encuentra en decadencia. Alude, al parecer, al entusiasmo de Talavera por la ciencia en estos versos: "Acaso también tú, querido Anfriso,/ la máxima al mirar que yo proclamo,/ tu orgullo se resienta, y te amostaces,/ y ridículo llames e insensato./ al que ingenuo te escribe lo que siente/ y a la virtud erige un templo santo". Lema: Tito Livio).

(82) VARIEDADES. La calumnia (p. 355/359), Anónimo.

(83) Miscelánea (p. 359/360), Anónimo.

(84) Pensamientos (p. 360), Anónimo.

 
[N° 10]

(85) A la Srta. D. Marcelina Almeida (p. 361/363), "Los Redactores".

(Respuesta a la carta de la Almeida. Afirman haber analizado "una bella producción de vuestro ingenio titulada Por una fortuna una Cruz". Reconocen en ella "la solidez de sus doctrinas, la madurez de sus juicios, y la finura de sus apreciaciones").

(86) ESTUDIOS MORALES. El médico, su influencia en la sociedad (p. 364/368), Américo Varela.

(Después del sacerdocio, la misión del médico es la "más sublime", pues es "misión de caridad". Citas: Hufeland y un anónimo en relación al cual menciona a Chateaubriand. Lemas: Monfalcon y un anónimo. Dedicatoria: "A mi mejor amigo el Sor D. Luis H. Costa Noroña").

(87) La juventud (p. 369/373), Natalicio Talavera.

(Romántica visión de esa edad. En lo biológico es un bien esplendoroso; "filosóficamente..., es la más desgraciada (. . .) Tan peligroso es este paso de la vida del hombre por ese océano donde azotan tantas tempestades, que es menester tino en dirigir y constancia en seguir, para arribar al puerto del heroísmo y de la gloria". Lema: Fenelon).

(88) Príncipes contemporáneos. La emperatriz Eugenia (p. 373/374), M. I.

Con ilus. fuera de texto: "S. M. L'Imperatrice Eugenie".

(89) ESTUDIOS HISTORICOS. Fausto (p. 374/378), Anónimo.

(Relato de la leyenda del Dr. Fausto. "De esta leyenda proceden, entre otras versiones, el drama inglés de Marlow (sic) y el alemán de Goethe que tanta celebridad han adquirido").

(90) ESTUDIOS DE BELLAS ARTES. La música (p. 378/ 383), E. López.

(". . . habremos de confesar que tan sublime arte debió sin duda su origen, a alguna de aquellas pocas emanaciones celestes, que en más dichosos tiempos descendieron hasta nuestra pobre morada. Pues decir que fue invención humana. . . , sería muy aventurado". Lemas: Cervantes, Feijóo. Citas: Platón, Polibio. Mención de Aristóteles, Theofrasto, Plutarco, Strabon. Fecha su artículo en "Itauguá 6 de mayo de 1861").

(91) ESTUDIOS CIENTIFICOS. Temblores de tierra (p. 3.83/388), E. V.

(92) ESTUDIOS RECREATIVOS. Los arenques (sic) de Willen Benkels (p. 388/394), (M. de F.).

(Es un relato sobre "el hombre que inventó el arte de salar y prensar los arenques". Debe ser una transcripción).

(93) ESTUDIOS CIENTIFICOS. Higiene; preceptos generales, estractos de una higiene medica y moral (p. 394/ 399), tr. de fr. por Mauricio Benítez.

(94) Moral privada (p. 399/400), An6nimo, "traducido".

 
[Nº 11]

(95) ESTUDIOS MORALES. La mujer. Su influencia en la sociedad (p. 401/408), Américo Varela.
("Hoy sería un absurdo dudar que la mujer es igual y compañera del hombre, si bien destinada en la sociedad a distintas funciones ( ... ) Lo que nosotros entendemos por educación de las mujeres, no es aquello que se enseña en los colegios, o en el seno de las familias, por medio de los libros y de los maestros... Estamos persuadidos que la educación es aquella que ilustrando el espíritu, forma al carácter, nutre el corazón con puros y sólidos principios, y enseña en fin a ser madre ejemplar y digna esposa, porque un mal marido, dice el sabio Bruun Neegaard, es algunas veces buen padre; pero una mala esposa nunca es buena madre!". Citas: Aime-Martin, "el profundo pensador brasileño, Marqués de Maricá", Hesiodo, San Paulino, Metelo, Eurípides, Aristóteles, Horacio, Acidalius, Moliere, Bruun Neegaard. Lemas: B. de Saint-Pierre, en francés).

(96) La amistad (p. 409/411), Américo Varela.

(Elogio exaltado de la amistad. Lemas: Claulien (en francés), Quintana. Dedicatoria: "A mi amigo E...").

(97) De la envidia (p. 411/416), E. López.

(“ ... la envidia, así como otros muchos vicios y calamidades, depende inmediatamente de la buena o mala educación". Lema: Yovvg (sic).

(98) ESTUDIOS HISTORICOS. Problemas históricos (p. 416/417), Anónimo.

(99) Príncipes contemporáneos. Francisco II, rey de Nápoles (p. 417), Anónimo.

Con ilus. fuera de texto: "Francisco II rey de Nápoles".

(100) ESTUDIOS CIENTIFICOS. Geogenia (p. 417/428), Anónimo.

(101) ESTUDIO LITERARIO. Dios (p. 129/431), Abigail Lozano.

(Es el conocido poema alejandrino del romántico venezolano).

(102) La pecadora (p. 431/435), Marcelina Almeyda (sic).

(Poema romántico en dos partes. Consta de 148 endecasílabos. Desarrolla el tema de la expiación final de la meretriz que, una vez agotadas su juventud y su belleza, es abandonada a la soledad).

(103) ESTUDIOS RECREATIVOS. Dos horas en compañía de un loco (p. 435/440), D. L. T.

(Es un cuento).

 
[N° 12]

(104) ESTUDIOS MORALES. La ira (p. 441/445), Américo Varela.

(Considera la ira como una "depravación del espíritu humano". Citas: Periandro, Homero. Lema: Periandro).

(105) El patriotismo (p. 446/449), Américo Varela.

"El amor de la Patria es una deuda que contraemos desde que llegamos a la edad de poder serla útiles, y por Canto tiene derecho a exigir que muramos por ella en los días del peligro; que aun al borde mismo del sepulcro oremos al Eterno por su prosperidad y engrandecimiento, admirando sus altos hechos, venerando a sus hombres eminentes, consagrándola en fin nuestro postrer aliento, Lemas: A. de Lamartine (en francés); Conde de Segur ).

(106) ESTUDIOS LITERARIOS. I. A la aurora II. Reflexiones (p. 449/456), Enrique López.

(Descripción en prosa de ese fenómeno. Elogio de la vida campesina. Lemas: Fr. Luis de León, Sócrates).

(107) ESTUDIOS RECREATIVOS. La naturaleza (p. 456/ 459), Natalicio Talavera.

(Elogio de la naturaleza. "Cuánto te admiramos; cómo arrebatas nuestro corazón; cuanto conmueve nuestra alma tu inmensidad, tu riqueza, tu hermosura y tu amor" !).

(108) Dos horas en compañía de un loco (p. 460/464), D. L. T.

(Conclusión del N° anterior).

(109) Príncipes contemporáneos (p. 464/465), Anónimo.

Con ilus. fuera de texto: "S. A. el principe Napole6n - Luciano - Carlos Murat".

(110) El servicio de la Patria consiste en hacer lo posible para serle útil (p. 466/469), Andrés Maciel.

(Precede al artículo una carta del autor a Talavera; fechada en Londres en mayo 8 de 1861. Le advierte que el artículo es su composición en francés y le ruega que, al traducirla, corrija los errores. El articulo está dedicado "A la juventud paraguaya, y más particularmente a mis amigos del Instituto de Filosofía". Lema: De Noé. Cita: Barthelemy).

(111) ESTUDIOS SOCIALES. [¿...?], (p. 469/472), E. López

(El artículo no tiene título. Trata acerca de la inconstancia en el ejercicio del trabajo y de la promiscuidad en las tareas. Fecha su artículo en "Itauguá, 5 de mayo" ).
(112) VARIEDADES: El lunar de las mujeres (p. 472/475), Anónimo.

(113) Solución de los 'problemas anteriores (p: 475), Anónimo.

(Se refiere a los planteados en el art. del N° anterior. titulado "Problemas históricos").

(114) ESTUDIOS FILOSOFICOS. La hipótesis (p. 475/479), José del Rosario Medina.

(Explicación de lo que es una hipótesis como instrumento del trabajo científico'. Concluye con doce endecasílabos).

(115) La razón (p. 479/480), Anónimo.

(Poema en cuartetas endecasílabas).


 

III
 
SIGNIFICADO DE "LA AURORA"
 
A) MARCO HISTÓRICO-CULTURAL. Hacia 1860 la política de desarrollo orientada por el Presidente López con perseverante energía, había alcanzado sus objetivos más importantes en relación con el progreso general del país. Una economía en expansión propulsada por el acrecentamiento de las labores agrícola-ganaderas, la ampliación y diversificación del comercio merced a la obtención de nuevos mercados en Europa y la solida fundamentación de una industria de transformación de gran alcance, había transmutado la fisonomía del país e inducido en sus habitantes a la adopción de actitudes ampliamente favorables al progreso.
 
Correlativamente a su política económica, el Presidente López cumplió un vasto programa de desarrollo cultural, en cuyo marco se incluyeron la apertura de centenares de escuelas para la educación básica en el interior del país. La creación, en Asunción, de institutos de enseñanza superior. Profesores y técnicos extranjeros –preferentemente británicos-- fueron contratados por el Gobierno para ejercer tareas docentes en esos institutos y para adiestrar, en los lugares de trabajo, a jóvenes escogidos, mientras otros -de escasos recursos- eran enviados a Europa, bajo el régimen de becas, con el mismo propósito.
 
No creo necesario repetir lo muy sabido respecto de la visionaria preocupación del genial estadista por el desarrollo cultural de su pueblo. Basta decir que su labor en este campo fue profunda y relevante. No solo introdujo la imprenta en el país, sino que fundó y redactó periódicos, y propició la edición de libros. Es de justicia concederle también el titulo de impulsor del teatro paraguayo, pues fue gracias a sus auspicios por lo que numerosas compañías españolas arribaron a Asunción, echando los fundamentos para una vida teatral continua en el país. A estas representaciones -es de presumir que con gusto- no dejaba de asistir el propio presidente y su familia. Finalmente, la plástica paraguaya le debe, asimismo, un reconocimiento profundo.
 
Pero esta ingente labor, con todo, no podía, en el transcurso de dos combativas décadas -el presidente López asumió el poder en 1841-, configurar una tradición, cultural suficientemente densa y dinámica como para permitir la aparición de grandes creadores. No solo en el pasado colonial el Paraguay había sufrido de enclaustramiento y exilio culturales, sino que la administración del Doctor Francia se vio dolorosamente compelida por las exigencias históricas a prescindir, en favor de la pervivencia independiente de la nación, dial ejercicio de las artes y dial intercambio literario. Precisamente un sobreviviente de ese obligado silencio intelectual, fue Don Carlos Antonio López, un antiguo profesor que, ya en el poder, reveló un considerable talento de polemista, y cuyo estilo literario aun espera el análisis comprensivo y penetrante que lo ubique --con la necesaria aunque demorada justicia-= en su auténtica dimensión de escritor.
 
La penuria de intelectuales en el país era, por entonces, ostensible. Y quienes lo eran, por lo demás, se hallaban ocupados en ejercicios jurídicos o administrativos y es de presumir que no les restase tiempo o ganas para actividades menos pragmáticas. De hecho, sólo Juan Andrés Gelly -un jurista repatriado- escribe y publica un libro -en 1849 (El Paraguay, lo que fue, la que es y lo que será) Y desde esa fecha no hay libros de autor paraguayo.
 
En este contexto de penuria intelectual, angustiosamente experimentado por el presidente, debe ubicarse el juvenil experimento de La Aurora.
 

B) MARCO ESTÉTICO-IDEOLÓGICO, La generación de la que La Aurora constituye el vocero está completamente imbuida de las actitudes y el sistema de pensamiento del romanticismo francés. Los confesados y admirados maestros son Alphonse de Lamartine y Bernadin de Saint-Pierre. Del primero, Natalicio Talavera traduce con fervor discipular la Graziella. Y Paul et Virginie, del segundo, debió pasar con arrobadora admiración de mano en mano. Las revistas publicadas en el Rio de la Plata, así como periódicos y libros, no debieron estar ausentes de su afanosa frecuentación. Eran, sin duda, lecturas  caóticas, aluvionales. Pero eran, de todos modos, lecturas en gran medida representativas del espíritu de su tiempo.
 
Es extraño que de los románticos rioplatenses sólo citen a Magariños. Cervantes, mientras transcriben y citan a autores más alejados geográficamente, como el colombiano Torres Caicedo y el venezolano Abigail Lozano. Del movimiento romántico español apenas hay una alusión a un autor, por entonces, marginal como Emilia Castelar. De esto no parece correcto deducir que ignorasen a los autores mayores, sino simplemente que los citados se hallaban más en consonancia con su línea de preferencias.
 
Raúl Amaral ha distinguido con rigor las constelaciones románticas en nuestro país. A una "etapa prerromántica" caracterizada por el sentido pragmático de su acción --representada por Don Carlos Antonio López y Juan Andrés Gelly, como figuras mayores - sucede, en 1860, la primera generación plenamente romántica. El líder intelectual es, sin duda alguna, Natalicio de María Talavera. Y el catalizador -pero no el guía o maestro, estético- Ildefonso Antonio Bermejo.
 
Si bien, como afirma Hugo Rodríguez Alcalá, "la zona de fechas del nacimiento de los principales románticos paraguayos puede determinarse entre 1825 y 1850", el centro cronológico del de los redactores de La Aurora se encuentra más bien hacia 1835. Al aparecer la revista ninguno de ellos supera, pues, los veinticinco años. Y todos, con exclusión de Domingo Parodi, Enrique López y la enigmática Marcelina Almeida, son alumnos del "Aula de Filosofía", del que Bermejo era un ecuménico y atareado profesor.
 
Lo que antecede revela un hecho significativo: los componentes de la primera generación romántica paraguaya son intelectuales que recibieron íntegramente su educación bajo el régimen de Don Carlos. Los estímulos, las aspiraciones, las expectativas, el sistema de actitudes, la escala de valores y aun el Marco de pensamiento, son los proporcionados por el contexto socio cultural constitutivo de ese régimen, y son, obviamente, esos muchachos las resultantes de la política cultural del presidente.
 
Creo que en la perspectiva del interés presidencial por formación de núcleos o grupos intelectuales, debe verse la causa de la publicación de una revista como La aurora. Y algo más: ella constituía una suerte de examen o test acerca del nivel de enseñanza y de aprovechamiento logrados en el "Aula de Filosofía", y que debieron ser minuciosamente computados por el severo y antiguo profesor de Artes y Teología desde la Casa de Gobierno.
 
Un análisis - del contenido de la revista induce a concluir que sus artículos no fueron precisamente productos espontáneos de sus autores. Más bien presentan la apariencia de temas escolarmente impuestos y desarrollados conforme a las pautas ideológicas de la cátedra. Hasta que sobreviene algo que tiene todas las trazas de una ruptura entre maestro y discípulo al nivel de las valoraciones, lo que involucra, claro está, cosmovisiones dispares. Intento demostrar esta impresión en lo que sigue.
 
El extracto del contenido de los artículos de la revista expuesto paginas atrás, habrá dado alguna idea respecto de su enfoque tanto como de su clima filosófico predominante. En toda la revista la influencia de Bermejo es tal, que es obligado deducir de ese hecho que la misma contiene lo principal de su pensamiento en relación con lo que considera de mas importante de la realidad global. En este sentido, Bermejo revela una extremada mediocridad en sus conocimientos y una correlativa actitud, diríamos hoy, reaccionaria, en relación con el espíritu de su tiempo. Su menesterosidad ideológica lo impele a aposentarse en moradas filosóficas tales como el estoicismo, interpretado de tejas para abajo; en el que un concepto de la virtud moral apto para un sermón de párroco provinciano sustituye al del inmovilismo oriental, sin ninguna gracia ni provecho. Lejos esta Bermejo del senequismo español de un Quevedo, por ejemplo; el no es más que un ejemplar carlista asombrosamente bien hecho y extraviado bajo cielos heréticos como: los de Paris y América, de los que se alejó aún más ciego y entenebrido que antes.
 
Deben agregarse a su estoicismo moralizante, unos instrumentos crítico-filosóficos provenientes del ruinoso arsenal del escolasticismo español más inepto. Es asombroso, a este respecto, la extraordinaria incapacidad de Bermejo para ubicar las fuentes intelectuales valiosas o, cuando, menos, operantes, y que las había en España dentro de sus propias preferencias filosóficas. Es aterrador comprobar en su caso que sus saberes no iban más allá del tétrico manual de secundaria, a tal punto que no sólo equivoca el real contenido de la filosofía cartesiana e ignora sin rubor a Kant y otras minuciosidades, sino que concibe la Moral como contenida en aforismos y máximas. ¡A una se le pierde el corazón con todo esto!
 
Todo ello explica que la concepción que se hacía Bermejo del progreso, consistía, no en el adelantamiento de la ciencia, el arte y la industria, sino en la moralidad familiar. Es decir, según su concepción: en un trasvasamiento de experiencias operado de padres a hijos, trasvasamiento que suponía el mantenimiento incorrupto de las virtudes. El pensamiento individual con su correlativa libertad de expresión los concibe coma anarquizantes y, por supuesto, negativos para el perfeccionamiento moral y corruptores de la sociedad. Un plan de vida enteramente adecuado para el asentamiento perfecto de esta, se encuentra en la actualización de las normas cristianas, pero de un Cristianismo tal como Bermejo lo interpreta, es decir, despojado de toda angustia por la trascendencia, de todo temblor por lo divino, para limitarse simplemente a unas formalidades desespiritualizadas, a una beatería empírica atrozmente rutinaria.
 
Tales principios filosóficos se hallaban en extrema desvinculados del complejo de pensamiento y de expectativas propio de la segunda mitad del siglo pasado, tanto en Europa como en América: Y en lo que respecta al momento paraguayo, tales principios eran sencillamente contradictorios con los que constituían el pensamiento estructurador de la dinámica y creadora sociedad de ese tiempo. Esa sociedad no pareció identificar, por fortuna, a la religión con una moral formulista y esterilizante, ni coma enemiga del progreso científico, ni como obstáculo al desarrollo económico.
 
Otro punto discrepante de Bermejo respecto del espíritu de su tiempo, reside en su tradicionalismo estético como, obviamente, no podía ser de otra manera. Aunque hay que decir en su descargo y justicieramente que, en cierta Medida, acertó en la práctica relativa a sus artículos de costumbres, donde si su aporte fue actual e importante. No puede decirse lo mismo de su verso y de su prosa de ensayo, en los cuales su contribución fue esencialmente anacrónica y desvitalizada.
 
Con todo esto, era sencillamente natural que, a la larga, Bermejo encontrase, una enérgica reprobación de sus ideas por parta de la joven generación que surgía impetuosa. Y es lo que aconteció, según parecen revelarlos dos hechos: (1) el articulo "La Ciencia", de Natalicio Talavera, y (2) el visible alejamiento de Bermejo de las últimas ediciones de la revista.
 
Natalicio Talavera practica en su artículo un exaltado elogio de la Ciencia, y esto, dentro del contexto ideológico de la revista impuesto por Bermejo, es sensiblemente una réplica a las ideas de éste. Talavera se refugia en una extensa cita de Eugenio Pelletan, y agrega, desafiante: "Digan lo que quieran los pesimistas en contra del progreso científico, las eminentes palabras de Pelletan no son efímeras manifestaciones, son hechos reales y positivos que los despiertan. El hombre ha llegado por su saber, a una elevada altura de la abyección en que se vió reducido". Y prosigue más abajo:
 

". . . Antiguamente además del poco número de personas que cultivaban las ciencias eran el monopolio de la recta, del monasterio, hoy penetra en todos los asuntos, en todos los negocios, llega a los dorados palacios de los reyes, formulando sabias leyes a los pueblos, al gabinete del hombre que piensa para dar empuje a una idea de regeneración social, lo mismo que al hogar del artesano para enseñarle la conveniente aplicación de sus utensilios, a la humilde cabaña, del labrador para penetrar con su corbo (sic) arado en las estéril tierra y hacerla fecunda, para regalar con opimos frutos su honesto trabajo. De aquí su necesidad en todos los ramos de las especulaciones humanas; su aplicación es general, y no resiste, no se cree humillado en descender (sic) a los hechos más humildes y más simples. Allí, pues, no, se cree exento de la necesidad de la Ciencia el individuo aplicado al trabajo más insignificante; despidan de sí ese espíritu de rutina en que se constituyen meras maquinas que no pueden reproducir siempre sino una misma cosa: debe aplicarse a la mejora, al adelanto de su trabajo, todo es susceptible de progreso, y debe perfeccionarlo por medio de la observación y la industria. Su práctica interesa a la sociedad; y el individuo que en ella se comprenda debe levantar una piedra sobre el edificio comenzado, procurar avanzar un paso más en la gran escala de la perfección que llega hasta lo infinito.
 
El modesto artesano que tiende al adelanto de los objetos de su profesión, el sencillo labrador que encuentra el medio de hacer más productivo el terreno, no hacen menos bien a la humanidad, que el sabio eminente que con la fuerza de su erudición hace desaparecer las dolencias que aquejan a la humanidad".
 

Y concluye con esta exhortación: "Jóvenes paraguayos que constituís la esperanza de vuestra patria, aplicaos a la Ciencia, ella es la, que enriquece a los pueblos, ella la que constituye la, verdadera civilización de los Estados, vuestra misión es regenerar el vuestro, aplicaos en cultivar vuestro inteligencia para dar empuje a sus adelantos y construir una civilización que hará eterno vuestro nombre".
 
Nueve páginas más allá de este alegato, responde el maestro en una si es no es directa "Epístola" al arriscado discípulo. Ahí dice:
 
Cansado de escuchar todos los días,
 
y oyendo ponderar a cada paso
 
a graves y sesudos pensadores
 
del hombre los sublimes adelantos;
 
y oyendo repetir a cada instante,
 
que el mundo por la senda va marchando
 
del bien y la moral, lleno de asombro,
 
bendigo y compadezco a tanto sabio,
 
que miran al troves del panorama,
 
que presenta este mundo desgraciado.
 
lo más superficial de este progreso
 
a quien plácemes dan anticipados.
 
Presumo que la luz que nos alumbra,
 
y confunde lo bueno con lo malo,
 
es tan sólo la aurora del destino,
 
que Dios tiene a los hombres reservado;
 
que la sana moral esta en mantillas,
 
que la luz verdadera no alcanzamos,
 
y que dando tropiezos y rodeos
 
las tinieblas obstruyen nuestros pasos.
 
 

La verdad hasta aquí reconocida,
 
es paradoja, que el saber humano
 
presenta a la opinión extraviada
 
en brillantes discursos, pero vamos.
 
La realidad se oculta a nuestros ojos,
 
sin comprender sus míseros arcanos,
 
y el oropel de campanuda charla
 
disfraza la virtud con el engaño.
 

Y, neoclásicamente, se dirige con un apelativo pastoril al muchacho campesino:
 

Acaso también tú, querido Anfriso,
 
la máxima al mirar que yo proclamo,
 
tu orgullo se resienta, y te amostaces,
 
y ridículo llames e insensato,
 
al que ingenuo te escribe lo que siente
 
y a la virtud erige un templo santo.
 

Luego prosigue, repitiendo sus ideas relativas a lo que él entiende por progreso de la civilización. Dice:
 
 

En su loca opinión se obstina el hombre,
 
y su rara firmeza le ha llevado,
 
al error, que proclama satisfecho,
 
sin ver que tras la cruz se oculta el diablo.
 
 

Las ciencias matemáticas, la industria,
 
hicieron sorprendentes adelantos;
 
más la ciencia moral esta imperfecta
 
y el corazón del hombre no educamos.
 
Presente sus estatuas la escultura.
 
Exhíbame el pintor sus bellos cuadros,
 
demuéstreme la industria sus labores,
 
la opulencia su lujo, y sus palacios;
 
compitan los vapores con el viento,
 
penetre el aeronáutica en el espacio.
 

 
No son estos los signos, que me dicen,
 
que al progreso moral vamos andando.
 
De un pueblo quiero ver las sabias leyes,
 
sus códigos divinos y profanos;
 
monumentos morales, que atestigüen
 
la santa ley del corazón humano.
 
¡Naciones que ostentáis con necio orgullo,
 
vuestros arcos triunfales y teatros!
 
 

¡Demostrad los principios que os dirigen!
 
 

No libros; no doctrinas os demando,
 
sino acciones sublimes, sentimientos,
 
del progreso moral eterno lauro.
 

Etcétera. No parecen, ciertamente, fortuitas estas apasionadas tomas de posición. Máxime cuando, a partir de esta epístola, la firma de Bermejo desaparece de las páginas de la revista, y esta acoge unas colaboraciones relativas a temas no propiamente bermejianos como los temblores de tierra y la Geogenia. Además, se unen a estos artículos otros que tratan del patriotismo, siendo uno de ellos, precisamente, remitido desde Londres a Natalicio Talavera. Lo cual hace plausible la hipótesis de que el joven guaireño no solo se hizo cargo de la revista sino que, con su actitud rebelde, asumió el liderazgo generacional.
 
Conforme a lo que puede trabajosamente extraerse de los, en gran medida, sometidos artículos de La Aurora, los rasgos esenciales de esta generación se hallan en:

a) su afanosa actitud por la actualización cultural;
 
b) su ingenuidad estética orientada por pautas románticas francesas, pero sin desconocer las hispanoamericanas; y
 
c) su entusiasta adhesión al progreso, por su fervor patriótico -que no excluye el sentido crítico de la realidad nacional y, extrañamente, por su contención ideológica y expresiva.
 

C) CONCLUSIÓN. Este articulo se ha reducido a describir y a interpretar brevemente algunos aspectos, a mi juicio, relevantes, de la primera revista paraguaya. No es esta precisamente lo que se entiende hoy día por una revista literaria. Es una revista popular, apta para la familia, estructurada conforme a, los gustos predominantes en el siglo pasado para ese tipo de publicaciones. Creo, además, que el auspicio oficial que le dio vida obedecía a razones de político cultural, al mismo tiempo que a un solapado propósito de examen de los resultados educativos del "Aula de Filosofía", del cual era, de hecho, el portavoz. En razón de las vicisitudes de nuestra historia cultural, La Aurora constituye, sin embargo, la primera publicación susceptible de aceptarse como exclusivamente literaria. Por ese hecho contingente y exterior a la propia revista, esta adquiere sumo importancia como documento revelador y fuente de las iníciales muestras estéticas de la primera generación literaria nacional, dolorosamente frustrada por la muerte prematura de la mayoría de sus miembros en el gran cataclismo posterior de la guerra.
 
De tal modo que el significado de La Aurora dentro del proceso histórico de nuestra literatura, se concentra en estos tres esenciales aspectos:
 
1º) Contiene las primeras manifestaciones editas de la narrativa nacional (los cuadros de costumbres, de Bermejo, y el relato "Influencia de la sobriedad en la duración de la vida", de Talavera).
 
2°) Contiene el primer poema netamente romántico de la poesía paraguaya ("La pecadora", de Marcelina Almeida), además de documentar la aparición de la primera mujer escritora entre nosotros.
 
3°) Contiene la primera polémica generacional de la literatura paraguaya, con lo que permite elaborar, con base histórica concreta, una periodología de nuestras letras.
 
 
 
 
 
 
 
 

  “LA AURORA”, ENCICLOPEDIA MENSUAL Y POPULAR DE CIENCIAS, ARTES Y LITERATURA

Redactor en jefe y responsable: D.I.A.BERMEJO

Edición facsimilar: Introducción, notas e índice de contenido: MARGARITA DURÁN ESTRAGÓ

(FONDEC, Asunción-Paraguay, 2006)

 


 

 

INTRODUCCIÓN: Con la edición facsimilar de "LA AURORA" se recupera un importante documento histórico. Han aparecido ya el "Eco del Paraguay" y el "Catecismo de San Alberto", obras publicadas en la Imprenta Nacional de Asunción en la segunda mitad del siglo XIX y de las que no quedaron en el país registro alguno. Afortunadamente, se conserva en la Biblioteca Nacional de Asunción una colección completa de los doce números de "La Aurora" cuya reimpresión ha sido posible gracias al FONDEC.

El periodismo en el Paraguay nació en 1844 con la aparición de "El Repertorio Nacional”, órgano encargado de difundir documentos de carácter oficial. Luego surgió "El Paraguayo Independiente", cuyo objetivo se centró en la defensa de la independencia nacional ante las pretensiones anexionistas de Buenos Aires. Una vez reconocida nuestra independencia por Buenos Aires, el periódico se llamó a silencio y dio paso en 1853 al "Semanario de Avisos y Conocimientos Útiles", cuyo primer director fue Juan Andrés Gelly.

Por decreto de 1 de agosto de 1855 el gobierno de Carlos Antonio López decidió establecer la libertad de prensa, aunque con limitaciones tendientes a salvaguardar el respeto debido al orden público, la moral y el honor y fama de las personas. Sobre la base de esas estipulaciones se fundó el "Eco del Paraguay" en 1855, obra de Ildefonso Bermejo. Dos años después fue clausurado por orden superior debido a un artículo aparecido en dicho semanario sobre el posible sucesor de López. Para entonces se había reabierto "El Semanario", luego de dos años de interrupción, quedando, desde 1857, como el único periódico del Paraguay, hasta que la Guerra contra la Triple Alianza lo acalló definitivamente en 1868.

Entre las obras periodísticas de Ildefonso Bermejo se encuentra precisamente "LA AURORA", cuyo primer número apareció el 1 de octubre de 1860. Si bien Bermejo la presenta como "Enciclopedia mensual y popular de ciencias, artes y literatura", en sus páginas se evidencian valoraciones ético-morales, propias del romanticismo imperante en aquella época.

Tal como se indica en el prospecto, este periódico surge con el fin de "Nivelar en lo posible las inteligencias, vulgarizando la instrucción en las masas". Cuenta con doce cuadernillos de 40 hojas cada uno y un total de 480 páginas. Cada número va acompañado de una o más ilustraciones, lo que la convierte, no sólo en la primera revista cultural paraguaya, sino también en el primer periódico ilustrado impreso en el país. En adelante no se podrá hablar de la historia del grabado en el Paraguay sin mencionar a "La Aurora", con sus imágenes de bustos, cuadros sobre motivos históricos y xilograbados que ilustran cada uno de sus cuadernillos.

La difusión de "LA AURORA" se extendió a los pueblos del interior y llegó a traspasar las fronteras gracias a un buen sistema de distribución con suscripciones anuales que podían hacerse "en campaña, en casa de los agentes o corresponsales de la empresa" y en la capital, en el local de la Imprenta Nacional, que para entonces funcionaba en la esquina del Atajo y la calle del Sol (Alberdi y Presidente Franco, en diagonal con el Teatro Municipal) y en la redacción de la revista, instalada en el domicilio particular de Ildefonso A. Bermejo, actual calle Mariscal López casi Independencia Nacional, hoy propiedad del Arzobispado de Asunción.

En cuanto al número de suscriptores, "El Semanario" del sábado 13 de octubre de 1860 señala, bajo el título "Nuevo Periódico", lo grato que le resulta anunciar el aumento considerable del número de los abonados y que, a excepción de cuatro individuos, "todos se han suscrito por un año".

Sus redactores fueron en su mayoría jóvenes estudiantes del Aula de Filosofía, discípulos de Bermejo; algunos de ellos sobresalientes, como Mateo Collar, Natalicio Talavera, Andrés Maciel y Mauricio Benítez. También colaboraron Gumercindo Benítez, Juan Bautista González, Enrique López (español), José del Rosario Medina, Abigail Lozano, Américo Varela, Domingo Parodi (italiano), Marcelina Almeida y Mariano del Rosario Aguiar. Se nota en los colaboradores un alto nivel de redacción teniendo en cuenta su condición de alumnos, en su gran mayoría. Dichos jóvenes poseían además un léxico desahogado, avalado en lectura de autores clásicos y contemporáneos, europeos y americanos, lo cual se desprende de las cuantiosas citas y lemas. Contaban además con suficientes conocimientos del francés, latín y portugués y alguno de ellos, como Mauricio Benítez, colaboró en la traducción del francés de varios trabajos aparecidos en la revista.

En una "Advertencia" contenida en el Prospecto, los redactores ofrecen las columnas de "LA AURORA" a todos los que "quieran auxiliar a sus redactores con alguna flor de su ingenio". Es probable que muchos de los artículos firmados con abreviaturas o iniciales, respondan a esa invitación y que, por modestia o timidez, no aparecieron con sus nombres completos.

Queda como tarea pendiente conocer mejor a Marcelina Almeida, la primera escritora que estampó su firma en un periódico nacional. Al parecer fue de nacionalidad uruguaya, aunque Bermejo la presenta a los lectores como una "escritora residente hoy en Montevideo"; desde allí escribió a Bermejo ofreciendo sus colaboraciones literarias. Éstas aparecen en los números nueve y diez de la revista; uno de ellas es un poema titulado "La pecadora", que, en conceptos de Pérez Maricevich, es el primer poema netamente romántico de la literatura paraguaya.

Según José Luis De Tone, que estudió a "LA AURORA" en profundidad en 1983, siendo alumno de la carrera de Comunicación de la Universidad Católica, la misma significa "un esfuerzo colectivo de la joven intelectualidad paraguaya formada bajo el gobierno de Carlos Antonio López y, a diferencia de los demás periódicos de la época, tiene diversidad de opinión, produciendo incluso sutiles polémicas entre sus redactores, lo cual posibilita una postura crítica ante el conocimiento".

Aunque en sus artículos se destacan valores morales con cierta "pose mesiánica", se nota en ellos el interés de hacer resaltar, por ejemplo, el papel de la mujer en la sociedad de su tiempo, lo cual habla a favor de una formación inconformista de aquellos jóvenes, cuyas ideas e inquietudes llevaron a más de uno de ellos a morir fusilados en los tristes episodios de San Fernando, durante la Guerra contra la Triple Alianza, en 1868.

Francisco Pérez Maricevich analiza el significado de "LA AURORA" dentro del proceso histórico de la literatura paraguaya y "destaca en ella tres aspectos fundamentales:

  1. Contiene las primeras manifestaciones éditas de la narrativa nacional (los cuadros de costumbre de Bermejo y el relato “Influencia de la sobriedad en la duración de la vida”, de Talavera.
  2. Contiene el primer poema netamente romántico de la poesía paraguaya, como ejemplo: (“La pecadora”, de Marcelina Almeida), además de documentar la aparición de la primera mujer escritora entre nosotros.
  3. Contiene la primera polémica generacional de la literatura paraguaya, con lo que permite elaborar una periodología de nuestras letras”.

Como queda expresado, "LA AURORA" tuvo muy corta duración; se sospecha que llegó al primer aniversario, antes que nada, para cumplir el compromiso contraído con sus suscriptoras, lo cual no empaña el mérito de haber sido la primera revista cultural del Paraguay.

En cuanto a su fundador y "redactor en jefe", debemos recordar que Ildefonso Antonio Bermejo nació en Cádiz el 20 de diciembre de 1820. Cursó estudios de Filosofía y Derecho en Sevilla y en 1846 se instaló en Madrid, donde estrenó y publicó algunas piezas teatrales.

Contratado por Francisco Solano López en Europa, llegó al Paraguay con su esposa, Purificación Jiménez, en marzo de 1855. Don Carlos le encomendó varios proyectos, entre otros: la fundación y dirección de la Escuela Normal, convertida luego en Aula de Filosofía; la apertura del "Eco del Paraguay"; la creación del Teatro Nacional, hoy Teatro Municipal, y la fundación de "LA AURORA". Regresó a España en 1863 donde siguió publicando piezas literarias y libros históricos. Murió en Madrid, el 18 de diciembre de 1892.

No se guarda buen recuerdo de Bermejo en el Paraguay debido a que años después de su regreso a España publicó "Episodios de la vida privada, política y social de la República del Paraguay", libro en el que se mofa del país, sus costumbres y gobernantes. Sin embargo, los años que permaneció en el país (1855-1863) los dedicó por entero a la instrucción pública, al periodismo, al teatro y la promoción de diversas actividades culturales, todo lo cual compensa ampliamente lo negativo de su actuación y arroja, al decir de Rafael Eladio Velázquez, "un saldo a su favor".

Volviendo a la colección de "LA AURORA", hay que señalar que la misma carece de fechas e índices, lo que nos comprometió a ordenarla por números, teniendo en cuenta los títulos de las publicaciones y sus autores; de igual forma se procedió con los xilograbados que completan la obra, los que en su mayoría son copias de artistas europeos. Sin embargo, una nota de redacción aparecida en "El Semanario" del 10 de octubre de 1860, a pocos días de la apertura de "LA AURORA", da cuenta que el artista Alejandro Ravizza se había ofrecido espontáneamente para "dibujarnos y grabarnos algunas láminas originales de asuntos referentes a la historia del Paraguay, de cuyos artículos tendremos un gran placer en ocuparnos". El intento no pudo materializarse en su momento y los grabados de Ravizza según De Tone, recién se publicaron años después en el periódico "El Centinela", donde sí aparece abundante ilustración sobre motivos nacionales.

Reiteramos nuestro homenaje de gratitud al FONDEO por permitirnos rescatar del olvido una obra tan importante y valiosa para la historia del periodismo y las artes en el Paraguay.

MARGARITA DURÁN ESTRAGÓ

ASUNCIÓN, 2006

 

 

 
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ENLACES INTERNOS

 

REVISTA NÚMERO 1

A nuestros lectores -1

Ildefonso A. Bermejo

ESTUDIOS MORALES Y FILOSÓFICOS. Influencia de la familia en el progreso moral de la especie humana - 2

Mauricio Benítez - Arreglador

La Primera Misa en América - 7

Natalicio Talavera

Progreso e importancia de la civilización - 9

Trascripción del Museo de las Familias

ESTUDIOS HISTÓRICOS. El Duende crítico de Madrid - 18

Trascripción del Museo Universal

Un día del honrado labrador. Idilio - 35

Mateo Collar

Moral Privada - 39

Ildefonso A. Bermejo

Charada - 40


 

REVISTA NÚMERO 2

Ildefonso A. Bermejo

ESTUDIOS MORALES. El arte de ser feliz -41

Natalicio Talavera

Influencia del trabajo en la organización física y moral del hombre -48

Domingo Parodi

ESTUDIOS CIENTÍFICOS. Actividad y progreso - 51

Ildefonso A. Bermejo

ESTUDIOS HISTÓRICOS. Misiones jesuíticas en la América meridional - 55

Mauricio Benítez - Traductor

Galileo - 61

Mariano Rosario Aguiar

ESTUDIOS RELIGIOSOS. La fe - 66

Américo Varela

Miscelánea. Amor de madre - 68

Ildefonso A. Bermejo

Amor de padre - 70

Canuto Claridades - Seudónimo de un personaje creado por Bermejo

El pobrecito censor. Modismos de la lengua española - 71

Trascripción del Museo Universal

Un día del honrado labrador. Idilio .Conclusión del número anterior - 76


 

REVISTA NÚMERO 3

Ildefonso A. Bermejo

ESTUDIOS RELIGIOSOS. Roma pagana y Roma cristiana - 81

Américo Varela

Influencia de la religión representada por el cura católico en la sociedad - 87

Mateo Collar

ESTUDIOS MORALES. La educación y su objeto - 91

Enrique López

Reflexiones sobre la vanidad - 98

Domingo Parodi

ESTUDIOS CIENTÍFICOS. Necesidad de la revacunación - 101

Natalicio Talavera

Influencia de la sobriedad en la duración de la vida - 104

Ildefonso A. Bermejo

ESTUDIOS HISTÓRICOS. Misioneros jesuítas en la América meridional - 111

El pobrecito censos. Proverbios españoles - 113


 

REVISTA NÚMERO 4

Ildefonso A. Bermejo

ESTUDIOS RELIGIOSOS. Conflicto de la Iglesia Católica - 121

Américo Varela

La Moral, considerada como restricción de la pobreza - 124

Natalicio Talavera

Influencia de la mujer en la sociedad  - 127

Domingo Parodi

ESTUDIOS CIENTÍFICOS. Importancia de los conocimientos químicos y agronómicos para el adelanto de la agricultura -132

Gumersindo Benítez

ESTUDIOS ARTÍSTICOS. Algunas reflexiones sobre la imprenta -138

D. G.

ESTUDIOS HISTÓRICOS. Reino de las dos Sicilias -114

Ildefonso A. Bermejo

ESTUDIOS DE COSTUMBRES. El hombre de Estado       -146

Juan Bautista González - Traductor

ESTUDIOS RECREATIVOS. Magdalena -152

Anónimo

A los estudiantes de Latinidad. De la existencia de Dios -157

Canuto Claridades (Bermejo)

El pobrecito censor. Biografía -159


 

REVISTA NÚMERO 5

Mariano del Rosario Aguiar

ESTUDIOS RELIGIOSOS. La esperanza -161

Juan Bautista Galeano

El primer elemento de la civilización es la Religión -164

Enrique López

ESTUDIOS MORALES. El avaro -169

Américo Varela

El matrimonio     -172

Mateo Collar

Necesidad de las ciencias para la existencia y organización de una sociedad -175

José del Rosario Medina

Las superstición -179

Natalicio Talavera

El hombre, su poder, su misión y su destino -181

Ildefonso A. Bermejo

ESTUDIOS HISTÓRICOS. Fundación de la Asunción del Paraguay -185

M.I.

El abate Des Genettes. Cura de Nuestra Señora de las Victorias en París -189

Anónimo

Máximas -192

Gumersindo Benítez

ESTUDIOS SOCIALES. Artículo para el nacional y el extranjero o sus mementos -193

Canuto Claridades (Bermejo)

El pobrecito censor. Cosas nuevas -197

 

 

REVISTA NÚMERO 6

E.U.

ESTUDIOS RELIGIOSOS. Mártires -201

Mauricio Benítez

ESTUDIOS MORALES. Amor e influencia de la madre -206

Ildefonso A. Bermejo

Los hombres y su época, filosóficamente considerados. Discurso pronunciado por Don I. A. Bermejo en el Seminario, la noche del 16 de agosto de 1860 -211

Natalicio Talavera

Muerte de Cristóbal Colón - Villa Rica, 10 de febrero de 1861

Enrique López - Itauguá, 11 de febrero de 1861 ESTUDIOS SOCIALES. Errar la vocación  -229

Traducción de Américo Varela

Moral privada. Máximas, pensamientos y reflexiones -235

Anónimo

Misceláneas -237

Anónimo

A los estudiantes de Latinidad -238

Canuto Claridades (Bermejo)

El pobrecito censor. Obreros y artesanos -239


 

REVISTA NÚMERO 7

Anónimo

ESTUDIOS HISTÓRICO-RELIGIOSOS. El pontificado y el imperio -241

Ildefonso A. Bermejo

ESTUDIOS MORALES. La guerra -250

Américo Varela

La mujer -254

Enrique López

ESTUDIOS FILOSÓFICOS. La ambición -257

Natalicio Talavera

Dios es la verdad de las cosas -266

Anónimo

Hombres célebres contemporáneos — Garibaldi -270

Anónimo

A los estudiantes de Latinidad. Segunda prueba de la existencia de Dios es el Común concierto de los pueblos sobre esta verdad -271

F. de la V.

El Ramadan -272

M.I.

Crónica de Tribunales -274

Anónimo

Moral privada -280


 

REVISTA NÚMERO 8

Anónimo

ESTUDIOS POLÍTICO-RELIGIOSOS. El poder temporal del Papa -281

Ildefonso A. Bermejo

ESTUDIOS MORALES. Meditaciones -295

Américo Varela - Traductor

Máximas, pensamientos y reflexiones -301

Natalicio Talavera

“Amarás a tu próximo como a ti mismo” -305

M.I.

Hombres célebres contemporáneos. El Rey Víctor Manuel -309

Enrique López

ESTUDIOS HISTÓRICOS. La inquisición en España - 311

Anónimo

A los estudiantes de Latinidad. Idea que nosotros debemos formarnos de Dios -319

Anónimo

Miscelánea -320


 

REVISTA NÚMERO 9

Marcelina Almeida

Recomendación. Carta a los redactores de “La Aurora” solicitando la publicación de su artículo (Montevideo — Uruguay) -321

Américo Varela

ESTUDIOS MORALES. El juego -324

Mauricio Benítez - Traductor

ESTUDIOS CINTÍFICOS. Preceptos higiénicos -328

Preceptos relativos a los vestidos -332

Natalicio Talavera

La Ciencia -337

C. E.

ESTUDIOS HISTÓRICOS. Napoleón III -343

Enrique López

La inquisición española (Conclusión) -348

Ildefonso A. Bermejo

ESTUDIOS LITERARIOS. Epístola        -352

Anónimo

Variedades. La calumnia -355

Anónimo

Miscelánea -359

Anónimo

Pensamientos -360

 

 

REVISTA NÚMERO 10

Los Redactores

A la Srta. Da. Marcelina Almeida -361

Américo Varela

ESTUDIOS MORALES. El médico. Su influencia en la sociedad -364

Natalicio Talavera

La juventud -369

M.I.

Príncipes contemporáneos. La emperatriz Eugenia -373

Anónimo

ESTUDIOS HISTÓRICOS. Fausto -374

Enrique López Itauguá, 6 de mayo de 1861

ESTUDIOS DE BELLAS ARTES. La música -378

Influencia de la música sobre las costumbre -381

E.V.

ESTUDIOS CIENTÍFICOS. Temblores de tierra -383

M. de F.

ESTUDIOS RECREATIVOS. Los arenques de Willen Benkels -388

Mauricio Benítez. Traductor

ESTUDIOS CIENTÍFICOS. Higiene: Preceptos generales, extractos de una higiene médica y moral -394

Anónimo

Moral privada -399


 

REVISTA NÚMERO 11

Américo Varela

ESTUDIOS MORALES. La mujer, su influencia en la sociedad -401

Américo Varela

La amistad -409

Enrique López

La envidia -411

Anónimo

ESTUDIOS HISTÓRICOS. Problemas históricos -416

Anónimo

Príncipes contemporáneos. Francisco II, Rey de Nápoles -417

Anónimo

ESTUDIOS CIENTÍFICOS. Geogenia -417

Abigail Lozano

ESTUDIO LITERARIO. Dios -429

Marcelina Almeyda (sic)

La pecadora -431

D.L.T.

ESTUDIOS RECREATIVOS. Dos horas en compañía de un loco -435


 

REVISTA NÚMERO 12

Américo Varela

ESTUDIOS MORALES. La ira -441

Américo Varela

El patriotismo     -446

Enrique López

ESTUDIOS LITERARIOS. A la aurora  -449

Reflexiones -452

Natalicio Talavera

ESTUDIOS RECREATIVOS. La naturaleza -456

D.L.T.

Dos horas en compañía de un loco (Conclusión) -460

Anónimo

Príncipes contemporáneos -464

Andrés Maciel - Londres, 8 de mayo de 1861

Señor Don Natalicio Talavera -465

El servicio de la Patria consiste en hacer lo posible para serle útil-466

Enrique López Itauguá, 5 de mayo

ESTUDIOS SOCIALES. Sin título -469

Anónimo

Variedades. El lunar de las mujeres -472

Anónimo

Solución de los problemas anteriores -475

Juan del Rosario Medina

ESTUDIOS FILOSÓFICOS. La hipótesis -476

Anónimo

La razón -479



LÁMINAS

1) LA PRIMERA MISA EN AMÉRICA. Litografía de Carlos Riviere. Reproducción de un cuadro de Pharamon Blanchard sobre el segundo viaje de Colón que se conserva, en un museo de provincia, en Francia -9

2) ABJURACIÓN DE GALILEO ANTE EL TRIBUNAL DE LA INQUISICIÓN. Litografía firmada en Asunción por Riviere - 65

3) EDUARDO JENNER. Litografía firmada en Asunción por Riviere -101

4) S. S. EL PAPA PÍO EX. Litografía de Riviere -121

TIPOS SICILIANOS. Xilografía firmada por Valle. Está dentro del texto - 145

5) PROCLAMACIÓN DEL CONVENIO DE PAZ DE 15 DE AGOSTO DE 1587 (sic). Litografía sin firma ( *) - 189

EL ABATE DES GENETTES. Xilograbado. No lleva firma y va dentro del texto - 191

6) MÁRTIRES. Xilograbado. No lleva firma identificable - 203

MUERTE DE CRISTÓBAL COLON. Aguafuerte de autor anónimo - 227

7) Josefina Plá refiere que una litografía con diseño original del propio Bermejo ilustró un artículo de “La Aurora”, pero se ha perdido el original.

Por su parte Pérez Maricevich indica que la ilustración fuera del texto se refería a EL PONTIFICADO Y EL IMPERIO, de las páginas -241-250

EL GENERAL GARIBALDI. DICTADOR DE LAS DOS SICILIAS. Litografía firmada por Riviere - 271

8) S. M. VÍCTOR EMMANUEL 2 REY DE CERDEÑA. Litografía sin firma - 305

9) NAPOLEÓN III. Aguafuerte Sin firma - 343

10) S. M. LIMPERATRICE EUGENIE. Aguafuerte de autor anónimo - 387

11) FRANCISCO II. REY DE NÁPOLES. Aguafuerte sin firma - 417

12) S.A. EL PRÍNCIPE NAPOLEÓN-LUCIANO- CARLOS MURAT. Aguafuerte sin firma -465

 
 


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