HABÍA UNA VEZ...

 

Cuento de MARTA MEYER DE LANDÓ 
 

 

 

 
HABÍA UNA VEZ...

 

A mis nietos Oscar Marcelo, Jorge,
Paul, Christian, Iván y Enrique

 

 

Había una vez un lejano país en el cual no había colores, todo era en blanco y negro. Era un país muy triste.
 
Los hombres y mujeres eran o blancos-buenos o negros-malos.
 
No existían intermedios, no había ni siquiera grises; la sociedad era muy rígida y nadie, nunca, podía salirse de las reglas sin obtener el desprecio de los demás.
 
Pero... "hecha la ley, hecha la trampa". Cuando anochecía, algunos hombres blancos, protegidos por la oscuridad, se volvían verdes y se emborrachaban en los bares del puerto.
 
Algunos hombres negros se volvían de un brillante color naranja cuando, arriesgando sus vidas, socorrían a las víctimas de una inundación.
 
Algunas mujeres blancas se volvían rojas por las mañanas cuando trataban sin ninguna consideración a la empleada de la casa. Algunas mujeres negras se volvían rosadas cuando cuidaban a los niños del paupérrimo hospital.
 
Algunos jóvenes blancos, cuando los padres no los veían, se tornaban azules y lastimaban a los demás haciendo cosas impropias.
 
Algunos jóvenes negros adquirían un hermoso color púrpura cuando enseñaban a otros a leer y escribir.
 
Algunos niños blancos, cuando no los descubrían, se volvían amarillos y sin titubear decían una y otra mentira.
 
Algunos niños negros se volvían celestes cuando regaban una plantita o curaban a un pajarito herido.
 
Los hombres verdes, las mujeres rojas, los jóvenes azules y los niños amarillos, cuando estaban blancos, llenos de hipocresía, despreciaban a los hombres, mujeres, jóvenes y niños negros.
 
Por una serie de hechos que ocurrieron en ese lejano país, empezaron a mudar las reglas. Los hombres, mujeres, jóvenes y niños ya no necesitaban esconderse para cambiar de color. Entonces ocurrió algo increíble: desaparecieron los hombres, las mujeres, los jóvenes y los niños blancos y negros. Desde ese momento los hombres, las mujeres, los jóvenes y los niños tuvieron todos los colores del arco iris y todas las tonalidades posibles; y el país se volvió alegre y feliz.
 
Y ... colorín, colorado, el cuento se ha terminado. 

 

 

Fuente:

 

PELDAÑOS DE PAPEL

 

(CUENTOS Y POEMAS PARA NIÑOS Y ADOLESCENTES)

 

ESCRITORAS PARAGUAYAS ASOCIADAS

 

 

Editado con el auspicio del FONDEC

 

QR Producciones Gráficas S.R.L.,

 

Diciembre, 2002 (210 páginas).

 

 

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