ODA PASIONAL
Letra: EMILIANO R. FERNÁNDEZ
Música: FÉLIX PÉREZ CARDOZO
VERSOS PEDIDOS PARA UN «LIRIO DEL CAMPO»
El terreno de lo oral -sustentado en la memoria, frágil e imperfecta- está erizado de trampas. Por eso, lo que en el relato tiene una lógica que aparenta ser de hierro puede tener fisuras considerables cuando hay documentos para contraponerle. En la cultura popular, desafortunadamente, no siempre se presenta esta oportunidad y en algunas ocasiones lo falso se convierte en verdadero.
La Oda Pasional, de Emiliano R. Fernández, es uno de esos casos donde todo parece armado de una manera convincente cuando que en realidad le faltan algunas piezas para ser fiel al autor.
Un punto de partida es que los versos fueron escritos por encargo. Fue a pedido de su «amigo Carlos Benítez», un iteño que trabajaba en una hacienda de Campanario, en Matto Grosso, Brasil, cerca de la frontera paraguaya, sostiene el historiador Roberto A. Romero1. Amaba a la hija del dueño de la estancia «Horizonte» y le solicitó que expresara a su nombre el sentimiento que abrigaba hacia la joven. El que le proporcionó el nombre del enamorado a Romero fue Atilio G. Servín, de San Lorenzo, según menciona el investigador.
El poeta y conocedor de algunos de los secretos que rodean a la música paraguaya, Gabriel Chaparro -quien vive en Ciudad del Este- sostiene que ella se llamaba Elvira Benítez. Como fuente, menciona a «un músico ciego y ñembo'e'ýva -el que dirige el rezo del rosario- de San Juan Bautista de las Misiones».
¿Cómo probar si efectivamente Carlos Benítez y Elvira Benítez fueron los protagonistas verdaderos del origen de Oda Pasional? Ello solo es posible con un documento escrito. Y si es de puño y letra de Emiliano, mejor todavía. Más incuestionables van a ser los argumentos esgrimidos.
En Pedro Juan Caballero se pueden encontrar rastros del paso del artista popular por esa zona. Es en esa ciudad donde Barciliano Escobar Quiñónez le proporcionó a este rastreador de historias de la música paraguaya, la fotocopia del manuscrito de Oda Pasional cuyo original de puño y letra de Emiliano obra en un cuaderno de una raya -que en los cuatro ángulos tiene, marcada en lápiz de color, la bandera paraguaya- en poder de Luis Rojas Márquez -residente en la capital del Amambay-, hijo de la destinataria de la poesía y el que la solicitó.
El poema está dedicado a la «señorita Isahilda Márquez, de “Horizonte”, a pedido del señor Carlos A. Rojas». Rotundo y contundente. Nada más que decir de quién pidió y para quién. En rigurosos versos rimados de 14 sílabas, Emiliano recogió lo mejor de su repertorio verbal. No es avaro en calificativos. Ella es, sucesivamente, «Lirio del Campo»; «Sultana poderosa» -al final varía ligeramente la figura y la llama «Sultana pudorosa»-; «Florcita de “Horizonte”» y «niña candorosa» solo en la primera estrofa.
La obra está fechada en «Rancho Carambola, enero, 11, 1941.
Comparado este original con la versión que la mayoría de los intérpretes canta, hay alguna distancia entre esa matriz primigenia y lo que circula para consumo masivo. Lo que sería imposible es determinar si Félix Pérez Cardozo, al ponerle la melodía, cambió las palabras -lo cual parece improbable, porque las «intervenciones» conservan la métrica, apareciendo más bien como una «corrección»- o si sucesivos intérpretes -como es común en la música paraguaya- fueron modificando algunos fragmentos.
Para muestras, solo unos botones.
En el segundo verso de la primera estrofa del original dice: «Florcita de “Horizonte” dedico esta canción. En la que se graba dice: «Florcita de `Horizonte' a ti va mi canción.
En el segundo verso de la segunda estrofa, el original registra: «Quisiera que tú midas mi sin igual amor. Los músicos, en cambio, cantan: «Quisiera que tú sepas mi sin igual amor». La pertinencia del verbo usado por el autor sobrepasa largamente a la inventada por quién sabe qué atracador de versos sin permiso.
En el cuarto verso de la cuarta estrofa del original se lee: «Sumiso ante tu planta, rendir mi adoración». Lo que se escucha: «Devoto ante tus plantas, rendir mi adoración».
Los lectores atentos y conocedores de los Emilianore encontrarán otras diferencias, para lo cual ofrecemos aquí las dos versiones.
ODA PASIONAL (*)
(A la señorita Isahilda Márquez, de «Horizonte»,
a pedido del señor Carlos A. Rojas con todo afecto)
A ti Lirio del Campo sultana poderosa,
Florcita de «Horizonte» dedico esta canción
Para exaltarte en ella oh! niña candorosa
Estrella de mi dicha, mi luz, mi adoración.
Quisiera que comprendas lo mucho que te adoro
Quisiera que tú midas mi sin igual amor
Pensando en tu belleza no hallo más tesoro
Ni encuentro en esta tierra otra castiza flor.
Ni los Querubes en tanto igualan tu hermosura
Ni el príncipe lucero el faro matinal. . .
El universo entero admira tu estructura
Oh! niña de mi ensueño, mirífica Vestal.
Y yo también alabo tu virginal pureza
Y en ella deposito esta febril pasión
Por que mañana pueda llegarte con presteza
Sumiso ante tu planta, rendir mi adoración.
Así rondando el mundo con esta cruz a cuesta
Me iré cual penitente buscando tu piedad
E implorando me acepte la Edénica floresta
Que yo un día soñara con loca ansiedad.
Y al concluir mi canto Sultana pudorosa
Infanta de «Horizonte» mostradme tu bondad
Yo quiero ofrendarte mi amor color rosa
Amor indefinible, mi única heredad.
Rancho Carambola, enero, 11 1941
Letra: EMILIANO R. FERNÁNDEZ
Música: FÉLIX PÉREZ CARDOZO
(*) Copiado textualmente de la fotocopia del original
ODA PASIONAL (*)
A ti lirio del campo sultana pudorosa
florcita de «Horizonte» a ti va mi canción
para exaltarte en ella oh niña candorosa
estrella de mi dicha mi luz, mi adoración.
Quisiera que comprendas lo mucho que te adoro
quisiera que tú sepas mi sin igual amor
pensando en tu belleza no hallo más tesoro
ni encuentro en esta tierra otra castiza flor.
Ni los querubes en tanto igualan tu hermosura
ni el príncipe lucero el faro matinal
el universo entero admira tu estructura
oh niña de mi ensueño mirífica vestal.
Y yo también alabo tu virginal pureza
y en ella deposito esta febril pasión
porque mañana pueda llegarte con presteza
devoto ante tus plantas rendir mi adoración.
Y así rondando el mundo con esta cruz a cuestas
me iré cual penitente buscando tu piedad
e implorando me aceptes la edénica floresta
que yo un día soñara con loca ansiedad.
Y al concluir mi canto sultana poderosa
infanta de «Horizonte» mostradme tu bondad
de lejos yo te ofrendo mi amor color rosa
amor indefinible mi única heredad.
Letra: EMILIANO R. FERNÁNDEZ
Música: FÉLIX PÉREZ CARDOZO
(*) Versión que, con ligeras variantes, canta la mayoría de los intérpretes.
Fuente (Enlace interno):
LAS VOCES DE LA MEMORIA - TOMO VIII
HISTORIAS DE CANCIONES POPULARES PARAGUAYAS
Autor y ©: MARIO RUBÉN ÁLVAREZ
Edición del autor y Julián Navarro Vera
Dibujo de tapa: ENZO PERTILE
Armado y diseño: Isaac Duré Giménez
Editora Litocolor S.R.L.
Asunción-Paraguay.
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