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MARÍA GLORIA GONZÁLEZ CÁCERES

  MIGUEL ÁNGEL ALFARO - Por MARÍA GLORIA GONZÁLEZ CÁCERES


MIGUEL ÁNGEL ALFARO - Por MARÍA GLORIA GONZÁLEZ CÁCERES

MIGUEL ÁNGEL ALFARO

Por MARÍA GLORIA GONZÁLEZ CÁCERES

Colección GENTE QUE HIZO HISTORIA N° 12

© El Lector (de esta edición)

Director Editorial: Pablo León Burián

Coordinador Editorial: Bernardo Neri Farina

Director de la Colección: Herib Caballero Campos

Diseño de Tapa y Diagramación: Jorge Miranda Estigarribia

Corrección: Rodolfo Insaurralde

I.S.B.N.: 978-99953-1-389-0

Asunción – Paraguay

Esta edición consta de 15 mil ejemplares julio, 2013

(74 páginas)



ÍNDICE

Prólogo

Prefacio

Biografía

Contexto Histórico de su desempeño Profesional

Alfaro al frente de la Intendencia Municipal de Asunción

Sus obras

Su labor como profesional independiente

Postfacio

Bibliografía

La autora



PRÓLOGO

Miguel Ángel Alfaro es uno de esos paraguayos que contribuyó al desarrollo del país desde su profesión, pero que con el transcurrir de los años ha sido olvidado por una sociedad que, influenciada por diversos factores, consideró que sólo eran grandes hombres aquellos que lucharon en las guerras.

La arquitecta María Gloria González ha escrito este libro en el cual nos presenta la vida de un hombre que fue uno de los primeros en dedicarse a la Arquitectura en el Paraguay en el siglo XX, y cuya labor profesional ha marcado un hito en el desarrollo de los edificios y monumentos de la ciudad de Asunción, principalmente.

Alfaro es hijo de un veterano de la Guerra contra la Triple Alianza y logró ir a estudiar arquitectura a Italia, de regresó al país se destacó como arquitecto con diversas obras para distintas familias asuncenas y posteriormente ejerció el cargo de Intendente Municipal de Asunción. Desde ese cargo dejó su impronta a la ciudad entre ellas uno de los lugares públicos emblemáticos -hoy en día lamentablemente abandonado y deteriorado- la Escalinata de Antequera, proyectada bajo la dirección de este diligente Intendente asunceno, pero inaugurada bajo la intendencia de Ballario años después.

La gestión del Intendente Alfaro fue muy dinámica y como bien subraya la autora, él trabajó incansablemente por dar forma a la estructura de capitalidad a Asunción. Ese trabajo abarcó diversos aspectos desde entubamientos y pavimentación de calles hasta el diseño de un puerto nuevo con el fin de modernizar a la ciudad de Asunción.

Otro aspecto importante de Miguel Ángel Alfaro fue su labor como profesional independiente, al cual la autora va mostrando las diversas obras de casas particulares diseñadas y construidas bajo su dirección. Muchas de esas viviendas hasta hoy en día se erigen y a través de testimonios fotográficos la autora muestra y analiza las obras más emblemáticas de la obra alfariana.

Un último capítulo se ocupa de los proyectos que fueron concebidos por el arquitecto Alfaro para la Basílica de Caacupé, el Palacio Municipal de Asunción entre muchos otros, que por diversos factores no se concretaron.

Este libro es un aporte más de la colección GENTE QUE HIZO HISTORIA, que rescata la labor de un hombre que hizo de la construcción un arte y que demostró un alto profesionalismo en las tareas que emprendió. Cabe agradecer a la autora por el esfuerzo para hacer conocer la vida y la labor de un paraguayo que contribuyó al desarrollo de la arquitectura en el Paraguay.

Herib Caballero Campos

Julio de 2013



PREFACIO

"La noción de monumento histórico comprende tanto la creación arquitectónica aislada, como el ambiente urbano o paisajístico que constituya el testimonio de una civilización particular, de una evolución significativa o de un acontecimiento histórico. Esta noción se aplica no solo a las grandes obras, sino también a las obras modestas."

Carta de Venecia, 1964.


En este material nos ocupamos del quehacer arquitectónico de Miguel Ángel Alfaro.

A más de recordarlo y admirar su dominio de los códigos expresivos neoclásicos, este trabajo tiene el propósito de constituirse en un aporte para la difusión de su obra proyectual y edilicia.

Otro objetivo de esta investigación es contribuir con la valorización del patrimonio urbano-arquitectónico asunceno, en su rol de capital del país, incentivando el proceso de sensibilización hacia el tema en la ciudadanía asuncena.

Con este pensamiento, queremos llamar la atención, en particular, a los profesionales de la construcción que operan en el "centro histórico" y otros sectores patrimoniales de la ciudad, como las avenidas Mcal. López y España, y sus inmediaciones, con el intento de despertar en ellos el respeto hacia las experiencias aportadas por nuestros antecesores.

Teniendo en cuenta que Alfaro fue uno de los fundadores de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional de Asunción, y que se dedicó de lleno al ejercicio de la docencia en esta casa de estudios, de manera muy especial, este libro va dedicado a los estudiantes de dicha carrera, como futuros interventores de los espacios de la ciudad.

Asumimos que el patrimonio histórico nos ayuda a mantener la fuente vital de nuestra identidad y nos diferencia de otras culturas. Hace que entendamos a los que nos precedieron en el tiempo y a no cometer sus mismos errores.

Deseamos sinceramente que este material sea del agrado de quienes se detienen a conocer un poco más de la historia edilicia de nuestro país.



BIOGRAFÍA

Miguel Ángel Alfaro nació en Asunción el 11 de julio de 1888. Sus padres fueron el Cnel. Miguel Ángel Alfaro Guanes, héroe de la Guerra de la Triple Alianza, y Carolina Decoud.

Luego de graduarse de Bachiller en Ciencias y Letras en el Colegio Nacional de la Capital, el joven Alfaro se trasladó a Italia para iniciar su formación universitaria, primero en Roma y luego en Nápoles.

En la capital italiana cursó y culminó la carrera de Ingeniería Civil. Luego, en Nápoles, estudió arquitectura, su verdadera vocación, destacándose como el mejor alumno. Recibió la medalla de oro, este reconocimiento le significó una beca institucional que consistió en un viaje de estudios por las principales ciudades de Europa. Durante esta travesía tuvo oportunidad de conocer y realizar dibujos a mano alzada de los principales monumentos del pasado.

Antes de retornar al Paraguay, ejerció su profesión en Italia, participando en los proyectos de bloques de viviendas colectivas del Instituto de Casas Populares de Roma, actividad a la que accedió como ganador de un concurso de arquitectura.

En 1919, ya casado con María Langinolo, italiana, volvió al país para establecerse y, desde 1920 ejerció profesionalmente.

Fue uno de los primeros arquitectos paraguayos diplomados de su época, en un ámbito donde el predominio estaba dado por los constructores europeos, mayormente italianos, quienes habían llegado al país integrando el contingente migratorio de fines del siglo XIX y principios del XX.

Privilegiado por una excelente formación académica, la obra profesional de Alfaro se destacó de inmediato por su calidad.

El Dr. Eligió Ayala, quien ocupó la Presidencia de la República en dos ocasiones -abril de 1923 a junio de 1924 y de agosto de 1924 a agosto 1928-, nominó a Alfaro para interinar la titularidad de la administración municipal asuncena, desde el 14 de febrero de 1924 hasta el 30 de setiembre de ese mismo año. Luego, el mismo Ayala lo confirmó en el puesto, a partir del 1 de octubre de 1924 y permaneció al frente de la comuna capitalina hasta 1927, siendo hasta hoy el único arquitecto que se desempeñó como Intendente Municipal de Asunción. En ese entonces el cargo era el de Secretario Ejecutivo.

En este rol, sus obras apuntaron a embellecer la ciudad con una visión global, dando especial atención al mejoramiento de los espacios públicos, por lo que es reconocido como uno de los jefes comunales que más hizo en el aspecto edilicio y urbano de la ciudad capital. En este sentido, se destaca el conjunto de escalinatas de las calles Antequera y Manuel Domínguez. Este hito urbano asunceno estuvo varias veces amenazado de ser destruido, ya sea por la especulación inmobiliaria o la incomprensión de varios ediles con el pretexto de solucionar los problemas actuales del tránsito.

Durante su administración, se realizó la pavimentación pétrea de numerosas arterias, mejoramiento de plazas, construcción de puentes sobre varios cursos de agua, apertura de nuevas calles y la construcción del célebre adoquinado de madera de una parte de la céntrica calle Palma.

Como profesional independiente, realizó numerosos proyectos arquitectónicos, como el altar de la Virgen de la Asunción en el Oratorio y Panteón de los Héroes, el Sanatorio Juan Max Boettner y numerosas edificaciones particulares.


La APAR

Ya en el ámbito gremial, debemos destacar que en ese entonces los arquitectos se hacían llamar ingenieros, dado que esta última profesión estaba mejor posicionada socialmente. La fundación -ya en 1926- de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad Nacional de Asunción y la creación, en ese mismo año, de la Sociedad de Ingenieros del Paraguay, sin dudas, ejercieron gran influencia para ello.

Después de la Guerra del Chaco, al igual que tantos otros emprendimientos, la Sociedad de Ingenieros quedó desintegrada. Fue en ese tiempo que en la casa del arquitecto Mateo Talia, situada sobre la calle 15 de Agosto, se realizaron las reuniones que llevarían a la formación definitiva del Centro Paraguayo de Ingenieros, en 1939, cuyo primer presidente fue el Ing. José Bozzano y vicepresidente el Arq. Tomás Romero Pereira. Entre sus socios fundadores, a más de Alfaro, podemos mencionar a Luis Paleari, Pablo Daumas, Sergio Conradi, Juan Nacimiento, Gustavo Storn, Juan Cámeron, entre otros.

En este contexto y con el objetivo de contar con una agremiación exclusiva para los arquitectos, Alfaro y otros siete colegas (Francisco Canese, Tomás Romero Pereira, Mateo Talia, Homero Duarte, Natalio Bareiro, Américo Bergonzi, y Ramón González Almeyda) alentaron la formación de la Asociación Paraguaya de Arquitectos (APAR), suscribiendo su acta fundacional en 1946.

La APAR nació así con el objetivo concreto de promocionar la imagen del arquitecto y la valorización de su práctica profesional, en un ambiente dominado por los ingenieros. Otra de las metas de esta asociación fue la de propulsar la fundación de una Facultad de Arquitectura en el país.


LA FACULTAD DE ARQUITECTURA

Con respecto a la fundación de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional de Asunción, Alfaro y otros profesionales, que al igual que él habían cursado la carrera fuera del país, tras varios años de reuniones y gestiones con las autoridades educativas de ese tiempo, lograron que por Acta Nº 10 del Consejo Superior Universitario, en fecha 26 de abril de 1957, haya quedado oficialmente habilitada la carrera. El primer decano de la misma fue Ing. Juan Cámeron.

Fueron los fundadores: Francisco Canese, Natalio Bareiro, José Luis Escobar y Mohamed Yampey, todos egresados de la Facultad de Arquitectura de Montevideo; a más de Luis Pozzo, quien estudió en el Brasil, y Roger Ayala, formado en los Estados Unidos de América; y , por supuesto, Miguel Ángel Alfaro, quien se había recibido en Italia.

Desde ese momento, Alfaro se dedicó de lleno al ejercicio de la docencia en la citada casa de altos estudios. Con la convicción de que la arquitectura es ante todo un arte, como docente, trasmitió este pensamiento a sus alumnos con fervor. A más de sus enseñanzas de la técnica del dibujo, también disertaba sobre las bases éticas de la profesión, haciendo hincapié en la gran responsabilidad del arquitecto al intervenir en el paisaje urbano.

Hasta hoy, quienes fueron sus alumnos lo recuerdan con admiración, al tiempo de relatar algunas de sus anécdotas, como sus recorridos por el centro de la ciudad, dándoles como tarea dibujar las fachadas, a la carbonilla, en láminas, con los órdenes clásicos en perfecta armonía y proporción.

Luego de una fructífera vida, Don Miguel Ángel Alfaro Decoud falleció el 23 de octubre de 1969.


 


ALFARO AL FRENTE DE LA INTENDENCIA MUNICIPAL DE ASUNCIÓN

Al momento que le cupo actuar a Alfaro como responsable de la comuna de Asunción, las atribuciones urbanísticas estaban bastante confusas en la práctica entre el gobierno central y el local. Muchas veces se superponían funciones, a pesar de existir una Ley Orgánica Municipal; de hecho, en los años veinte regía la tercera de ellas. Esta superposición tenía desde luego sus razones políticas a más de administrativas, pero no dejaban de producir irritación entre las partes.

La dependencia económica del gobierno central, que tenía la potestad de liberar o no las partidas presupuestarias asignadas a los municipios, y la imposibilidad que tenían los intendentes de tan siquiera designar a sus propios funcionarios -era competencia del Congreso- fueron dos situaciones muy difíciles de sobrellevar.

La inestabilidad política también hizo lo suyo, pues, en medio de las revueltas, las cuestiones municipales no lograban captar la atención requerida.

En consecuencia, los miembros del Concejo Deliberante, antecesor de lo que sería posteriormente la Junta Municipal, no mostraban mucho entusiasmo en abocarse a sus funciones. Además, estos concejeros eran terratenientes, grandes comerciantes o profesionales de renombre, y daban prioridad a sus asuntos particulares y no a los temas de la comuna.

Esta circunstancia, sumada a las ya descriptas, llevó a pensar que para revertir la situación lo mejor sería suprimir la elegibilidad y sustituirla por la designación directa por parte del Poder Ejecutivo.

Si bien la preocupación por las obras públicas era evidente y todo tendía hacia la modernización, la riqueza compositiva del paisaje urbano asunceno de las dos primeras décadas del siglo XX contrastaba notablemente con la precaria provisión de servicios públicos.

Solo algunas zonas del sector central de la ciudad contaban con calles empedradas y energía eléctrica, y tampoco existía agua corriente ni alcantarilla sanitaria. Por lo exiguo de sus presupuestos, para los gobiernos municipales de la época era muy difícil emprender obras públicas y dar respuesta a las citadas carencias, por lo que se ocuparon de emprendimientos menores, como encausar arroyos, atender las plazas, pavimentar alguna que otra calle.

El liberalismo de los actores, además, apartaba al municipio de cualquier medida que pudiera entenderse como impedimento para la iniciativa particular.

Ya en la tercera década del siglo XX la situación de la comuna asuncena no había variado mucho y continuaban las discusiones sobre la conveniencia de que los miembros del concejo municipal sean electos por los vecinos o que sean nominados por el Poder Ejecutivo.

En 1926, la votación en el parlamento sobre este tema reflejó la distribución de bancas, los colorados por la elección y los liberales por la designación de entre los mejores ciudadanos. Luego de un año de tratamiento, quedó promulgada así la tercera Ley Orgánica Municipal, bajo el gobierno del presidente Eligió Ayala, resultando ganadora la moción de los primeros. En sustitución a la de 1882, producto de los primeros años de gobierno del Gral. Bernardino Caballero.

En esos mismos años veinte, la evolución de la ciudad fue más acelerada que en las décadas anteriores y demandó un mayor protagonismo de los administradores de la capital.

Es en este contexto que Eligió Ayala nominó al Arq. Ing. Miguel Ángel Alfaro para interinar la titularidad de la comuna capitalina. En ese entonces, el nombre oficial del cargo era el de Secretario Ejecutivo.

Alfaro se desempeñó en el cargo desde el 14 de febrero hasta el 30 de setiembre de 1924, en forma interina, para luego ser confirmado por el mismo Ayala el 1 de octubre de ese año. Permaneció al frente de la comuna capitalina hasta el 27 de octubre de 1927.

Durante su gobierno municipal, Alfaro se encontró con que el comercio y los servicios se expandieron en demasía en el centro asunceno, presionando sobre las residencias e incluso expulsándolas.

A medida que las familias ponían distancia entre el bullicio del área céntrica y sus hogares, en el sosiego de barrios más alejados, hacia el este, y pasaron a habitar sobre las actuales calles Eligió Ayala, Mariscal Estigarribia, 25 de Mayo, Cerro Corá, Azara y Herrera, desde Antequera hasta Brasil, a más de las calles Juan de Mena, ex Coronel Bogado y Manuel Gondra. Es decir, en una superficie de veinticinco manzanas aproximadamente.

En respuesta, el intendente Alfaro dispuso la pavimentación de varias de las arterias, como ser: Antequera, Azara, Paraguarí, Sebastián Gaboto, América, Rosa Peña, entre otras. También promovió la expropiación de los terrenos necesarios para el ensanche de algunas de esas calles.

Mientras, la calle Palma se iba tornando cada vez más comercial, con consultorios, hoteles y negocios de toda clase. Si antes hubo residencias, ahora había entidades financieras, como el Banco de la República -ya demolido- en la esquina de Palma con 15 de Agosto; tradición que fue seguida por otros, como el Banco do Brasil, en Palma esquina Montevideo, hoy propiedad de los Recanate.

También algunos edificios estatales funcionaban en la calle Palma, incluso varios de ellos aún lo siguen haciendo en la actualidad.

En dos lugares y en distintas épocas, el Superior Tribunal de Justicia; primero en el local del antiguo Club Nacional -demolido y ocupado hoy por el Banco de la Nación Argentina- y luego, en Palma entre Montevideo y Ayolas, en el local que ocupara la Municipalidad, donde estuvo el gabinete de Alfaro. Anteriormente, la comuna funcionaba en el edificio de tres plantas que ocupa actualmente CAPASA (Cañas Paraguayas Sociedad Anónima), en la esquina de Palma y Garibaldi.

Más tarde, también se ubicaron sobre Palma el Ministerio de Hacienda, en el antiguo Palacio Alegre -en diagonal con el Panteón-, la Dirección de Turismo -anteriormente Almacén Rius y Jorba-, y en la continuación -calle Mcal. Estigarribia-, la Facultad de Derecho, el Museo de Bellas Artes y el Archivo Nacional, aún hoy en el mismo sitio.

Por otra parte, y en ese mismo tiempo, varias familias acomodadas comenzaron a habitar en las que fueran sus casa-quintas de fin de semana, sobre las avenidas Mcal. López y España o en sus cercanías.

Otras familias, por su parte, empezaron a edificar sus viviendas en las inmediaciones de la actual calle Perú y también sobre el primer tramo de Artigas, donde se ubica el Parque Caballero. Con respecto a este espacio verde, el mismo fue habilitado para el uso público durante la intendencia de Alfaro, en enero de 1925, tras donación realizada por los descendientes del Gral. Bernardino Caballero. Para jerarquizar el acceso a este nuevo sitio recreativo, Alfaro diseño y dirigió la construcción del pórtico sobre la calle Estados Unidos, a más de proyectar y dirigir las obras de hermoseamiento en su interior: pérgolas, terrazas, balaustradas y camineros; también es obra suya el tanque de agua.

En 1925, la Junta Municipal promulgó una ordenanza que dispuso la elaboración de un "Plan Regulador de la Ciudad de Asunción". Si bien debemos reconocer que por ese entonces se llamaba así a cualquier estimación de expansión física del ejido urbano, no deja de ser importante la iniciativa de la administración de Alfaro de ocuparse del tema.

Dicho plan fue concebido, tal vez, como respuesta a otro polo de crecimiento de la época: la calle 25 de Mayo hacia el Sur, donde establecieron sus viviendas los inmigrantes árabes, judíos y algunos europeos, comerciantes en su mayoría, quienes valoraron la cercanía del sector con el centro comercial de la calle Palma.

Observamos así que la ciudad iba extendiéndose más y más, y los sucesivos planes reguladores no fueron más que disposiciones que intentaron responder a hechos consumados, con el fin de dotar de algún orden al azaroso crecimiento asunceno.

 

 

 

SUS OBRAS

El proceso de conformación de la ciudad y su hermoseamiento acorde a una capital moderna fue la constante preocupación de Alfaro, promoviendo varios emprendimientos urbanos para tal efecto.

Con ese espíritu, en 1926, diseñó las dos escalinatas y el conjunto urbanístico que las contiene según la tradición formal y constructiva italianas, dando solución -con gran sentido escenográfico- al problema técnico de salvar los desniveles que había en el sitio. El monumento a José de Antequera y Castro, la escultura "La Victoria", es autoría del escultor ítalo- argentino Luis Perlotti.

Pero la ejecución de las obras de "La Escalinata" se hizo esperar un tiempo y culminaron recién en 1928, ya durante la intendencia municipal de Ballario, inaugurándose el 15 de agosto de ese mismo año, día de la asunción al mando del nuevo Presidente, José P. Guggiari.

El encargado de la construcción fue el maestro de obras italiano Carlo Pozzi, dueño de la fábrica de mosaicos del mismo nombre que hasta hoy funciona en su local de la calle Juan de Mena. La dirección técnica de los trabajos la realizó Alfaro, con el asesoramiento del Ing. Carlos de Jérica, quien estuvo al frente del Departamento de Obras del municipio durante su administración. En varias imágenes de la época podemos ver a los tres citados en el sitio de obras.

A más de enriquecer el espacio urbano, las escalinatas permiten realizar recorridos que ofrecen una visión sucesiva de planos horizontales y verticales, incorporando el río a la percepción del ambiente.

Esta condición, lamentablemente, no fue tenida en cuenta a la hora de permitir la construcción de edificaciones de altura a su alrededor, que obstaculizan la visión y restan valor al sitio dado que contradicen la concepción del proyecto.

En el listado de trabajos de Alfaro hemos leído que también realizó otro proyecto de escalinata para la calle Manuel Domínguez, en el tramo Brasil-Rojas Silva, aunque no se pudo obtener referencia sobre su diseño.

Volviendo a los años de Alfaro al frente de la Intendencia de Asunción, debemos mencionar que Eligió Ayala también tenía intenciones de embellecer la capital. Con ese propósito, en 1927, este presidente presentó al Congreso una propuesta de mejoramiento del Puerto, con un diseño de Alfaro que ilustraba cómo se vería la zona costera, en las inmediaciones del Cabildo, Plaza de Armas y Barranco. Este documento podemos calificar como un remoto antecedente del proyecto de la franja costera, a la fecha en ejecución luego de tantos años de espera.

Acompañó también a esta propuesta un estudio preliminar para el traslado de "La Chacarita" al sector de Tacumbu, en unidad urbanística adecuada al lugar y a dicha población. Esta idea se materializaría varios años más tarde, durante la intendencia de Bruno Guggiari, quien ordenó la creación del Barrio Obrero.

También procede de los años al frente de la comuna el proyecto que realizó para el Palacio Municipal, que incluía la renovación urbana del sector de las cuatro manzanas conocidas hoy día como Plaza de los Héroes. La propuesta de Alfaro planteaba unir físicamente a estas plazas y construir este palacio en dos de ellas, conocidas hoy como Libertad y De la

Democracia. Las cuatro plazas darían la perspectiva obligada para el emplazamiento de este tipo de edificio, cuyo acceso principal se planteaba a través de dos grandes escalinatas simétricas.

Proponía también la construcción de un volumen similar al Oratorio de la Virgen de la Asunción para destinarlo como Panteón Nacional de los Héroes.

Alfaro planteó la ubicación del Palacio Municipal a lo largo de la calle Oliva, desde Independencia Nacional hasta Chile, donde la calle Nuestra Señora de la Asunción se constituiría en eje pasante, conectando a dicho palacio con el conjunto de plazas de la bahía.

Se formaría así un eje paisajístico entre los dos conjuntos de espacios abiertos más significativos del área céntrica de Asunción: las cuatro plazas de las calles Palma y Estrella, y las plazas del sector costero, paralelas al eje histórico-cívico (Avda. El Paraguayo Independiente) donde se ubican hasta hoy los edificios más emblemáticos, como la Catedral, el Cabildo, el Correo, entre otros, y a unos metros más, el Palacio de López. Si bien esta propuesta no se materializó existen copias de los planos originales que nos permiten apreciar la monumentalidad con que concibió la idea.

Por su parte, y motivado por el proyecto antes mencionado, el Pte. Eligió Ayala tuvo la iniciativa de expropiar todos los inmuebles, edificados en ese tiempo, que rodeaban al inconcluso edificio del Oratorio de la Virgen de La Asunción. Esta obra de Ravizza, construida por encargo de Francisco Solano López en 1864, fue habilitada recién en 1936, aunque reconvertida en Panteón de los Héroes por orden del entonces Presidente, el coronel Rafael Franco.

También en sus años de intendente de la ciudad, Alfaro elaboró un anteproyecto de modificación y ampliación del Teatro Municipal, a pedido del Consejo Directivo del mismo.

En cuanto a las obras de infraestructura realizadas por la administración de Alfaro, podemos mencionar a las siguientes:

• Proyecto y dirección de obra de entubamiento -con estructura de ladrillo- del manantial Ykua Pacova y pavimentación de la calle Estados Unidos desde Sebastián Gaboto (hoy calle Manuel Gondra) hasta el acceso al Parque Caballero, previa expropiación de los terrenos necesarios para el ensanche de esta arteria.

Colocación de entarugado en la calle Palma, para soporte de los adoquines de madera que pavimentaban el sector comprendido entre Alberdi y 14 de Mayo. Este tramo -que se conocía popularmente con el nombre de Petit Boulevard- fue escenario de muchas de las anécdotas asuncenas de antaño... incluso hubo una puesta teatral, años atrás, a cargo de José Luis Ardissone titulada Desde el Lido Bar al Petit Boulevard, donde se recrearon varias escenas relacionadas al que fuera uno de los lugares más tradicionales y cita obligada de paseo de la ciudad.

• Proyecto y dirección de obra de nuevo puente, previa demolición del existente, en la calle Oliva casi Colón.

• Proyecto y dirección de obra de varios puentes de hormigón armado sobre las calles José P. Montero, Colón y Avda. Artigas.

• Ejecución de obras de saneamiento en la Plaza Constitución, con entubamiento y desagüe de profundos depósitos de aguas cloacales.

• Expropiación de terrenos para el ensanche de las calles Colón, Ayolas y prolongación de Cerro Cora.

• Construcciones de muros de contención en las calles Caballero, Paraguarí, prolongación de Antequera y Tacuarí, zona de grandes barrancos, donde se implantaría luego el conjunto de escalinatas.

• Regularización de terrenos y calles adyacentes, para asiento del Hospital Militar Central.

• Colocación de veredas en las cuatro aceras de la Plaza Italia.

• Macadanización de los caminos a Dos Bocas y Zavala-cué.

• Mejora de los caminos a Lambaré, Sajonia, Trinidad y Villa Morra.

También durante su administración se firmó la concesión a favor del Ing. Juan Carosio para la explotación de la luz eléctrica y se creó la Policía Municipal.

Según hemos leído en la Guía General del Paraguay de 1926, la sede de la comuna capitalina funcionaba en la calle Palma 370 (hoy local comercial, ya con nomenclatura diferente) y el horario de atención al público era de 7:00 a 12:00 horas.

En la misma guía figura también la nómina de los principales colaboradores de Alfaro. Los mismos fueron los siguientes:

En el Departamento Ejecutivo, los señores: Víctor A. Morínigo, Cristóbal Pires, Ernesto Keim, Arturo Battilana, José A. Espinóla, Teodoro Bazán, Juan E. Vera, Francisco S. López, Emilio Prats Gill y Luis Navoni.

En el Departamento de Obras Públicas, los señores: Ing. Carlos de Jérica, Eulogio Torrens, Ing. Francisco Fernández, Agr. Nicasio R. González, Fructuoso Ginés, Egberto B. Barreta, Agr. Ignacio Bova, Agustín Devenz, Pedro Turelli, Roque Saldívar, Gerardo Rivas, Ulises Verly, Jorge Barzi, Mario de la Fuente y Reinaldo García.

En el Departamento de Hacienda, los señores: Silvio Casartelli, Fernando Uriarte Gondra, Santiago E. Berino, Manuel García Rubio, Federico R. Bogado, Ernesto Toledo, Roque Centurión Miranda, entre otros.

En el Departamento de Servicios Generales, los señores: Benjamín Aceval, Carlos F. Muñoz, Julio Basili, por citar a algunos.

En el Departamento de Salubridad: el Dr. Pedro Bruno Guggiari, el Ing. Gustavo Crovato, Alfredo Perito, Vicente R. Caló, Manlio Sallustro, Antonio Preda Emilio Volpe, Dr. Carlos Egen, Julio C. Franco, Ricardo Brugada Montero, Alfonso Oddone, Manuel Uriarte, Marcos Murillo y Antonio Soljancic.

Finalmente, en la Asesoría estuvieron los señores Dr. Tomás Ayala y Francisco Gorostiaga.

Podemos concluir este apartado referente al rol de Alfaro al frente de la comuna asuncena destacando que a pesar de los difíciles momentos por lo que atravesaba la municipalidad como institución, en medio de avatares políticos y exiguos presupuestos, su administración nos dejó un legado digno de ser tenido cuenta.

Legado no solo en lo relacionado al hermoseamiento de la capital del país, sino también con respecto al planteamiento que realizó para dar respuesta al gran crecimiento experimentado por el ejido urbano asunceno en ese entonces.

Vemos así que Alfaro promovió una propuesta de plan regulador y, en 1925, la Junta Municipal promulgó una ordenanza que dispuso su elaboración.

Si bien debemos reconocer que por aquella época se llamaba así a cualquier estimación de expansión física de la ciudad, es de suma importancia la iniciativa de ocuparse del tema y tratar de dotar de algún orden al azaroso crecimiento de la capital paraguaya.

Por otra parte y como lo destacamos en su biografía, Alfaro ha sido hasta la fecha el único arquitecto que ocupó el cargo de Intendente de Asunción. Punto éste que bien vale una reflexión, por cierto.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 



BIBLIOGRAFÍA

Boh, Luis A. y Granada, Annie. Apuntes sobre la Evolución Histórica y Tipológica de la Vivienda Popular Urbana en el Paraguay. Investigación de SAEP. Publicado por el Banco Paraguayo de Datos. Asunción, 1984.

Causarano, Mabel y Chase, Beatriz. Asunción. 450 Años. Análisis Histórico Ambiental de su Imagen Urbana. Álbum Gráfico. Editorial El Lector. Asunción, 1987.

Coronel, Rubén Darío y Bello, Alberto. Reseña sobre las obras del Arq. Miguel Ángel Alfaro. Monografía, Cátedra Historia VI, Facultad de Arquitectura UNA. 1990.

Chaves, Manuel W. Guía General del Paraguay. Editorial La Colmena S.A. Asunción. 1926.

Gutiérrez, Ramón. Evolución Urbanística y Arquitectónica del Paraguay, 1537-1911(2a edición). Dpto. de Historia de la Arquitectura, Universidad Nacional del Nordeste. 1978.

Laterza Rivarola, Gustavo. Historia del Municipio de Asunción. Desde sus comienzos hasta nuestros días. GG Servicios Gráficos. Asunción. 1995.

Municipalidad de Asunción. Historia Edilicia de la Ciudad de Asunción IV. Dpto. de Cultura y Arte. Editorial Artes Gráficas Zamphiropolos. 1967.

Municipalidad de Asunción y Sociedad Estatal Quinto Centenario de España. Plan de Revitalización del Centro Histórico de Asunción, Tomo III- Evolución Histórico Ambiental. Asunción. 1990.

Torres Medina, Fernando y Gómez, Luis A. Arquitecto Miguel Ángel Alfaro. Único arquitecto que ocupó el cargo de Intendente de Asunción. Monografía, Cátedra Historia VI, Facultad de Arquitectura UNA. 2003.

Verón, Luis. Pequeña Enciclopedia de Historias Minúsculas del Paraguay, Tomo I. RP Ediciones. Asunción. 1993.

Verón, Luis. Intendentes de Asunción (El vigésimo cuarto). ABC Revista: domingo 15 de febrero de 2004.

Información oral y archivo particular del Arq. Eduardo Alfaro.





ARTÍCULOS PUBLICADOS EN EL DIARIO ABC COLOR SOBRE EL LIBRO


BIOGRAFÍA DE ALFARO, HOY EN LA COLECCIÓN

Como parte de la colección de libros “Gente que hizo historia”, hoy se publica la biografía del arquitecto e ingeniero Miguel Ángel Alfaro, escrita por María Gloria González Cáceres.


Detalle de un proyecto de vivienda realizado por el arquitecto Miguel Ángel Alfaro./ ABC Color

 

Alfaro fue intendente municipal de Asunción desde el 14 de febrero de 1924 hasta el 27 de octubre de 1927.

Las obras de Alfaro en su época de intendente, en plena transformación asuncena, están descritas en el libro.

En los años veinte del siglo pasado, la evolución de la ciudad fue más acelerada que en las décadas anteriores y demandó un mayor protagonismo de los administradores de la capital. Durante su gobierno municipal, Alfaro se encontró con que el comercio y los servicios se expandieron en demasía en el microcentro asunceno, presionando sobre las residencias e incluso expulsándolas.

El intendente Alfaro dispuso la pavimentación de varias arterias: Antequera, Azara, Paraguarí, Sebastián Gaboto, América, Rosa Peña, entre otras. También promovió la expropiación de los terrenos necesarios para el ensanche de algunas de esas calles.

Mientras, la calle Palma se iba tornando cada vez más comercial, con consultorios, hoteles y negocios de toda clase. Si antes hubo residencias, a partir de entonces hubo entidades financieras y edificios estatales.

Publicado en fecha: 28 de Julio de 2013

Fuente en Internet: ABC COPLOR DIGITAL/ PARAGUAY



LA BIOGRAFÍA DE UN ARQUITECTO QUE CAMBIÓ ASUNCIÓN

“Miguel Ángel Alfaro” es el título del libro biográfico que aparecerá el domingo con el ejemplar de nuestro diario, en el marco de la Colección Gente que hizo Historia. El texto contiene la vida y la obra del arquitecto asunceno, vistas por una autora compatriota, María Gloria González Cáceres, quien habla de su libro.

–¿Quién fue Miguel Ángel Alfaro?

–Fue uno de los primeros arquitectos paraguayos diplomados del siglo XX, en un ámbito en el que el predominio del quehacer edilicio estaba dado por constructores europeos, mayormente italianos, que habían llegado integrando el contingente migratorio de fines del 1800 y principios del 1900.

–¿Qué destacó a Alfaro?

–Privilegiado por la excelente formación académica la obra profesional de Alfaro se destacó por su calidad. Fue uno de los fundadores de la Facultad de Arquitectura de la UNA (1957) y único arquitecto –hasta hoy– que ejerció el cargo de intendente municipal de Asunción.

–¿Dónde se formó como ingeniero y arquitecto?

–Alfaro cursó y culminó la carrera de Ingeniería Civil en Roma, Italia. Luego, en Nápoles, estudió Arquitectura, su verdadera vocación. Se destacó como el mejor alumno de su promoción.

–¿En qué año regresó al Paraguay y cuáles fueron sus primeras actividades?

–Volvió al país para establecerse en el año 1919 y, al poco tiempo, inició aquí su ejercicio profesional, tanto en el ámbito privado como público. En este último, resalta su labor al frente de la Comuna capitalina entre los años 1924 y 1927.

–A su criterio ¿cuál fue la principal obra de Alfaro como intendente municipal?

–Sus obras apuntaron a embellecer la ciudad con una visión global, dando especial atención al mejoramiento de los espacios públicos, por lo que es reconocido como uno de los jefes comunales que más hizo en el aspecto edilicio y urbano de la ciudad capital.

–¿Puede citar algunas obras?

Una es el conjunto de escalinatas de Antequera y Manuel Domínguez, que representa un hito urbano que estuvo varias veces a punto de ser destruido, por especulación inmobiliaria o la incomprensión de varios ediles con el pretexto de solucionar los problemas actuales del tránsito.

Publicado en fecha: 26 de Julio de 2013

Fuente en Internet: ABC COPLOR DIGITAL/ PARAGUAY



ALFARO, UN ARQUITECTO QUE HIZO HISTORIA EN ASUNCIÓN

El arquitecto e ingeniero Miguel Ángel Alfaro fue un profesional que prestó grandes servicios a nuestro país, especialmente a Asunción, cuya Intendencia Municipal administró en los años 20 del siglo pasado. A él, justamente, está dedicado el duodécimo título de la Colección Gente que Hizo Historia, que aparecerá el domingo próximo con el ejemplar de nuestro diario.


La emblemática Escalinata de Antequera, obra de Alfaro y uno de los reconocidos íconos de Asunción,

aunque muy maltratada por los últimos intendentes municipales./ ABC Color

 

La biografía de Alfaro fue escrita por la arquitecta María Gloria González Cáceres para esta serie bibliográfica de ABC Color y El Lector.

Miguel Ángel Alfaro nació en Asunción el 11 de julio de 1888. Sus padres fueron el coronel Miguel Ángel Alfaro Guanes, héroe de la Guerra de la Triple Alianza, y Carolina Decoud.

Luego de graduarse de Bachiller en Ciencias y Letras en el Colegio Nacional de la Capital, a comienzos del siglo XX, el joven Alfaro se trasladó a Italia para iniciar su formación universitaria, primero en Roma y luego en Nápoles.

En la capital italiana cursó y culminó la carrera de Ingeniería Civil. Luego, en Nápoles, estudió arquitectura, su verdadera vocación, destacándose como el mejor alumno. Recibió la medalla de oro, y este reconocimiento le significó una beca institucional que consistió en un viaje de estudios por las principales ciudades de Europa. Durante esta travesía tuvo oportunidad de conocer y realizar dibujos a mano alzada de los principales monumentos del pasado.

Antes de retornar al Paraguay, ejerció su profesión en Italia, participando en los proyectos de bloques de viviendas colectivas del Instituto de Casas Populares de Roma, actividad a la que accedió como ganador de un concurso de arquitectura.

En 1919, ya casado con María Langinolo, italiana, volvió al país para establecerse y, desde 1920 ejerció profesionalmente. Fue uno de los primeros arquitectos paraguayos diplomados de su época, en un ámbito donde el predominio estaba dado por los constructores europeos, mayormente italianos, quienes habían llegado al país integrando el contingente migratorio de fines del siglo XIX y principios del XX. Privilegiado por una excelente formación académica, la obra profesional de Alfaro se destacó de inmediato por su calidad.

El Dr. Eligio Ayala, quien ocupó la Presidencia de la República en dos ocasiones –abril de 1923 a junio de 1924 y de agosto de 1924 a agosto 1928–, nominó a Alfaro para interinar la titularidad de la administración municipal asuncena, desde el 14 de febrero de 1924 hasta el 30 de setiembre de ese mismo año.

Luego, el mismo Ayala lo confirmó en el puesto, a partir del 1 de octubre de 1924.

Publicado en fecha: 25 de Julio de 2013

Fuente en Internet: ABC COPLOR DIGITAL/ PARAGUAY


 

MIGUEL ÁNGEL ALFARO FUE UN INTENDENTE NOTABLE

La Colección Gente que hizo Historia lanzará su libro número doce: “Miguel Ángel Alfaro”, escrito por la arquitecta María Gloria González Cáceres. El mismo aparecerá el domingo próximo y narra la vida y la obra de este arquitecto, uno de los mejores intendentes de Asunción.

El arquitecto e ingeniero Miguel Ángel Alfaro Decoud (1888 – 1969) fue uno de los ejecutivos comunales que más hizo en el aspecto edilicio y urbano de la ciudad capital. Su gestión fue muy dinámica y como bien subraya la autora del libro, él trabajó incansablemente para dar forma a la estructura de capitalidad de Asunción. Ese trabajo abarcó diversos aspectos, desde entubamientos y pavimentación de calles hasta el diseño de un puerto nuevo con el fin de modernizar la ciudad.

Alfaro nació en Asunción el 11 de junio de 1888. Era hijo del coronel Miguel Ángel Alfaro, héroe de la Guerra de la Triple Alianza, y Carolina Decoud. Recibido de bachiller en el Colegio Nacional de la Capital, realizó sus estudios universitarios en Italia, donde obtuvo los títulos respectivos de ingeniero en la Universidad de Roma y de arquitecto en la de Nápoles.

A su regreso, ayudó a fundar la Facultad de Arquitectura, institución donde ejerció la docencia. Eligio Ayala lo nombró intendente municipal, cargo que ejerció entre el 14 de febrero de 1924 y el 29 de octubre de 1927, en que fue cesado de sus funciones por disposición del ministro del Interior Belisario Rivarola.

Durante su administración, se realizó la pavimentación pétrea de numerosas arterias, el hermoseamiento de plazas, la construcción de puentes sobre varios cursos de agua, la apertura de nuevas calles. Una de sus obras más emblemáticas es la Escalinata de las calles Antequera y Manuel Domínguez y la construcción del monumento a los Comuneros, coronada con una estatua del escultor argentino de origen italiano Luis Perlotti. Como profesional, realizó numerosos proyectos arquitectónicos y artísticos, como el altar de la Virgen de la Asunción, la basílica de Caacupé y el sanatorio Juan Max Böettner. Fue uno de los fundadores del Centro Paraguayo de Ingenieros.

Publicado en fecha: 23 de Julio de 2013

Fuente en Internet: ABC COPLOR DIGITAL/ PARAGUAY




 

 

 CASA SALOMON -  ARQUITECTO MIGUEL ANGEL ALFARO

Arquitecto: Miguel Ángel Alfaro

Obra: Casa Salomón

Año de Edificación: 1939

Ubicación: Cerro Cora y Caballero


Descripción: Este imponente edificio ubicado en la transitada calle Cerro Cora y la no menos Caballero, es una de las mayores viviendas proyectadas por el Arquitecto  Miguel Ángel Alfaro.

El estado del edificio después de 74 años es realmente muy bueno, podemos decir que si ha sufrido modificaciones ellas deben ser mínimas.

El estilo es más bien ecléctico de principios del siglo XX, si bien su sencillez no esconde los lineamientos neo clásicos muy bien manejados por el Arq. Alfaro cuya formación universitaria recordamos fue en Italia específicamente en Roma y Nápoles.

 

 

 

El estilo de Alfaro dista mucho del neoclásico de finales del siglo XIX que se dio en nuestro país cuyas características se seguían más al pie de la letra como en las obras de   Alejandro Ravissa.

La vivienda llama la atención, especialmente por su ubicación en la esquina citada más arriba donde el arquitecto deja de lado la tradicional planta ochava que se da sin discusión a fines del S.XIX, tal como decíamos, y aquí opta por un genial diseño curvado.

El proyecto posee entonces tres cuerpos bien diferenciados, la esquina y las dos alas por así decirlo, uno sobre Cerro Cora y el otro sobre Caballero. Como realiza la unión de estos bloques?  pues con un balcón en la planta alta que realza su fachada.

El ala sobre la calle Cerro Cora es de corte comercial, ya que la vivienda contemplaba dicho programa. En planta baja se observa grandes vanos de acceso a dichos salones y en la planta alta una serie de arcos de medio punto, códigos de un lenguaje arquitectónico propios de Alfaro que  vemos en varias de sus obras, una de ellas a paso sobre Cerro Cora bajando hacia la Calle México- Casa Tuma –

Este tratamiento de la planta alta vuelve a repetir sobre la calle Caballero, así que si desdoblamos del proyecto vemos su unidad y composición casi simétrica. Es evidente que sobre Caballero ubica los programas de la vivienda, quizás más alejada de ruido de Cerro Cora. No Obstante la definición del Acceso con un imponente cuerpo que le da la palomera hace de ella una obra monumental aun para esta época.

Ahora bien el tratamiento que el arquitecto plantea al edificio y que lo hace único es la esquina. En el año 1926 en la conocida esquina de Oliva y ¡4 de Mayo, en el edificio Farmacia el Ciervo , la planta es en ochava recta, Aquí después de 13 años el diseño es una ochava curva.

En el muro de planta baja abre un gran acceso en la esquina, en la segunda planta utiliza todos sus códigos, las aberturas rectangulares, las pilastras, la delgada cornisa y el pretil que es su gran remate en  dicha esquina y hacen la veces de un entablamento. 

Otros detalles de esta gran obra del Arq. Miguel Ángel Alfaro son el acceso sobre la calle Caballero, el acceso secundario sobre Cerro Cora, La palomera que da hace más de 70 años  una vista impresionante de la ciudad. Su color crudo es realmente impecable después de tantos años quizás una limpieza lo dejaría como nuevo, pero nunca una pintura. Como se ha hecho con otras obras de semejante características.

Arq. Julio R. Elizeche. F.

Fotos: Arq. Julio R. Elizeche.  Ver en panoramio.com 

Fuente en Internet: http://juliorubeneli.blogspot.com/

 

 

 

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