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REPÚBLICA DEL PARAGUAY
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EL CENTINELA 1867 - Periódico Paraguayo
El Marqués de Caxías, el emperador don Pedro II y el almirante Botafogo, convertidos en insectos.
ALBUM GRÁFICO DE LA REPÚBLICA DEL PARAGUAY - Asesor técnico y Literario: Dr. GUILLERMO CABANELLAS
BOSQUEJO DE LA DOCTRINA DE LA ASOCIACIÓN NACIONAL REPÚBLICANA, 1959 - Por BACON DUARTE PRADO
VOLUMEN 9 NÚMERO 1 AÑO 2011 - REVISTA de la FACULTAD de CIENCIAS QUÍMICAS
TIEMPO DE NAVIDAD - 29 DE DICIEMBRE AL 7 DE ENERO - LECTURAS EN IDIOMA GUARANÍ - JESUITAS DEL PARAGUAY
HIMNOS Y CANTOS DE LA PATRIA - VOLUMEN 1
CURUGUATY, LA IMPUNIDAD EN PARAGUAY - Por CLYDE SOTO y ROCCO CARBONE
RURAL - 10 de Febrero de 2010 - ABC COLOR
 
Historia Política


Presidencia del General de Ejército Alfredo Stroessner (15 de agosto de 1954 al 3 de febrero de 1989)
(08/06/2010)

DATOS BIOGRÁFICOS DE ALFREDO STROESSNER MATIAUDA

Por JOSÉ ARCE FARIÑA


Alfredo Stroessner, nacido en 1912, oriundo de Encarnación, hijo de Hugo Stroessner y Heriberta Matiauda de Stroessner, se incorporó al ejército como cadete efectivo de la Escuela Militar, el 1 de marzo de 1929.

Promociones:

A Teniente 2° de Artillería: el 1 de octubre de 1932, por Decreto Nº 45.057.

A Teniente 1º de Artillería: el 31 de marzo de 1934, por Decreto N° 51.632.

Antigüedad: el 12 de marzo de 1934.

A Capitán de Artillería: el 18 de julio de 1936, por Decreto Nº 3.016.

A Mayor de Artillería: el 11 de diciembre de 1940, por Decreto Nº 4.131.

A Tte. Coronel DEM: el 31 de diciembre de 1945, por Decreto NQ 11.422.

A Coronel DEM: el 1 de marzo de 1948, por Decreto Nº 25.231.

A Gral. De Brigada: el 15 de agosto de 1949, por Decreto Nº 6.577.

A Gral. De División: el 15 de agosto de 1951, por Decreto Nº 6.157.

A Gral. De Ejército: en el año 1956, por Ley de la Nación Nº 358.

Proyecto de mariscalato: Propuesta originada en el Parlamento y rechazada por el propio Alfredo Stroessner.

Foja de Servicios:

Setiembre de 1932: Se le nombra comandante del Pelotón del R. I. 6 "Boquerón".

Julio de 1935: Por Orden General Nº 474, se le destina al R. A. 1 "Gral. Bruguez".

Marzo de 1940: Por Decreto Nº 344, se le envía por misión de estudios a la República Federativa del Brasil.

Agosto de 1943: Por Orden General Nº 144, pasa a disposición del Comando en Jefe de las FF.AA. de la Nación.

Noviembre de 1945: Por Decreto N° 10927, se le nombra comandante interino del R. A. 1 "Gral. Bruguez".

Marzo de 1949: Por Decreto Nº 2619, se le nombra comandante del R. A. 1 "Gral. Bruguez".

Abril de 1951: Por Decreto Nº 4096, se le nombra comandante interino de la I Región Militar, sin perjuicio de sus funciones.

Mayo de 1951: Por Decreto Nº 4781, se le nombra comandante en Jefe Interino de las FF.AA. de la Nación, sin perjuicio de sus funciones y mientras dure la ausencia del titular.

Octubre de 1951: Por Decreto Nº 7361, se le nombra comandante en Jefe de las FF.AA. de la Nación.

Marzo de 1954: Por Orden General Nº 11, asume el mando directo de la Primera División de Caballería "General Bernardino Caballero", mientras dure la ausencia del comandante interino.

Mayo de 1954: Por Orden General Nº 27, se hace cargo del Comando de la I División de Caballería "Gral. Bernardino Caballero".

Desempeño en la Guerra del Chaco:

Actuó como comandante de Pelotón en Boquerón y Tte. Arias. Comandante de Sección 7, 5 en Campo Jordán, camino Francia- Centeno, Campo Aceval, Falcón, Favorito, Charcas, Campo Jurado. Como comandante de Grupo de Morteros SB en Camino Lóbrego, km 65, 75 y 76. Como oficial de Tiro en Camino "D. Mr. Long", El Carmen, Oruro, Camino Ybybobo, Pothez 15, Carreras Saguier, Agua Blanca y batalla de Villa Montes. Es recordada la anécdota en la que Alfredo Stroessner abandona el mortero en un momento de la batalla de Boquerón, dejándolo sin el percutor e inservible para el enemigo, motivo por el cual fue absuelto por sus superiores.

Honores militares:

Enero de 1936: Por Decreto Nº 61418, se le confiere la condecoración al Valor Militar "Cruz del Chaco".

Noviembre de 1945: Por Orden General Nº 104, se le confiere la Insignia de Oficial del Estado Mayor.

Junio de 1948: Por Orden General Nº 38, se le confiere la insignia de Observador Aéreo Militar.

Setiembre de 1949: Por Decreto Nº 7391, se le confiere la "Medalla Conmemorativa de la Victoria de Boquerón", en la categoría "Medalla de Bronce".

Diciembre de 1953: Por Decreto Nº 2265, se le autoriza a usar la condecoración "Orden del Mérito Militar", en el grado de "Gran Cruz", conferido por el Gobierno argentino. Asimismo, recibió la "Orden del Mérito Militar", en el grado de "Comendador", otorgado por el Gobierno del Brasil.

Fuente: LAS FUERZAS ARMADAS Y EL STRONISMO. Por JOSÉ ARCE FARIÑA. Colección 60 AÑOS DEL STRONISMO N° 12. Editorial EL LECTOR. Directores de la Colección: HERIB CABALLERO CAMPOS / IGNACIO TELESCA. Corrección: MILCIADES GAMARRA. Asunción – Paraguay. Julio, 2014 (96 páginas)



CRONOLOGÍA BÁSICA PRESIDENCIA DEL

GENERAL DE EJÉRCITO ALFREDO STROESSNER (1954-1989)

ALGUNOS SUCESOS CLAVES


1954: El general Alfredo Stroessner realiza un golpe de estado derrocando al Presidente Federico Chaves, de reconocida honestidad y trayectoria, electo en comicios para el período 1953-1958. Tenía un programa, impulsado por el sector democrático, de normalización de la vida política y amnistía progresiva, que permitió el retorno de cientos de exiliados.

Stroessner cuenta con el apoyo de un sector colorado frente a la resistencia de la mayoría de los dirigentes de la Junta de Gobierno de la ANR, pero finalmente ceden.

1956: Huelga de los estudiantes de la Facultad de Medicina que se oponen a la intervención de dicha casa de estudios. Severa represión policial.

1956: Creación de la Dirección de Asuntos Técnicos del Ministerio del Interior para represión de opositores políticos, con cooperación norteamericana. La Dirección está a cargo de Antonio Campos Alum y como asesor el agente norteamericano Robert K.Thierry.

1958: Huelga obrera en demanda de aumento salarial presentada por la CPT.

Brutal represión y exilio de los principales dirigentes sindicales.

1959: Manifestación en la Plaza Italia de estudiantes secundarios del Colegio Nacional de la Capital y Escuelas de Comercio No. 1 y No. 2 en protesta contra el aumento de pasaje. Dura represión policial y confinamiento de sus dirigentes. La Cámara de Representantes pide al Pte. Stroessner el procesamiento del Jefe de investigaciones. El Presidente disuelve el Congreso.

1959: Inicio de una severa purga al interior del Partido Colorado resultando exiliados numerosos dirigentes del sector democrático encabezados por don José Zacarías Arza quienes exigían el levantamiento del estado de sitio, convocatoria para una Asamblea Constituyente y elecciones generales. Se conforma en el exilio el Movimiento Popular Colorado, MOPOCO.

1960-61: incursión de los movimientos guerrilleros 14 de Mayo, apoyado por dirigentes del Partido Liberal y del Partido Revolucionario Febrerista.

Y del Frente Unido de Liberación Nacional, FULNA, apoyado por el Partido Comunista.

El régimen da asilo al criminal de guerra nazi Josef Mengele.

1967: Instalación de la Asamblea Constituyente para elaborar una nueva Carta Magna que sustituya a la de 1940 de corte fascista. Participan representantes del Partido Colorado, Partido Liberal, Partido Liberal Radical y Partido Revolucionario Febrerista.

1969: Manifestaciones estudiantiles callejeras en protesta por la visita de Nelson Rockefeller, representante del Pte. Richard Nixon. Violentas represiones y numerosas detenciones. Atraco a la Facultad de Ingeniería por la Policía y grupos parapoliciales.

Clausura del semanario 'Comunidad', vocero de los obispos paraguayos, por su línea crítica

1971: El nuevo Arzobispo de Asunción, Mons. Ismael Rolón, anuncia su retiro del Consejo de Estado, generándose una crisis en la relación Iglesia-Estado.

El régimen da refugio a Joseph Ricord, jefe de la organización internacional más poderosa en el tráfico de drogas.

1972: Fallecimiento en Bs. As. del músico José Asunción Flores, creador de la Guarania. El régimen impide el traslado de sus restos al país.

1974: Clausura del semanario "Frente", órgano de los centros y movimientos universitarios independientes por su campaña de oposición al tratado de Itaipú.

1975: Severa represión a dirigentes y militantes del Partido Comunista, cuyos principales dirigentes, Miguel Ángel Soler, Derlis Villagra y Rubén González Acosta, permanecen desaparecido

1975: Paraguay es partícipe en Santiago de Chile de la reunión constitutiva del Plan Cóndor, un pacto secreto entre los Servicio de seguridad de los países del Cono Sur para el seguimiento detención de opositores políticos.

Atraco a la Colonia Jejui, experiencia cooperativa de miembros de las Ligas Agrarias, detención y tortura de sus más de 100 miembros.

1976: Masiva represión contra integrantes de la Organización Política Militar, OPM, siendo asesinados Juan Carlos da Costa y Mario Schaerer Prono.

Cientos de dirigentes de las Ligas Agrarias son detenidos y torturados. Es lo que se denominó ‘la Pascua Dolorosa'.

1976: Debido a la presión internacional el régimen decide establecer el Campo de Concentración de Emboscada reuniendo allí a todos los detenidos políticos dispersos en Comisarías, contabilizándose unos 400 aproximadamente, entre hombres, mujeres y niños.

1977: Operativo represivo para la detención de una veintena de dirigentes del Movimiento Independiente liderado por Juan Félix Bogado Gondra, quienes impulsan una campaña contra la modificación del ciclaje de la energía eléctrica, solicitado por el régimen militar brasileño. Los procesados por la Ley 209, José Nicolás Morínigo, Jorge Canese, Antonio Valenzuela C. Pecci, Eduardo Arce, Adolfo Ferreiro, son remitidos al Penal de Emboscada. Varios otros logran exiliarse.

Clausura de la revista de Cultura "Criterio".

1977: El régimen convoca una Asamblea Constituyente para modificar el articulado que limita la reelección presidencial. Se establece la reelección indefinida. El Partido Colorado es el único que se presta a ésta acción.

1979: Clausura por un mes de los diarios Última Hora y La Tribuna, acusados de desinformar al público.

El régimen da asilo al exdictador nicaragüense Anastasio Somoza.

1980: Masacre de Caaguazú. Campesinos que se dirigían a Asunción desde Acaraymi son interceptados y detenidos, siendo 10 de ellos degollados.

Asesinato de Anastasio Somoza en las calles de Asunción por un comando guerrillero.

1982: Expulsión del escritor Augusto Roa Bastos, quien visitaba el país por pocos días. El cargo: "transmitir a la juventud consignas bolcheviques".

1983: Debido a la presión del gobierno del Dr. Rául Alfonsín el régimen accede al retorno de los dirigentes del MOPOCO, quienes pueden residir en Asunción bajo estrecha vigilancia policial.

1985: Movilizaciones de enfermeras y Médicos del Hospital de Clínicas por reclamos salariales. Cerco del hospital por fuerzas policiales y atraco del mismo por grupos parapoliciales liderados por Ramón Aquino.

1984: Clausura del diario ABC Color por albergar opiniones de dirigentes del MOPOCO.

1986: Realización de la primera marcha obrera en cinco décadas, liderada por el Movimiento Intersindical Independiente, MIT, que es brutalmente reprimida sobre la avenida Colón, frente al Cristo Rey.

1987: Realización de las Jornadas por la Democracia en Paraguay en Madrid, presididas por el Vicepresidente español Alfonso Guerra y el escritor Augusto Roa Bastos, que reúne a más de 60 referentes del exilio interno y externo del Paraguay que analiza una salida pacífica.

Marcha del Silencio, convocada por los obispos católicos. Clausura de Radio Ñandutí.

1988: Visita del Papa Juan Pablo II en el marco de una crisis entre la Iglesia Católica y el régimen. Multitudinarios encuentros con el Pontífice, entre ellos el de los Constructores de la Sociedad donde se aboga por la democratización del país.

1988: Marcha por la Vida, multitudinario mitin en el centro de Asunción exigiendo la democratización del país. Detenciones masivas.

1989: Derrocamiento del régimen de Alfredo Stroessner por un movimiento cívico-militar encabezado por el Gral. Andrés Rodríguez y líderes del Movimiento Tradicionalista Colorado.

Convocatoria a elecciones generales, reapertura de los medios clausurados, retorno de miles de exiliados. Libertad amplia de reunión, de organización y de manifestación de partidos políticos y organizaciones ciudadanas. Termina el boicot internacional contra el Paraguay.

Fuente: 22 TESTIMONIOS DE LUCHA POR LA LIBERTAD. © ANTONIO V. PECCI. 2013 © De ésta edición:Editorial Servilibro. Dirección editorial: Vidalia Sánchez. Diseño de tapa y de interior: Propuestas. Corrección de textos: María del Carmen Medina. Fotografías: Archivo Diario Última Hora. Impreso en Paraguay. 2013.





CRONOLOGÍA POLÍTICA DEL STRONISMO


1954 - V. El Cmdte. del Ejército Alfredo Stroessner derroca en un Golpe de Estado al presidente Federico Chavés, sube temporariamente el Arq. Tomas Romero Pereira.

VII: Tras unas elecciones a candidato único, Stroessner se declara ganador de los comicios para completar el período constitucional de Chavés con más del 98% de votos.

1955 - III. Ataque militar a la localidad de Fram, en el Dpto. de Itapúa, cuyos colonos de origen ruso fueron acusa­dos de comunistas.

X. La Cámara de Representantes vota la Ley N°. 294 "De Defensa de la Democracia".

XII. Cae el principal líder civil del coloradismo, Epifa­nio Méndez Fleitas. Meses después, son reprimidos y exiliados sus partidarios, colorados "epifanistas".

1956 - V. Son nombrados Édgar L. Ynsfrán como ministro del Interior y Ramón Duarte Vera, como jefe de la Policía.

VI. El Gobierno paraguayo adopta un plan de estabili­zación del Fondo Monetario Internacional (FMI).

VI. Stroessner se reúne con Dwight D. Eisenhower, presidente de los EE.UU., en Panamá. Empieza a en­viarse jefes y oficiales del Ejército paraguayo a entrenarse en USARCARIB (Panamá) en tareas de contra­insurgencia.

XI. Es reprimida otra conspiración de liberales y mili­tares institucionalistas.

1957V. Fracasa otro complot liberal, de exiliados en la Ar­gentina.

Se crea la dirección de Asuntos Técnicos de la Policía ('1a Técnica"), para lucha anticomunista, con asesoría norteamericana.

1958 - I. Represión a líderes del Partido Comunista Paragua­yo (PCP). Alfredo Alcorta, Julio Rojas y Antonio Mai­dana quedan en prisión casi dos décadas, hasta 1977.

II. Stroessner es reelecto por 1°- vez, en otros comicios a candidato único, con el 97% de votos.

II. Fuerzas militares frustran una incursión armada de liberales, en Angostura.

IV. Intento de toma de Coronel Bogado, también re­primido.

VIII: Huelga General, represión de líderes obreros e intervención de la Confederación Paraguaya de Tra­bajadores (CPT).

X. Se aborta nueva incursión armada liberal desde Puerto Bouvier.

1959 - I. Revolución cubana: huye el dictador Fulgencio Ba­tista, derrotado por fuerzas guerrilleras al mando de Fidel Castro y Ernesto "Che" Guevara.

V. Represión a manifestación estudiantil contra suba de pasaje.

VI. Tras la protesta de diputados colorados por la re­presión a estudiantes, Stroessner disuelve la Cámara de Representantes y envía al exilio a los colorados disidentes (formarán en el exterior el MOPOCO y la ANRER).

XII. Intento inicial del M-14 V, la guerrilla liberal y fe­brerista, desde la Argentina. Fracasa la "primera ola" guerrillera sin incursionar profundamente en territo­rio paraguayo.

Breve conflicto diplomático con el Gobierno argenti­no.

1960 - IV. Las columnas Libertad y Resistencia del M-14 V de Mayo cruzan el río Paraná a Paraguay por segunda vez.

VI. La columna Ytororó del Frente Unido de Libera­ción Nacional (FULNA) ingresa al país desde la Ar­gentina.

VII. Juan José Rotela, Cmdte. de la columna Libertad del M-14, es ejecutado en Estancia Tapytá, PC del Gral Patricio Colmán, por fuerzas militares.

VIII. Es ultimado por tropas militares el Tte. Adolfo Ávalos Carísimo, Cmdte. de la columna Ytororó. En total, la fuerzas contrainsurgentes matan a más de 130 combatientes de ambas columnas, en tortura o fusi­lando prisioneros.

El Cnel. Marcial Alborno y el Gral. Hipólito Viveros viajan a USARCARIB, Panamá, a dar informes de su actuación contrainsurgente.

XII. Paraguay rompe relaciones diplomáticas con Cuba.

1961 - V. Se reprime una manifestación estudiantil.

VI. Segunda represión de líderes del PCP.

IX: Es depuesto el jefe del Dpto. de Investigaciones de la Policía Erasmo Candia, tras el asesinato de un agen­te antinarcóticos de los EE.UU. en Asunción.

1962 - VI. Primeras tratativas de Stroessner para sumar la oposición al sistema electoral. El liberalismo se escin­de en un Partido Liberal (PL) y un Partido Liberal Ra­dical (PLR).

XII. Se detiene al Cap. Napoleón Ortigoza, a Escolásti­co Ovando y otros, acusados de un complot. Ortigoza quedará 25 años en prisión.

1963 - I. Represión por el caso "bomba" en el Ministerio del Interior y en el arroyo Itay.

III. En elecciones en que ya participa el PL, Stroessner gana con el 90% de los votos.

VI. Es muerto Wilfrido Álvarez, de la columna Mcal. López del FULNA.

1964 - I. Otra represión a activistas comunistas.

1965 - VI. Nueva razia contra el PCP y contra estudiantes del Frente de Estudiantes Democráticos Revolucionarios (FEDRE).

1966 - V. Cae el jefe de Policía Ramón Duarte Vera. Es susti­tuido por el Gral. Alcibíades Britez Borges.

XI. Cae el ministro del Interior Edgar L. Ynsfrán. Es sustituido por Sabino A. Montanaro.

1967Elecciones Nacionales para la Asamblea Constitu­yente, participan la ANR, el PLR, el PL y el PRF. Con dos tercios de las bancas, los colorados logran que la Constitución de 1967 legalice dos nuevas reelecciones presidenciales.

1968 - Nueva represión a militantes del PCP.

III. Stroessner gana las elecciones nacionales con 71% de votos. Tras la Constituyente, también presentan candidatos el PLR, el PL y el PRF.

Apenas reelecto, Stroessner hace una visita oficial a los EE.UU. y al presidente Lyndon Johnson.

1969 - III. Asesinato de Juan José Farías en sede policial.

VI. Protestas estudiantiles contra la visita de Nelson Rockefeller, enviado del presidente norteamericano.

X. Asalto policial a sede de jesuitas, expulsión de sa­cerdotes. La Iglesia católica excomulga al ministro del Interior Sabino Augusto Montanaro y al jefe de Inves­tigaciones Pastor Coronel.

XI. Manifestaciones estudiantiles contra la visita del general argentino Onganía.

1970 - III. Razia contra militantes comunistas del interior.

V. Es muerto Arturo López (Agapito Valiente), Cmdte. de la columna Mcal. López del FULNA, en Ypacaraí, por el Gral. Colmán.

VIII. Ley N° 209 De Defensa de la Paz Pública y Liber­tad de las Personas.

1971 - V. Tras la prisión y tortura del sacerdote uruguayo Monzón, S.A. Montanaro es excomulgado por segun­da vez.

VI. Represión del grupo Comuneros.

1972 - Expulsión de numerosos sacerdotes jesuitas que acompañaban las Ligas Agrarias.

VIII. Breve conflicto con los EE.UU. por la negativa paraguaya a extraditar al narcotraficante José Auguste Ricord.

IX. Se extradita a Ricord a los Estados Unidos.

1973 - IV. Garrastuçu Medici (Brasil) y Stroessner (Paraguay) firman el Tratado de Itaipú. Protestas de la oposición parlamentaria y de estudiantes por algunas de sus cláusulas.

Stroessner gana las elecciones (al PL y al PLR) con el 83,6% de los votos.

VII. Visita oficial de Stroessner a España, donde se reúne con el dictador Francisco Franco.

1974 - V. El dictador chileno Augusto Pinochet hace su visita oficial a Paraguay.

XI. Represión contra el Ejército Paraguayo Revolucio­nario (EPR), asesinato en sede policial de sus integran­tes.

XII. Represión del MOPAL.

1975 - II. Represión a las Ligas Agrarias. Caso Jejuí. V. Represión a colonos de Yhú.

XI. Fuerte razia al PCP, son muertos Derlis Villagra, Miguel Ángel Soler y Rubén González Acosta en sede policial.

Se crea el Operativo Cóndor en Chile, acuerdo clan­destino para intercambiar y eliminar prisioneros polí­ticos de las dictaduras militares del Cono Sur.

1976 - I. Se interviene el Colegio Cristo Rey, de sacerdotes jesuitas.

III. Represión del Partido Obrero Revolucionario Ar­mado (PORA). Asesinato de Joelito Filártiga.

IV. La Policía descubre la Organización Político-Mili­tar (OPM). La represión en Asunción y el interior tiene unos 17 muertos y más de un millar de detenidos.

IX. Se trasladan los presos políticos al Penal de Embos­cada, habilitado al efecto.

1977 - II. Son secuestrados de la Argentina Agustín Goiburú y otros disidentes colorados, que permanecen desapa­recidos, nuevas detenciones del PCP.

VI. Prisión de intelectuales de la Revista CRITERIO, se los remite a Emboscada.

Elecciones constituyentes ya sin opositores, para re­formar un artículo, lo que permitió la reelección inde­finida de Stroessner.

IX. Stroessner hace otra visita a los EEUU, siendo reci­bido por el Pdte. Jimmy Carter.

1978 - II/IV. Tras un intento fallido de unificación, los libera­les se dividen en cuatro subpartidos : PL, PLR, PLU y PLRA.

I. Muerte por policías de Jorge Zavala, que intentaba reactivar la OPM.

En la nueva reelección, Stroessner gana con 89,9% de votos. Se presentan el PL y el PLR para dar pluralidad a los comicios, el PLRA pasa a la abstención electoral.

1979 - IV. La Liga Anti-Comunista Mundial reúne en Asun­ción su 12a conferencia anual, invitada por el Gobierno paraguayo.

VI. Se reprime a miembros de la 'juventud por los De­rechos Humanos".

Se funda el Acuerdo Nacional, integrado por liberales, febreristas, democristianos y colorados disidentes. 1980   III. Toma del ómnibus de la empresa Caaguazú, se desata una violenta represión con al menos diez muer­tos y centenares de campesinos detenidos.

IX. Fallece en un atentado en Asunción el dictador ni­caragüense Somoza, que había recibido asilo en Para­guay.

1981 - VI. Se expulsa al líder democristiano Luis A. Resck.

1982 - II. Razia contra militantes "pro Chinos" del PCP.

IV. El Gobierno envía al exilio al escritor Augusto Roa Bastos.

XII. Es expulsado el líder del PLRA Domingo Laíno. 1983  V. Represión a la ONG Banco Paraguayo de Datos (BPD).

Nuevas elecciones nacionales, presentan candidatos -además de la ANR -el PL y el PLR-, Stroessner gana con 90% de votos.

1984 - III. Clausura del diario ABC Color. Protestas de la SIP y otros organismos internacionales de prensa.

1985 - I. Líderes colorados formados en Taiwán fundan el Grupo de Acción Anticomunista.

V. Varios sindicatos fundan el MIT (Movimiento In­tersindical de Trabajadores), antecesor de la CUT. De­tención por breve tiempo de líderes de la oposición y sindicales.

1986 - I. La Conferencia Episcopal Paraguaya (CEP) convoca un Diálogo Nacional, con el PLRA, PDC, PRF y el MO­POCO. Se niegan a participar la ANR y las grandes corporaciones empresariales.

III. Movilización del PLRA en Alfonso Loma.

IV. Movilización de médicos y estudiantes del Hospi­tal de Clínicas. Resurge la contestación universitaria. V. Manifestación del Movimiento Intersindical de Tra­bajadores (MIT) y represión a obreros, estudiantes, campesinos que participaban del acto. Resurge el mo­vimiento obrero.

1987 - I. Tras años de interferencia de sus ondas radiales, el Gobierno clausura Radio Ñandutí.

II. Empeoran las relaciones con los EEUU. Se lanzan granadas lacrimógenas a una casa donde estaba el em­bajador norteamericano en Paraguay.

VII. Asambleas de la Civilidad movilizan a centenares de personas contra el régimen.

VIII. Cisma de "tradicionalistas" y "militantes stronis­tas", éstos últimos quedan con el control de la junta de Gobierno del Partido Colorado.

X. Procesión del Silencio organizada por la CEP con apoyo de sindicatos. Unas 40.000 personas marchan hasta la Catedral, donde hace una crítica homilía el Mons. Rolón.

1988 - II. Stroessner tiene su última reelección con 88% de vo­tos. Participan de nuevo el PL (3%) y PLR (7%).

V. Segunda Procesión del Silencio. El Papa Juan Pablo II visita el Paraguay, nueva confrontación del gobier­no con la iglesia en los preparativos de actos públicos.

X. El gobierno expulsa a miembros del Servicio de Educación y Apoyo Social (SEAS).

XII. La iglesia católica logra gran convocatoria en su Marcha por la vida, contra las violaciones de derechos del stronismo.

1989 - II. Golpe de estado militar liderado por el Gral. A. Ro­dríguez, exilio de Stroessner al Brasil.

V. Elecciones presidenciales con participación de los grandes partidos opositores, gana el Gral. Andrés Ro­dríguez.

Fuente: LA RESISTENCIA ARMADA AL STRONISMO. Por MILDA RIVAROLA. Colección 60 AÑOS DEL STRONISMO N° 7. Editorial EL LECTOR. Directores de la Colección: HERIB CABALLERO CAMPOS / IGNACIO TELESCA. Corrección: MILCIADES GAMARRA. Asunción – Paraguay, Mayo, 2014 (96 páginas)



Visita de Nixon al Paraguay en los años 50 - Colección Jorge Rubiani



PROCESO HISTÓRICO DE 1954 A 1989

EL ASCENSO Y LA AFIRMACIÓN DE ALFREDO STROESSNER

 

            En la segunda mitad del siglo XX, nuestro país fue escenario de varios acontecimientos cuyas consecuencias en todos los órdenes aun se pueden apreciar en el presente. El segundo lustro de los años cincuenta marcó el inicio del stronismo, régimen que se extendió hasta el final de la década del 80 y que imprimió su huella en la vida política, social, cultural y económica nacional.

 

GOBIERNO DE ALFREDO STROESSNER

(15-VIII-1954 AL 3-II-1989)

            Con el fin de cumplir con lo establecido en la Constitución, el 11 de julio de 1954, el electorado paraguayo votó al único candidato y representante del partido colorado, el general Alfredo Stroessner, quien se erigió en Presidente de la República y Comandante en Jefe del Ejército, para el período de 1953-1958.

            Posteriormente, siguió ejerciendo la primera magistratura por varios períodos hasta su derrocamiento en 1989.


            SITUACIÓN POLÍTICA, SOCIAL ECONÓMICA. 1954-1968.


            Stroessner inició su mandato en plena etapa de la guerra fría. Durante 1956 y 1957 fueron sofocados varios intentos de grupos de izquierda y de otros sectores del partido colorado que no estaban de acuerdo con el régimen instaurado. Los colorados, pertenecientes al Movimiento Popular Colorado (MOPOCO) fueron exiliados del país. Por otra parte, la intervención de la Universidad Nacional, que regía desde la década del 40, fue levantada y por medio de la Ley 356, la Universidad logró su autonomía. En 1957, el país dio un giro geopolítico con la fundación del Puerto Presidente Stroessner, hoy Ciudad del Este, sobre el río Paraná, con el Brasil, y con la apertura de rutas se inició la marcha hacia el este. Ese mismo año, se inauguró la Facultad de Arquitectura y se inició la construcción del Hotel Guaraní.

            Por un plebiscito en 1958 se confirmó a Stroessner como Presidente por otro periodo de cinco años. Se inició la construcción de la Ruta Transchaco y se prosiguió la de la Ruta 1. El movimiento guerrillero 14 de mayo, mayoritariamente liberal fue reprimido por el Ejército. En las elecciones legislativas de 1960, los políticos colorados ganaron sin oposición todos los escaños del Parlamento. Ese mismo año, se fundó la Universidad Católica Nuestra Señora de la Asunción y Stroessner iniciaba esta década con el apoyo total del partido colorado.

            En 1959 constituyó todo un acontecimiento la creación del sistema de aguas corrientes (CORPOSANA), con más de ocho mil conexiones domiciliarias. Dos años después se fundó el Banco Nacional de Fomento.

            En 1960, nuestro país rompió relaciones diplomáticas con Cuba. El Paraguay fue uno de los países que estuvieron en favor de la acción colectiva, por medio de la Organización de Estados Americanos, contra el régimen cubano.

            En 1961, se aprobaron los derechos civiles de la mujer.


            LA ALIANZA PARA EL PROGRESO


            Ese mismo año se reunieron en el Uruguay, 19 naciones latinoamericanas y Estados Unidos y suscribieron la Carta de Punta del Este, conocida como la Alianza para el Progreso. Estados Unidos suministraría la mayor parte del capital. Una de las condiciones para recibir esta ayuda era el respeto a la democracia representativa. Stroessner aceptó el plan y llamó a comicios para el período 1963-68. Por otra parte, recordemos que desde 1947, rigió en el Paraguay un sistema de partido único, el colorado.


            LOS PARTIDOS POLÍTICOS


            En 1962, el país contaba con una población de 1.819.103 habitantes. Para las elecciones del siguiente año, se invitaron a los demás partidos políticos, (menos al MOPOCO). Un sector del Partido Liberal (PL), dirigido por los hermanos Carlos y Fernando Levi Ruffinelli, propusieron la candidatura de Ernesto Gavilán. Stroessner, ganó los comicios. Durante esta década, el Presidente gozó de cierta popularidad, en parte debido al continuo progreso económico, pero se debe considerar que también muchos paraguayos tuvieron que exiliarse por no estar de acuerdo al régimen. En 1964, se reconoció como partido político al Revolucionario Febrerista (PRF). Al año siguiente, se inauguró la planta televisora de Canal 9 "Cerro Corá".

            Como la Constitución de 1940 no previa más de una reelección, se precisaba realizar varias modificaciones. En consecuencia se realizaron algunas negociaciones con la parte mayoritaria del liberalismo, legalizándose así el Partido Liberal Radical (PLR). Se llegaba de esta manera a legitimar el régimen. En 1967, se convocó a la Convención Nacional Constituyente para redactar una nueva carta Magna. Participaron cuatro partidos políticos, el colorado y tres opositores, el PL, el PLR y el PRF. Para las elecciones de 1973 ya no participó el PRF, por la falta de apertura política y en 1977 cuando se reformó el artículo constitucional que no permitía la reelección presidencial, se retiró el sector mayoritario del PLR, creándose el Partido Liberal Radical Autentico (PLRA). El Partido Demócrata Cristiano (PDC) nunca fue legalizado por no reunir más de diez mil afiliados.


            LA CONSTITUCIÓN DE 1967


            La Convención Constituyente se reunió entre el 23 de febrero y el 25 de agosto de 1967 y promulgó una nueva Carta Magna, el texto de la misma está resumido en el siguiente cuadro.

            Al amparo de esta Constitución, Stroessner fue reelecto en 1968, 1973, 1978, 1983 y 1988.

            Todo el poder se concentró en el Ejecutivo. Este podía disolver el Congreso (Poder Legislativo), sin que éste tuviera posibilidades de controlar al Ejecutivo. El Presidente tenía como única obligación dar cuenta de sus actividades en su informe anual al Poder Legislativo. Cualquier proyecto de ley puede ser vetado por el Poder Ejecutivo y las Cámaras solamente podrán volver a tratarlo con el voto afirmativo de los dos tercios de ambas Cámaras. Durante el receso parlamentario, el Poder Ejecutivo tenía la potestad de dictar decretos con fuerza de ley, con dictamen del Consejo de Estado, órgano compuesto por figuras de la confianza del Jefe del Estado. El Presidente decreta por sí solo el Estado de Sitio y solamente está obligado a dar cuenta al Congreso, cinco días después de su promulgación. El Poder Judicial, representado por la Corte Suprema de Justicia y el Presidente elige a sus miembros y a todos los jueces y demás magistrados. (Adaptado de la Constitucional Nacional de 1967)

 

PERÍODO 1968-1982


            Es el lapso de mayor esplendor del régimen stronista. Una síntesis del sistema político de este período se describe de la siguiente manera:

            1. El régimen autoritario-tradicional se estructura sobre la base de la trilogía Partido - Fuerzas Armadas - Gobierno, en donde cada uno de estos llega a concretar un pacto de dominación, sin que los mismos pierdan su autonomía relativa.

            2. En éste trío de dominación, Stroessner es el caudillo militar gobernante, el encargado de impartir las directivas y el principal forjador del proyecto político.

            3. El Partido Colorado es el responsable fundamental del funcionamiento del sistema prebendario, como así también del proceso de despolitización.

            4. El papel del Ejército no consiste en aparecer en actividades conjuntas con el Partido Colorado. Los jefes militares son los destinatarios principales de los beneficios del sistema prebendario, a través de cuyo mecanismo se los mantiene alejados de la política partidaria.

            5. El régimen tradicional paraguayo deja sin embargo un espacio abierto para la intervención de otras fuerzas políticas y sociales.

 

Extraído de: "Alfredo Stroessner". Carlos Martini Escolar. 1998. Crónica histórica ilustrada del Paraguay Vol. III.


            OBRAS DE GOBIERNO


            Los años que transcurren entre 1968 y 1982, constituyó un período de estabilización económica y relacionamiento externo. A finales de la década, el régimen de Stroessner dio un paso significativo al extender las relaciones con los países vecinos. En mayo de 1968, Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay firmón el Pacto del Río de la Plata. Con este acuerdo, en el que se hacía una llamada al desarrollo conjunto de la cuenca del Río de la Plata, se esperaba poder estimular la economía de toda la región, lo que interesaba primordialmente a Paraguay, la nación menos desarrollada en el área. Antes de terminar el año 68 se puso en funcionamiento el primer generador de la usina hidroeléctrica del Acaray. Asimismo, funcionaban en el país 2.264 escuelas con 399.591 alumnos.

            Gracias a la ayuda externa con fuerte capital norteamericano y a las inversiones extranjeras, se realizaron obras de infraestructura. Se asfaltaron varias rutas, se inauguró la moderna vía Asunción Paranaguá, se construyó un puente internacional sobre el río Pilcomayo y otro sobre Remanso Castillo. Asimismo, se creó un moderno sistema de telecomunicaciones, radio-eléctricas e inalámbricas. Continuando con la política de expansión del Estado, siguieron fundándose empresas e instituciones como El Instituto Paraguayo para la Vivienda y Urbanismo (IPVU) Refinería Paraguaya S.A. (REPSA), mas tarde, llamada PETROPAR. El Instituto de Bienestar Rural (IBR), Aceros del Paraguay, (ACEPAR) y Líneas Aéreas Paraguayas (LAP)


            LEY 209


            Por medio de la Ley 209, denominada "Defensa de la Democracia" se autorizaba al Ejecutivo ejercer medidas represivas contra los sectores socio-políticos oponentes al régimen. La Iglesia Católica expresó severas medidas en contra de la aplicación de la mencionada ley.


            LOS AÑOS '70


            En la década de 1970 y principios de la de 1980, el país consiguió una cierta estabilidad económica y social, fruto del gobierno autoritario, desarrollado por Stroessner. Con la Argentina, se firmó un tratado para el aprovechamiento energético de Yacyretá - Apipé, aunque el acuerdo quedó suspendido por varias décadas. Sin embargo, Itaipú, la represa hidroeléctrica más grande del mundo, fue construida sobre el río Alto Paraná, en una operación conjunta con Brasil. Se controló la inflación, pero la reducción de los mercados para las exportaciones paraguayas provocó la elevación del desempleo y el empeoramiento del comercio paraguayo.

            Se creó, también la Dirección de Colonización Militar, con el fin de beneficiar a los ciudadanos del Servicio Militar, adjudicándoseles lotes agrícolas. Aumentó la producción de rubros tradicionales a más de la soja y el arroz. Entre 1976 y 79, las recaudaciones de las exportaciones se duplicaron. Se generaron oportunidades para el sector empresarial, la colonización permitió la expansión de la economía campesina y se facilitó préstamos al nivel privado. La producción pecuaria reportaba unas 5.600.000 cabezas de ganado vacuno. Sin embargo, el contrabando dentro del sistema fue una constante. En 1978, más de 250.000 cabezas de ganado, fueron al Brasil en forma ilegal. Antes de terminar la década, 16.139 alumnos y alumnas asistían a las once facultades y siete institutos de la Universidad Nacional.

            En el campo cultural surgió una generación de artistas plásticos como Carlos Colombino, Olga Blinder, Hermann Guggiari, quienes realizaron magnificas obras pictóricas y escultóricas. La labor científica fue desplegada de manera extraordinaria, especialmente sobre las etnias guaraníes por algunos investigadores y antropólogos como Branislava Susnik y León Cadogan.


            PROTESTAS SOCIALES


            Este panorama de estabilidad se vio perturbado esporádicamente por el creciente distanciamiento de la Iglesia Católica, influida por los nuevos vientos que soplaron a partir del Concilio Vaticano II (1962-1965), por las manifestaciones estudiantiles y organizaciones campesinas que pretendieron la autonomía del poder. Todos estos movimientos fueron reprimidos.

 

CRISIS DEL RÉGIMEN 1982-1989


            En 1982, fue expulsado de nuestro país, el famoso novelista paraguayo Augusto Roa Bastos y España le concedió la ciudadanía. Ese mismo año, vivían en el país 3.029.830 personas. El crecimiento urbano registró una población de 1.295.345 residentes, mientras el sector rural, 1.734.485 habitantes. El esplendor económico de las décadas anteriores, empezó a decrecer. La finalización de las obras de Itaipú coincidió con la depresión de los precios de las materias primas en el Mercado Mundial. Se produjo una evasión de divisas del Banco Central y luego de 20 años de estabilidad monetaria, el guaraní de devaluó de manera considerable. Del contrabando de la exportación se pasó al contrabando de la importación. Se recurrió, además al negocio de las drogas para acumular riquezas. Ante esta situación el gobierno entró en un fuerte endeudamiento externo. Entre 1985 y 87, cayeron los precios del algodón y la soja. A finales de 1988, se devaluó el guaraní con relación al dólar en un 800%.

 

            MOVIMIENTOS SOCIALES Y POLÍTICOS


            A mediados de la década de los 80, se intensificaron las movilizaciones de oposición al gobierno del Presidente Stroessner. Los partidos PLRA, PRF, PDC y el MOPOCO fundaron el Acuerdo Nacional. Asimismo se iniciaba un proceso de derrumbe de los regímenes militares en toda América Latina y el Paraguay era el único país que aun era gobernado por una dictadura militar.

            En el mes de agosto de 1987 se realizó la Convención del partido colorado en donde dos corrientes lucharon por el poder. La fractura fue inevitable entre los colorados tradicionistas liderados por Juan Ramón Cháves y Luis M. Argaña y los militantes, que respondían al Cuatrinomio integrado por a Abdo Benítez, Adam Godoy Giménez, Eugenio Jaquect, Sabino Augisto Montanaro. La victoria fue para los militantes y esta misma división se trasladó también a las Fuerzas Armadas, en donde empezaron a surgir descontentos por la cúpula partidaria que pretendía intervenir en esta corporación.

 

            EL 2 Y 3 DE FEBRERO DE 1989


            En 1988, Stroessner fue nuevamente reelecto por otro período más, pero el bajo rendimiento económico, las disputas dentro de la elite del partido de gobierno y las organizaciones sociales que iniciaron un proceso de recuperación de espacios y reorganización, precipitaron la caída del régimen.

            En la noche del 2 de febrero de 1989, día de la Virgen de la Candelaria, se gestó el golpe de Estado, dirigido por el general Andrés Rodríguez, el cual terminó en la madrugada del día siguiente con el derrocamiento del Presidente Stroessner, culminando así un extenso período de gobierno que duró treinta y cinco años.

Fuente: HISTORIA DEL PARAGUAY. Por MARY MONTE DE LÓPEZ MOREIRA - FACULTAD DE FILOSOFÍA - UNA. Editorial SERVILIBRO - www.servilibro.com.py  . Tel. 595 21 444770. Asunción – Paraguay, 2011 (334 páginas)



PARLAMENTARIOS PARAGUAYOS 1978-1983

Durante el vigésimo séptimo periodo constitucional (1978-1983), el Congreso Nacional, presidido por Juan Ramón Chaves, estuvo integrado por los senadores: J. Eulogio Estigarribia, Ezequiel González Alsina (vicepresidente 1.°), Carlos Augusto Saldívar (vicepresidente 2.°), Raúl Sapena Pastor, Raúl Peña, César Barrientos, Alberto Nogués Pérez, Ramón Méndez Paiva, J. Clímaco Fernández, Juan Manuel Frutos Pane, Hermógenes González Maya, Bacón Duarte Prado, Carlos Díaz de Bedoya y Leónidas Páez de Virgili.

También integraron la Cámara alta: Juan Manuel Torres Villanueva, Rubén Ramírez Pane, Conrado Pappalardo Zaldívar, Alberto González, Germán Acosta Caballero, Enzo A. Doldán, Augusto Cáceres Carísimo, Rodolfo Serafini, Atilio Llano del Puerto, Blas Víctor Aquino, Serviliano Alonso Peralta, Joaquín Atilio Burgos, Ángel Alderete Chávez y Juan Ignacio Flores.

Senadores suplentes fueron electos: J. Eugenio Jacquet, Alfonso Colmán, Ramón Enrique Reverchon, Roque Sarubbi, Raúl Gómez Núñez, Persio Da Silva, Sixto Higinio Barrios, Delio Fariña, Óscar Balmaceda Cruzans, Máximo Brítez Portillo, Manfredo Ramírez Russo e Idilio Castiglioni. También fueron electos senadores suplentes: Protacio Roa, Lidia Erico de González, Pablo González, Del Rosario Jara, Isidro González Doldán y Anastasio Márquez.

En la Cámara de diputados, presidida por J. Augusto Saldívar, fueron electos: Sabino Augusto Montanaro, Juan Manuel Frutos, Luis María Argaña, Rubén Stanley, Saúl González, Pedro Hugo Peña, Adán Godoy Jiménez, Mario Abdo Benítez, Marcial Samaniego, Luis Martínez Miltos, Roque Jacinto Ávila, Juan Antonio Cáceres, Delfín Ugarte Centurión, Adolfo Zayas, Alejandro Cáceres Almada, Atilio Montanía, Bonifacio Irala Amarilla, Eustacio Lezcano Molinas y Óscar Zacarías Cubilla.

Integraron la misma cámara: Américo A. Velázquez, Juan Pablo Gorostiaga, Sila Estigarribia, Roberto Velázquez Escobar, Marcelo J. Abente, Rubén O. Fanego, Rigoberto Caballero Morínigo, Juan Manuel Morales, Leandro Prieto Yegros, Juan Roque Galeano, Luis A. Peralta Báez, Bernardo Ocampos Arbo, Julio César Frutos, José Martín Palumbo, Víctor Chamorro, Martín Antonio Chiola Villagra y Salvador Rubén Paredes. También fueron electos: Carlos Raúl Latorre, Dionisio Nicolás Frutos, Marina Aquino de Ortiz, Justo Pastor Benítez, Tadeo Centurión Sostoa, Ligia Prieto de Centurión, Carlos Ferreira Ibarra, Aurelio Ramón Insfrán, Julio César Ibarrola, Emilio Vallejos Chenú, Emilio Loureiro, Teófilo Cristaldo, Carlos Alejandro Doldán Riego, Bonifacio Bordón Soto y Fernando Carmona C.

Otros diputados en este periodo fueron: Fulvio Hugo Celauro, Miguel Ángel Barboza Maffiodo, Román Martínez, Cirilo R. Silva, Fidelino Flores, Víctor Manuel Urbieta Rojas, César García Arce y Carlos Flores Peralta.

En este periodo también fueron incorporados los siguientes diputados suplentes: J. Antonio Vera Valenzano, Ramón Domingo Rojas, Alfredo Nicanor Molinas, Vicente Bataglia, Miguel Ángel López Giménez, Ángel Roberto Seifart, Silvio Meza Brítez, Bader Rachid Lichi, Salvador Vera, Genaro Espínola Fariña, Nery Filemón González, Francisco Solano Benítez, Arnaldo Rojas Sánchez, Juan Ramón González y José Pappalardo Zaldívar.

Fuente: LUIS VERÓN – Revista Dominical del diario ABC COLOR. Publicado en fecha: 04 de enero del 2015




ALFREDO STROESSNER Y SU TIEMPO

(BERNARDO NERI FARINA)

QUIÉN ERA ALFREDO STROESSNER


ALFREDO STROESSNER MATIAUDA vino al mundo en Encarnación el 3 de noviembre de 1912. Su padre, Hugo Wilhelm Stroessner Koetschenreuter, había nacido en la ciudad de Hoff, estado alemán de Baviera, el 17 de mayo de 1867. Hugo era, a su vez, hijo de Gerard Stroessner y Dorotea Koetschenreuter. Habría llegado, como inmigrante, hacia 1890 al Brasil. Después pasó a las Misiones argentinas y vivió un tiempo en Posadas, hasta que decidió cruzar el Paraná y se vino a vivir en Encarnación.

En la capital de Itapúa conoció a Heriberta Matiauda, con quien se casó el 24 de diciembre de 1904. De ese matrimonio nacieron: Vicente, quien murió de niño a raíz de una enfermedad, Heriberta y Alfredo.

Sus estudios primarios, Alfredo los hizo en su ciudad natal y los secundarios en Posadas. Luego, por deseos de don Hugo, su padre, Alfredo Stroessner Matiauda ingresó a la Escuela Militar el 1º de marzo de 1929.

Siendo aún cadete del cuarto curso (el último), Stroessner marchó a la guerra del Chaco con 19 años de edad, integrando el Regimiento de Infantería N° 6, comandado por el mayor Arturo Bray. El RI 6 tuvo su bautismo de fuego el 17 de setiembre de 1932 en Boquerón.

El 1º de octubre de ese mismo año, Stroessner logró las presillas de oficial, teniente 2º, con los demás cadetes del 4° curso. El 31 de marzo de 1934 ascendió a teniente 1º.

Luego de la guerra, Stroessner participó del alzamiento militar liderado por el coronel Federico Weddel Smith que derrocó al gobierno del doctor Eusebio Ayala e instaló en el Palacio de López al coronel Rafael Franco. Durante el gobierno de Franco (quien luego sería uno de sus más duros adversarios políticos) Stroessner fue promovido a capitán (18 de julio de 1936). En 1940 hizo en el Brasil un curso de Artillería para acrecentar sus conocimientos en técnicas de tiro y en topografía. Regresó a Asunción en enero de 1941, pero poco antes, en diciembre de 1940, ya en el gobierno del general Higinio Morínigo, había sido ascendido a Mayor. Llegaría a teniente coronel el 31 de diciembre de 1945.

Tuvo una participación decisiva en la revolución de 1947, como comandante del Regimiento de Artillería "General Bruguez", en defensa del gobierno de Morínigo. En abril de aquel año contribuyó a batir con sus artilleros a la Marina, que se había alzado contra el Presidente.

Posteriormente se trasladó con su regimiento al denominado Frente Sur, con asiento en Humaitá, desde donde impidió a cañonazos el avance de las fuerzas revolucionarias comandadas por el coronel Carlos J. Fernández, organizadas sobre la base del potencial bélico de los cañoneros Paraguay y Humaitá, que estaban al servicio de la revolución.

Los enfrentamientos entre ambas fuerzas culminaron el 20 de agosto del 47, con los contingentes de Fernández batidos, las cañoneras seriamente averiadas y las tropas de Artillería, al mando de Stroessner, vencedoras en el campo de batalla. El 26 de agosto, por Orden General N° 98, se citó al Destacamento Stroessner por "su brillante acción librada contra la tentativa de los rebeldes en organizar el Frente Sur y de sus cañoneras en forzar el paso hacia la capital". Alfredo Stroessner ascendió a coronel el 1º de marzo de 1948.

El 26 de octubre de 1948, el coronel Carlos Montanaro, al frente de los cadetes y las tropas de la Escuela Militar, se sublevó contra el gobierno de J. Natalicio González. Montanaro contaba con el apoyo del comandante de la Artillería, Alfredo Stroessner, quien aunque no llegó a entrar en acción con sus artilleros, fue acusado de sedicioso cuando el presidente González sofocó la rebelión militar. Stroessner se refugió en la embajada del Brasil en Asunción y luego obtuvo un salvoconducto para viajar a la Argentina en calidad de exiliado. Después de pasar un tiempo en Buenos Aires viviendo con la ayuda de algunos amigos, especialmente el capitán Jesús María Villamayor (a quien luego perseguiría con saña), se instaló en la localidad de Posadas, frente a su ciudad natal, Encarnación.

Retornó subrepticiamente al Paraguay el 19 de febrero de 1949, protegido por quienes urdieron entonces el derrocamiento del corto gobierno del general Raimundo Rolón. El 27 de febrero, un golpe liderado civilmente por el doctor Felipe Molas López depuso a Rolón e instaló en la presidencia de la República a quien encabezó la revuelta. Molas López, ya como Presidente de facto, restituyó á Stroessner en su cargo de comandante de la Artillería.

GENERAL A LOS 36 AÑOS DE EDAD

Poco antes de que Molas López fuera defenestrado por un golpe propiciado por su antiguo aliado Federico Chaves, Alfredo Stroessner llegó al grado de general de Brigada, el 15 de agosto de 1949, en un hecho casi prodigioso en aquellos tiempos en el Paraguay, país donde las carreras militares se truncaban fácilmente. Lo más llamativo era que Stroessner, en la fecha de su ascenso al generalato tenía tan solo 36 años de edad.

Pese a haber apoyado a Molas López, una vez defenestrado éste y sustituido en la Presidencia por Federico Chaves, Stroessner siguió comandando la Artillería. Y no solo eso: el 31 de mayo de 1951, Chaves lo designó comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de la Nación y lo elevó al rango de general de División con antigüedad del 15 de agosto del mismo año. Con tan solo 38 años de edad, llegó a la cúspide de la carrera militar en un tiempo, en que los militares eran fácil presa de los incesantes avatares políticos

Ese es un aspecto que llama ya la atención en Stroessner, como posteriormente serían focos de interrogantes las causas de la cextensión temporal de su régimen, el que mayor tiempo duró en la historia del Paraguay.

Stroessner no se detendría en su cargo militar, solamente. El 4 de mayo de 1954 encabezó el golpe de Estado que derrocó a Federico Chaves y se convirtió en el árbitro supremo del poder en el Paraguay.

No obstante haber sido el líder de la triunfante asonada, y convencido por su entonces aliado Epifanio Méndez Fleitas, uno de los prominentes líderes del Partido Colorado, obedeció el ritual democrático y permitió que el titular de dicha agrupación partidaria, arquitecto Tomás Romero Pereira, asumiera como presidente provisional de la República mientras se preparaban unas elecciones para la designación de un mandatario constitucional. Es decir, para la elección del propio general Alfredo Stroessner.

PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA

El 11 de julio de 1954 se celebraron los comicios, que más bien resultaron una formalidad y nada más. El único candidato fue Stroessner, apoyado por el Partido Colorado, que en ese tiempo estaba atomizado en varios movimientos internos que respondían casi todos ellos a intereses particulares de los tantos caudillos que poblaban la Asociación Nacional Republicana.

En esos tiempos la democracia era una mera enunciación retórica. No existía en la práctica. No se podía pensar en términos de pluralidad de partidos y ser opositor al régimen era un cuasi delito. El país vivía aún bajo los efectos terribles de la revolución de 1947 que dividió al Paraguay en persecutores y perseguidos. Los colorados habían quedado dueños absolutos del poder (aunque las luchas internas en su seno eran sumamente salvajes) y los liberales estaban o presos ,o exiliados, o sufriendo el ostracismo interno en absoluto silencio. O muertos.

El 15 de agosto de 1954 el general de División Alfredo Stroessner asumió como presidente de la República del Paraguay, cargo que ostentaría hasta la madrugada del 3 de febrero de 1989, fecha en que fue derrocado por un golpe militar liderado por el general Andrés Rodríguez.

Siguiendo sus rituales "democráticos" y apelando a una reforma constitucional en 1977, que permitía su reelección perpetúa, Stroessner había sido reelegido en 1958, 1963, 1968, 1973, 1978, 1983 y 1988.

Tras su derrocamiento violento, vivió exiliado en el Brasil. Murió en Brasilia el 16 de agosto del 2006.

LA LLEGADA DE STROESSNER AL PODER

Para el coronel Alfredo Stroessner, quien tenía ganado un notorio predicamento militar tras su actuación en la revolución de 1947 en defensa del gobierno del general Higinio Morínigo, el 8 de junio de 1948 fue una fecha importante. Ese día fue confirmado como comandante del Regimiento de Artillería 1 General Bruguez, Ya venía interinando el cargo desde el 21 de noviembre de 1945.

Sin embargo tuvo un traspié temporal cuando fue removido de la comandancia en 1946, tras los sucesos militares del 9 de junio de ese año que determinaron la caída del comandante de la Caballería, coronel Victoriano Benítez Vera, artífice del ala pro nazi de las fuerzas armadas. Stroessner fue acusado entonces por el coronel Enrique Jiménez, nuevo hombre fuerte de la Caballería, de simpatizar con Benítez Vera. La acusación no pudo ser probada y tras una fuerte presión de sus antiguos subalternos, el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, general Vicente Machuca, con la anuencia del presidente Morínigo, puso de nuevo en posesión de la comandancia de la Artillería al coronel Stroessner, por orden general del 6 de julio de 1946.

El fallido golpe militar del 26 de octubre de 1948 contra el gobierno del presidente J. Natalicio González le hizo perder nuevamente, de manera momentánea, su encumbrado puesto en esa arma de apoyo, que tenía su centro de acción en Paraguarí, zona que fuera epicentro de tantas asonadas y revoluciones y núcleo históricamente importante para el coloradismo. Tras aquella intentona golpista, Alfredo Stroessner vivió su primer exilio, en la Argentina.

Sin embargo, una vez vuelto subrepticiamente del exilio, traído por los seguidores del caudillo colorado, doctor Felipe Molas López, para sumarse al golpe contra el gobierno del general Raimundo Rolón, Stroessner retornó a su cargo, el 4 de marzo de 1949.

Desde esa comandancia fue haciéndose cada vez más visible y fue logrando una notable ascendencia en las fuerzas armadas pese a su juventud: tenía entonces solo 36 años de edad. Dos años después, el 31 de abril de 1951, el presidente Federico Chaves lo nombró nada menos que comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de la nación, luego de haberlo elevado a la jerarquía de general de Brigada el 15 de agosto de 1949.

Su carrera militar fue llamativa, sobre todo, por el hecho de que siendo todavía muy joven aunó en sí tanto poder. Supo concretar productivas alianzas con militares jóvenes para sacar del juego de la competencia, a través de las intrigas, a oficiales más antiguos que él.

Estando en esa situación captó la atención del Secretario de Ejército de los Estados Unidos, Robert T. Stevens, quien lo invitó a visitar Norteamérica en el mes de mayo del año 1953.

EL GOLPE DEL 54

El Paraguay de 1954 era un país sumido en la anarquía política y el caos económico. En enero de ese año, el presidente de la República, Federico Chaves, tuvo un fuerte altercado con la cúpula del Partido Colorado, el partido de gobierno, y prácticamente quedó aislado en lo político, al destituir de sus respectivos altos cargos en el gobierno a referentes de la ANR como Víctor Morínigo, Tomás Romero Pereira y Epifanio Méndez Fleitas, quien era hasta ese mes presidente del Banco Central.

El sostén principal de Chaves en el poder era el comandante de la Caballería, coronel Néstor Ferreira. Para apuntalar su seguridad, el Presidente nombró jefe de Policía a uno de los jóvenes más carismáticos del coloradismo y ahijado político suyo, el doctor Roberto L. Petit.

Stroessner no aparentaba por entonces estar muy interesado en inmiscuirse en los avatares políticos. Prefería mantenerse en su ruedo militar afianzando ahí su fortaleza. Sin embargo la cada vez más estrecha relación directa entre el comandante Ferreira, de la Caballería, y el presidente Chaves, comenzó a hacerle sentir que la Caballería podía escaparse de su control.

Un hecho preciso en la Caballería puso en alerta a Stroessner. En la mañana del 3 de mayo de 1954, el comandante Ferreira destituyó al mayor Virgilio Candia de su cargo de comandante del Regimiento de Caballería 3. Lo hizo sin habérselo comunicado previamente al comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, Stroessner, tal como estipulaban los postulados castrenses.

Al enterarse de que la decisión de destituir a Candia había sido adoptada en consenso con el presidente Chaves pasándose así por encima de su prerrogativa militar, Stroessner reaccionó violentamente y decidió concretar el golpe militar del 4 de mayo con un juego estratégico digno de su calidad de ajedrecista: aisló a la Caballería, tomó la Policía con las fuerzas del Batallón 40 e hizo apresar al presidente Chaves cuando éste se presentó a la Escuela Militar solicitando refugio.

El gobierno de Federico Chaves se desmoronó definitivamente al encontrarse sin sostén político ni militar. Por su parte, el país quedó en una acefalia total. La Constitución de 1940, que regía entonces, no contemplaba la figura del Vicepresidente. Tampoco se dio pie al Consejo de Ministros. Durante tres días el Paraguay estuvo sin gobierno hasta que por un acuerdo entre Stroessner y la dirigencia del Partido Colorado, el 8 de mayo asumió como presidente interino de la República el arquitecto Tomás Romero Pereira.

El acuerdo señalado, del cual fue factor preponderante Epifanio Méndez Fleitas, caudillo colorado emergente, contemplaba que Romero Pereira quedaría como jefe del Ejecutivo hasta la realización de unos comicios en los que el único candidato sería el general Stroessner apoyado por la Asociación Nacional Republicana (Partido Colorado). Esos comicios se llevaron a cabo el 11 de julio y el 15 de agosto siguiente Alfredo Stroessner juraba como presidente de la República del Paraguay. Tenía entonces 41 años de edad.

Su primer gabinete estuvo integrado por los siguientes ministros: Tomás Romero Pereira (Interior), Hipólito Sánchez Quell (Relaciones Exteriores), Carlos R. Velilla (Hacienda), Raúl Peña (Educación), coronel César Barrientos (Industria y Comercio), Enrique Zacarías Arza (Salud), general Herminio Morínigo (Defensa), Fabio Da Silva (Agricultura y Ganadería), general Marcial Samaniego (Obras Públicas y Comunicaciones) y Luis Martínez Miltos (Justicia y Trabajo).

Fuente: EL PARAGUAY BAJO EL STRONISMO (1954-1989). BERNARDO NERI FARINA / ALFREDO BOCCIA PAZ. COLECCIÓN : LA GRAN HISTORIA DEL PARAGUAY, Nº 13 © Editorial El Lector - www.ellector.com.py- Asunción – Paraguay (2010 – 140 páginas).

 


LA CRISIS DEL STRONISMO (Por ROBERTO PAREDES)

Antes de exponer sobre en qué consistió la crisis del stronismo, cuáles fueron sus manifestaciones primeras y terminales, y cuáles fueron las causas de la crisis y cuál fue el desenlace, habrá que definir con la mayor precisión posible qué fue el stronismo y cuáles fueron sus rasgos característicos.

Para definir al stronismo resulta fundamental describir en sus aspectos fundamentales el Paraguay de 1954, tiempo en que el general Stroessner se impone ante sus adversarios políticos y comienza a construir el sistema de dominación que se conocerá después como stronismo.

Desde la perspectiva económica, el Paraguay de 1954 era esencialmente atrasado. En informes internacionales era frecuente señalar que el país era uno de los más pobres del continente. Algunos indicadores básicos ilustran sobre la situación:

1. La producción era esencialmente agropecuaria, si bien no existían rubros agrícolas de renta, que ocupase a masas importantes del campesinado. Rico en recursos naturales de fácil extracción se exportaba yerba, tanino, carne y madera.

2. Casi sin desarrollo industrial, el sector explotador del tanino era considerado el más avanzado.

3. La infraestructura era escasa: apenas la capital y otras pocas localidades, como Concepción y Villarrica disponían de energía eléctrica generada en usinas generadoras alimentadas por combustibles; ni siquiera la capital disponía de un sistema de agua corriente; la telefonía era “privilegio” de pocos; el parque automotor era pequeño, pues hasta la capital estaba cercada de zanjas.

Desde el punto de vista social el Censo realizado en 1950 se presenta como la fuente más fiable y se puede trazar el siguiente cuadro en base a ello. Así, sobre una población total de 1.406.000 habitantes, se estimaba que la Población Económicamente Activa ascendía a 437.000 personas, distribuidas de la siguiente manera de acuerdo a las actividades:

Agropecuarias: 235.000 54%

Industriales: 68.000 16%

Construcción: 13.000 3%

Utilidad Pública: 1.000 0,2%

Comerciales: 30.000 7%

Transportes: 10.000 2%

Servicios: 68.000 16%

Otros: 12.000 3%

Total 437.000 100%

Del total de la Población Económicamente Activa, 337.000 eran varones y 100.000 eran mujeres. El Censo reveló que el 75% de la población habitaba en zonas rurales, mientras que apenas el 25% vivía en áreas urbanas.

La debilidad de los sectores empresariales era evidente.

Los sectores privados más dinámicos (Varios de ellos, extranjeros) constituían los vinculados a la explotación taninera, a los frigoríficos, a las empresas navieras, a la explotación yerbatera y a la ganadería.

Desde la perspectiva política el siguiente resumen esquemático ayuda a arrojar claridad sobre la situación que se enfrentaba:

1. Apenas 7 años antes de que Stroessner asumiera el control del poder político, en 1947, el país se vio sacudido por una Guerra Civil que concluyó con la victoria del Partido Colorado, su “ejército pynandí” (descalzos) y la parte minoritaria de las Fuerzas Armadas, sobre del “Frente Revolucionario”, compuesto por los partidos Liberal, Febrerista y Comunista, que contaba con el apoyo de más del 70% de los oficiales de las Fuerzas Armadas.

2. Los años que siguieron fueron de caos político total, cuyo telón de fondo era la pugna por el poder político entre dos facciones del Partido Colorado: los autodenominados “democráticos”, liderados por Federico Chaves, y los autodenominados “guiones rojos”, encabezados por J. Natalicio González.

3. Entre 1947 y 1951 se sucedieron en el poder: Higinio Morínigo, presidente desde 1940, depuesto en junio de 1948, siendo reemplazado por Juan Manuel Frutos, quien el 15 de agosto de 1948 entregó la primera magistratura al presidente electo, Juan Natalicio González, depuesto en enero de 1949 por el general Raimundo Rolón, derrocado un mes después por Stroessner. Asumió la presidencia Felipe Molas López, quien en setiembre de 1949 fue obligado a ceder la primera magistratura para Federico Chaves. Es decir, en dos años se sucedieron seis presidentes.

4. Stroessner conspiró en un intento fallido para derrocar a J. Natalicio González en octubre de 1948, por lo que dejó las Fuerzas Armadas y el país. Retomó su cargo en la Artillería en el marco del derrocamiento de Rolón, en febrero de 1949. En 1951, con apenas 39 años, fue nombrado por el presidente Federico Chaves Comandante en Jefe.

5. La presidencia de Chaves en nada se diferenció de las anteriores, en el sentido de que fue dictatorial. Pero Chaves cometió dos errores: uno político y otro militar. Ya longevo, se esperaba que dejase el poder para alguien más joven pero forzó su candidatura para el período 1953/1958.

Por otra parte, alimentó las expectativas del entonces comandante de la poderosa fuerza de Caballería, “Necho” Ferreira, desafiando a su propio Comandante en Jefe; pagó las consecuencias de ambos errores.

6. Federico Chaves fue depuesto el 4 de mayo de 1954, soportando el Partido Colorado niveles de atomización nunca antes visto. La división no era simplemente entre “democráticos” y “guiones”, sino entre los partidarios de diversos líderes: había “epifanistas” (Epifanio Méndez Fleitas), “zacariístas” (José Zacarías), “chavistas” (Federico Chaves), “natalicistas” (J. Natalicio González), “rigobertistas” (Rigoberto Caballero), “molas lopistas” (Felipe Molas López), “unionistas” (J. Eulogio Estigarribia).

En síntesis: Paraguay era un país atrasado (uno de los más pobres de América Latina), con clases sociales dominantes sobre todo débiles, que soportaba una peligrosa atomización política en el contexto de un sistema de partido único, ya que las demás organizaciones políticas (Liberal, Febrerista, Comunista) estaban proscriptas desde que terminara la Guerra Civil de 1947.

Ese es el país que el general Alfredo Stroessner encontró en 1954 y ese es el contexto histórico-concreto en el que se implantó el régimen que después sería conocido como stronismo. Para desbaratar algunos mitos, que hacen perder el rigor en el análisis habrá que apuntar que Stroessner:

No inventó la dictadura; ya existía, pues el Paraguay ostentaba una larga tradición autoritaria, con el único paréntesis de la “primavera democrática del 46”.

No inventó el régimen de partido único; ya existía en el período anterior, y en anteriores experiencias de signo distinto, o sea liberal.

No inventó la “coloradización de las Fuerzas Armadas”; eso se produjo de inmediato después de terminada la Guerra Civil de 1947 y su principal inspirador fue J. Natalicio González.

Tampoco inventó la corrupción, que existió desde antaño y le sobrevivió aún con más vigor.

El stronismo fue, en lo fundamental, un régimen político que reflejó con fidelidad el tiempo y las tradiciones del país.

Fue un régimen político que rescató la tradición autoritaria y más: otorgó al autoritarismo el carácter de sistema incuestionable.

Prosiguió la tradición oligárquica de integrar el Gabinete con personas de extracción pudiente, si bien puso al servicio de la oligarquía cuadros militares y civiles de origen humilde. Dio continuidad a prácticas represivas y a manejos administrativos arbitrarios, llevando las prácticas represivas a niveles inéditos.

Nada puede llevar a suponer que Stroessner tuvo la alternativa de liderar un régimen político democrático. El país carecía de tradición democrática y él, Alfredo Stroessner, carecía por completo de formación y de valores democráticos, pues creciera y ocupara espacios en el marco de condiciones más bien autoritarias. Por tradición y por formación, entonces, era autoritario y solamente tenía condiciones de liderar un sistema autoritario.

Pero además de la tradición, de inmenso peso en el moldeamiento de cualquier sistema político, el tiempo en que Stroessner pasó a ocupar la primera magistratura tuvo características dominantes que resultaron decisivas para dar al régimen el perfil que presentó:

- El intervencionismo económico estatal, que Stroessner no inventó, pero que estimuló con energía, tuvo como condición previa la marcada debilidad de los sectores empresariales locales para satisfacer adecuadamente requerimientos básicos como servicios de energía eléctrica, agua potable, telefonía y transporte aéreo.

- La necesidad de disciplinar a los actores políticos y sociales –fragmentados y en permanente confrontación– tuvo fuerte incidencia para que se implantara un férreo autoritarismo.

- El rasgo marcadamente anticomunista del régimen político tuvo directa relación con el apoyo incondicional de las potencias capitalistas centrales, y sobre todo de los Estados Unidos de América, a dictaduras férreas como la encabezada por Stroessner.

- El régimen guardó estricta relación con los fuertes rasgos aldeanos del Paraguay de entonces.

El stronismo fue un régimen dictatorial, cerrado y represivo.

La apertura limitada que se impulsó en los años 60 no cambió la esencia del mismo, sino que la definió mejor, pues se ajustó al esquema promovido desde afuera: “Democracia sin comunismo”; a cambio de discretos beneficios, Stroessner consiguió el silencio, cuando no la complicidad de sectores expresivos de la oposición democrática, en los momentos en que enfrentaba a los que consideraba enemigos irreconciliables, los que adherían a la “amenaza roja”.

Los mecanismos empleados por el stronismo para controlar a la sociedad paraguaya fueron variados, pero muy eficientes.

Mecanismos políticos: Entre 1954 y 1963 se aplicó un sistema de partido único, prosecución del modelo implantado a partir de 1947; desde 1963 en adelante se empleó un sistema de pluralismo político limitado (y condicionado a la aceptación de la supremacía del oficialismo).

Paralelamente, se apostó a fortalecer al Partido Colorado en todos los aspectos, por lo que bajo el stronismo la organización ganó dimensiones que resultaron envidiables para cualquier otro actor político de América Latina.

La perversa medida de condicionar el acceso a los mejores puestos de trabajo y a los mejores contratos a la afiliación partidaria, amplió la adhesión de profesionales y de empresarios al partido de Gobierno.

Mecanismos de control social: Los sectores empresariales, a través de sus organizaciones gremiales, apoyaron sin reservas al stronismo, otorgando a Stroessner incluso el papel de distribuidor de los beneficios en los negocios.

Es decir, además de identificarse con la política impuesta por Stroessner, para los empresarios él era como un gran patriarca.

Con respecto a los sectores trabajadores, los mecanismos combinaron premio con castigo. En el caso de los obreros, la Confederación Paraguaya de Trabajadores, CPT, después de la huelga general de 1958, que se reprimiera de manera implacable, pasó a ser controlada directamente por la Policía Política.

El sector campesino se puso bajo directo control de las seccionales coloradas del interior, quienes realizaban para los agricultores las gestiones básicas. En caso de rebelión, las seccionales operaban como brazos largos de la Policía Política, informando, por lo general, y participando directamente de las represiones, en algunos casos.

A las diversas instancias de la Juventud Colorada se le encomendó controlar al sector estudiantil. En casos de rebeliones, las organizaciones juveniles del partido se constituían en brazos largos de la Policía Política.

Mecanismos propagandísticos: Jugando con los temores más sentidos por los paraguayos, el stronismo adoptó como lema la frase “Paz y Progreso”, en un país en que la sociedad estaba harta de los cuartelazos, los golpes de Estado y las guerras civiles; en un país atrasado y pobre, nada parecía más interesante que progresar. El stronismo justificó el carácter férreo del régimen: “no se puede progresar si hay caos, pero sí se puede en el marco del orden, pero solamente se puede poner orden por medio de la mano dura…”.

Paralelamente se hizo un trabajo de intensa familiarización de la población con los ideales y los valores anticomunistas.

“Democracia sin comunismo”, “Todos, menos los comunistas”. A los ojos de una manipulada población la propaganda oficial era esencialmente correcta, pues el discurso stronista era similar al asumido por la mayor potencia mundial, Estados Unidos de América.

Mecanismos represivos: Cuando los mecanismos de controles persuasivos y disuasivos no funcionaban, el stronismo disponía de un vigoroso aparato represivo, compuesto por fuerzas policiales, fuerzas militares y milicianos del Partido Colorado.

Por lo general la represión la efectivizaba la Policía Política, pero cuando era sobrepasada intervenían los militares y, eventualmente, los milicianos. Por lo general, también, la táctica “disuasiva” de Stroessner era aplicar una violencia desproporcionada; eso generaba miedo.

Un poco menos de 20 años después de implantarse la dictadura stronista, sin embargo, el Paraguay se tornó escenario de procesos que irían a transformar las condiciones básicas que dieron pie a la emergencia del stronismo, y es en esos procesos que habrá que hurgar para entender por qué entró en crisis el régimen político en cuestión.

En la década del 70, desde los primeros años, se dieron tres procesos que cambiarían radicalmente la fachada económica y social del país:

1. “Oro blanco”: la favorable coyuntura internacional para el algodón, se vio especialmente estimulada por la “crisis del petróleo”, que llevó al encarecimiento vertical de sus derivados. Se constató en el país una fiebre por el cultivo del “oro blanco”, rubro de renta que ocupó a decenas de miles de familias campesinas de manera directa.

2. Itaipú: la firma del Tratado, en 1973, dio pie al inicio de la construcción de la mayor hidroeléctrica del mundo entre el Paraguay y el Brasil. La construcción hizo que se moviera en el país una inmensa cantidad de recursos financieros, nunca vista antes.

3. Mecanización agrícola: otros rubros claves, como soja y en menor medida trigo, llevaron a un vigoroso proceso de mecanización de la agricultura, con altas consecuencias sociales y económicas.

Como consecuencia directa de los procesos básicos mencionados se dieron dos más, derivados: la instalación de una amplia red de entidades financieras para administrar los recursos y un verdadero “boom” en la construcción. Sobre todo por el lado de la soja, también, se instaló el problema de los “brasiguayos”.

Este impulso modernizador de la economía generó muchos cambios, pero lo más relevante es que sentó las bases

para la emergencia de una clase social dominante, que más tarde o más temprano, presionaría por disponer de poderes políticos correspondientes con su poderío económico.

También en la década del 70, casi desde comienzos de la segunda mitad se produjo un cambio drástico en el contexto internacional: la adopción por parte de los Estados Unidos de América de la “Política de los Derechos Humanos”, que en términos políticos-concretos se tradujo en esfuerzos por re-democratizar los países de América Latina.

La “Política de los Derechos Humanos” se implementó a partir de la administración de Jimmy Carter y comprendió el cese del apoyo de las potencias capitalistas centrales a las dictaduras. Se promovió, entonces, la re-democratización en Latinoamérica.

El stronismo se vio directamente afectado, pues de medidas de apoyo pasó a recibir presiones por la liberalización.

Dócil a los dictados provenientes del coloso del Norte, el stronismo se dispuso a liberar a los prisioneros políticos, lo que lo hizo entre 1977 y 1979, en que procedió a clausurar el Campo de Concentración de Emboscada.

Con respecto a esta cuestión habrá que destacar que Stroessner cometió el peor error político, pues pensó que la “Política de los Derechos Humanos” era coyuntural, pasajera, por lo que su táctica fue ceder y resistir hasta que “vientos más favorables retornasen”; nunca se dio, sino a la inversa.

Nueva realidad social, a consecuencia del “boom económico”, en lo interno + nuevo contexto internacional configuraron los elementos básicos que desencadenaron la crisis del stronismo. Por hacer una representación gráfica:

- El stronismo, que se correspondiera con la realidad local y externa de los años 50 y 60, nada tenían que ver con

- La realidad paraguaya e internacional de los años 70, por entera renovada. Elementos que antes encajaban, ahora no encajaban, no eran compatibles.

Desde una perspectiva científica, entonces, al margen de cómo se dieron los hechos episódicos, las razones que desencadenaron la crisis del stronismo fueron básicamente dos: uno) la transformación socioeconómica del país, que presionó por transformaciones correspondientes en la esfera política, y dos) el cambio radical de la política exterior estadunidense, que de apoyar dictaduras pasó a promover la re-democratización.

Es a partir de esas transformaciones esenciales, precisamente, que el stronismo dejó de ser un régimen político adecuado. La incompatibilidad Régimen político / Nueva

Realidad socioeconómica e internacional, no se resolvería de manera inmediata, pues los procesos son dialécticos, contradictorios, con avances y retrocesos, no son procesos mecánicos, lineales, graduales ni progresivos.

La crisis del stronismo, en su primera fase, se expresó en los siguientes procesos puntuales:

Descomposición de los mecanismos de legitimación: desde la segunda mitad de los años 60 Stroessner contó con un amplio mecanismo de legitimación, pues todos los partidos, con la única excepción del Comunista, participaron del restringido juego político. En 1976, el esquema entró en franca crisis, pues los dirigentes liberales –esperando un rápido desenlace– se apresuraron a aislar al stronismo. En 1977 se realizó el cambio constitucional con la participación exclusiva del Partido Colorado, pero al año siguiente el stronismo había fragmentado a los liberales, favoreciendo la participación en el proceso de los más dóciles.

De todos modos, la “radicalización de la oposición democrática” que se detectara en la época prosiguió y en ese marco se constituyó el Acuerdo Nacional, una suerte de frente anti-dictatorial.

Paralelamente, algunos medios de comunicación, que también eran parte esencial de los mecanismos de legitimación, comenzaron a mostrarse limitadamente plurales, sobre todo, y hasta tímidamente críticos, en determinados casos. Hay que destacar que este proceso se dio desde comienzos de los años 80, no antes.

Descomposición de los mecanismos de control social: particularmente relevante resultó la fractura interna en el seno de la central obrera: Confederación Paraguaya de Trabajadores, CPT, en 1980, donde uno de los sectores añadió a la sigla la I de Independiente, para resaltar su autonomía del Gobierno.

Pocos años después se constituyó un sector sindical incluso independiente de la CPT, el Movimiento Intersindical de Trabajadores, MIT, con lo que la descomposición del mecanismo de control de los obreros se agudizó.

Los procesos en cuestión desgastaban al stronismo, pero no constituyeron amenazas ciertas para su continuidad. Eso se daría en poco tiempo y el papel central en ese cuadro de crisis terminal correspondería a sectores del Partido Colorado que se desprendieron del propio stronismo.

 

LOS “DÍAS CONTADOS” DEL STRONISMO

 

En febrero de 1987 se levantó una propuesta política que formalmente planteó revisar a fondo la estrategia abstencionista de la mayoría de la oposición democrática. Dicho plan quedó conocido como “Plan Zeta”, aludiendo a que uno de sus propulsores centrales fuera el empresario Aldo Zuccolillo, director del diario ABC color, que fuera clausurado por Stroessner en 1984, a partir de las tímidas críticas al Gobierno que se canalizaban a través del mismo.

Desde el punto de vista formal, el plan resultaba simple: participar de las elecciones generales de 1988 con un candidato único a la Presidencia, Guillermo Caballero Vargas, empleando la personería legal del Partido Revolucionario Febrerista. Esto es lo que se conoció públicamente de la propuesta, pero la misma encerraba otros aspectos que lo convirtieron en una de las propuestas más consistentes del período final del stronismo.

En una reunión realizada en el escritorio del escribano Rafael Casabianca, Aldo Zuccolillo, Pascual Scavone y Fernando Levi Ruffinelli expusieron los pormenores del proyecto a las principales autoridades del Partido Revolucionario Febrerista: Fernando Vera, presidente, y Nils Candia, secretario general.

El plan constaba de tres aspectos claramente favorables:

1) Político: Se buscaría la total convergencia de los opositores a Stroessner, es decir, de todos los partidos y de las corrientes disidentes dentro del coloradismo, para concurrir detrás de un candidato único a la Presidencia, quien sería Guillermo Caballero Vargas, joven empresario, sin compromisos atados con ningún sector político actuante.

2) Financiero: Se dispondría de recursos suficientes para impulsar una campaña de envergadura, capaz de polarizar al electorado. Se hablaba de millones de dólares, que serían básicamente aportes de entidades de países de la Comunidad Económica Europea.

3) Militar: Al concluir la compulsa, se denunciaría el grotesco fraude, se convocaría a la ciudadanía a manifestarse y en el seno de la efervescencia popular se daría un golpe de Estado, realizado por oficiales jóvenes.

La estrategia era esencialmente similar a la experiencia filipina, donde en febrero de 1986 la oposición al dictador Marcos se había unido en torno de la candidatura de Corazón Aquino, viuda del líder de la oposición filipina, Benigno Aquino, que fuera asesinado en 1983. Lo cierto y lo concreto es que en Filipinas, terminada la elección, Corazón Aquino llamó a la desobediencia civil ante el fraude que saboteara su triunfo y se desencadenó una crisis militar que puso fin a la dictadura de Marcos, quien fue al exilio, asumiendo Corazón Aquino la Presidencia.

Pero la “vía filipina”, y esto pese a los trabajos previos realizados, no se aceptó en el Paraguay. La idea contemplaba la participación a través del Partido Revolucionario Febrerista, el único partido de oposición intransigente con personería jurídica, por lo cual era esencial que allí se diese el primer sí, de modo a otorgarle mayor peso y viabilidad a la iniciativa.

El Partido Revolucionario Febrerista, PRF, en sesión reservada, trató el polémico tema. Fernando Vera informó de manera general, sin abundar en detalles, sobre la propuesta comprendida dentro de lo que se conocía como “Plan Zeta”, y el único orador de la jornada fue el secretario general, Nils Candia, quien argumentó extensamente en contra, sosteniendo que el PRF era esencialmente un partido revolucionario y no una simple personería a utilizar para fines políticos como el propuesto.

Al primer traspié se siguieron otros, pues durante el resto del año la iniciativa fue siendo desestimada, lo que fue expresión más bien de torpeza política, en algunos casos, y de marcada mezquindad, en otros.

Para tener una idea: uno de los referentes del Partido Liberal Radical, participante del proceso en ese entonces, Félix Ayala, hizo una interpretación original de la iniciativa, sosteniendo que el “Plan Zeta” era simplemente el plan que venía aplicando el Partido Liberal Radical desde 1967; o sea, simple participación.

Ahora bien, en cuanto a las condiciones generales en que se lanzó el proyecto, no caben dudas sobre que eran favorables:

- En el ámbito internacional, el aislamiento de Stroessner se venía agudizando, pues los Estados Unidos, con su “política de los Derechos Humanos” favorecía más que cambios liberalizantes, el desplazamiento del dictador. Conscientes de ese interés casi explícito de los estadounidenses, los colorados de la corriente “militante stronista” se referían al representante de los Estados Unidos en Paraguay, Clyde Taylor, con expresiones no solamente duras, sino groseras (“Gringo rovatavy” = “Gringo jodido”).

- Regionalmente, Brasil desde 1980 vivía un proceso de apertura democrática cada vez menos tutelada por las Fuerzas Armadas. Así, al último dictador militar, Joao Figueredo, sucedió en 1985 José Sarney, ante la muerte del electo Tancredo Neves, acelerándose el paso de un régimen cerrado a uno abierto. En la Argentina, por su parte, desde 1984 venía gobernando Raúl Alfonsín, quien triunfara en las elecciones de octubre de 1983, poniendo fin a la dictadura militar.

- Internamente, el escenario político estaba dominado por la irreversible descomposición interna del stronismo, cuando el Partido Colorado, fragmentado muy claramente desde comienzos de 1980, en 1984 se planteó la pugna abierta entre “tradicionalistas” y “militantes stronistas”; pugna que se fue agudizando hasta explotar en una abierta ruptura en agosto de 1987, tras el copamiento del Partido Colorado por los “militantes stronistas”.

- En el seno de las Fuerzas Armadas había disconformidades de todo tipo. Por una parte, sectores de la propia jerarquía stronista observaban con preocupación el internismo colorado, entendiendo que una eventual fractura (que se dio) debilitaría al gobierno. Tampoco avalaban la tensión con los Estados Unidos. Por otra parte, los jóvenes oficiales, incluidos los coroneles, soportaban situaciones realmente apremiantes: no podían llegar a la cima de su carrera porque los generales se eternizaban en sus cargos (1), estaba creciendo la injerencia de sectores políticos en decisiones tipo ascensos o pases a retiro (2), sus remuneraciones eran esencialmente bajas (3), no compartían la agresividad contra los Estados Unidos (4) y estaban preocupados por la acelerada descomposición del Partido Colorado y del gobierno (5).

Las condiciones generales favorecían la elaboración de propuestas creativas de salida a la crisis, por lo que a partir del “Plan Zeta” se debatió ampliamente sobre la abstención o la participación. El desafío consistía en encontrar una fórmula alternativa a la participación para legitimar, que es lo que hacían en la práctica los partidos Liberal y Liberal Radical; y a la abstención sin resultados, que es lo que hacían en la práctica los partidos Liberal Radical Auténtico, Revolucionario Febrerista y Demócrata Cristiano.

Un elemento también característico de la época, que preocupaba a los actores políticos de oposición, fue la emergencia de focos sociales de movilización, que tendían a colocar a actores sociales en el centro del escenario, como ser los casos concretos de los trabajadores del Hospital de Clínicas –que catapultó a Carlos Filizzola– y el Movimiento Intersindical de Trabajadores, MIT, que se constituyó en el referente movilizador urbano más importante.

Las movilizaciones sociales no se restringieron a los conflictos puntuales, sino que rápidamente las organizaciones promotoras se iban erigiendo en canales de movilización anti-dictatoriales; de ahí la fuerza que tuvieron. Otro desafío: de mantenerse los partidos en la cómoda postura de no participar, apenas, irían perdiendo legitimidad como referentes para una sociedad hastiada de incoherencias y pasividad.

Desde esa perspectiva, no hay dudas sobre que el “Plan Zeta” reunió todos los condimentos propios de una propuesta innovadora y atrevida, capaz de sacudir a todo el proceso paraguayo, favoreciendo cambios fundamentales.

De aprobarse y ejecutarse, obviamente otra iría a ser la historia del país. Pero la iniciativa no prendió, porque tropezó con diversos obstáculos, algunos reales y otros artificiales:

- La oposición que legitimaba a Stroessner sintió que la propuesta se constituía en una amenaza para sus privilegios relativamente discretos, pero que prefirieron mezquinar pues en otra composición de fuerzas probablemente no serían contemplados sino como fuerza de apoyo de segunda línea. Entre los beneficios inmediatos y cómodos que ofrecía la legitimación de Stroessner, y la aventura de apoyar una empresa que no garantizaba un desenlace feliz, los participacionistas fueron pragmáticos, una vez más; desestimaron la iniciativa.

- El Partido Revolucionario Febrerista, cuya personería jurídica se pretendía utiliza para viabilizar el plan, se encontró ante una situación incómoda, pues la propuesta no dejaba de seducir, pero tampoco resultaba suficiente para lo que el partido proponía. En un país donde hasta hoy apenas se hacen análisis de hechos recientemente pasados, no se tuvo la capacidad de analizar de manera prospectiva para tratar de visualizar las ventajas y desventajas que podría ofrecer una iniciativa como la impulsada.

- El Partido Liberal Radical Auténtico, principal fuerza opositora, no iría a desistir fácilmente de lanzar a su principal referente del momento, Domingo Laino, como candidato en el caso de una compulsa electoral. Y menos aún iría a aceptar que una persona sin trayectoria política, Guillermo Caballero Vargas, fuese el candidato de la polarización.

Con las referencias mencionadas bastan para tener una idea clara de las dificultades con que el proyecto tropezó, pero el mismo trajo cola. Así, por citar un ejemplo, tempranamente el senador liberal radical Enzo Doldán habló de la unificación del liberalismo bajo la candidatura a la Presidencia de Domingo Laino.

Obviamente, y resultaba imposible dejar de admitir esa realidad, por una serie de circunstancias Domingo Laino se había constituido en el principal referente de la oposición a Stroessner, por lo que se había ganado el derecho legítimo de exigir que ese espacio se respete, por una parte, y de donde los más astutos políticos, como el caso de Doldán, buscasen fórmulas para explotar el hecho, por otra parte.

Por su lado, el Partido Demócrata Cristiano, a través de algunos de sus principales referentes levantó la propuesta de una “participación condicionada”, la que no era novedosa, ciertamente, pero que mostraba apertura para discutir el tema.

Pero el “Plan Zeta” puso deliberadamente a Caballero Vargas como candidato, apostando a sacar ventajas precisamente de los rasgos que los opositores consideraban negativos.

Sin lugar a dudas, el candidato presentaba características que le otorgaban alta capacidad de arrastre: empresario exitoso, lo que en sí ya era positivo, podría predisponer favorablemente a amplios sectores empresariales, grandes y medios; sin tradición política, podría atraer inclusive a bolsones importantes del electorado colorado disconforme.

Pero la dosis de irrealismo que vició el “Plan Zeta” consistió en no considerar que el Partido Liberal Radical Auténtico iría a desistir de la candidatura de Domingo Laino, la figura más relevante de la oposición paraguaya en ese entonces, que fuera construida sobre la base de un sistemático trabajo de hostigamiento al stronismo desde el propio Congreso Nacional, primero, entre 1968 y 1978, y desde fuera del Parlamento, después, cuando en el marco de la onda re-democratizadora de América Latina, la oposición intransigente optó por la vía de la abstención.

En el momento en que se promovió el “Plan Zeta”, Domingo Laino se encontraba en el exilio, donde apenas meses antes, en un imponente acto que se realizara en los alrededores del Obelisco, en Buenos Aires, ante una concurrencia de 7.000 personas lanzó la propuesta de un gobierno cívico-militar como salida para el Paraguay.

Pero dicha propuesta, al igual que la otra, estaba contaminada de irrealismo, pues para que pudiera darse sería necesario que en el seno de las Fuerzas Armadas existiese como mínimo una camada de oficiales capaces de articularse con sectores de oposición para desplazar a Stroessner.

Y las Fuerzas Armadas paraguayas estaban esencialmente conformadas por oficiales de extracción colorada, con fundado temor con respecto al poder de Stroessner, quien, a su vez, tenía muchos simpatizantes en el seno de la oficialidad.

Es cierto que había descontento en el seno de la oficialidad joven, pero el propio desarrollo histórico demostró que era mucho más viable una conspiración con sectores stronistas reciclados, como se dio, antes que con sectores de oposición.

De ahí es que comparando ambas propuestas, se concluye

necesariamente que el “Plan Zeta” tenía mayor viabilidad, pues resultaría más posible negociar con actores que tuvieron poco o ningún compromiso con las luchas anti-stronistas, antes que con figuras emblemáticas de la lucha contra la dictadura.

De todos modos, no se dio ni lo uno, ni lo otro.

En abril de 1987 el Estado de Sitio no fue renovado, hecho que posibilitó, entre otras cosas el retorno de Domingo Laino al país, el 25 de abril de ese año.

El caudillo liberal llegó con mucho entusiasmo y lanzó una política de resistencia pacífica activa, promoviendo amplias concentraciones en todo el interior del país. Se tomó de una propuesta originalmente febrerista, que apostaba a crear un Frente Nacional Democrático, que incluyese a todos los sectores políticos y sociales anti-dictatoriales, y trató de darle existencia.

El propósito avanzó, pero no se concretó la creación del Frente. ¿Por qué un Frente si ya existía el Acuerdo Nacional?

Por dos razones: en primer lugar, el Acuerdo Nacional se había mostrado incapaz de avanzar hacia la conformación de un frente político, manifestando limitaciones programáticas y organizativas; en segundo lugar, nuevos actores sociales y políticos estaban en la arena, con gran capacidad de movilización, como el caso del MIT, en el ámbito sindical, y el Movimiento Democrático Paraguayo, MDP, que aglutinó a parte importante de la nueva izquierda, con pies muy bien plantados en lugares claves como el Hospital de Clínicas, cuyos trabajadores estuvieron al frente de importantes movilizaciones.

Pero la discusión sobre participación o abstencionismo se prolongó casi a lo largo de todo el año 1987, y precisamente en ese marco es que se elaboró la propuesta de las “elecciones libres”, que sirvió de base para la conformación de una Coordinadora, punto en el que se encontraron casi todos los actores políticos y sociales que estaban contra la dictadura.

Es decir, la oposición siguió optando por la abstención, en la práctica, llamando al voto en blanco. Los “tradicionalistas”, por su parte, proponían impugnar la candidatura de Alfredo Stroessner, con lo que se daría una suerte de campaña por el voto nulo. La consigna del voto en blanco, y sobre todo la del voto nulo, provocó fundadas preocupaciones al interior del Partido Colorado, pues la ruptura que se había producido el 1º de agosto de 1987 amenazaba dar fuerza al aislamiento.

Se concentraron los esfuerzos de los “militantes stronistas”, entonces, en asegurar la masiva concurrencia de los colorados a las urnas, por una parte, y en destacar que la única salida era Stroessner, por otra.

En respuesta directa, el Partido Liberal Radical Auténtico intensificó la campaña por la abstención, considerando que un gran vacío en las elecciones confirmaría el acierto de la tesis abstencionista.

Los partidos Liberal y Liberal Radical, que seguían legitimando a Stroessner, no hicieron campañas proselitistas, propiamente, sino que se dedicaron a cuestionar a los abstencionistas, haciéndole el juego a la “Militancia Stronista”.

“Tito” Saguier, en la época, había denunciado de manera responsable que hubo arreglos entre la “Militancia” y los liberales y liberales radicales, que implicó inclusive el aporte de importantes sumas de dinero para costear las campañas liberales.

Finalmente, el 14 de febrero de 1988 se realizaron las elecciones generales, que le otorgaron a Stroessner su octavo y último mandato. De acuerdo con informaciones de la Junta Electoral Central estaban habilitados para votar 1.442.607 personas.

De acuerdo con la Junta Electoral Central, Stroessner obtuvo el apoyo del 88,6% del electorado, lo que traducido en votos habría sido de 1.186.693. El Partido Liberal Radical quedó como primera minoría, con el apoyo de 96.231 electores y el Partido Liberal en último lugar con 42.056 votos.

Aún de acuerdo con la misma fuente, el voto en blanco apenas superó el 1% y el ausentismo fue de alrededor de 100.000 inscriptos; es decir, hubo una participación de más del 90% de los inscriptos.

Los datos proporcionados por la Junta Electoral Central quedaron en abierto contraste con los suministrados por una encuesta realizada conjuntamente por la Universidad Católica y la Fundación Naumann. El sondeo se hizo en zonas urbanas y arrojó los siguientes resultados:

ANR, Partido Colorado: 42,8%

No vota: 31,3%

Vota en blanco: 11,6%

Partido Liberal: 1,0%

Partido Liberal Radical: 0,9%

No responde: 12,3%

Con seguridad, la encuesta reflejó con mayor fidelidad el momento político que se vivía en febrero de 1988. El stronismo, como sistema de dominación política, estaba agotado, restándole apenas el apoyo incondicional del sector del Partido Colorado conocido como “Militancia Combatiente Stronista”, una lealtad forzada en las Fuerzas Armadas y un coro débil que le hacían dos pequeños partidos desprendidos del liberalismo, con poco arrastre.

Fuente: STROESSNER LA HISTORIA. PARTE ESPECIAL. LA CRISIS GENERAL DEL STRONISMO. Por ROBERTO PAREDES. Editorial SERVILIBRO. E-mail: servilibro@highway.com.py - www.servilibro.com.py . Asunción-Paraguay, Noviembre de 2011




CRONOLOGÍA DEL TERROR


El 13 de octubre de 1951, Alfredo Stroessner llegó a la cúspide de su carrera militar como comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas. Así comenzó a forjar su inmenso poder.

Con 38 años de edad, Stroessner fue confirmado en el cargo de comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas durante el gobierno de Federico Chávez. Tres años después, el comandante de la Caballería y sostén militar del presidente Chávez, Néstor Ferreira, destituyó al mayor Virgilio Candia de su cargo de jefe del Regimiento de Caballería 3, sin previa comunicación a Stroessner. Viendo en peligro su poder militar, Stroessner decide realizar un golpe contra el Gobierno.

El 4 de mayo de 1954, Stroessner llevó adelante el operativo, anulando la Caballería y atacando a la Policía. El arquitecto Tomás Romero Pereira, titular del Partido Colorado, asumió como presidente interino tras unos días de incertidumbre. Según registros históricos, esta asunción habría sido parte de un acuerdo con el caudillo colorado Epifanio Méndez Fleitas, quien convenció a Stroessner de que esperara la oportunidad de ser jefe de Estado constitucional. Dos meses después se llevan a cabo las elecciones, donde sólo habían votado afiliados al Partido Colorado. Alfredo Stroessner asume el 15 de agosto la Presidencia del Paraguay.

Pocos meses después se inicia la persecución política en contra de los opositores al Gobierno. El 22 de febrero de 1955, Stroessner dio de baja a 17 cadetes y varios oficiales del Colegio Militar, acusados de conspiración. Así se inicia una serie de ataques represivos hacia grupos de personas o individuos considerados comunistas o de estar en contra del Gobierno de Stroessner.

El 17 de octubre de 1955 comienza la institucionalización de la dictadura stronista, con la Ley 294 de Defensa de la Democracia. Esta ley permitió al régimen acusar de comunistas a cualquier opositor. También instituyó la obligatoriedad de la delación, por lo que todo funcionario estaba obligado a denunciar a supuestos opositores, o de lo contrario podrían ser también acusados.

A finales de ese año, Stroessner comienza a demostrar que no compartiría su poder, con la destitución del titular del Banco Central, Epifanio Méndez Fleitas, quien lo había apoyado para obtener el respaldo del Partido Colorado y tendría aspiraciones de sustituir a Stroessner en el siguiente periodo electoral. Luego de su destitución, los adherentes de Epifanio Méndez Fleitas fueron perseguidos, lo que fue considerado como la primera gran purga dentro del Partido Colorado y las Fuerzas Armadas.

La población comenzó a demostrar abiertamente su disgusto, el 10 de abril de 1956, con grandes manifestaciones callejeras contra Stroessner. La “floja” participación del ministro del Interior, Tomás Romero Pereira, logró su destitución. Stroessner designó en su reemplazo a Édgar L. Ynsfrán, nombró al coronel Ramón Duarte Vera como jefe de Policía y a Erasmo Candia como jefe de Investigaciones, iniciando así lo que pasó a ser denominado como el terrorismo de Estado sistematizado.

En 1957, el Partido Colorado decidió respaldar a Stroessner nuevamente, para lo cual difundió el Acta de Cerro León. El año entrante, Stroessner asumió nuevamente como presidente, para el periodo 1958 al 1963, tras realizarse comicios en los que no se presentaron opositores. Los actos represivos continuaron sistemáticamente.

Durante el primer año de su segundo turno en el Gobierno, Stroessner disuelve el Congreso, el 30 de mayo. Los congresistas más prominentes, todos colorados, fueron detenidos y desterrados, logrando eliminar el último vestigio de oposición que le quedaba en esa organización política. Meses después, el Partido Liberal y el Partido Revolucionario Febrerista rechazaron una invitación del Gobierno para participar en elecciones para una nueva Cámara de Representantes.

Acabado el segundo periodo presidencial, Stroessner asumió nuevamente la Presidencia en 1963, tras “vencer” al candidato del Partido Liberal, Ernesto Gavilán. Durante este tercer periodo, Stroessner modificó la Constitución Nacional, que establecía que el presidente podía ser reelecto sólo una vez. La nueva constitución del 25 de agosto de 1966 habilitó a Stroessner para dos reelecciones más.

En octubre de 1969, las tensiones con la Iglesia Católica se acrecentaron, con la expulsión del padre Francisco Oliva, iniciando una serie de confrontaciones entre ambos poderes. El conflicto culmina tres años después, con la expulsión de los sacerdotes jesuitas, con la intención de suprimir la influencia de estos religiosos sobre los jóvenes de la clase media y varios grupos de campesinos a los cuales organizaron.

La detención arbitraria y represión de opositores al poder se extendió a toda la región, cuando el 25 de noviembre de 1976 nace en Chile la llamada Operación Cóndor. Significó la organización de los sistemas represivos de Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Paraguay y Uruguay mediante un acuerdo mutuo entre los países. A partir de la fecha, cualquier ciudadano extranjero exiliado podía ser detenido, torturado, asesinado o entregado al país de origen.

La represión contra la prensa se agudizó el 18 de junio de 1979, con la suspensión del diario Última Hora y La Tribuna. En 1984, Stroessner clausuró el diario ABC Color, que había adoptado una fuerte línea opositora al régimen dictatorial. Un año después, Radio Ñandutí cerró sus emisiones luego de que Antelco desate una feroz guerra de interferencias contra la emisora.

El creciente descontento de distintos sectores, incluyendo dentro del mismo Partido Colorado, además de la pérdida del apoyo de Estados Unidos tras la caída de la Cortina de Hierro, llevó finalmente a un levantamiento militar encabezado por el general Andrés Rodríguez. En 1989, Stroessner fue apresado y exiliado del país. El 16 de agosto del 2006, el dictador murió en Brasil sin ser juzgado ni condenado por sus crímenes.

Artículo publicado en el diario ABC COLOR

en fecha 01 de Noviembre del 2012

Fuente en Internet: ABC COLOR DIGITAL / PARAGUAY



LA ALIANZA DE STROESSNER Y EL COLORADISMO, MATRIMONIO DE MUTUA CONVENIENCIA

Por BERNARDINO CANO RADIL


El contexto fue un país a mediados de los años 50 con marcada mentalidad rural. Donde la pobreza, por falta de productividad y producción, era enorme incluso en la capital. Los escasos ricos lo eran por la ganadería, el comercio importador y el contrabando en gran escala para los amigos del poder. Una de las pocas fuentes de empleo seguro era el Estado, que exigía lealtad absoluta al poder de turno, semilla del clientelismo que nos agobia hasta hoy.

Teníamos una élite y una ciudadanía casi sin cultura cívica y donde el sector público para una gran mayoría era un botín de guerra para apropiarse de beneficios sectarios. El acceso al poder lo era todo, a cualquier precio y su detentación legitimaba hasta la traición.

En dicho escenario se encarnó esta larga y sangrienta dictadura, el acontecimiento más significativo de la historia paraguaya contemporánea, al sufrir todavía sus efectos. La mayor parte de los problemas que nos aquejan como campesinos sin tierra, corrupción generalizada socialmente aceptable, impunidad, marginación y pobreza tienen origen en ese periodo.

Cuando los colorados, en particular Méndez Fleitas y Romero Pereira pensaron y buscaron a Stroessner para pacificar la política paraguaya por un corto tiempo, no se percataron ni remotamente de su efecto no deseado: abrir las puertas a la dictadura más larga de la historia nacional, comprometiendo al coloradismo como aval civil del fortalecimiento de un cesarismo pretoriano, cuya ambición personal de poder trascendió la frágil institucionalidad partidaria. Por un equivocado análisis de correlación de fuerzas y no percatarse de la real primacía del factor militar en esa coyuntura, se hipotecó la legitimidad democrática republicana, a cambio de ciertas canonjías y privilegios a favor de una dirigencia sometida a las nuevas reglas de juego.

El futuro dictador fue bien visto por todos al comienzo. A fines de mayo de 1954 en la concentración colorada de proclamación de su candidatura, Epifanio Méndez le dedicó "26 de febrero" y el 15 de agosto de 1954, Augusto Roa Bastos el poema: "Stroessner y Perón", comparando a ambos mandatarios con los proceres de la independencia.

Pero dotado de una astucia carente de escrúpulos poseyó una determinante ventaja en su accionar. Afirmó su poder omnímodo sobre una repartija de beneficios en lo político y económico que incluyó a amplios sectores de la sociedad, incluso a vastos sectores marginados. Todos tuvieron, por turnos, un espacio bajo el sol. Opresores y oprimidos, campesinos y citadinos, ricos y pobres, colorados y opositores. Había una sola condición: hincar la rodilla al César, después se podía hacer todo, o casi todo. La ley no regía para los amigos del dictador, ni siquiera para los amigos de sus amigos.

Aberraciones disfrazadas o justificadas ideológicamente bajo la premisa del "Precio de la paz y el progreso" o una "Democracia sin comunismo" fue su impronta. Era sinónimo de una democracia sin colorados disidentes, ni díscolos; funcional a la Doctrina de la Seguridad Nacional que se agudizó en la región por la victoria de Fidel Castro en Cuba el 1° de enero de 1959. La dictadura de Stroessner fue bien vista en el occidente cristiano porque las elites conservadoras solo veían anarquía o comunismo.

El poder era de Stroessner, los mensajeros de la "Nueva Era" eran los colorados que se arrodillaron y los opositores que legitimaron por supuesto con una sonrisa de oreja a oreja de los Estados Unidos, las otras dictaduras militares de la región con su Plan Condor, la Iglesia Católica con Mena Porta a la cabeza y una raquítica burguesía comercial y de pseudo empresarios dependientes del Estado. Entre todos montaron una fachada democrática a un régimen cuya acción práctica distó de esos valores.

En 1960, por ejemplo, utilizó a una parte de la jerarquía eclesiástica y ordenó el Vicariato Castrense; los capellanes desfilaban en las paradas militares y ascendían en jerarquía y salario con los militares. Recién tras la asunción de monseñor Ismael Rolón, como arzobispo de Asunción, en sustitución de Aníbal Mena Porta (1967) y su retiro del Consejo de Estado, la Iglesia cambió de actitud.

Para comprender mejor daremos una imagen del sector empresarial. Presidente de la corporación y detentador de todas las acciones el Presidente de la República, y los grandes mandos militares, accionistas por orden de beneficios y responsabilidades el neocoloradismo stronista. Lejos y en menor medida, liberales y febreristas. Otros accionistas con beneficios y responsabilidades fueron los empresarios, Iglesia, medios masivos de comunicación social, etc.

La distribución del poder político y económico se diseñó para que ningún sector adherente quede sin recompensas y el dictador las otorgaba según lealtades o la relevancia de las traiciones. Excluidos: disidentes colorados y un amplio espectro denominado comunistas, después denominada "oposición irregular". Instauró una persecución selectiva que hizo del miedo su principal herramienta de control social, como dijera Enrique Riera: "Era nuestra segunda piel". Un caso emblemático de la construcción dolosa del miedo fue en 1962 el invento de una conspiración por Edgar Ynsfran y la prisión por más de 25 años del capitán Napoleón Ortigoza, acusado del crimen del cadete Benítez. Fueron condenados otros militares.

La anarquía era más temida que la dictadura para la vieja élite conservadora patria. Afiliados y dirigentes colorados secundaron el modelo y comparten la responsabilidad de un gobierno bajo el temor. El Partido Colorado oficialista fue incapaz de manejarse con dignidad y se sometió de modo vil. Ser un partido cautivo hizo del colorado oficialista una persona temerosa, servil y conformista con la parte de la torta que le dejaban; mientras en forma permanente era bombardeado sobre la nacionalidad inmaculada del máximo héroe en lucha con los vendepatria y legionarios que venía a someter al Paraguay.

La oposición política se conformaba con las migajas de esta democracia aparente. Se sumaron al coro de aplaudir el freno de la inestabilidad anárquica y la apertura de una época de paz y crecimiento económico, que merecía ser apoyada pese a la corrupción y la acumulación ilegal de capital. El guaraní era sólido y quien no hacía sombras al dictador se enriquecía.

En este golem nativo, el Partido Colorado fue un rehén que se comportó como socio satisfecho. Un comportamiento que gracias al 3 de febrero lo salvó de pagar el costo político que no midió al aceptar compartir el poder al margen de los principios republicanos y democráticos. Objetivamente, Stroessner y el Partido Colorado sellaron un acuerdo de mutua conveniencia y oportunismo cínico para ejercer el poder y ocupar espacios de la administración. Sus efectos fueron negativos para la esencia del partido, peor aún perjudicó a la sociedad que todavía no logra independizarse de sus antivalores.

Un fenómeno que se explica al producirse el proceso de modernización más relevante del siglo XX, lamentablemente, al margen de normas éticas y mecanismos abiertos y meritocráticos. Las grandes obras de infraestructura, el crecimiento de la frontera agrícola, la triangulación comercial, el contrabando y tráfico de todo tipo permitieron una bonanza desconocida, pero mal distribuida y que corrompió nuestras antiguas prácticas culturales. Un ejemplo temprano aconteció en 1961 cuando es asesinado un supuesto agente antinarcóticos norteamericano en una balacera en el cine Splendid. Si bien derivó en un escándalo que le costó el puesto al Jefe de Investigaciones, al tenebroso y poderoso Erasmo Candía, el partido y la sociedad se callaron.

El país se tornó económicamente dependiente de un Estado sectario y partidista que dominaba la economía nacional. Sus empresas públicas de agua, luz, teléfono, cemento, líneas aéreas, fluviales, de elaboración de caña, sumadas a la construcción de Itaipú y Yacyretá generaron gran cantidad de circulante, lo que transmutó la motivación central de pertenencia al coloradismo, sustituyendo la identidad doctrinaria por el disfrute del dinero a cambio de sumisiones, lealtades y traiciones. En el proceso se vació la vivencia partidaria de las añejas banderas de republicanismo social y nacionalismo progresista. Un crimen doctrinario.

La sociedad veía emerger con beneplácito, sin ninguna sanción social o ética, a los "nuevos ricos" que exponían impúdicamente sus fortunas ante una ciudadanía envilecida y sometida, que con el tiempo expuso síntomas de hartazgo. Un ejemplo fueron las "marchas de la civilidad". Indudablemente el peor legado de Stroessner al coloradismo fue transformarlo en una agrupación política movida casi exclusivamente por el afán de movilidad política y lucro; vaciándolo ética y doctrinariamente.

Durante la dictadura el sometimiento, el clientelismo y las prebendas fueron los mecanismos estelares para ascender política, social o económicamente. El partido por su honda raigambre popular le proveyó de una base política sólida y de una cantera inagotable de cuadros para la administración pública. Al hacer del partido un mecanismo de adhesión obligatoria para la actividad pública o privada desde el ingreso a una escuela, colegio o universidad pública hasta licitaciones, genuinas oportunidades para enriquecerse, se erigió un nuevo modelo de dominio. Era imposible ser funcionario público sin estar afiliado al partido, menos aún ingresar a los organismos de seguridad y era obligatorio el aporte del 5% de los haberes como cuota partidaria "voluntaria". El partido operaba como filtro y condensador de la ideología oficial. Su rol era legitimar al régimen ante la sociedad civil y el mundo y para el efecto contaba con ingentes recursos y la fuerza del autoritarismo en un sistema electoral no competitivo.

Al mismo tiempo, al utilizar los recursos públicos la prebenda se instituyó en un sistema de reparto y goteo hacia la sociedad civil por medio de dos instrumentos: los altos cargos gubernamentales obligados a subvencionar ciertos territorios y los organismos de base "seccionales" que se multiplicaron y convirtieron en formidables aparatos electorales. Especialmente, los presidentes de seccionales representaban al partido en cada barrio o ciudad. Eran la autoridad política. Recomendaban para el ingreso a la función pública, repartían víveres, solucionaban problemas de los vecinos, repartían remedios, etc. Estas dos herramientas representaban al ausente Estado de Bienestar y eran agentes distribuidores del excedente económico practicando el principio de solidaridad comunitaria, adquiriendo en esa gestión una extraordinaria experticia para participar en las lides electorales.

Algunos colorados incluso integraron los organismos represivos como "pyragues" -informantes silenciosos- colaborando en forma directa con la dictadura. Ejemplos especialmente odiosos por sus roles represivos y condición de dirigentes de la Junta de Gobierno fueron los de Edgar L. Ynsfrán, Augusto Sabino Montanaro y Pastor Coronel. Es más, ante alguna emergencia, sus afiliados, al igual que los funcionarios públicos, eran movilizados para generar actos multitudinarios de respaldo a la autocracia y enfrentar físicamente a los opositores.

Stroessner ganaba las elecciones por márgenes escandalosos. A veces casi llegaba al 90% y se lo reducía solo por dar margen de verosimilitud. Desde la década del sesenta usó al partido para legitimarse de manera reiterada en los actos comiciales, poniendo a sus mejores espadas a defender hasta lo indefendible como la clausura de los medios de prensa, siendo el colmo de este antirepublicanismo el redactar una Constitución para agregar una sola frase y permitir su reelección ininterrumpida en 1977.

La política bajo el régimen hizo del fraude electoral un mecanismo más del "arte" de gobernar, una práctica que contagió e inficionó a los colorados y se extendió a los otros partidos. La apariencia de legalidad era muy importante para su imagen internacional, el "Estado Pretoriano" demandaba del voto para no ser una dictadura militar a secas, aunque los electores en los centros de votación sintieran en sus nucas como dijéramos el cañón de una pistola. Otro legado: en el 2008 en todas las internas partidarias se radicaron denuncias creíbles de fraude.

Tras la crisis del 59 el Gobierno contó con la mejor inteligencia partidaria que competía públicamente en abyección y sometimiento. El espacio público lo llenaban cómplices y súbditos con su estilo de entregas y renuncias. En un principio prefirió a caudillos que ostentaban tradiciones, prosapias y educación al adornar al régimen con sus aportes históricos y raigambre nacionalista. Con el tiempo los postergaron para priorizar caudillos y operadores populares, sin tradición. Fue el inicio de la división de militantes y tradicionalistas y el principio del fin.

Coaccionar y humillar fue el modelo con que se dominó al coloradismo y al país. Gracias a una ciudadanía anestesiada ante la brutalidad y anarquía que sus padres vivieron. Solo deseaba "Paz" y si era posible un poco de "Progreso", a cambio de su silencio, obsecuencia y servilismo. La libertad no fue una demanda popular por décadas.

Se aceptó la dictadura por estas secretas razones en el inconsciente colectivo de un pueblo martirizado por los Golpes de Estado, revoluciones, cuartelazos, migraciones, persecuciones, exilio y muerte. Es triste reconocer que en este juego perverso, el Partido Colorado oficialista colaboró para legitimar la vejación reconvirtiéndose el coloradismo en un instrumento de control autoritario y en un rehén cómodo, soberbio y en ciertos niveles corruptos.

De pronto la región vibró con el retorno de la democracia. Un tiranosaurio como el nuestro se tornó políticamente incorrecto. En enero de 1983 retornan al país los miembros del MOPOCO gracias a la protección del gobierno de Raúl Alfonsín. Poco después la ANRER.

Cuando la aventura de la dictadura no dio para más, su sector más lúcido percibió el abismo. El primero en romper fuego fue el propio hijo del Arq. Romero Pereira, miembro de la Junta de Gobierno, Ing. Carlín Romero Pereira que pronuncia en Caaguazú, en un campamento de jóvenes colorados, una conferencia titulada "La Ética" y exigió que el coloradismo "retorne a la ética como norte del pensamiento y la acción". El estupor fue absoluto. Fue la más furibunda autocrítica nacida del seno mismo del partido desde 1959. Catalogado como "desertor" por el propio Stroessner dio nacimiento al Movimiento Etico y Doctrinario, primera disidencia colorada pública en el seno oficialista en 25 años.

A esa voz, toda una esperanza para el exilio y que sacudió el país, se suman diputados como Julio C. Frutos y Ángel R. Seifart. Este último, el 8 de marzo de 1986, en Loma Grande en el documento "El Coloradismo histórico y doctrinario" retoma explícitamente los objetivos de normalización democrática de 1959 y denuncia: "rémoras que superar, los errores que suprimir y las desviaciones que corregir". Después vino su provocativo: "No más General Stroessner”.

Lentamente, el Partido Colorado stronista se agrieta y la gran crisis estalló en 1987 cuando confrontaron los "Militantes combatientes stronistas" contra los colorados "Tradicionalistas". Los segundos era colorados stronistas, es decir, colorados primero; los "Militantes" eran primero stronistas, luego colorados. Ante el quiebre al percibir que se les mueve el piso, el 22 de marzo de 1987, en San Bernardino, se presenta el "Cuatrinomio de Oro", integrado por Sabino Augusto Montanaro, Adán Godoy Jiménez, Mario Abdo Benítez y J. Eugenio Jacquet, como candidatos a conducir la Junta de Gobierno en la futura Convención de agosto para purgar al partido y al gobierno de "traidores".

Stroessner en público siempre cultivó un estilo mesurado, a diferencia de la "militancia" que competía en agresividad, vehemencia y abyección al recurrir a un lenguaje totalitario. Fue un bullicioso auditorio conformado con amontonar beneficiarios de las prebendas. Redujo al coloradismo a una hinchada agresiva sin el señorío que distinguía al "Tradicionalismo". Los otros se limitaron a convocar a la agresión y al resentimiento, imaginando ocupar el espacio del pueblo. Ni siquiera se preocupó de cuidar las formas, y ante la soberbia impune que los caracterizó la irritación cívica y militar se disparó.

Su plan era quedarse con el poder ante el supuesto y cercano fin del dictador a través del encumbramiento militar de su hijo Gustavo. En un discurso que causó urticaria el Gral. Prieto Bustos dijo como director: “Es por esto que el Colegio Nacional de Guerra afirmó que después de Stroessner habrá otro Stroessner". Por este avasallamiento apresurado varias camadas de coroneles más antiguos y que luego protagonizaron el golpe serían pasados a retiro. Entre ellos, en la Caballería, se detectaba su incomodidad. Sin dudas fue uno de los detonantes del 3 de febrero de 1989 como lo reconoció el Gral. (SR) Óscar Díaz Delmás (Carlos 4).

En frente Juan Ramón Cháves se perfilaba nuevamente como titular de la ANR por el "Tradicionalismo". El movimiento venía marcando distancia del anciano dictador y a diferencia de los actores de 1959 mantenía buena relación con altos referentes militares. Presionaban a favor de una apertura democrática en línea con los nuevos aires procedentes de Washington y la región. Para el stronismo fue el canto del cisne, hasta los colorados stronistas más rabiosos no estaban dispuestos a ceder el poder a Gustavo. Ni que hablar de los altos mandos de las Fuerzas Armadas que debían pasar prematuramente a retiro para que el plan se concretara.

Tras su derrota militar y política "la militancia" como corriente interna colorada de protagonista de primera línea, poco a poco, se esfumó y sus principales dirigentes si no fallecieron se llamaron a silencio. En cambio, numerosos integrantes con el tiempo accedieron a relevantes cargos partidarios y nacionales al representar una nueva camada dirigencial surgida de las bases partidarias, salvo que pegaran su futuro político al "César" derrocado.

La Junta de Gobierno, por presión de los "militantes", convocó a convención el 1 de agosto de 1987. Esa madrugada con apoyo policial ocuparon el local partidario y lo atracaron. Solo se les permitió participar a los "militantes" y al sector liderado por L. Prieto Yegros. El "Cuatrinomio de Oro" se apoderó de la ANR y se produjo un gran cisma. El hecho quebró, por su naturaleza en el ejercicio del poder, las propias reglas de la legalidad neocolorada- stronista. Se buscó imponer una nueva legitimidad fundada solo en Stroessner, sus descendientes y los cuadros políticos que le debían todo, absolutamente todo al anciano dictador.

Este atraco fracturó la alianza de casi treinta años entre el Partido Colorado oficialista y el "Estado Pretoriano" bajo el arbitraje del dictador que antes del 1 de agosto equilibraba a militares y caudillos. Después, al poder, lo reclamaba una emergente dirigencia amparada en la familia Stroessner que amenazó con sojuzgar a los principales representantes del "Estado Pretoriano" y a los caudillos colorados.

Bajo la dirección de Sabino A. Montanaro, vicepresidente del Partido y Ministro del Interior, se tomó la conducción eligiéndolo Presidente de la Junta y a Stroessner nuevamente candidato para su séptima reelección en 1988. Allí naufragó el sentido del ritual partidario y lo sustituyeron gritos, alaridos, amenazas y bravuconadas que facilitaron la caída de la dictadura.



Tras el abrupto atraco a la Convención del 1 de agosto de 1987, ese mismo día en un relevante manifiesto suscripto por J.M. Frutos Pane, Pedro H. Peña, Rubén Stanley, Juan Esteche Fanego y Percio Da Silva el "Tradicionalismo" reivindica la figura de J.R. Chaves, no menciona a Stroessner y defiende la democracia partidaria y los derechos del hombre al denunciar el asalto y a los infiltrados en las filas partidarias para lucrar con el poder.

El 11 de setiembre del mismo año, en otro manifiesto, esta vez firmado por J. R. Chaves, nuevamente, sin mencionar a Stroessner postula "suplir la hegemonía del autoritarismo como sistema de gobierno", "reivindicar la moral y el respeto a la dignidad", "la vigencia de la democracia" y "terminar con el personalismo". Un desafío que fue secundado por los principales referentes del "Estado Pretoriano", al ser conscientes de que el modelo se agotó y la "militancia" solo proponía un salto al vacío sin futuro, ni sustentación. El "Tradicionalismo Colorado" tiene el mérito político histórico de cavar la fosa del dictador para que lo empujaran las Fuerzas Armadas hasta su final definitivo.

El "Tradicionalismo" ya inquieto por la excesiva personalización del régimen y la perspectiva de una herencia dinástica se lanzó a una fuerte ofensiva política. La lucha por la sucesión detonó el fin. Dos años después por la senilidad del Presidente que explicaría su error de cálculo se concluyó con su derrocamiento el 2 y 3 de febrero de 1989.

Mucho se especuló por las razones que impidieron que derrocada la dictadura la oposición accediera a administrar el gobierno. Sin desconocer el aporte de miles de compatriotas en las luchas democráticas, la oposición no colorada adolecía de una debilidad estructural tan pronunciada, que la inhabilitaba operativamente para reemplazar al dictador. Nunca logró superar la etapa de agitación y denuncia, y por la extensión del autoritarismo no contaba con la experiencia, ni las condiciones para gobernar. Tan desolador panorama, naturalmente, hizo que la mirada girara nuevamente, a una renovada alianza entre el "Estado Pretoriano" y un sector del coloradismo para tumbar a Stroessner y dirigir la transición democrática.



Fuente: EL PARTIDO COLORADO Y ALFREDO STROESSNER. Por BERNARDINO CANO RADIL. Colección 60 AÑOS DEL STRONISMO N° 4. Editorial EL LECTOR. Directores de la Colección: HERIB CABALLERO CAMPOS / IGNACIO TELESCA. Corrección: MILCIADES GAMARRA. Asunción – Paraguay. Mayo, 2014 (104 páginas)



Lectura recomendada:

* ALFREDO STROESSNER MATIAUDA. Fuente: PRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA. Subsecretaría de Informaciones y Cultura. EXCELENTISIMO SEÑOR PRESIDENTE  DE LA REPÚBLICA DEL PARAGUAY Y COMANDANTE EN JEFE DE LAS FUERZAS ARMADAS DE LA NACION. GENERAL DE EJÉRCITO DON ALFREDO STROESSNER. BIOGRAFÍA. Agosto de 1983.

* PARAGUAY Y LA ERA DE STROESSNER. Por CARLOS R. MIRANDA. RP ediciones. Tapa: CELESTE PRIETO. Edición al cuidado de JUAN F. SÁNCHEZ. Asunción – Paraguay (188 páginas).

* EL GOBIERNO DEL GRAL. ALFREDO STROESSNER. Por HELIO VERA. LA HISTORIA DEL PARAGUAY - ABC COLOR. FASCÍCULO Nº 34 - CAPÍTULO 18, Asunción – Paraguay. 2013




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