Portal Guaraní - BIOGRAFÍAS DE MÚSICOS Y POETAS DEL DEPARTAMENTO DE PARAGUARÍ - TOMO I

Cada departamento, ciudad, pueblo, barrio y compañía de nuestro país cuenta con sus poetas, músicos y compositores. Son los que cantan lo que otros crearon. O interpretan sus propias obras.

Esos artistas son los que expresan los sentimientos de la gente. El amor, la ausencia, el engaño, la esperanza, la nostalgia, el retorno, la crítica social, la patria y los sueños, así como otros, son los temas que los autores abordan a partir del don que la vida les entregó.

Los músicos, poetas y compositores son tan necesarios e imprescindibles como el aire, el agua, el amor o la risa. Sin ellos, ninguna comunidad puede vivir ya que son los que amenizan los momentos de alegría, dicen en voz alta lo que muchos querrían manifestar y acompañan los diversos momentos de la colectividad.

Si bien muchos de ellos gozan de popularidad por lo que hacen o producen, no todos tienen el reconocimiento que se merecen. Es cierto que ellos no necesariamente ejecutan sus instrumentos ni cantan o componen una polca para recibir homenajes. Lo hacen porque lo sienten y -en el caso de los que actúan profesionalmente- también para obtener ingresos económicos que les permitan sobrevivir.

Aun así, ya que cumplen un papel social relevante, es de justicia que su aporte sea reconocido.

Esta es la tarea que Tomás Vergara Jara se propuso y lo consiguió. Músico él mismo -además de compositor y comunicador-, conocedor profundo por lo tanto, de su mundo y el de sus colegas, emprendió la tarea de recopilar con paciencia franciscana las biografías de sus colegas del departamento de Paraguarí.

Su trabajo permite conocer quiénes son los músicos, dónde nacieron, cómo se iniciaron en el arte que profesan, qué estudios poseen, qué obras produjeron, quiénes les acompañaron en sus presentaciones, de qué conjunto llegaron a formar parte, qué distinciones alcanzaron y qué obras compusieron, entre otros datos.

La tarea de Tomás tiene limitaciones, pero éstas no son de dimensiones tales que puedan opacar el brillo del material que pone en circulación. Su gran mérito es escribir en letras de molde los nombres de los artistas populares del noveno departamento y dejarlos en un soporte que va a sobrevivir el paso implacable del tiempo. En 100 años más será posible conocer acerca del pasado musical de Paraguarí gracias a la entrega y al esfuerzo del autor.

El libro que usted tiene en sus manos debe llegar, sobre todo, a los jóvenes. Hace falta que ellos descubran a sus artistas, que lo conozcan con detalles. Al descubrir a quienes expresan sus vivencias y sentimientos, se encontrarán también a sí mismos como parte de una historia viva, dinámica y activa.

El autor sabrá disculpar mis observaciones a lo largo de la etapa de preparación de este texto. Mi intención siempre fue mejorar hasta donde fuese posible un material que va a llegar a manos de un público diverso. Además, la naturaleza del emprendimiento hace necesario un trato digno y responsable de la materia prima con la que se trabaja.

Mis puntualizaciones, sin embargo, nunca significaron un retaceo de apoyo a Tomás. Al contrario, celebré y celebro su iniciativa y su coraje. En medio de múltiples restricciones, a puro pulmón, llevó adelante su proyecto.

Todavía faltan nombres para hacer plena justicia a los artistas vinculados a la música en el departamento de Paraguarí. No me cabe la menor duda de que en el transcurso de los años que vendrán, otros tomos de la obra de Tomás Vergara Jara completarán lo que todavía es silencio. Y acaso motivará a otros para seguir investigando y archivando testimonios.

Lo que resta ahora es leer la obra y encontrarse con los artistas populares que habitan sus páginas.

Mario Rubén Álvarez

Asunción, inicio del invierno, 2010

PRESENTACIÓN

SUEÑO DE UN VIANDANTE

Al llegar este trabajo a sus manos cobíjelo con cariño porque en él va un pedazo de mi corazón y el anhelo de un mejor conocimiento de nuestros poetas y músicos del noveno departamento.

Agradezco a Dios por haberme dado un padre y una madre maravillosos que me han inculcado siempre el amor por lo que es nuestro, la cultura musical, la naturaleza, el canto de las bellas mujeres que adornan las planicies de este maravilloso lugar, donde la gente se llena de sueños de un mañana mejor, con sus trabajos de artesanía y el canto de los músicos que alegran cada instante de la vida.

Nací en un lugar de literatos populares como Benicio Figueredo, Rubio Miranda, Porfirio Báez, Estanislao Páez Amarilla, Bruno Cáceres, Eudelio Franco y muchos otros grandes de la poesía y el canto popular.

Mi agradecimiento al Prof. Ángel Antonio Gini Jara, al periodista y poeta Mario Rubén Alvarez por el apoyo constante para la elaboración de estas Biografías de músicos y poetas del departamento de Paraguarí, un sueño largamente acariciado que me ha llevado a golpear muchas puertas y que me fueron abiertas con mucha gentileza y agrado.

A mi hermana Enriqueta y a la Prof. Blanca Coronel de Peralta, por el gran apoyo, que me permitió concretar este anhelo en pos de nuestra cultura, mi gratitud también.

A Dios y a la Virgen azul de Caacupé, por engendrar en mí este amor tan grande por lo nuestro, mis infinitas gracias igualmente.

Tomas Vergara Jara

Barrio San Roque - Carapeguá

BIOGRAFÍA - TOMÁS VERGARA JARA

Nació en la ciudad de Carapeguá, departamento de Paraguarí; el 7 de marzo de 1947, en el seno de una familia modesta, humilde, trabajadora y sacrificada. Sus padres fueron don Julián Vergara y doña Elena Jara de Vergara.

Realizó sus estudios primarios, desde los 7 años hasta los 12 años en la Escuela N° 78 República de Nicaragua, de Carapeguá.

Inició sus estudios secundarios en el Colegio General José E. Díaz, pero otras prioridades como las económicas lo obligaron a abandonarlos habiendo llegado hasta el segundo curso.

Cuando el niño fue creciendo nacía en el mismo un interés por la música; en aquel entonces el señor Bernardo Mosqueira, destacado músico de la comunidad, ejercía la profesión de profesor de música y fue éste quien lo invitó a integrar la Banda de Músicos de Carapeguá, que funcionaba bajo su dirección.

A los 15 años inicia su carrera musical, ingresando a la Escuela de la Banda de Músicos de la Municipalidad de Carapeguá, donde cumple con el servicio militar obligatorio; su talento y dedicación lo ubicó en el puesto de mejor alumno destacándose entre sus pares, fue distinguido con el primer puesto en aplicación y primer trompetista, recibiendo como honor al mérito un pergamino de reconocimiento.

En el año 1968 integró la Orquesta de Músicos con del profesor Bernardo Mosqueira, quien se desempeñaba como director y primer violinista; primer trompetista: Tomás Vergara; Acordeón: Regino Riveros, Batería: Rafael Larrea, Bajo: Ramón Miranda. En algunas oportunidades integraba con ellos la orquesta: el afamado Maestro Mauricio Cardozo Ocampo.

Trascurriendo los tiempos, el profesor Bernardo Mosqueira, por motivos particulares, deja vacante el cargo en la Escuela de la Banda de Músicos de la Municipalidad, dejando en su reemplazo al más destacado de los integrantes: Tomás Vergara de 17 años, quien lo ejerce hasta 1971, año en que se verifica un cambio de intendente, hecho que finalmente influyó a que abandone el cargo.

El joven músico no se limitó a ejecutar solamente la trompeta en la que se destacaba, a los 16 años ya ejecutaba con prestancia, la guitarra, siguió con el arpa, el acordeón y también se dedicó al canto con una voz privilegiada y singular.

Volvió a la Municipalidad de Carapeguá, esta vez para conformar el Dúo de los Hermanos Vergara hasta su matrimonio en 1972.

En el mismo año se traslada hasta la capital donde se establece, dedicándose a la música y a la empresa de carpintería, profesión que adquirió de niño como aprendiz con el señor Vicente Almirón.

En el año 1976 integró temporalmente como trompetista la Banda de Músicos del Comando de Ingeniería de Asunción.

Por motivo de trabajo en otra profesión se vio obligado a abandonar el rubro musical por un corto tiempo. Pero su pasión por el arte pronto lo empujó a volver a lo mismo y en el año 1978 retomó sus actividades musicales; conformaron el Dúo Vergara - Cabañas, con el sampedrano Remigio Cabañas.

En el año 1980, fue año de promoción; tuvieron un espacio para actuar en vivo en Radio Nacional del Paraguay, en la audición de Asociación de Escritores de Guaranias (ADEG) con el señor Francisco Agüero Thompson; director de la revista Ñane Reta, hasta el año 1981. También actuaron en Radio Nuevo Mundo de la ciudad de San Lorenzo, en el programa: Ñane Reta Purahéi, bajo la dirección del Lic. Ángel Antonio Jimi Jara hasta el año 1983; así mismo lo hicieron con Aníbal Lovera en su programa por Radio Paraguay y por Radio Guaraní con el Dúo Almada - Ovelar,

Entre los años 1984 y 1985, actuaron en la programación televisiva: Péicha Opurahéi Ñane Reta Chakorépe, que se emitía por Canal 9 TV Cerro Corá, donde fue elegido entre los 10 primeros mejores y grabaron un disco con el título: "Purahéi Kuña Chakorépe'’. En el año 1991 ganaron el primer puesto en un festival organizado por la Municipalidad de Ñemby. En 1992 las circunstancias hacen que el grupo se desintegre luego de una trayectoria de realizaciones y regresa a radicarse en su ciudad natal.

Combinado siempre con otras actividades, la de músico, en 1993 integra el conjunto “Los Troveros Guaraníes” de don Bruno Cáceres formando el dúo Vergara - Quintana, acompañado por Cabañas, viajando con el grupo en dos ocasiones a realizar actuaciones en Buenos Aires. También grabó en el Estudio Cerro Corá con la misma agrupación.

En el año 1994 le cupo actuar con el conjunto de don Bruno Cáceres en el programa televisivo: RPC en el Campo, emitido por Canal 13.

Estuvo con el mencionado conjunto hasta diciembre de 1995 y luego conformó la agrupación Nueva Era con el dúo Vergara - Denis, con Julián Denis como director, grupo carapegüeño con estilo musical variado muy gustado por su público, animando eventos sociales y familiares.

Desde el año 1996 hasta la fecha conduce y dirige el programa radial: Rescate Musical, por las emisoras de su ciudad natal, espacio por donde difunde biografías de músicos compatriotas, obras musicales y otros temas de interés del arte y el folklore nacional.

En el año 2000 con sus hijos Nidia y Daniel crea bajo su dirección el grupo: Los Vergara que el año 2002 graban su primer CD, con obras populares y conocidas y otras inéditas de su autoría.

Tomás transmitió a su familia sus pasos en el arte musical, sus hermanos menores; Martín y Silvino al asistir de niños como curiosos a sus prácticas, emularon su actividad y también se consagraron como exitosos músicos, así mismo su hijo Daniel que hoy en día aun siendo joven ya se destaca integrando grupos musicales folklóricos como arpista o de onda moderna como cantante y ejecutando el bajo eléctrico.

Actualmente es profesor de música (ejecución guitarra y arpa) en el Centro Cultural Tavapy de la ciudad de San Roque González de Santacruz.

PYHARE MOMBYRY

Por MARIO RUBÉN ÁLVAREZ (*)

El poeta carapegüeño Estanislao Páez Amarilla, en Montevideo, escribió una obra dictada en una Nochebuena por el dolor de hallarse lejos de su patria.

Estanislao Páez Amarilla nacido en la compañía Calixtro, de Carapeguá, el 7 de mayo de 1931 y conocido por su apodo de Laí - dondequiera que iba llevaba consigo sus cuatro oficios: poeta, compositor, músico y zapatero. En el lugar donde fijaba residencia fabricaba y reparaba calzados, escribía poesías, componía música y rasgueaba su guitarra.

En 1962, un amigo suyo - el fotógrafo Migdonio Medina - le invito a ir a Buenos Aires. Antes, en Ybycuí, se había instalado como zapatero. Su amigo y coautor Abel Matto, poeta, le había convencido de que la tierra donde naciera Mauricio Cardozo Ocampo era un buen sitio para vivir y trabajar.

- Rejuvy mboyvéna jaha jaikuaa la mundo (antes de que te cases vamos a conocer otras realidades) - le dijo un día.

A Laí le sedujo la idea. Partieron sin muchas vueltas hacia el Río de la Plata. Después de convertir en polvo su escaso dinero, el carapegüeño intentó trabajar con sus hormas, trinchetas, pies de hierro, asentador y modelos. La plaza no era buena.

Un carpintero uruguayo con quien había trabado amistad le sugirió tentar suerte en Montevideo y, en el barco Ciudad de Asunción, se fue con él. Se hospedó en la casa de la hermana de su compañero.

Al poco tiempo tomó contacto con el paraguayo Oscar López, un compatriota que había ido al exilio - expulsado por Stroessner - con Epifanio Méndes Fleitas.

Estanislao se estableció de nuevo como zapatero. Los clientes llegaron y no faltaba dinero en su bolsillo.

“En la víspera de Navidad, en la Nochebuena de 1962, en Montevideo, estando en la soledad más absoluta, en un país extraño, escribí la poesía “Pyhare mombyry”. Eran las diez de la noche. Vivía en el tercer piso de un edificio. Fui a la terraza. Tenía una botella de caña Aristócrata que había llevado para un amigo. Iba tomando de a poco, a medida que escribía. Antes de la medianoche, la obra estaba lista. Decía allí toda mi añoranza, toda mi tristeza. Estuve en Montevideo, hasta 1964 y luego volví al Paraguay. Algún tiempo después, el músico y compositor Ignacio Barreto le puso la música, que fue grabada por varios conjuntos”, recuerda Laí, quien a los 14 años había escrito su primer poema.

Antes de retornar en una reunión, conoció al poeta ypacaraiense Teodoro S. Mongelós. Le recitó “Mombyrygui che symíme”, también de su autoría “Me felicitó cuando terminó de oír mis versos” rememora.

Cuando volvió a su país, Estanislao Páez Amarilla siguió dedicándose a lo mismo de siempre, sin pensar ya en volver al exterior. Había aprendido la lección que le dejó la ausencia.

NOTA

* Extraído del Correo Semanal del diario Última Hora.

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