Edificio de la Legaci贸n del Tercer Reich en el Paraguay
sobre la avenida Colombia No. 1.099, hoy Mariscal L贸pez.
Desde all铆 tambi茅n se impartieron instrucciones
a los agentes nazis en el Paraguay
durante casi todos los a帽os de preguerra.
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Una de las tareas primeras del nuevo gobierno alem谩n consisti贸 precisamente en reagrupar a los alemanes del exterior en una nueva organizaci贸n estatal, a trav茅s de la cual ejercer influencia pol铆tica. El Tercer Imperio procuraba, de esta forma, contar con todos los que de sangre germana se hallaban dispersos allende sus fronteras. La idea, que en s铆 no constitu铆a novedad, cobr贸 en cambio vitalidad a partir de 1934.
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Desde ese a帽o, las diversas organizaciones alemanas quedaron obligadas a inscribirse en el "VERBAND REICHSDEUTSCHER VEREINE JM AUSLAND" (Asociaci贸n de Organizaciones Alemanas en el Extranjero), cuya finalidad era registrar las actividades de los alemanes del exterior, a la vez que recaudar fondos para fines ben茅ficos y militares en el Reich. ("S茅pase bien, afirm贸 Hitler a poco de tomar el poder, que yo no quiero hacer ninguna distinci贸n entre los ciudadanos del Reich y los alemanes naturalizados en un pa铆s extranjero. En apariencia, estaremos obligados a tener en cuenta el estatuto legal de cada uno de ellos. Pero vuestra tarea especial (de consulados, legaciones, etc.) ser谩 instruir a todos los alemanes, sin excepci贸n, para que en cualquier circunstancia pueda yo tener la seguridad de que todos ellos antepondr谩n el patriotismo alem谩n a su compromiso de lealtad, a un pa铆s extranjero".(15) Al mismo tiempo fue creada la "DEUTSCH-IBERO-AMERIKANISCHE GESELLSCHAFT" o Sociedad Germano-Ibero-Americana, que tendr铆a por misi贸n atraer a j贸venes latinoamericanos a Alemania. El director del Instituto Ibero-Americano de Berl铆n, Otto Boelitz, afirmaba en 1933 que "nuestros esfuerzos han de tender a crear aqu铆 en Alemania, para los estudiantes Ibero-americanos que nos visitan en cantidad creciente desde el fin de la guerra, un centro en el que no s贸lo tengan oportunidad de conocer la ciencia y los m茅todos de trabajo alemanes, sino puedan ponerse en contacto vivo con nuestra cultura general y con el pueblo entero". (16) Varios estudiantes paraguayos, becados por Alemania durante los primeros a帽os de predominio de Hitler, regresaron imbuidos en el Ideal nacionalsocialista, quedando s贸lo los menos indiferentes a la doctrina.)
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Alemania, que contaba con unos 68.000.000 de habitantes en 1936, hizo del "LEBENSRAUM" o "espacio vital" una cuesti贸n esencial de su pol铆tica exterior. El 7 de marzo de 1936 su Ej茅rcito ocup贸 la zona des militarizada de Renania, que se manten铆a en dicho status por el tratado de Locarno. La violaci贸n no tuvo r茅plica. Francia, que se sinti贸 agredida en su seguridad, se dispuso a reaccionar, pero la diplomacia inglesa dio una primera muestra de debilidad al recomendar la abstenci贸n de todo intento de respuesta. A煤n se estaba a tiempo de parar la agresividad militar alemana, pero la, advertencia cay贸 en saco roto. Aunque la reacci贸n francesa hubiera provocado muestras de simpat铆a hacia Alemania en atenci贸n a que esta naci贸n solamente hab铆a ocupado su propio territorio, lo sucedido mostr贸 a Hitler que, contra la opini贸n de su propio Estado Mayor, pod铆a tomar iniciativas sin medir previamente los riesgos l贸gicos. El hecho robusteci贸 su posici贸n interna y demostr贸 que las democracias no estaban dispuestas a mantener irreductibles sus posiciones, aun al precio de violentar los tratados por ellas firmados. "Desde la remilitarizaci贸n de Renania, escribe Andr茅 Maurois, Hitler sab铆a que pod铆a atreverse a todo. Apresur贸 abiertamente sus preparativos de guerra. La aviaci贸n alemana igual贸 y luego super贸 a la de los aliados. S贸lo voces aisladas como la de Winston Churchill se帽alaron ese terrible peligro". (17)
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Muchos fueron enga帽ados con el espejismo de la "PAX GERMANA". Diplom谩ticos e intelectuales latinoamericanos que se encontraban en Alemania tampoco advirtieron los negros nubarrones que ocultaba el horizonte. Las intenciones .de desarme y pacifismo alem谩n, discutidas en 1933, hallaron sorprendente comprensi贸n. Antes de que en octubre de ese a帽o Alemania se retirara de la conferencia sobre desarme en Ginebra, sus puntos de vista eran aceptados por muchos hispanoamericanos. Federico Nielsen-Reyes, primer secretario de la Legaci贸n de Bolivia en Berl铆n, afirmaba por ejemplo que "la opini贸n de Latinoam茅rica deber铆a ser ampliamente comprensiva para el caso de la naci贸n alemana por la justicia que le asiste". Miguel Cruchaga Ossa, C贸nsul General chileno, sosten铆a que "Alemania cumpli贸 todos sus compromisos contra铆dos en el tratado de paz y por lo tanto adquiri贸 un derecho cierto e inamovible para exigir tambi茅n que las otras partes actuantes cumplan a su vez las obligaciones contra铆das". A su turno, Luis F. Dupuy, Encargado de Negocios del Uruguay, enfatizaba con relaci贸n a una demostraci贸n c铆vica realizada en Nuerenberg, que ella sirvi贸 "para evidenciar, una vez m谩s, la cultura ejemplar de este gran pueblo hermano... que todav铆a tiene una misi贸n hist贸rica que cumplir en el concierto de las naciones ". (18)
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Poco de extra帽o era entonces que en Alemania, donde la oposici贸n hab铆a sido brutalmente oprimida y donde ya imperaban leyes raciales denigrantes para la minor铆a hebrea, se hubiese dado cita todo el orbe para participar de los XI Juegos Ol铆mpicos, que tuvieron a Berl铆n por sede en el verano boreal de 1936. Las banderas nazis ondeando durante los juegos y el saludo ol铆mpico del brazo levantado -confundido con el saludo nazi de la concurrencia- eran la prueba de la debilidad inicial de los hu茅spedes del nacionalsocialismo, cuando nadie pod铆a desconocer las ideas motoras de la pol铆tica alemana, como tampoco sus teor铆as, inn煤meras veces explicitadas en la prensa, en discursos, directivas diplom谩ticas y en los mismos hechos.
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La penetraci贸n de la doctrina nacionalsocialista en el Paraguay tampoco era desconocida por el gobierno del coronel RAFAEL FRANCO. El canciller Juan Stefanich sab铆a, seg煤n sus propias palabras, que "las colonias del Sur del pa铆s, formadas por alemanes en su mayor铆a, hab铆anse constituido en activos focos del partido nacionalsocialista. En la capital exist铆an c茅lulas del movimiento hitlerista y el colegio alem谩n actuaba en el pa铆s bajo directas inspiraciones de Berl铆n, como 贸rgano de la difusi贸n de la doctrina nacionalsocialista. Peri贸dicamente, dec铆a Stefanich, llegaban instructores y agentes del partido que daban clases especiales a los alumnos alistados al servicio de la causa" (19)
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Con esta opini贸n coincid铆an tambi茅n los informes de la Embajada de los Estados Unidos en Asunci贸n, uno de los cuales revelar铆a, en 1940, que los alemanes prestaron "especial atenci贸n al rol representado por los colegios en la divulgaci贸n de las ideas y en inculcar a la juventud (alemana) la ideolog铆a nazi. Los centros permit铆an -seg煤n la denuncia- controlar la actividad social de los colonos, en cada poblaci贸n. De ah铆 su admirable eficacia como veh铆culos de propaganda, asumida por los colegios. De Alemania se enviaron maestros y, a su vez, desde aqu铆 les facilitaron pasajes y estad铆a pagados para educadores que viajasen all谩. Todo era para modificar la educaci贸n de conformidad con los nuevos m茅todos empleados por la educaci贸n nazi. En Colonia Independencia, cercana a Villarrica, estas actividades reci茅n comenzaron despu茅s de la llegada de FRITZ PFEIFFER, en marzo de 1935. Pfeiffer se hizo cargo de la direcci贸n de la escuela local y asumi贸 el liderazgo nazi en esta comarca. Al a帽o de su llegada, los colegios de la zona se convirtieron en verdaderos focos de difusi贸n del nazismo. En 1937 se form贸 'LA UNI脫N DE COLEGIOS ALEMANES' por contarse con un n煤mero importante de instituciones educacionales. Eran casi 30 en la Regi贸n Oriental. A la cabeza de las actividades de esta nueva instituci贸n se coloc贸 a OSCAR KETTERER, quien fue nombrado, en 1938, Director del Colegio Alem谩n de Asunci贸n. Ketterer era miembro del partido, llegado a Asunci贸n en 1936. Desde el primer momento, ejerci贸 un r铆gido control en las escuelas. Exigi贸 que las ideas nazis fuesen incorporadas en las actividades escolares, que se mostrasen fotograf铆as de Hitler y la bandera del partido, y que la instrucci贸n fuese impartida 煤nicamente en alem谩n. Los maestros, a su vez, eran controlados estrechamente en sus convicciones. As铆 lo revela una carta de Ketterer fechada en 1938 en la que amonestaba a maestros que a煤n no pertenec铆an a la Uni贸n Germ谩nica o al partido". (20)
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El n煤mero de escuelas alemanas en el Paraguay era bastante elevado, comparativamente al de otros pa铆ses sudamericanos. Seg煤n ALTON FRYE, ya para 1935 el Paraguay contaba con 31 escuelas y 1.169 alumnos, cuando la Argentina apenas ten铆a 58 para 7.276 estudiantes. Solamente el Brasil y Chile superaban al Paraguay en el total de escuelas alemanas donde se impart铆a ense帽anza inferior. (21)
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El inter茅s del nacionalsocialismo por el adoctrinamiento de los j贸venes de origen germano se hizo sentir tambi茅n en la formaci贸n de las organizaciones juveniles. Poco despu茅s de la asunci贸n de Adolfo Hitler al poder, los j贸venes comenzaron a movilizarse en Asunci贸n, no omitiendo, en sus charlas, referencias a "los grandes acontecimientos que revolucionan en sus cimientos a la vieja patria alemana", tal como lo consignara en 1937 el "DEUTSCHE WARTE" (Observatorio Alem谩n), 贸rgano del partido nazi en el Paraguay. (22)
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Seg煤n FRIEDRICH KLIEWER, la creaci贸n en la Argentina de un cuerpo de exploradores germano-argentino motiv贸 una similar actitud en el Paraguay, donde pronto apareci贸 el "DEUTSCH-PARAGUAYISCHES PFADFINDERKORPS" o "Cuerpo de Exploradores germano-paraguayo", cuya sigla era DPPK. Este grupo, de orientaci贸n nazista, recibi贸 de la Argentina sus uniformes e instrucciones. El grupo se hizo fuerte ya en 1933, y para el a帽o siguiente se formaron parecidas unidades en San Bernardino y Bella Vista. Al 1掳 de setiembre de 1935 hab铆an ingresado unos 50 j贸venes a estas tres organizaciones. El 15 de setiembre se sum贸 en Asunci贸n un grupo femenino, que conform贸 su propia rama con el nombre de "BUND DEUTSCH-PARAGUAYISCHER MAEDELS" (BDPM) o "Sociedad germano-paraguaya de ni帽as". Toda la organizaci贸n juvenil recibi贸 posteriormente el nombre de "DEUTSCHE JUGEND IN PARAGUAY" o "Juventud Alemana del Paraguay". En 1936 se inici贸 una activa campa帽a para reclutar m谩s j贸venes de origen alem谩n, destinada a organizaci贸n regional. Para tales fines se apel贸 a este slogan: "En 1936, cada ni帽o y cada ni帽a cuyos padres son alemanes, debe ser miembro de la Juventud Alemana del Paraguay". El llamado dio sus frutos y la organizaci贸n se expandi贸 considerablemente. (23)
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El gobierno del coronel RAFAEL FRANCO no ignoraba los afanes alemanes por ganar espacio en el Paraguay. El ministro de Relaciones y hombre fuerte del gabinete, JUAN STEFANICH, observar铆a que sobre venida la revoluci贸n de 1936, "los elementos quintacolumnistas nazis del Paraguay segu铆an actuando en plena libertad, lo que hizo inevitable algunas fricciones que no se hicieron esperar. Semanas despu茅s de la constituci贸n del gobierno de febrero -recuerda Stefanich- las autoridades nacionales vi茅ronse en la necesidad de intervenir con motivo de ostensibles actividades pol铆ticas en algunas colonias. Una asamblea p煤blica que deseaban realizar los afiliados del partido nacional-socialista fue prohibida por orden del gobierno". Aunque Stefanich no aclara -en estas referencias publicadas en 1946- los puntos de la reuniones interdictas, estas situaciones fueron las menos. Por lo general, los simpatizantes nazis operaron con completa libertad casi hasta finales de la guerra mundial. La propia Iglesia Evang茅lica, se帽ala el ya citado informe norteamericano, "no anduvo libre de la pr谩ctica de penetraci贸n. Su pastor, CARLOS RICHERT, designado de acuerdo a sus estatutos por el Consejo Supremo de la Iglesia Evang茅lica de Berl铆n, utiliz贸 su posici贸n para hacer propaganda nazi. Viajaba por las colonias para dar conferencias acompa帽adas de exhibiciones de pel铆culas, mediante un proyector port谩til".
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Muchos paraguayos creyeron, inclusive de buena fe, que un gobierno como el de Hitler era lo mejor que pod铆a haberle sucedido a Alemania. El coronel FEDERICO W. SMITH, autor material de la revoluci贸n de febrero, fue uno de ellos, aunque su experiencia sea escasamente conocida. Seg煤n su relato personal, Smith se alej贸 del gobierno que hab铆a contribuido decisivamente a instalar cuando sus desavenencias con algunos elementos del mismo se hicieron insalvables. A mediados de 1936, Smith decidi贸 ir a Europa. Viaj贸 previamente a Montevideo, y de all铆 a Jaen, Espa帽a, portando una carta de recomendaci贸n del mayor PABLO JIM脡NEZ Y N脷脩EZ para sus parientes (de Jim茅nez) en esa.
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Debido al estado de revoluci贸n en Espa帽a, Smith -hijo de padre ingl茅s- sigui贸 para Alemania en un buque carbonero. Con una pensi贸n anticipada de seis meses del gobierno paraguayo, se instal贸 en Berl铆n donde descubri贸 el nacionalsocialismo. "Hitler, afirmar铆a el coronel Smith, fue un gran gobernante; el obrero viv铆a bien, hab铆a trabajo y disciplina, pero se extralimit贸 con los jud铆os". Para Smith, de no haber sido as铆, el Fuehrer "hubiera dominado el mundo". Cuando los fondos de que dispon铆a terminaron, regres贸 a R铆o de Janeiro, donde recibi贸 una comunicaci贸n del Ministerio de Defensa, solicit谩ndole su regreso a Alemania y provey茅ndole de un a帽o adicional de pensi贸n. Hall谩ndose a煤n Smith en Am茅rica, se produjo la ca铆da de Franco y aqu茅l volvi贸 a Alemania. El estallido de las hostilidades en Europa le hizo regresar v铆a Italia. Relata Smith: "A mi vuelta fui acusado de agente nazi, aunque solamente ten铆a simpat铆as por ellos. Llegu茅 a San Pablo y me establec铆 en Florian贸polis. All铆 la polic铆a brasile帽a allan贸 mi casa y me detuvo bajo esa acusaci贸n. Fui puesto en libertad e intent茅 vanamente regresar al Paraguay, ya bajo la presidencia de Estigarribia. Inclusive ped铆 ser procesado ac谩, pero no hubo caso" (24)
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LA CANCILLER脥A DEL REICH DESIGNA A HANS BUESING
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COMO MINISTRO PLENIPOTENCIARIO ANTE EL GOBIERNO DE LA REVOLUCI脫N
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El 12 de febrero de 1937 era acreditado ante el gobierno de Franco un nuevo ministro alem谩n, cuya formaci贸n estaba m谩s acorde a las exigencias del momento. Se trataba del Dr. HANS KARL PAUL BUESING (Buesing reemplaz贸 en el cargo de ministro plenipotenciario en Asunci贸n al conde ERHARD VON WEDEL, quien hab铆a presentado cartas credenciales ante el presidente EUSEBIO AYALA el 14 de noviembre de 1934 sucediendo a RUDOLF VON BUELLOW. Adem谩s de Finlandia, tambi茅n hab铆a estado en Londres, Ciudad del Cabo y Johannesburgo, y en 1921 fue C贸nsul General en Sidney, Australia. Buesing morir铆a en Asunci贸n ejerciendo sus funciones el 20 de julio de 1941, siendo por entonces decano del cuerpo diplom谩tico ante el gobierno del general HIGINIO MOR脥NIGO.) quien hab铆a prestado anteriormente servicios en Finlandia. Buesing, mayor de artiller铆a durante la guerra mundial, declar贸 ante Franco que Alemania, sent铆a "gran estima y admiraci贸n hacia el valiente pueblo paraguayo, por sus ideales, honor y libertad, que lo significan todo. La nueva Alemania, subray贸 el ministro, conducida por su glorioso Fuehrer, tambi茅n erigi贸 en lema de su vida estatal estos magnos ideales del honor y de la libertad nacionales. La comprensi贸n mutua de ambos pueblos es el resultado de estos ideales comunes". (25) Franco, en su respuesta protocolar, fue esta vez sumamente parco; no hizo elogio alguno a Hitler, aunque s铆 al pueblo alem谩n.
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La presencia de Buesing en Asunci贸n contribuy贸 a incrementar las actividades nazis, que se hallaban protegidas como labores propias de la representaci贸n diplom谩tica. La Uni贸n Germ谩nica era la entidad a trav茅s de la cual se realizaba la difusi贸n de la doctrina nacionalsocialista, tanto para alemanes como para potenciales adoctrinados paraguayos. Creada en 1916 para unir durante la guerra a los alemanes en el pa铆s, sus objetivos fueron desvirtuados para adecuarlos a los de la penetraci贸n nazi en territorio paraguayo. ("En una circular, dec铆a el ya citado informe norteamericano, se avis贸 a todos los miembros de la Uni贸n que los directores de todas las oficinas fueran formados por personas prominentes del N.S.D.A.P. (Partido Nazi).Adem谩s, se recalcaba que la entidad ya no era, como anteriormente, un cuerpo representativo de las colonias, sino un cuerpo de trabajo bajo direcci贸n nacionalsocialista. Conclu铆a exhortando a los miembros a pelear por la causa de la nueva revoluci贸n social... La Uni贸n manten铆a, adem谩s, estrecho contacto con las organizaciones 'Ausland' (exterior), con la legaci贸n, con sus similares de Chile y la Argentina y con los grupos locales del N.S.D.A.P. Una carta fechada el 2 de abril de 1937, dirigida a la Uni贸n por ni jefe del Partido Nazi en el Paraguay, Reiner Behrens, remarca lo antedicho: 'La administraci贸n de las organizaciones Ausland me autoriza a presentar sus agradecimientos y su reconocimiento a la Uni贸n por todos sus esfuerzos hasta el presente. Heil Hitler' (26))
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La entidad tuvo, en ese orden, una decisiva participaci贸n en el reparto de literatura empapada de ideolog铆a nazi, la que se distribu铆a generosamente no s贸lo entre los s煤bditos del Reich. Con el soporte de editoriales argentinas, subvencionadas por el Estado alem谩n, libros y folletos circulaban regularmente en Asunci贸n y los principales centros alemanes, tanto en idioma nativo como en espa帽ol. Los textos de ense帽anza primaria y secundaria que concurr铆an a inficionar la mente de los j贸venes, proven铆an directamente de Alemania. "Los recursos de la Uni贸n, se帽alaron fuentes norteamericanas de la 茅poca, fueron en茅rgicamente utilizados para distribuir toda clase de propaganda, cuya actividad estaba patrocinada por la Legaci贸n Alemana. Se editaban panfletos que circulaban por todo el Paraguay. Una biblioteca compuesta de libros y revistas que expon铆an las teor铆as del nazismo fue agregada a la existente en la Uni贸n. All铆, adem谩s de exhibirse pel铆culas, se distribu铆an copias de noticias radiales y se hac铆a circular un semanario alem谩n llamado 'DEUTSCHE WARTE'".
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El 30 de enero de 1937 hab铆a sido creado en el Ministerio del Exterior alem谩n un departamento de organizaci贸n extranjera, que reportar铆a directamente a aqu茅l las actividades de los "AUSLANDSDEUTSCHE". A su frente se puso a WILHELM BOHLE, ex-jefe de las secciones germanas del extranjero, las que sumaban unas 600 por entonces. A finales de febrero del mismo a帽o Bohle se dirig铆a a sus compatriotas del exterior se帽al谩ndoles que "el decreto del Fuehrer y Canciller del Reich, Adolfo Hitler, de 30 de enero de 1937, referente al nombramiento de un jefe de la secci贸n exterior del Departamento de Negocios Extranjeros, representa un hecho de un significado hist贸rico para los residentes alemanes en el exterior. Anteriormente, nunca un gobierno alem谩n demostr贸 en esta forma clara su lazo de uni贸n con los ciudadanos del Reich residentes fuera del pa铆s. El Reich nacionalsocialista ha creado en el d铆a del 4掳 aniversario de la Gran Revoluci贸n un nuevo punto de partida en la historia del germanismo en el extranjero, que ser谩 saludado cordialmente por los hombres y mujeres patriotas y por la juventud alemana del exterior".
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La Legaci贸n alemana tampoco ocultaba sus prop贸sitos, que eran el cumplimiento de las 贸rdenes de penetraci贸n impartidas desde Berl铆n. El "MEIN KAMPF" de Hitler, que se distribu铆a profusamente en edici贸n espa帽ola, conten铆a adem谩s toda la filosof铆a pol铆tica del dictador alem谩n. En Alemania, 茅ste contaba ya hacia 1937 con amplio apoyo popular; solamente tal basamento explica que el pueblo se haya volcado a la guerra acicateado por la superioridad racial pregonada por las principales figuras del NSDAP.
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En el Paraguay, sin embargo, no todos manten铆an un silencio negligente o c贸mplice. Cuando a comienzos de 1937 fue denunciado p煤blicamente que sectores alemanes propiciaban la creaci贸n de una S A, algunas voces se levantaron como advertencia. V脥CTOR MONT脫RFANO dijo que "la constituci贸n en el pa铆s de una tropa de asalto nazi constituye un ins贸lito agravio al esp铆ritu democr谩tico del pueblo paraguayo y a los principios pol铆ticos sustentados por la revoluci贸n de febrero". Al mismo tiempo, Mont贸rfano lament贸 que la juventud tolerara en silencio el avance del fascismo criollo y extranjero coaligados, y propuso la creaci贸n de un "FRENTE ANTIFASCISTA NACIONAL". (27)
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El canciller Stefanich recuerda a su turno una manifestaci贸n antifascista llevada a cabo en Asunci贸n, que arranc贸 de una casa comercial alemana la bandera con la sv谩stica que ondeaba en su frente. "La multitud estall贸 en aplausos, se apoder贸 de ella y le prendi贸 fuego en mitad de la calle, afirma Stefanich. Las llamas se alzaron entre el vocer铆o popular y el pabell贸n nazista fue convertido en cenizas". Poco despu茅s el canciller deb铆a concurrir personalmente a la Legaci贸n alemana a asegurar al ministro que "se trataba de un hecho sin significaci贸n responsable, que el gobierno naturalmente no pod铆a considerarse solidario del mismo y que la canciller铆a esperaba confiada que el incidente callejero no tendr铆a trascendencia sobre las buenas relaciones existentes entre los dos pa铆ses" 828)
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Fueron estos hechos aislados y sin ninguna connotaci贸n para una juventud en la cual el nazismo no hab铆a arraigado, a pesar de que algunos elementos ideol贸gicos se hab铆an asimilado inadvertidamente. Por entonces, el gobierno paraguayo estaba m谩s preocupado en sostenerse y remontar la escualida econom铆a nacional que en atender cuestiones que no importaban directamente a su seguridad. Las discusiones en Buenos Aires para encontrar una f贸rmula de paz con Bolivia, las inquietudes en el seno del Ej茅rcito cuya calidad de vida hab铆a disminuido y las discrepancias cada vez m谩s agrias entre los autores de la revoluci贸n de febrero, relegaron a un plano muy secundario aquellas cuestiones de ideolog铆a y de doctrina que se agitaban en el pa铆s en 1937.
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CITAS - CAPITULO IV
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3) Kl铆ewer, Friedrich, "Die Deutsche Volksgruppe in Paraguay". Eine siedlungsgeschichtliche, volkskundliche und aolkspolitische Untersuchung, Hans Christian Verlag, Hamburg, 1941, pp. 187/88.
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4) Weber, Gaby, "Krauts erobern die Welt". Der deutsche Imperialismus in Suedamerika, Libertaere Assoziation, Hinterhof Druckerei, Hamburg, 1982, pp. 59/60.
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5) Grow, Michael, opus cit., pp. 52 y 131. (Fettinger a Hoenig, Jefe de Estado Mayor del General Ritter von Epp, Reichieiter de la Oficina Pol铆tica Colonial del Partido de Trabajadores Nacionalsocialista, NSDAP, Munich).
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6) Krome, Fritz, "Deutsche in Suedamerika", Verlag Luehe und Co., Leipzig, 1938, pp. 40/41.
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7) Da Silva Py, Aurel铆o, "A 5陋 coluna no Brasil". A conspira莽ao nazi no R铆o Grande do Sul. Ouinta edici贸n, Livraria do Globo, Porto Alegre, 1942, pp. 368/69.
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8) Idem, pp. 369/70.
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9) Labougle, Eduardo, "Misi贸n en Berl铆n", Editorial Guillermo Kraft Ltda., Buenos Aires, 1946, p. 82. (Cita de la revista "Seefahrt ist Not", mayo de 1938).
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10) "El Diario", A帽o XXIX, N掳 8.802, 6 de marzo de 1933, p. 1.
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11) Ch茅radame, Andr茅, "la Defensa de Am茅rica", Ediciones Anaconda, Buenos Aires. 1942, p. 245.
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12) Da Silva Py, Aurelio, opus cit., pp. 372/73.
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13) "El Diario", A帽o XXIX, N掳 8.845, 27 de abril de 1933, pp. 1 y 3.
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14) Informe confidencial sobre las "Actividades nazis en el Paraguay", Embajada de los Estados Unidos en Asunci贸n, a帽o 1940. Archivo general Amancio Pampliega, Asunci贸n.
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15) Ch茅radame, Andr茅, opus cit., p. 243.
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16) "Ibero-Am茅rica y Alemania", varios autores, cit., pp. 166/67.
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17) Maurois, Andr茅, "Historia de Francia", Ediciones Peuser, Buenos Aires, 1952, p. 500. 18) "Ibero-Am茅rica y Alemania", cit., pp. 119, 123 y 135.
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19) Stefanich, Juan, "El Paraguay en febrero de 1936", Edit. El Mundo Nuevo, Buenos Aires, 1946, pp. 41/42.
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20) Informe confidencial sobre las "Actividades nazis en el Paraguay", cit.
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21) Frye, Alton, "Nazi Germany and the American Hemisphere, 1933-1941", New Haven and London, Yale University Press, 1977, p. 67.
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22) "Deutsche Warte". Parteiamtliches Organ der Landesgruppe Paraguay der Auslandsorganisation der NSDAP, N" 100, Asunci贸n, 1937, p. 23.
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23) Kliewer, Friedrich, opus cit., p. 189.
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24) Referencias de Federico W. Smith al autor.
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25) "La Hora", A帽o I, N掳 195, 13 de febrero de 1937, p. 1.
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26) Informe confidencial sobre las "Actividades nazis en el Paraguay", cit.
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27) "La Hora", A帽o I, N掳 189, 3 de febrero de 1937, p. 3.
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28) Stefanich, Juan, "El Paraguay en febrero de 1936", cit., pp. 43/45.
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Fuente:
V脥SPERAS DE LA II GUERRA MUNDIAL GOBIERNOS
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DE RAFAEL FRANCO Y F脡LIX PAIVA (1936/1939)
Revisi贸n t茅cnica: Alfredo Seiferheld
Tapa: Jorge Gonz谩lez Saborino
Editorial Hist贸rica.
Asunci贸n-Paraguay 1985
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